Notas sobre la vejez en el derecho medieval de Cataluña, el Rosellon y la Cerdaña, con algunas referencias especificas al Jus commune
p. 283-297
Texte intégral
1Son muchos los aspectos que nos viene a sugegir el estudio de los viejos y de la vejez desde un punto de vista jurídico, referidos en concreto al marco del Derecho común de la recepción, del Derecho medieval del Principado de Cataluña y del Derecho, también del mismo marco de los siglos medievales, de los condados del Rosellón y la Cerdaña, de compleja relación jurídico-política y vinculación y desvinculación respecto al Principado.
2La vigencia del Liber Iudiciorum en Cataluña, Rosellón y Cerdaña, durante la Alta Edad Media es un fenómeno que ha sido estudiado por diversos autores1, con mayor o menor acierto, pero constatando siempre que este texto tuvo una aplicación efectiva en el ámbito del derecho privado, penal y procesal. No nos interesa ahora este problema, que se sale de nuestro ámbito concreto de análisis. Solamente resaltar aquí que dicho texto refleja la compleja problemática de la incapacidad jurídica por demencia. El supuesto más extendido y la edad más específica para el desarrollo de la misma - sin perder de vista que también puede darse en otras etapas de la vida - es la vejez. Así es la ley 11 del tít. 5, del lib. II la que concretiza esta difícil cuestión, inhabilitando absolutamente los actos jurídicos de personas en estado demente, aunque esa disposición legal deja abierta una puerta a la posibilidad de recobrar el juicio en un momento determinado (“nam qui per intervalla temporum vel orarum salutem vi dentur recipere et integra interdum mente persistere, de suis rebus ferre iudicium proiberi non poterunt”), tal y como ya determinaba la legislación romana2. Sin embargo, no es fácil ni resultan reconocibles los perfiles en el derecho medieval de tradición latina-meridional sobre la demencia senil. La incapacitación y la impugnación de los negocios jurídicos del demente senil es un fenómeno no definido en el Derecho histórico catalán. Sólo en el Derecho codificado aparece alguna sentencia del Tribunal Supremo estimando el estado civil de persona incapacitada. No hemos encontrado el Derecho catalán menciones sobre el fin de la capacidad que no sea la propia muerte, o el fin de la personalidad física, de la misma forma que el nacimiento o la concepción de un ser -dentro del derecho histórico- otorga la personalidad en el caso del nacimiento. Sí es claro que la muerte lleva consigo el fin de la capacidad jurídica y de la capacidad de obrar, lo mismo que también se contempla el caso de los sujetos a interdicción. Respecto a la sentencia que acabamos de mencionar, el Tribunal Supremo, refiriéndose al supuesto de demencia senil, señala los efectos retroactivos de la sentencia de incapacitación a un momento anterior, lo cual resulta ser bastante criticable en la medida de que la sentencia tenga efectos constitutivos, y el hecho de que incapacitación constituye un nuevo estado civil parece contradictorio en relación a que pueda tener efectos retroactivos, aparte de los problemas que plantea para la seguridad del tráfico.
3Por otro lado la vejez y la última etapa de la vida plantean numerosos interrogantes en cuanto a su consideración jurídica en el Derecho medieval. Sin embargo, la mentalidad propia de la época no ha creado un “Derecho de la tercera edad” un conjunto de normas específicas para la última etapa de la vida, y hemos de perfilar las características del Derecho referente a ese momento de la vida del hombre a través de institutos jurídicos diversos, que nos dan menciones muy accidentales sobre la problemática de este Coloquio internacional y sobre el objeto de lo que aquí se ha ido debatiendo en estos días en el marco incomparable de la Universidad de Provenza. Es conveniente también hacer una serie de precisiones terminológico-jurídicas, antes de entrar en la problemática de algunos de los institutos jurídicos que pueden llegar a interesarnos, aparte del ya mencionado en relación al Liber Iudiciorum. Dentro del marco cultural jurídico latino de Cataluña, el senex tiene un significado bien preciso, no exento de connotaciones inherentes al propio léxico latino-vulgar y latino-occidental altomedieval. No hemos detectado los términos griegos γέρωυ y γεροσία en Cataluña, Rosellón y Cerdaña en textos jurídicos medievales. Sí es frecuente la mención latina en la glosa a los Usatges de Barcelona de Guillem de Vallseca, por ej., donde se especifica que en relación al caballero viejo o pobre que no pudiera defenderse por si mismo, pueda redimir su participación con el pago de cinco onzas de oro de Valencia3. Vallseca hace la precisión de los 60 años para la consideración de senex4. Este Usatge vuelve a ser comentado por Joan de Socarrats en su In tractatum Petri Alberti... Commentaria, partiendo del punto referencial de la glosa de Vallseca en relación a la edad de 60 años No obstante, para el autor este comentario vallsequiano admite algunas matizaciones, ya que al ponerlo en consonancia con el Digesto, o con la obra de Rolando Bandinelli, se admite la posibilidad de que la determinación de lo que es senex quede al arbitrio judicial5. Difícilmente los octogenarios - señala Socarrats6 - están preparados para la guerra y para la cabalgada, pero existen también viejos robustos y fuertes aptos para el trabajo, en especial, en las faenas del campo. El Codex no excusa del ejército hasta los setenta años7. Reflexionando sobre el propio derecho intermedio, Socarrats llega a la conclusión bien precisa : “Et quod dixi de senectute, intellige non robusta, sed valetudinaria”8. San Vicente Ferrer en un sermón pronunciado en Tortosa en 1413 señala : “Quinta [aetas] hominis virilitas usque ad LX annos. Sexta senectus, usque ad LXXX [annos] vel CX annos”9. El pensador, teólogo y polígrafo catalán Francesc Eiximenis escribía en su Vida de Jesucrist, que se sentía senex et infirmus10. Entre el anecdotario de consejos que el propio Eximenis da en el Lo Libre de les dones está la particular referencia a que las mujeres han de querer y respetar a sus suegros, tanto al suegro como a la suegra, particularmente si son ancianos o viejos11. No le faltaba razón a Eiximenis al ponderar la conveniencia de escuchar los consejos de los ancianos12.
4No parece que se utilizara la palabra Senatus en ningún momento para designar la Curia en Cataluña. Esta institución jurídico-pública sobre la que tan fructíferos trabajos ha realizado J. Fernández Viladrich13, tendría un sentido parecido de asamblea consultiva y organismo de asesoramiento del conde, del señor. La idea de la aeternitas también tiene un reflejo particular en el Derecho y en la propia conceptualización jurídica diacrítica a través de formulaciones como el caso de la ὰιωvιóτηζ griega, que aparece en los textos justinianeos y post justinianeos. Se la detecta con un sentido jurídico específico en algunos de los pasajes de ta βασιλικὰ, pero en Cataluña, Rosellón y Cerdaña es un término religioso, sin connotaciones jurídicas.
5Vistas estas precisiones terminológicas, diremos que hay algunos institutos jurídicos que pueden cohonestarse con la vejez. Así, la presunción de muerte puede ser anterior o posterior a lamuerte real de la persona, e influye necesariamente sobre la temática de derecho hereditario. Detrás de algunas de las instituciones hereditarias puede aparecer un principio de protección jurídica de los viejos, sobre todo en ámbitos rurales, en cuanto a sus bienes y a su disponibilidad.
6En algunos municipios catalanes fueron dadas disposiciones tendentes a la protección de las casas o lugares que asistencialmente acogían ancianos, no solamente pobres, ahora que la pobreza está tan de moda en su estudio por parte de los medievalistas.
7Los derechos del conyuge viudo, que sea viejo, tanto los contenidos en el Liber Iudiciorum - cuya vigencia en la Alta Edad Media ya nos hemos detenido en ella al principio -, como los derechos del cónyuge premuerto no pueden dejar de mencionarse aquí. Se impone la obligación de l’any de plor, hasta el punto de que el Liber considera adulterio las relaciones sexuales que puedan establecerse antes de que transcurra el año desde el fallecimiento del otro cónyuge14. Detrás de esto no se ha visto una justificación clara, aunque puede llevar a la pérdida de la mitad de los bienes. Sabemos que el derecho castellano de la Alta Edad Media, en el supuesto de que la mujer viuda volviese a contraer matrimonio no recibiría las mismas arras o una donación nupcial parecida a la que pudiera recibir la mujer soltera. Los fueros castellanos nos están diciendo que recibe una cantidad notablemente más baja15. En el derecho catalán el usatge n° 147 (u. vidua) es sumamente preciso : “Vidua si honestament e casta viura apres la mort de son marit en sa honor, nodrint be sos fills, naja la substantia de son marit, aytant com estara sens marit. Si cometra adulteri e lo lit de son marit violara, perda sa honor e tot lo haver de son marit ; e la honor venga en poder dels filis si en edat ne seran, o de altres propinques d’aquells ; axi empero que no perda son haver si en present apparra, ne perda lo sponsalici mentre viura, e puys retorn al filis o als propinques”16. Las ideas fudamentales que pueden substraerse del comentario de este usatge son : 1a) que parecen reconocer una serie de derechos a la viuda, no al viudo ; 2a) que hay autores que han afirmado la crisis de este sistema con la recepción del derecho común en Cataluña ; 3a) la ulterior Constitución hac nostra dada en las Cortes de Perpignan de 135117 estableció que, tras la muerte del marido, se entiende que la mujer posee todos los bienes por él dejados durante el año de luto. Transcurrido dicho año ha de verse completamente satisfecha en su dote y en su esponsalicio haciendo suyos los mismos bienes ; 4a) se complementó la Constitución de 1351 con la de 1564 en algunos de sus aspectos ; 5a) fue posteriormente la literatura jurídica del seiscientos y del setecientos la que entró en el comentario del usatge y de ambas constituciones18.
8La tutela de la abuela es uno de los institutos tutelares menos estudiado. En el derecho intermedio, la glosa ha aportado algunos comentarios tratando de proteger los intereses y el “favor minoris” o “favor pupilli” que Marco M. Benavidio le ha dedicado una obra, De pupilli favoribus19. Aparecen aquí ligados problemas de excusatio y de incapacidad.
Notes de bas de page
1 Particularmente por Aquilino IGLESIA FERREIROS, La creación del Derecho en Cataluña, “AHDE”, XLVII (1977), 99-423. También Pierre BONASSIE, La Catalogne du milieu du xe à la fin du xie siècle, Toulouse, Public. de l’Université, 2 vols., 1975-1976 (hay trad. catalana de Edicions 62, Barcelona, 1979-1981). Más antiguo, pero no por ello menos válido, es el trabajo de Ferran VALLS TABERNER, El ’Liber iudicum popularis” de Homobonus de Barcelona, “AHDE”, II (1925), 200-212.
2 Cfr. C. 6, 22, 9.
3 Antiquiores barchinonensium leges, quas vulgos usaticos appellat, Barcelona, 1544, fol. CIXv.
4 Antiquiores, fol. CXr.
5 Ibidem.
6 “Et quis dicatur senex. Dic, si maior sexaginta annorum” (In tractatum Petri Alberti canonici barchinonensis, de consuetudinibus Cathaloniae inter dominos et vasallos, ac nonnullis aliis, quae commemorationes Petri Alberti appellantur, doctissima ac locupletissima commentaria, Lyon, 1551, fols. 357v-358ra.
7 Cit. Ibidem, fol. 358ra.
8 Cit. Ibidem, fol. 358ra, n° 10.
9 Josep PERARNAU i ESPELT, Documents i precisions entorn de Francesc Eiximenis (c. 1330-1409), en Arxiu de Textos Catalans Antics”, 1 (1982), 215.
10 Ibidem, p. 214.
11 Lo Libre de les dones, ed. crítica a cargo de Frank Naccarato, revisada por Curt J. Wittlin y Antoni Comas, Barcelona, Curial, 1981, cap. LXXIV, p. 119.
12 Lo libre de les dones, cap.CCLX, p. 362.
13 Notas en torno a las asambleas condales en la Cataluña de la Alta Edad Media, Barcelona, P.P.U., 1984, 2a ed. ; La corte condal : una limitación fáctica a los poderes de la autoridad condal en la Cataluña de la Alta Edad Media, “Revista Jurídica de Cataluña”, abril-junio 1982, pp. 119-149.Al momento del homenaje tributado a Font i Rius en Una oferta científica iushistórica internacional al prof. J.M. Font i Rius con ocasión de sus ocho lustros de docencia universitaria, P.P.U., Barcelona, 1985.
14 Cfr. Enrique GACTO FERNANDEZ, La condición jurídica del cónyuge viudo en el derecho visigodo y en los fueros de León y Castilla, Serie “Anales de la Universidad Hispalense”, Sevilla, 1975, pp. 121 y 145-147.
15 Ibidem, passim.
16 Ed. Ferran VALLS TABERNER (con Ramon d’ABADAL i de VINYALS), Usatges de Barcelona, n° 1 de “Textes de Dret Català”, Barcelona, 1913, p. 70, donde se recoge el texto latino : “Vidua si honeste et caste post mortem viri sui in suo honore, bene nutriendo filios vixerit, habeat substanciam viri sui, quamdiu steterit sine marito. Si se adulteraverit et cubile viri sui violaverit, amittat honorem suum et totum avere viri sui ; et veniat honor in potestate filiorum, si in etate fuerint, vel aliorum propinquorum ; ita tamen ut non perdat suum avere, si in presenti apparuerit, nec sponsalicium amittat, quamdiu vixerit ; postea reddant ad filios vel propinquos” (también en reed. Fernando VALLS TABERNER, Los Usatges de Barcelona. Estudios, comentarios y edición bilingüe del texto, con Prólogo de Jesús Fernández Viladrich y Manuel J. Peláez y preparación de la obra, selección de originales y correcciones a cargo de Manuel J. Peláez y Enrique M. Guerra, P.P.U., Barcelona, 1984, p. 117 y en ed. Usatges de Barcelona. El Codi a mitjan segle xii, de Joan BASTARDAS, Barcelona, 1984, p. 172, ap. C4).
17 “Ab aquesta nostra Constitutio per tots temps valedora sanccim, que la Muller, mort lo Marit, encontinent apres la mort de aquell sie vista tots los bens de son Marit posseir, e dins lo Any del plor de aquells bens en totas cosas a la sua vida necessarias sie proveida : apres lo dit Any empero del plor los fruyts de aquells bens faça seus, fins a tant que a ella en lo dot, e sponsalici seus sie integrament satisfet : exceptadas empero las Mullers a las quals per lurs Marits certs Locs, o rendas, o altres bens de hont rendas annuals, o esdeveniments puxan proveir, per seguretat de lur dot, o sponsalici seran assignats, en lo qual cas, aquells tantsolamnet Locs, o rendas, o bens sie vista posseir, e sobre aquells haja la sua provisio, e los fruyts seus faça de aquells. Ajustant que la Muller en lo primer cas, go es a saber quant tots los bens del Marit seu posseir sie vista, inventari començar, dins un mes apres que la mort de son Marit sabra comptador, e dins altre seguent complir, de tot en tot sie tinguda, en altra manera, de la provisió del Any del plor, e del profit de fer los fruyts seus fretur ipsofacto : Pergo empero no entenem los estrets a fer inventari de fer aquell en nenguna manera esser desliurats” (Constitucions y altres drets de Catalunya, Barcelona, 1704, vol. I, lib. V, tít. 3, 1). Comentarios a esta Constitución los encontramos en Guillermo M. de BROCA, Historia del Derecho de Cataluña especialmente del civil y Exposición de las instituciones del Derecho civil del mismo territorio en relación con el Código civil de España y la jurisprudencia, Barcelona, 1918, y reed, anastática con introducción a cargo de Encarna Roca i Trias, 1985, pp. 860 y 862 ; Luis PUIG FERRIOL y Encarna ROCA TRIAS, Fundamentos de Derecho civil de Cataluña, tomo II, Derecho Familiar Catalán, Barcelona, 1979, pp. 375-376 y 391-392 ; A. M. BORELL y SOLER, Protección de la viuda en los regímenes jurídicos españoles, Barcelona, 1946.
18 “Declarant la Constitutio del Rey en Pere Terç en la Cort de Perpinya Capitol XXXII començant Ab aquesta nostra Constitucio, etc.Com la dita Constitucio sie hu dels mes principals Privilegis que las Donas Viudas tenen en los bens del Marit en lo present Principat de Cathalunya, y Comtats de Rossello, y Cerdanya, ab consentiment, y approbatio de la present Cort statuim, y ordenam, que la Muller mort son Marit, sens altra apprehensio corporal de possessio dels bens del dit son Marit, sie vista posseir los bens de aquell, de tal manera, que la possessio dels dits bens immediadament, y sens ministeri de persona alguna sie vista esser transferida en favor de la dita dona, e si dins lo temps de fer inventari, o apres de aquell esser fet, algu pendra dita Real possessio dels bens del Marit, o part de aquells, puga la Viuda contra aquell tal intentar los remeys de Spoli, com si realment, y de fet ella los hagues posseits. Y més declarant la mateixa Constitutio, per levar tot dubte que poria occorrer sobre la hypotheca, y tenuta dels bens del Marit, havent hi Filis del primer Matrimoni, y sobrevivint segona Muller, o Fills de aquella, ab consentiment de la present Cort statuim, y ordenam, que en tal cas, los Filis que sien hereus de la primera muller hajan de ser preferits, quant als Privilegis, y benefici de dita Constitutio, a la segona Muller, o Filis, y hereus de aquella, fins sien integrament satisfets de la dot, y Sponsalici de lur Mare” (Constitucions, vol. I, lib. V, tit. III, 2). Agudas observaciones, entre otros, de G.M. de BROCA, Historia, p. 861 ; L. PUIG FERRIOL y E. ROCA TRIAS, Fundamentos, II, pp. 376-378.
19 Vid. Gigliola VILALTA DI RENZO, La tutela. Indagini sulla scuola dei glossatori, Giuffrè, Milán, 1975, passim. Sabemos que Odofredo en su comentario al Codex 5, 28 constató la tutela de la abuela. Los comentaristas acostumbran a distinguir un triple punto de vista respecto a la glosa en relación a la tutela de la abuela en Digesto y Novellae. Del Archivo Departamental de los Pirineos Orientales de Perpignan, ver en la Serie B, reg. 121, a. 1369.
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Université de Malaga
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