Otra vez las fuentes de El curioso impertinente
p. 767-772
Texte intégral
1Seguramente gran parte del primer público del Quijote se dio cuenta de la influencia ejercida por el Orlando furioso sobre la novelita intercalada del marido patológicamente curioso: está visto que Cervantes no esperaba menos de sus lectores, pues en su relato alude a los protagonistas de los dos episodios ariostescos que él pusiera a contribución1. Modernamente, los comentadores han vuelto una y otra vez al tema, coincidiendo todos en creer que la fuente principal del Curioso es el Furioso2. También se han propuesto otros modelos, sobre todo el incidente de Menesarco en El Crótalon de Villalón, pero algunos de estos posibles influjos han permanecido desconocidos a los cervantistas. Aquí intentamos presentar un resumen del estado actual de la cuestión, y al mismo tiempo completar el cuadro, que hasta ahora ha quedado inacabado, con notables lagunas. Vamos a empezar con un compendio del argumento del Curioso, para luego ir señalando el origen de cada rasgo3:
- En Florencia viven dos caballeros jóvenes y principales, Anselmo y Lotario, tan íntimos que «por excelencia y antonomasia... los dos amigos eran llamados» (p. 21),
- Anselmo se casa con una doncella noble y virtuosa, llamada Camila, la cual le corresponde su tierno amor,
- Lotario deja de acudir con tanta frecuencia a casa de Anselmo, por respeto a su honor; esto provoca grandes protestas en el casado, el cual insiste en que su amigo siga visitando su hogar como antes; Lotario conviene en ir cierta cantidad de días por semana (p. 24), pero falta los más de ellos,
- Anselmo empieza a obsesionarse con la idea de probar a Camila, para ver si ella realmente es tan buena como parece; en su opinión, no se puede decir que sea casta si no ha sido solicitada (pp. 28-29),
- Anselmo pide a Lotario que él galantee a Camila, para poner a prueba su virtud; si ella cede, quedará a salvo el honor de Anselmo, pues Lotario no llevará a cabo el acto (p. 31); Lotario hace todo lo posible para disuadir a su amigo de tal propósito, pero ante su irrevocable empeño, por fin acepta intentar la seducción; sin embargo, Lotario no cumple con su promesa, lo cual Anselmo descubre al cabo de un tiempo,
- entonces Lotario promete de veras procurar seducir a Camila, en una ausencia de ocho días que hará Anselmo con este fin, y durante la cual Lotario vivirá en casa de Camila,
- en los primeros días, Lotario no dice nada a la esposa, quien siempre se hace acompañar de su servidumbre; pero después se descuidan los criados, dejando sola algunas veces a su ama; durante este tiempo Lotario se enamora de Camila, y comienza a requebrarla de todo corazón,
- Camila escribe a Anselmo, pidiéndole permiso de irse a casa de sus padres; el marido le niega esta licencia,
- Lotario porfía en su amor, y Camila acaba por enamorarse también, rindiendo su virtud (p. 64),
- Anselmo vuelve a casa muy contento de que Lotario ya haya emprendido el asalto a su honra; su mujer y su amigo lo engañan, dándole a entender que no ha pasado nada entre ellos durante su prolongada ausencia,
- la criada de Camila, Leonela, viendo la desvergüenza de su ama, toma un amante y lo mete en casa muchas noches; Camila no se atreve a regañarla, y así Lotario, divisando salir a un galán una madrugada, cree que ella le falta, y la denuncia a Anselmo,
- Lotario se arrepiente de su precipitada acción, y da cuenta a Camila de lo que ha hecho; ésta le explica la situación, y los dos se ponen de acuerdo con Leonela para hacer una farsa delante de Anselmo, para convencerlo de la inocencia de su mujer,
- Anselmo vive engañado por un tiempo, pero
- una noche sorprende al galán de Leonela en su casa; ésta, amenazada por él, promete decirle cosas de mucha importancia por la mañana; Anselmo cuenta esto a Camila, quien se levanta poco después, cuando él ya duerme, junta sus joyas y dineros, y se va a casa de Lotario; éste la deposita en un convento y huye (va a la guerra, donde fenece al poco tiempo); Anselmo finalmente cae en la cuenta de su deshonra y se muere de pesar, creyendo que Lotario y Camila han huido juntos; Camila profesa en el convento al enterarse del deceso de Lotario, viviendo pocos días.
2Así separados los motivos, podemos pasar a estudiar su procedencia. Lo que sorprende, por lo inesperado, es ver cuán pocos de los bloques narrativos vienen del Orlando furioso: en efecto, de los catorce componentes acabados de señalar, tan sólo cuatro – los núms. 4, 9,11 y 14 – proceden total o parcialmente del Furioso, y eso únicamente en forma muy modificada. Claro está que lo singular del Curioso, lo que lo distingue de otros cuentos de trágico adulterio, es la obsesión de Anselmo de someter a escrutinio la virtud de su esposa, una peculiaridad que parece encontrarse solamente en el Orlando. Sin embargo, el modo en que se presenta el motivo es radicalmente distinto en Ariosto, donde un caballero se deja persuadir de una maga de probar a su mujer bajo la apariencia de un galán suyo, el cual le ofrece bellísimas joyas a cambio de su castidad4. En otras palabras, la dama del Orlando consiente en venderse (canto XLIII, 38), mientras que Camila se enamora de Lotario sin ningún interés material; así es que nuestro motivo 9 asume características bien diferentes en las dos historias. Los núms. 11 y 14 también tienen sólo un parecido general en las dos versiones: si Leonela imita a Camila al meter a un galán en casa (el cual inevitablemente es descubierto), en Ariosto es a causa de un simple disgusto entre criada y señora que aquélla revela el adulterio de ésta5. En resumidas cuentas, Cervantes ha tomado de Ariosto el motivo central del esposo que pone a prueba a su mujer (núm. 4), con el resultado que ella sucumbe (núm. 9), el detalle de la sirvienta delatadora de su ama (núms. 11 y 14), y el nombre de Anselmo6.
3El episodio ariostesco del marido celoso fue imitado en España muchas décadas antes de la publicación del Quijote, en El Crótalon de Cristóbal de Villalón7. Parece fuera de duda que Cervantes conociera esta versión del cuento, pues la suya coincide con la de Villalón en cuatro rasgos significativos: 1) el desequilibrado marido (no la maga) es quien concibe la idea de indagar si su mujer es fiel (motivo 4), 2) mientras que las esposas en Ariosto venden su virtud por joyas, la del Crótalon se rinde en parte por el interés y en parte por verdadero amor (núm. 9), 3) al huir la mujer de su casa, se lleva sus joyas (núm. 14), y 4) al poco tiempo el esposo fenece de pena (núm. 14). O sea, tres de los cuatro motivos tomados por Cervantes de Ariosto quedaron modificados de acuerdo con los cambios ya introducidos por Villalón8.
4Pero aún establecida la incuestionable influencia de Villalón sobre el Curioso, sigue en pie el problema de que tenemos precedentes para sólo cuatro de los catorce motivos que integran nuestro relato (los núms. 4, 9, 11 y 14). Resulta claro, por tanto, que falta cuando menos una fuente más, fuera de lo que Cervantes pondría de su propio peculio. En realidad, hace ya más de medio siglo que se propusieron otros antecedentes para el Curioso, aunque esto se haya escapado a la atención de los cervantistas.
5Uno de los verdaderos monumentos de la erudición literaria, y por consiguiente una de las obras más fundamentales para el estudio de la literatura, es el índice de motivos folklóricos compilado por Stith Thompson9. Pues bien, en esta obra tan conocida se registra el incidente del marido que pide a un amigo que corteje a su esposa, con la consecuencia de que ella queda seducida: es el motivo H492.2. Sin embargo, Thompson no cita ningún ejemplo de esta trama (como normalmente hace), sino que envía a otro índice inspirado en el suyo, el de D. P. Rotunda, sobre la Novella italiana10. Bajo dicho motivo Rotunda asienta tres casos: el Curioso, un cuento de I trattenimenti (1587) de Scipione Bargagli11, y una de las Novelle de Gentile Sermini, probablemente escritas en el segundo cuarto del siglo XV12. La verdad es que ni el cuento de Bargagli ni el de Sermini traen el motivo del marido que quiere probar la virtud de su esposa13, pero a pesar de esto, queda patente que la novella 7 de Sermini es una de las principales fuentes del Curioso. Veamos su argumento, y después puntualizaremos su influencia sobre Cervantes:
En Florencia viven dos buenísimos amigos, Papino y Giovan Bello. Papino se casa con la bella y virtuosa Lauretta, y por consideraciones del honor de su amigo, Giovan empieza a frecuentar su casa menos. Pero Papino insiste vehementemente en que su amigo siga visitándolo día y noche, a pesar de las quejas y consejos de su mujer. Se enferma Papino, y durante el tiempo de su dolencia hace que Giovan se acueste con él y su esposa, al lado opuesto de ella. Después que se mejora Papino, siguen con esta misma costumbre. Un día Lauretta ve una erección de Giovan debajo de la sábana, estando él dormido, y se queda fascinada. Algún tiempo después Papino tiene que ausentarse por negocios, y deja a Giovan encargado de su mujer. Entonces Lauretta propone amores a Giovan, y él acepta alegremente. Se prolongan los negocios de Papino, y él escribe a Lauretta, proponiéndole que vaya a estar con él, pero ella no quiere. Por fin vuelve Papino a su hogar, y encuentra muy natural que Giovan y Lauretta hayan seguido durmiendo en la misma cama. Los amantes ocultan su secreta relación, y Papino no sospecha nada. Al poco tiempo se muere Papino, y entonces se casan Giovan y Lauretta, viviendo felices.
6Es evidente que la estructura básica del Curioso es idéntica a la de este cuento de Sermini, y que los motivos procedentes de Ariosto y Villalón han sido injertados sobre esta base. Por de pronto, las tres primeras situaciones coinciden de una manera poco común en Cervantes (el cual suele disfrazar cuidadosamente sus préstamos): el escenario en Florencia; los dos protagonistas jóvenes, ricos y nobles, unidos por una singular amistad14; uno de ellos se casa con una joven hermosa, distinguida y virtuosa; el otro por prudencia deja de visitar tan asiduamente al recién casado, lo cual causa que éste se empeñe en que su amigo siga frecuentando su hogar igual que antes. Papino es tan obsesivo como Anselmo, bien que Sermini no comente el caso directamente (sino a través de la acción): un casado que insiste en que su amigo prácticamente viva con él y su esposa, llegando hasta a compartir su cama, es tan anormal como el que exige que el amigo trate de seducir a la esposa, para probar la virtud de ella. En ambos casos se trata de una enorme imprudencia, al poner a la mujer y al compañero en un contacto demasiado íntimo, que casi los obliga a enamorarse el uno del otro.
7Así es que los motivos 4 a 9 del Curioso, aunque muy distintos en sus detalles del argumento de Sermini, tienen un parecido general con el cuento italiano, pues en ambas obras el esposo maniático somete a los seres que más ama a una tentación amorosa que no pueden resistir. En ambas historias tanto el amigo como la mujer protestan contra la ofuscación irracional del casado, pero en vano; ellos son leales y moralmente buenos, pero él los coloca en unas circunstancias imposibles. Al contrario de las mujeres de Ariosto (y hasta cierto punto, la de Villalón), Lauretta y Camila no sucumben al señuelo de las joyas, sino que caen sinceramente enamoradas del camarada del marido. En ambos casos, la caída sobreviene durante una larga ausencia del cónyuge, cuando él ha dispuesto que el amigo viva en su casa con la mujer. Ambos maridos vuelven muy contentos después del viaje, y permanecen ignorantes de su deshonra, en parte porque los adúlteros se han puesto de acuerdo para engañarlos (motivo 10). Los dos casados viven en el embaucamiento por un corto tiempo (núm. 13), al cabo del cual perecen (cf. el núm. 14), bien que sus muertes son muy diferentes. La influencia de Sermini se hace sentir no sólo en las grandes líneas de la acción, sino también en pequeños detalles: así Papino suele quedarse dormido durante la visita por la noche (p. 216), y Lotario se adormila una vez en su silla (p. 52); igualmente, tanto Papino como Camila escriben cartas relacionadas con un cambio de casa para la mujer, pero no se hace tal mudanza (p. 218; pp. 59-62).
8En resumidas cuentas, la fuente principal de El curioso impertinente no es el Orlando furioso, sino el humilde, grosero y olvidado cuento de Sermini. Sobre esta base Cervantes ha injertado varios motivos de Ariosto, substituyendo la manía de Papino de meter a su amigo en todo por la obsesión del caballero innominado del Orlando, que no puede vivir feliz con su virtuosa mujer sin probarla. Si comparamos la influencia ejercida por Ariosto y Villalón con la de Sermini, vemos que el Orlando y el Crótalon inspiraron cuatro motivos en el Curioso (los núms. 4, 9, 11 y 14), aunque todos fueron modificados fundamentalmente por Cervantes; en cambio, el autor del Quijote tomó de Sermini cinco motivos (los núms. 1-3, 10 y 13) más o menos sin alteraciones importantes, y siguió de una manera parcial otros cuatro (los núms. 6, 8, 9 y 12)15. Esto quiere decir (probablemente) que los motivos 5 y 7 son enteramente de la invención de Cervantes, y que los núms. 6, 11, 12 y 14 lo serán en su mayoría.
9Es decir, el autor ocupó su inventiva ante todo en el dibujo de los caracteres de los dos amigos y en sus acciones: cómo uno de ellos se obceca y se obstina en su deseo de probar a su esposa; cómo el otro primero razona con él, tratando por todos los medios de disuadirlo, pero luego se deja meter en el embrollo; cómo trata de dar la apariencia de cumplir con su malhadada promesa sin hacerlo realmente, cómo luego se apasiona verdaderamente y lleva a cabo la seducción; cómo (desde otro punto de vista) Camila combate largo tiempo la imprudencia de Anselmo, cómo se protege contra las asechanzas de Lotario, y cómo al fin sucumbe al nuevo amor, perdiendo el pudor y la vergüenza; cómo el mal ejemplo del ama influye sobre la criada, causando primero terribles celos en Lotario, y más tarde el descubrimiento del horrendo adulterio; cómo, en fin, el infeliz esposo se da cuenta de la espantosa tragedia que él ha causado con su insensata obsesión. Dicho en pocas palabras, Cervantes desarrolla extensamente la personalidad de unos seres que en Ariosto, Villalón y Sermini son interesantes pero mucho menos complejos; en el Orlando, el Crótalon y la novella de Sermini, se describe escuetamente algo que sucedió entre unos personajes, pero en el Curioso esos individuos aparecen ante nuestros ojos, y asistimos a sus diálogos y sus debates interiores. (Se diría que el lento ritmo y la demorada presentación de las conversaciones refleja la complacencia del creador en su obra, que delata su conciencia de que está superando con mucho el material ajeno que utiliza.)
10Lo genial de la creación de Cervantes-que sólo se puede apreciar debidamente a la vista de sus fuentes – consistió en la substitución de la obsesión absurda de Papino por la grandiosa (aunque igualmente destructiva y demente) del caballero sin nombre del Orlando, y en la conservación del motivo de los dos amigos, ya tan bien desarrollado por Sermini. En el Orlando, la manía del caballero no se origina en él, sino en una maga que busca su amor a través de los celos, y que le da la apariencia de otro galán, para que él mismo pruebe la virtud de su esposa. Cuánto más interesante que la obsesión dimane del protagonista mismo, y que él involucre a su mejor amigo – su álter ego, su otro yo – en el horrible acecho. En El curioso impertinente Cervantes supo escoger un asunto que subconscientemente preocupa a todo esposo (¿qué novio no se ha afanado por la pureza de su compañera de toda la vida?), y le ha dado una forma exquisita (bien que un poco prolongada a veces). Lo asombroso es que su principal inspiración fuera una tosca y mediocre novelita italiana, sobre la cual él injertó un apasionante tema del Orlando furioso, logrando de este modo un clásico de la literatura universal16.
Notes de bas de page
1 Dice Lotario: «lágrimas de sangre del corazón... lloraba aquel simple doctor que nuestro poeta [Ariosto] nos cuenta que hizo la prueba del vaso, que, con mejor discurso, se escusó de hacerla el prudente Reinaldos» (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rodríguez Marín, 10 vols., Madrid, Atlas, 1947-1949, vol. 3, p. 37; todas las citas provienen de esta edición, que trae el relato del Curioso en las pp. 21-115). Como han hecho ver los comentadores, Cervantes confunde aquí a los protagonistas de los dos lances que usó del Orlando furioso.
2 Para no extendemos en citas enojosas, basta observar que así lo afirman todos los editores de las impresiones más solventes del Quijote: Diego Clemencm (1833-1839), Clemente Cortejón (1905-1913), Martín de Riquer (1944), Rodríguez Marín (1947-1949), Celina S. de Cortazar e Isaías Lemer (1969; agregan el cuento del Crótalon, que analizaremos más adelante), Luis Andrés Murillo (1978); asimismo Francisco Ayala, ed. El curioso impertinente. Salamanca, Anaya, 1967, p. 16. Helena Percas de Ponseti, Cervantes y su concepto del arte, 2 vols, con una sola paginación, Madrid, Gredos, 1975, pp. 193-202, recoge la bibliografía sobre las fuentes del Curioso. Percas realza ante todo las coincidencias con El Crótalon, aunque no por eso concluye que Cervantes lo conociera.
3 Aunque se incluyen aquí todos los detalles importantes del argumento, no hay necesariamente relación entre la extensión del rasgo descrito y su importancia dentro del relato.
4 Se recordará el argumento del episodio del Orlando (XLII, 70 a XLIII, 66): Rinaldo se encuentra con un caballero que le pregunta si está casado, y al saber que sí lo está, lo lleva a su palacio a pasar la noche. Después de una magnífica cena, el caballero le ofrece una copa de vino que le dirá si su esposa es fiel o no; Rinaldo rechaza el cáliz, diciendo que Dios prohíbe tales indagaciones. Entonces el señor le cuenta su historia: él se casó felizmente, pero una maga, Melissa, se prendó de él, y lo convenció de que no podía considerar verdaderamente casta a su esposa si ella no ha triunfado al ser solicitada. Melissa le ofrece la copa mágica, que indica que la mujer es fiel, pero lo persuade de que se le presente bajo la apariencia de uno de sus pretendientes, y que le ofrezca muchas gemas. La señora accede a entregarse al galán, si él guarda el secreto; en este punto el caballero revela su verdadera identidad. Avergonzada y furiosa por la prueba que le ha hecho el esposo, la dama se va con el galanteador a quien su marido ha remedado. El caballero cuenta que se consuela ofreciendo su copa a los maridos que aceptan su hospitalidad, pues a todos les han faltado sus consortes; Rinaldo es el primero en diez años que no ha querido hacer tal prueba (XLIII, 44).
5 Se trata de otro episodio (XLIII, 72-143), en que Argia, la mujer del juez Anselmo, también se vende a un pretendiente en ausencia de su marido; éste termina perdonándola y volviendo a convivir con ella.
6 Hay además ciertas semejanzas verbales en los respectivos discursos sobre la virtud no probada por las tentativas de seducción, y en las respuestas a estas arengas («Mia donna è donna, et ogni donna è molle: /... /che poss'io megliorar per famé prova?», Orlando, XLIII, 6; «la mujer es animal imperfecto», «Es de vidrio la mujer»; «¿qué mejores títulos piensas darle después que los que ahora tiene...?», El curioso, pp. 41, 44, 34).
7 Véase El Crótalon de Cristóforo Gnofoso, ed. Asunción Rallo, Madrid, Cátedra, 1990, pp. 133-138.
8 Las coincidencias del Curioso con El Crótalon fueron señaladas por Rudolph Schevill, «A Note on El curioso impertinente». Revue Hispanique, 22, 1910, pp. 447453. Sin embargo, Schevill concluyó (por razones no especificadas: probablemente porque El Crótalon no se había publicado aún) que no era posible que Cervantes conociera la versión de Villalón. Por el contrario, Asunción Rallo sí parece aceptar la influencia del Crótalon sobre Cervantes, pues señala en nota las semejanzas entre los dos textos.
9 Motif-Index of Folk-Literature, 6 vols., Bloomington, Indiana University Press, 1932-1936; 2e ed. ampliada, 1955-1958.
10 Motif-Index of the Italian «Novella» in Prose, Bloomington, Indiana University Press, 1942.
11 Es el segundo relato en I trattenimenti, ed. Laura Riccò, Roma, Salemo Editrice, 1989, pp. 210-226.
12 Novelle, ed. Giuseppe Vettori, Roma, Avanzini e Torraca, 1968, vol. 1, pp. 215-224 (novella 7). En su introducción Vettori recoge lo poco que se sabe de la vida de Sermini (cuyo nombre puede ser un pseudónimo); para las fechas de composición de las Novelle, véanse las pp. 20-22.
13 En el segundo cuento de Bargagli, un galán goza a una casada bajo disfraz, y terminan como amantes. Nótese que también están mal en Thompson y Rotunda los motivos H492.2.1 y H492.2.2, ya que en ninguno de los ejemplos citados por Rotunda figura el marido que pide a un amigo que trate de seducir a su mujer.
14 Las frases iniciales tienen un contenido casi idéntico: «Nella magnifica città di Firenze erano due dilettissimi amici e compagni, i quali di puro e perfetto amore molto s'amavano... l'uno Papino e l'altro Giovan Bello chiamati»; «En Florencia, ciudad rica y famosa... vivían Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos, que, por excelencia y antonomasia, de todos los que los conocían los dos amigos eran llamados».
15 No parece probable que haya otras fuentes importantes todavía desconocidas para el Curioso. El procedimiento usual para crear un cuento nuevo era combinar elementos de dos cuentos viejos (posiblemente con aditamentos misceláneos), los cuales aquí son el episodio del Orlando y la novella de Sermini. Además, lo que parece añadido por Cervantes consiste ante todo en caracterización, no en la acumulación de otros motivos novelescos. Percas de Ponseti (citada en la nota 2), pp. 199-200, sostiene que el Curioso tiene un estrecho parecido con otro episodio de El Crótalon, cantos 9-10. Tal teoría, avanzada anteriormente por Eduardo Juliá Martínez, carece totalmente de base, pues este cuento relata cómo un caballero resiste las insistentes tentativas de seducción por la mujer de su buen amigo (esta hipótesis ya había sido refutada por F. Ayala, ed. El curioso, pp. 20-21).
16 Debe apuntarse que las novelle de Gentile Sermini no son muy conocidas (por eso su influencia sobre Cervantes ha pasado desapercibida), y que no se publicaron en su totalidad hasta 1874. Hemos visto, sin embargo, que El Crótalon también estaba inédito, y que a pesar de esto fue imitado por Cervantes. Sabemos que durante unos seis años (1569-1575) estuvo Cervantes en Italia, donde viajó extensamente (Luis Astrana Marín, Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, vol. 2, Madrid, Reus, 1949, pp. 220 y 449-453). Parece que las alusiones que hace en sus obras a distintas ciudades de Italia corresponden a lugares que él conoció (Astrana Marín, loc. cit.; véase también el índice de «nombres geográficos» en las Obras completas de Cervantes, ed. Angel Valbuena Prat, Madrid, Aguilar, 1962, pp. 1779-1793). Pues bien, en el Persiles (I, viii; p. 1546 en las Obras completas) se nombra la ciudad de Sena (Siena), donde nació y vivió Sermini. Es posible, entonces, que Cervantes haya conocido las novelle de Sermini en Siena. Sermini ofrece las particularidades de tener pocos modelos conocidos y, por otro lado, de haber dejado pocas influencias documentadas. Empero su novella 14 fue imitada por el sienés Bernardo Illicini (en un cuento que luego pasó a Matteo Bandello y a Scipione Bargagli; véase Riccò, ed. Bargagli, pp. 557-560).
Pueden citarse dos paralelos al caso de Sermini y su influencia sobre Cervantes: 1) durante 60 años fue un lugar común de la crítica internacional afirmar que Chaucer no conoció el Decamerón; después que se demostró lo endeble de los argumentos en que se basaba tal opinión, junto con varios ejemplos de probable influencia (D. McGrady, «Chaucer and the Decameron Reconsidered», Chaucer Review, 12, 1977, pp. 1-26), se ha reconocido que Chaucer sí imitó la colección de cuentos más popular de su época, y 2) igualmente, durante muchas décadas se mantuvo que las novelle de Giovanni Sercambi (1348-1424) permanecieron desconocidas desde la Edad Media hasta el siglo XVII; luego se mostró que Sercambi ejerció considerable influencia en esos siglos (McGrady, «Were Sercambi's Novelle Known from the Middle Ages On? (Notes on Chaucer, Sacchetti, Cent Nouvelles nouvelles, Pauli, Timoneda, Zayas)», Italica, 57, 1980, pp. 3-18), y últimamente se ha descubierto un manuscrito español que parece contener un cuento tomado de Sercambi (Gema Vallín y Gemma Avenoza, «Los primeros pasos de la novella en España: Cuatro quentos de exemplos», Criticón, 55, 1992, pp. 31-40, especialmente 38-39).
Auteur
Universidad de Virginia
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