“Érase una, dos... mil veces la candelaria”
El dulce encanto de un proyecto común
p. 381-388
Texte intégral
DIEGO: La historia es sobre los héroes, sobre los próceres. HORTENSIA, LA FANTASMA: Historia no solo es eso, también es como vivía la gente, como comían, como se vestían. MIGUEL: Yo no sabía eso.
Escena VIII Las diversiones de los bogotanos en el siglo pasado
Somos los fantasmas de La Candelaria y queremos contarles la historia de Santafé de Bogotá,que con el paso de los años convirtió este barrio en Centro Histórico y Cultural.
Canción primera: Los fantasmas de La Candelaria
¿CÓMO CONTARLES A LOS NIÑOS NUESTRA HISTORIA?
1Aunque la pregunta significaba un reto y diferentes posibles respuestas, asumirla no resultó del todo novedoso para el equipo del proyecto, porque para aquellos primeros días de 1997, ya contábamos con la experiencia de haber construido dos recursos pedagógicos que fueron incorporados por todas las escuelas de la localidad 17 como textos alternos de las diferentes áreas curriculares. Eran el módulo La Candelaria: historia, lugares y gentes, centrado en la historia de la localidad y su desarrollo urbanístico, y el cuento infantil Érase una vez la Candelaria, escrito luego de una investigación con los consejos estudiantiles y personeros de las escuelas de primaria, en el que se recogieron imaginarios infantiles sobre la historia de Bogotá.
2Las experiencias de estas producciones sirvieron como substrato para la creación colectiva de un guión que, además de recoger diversas miradas académicas y artísticas, involucró a la comunidad educativa en la construcción de un nuevo recurso y estrategia pedagógica de apropiación de saberes, en este caso la historia, más acorde con los intereses y formas de vida de las nuevas generaciones.
3El reto también implicó rebasar la visión descriptiva-memorística de la historia, que no permite generar el diálogo cotidiano de saberes en la escuela. Además, superar la tradicional formación de muchos maestros, que consideraban que investigar y desarrollar materiales curriculares constituían dos roles independientes.
4El proyecto también se encauzó a motivar la creación de nuevas propuestas pedagógicas orientadas a aprovechar otros saberes, como las artes escénicas, y otros espacios de socialización lo mismo que a proponer a la ciudad de Bogotá y la localidad de La Candelaria, por representar el corazón de la Nación, como entornos al servicio del aprendizaje en la escuela y en favor de la formación ciudadana.
5Estas fueron las inquietudes originales que motivaron al Instituto Luis Carlos Galán y en su interior al Proyecto La Candelaria, a desarrollar una propuesta teatral. El resultado: La obra Érase una, dos... mil veces La Candelaria.
Jugando a actuar
6BOLÍVAR: Gracias Señor Vicepresidente Santander por aceptar la invita ción de venir a mi casa a jugar a las escondidas.
7SANTANDER: Gracias a usted, Señor Presidente Bolívar, por hacerme la invitación.
8BOLÍVAR: Bueno, Comencemos. ¿Preparado?
9SANTANDER: Siempre listo.
Escena VI La Independencia
10La creación colectiva de la obra se cimentó sobre cuatro ejes.
11En el primero, se entendió al niño(a) y/o joven, como gran protagonista del mundo escolar. En ese sentido, el propósito fue comprender a nuestro sujeto participante y destinatario. Por ello, apelamos a sus intereses, saberes, disfrutes, temores, vida cotidiana, experiencias, imaginarios, desarrollos lógicos y socio-afectivos. Sólo así podíamos formular propuestas que enriquecieran sus competencias comunicativas y su producción cultural, como manera de enfrentar con mayor autonomía las crecientes demandas de su entorno.
12Asumir a los sujetos en formación como seres intensos, leer su rostro, manera de hablar, lo que comen, cantan, disfrutan, se estimó como muy importante, porque en todo ello expresan las raíces culturales desde donde construyen sus identidades. Así, se abre la posibilidad a propuestas educativas mucho más realistas, sociales e integrales.
13El segundo razonamiento que sustentó nuestra iniciativa fue vislumbrar a la ciudad y el barrio como aulas. Ello implicó la concepción de que la acción educativa —no sólo de la escuela, sino de toda institución que haga parte del mundo urbano— debe estimular y fomentar la resignificación de lugares y la construcción de nuevas representaciones de la ciudad, porque es la mejor herramienta pedagógica para desarrollar pensamiento histórico. Por consiguiente, la sobrevivencia cultural de la escuela precisa la ampliación de los aprendizajes más allá del aula, contando con las transformaciones sociales y con el entorno inmediato, barrio y ciudad, como recursos para la enseñanza, porque lo cierto es que la época actual demanda una formación que articule los saberes locales con los universales.
14El proyecto asumió, desde sus inicios, que el primer texto de todo ser humano es su propio contexto, por lo que los escenarios urbanos de Bogotá tuvieron un papel explícito en la obra, articulados permanentemente al desarrollo del guión, tal como si fuera un programa académico.
15Como tercer pilar de la obra se adoptó el juego teatral, en tanto que constituye una de las herramientas que más aporta a posibilitar el aprendizaje del estudiante, desarrolla creatividad e involucra lo lúdico, a la vez que permite enseñar conocimientos con mayor facilidad y presentar una visión multidismensional de la realidad, facilitando que aumente el nivel de atención, disminuya los temores y se amplíe la capacidad de comprensión.
16Una vigorosa razón para adoptar al teatro como la forma de expresión artística de nuestra propuesta radicó en el hecho de que, aparte de despertar emociones, le es inherente la intencionalidad de dejar enseñanzas académicas, sociales y cívicas, como diría Ciari, o creativas, en palabras de Rodari:
Ciari: Parecería a simple vista que no habría contacto entre actividad expresiva o creativa y experiencia científica; existe en cambio una relación muy estrecha; el muchacho que apela a las artes, desarrolla hábitosque contribuyen a una formación científica, en donde siempre estará presente el aspecto creativo; a su vez, es una actividad que requiere socializar de una manera muy íntima, lo que implica atravesar diversos estadios de convivencia”.
Rodari: “Creatividad es sinónimo de pensamiento divergente, es decir, capaz de romper con los esquemas de la experiencia; es creativa una mente que está dispuesta a hacer preguntas, a descubrir problemas don-de los demás encuentran respuestas satisfactorias; es creativo el que es capaz de juicios autónomos y que maneja objetos y conceptos sin dejarse inhibir por los conformistas.
17El cuarto componente del trabajo estuvo constituido por la Historia, teniendo en cuenta que un factor insoslayable de la formación de las nuevas generaciones de ciudadanos es la familiaridad con su pasado, es decir, con aquellos indicios y antecedentes que permiten a la persona dar razón sobre su estancia en el mundo, el motivo de las cosas, de los órdenes, de las estructuras, de tal forma que pueda identificar las disyuntivas de la sociedad. Esto es más cierto en un ámbito como el de la sociedad colombiana, formada sin un derrotero histórico cohesionador, sino en una prolongada brega entre los grupos sociales, para sobrevivir a la persecución de la pobreza.
18Además, el proyecto acudió a esta disciplina porque posibilita la comprensión de nociones de espacio, tiempo y causalidad, categorías fundamentales en el desarrollo del pensamiento histórico-geográfico del niño. Se abordó fundamentalmente desde un carácter explicativo antes que descriptivo, respondiendo a necesidades personales y sociales de los estudiantes. Se pensó contribuir de esta manera a la comprensión de la sociedad, de su cultura y de los procesos de transformación que ha vivido con respecto al devenir actual.
19Otra intención de la obra fue apoyar la labor del maestro, desmitificando el discurso historiográfico, con un marco analítico y crítico de diferentes etapas de la historia nacional, en el que podían situarse posteriores experiencias escolares.
20La obra de teatro, como trabajo pedagógico crítico, se orientó a estimular procesos cognitivos e imaginativos del auditorio, a tratar de cap-tar su atención y comprensión, como forma de poner reglas de juego a su recepción y garantizar la apropiación temática y estética.
Una empresa cultural
21NIÑO 1:Y yo que pensé que la historia era aburridísima.
22NIÑO 2: Yo también, ¡pero la historia es una soda!
Escena X El Bogotazo
23Luego de cuatro temporadas en diferentes escenarios y la asistencia de varios miles de estudiantes, podemos testimoniar como logros:
24Se consolidó un texto (guión), que provee una hibridación de juego, arte, historia, saberes cotidianos y literatura; a la vez divertido y didáctico, con lenguaje cercano a niños y jóvenes, donde el elemento “juego” permitió abrir una interlocución con los pequeños espectadores sobre aquellos temas que en el aula resultan aburridos y nada significativos.
25La puesta en escena generó una atmósfera favorable al aprendizaje, un ambiente agradable, que mediante imágenes, música y colorido desencadenó preguntas, sensaciones y una postura personal.
26Se jugó con la posibilidad de mezclar, en el escenario, los lenguajes visual y auditivo, para provocar una serie de respuestas racionales y emocionales en los espectadores. En ese sentido, los movimientos de los niños-artistas, las letras de las canciones, la música, los efectos sonoros y tecnológicos, la coreografía y el vestuario, funcionaron como elementos de ayuda a los textos y al significado.
27Tener en cuenta las mediaciones desde diversos frentes (sujetos, recursos y entorno), facilitó la negociación de significados entre la puesta en escena y el auditorio.
28El proceso pedagógico tuvo un carácter integral, lo que facilitó en los niños del grupo teatral, además de la ejecución de actividades artístico-teatrales, la posibilidad de sentirse parte de un proyecto común, en el que el disfrute, la responsabilidad y el compromiso fueron pilares fundamentales para mantener el equipo y obtener los resultados esperados. El respeto y la solidaridad se construyeron progresivamente y se pusieron a prueba con las exigencias que requerían los largos y continuos entrenamientos y ensayos. El teatro demostró en este proyecto sus posibilidades de formación para el trabajo mancomunado.
29Además, se creó un ambiente físico estético, en donde cada uno de los elementos de puesta en escena ayudaron a diseñar, a la vez, una herramienta pedagógica para aprender sobre la historia de Bogotá y un gran espectáculo teatral generado para y por los niños de las escuelas públicas de la ciudad. Partimos de considerar que la escuela y toda propuesta educativa, deben interactuar con los diferentes campos de experimentación estética, donde hoy se procesan los cambios: hibridación de saberes-ciencia-arte, de literatura escrita y audiovisual, de saberes y juego, para lograr competir con las innovaciones tecnológicas que de hecho ofrecen actividad, actualidad, flexibilidad y retos para el aprendizaje.
30Por último, se consolidó un equipo humano, técnico, artístico y profesional de la mejor calidad y con gran sentido de mística y compromiso hacia los niños y el proyecto. El proceso de interaprendizaje y la negociación de saberes, entre diversas disciplinas, (las artes escénicas, la pedagogía, la historia, la comunicación y la psicología), nos hicieron sentir el placer de construir con los niños, más que un espectáculo, una “empresa” de todos y para todos.
31Una “empresa” analizada de la siguiente manera, por el arquitecto y urbanista Alberto Saldarriaga1:
Este enfoque que reúne vivencia y pedagogía con experiencia teatral, parece más una diversión que un trabajo; es necesario hacer mención de algunas de las muchas virtudes de la obra teatral sobre La Candelaria y en especial del profesionalismo con el cual se trabajó, algo fuera de serie en los campos del teatro infantil o escolar. La imaginación escénica con la cual se tradujeron las propuestas de los niños es notable, lo mismo que la belleza visual lograda en la mayoría de las secuencias. La musicalización, de espíritu contemporáneo, alude a la juventud y sus gustos, sin dejar de lado las reminiscencias de músicas tradicionales, con algunos toques minimialistas muy acertados. El libreto recupera algo de la ingenuidad del léxico infantil y los pequeños actores disfrutan sus papeles.
La escuela: el escenario
32A la mayoría nos preocupa el futuro de la educación y sugerimos, desde diferentes escenarios, transformaciones para que recupere su verdadero sentido y responda a nuevas formas de socialización. Y aunque este reto es para toda la sociedad, las instituciones del Estado y quienes formamos parte de ellas debemos ser los primeros en preguntarnos sobre la responsabilidad que nos atañe en la construcción de ese futuro y en la manera como, por ejemplo, podemos y debemos colaborarle a los procesos de desarrollo de la escuela básica.
33Paradójicamente, en lugar de apostarle al desarrollo de una escuela con sentido, especialmente la pública, mediante acciones serias y creíbles, los ciudadanos y las instituciones tendemos a debilitarla con descalificaciones y estereotipos, y a olvidar que éste es un espacio privilegiado donde sí es posible constituir tejido social, donde como una unidad articuladora, facilita el intercambio de clases sociales, sexos, generaciones, religiones, etnias, regiones, identidades y naciones.
34El Instituto Luis Carlos Galán, mediante el proyecto La Candelaria, le apostó a una escuela que puede superarse como simple dispositivo del sistema, para convertirse en institución central encargada de darle unidad a la reestructuración social y cultural.
35¿Cómo le apostó? Asumiendo, junto con muchos actores del hecho pedagógico de la localidad, decisiones reales para existir de otra manera. En nuestro caso, en cuanto al diseño de alternativas pedagógicas innovadoras, que le colaboren a la escuela en la apropiación crítica y el disfrute de unos saberes y del acumulado cultural.
36¿Qué nos demandó esta apuesta? asumir, desde responsabilidades y acciones concertadas, en este caso el proyecto La Candelaria, el desafío de promover y acompañar transformaciones estructurales en el quehacer educativo.
37¿Qué resultados de ese desafío hacen creíble el cambio en la escuela? La innovación en modelos de aprendizaje, aprovechando herramientas tan valiosas como las artes; la apropiación de contenidos de estudio más cercano a la vida de nuestros interlocutores, como son los contextos locales y barriales; la promoción de estrategias didácticas que faciliten el interaprendizaje e involucren problemas significativos para los actores escolares en sus procesos de integración social; la transformación de las relaciones pedagógicas y la creación de ambientes de seguridad psicológica y respeto mutuo donde sea posible —a la vez—, el goce y el conocimiento y, por último, la experimentación exitosa de encuentros humanos de productiva convivencia, y de recursos pedagógicos ricos en propuestas estéticas y sensibilidad humana.
La obra teatral infantil “Érase una, dos… mil veces La Candelaria”, fue concebida como proyecto común y búsqueda de caminos para pro-mover el aprendizaje con sentido y una nueva visión de la escuela, esto es, abierta a otros saberes, actores y acciones, que ayuden a formar ciudadanos más genuinos y comunidades más democráticas.
La vivencia cotidiana de los lugares del centro histórico de la capital, fue el eje a través del cual los niños lograron hacer contacto con su historia, con el entorno cercano, con sus tradiciones, relatos, anécdotas y con su patrimonio urbanístico. Incorporó además, elementos de la vida escolar y familiar de los niños, su lenguaje, juegos, formas de relacionarse e imaginarios.
Este trabajo se diseñó dentro de un paquete pedagógico (recursos curriculares, textuales y audiovisuales), orientado a acercar a la comunidad educativa y en especial a niños y jóvenes, a un aprendizaje diferente sobre la historia de la ciudad, a fortalecer sus identidades y a provocar su participación en acciones que redunden en hacer de Bogotá, un mejor lugar para vivir.
“Érase una, dos… mil veces La Candelaria”: creación colectiva de la comunidad educativa de la localidad-17 de La Candelaria, puesta en escena en l997, por un grupo de veinte niños residentes y estudiantes de las escuelas públicas de esta zona, fue presentada en cuatro temporadas a 19.000 espectadores, en los teatros Colón y Jorge Eliécer Gaitán, con el apoyo de la Corporación La Candelaria y el IDEP.
http://colnodo.apc.org/home/ilcg/candela/
Bibliographie
BIBLIOGRAFÍA
CIARI, Bruno, Nuevas técnicas didácticas, Madrid, Iberoamericana, 1987.
EL ESPECTADOR, junio 15 de 1997.
RODARI, Gianni, Cuentos para jugar, Madrid, Alfaguara, 1987.
Notes de bas de page
1 El Espectador, junio 15 de 1997
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Comunicación - Educación
Ce livre est cité par
- Ossa, Diego Leandro Marín. (2018) Formação de professores para uma educação plural e democrática: narrativas, saberes, práticas e políticas educativas na América Latina. DOI: 10.7476/9788575114841.0011
- Caballero Ardila, Eduardo Antonio. (2022) Venezuela y Colombia Aplicación de un modelo de educación comparada al desarrollo educomunicativo.. Educación y Ciencia, 26. DOI: 10.19053/0120-7105.eyc.2022.26.e10611
- Moreno Pérez, Elssy Yamile. (2018) Aproximación al estado del arte sobre comunicación y educación en Colombia. Anagramas - Rumbos y sentidos de la comunicación, 17. DOI: 10.22395/angr.v17n33a11
- Alvarado-Miquilena, Morella . (2012) Critical Reading of Media: A Methodological Proposal. Comunicar, 20. DOI: 10.3916/C39-2012-02-10
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