La controversia en tomo a las Soledades. Un parecer desconocido, y edición crítica de las primeras cartas
p. 151-171
Texte intégral
1En su reciente edición de las Soledades Robert Jammes dedica un largo apéndice a catalogar los sesenta y seis documentos de que hay noticia como integrantes de la controversia en tomo al poema durante el siglo XVII1. Hoy queremos contribuir al conjunto publicando un breve parecer anónimo cuyo hallazgo revela, una vez más, que nuestro conocimiento de la literatura áurea es y seguirá siendo precario mientras no se exploren a fondo los manuscritos que duermen en bibliotecas públicas y privadas2. Al mismo tiempo pretendemos empezar a satisfacer la necesidad, repetidamente denunciada por Jammes, de depurar textos importantes que hasta ahora han circulado en copias mal transcritas y peor puntuadas, como las de Emilio Orozco y otras que derivan de ella. Por razones de espacio, nos limitaremos a las dos primeras cartas de la polémica, aprovechando variantes de códices desconocidos para establecer el texto crítico posible. Nuestra anotación, estrictamente filológica, no tiene más objeto que justificarlo, y facilitar el trabajo a quien desee hacer pesquisas respecto a sentido y autoría de los documentos.
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2El parecer que sigue se encuentra en un ms. de la Biblioteca Pública Municipal do Porto, descrito con el n° 612 (olim 626) en el 6° fascículo (Literatura) del Catálogo debido a Eduardo A. Alien (Porto: Imprensa Civilisaçâo, 1893). Se trata de un códice de 220 x 140 mm., cuyo tejuelo reza: Poesías de Aldo. Consta de 41 + 5 ff. numerados + unos 200 ff. ya sin numerar. Letra del siglo XVII escrita con tinta amarilla. Su colector será, probablemente, el poeta y jurista portugués Christóvão Alão de Moraes, quien compuso en 1650, con dieciocho años, O Cyclope Namorado. Fábula de Polyfemo e Galathea que Barbosa Machado creía perdida, y cuyas 151 octavas ocupan los 41 primeros folios del ms3. Diez después, figuran el Antídoto de Jáuregui (24 ff.), los Discursos Apologéticos de Díaz de Rivas (22 ff.) –copias ambas desconocidas–, y el parecer que vamos a transcribir con foliación aproximada, sin corregir sus lusismos, pero sí acentos y puntuación, al igual que haremos en los demás documentos (n° 1; 3 ff. y medio); siguen la Carta que un amigo de D. Luis de Góngora... (n° 2; 1 f. y medio), y la respuesta de Góngora (n° 3; 3 ff. y medio), cuyas variantes se darán luego. Rematan esta sección del ms. poemas gongorinos auténticos y atribuidos, sonetos, romances, décimas y redondillas4. Con letra ya distinta, aparece una versión de la primera Heroida de Ovidio, una endecha, una ensalada de versos de romance, y otra Fábula de Polyphemo y Galathea, anónima, en castellano (53 octavas). Tras algún poema atribuido a Lope de Vega, una Fábula de Pan y Siringa (silva, 5 ff.), sonetos cuadrilingües, una Fábula de Píramo y Tisbe (silva, 2 ff. y medio), varios romances y otro soneto, cierra el ms. la Cítara Apolínea compuesta en 1734, a la edad de veinte años, por Martín Lopes de Moraes Alão, probable descendiente de Cristóbal y, como él, poeta precoz. Del parecer en sí nada se sabía. Robert Jammes, a quien lo comunicamos mientras ultimaba la edición mencionada, sugiere en nota que su autor ha de ser algún joven contertulio de Góngora, siempre deferente y respetuoso ante el poeta, incluso cuando pretende hacer algún reparo, y, a la vez, pedantillo e incapaz de leer las Soledades sino a través de un espeso velo de referencias clásicas. Es curioso que, habiéndose transmitido otros documentos de la polémica en varios mss. anteriores, este se nos haya conservado solo en uno portugués y tardío. Otro tanto ocurrió con entremeses atribuidos a Quevedo, y no serán los únicos casos.
Carta de un amigo de D. Luis de Góngora en que da su parecer azerca de las Soledades que le havía remetido para que las viesse
3Para que entienda vuesa merced le e servido passando los ojos como me mandó por esta Soledad con todo cuidado y affición, quise de propósito (no proponerle, pues no son propriamente objeciones) apuntar algunos escrúpulos que inter legendum, o ya por no entenderlos o ya por razonablemente dudarlos, e reparado. Y es por que no arguya vuesa merced que dexar de hazerlo era indicio en mí de ignorarlo.
4Primeramente, en la qüestión [que] acerca del nombre que este poema merece se comenzó a ventilar la otra mañana, no quedé mui satisfecho; y para mi entender será menester suponer algunas condiciones, que el Filósofo en sus poéticas enseña necessarias a la épica y heroica5. Es, pues, la 1a que sea una imitación común en la qual ya el poeta ya la persona agena que introduze hablen a vezes, tal el Poeta latino comiença su Eneida:
Arma virumque cano,
5y en el 2° libro introduze a Eneas, que describe la destrucción de Troya:
Infandum, regina, iubes,
6y la reina de Cartago en el 4o libro:
Anna soror, quae me suspensam insomnia terrent
7[97v] No ai en esta que caluniar la Soledad, pues, después de la dedicatoria, assí vuesa merced gallardamente se introduze:
Era del año la estación florida6,
8y adelante el pastor guía del peregrino es la agena:
Aquellas que los árboles apenas
dexan ser torres oi7,
9y el viejo serrano en su discurso:
¿Quál tigre, la más fiera...?8
10Sea la segunda condición que la heroica imita solo en el lenguaje, a diferencia de los poemas activos, en que juntos con el lenguaje tienen su lugar la música y la danza; contra esta se puede argüir procedió vuesa merced en su poema, en el qual los pastores danzan y vailan a los nobios, siendo ageno de la dignidad épica. Y aunque se puede responder que es permittido por modo enarrativo, como al fin del libro 1 de la Eneida obseruamos que el músico Iopas cantó a los amantes mientras se brindaban, no satisfaze, pues allí el Poeta solo dize cantó el músico, no empero trae la canción en choros, por ser ación perteneciente a la cómica.
11La 3a condición es que se guarde una mesma forma de metro en la épica, según ya hizieron los heroicos griegos, latinos y vulgares, y no reparo tanto en esta por ser según el Filósofo condición accidental, la qual podía vuesa merced con su autoridad dexar de seguir, y sea la última condición en la qual [98] se deua essencial y necessariamente guardar en quanto a la persona imitada; la qual, como vuesa merced en esto y lo demás perteneciente al arte mejor sabe, ha de ser un varón o heroico príncipe digno por sus hazañas y virtudes de ser imitado y querido. Tal describe Homero un valeroso Achiles; Virgilio, un piadoso Eneas; Lucano, un César invencible; de lo qual infiero no convenir a la Soledad nombre de heroica, por hauer sido el intento principal de vuesa merced describirnos la vida pastoral, de suerte que el peregrino y su viage es un camino o medio que vuesa merced elige para alcançar el principal fin, que fue imitar, en la 1a Soledad, [la] del ganadero, la del pescador en la 2a, y assí las demás. Bien entiendo está la respuesta cerca diziendo que los rotos y mojados paños del peregrino jouen visten un noble y valeroso príncipe, que en progresso de la obra se dará a conocer. A lo qual respondo que no basta para baptizarse con tal nombre, pues vemos que también la trágica imita héroes, assí que el énfasis no [está] en esto, mas en seguir por assunto principal las alabanças, hechos y valor de un príncipe, y adornallo de virtudes morales para afficionar los ánimos. Resta, pues, demos nombre a la Soledad, ya que la excluimos de la épica, y según a mi ver [sic] ninguno otro le quadra como el de bucólica, égloga o [98v] pastoral, por la rrazón arriba dicha de lo imitado. Verdad es que siendo especies conprehendidas debaxo de los géneros de poética, las hauemos de reducir a uno de ellos. Para lo qual se supone que, siendo la bucólica poema extrauagante, tal vez se rreduze a la actiua, como la primer égloga de Virgilio:
Tityre, tu patulae,
12y en la tercera:
Dic mihi, Damoeta.
13Tal rreduze a la enarratiua, donde solo el poeta canta como la quarta de el mesmo varón:
Sicelides Musae, paulo maiora canamus,
14i tal a la común, qual la segunda, en que se intruduze el poeta que cuenta los amores de Coridón [y] Alexis:
Formosum pastor Coridon,
15y el mismo Coridón después que habla:
O crudelis Alexis9.
16Este mismo stilo (?) commun sigue vuesa merced, como digo, en la primera condición, por la qual la dicha Soledad deue reduzirse al poema común y épico, no, enpero, llamarse con el nombre de su género, mas de égloga o buccólica, pues aquel deue ser vna imitación de personas graues.
17Deszendamos pues a lo particular. [99] Paréceme se podría reparar en algunas lucuciones (a no vsarlas vuesa merced) más festiuas i agudas de lo que pareçe conuenía a la magestuosa i graue de esta obra: tales son algunos juegos de diciziones [sic] qual este de la Phénix:
Arco alado de el cielo
no corbo, mas tendido10,
18y más de el Marcial, aquel de la aroma:
clauo no, espuela sí de el apetito,
que cuanto en conozello tardó Roma
fue templado Catón, casta Lucrecia11,
19y de lo satyrico más aquello de el corzo:
y con razón, que el thálamo desdeña
la sombra aun de lisonja tan pequeña12.
20Elegantes, por cierto, en su género, mas parece es confundir los stilos, a cuio propósito me acuerdo de vn precepto de Horacio en su Arte poetica:
Versibus exponi tragicis res comica non vult13,
21i luego:
singula quaeque locum teneant sortita decenter14.
22De el mismo modo se podrían notar algunos símiles y translaciones, como llamar visagras al estrecho de el mar15, y aquel[l]a de la coia peruana de la segunda Soledad16, reprehendidas de Quintiliano, [99v] si menos al poeta que al orador17, que se atreue al disir de Oracio, padre de el arte, que llama capitis nuves a las canas, i en otro verso que dize:
Iuppiter hibernas cana niue conspuet Alpes18.
23Dexo el intrepuesto orden de dezir, en griego honomatopeia, intruduzido por vuesa merced en nuestro vulgar, i solo hasta aquí prometido [sic: permitido] al latino i griego, pues al fin su intento de vuesa merced a sido preficionar nuestra habla, a quien como en otras muchas cosas deue estar agradezida, y rendir el lauro de nueuo conquistador, pues passando el limitado término de el dizir a puesto el plus ultra mucho más adelante que nuestros poetas hespañoles. Dexo también la obscuridad de stilo, por ser a lo que ia [sic] entiendo en alguna manera essencial al poema graue. Verdad sea que Scalígero en su Poetica quiere sea de los effectos a todo poema común la perspicuidad, y Horacio, Ad Pisonem, amonestando al prudente poeta la enmienda de los uersos viciosos, dize:
Parum Claris lucem dare coget19.
24Mas, con todo, me parece no conuenir al poema ni ser tan obscuro que sea necessario adiuinarlo, ni tan trasparente que se haga a todos uulgar. Io [100] confieso que tengo necessidad de dar muchas vueltas a algunos períodos de la Soledad, pero ¿qué poeta de inportancia no necesitó de commento? Dexo asimismo la intrudución de diccisiones [sic] estrangeras i perigrinas, pues quando no queramos admitir cortedad en nuestra habla, es precepto de el Poeta, i lugar alegado:
Et noua fictaque nuper habebunt uerba
si graeco fonte cadant parce detorta20.
25Allí, en parce detorta (dexadas otras interpretaciones), parece no admitir la mucha freqüencia; y si vuesa merced no raras vezes las vsa, puede como rey de el arte introduzir nueuas leies.
26Parece disuena algo al oído el poco rebozo de aquel epíteto:
de el pie ligero vipartida seña21.
27Dexo al fin, por no cansar a vuesa merced, de replicar en este lugar algo que en rrazón de escollios a este propósito tengo visto, por entender son infinitos los que en toda Europa, con auentajados méritos, aian doctamente elegido trauajo tan honrroso, y asy supplico a vuesa merced me perdone si andube atreuido, que el deseo de siruirle y passion que casi desde la cuna tube a sus obras me obligaron a didicarle estos borrones, cuias manos, &c.
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28La primera carta anónima enviada a Góngora, y la respuesta atribuida al poeta, nos han llegado en cinco manuscritos, tres de los cuales se ponen ahora a contribución por vez primera. Pueden agruparse en dos familias bastante contaminadas: a, que comprende tres mss.: el 3811 de la Biblioteca Nacional, transcrito por Paz y Melia (Paz)22; el nuevo de la Biblioteca Pública Municipal de Porto descrito supra (BP); y el Barberini Latini 3476, de la Biblioteca Vaticana (BV), descubierto y parcialmente publicado por fray M. C. Gijón23. Este ms. tiene 59 ff. de 195 x 140 mm., y es «a todas luces posterior a la primera edición de Hoces, año 1633»24. Su portada reza: Obras de don Lvis de Góngora y Argote nvnca ympresas. El amanuense comete italianismos, pero su letra es clara y armónica. Dado el fondo en que se encuentra, habrá pertenecido al cardenal Francesco Barberini, que vino a Espafla como legado en 1626, y a quien menciona Góngora en dos cartas (119 y 120, ed. J. e I. Millé, Madrid, 1932). Consta de cuatro partes: en la primera recoge distintos poemas, sobre todo satíricos y eróticos, que van desde algunos seguros hasta otros de muy improbable atribución25. Del f. 39 al 40v, transcribe estrofas de poemas auténticos bajo este epígrafe: «Obras quitadas de lo impresso por el espurgatorio». En el 41 comienzan «Más obras de don Luis de Góngora y Argote nunca impresas», que son poemas raros, alguno de los cuales coincide con los de BP. Y, por último (ff. 53-56), se copian la carta a Góngora y su respuesta. A ello sigue una tabla de primeros versos (ff. 57-59v). La calidad del ms. es irregular: los poemas auténticos son muy próximos a Chacón, hasta el punto en que se puede afirmar que derivan de él o de su antígrafo. Los atribuidos son defectuosos. Y las cartas vuelven a dar un texto bastante fidedigno.
29En cuanto a la familia β, comprende dos mss.: el 66 del Duque de Gor, f. 159 (Gor), descrito, transcrito y estudiado por Orozco en su libro En torno a las Soledades (Granada, 1969), y que hoy para en la biblioteca de don Bartolomé March (R. 6454, sign. 18/10/11)26; y otro nuevo del mismo fondo (R. 8242, sign. 17/1/1), que perteneció a D. Juan Iriarte (Ir), luego a Sir Thomas Phillipps (1792-1872), en cuya colección llevó el n° 10.783. Se trata de un códice de 220 x 160 mm. titulado Escritos curiosos. Cartas de varones doctos de España. Papeles originales. Letras y firmas de diferentes eruditos. Consta de 688 pp. de distinto tamaño y con letras varias de los siglos XVI al XVIII. Algunos cuadernillos están incompletos. De las firmas anunciadas, una pertenece al gongorista Martín Vázquez Siruela; la del P. Mariana falta. Contiene, con letra del siglo XVII, la carta a Góngora (pp. 231-234), la respuesta de este (pp. 234-241), y la que responde a la suya y a la de don Antonio de las Infantas (pp. 243-267). Sigue el peregrino comentario de la estrofa 61 del Polifemo, que copiamos en nota (pp. 269-272)27.
30Después de intentar en vano diseñar un stemma que afine algo más lo dicho respecto a la interrelación de los cinco testimonios directos, hemos establecido un texto crítico con base y grafías de BV, adoptando de otros mss. variantes que nos parecieron útiles por diversas razones, algunas de las cuales se desprenden de los fragmentos de la primera carta citados, aunque no al pie de la letra, por don Antonio de las Infantas, quien pudo ver el original, así como de los demás textos de la polémica28. En otro lugar defendimos que la fecha correcta de las cartas es la del ms. Ir, luego admitida por R. Jammes en la secuencia cronológica de su catálogo29.
Códices
31Familia α:
32BV = Barberini Lat. 3476, Bibl. Vaticana.
33Paz = 3811, Bibl. Nacional, Madrid.
34BP = 612 (olim 626), Bibl. Pública Municipal do Porto.
35Familia β:
36Ir = 17/1/1, Bibl. de la Fundación B. March, Madrid.
37Gor = 18/10/11, Bibl. de la Fundación B. March, Madrid.
38Testimonio indirecto:
39IM = «Carta de don Antonio de las Infantas y Mendoça respondiendo a la que se escrivio a don Luis de Gongora en raçon de las Soledades». Ms. Gor, ff. 166-176v.
Carta que escriuieron a don Luis de Góngora en razón de las Soledades, sin firma
40Vn quaderno de versos desiguales y consonancias erráticas se ha aparecido en esta corte con nombre de Soledades, compuestas por vuesa merced, y Andrés de Mendoça se ha señalado en esparcir copias dél. Y no sé si por pretendiente de escriuir gracioso, o por otro secreto influxo, se intitula hijo de vuesa merced, haziéndose tan señor de su correspondencia, y de la declaración y publicación desta poesía, que por esto y ser ella de tal calidad, justamente están dudosos algunos devotos de vuesa merced de que sea suya; y yo, que por tantas obligaciones lo soy en estremo, se lo he querido preguntar, más por desarraygar este error que entre ygnorantes y émulos (que los tiene vuesa merced) va cundiendo, que por ser necessario a los sauios y que conozen el estilo apazible en que vuesa merced suele escriuir pensamientos superiores y donayres agudos, adelantándose en esto a los poetas más heroycos y más celebrados; causa bastante a que los bienintencionados se lastimen de que Mendoça y algunos cómplices suyos acumulen a vuesa merced semejantes Soledades; pues es cierto que si las quisiera escriuir en nuestr a lengua vulgar, ygualan pocos a wuesa merced; si en la latina, se auentaja a muchos; y si en la griega, no se trabaja tanto por entenderla que en lo que wuesa merced ha estudiado no pudiera escriuir seguro de censura y cierto de aplauso. Y como ni en estas ni en las demás lenguas del Calepino no están escriptos los tales soliloquios, y se cree que wuesa merced no ha participado de la gracia de Pentecostés, muchos se han persuadido que ha alcanzado algún ramalazo de la desdicha de Babel, aunque otros entienden que wuesa merced ha inventado esta jerigonça para rematar el seso de Mendoça: pues si tuuiera otro fin no lo hiziera tan dueño destas Soledades, teniendo tantos amigos doctos y cuerdos de quien pudiera wuesa merced quedar aduertido, y ellas, enmendadas o declaradas, ya que de todo ello ay tanta necesidad. Haga wuesa merced lo possible por recoxer estos papeles, como lo van haziendo sus aficionados tanto por remendar la opinión de wuesa merced como compadecidos del juicio de Mendoça. Y sobre esto encargo a wuesa merced la conçiencia, pues pareciéndole que sirue a wuesa merced y que él adquiere famoso renombre, haze lo possible por persuadir que entiende lo que wuesa merced, si lo escriuió, fue para que él se desuaneciera, y lo va estando tanto, que ha escrito y porfía en ello muy copiosos corolarios de su canora y esforçada prosa, diziendo que disculpa y explica a wuesa merced: mire en qué parará quien trae esto en la caueça y vn ayuno quotidiano en el estómago. Y si esto no, muéuanle a wuesa merced dos cosas que sus amigos hauemos sentido mucho: vna, que este su comentador no le llame el señor don Luis, pues por lo poeta no se juzga este título autorizado. La segunda, por corregir el vicio que introduciría entre muchachos, que procurarán imitar el lenguaje de estos versos, entendiendo que wuesa merced habla de veras en ellos. Y caso-no lo permita Dios-que wuesa merced por mostrar su agudeza quiera defender que mereze alabanza por inventor de difficultar la construción del romance, no se dexe caer wuesa merced en esta tentación, ya que tiene tantos exemplos de mil ingenios altiuos que se han despeñado por no reconoçer su primero disparate. Y pues las invenciones en tanto son buenas en quanto tienen de vtil, honroso y delectable lo que basta para quedar constituidas en razón de bien, dígame wuesa merced si ay algo desto en esta su nouedad, por que yo convoque amigos que lo publiquen y la defiendan, que no será pequeño seruicio, pues las más importantes siempre en sus principios tienen necessidad de valedores. Dios guarde a vuesa merced. Madrid, 13 de setiembre 613.
Ep. Carta a Don Luys de Gongora por vn amigo en razon de las Soledades Ir Carta escrita a don Luis de Gongora en raçon de las Soledades Gor Carta que vn amigo de Don Luis de Gongora le escreuio en rason de las Soledades BP Carta de un amigo de D. Luis de Gongora que le escrivio acerca de sus Soledades Paz 1 consonancias] consonantes BV || se] om. Paz || aparecido] parecido BV 3 copias] coplas BP, BV versos Paz || dél] de ellas Paz 5 declaración y] om. a II ser] por praem. Paz 6 devotos] amigos Paz 7 y] om. BP, Ir II obligaciones] razones BV || he] om. Paz 8 los tiene vuesa merced] v. m. tiene β 9 a] para ss, BP || y] om. Gor || el estilo apazible] la apacibilidad del estilo β, BP 10-11 y donayres... heroycos] om. α 11 poetas más] om. α poemas Gor || y] om. Paz || a que] para que p 13 es (om. BP) cierto que] om. β
Ep. BV es el único que resalta la anomalía de que la carta carezca de firma, y, junto con Gor, no admite que se deba a un amigo. 1 consonancias: lectura acreditada, como varias más, por la carta de don Antonio de las Infantas y Mendoza (= IM). 3 copias: «Algunas veces sinifica el traslado de algún original, y copista, el que saca la copia» (Covarrubias), aunque el término se aplica con mayor frecuencia a las artes plásticas; por ello no se debe desatender la lectura coplas, en el tono satírico de las consonancias erráticas y los versos desiguales. Sin embargo, dado que coplas se usaba en el sentido de ‘vueltas’, redondillas o mudanzas de letrilla, hemos preferido la más neutra de ambas adiáforas. 5 declaración y: haplografía de a; se refiere a las Advertencias de Almansa. 7 obligaciones: «Y yo tan obligado» dice IM, frente a BV. 8 desarraygar este error: IM interpreta «desengañar»; que los tiene vuesa merced: las Advertencias de Almansa confirman esta var., que trata de contradecir el desafío de aquellas: «... ser ya difícil a sus émulos [de Góngora], si ay quien se atreva a serlo»; a: «Vuesa merced dice que no es necesario a los sabios» (IM). 9 el estilo apazible: «Que ya conocen el estilo apacible del señor don Luis» (IM). 10 Nueva haplografía de a; Ir ofrece más homogeneidad que Gor entre los términos de la comparación. 11 bastante a: fórmula más común que bastante para; el adjetivo conserva cierto valor verbal. 12 acumulen: «es término forense, quando a un delito le acumulan y juntan otros que el delinqüente ha cometido» (Covarr.). Góngora usará el mismo verbo en su respuesta, lín. 15. 13 es... que: haplogr. de β y parcialmente de BP, en este caso.
15 por] para BV, Paz || en] por Gor con Ir 16 no] om. BV nos Paz || estas] esta BP 17 del] de BV || no están] estan β 18-19 ha alcanzado] le praem. β, BP le alcanço Paz 20 pues] que Gor || tuuiera] v. m. praem. p 21 lo] le p, BP, Paz || doctos] tan praem. BP 22 vuesa merced quedar] quedar v. m. β 22-23 o declaradas] om. p II ello] om. β, BP, BV 23 por] para Ir 24 remendar] remediar Paz || la] su β 25 de vuesa merced] om. β || Y] om. β || encargo] encarga Paz 27 possible] imposible α || persuadir] parecer Gor 28 él] om. BP, BV || desuaneciera] desvaneciesse β, Paz 29 porfía] porfiado Paz 31 ayuno quotidiano] cotidiano ajuno β
15 por: «Dice que por serlo no se trabaja tanto por entenderlo» (IM). en: «Que en lo que ha estudiado está seguro de censura y cierto de aplauso» (IM). 17 no están escriptos: aparte de que el pasaje se presta a la haplografía, el no pleonástico tras ni es normal en la prosa del siglo XVI (Keniston, The Syntax..., 40.811 y 40.821). soliloquios: «No son todos soliloquios, antes égloga cuya naturaleça introduce varios personajes» (IM). 18-19 ha alcanzado: verbo activo, sin le, en el sentido usual de ‘conseguir’, ‘llegar la mano hasta la fruta’, con sujeto común al verbo anterior, ha participado. 20 tuuiera: no es necesario el pronombre que antepone β, dada la or. anterior. 22-23 o declaradas: cf. lo dicho a lín. 5. 24-25 la opinión de vuesa merced: la var. de ss mantiene la ambigüedad del posesivo, que entonces se procuraba evitar. 27 persuadir: «Parece que sabe», resume IM, quizá incrustando en la frase el pareciéndole de lín. 26; no obstante, la var. parecer supone dar sentido activo a este verbo, lo que era inusitado.
32 hauemos] emos β || comentador] contendor BP || llame] llama BV 33 juzga] llama BV || La segunda] lo 2° Gor 34 introduciría] se praem. β, BP, Paz || muchachos] muchos β, BP, Paz || procurarán] procuran Paz 35 habla] hablo BV || de veras en ellos] en ellos de veras β 36 vuesa merced] om. Ir || su] v. m. praem. Ir || quiera] quiere Paz 37 dexe caer] vença β 37-38 en esta (essa BP)] desta β 40 honroso] hermoso BV || que basta] necesario p 41 de] del BP, Gor 42 por] para p, Paz || lo publiquen y la (lo BP, Paz) defiendan] la defiendan y lo publiquen Gor 43 las] los BV || en sus principios] om. β 43-44 Dios guarde a vuesa merced] om. p 44 Madrid] om. BV || 13 de] om. BP, BV y Paz || 613] om. BV eta Paz de 1615 Gor de 617 BP
32-33 que este su comentador no le llame el señor don Luis: «No le llame señor» (IM). Lo problemático es el no; Almansa no solo llama a Góngora el señor don Luis, sino que lo hace varias veces en alguna página de sus Advertencias, cosa que precisamente censura el anónimo, «pues por lo poeta no se juzga este título autorizado». Que los cinco mss. y el epígrafe de IM hayan mantenido la negación solo se explica por pérdida de alguna frase como: «... no le llame el señor don Luis [menos de tres veces]», lo que justificaría la réplica de IM: «Y si en la hoja a quien tal le dice tres vezes, discúlpale la ley bis dixit». 34 muchachos: var. confirmada por la respuesta de Góngora, lín. 25-26: «...que renuncie este modo, por que no lo imiten los muchachos». La carta echadiza interpreta mochuelos, que puede ser errata por moch[ach]uelos. 35 habla: «Si vuesa merced habla de veras» (IM), aunque habló (BV) es buena lectura. 40 vtil, honroso y delectable: cf. Quevedo: «Si el bien dizen que ha de ser/deleytable, vtil y honesto,/¿en quién como en ti se junta/todo, ni con tanto extremo?» (Rom. Gral., 2e parte, f. 85v; ed. Blecua, III, p. 134); López de Úbeda: «Míralo tú; los bienes son en tres maneras: honesto, útil y deleitable» (Pícara Justina, II, 2, cap. iv, n° 3, ed. A. Rey Hazas, Madrid, 1977, II, p. 481). 41 de bien: sic, en la respuesta de Góngora, lín. 32 y 68. 42 lo publiquen («si ay algo desto») y la defiendan («esta su nouedad»); lo mismo lee Gor haciendo quiasmo.
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Respuesta de don Luis de Góngora
41He tenido opinión que nadie hasta oy me ha quedado a deuer nada; y así me es fuerza el responder sin sauer a quién. Mas esta mi respuesta, como autos hechos en rebeldía, Andrés de Mendoça, a quien le toca parte, la notificará por estrados, en el patio de palacio, puerta de Guadalaxara y corrales de comedias, lonjas de la bachillería donde le [de]parará a vuesa merced el perjuicio que huuiere lugar de derecho. Y si fue conclusión de la Philosophía que el atreuimiento era vna acción inconsiderada expuesta al peligro, tengo a vuesa merced por tan audaz, aunque desfauorecido de la fortuna en esta parte, que tendrá ánimo de llegar a las ruedas donde se notificare a oyr su bien o su mal. Y agradesca vuesa merced que, por venir su carta con capa de auiso y amistad, no corto la pluma en estilo satírico, que yo le escarmentara semejantes osadías, y creo que en él fuera tan claro como le he parecido escuro en el lírico.
Ep. Carta de D. Luis de Gongora en respuesta de la que le escrivieron Paz Respuesta BV 1 He tenido opinión que] om. β, BP, BV || nadie hasta oy (hasta oy nadie BV) me ha quedado a deuer nada] nadie me a quedado a deuer nada hasta oi BP 2 el] om. β || autos hechos en] antes mis versos hecho sin Paz 3 la] om. Paz || notificará] + esta Paz 4 de palacio] del palacio BV || y] om. α, Ir || comedias] la comedia Gor || la] om. Ir, Paz 5 deparará] depara Paz parara BP, BV, Ir pararan Gor 6 Y] om. BP || conclusión] condicion BV || era] es BV 6-7 inconsiderada] om. p 7 tengo] que praem. Gor || desfauorecido] desfavorido Gor 8 de llegar] a llegar BV 8-9 a oyr] oyr Ir || o] y BV || vuesa merced] om. α || con] + la Paz debajo de β 9-10 y amistad] om. Gor 10 escarmentara] castigara β 11 he] ha BV, Gor || parecido] aparecido BP
1 He tenido opinión: frase privativa de Paz; su omisión provocaría un comienzo demasiado agresivo, fuera del tono cauteloso del resto. Con todo, la segunda carta, en respuesta a la presente, reprocha a Góngora haber comenzado diciendo de sí que es vengativo (ms. Gor, f. 183). 2 autos: «usado siempre en plural. Se toma por el proceso, sea civil o criminal, y todo lo contenido en él» (Dicc. Auts.). A los reos que no comparecían por citación judicial en forma se les declaraba rebeldes. Es de suponer que citaciones y sentencia se pregonasen en lugares públicos. 3 estrados: «usado en plural. Las salas de los consejos y tribunales reales» (Dicc. Auts.). Aunque las variantes no lo apoyan, no se debe excluir que el orig. usara el modo adv. para estrados. Según el Dicc. Auts., citar para estrados «en lo forense es emplazar a uno para que comparezca ante el consejo o tribunal dentro del término que se le ordena, y alegue de su derecho: lo que más comúnmente se usa en las rebeldías». En tal caso sobraría la coma después de estrados. 4-5 lonjas de la bachillería: esta frase ha de entenderse como aposición a la enumeración previa por no ir precedida de copulativa, lo que permite aceptarla ante el último de sus eslabones (corrales de comedias), bachillería es «locuacidad sin fundamento» (Dicc. Auts.), quizá ‘chismorreo’, deparará: la primera sílaba se habrá perdido por haplografía en cuatro mss., y la última, en otro. 7-8 Inversión del topos virgiliano (Aen., X 284). 8 en esta parte: locución repetida en lín. 83. ruedas: ‘corros’. 10 A pesar de lo dicho, la segunda carta anónima acusa a Góngora de haber proseguido «en hazer versos con su acostumbrada graciosidad, offendiendo la carta del ausente como si fuera de enemigo» (ms. Gor, f. 181).
42Sin duda creyó vuesa merced hauerse acauado el caudal de mis letras con essa Soledad, que suele ser la vltima partida de los que quiebran: pues crea que a letra vista se pagan en Parnaso, donde tengo razonable crédito. Y no sé en qué fuerças fiado me escriue vna carta, más que ingeniosa, atreuida, pues queriendo cumular mil fragmentos de disparates (como de diferentes dueños, de donde infiero los tiene el papel), no supo organizarlos, pues están más faltos de artículos y conjunciones copulatiuas que carta de viscayno; de donde se colije tener buen resto de ignorancia, pues tanta se traslada del corazón al papel, y hallo ser cierto que nemo dat plus quam habet. Y si vno de los defectos que su carta de vuesa merced pone en mis Soledades es que no articulo ni construio bien el romance, siendo su mismo lenguaje, emos de dar vna de dos: o que él es bueno, o que vuesa merced habló acaso. Y aquí entra bien entendámonos a letras; y no he querido sea a coplas, que pienso que con yr esto tan lacónico y rodado no lo ha de entender vuesa merced.
13 crea] + v. m. ss 14 donde] do β 14-15 me escriue] se atreve a escrevirme β 15 vna] esta BV || pues] + que Ir 16 los tiene (tuvo Gor)] om. BV 18 viscayno] vizcaynos Paz || colije] ve p, BP, Paz 19 que] om. BP, Paz quod BV || quam habet] &c. Gor 20 es] om. Paz 21 vna] uno BV || él] om. BV 22 entra] entre Paz || entendámonos] entendamos Paz 23 que pienso] porque pienso Paz 24 vuesa (a praem. Paz) merced] om. Gor
13 Soledad: el título adopta el singular para permitir el juego de palabras, tanto más cuanto que en ese momento solo la primera está compuesta; crea: el añadido de β es redundante, dada la or. anterior. Jammes califica de típicamente gongorino el concepto bancario encerrado en este pasaje. Cf. «De dos meses a esta parte no he visto letra ni de carta ni de cambio» (carta 37, ed. Millé, p. 1010); «Ni su letra me fía, mientras faltan las de las pólizas que espero cada estafeta» (carta 43, ibid., p. 1017). 14-15 me escriue: la var. de p es pleonástica. 16 La om. de BV hace distinto sentido: «... de donde infiero el papel no supo organizallos, pues» etc. 18 viscayno: ocurre aquí como en las palabras de don Quijote acerca del estilo de ‘Avellaneda’ (II, 59), que no se ve clara la base de la acusación, al menos en el texto que conocemos del anónimo, colije: lect. diff. de BV. resto: otro término bien gongorino («lo que el jugador tiene en la tabla delante de sí consignado», Covarr.), que enlaza con el adagio latino, y con la cita evangélica («ex abundantia cordis os loquitur», Matt. 12: 34) que el segundo corresponsal le devuelve: «Admitir v. m. la carta del soldado en quanto haze en su favor, y, condenando el lenguaje della, confessar v. m. que es el de sus Soledades, es condenarlas v. m. mismo, hablando la boca de la abundancia del coraçón, effecto cierto de las acciones repentinas» (ms. Gor, ff. 183-183v). 20-21 El propio corresponsal toma pie en esta defensa para hurgar en la herida: «V. m., imputando al ausente que uno de los defectos que en su carta opone a las Soledades es que v. m. no articula ni construye bien el romance, y pues en ella no ay palabras tales ni otras de que se pueda colegir, claro es que v. m. se lo conocía y le acusaba su consciencia para responder a esta objeción» (ms. Gor, f. 191v). 21 vna de dos: «Dando a eskoxer, en paz o por fuerza» (Correas, Vocab., ed. Combet, Lyon, 1967, p. 645). 22 acaso: ‘al tuntún’. Cf. Lope de Vega: «Por hablar con las serranas/acaso, y sin detenerme» (Dorotea, ed. Morby, Valencia, 1968, p. 108). 23 «Entenderse a coplas: dezirse unos a otros pullas o chufetas» (Covarr.). «Tomarse a koplas, tomaos con él a koplas. Dízese kerer konpetir kien venzerá-o venze– en obras: en razones, dichos i hechos» (Correas, p. 737). Este pasaje pareció especialmente ofensivo al corresponsal: «Tratar al ausente de ignorante, y que no a de entender lo que v. m. escrive ni tiene capacidad para ello, si es grosería v. m. lo jusgue, y también si para decirlo por estos mismos vocablos es necesaria mucha abilidad» (ms. Gor, f. 183v).
43Dízeme vuesa merced por su missiua que renuncie este modo, por que no lo imiten los muchachos, entendiendo que hablo de veras. Caso que fuera error, me holgara de hauer dado principio a algo; pues es mayor gloria empeçar vna ación que consumarla. Y si me pide conosca mi primero disparate, para que no me despeñe, reconosca vuesa merced el que ha hecho en darme consejo sin pedírselo, pues está condenado por la cordura, y no se precipitará dándolo segunda vez, que entonces me será fuerça averme de valer de pluma más aguda y menos cuerda.
44Para quedar vna acción constituida en razón de bien, su carta de vuesa merced dize que ha de tener vtil, honroso y delectable. Pregunto yo: ¿han sido vtiles al mundo las poesías y aun las profecías (que bates se llama el poeta como el profeta)? Sería error negarlo; pues, dexando mil exemplares aparte, la primera vtilidad en ellas es la educación de qualesquiera estudiantes de estos tiempos; y si la obscuridad y estilo intricado de Ovidio (que en lo de Ponto y en lo de Tristibus fue tan claro como se saue, y tan obscuro en las Transformaciones) da causa a que, vasillando el entendimiento en fuerça de discurso, trabajándole (pues crece con qualquier acto de calor), alcanse lo que así en la letra superficial de sus versos no pudo entender luego, hase de confessar que tiene vtilidad auiuar el ingenio, y esso nació de la obscuridad del poeta. Esso mismo hallará vuesa merced en mis Soledades, si tiene capacidad para quitar la corteça y descubrir lo misterioso que encubren.
25 Dízeme vuesa merced (v. m. om. β, BP) por su missiua que renuncie] Dize por en la suya me sirva de renunciar Paz || lo] le β, Paz 26 que hablo] hablo Paz 27 enpeçar] en praem. Paz 28 conosca (reconosca a)... despeñe] om. Ir || reconosca] y praem. BP 30 averme de valer] valerme BV 32 razón de] om. β, Paz 33 honroso] hermoso BV || delectable] deleytable BP, Ir, Paz || han sido] fueron β 34 poeta... profeta] profeta... poeta Paz || error] horror BV 35 negarlo] negar que no β || en ellas es] es en ellas β, BP, Paz 36 qualesquiera] qualesquier p, BP, Paz || y] om. BP || si] om. Paz 37 y en lo de] y Gor || saue] ve β, BP, Paz 39 calor] valor Paz sabor Gor 40 letra] letura p, BV, Paz || pudo] puedo Ir || entender] ~, β ~;BP 41 auiuar] aviva Gor 43 lo] el BV
27 En efecto, bastantes obras dejó Góngora inacabadas. 28 conosca: lect. privativa de Gor; aunque la carta anónima usa reconoçer, es más probable que la respuesta contrapusiera los verbos. 30-31 Amenaza recogida jocosamente al fin de la segunda carta: «Muy grande [cuidado] le tengo esperando la respuesta más aguda y menos cuerda que v. m. promete al ausente. Suplico a v. m. me favoresca con ella, que sería lástima se malograse» (ms. Gor, f. 195v). 32 razón de: así en el anónimo, lín. 41, y aquí, lín. 68. 33 han sido: mejor el aspecto continuativo de esta forma que el puntual de la var. 35 negarlo: β comete solecismo. 37 saue: haplogr. en las variantes. 39 calor: «Vale también esfuerzo, ardimiento, ánimo y osadía» (Dicc. Auts.). Las variantes no mejoran el sentido. 40 letra: lect. privativa de BP que conserva la distinción tópica entre espíritu y letra. luego: cf. las var. de puntuación. La del texto lo supone adv. de tiempo y no conj. consecutiva, innecesaria en una apódosis. 43 La var. de BV revela que misterioso, en su versión, es errata por el sustantivo.
45De honroso, en dos maneras considero me ha sido honrosa esta poesía: si entendida para los doctos, causarme ha autoridad, siendo lanze forçoso venerar que nuestra lengua a costa de mi trabajo aya llegado a la perfeción y alteza de la latina, a quien no he quitado los artículos, como parece a vuesa merced y essos señores, sino escusádolos donde no eran necessarios. Y assí, gustar[í]a me dixese en dónde faltan, o qué razón dellas no está corriente en lenguaje heroico (que a de ser diferente del de la prosa, y digno de personas capazes de entenderlo), que holgaré de construírselo, aunque niego no poder ligar el romance a essas declinaciones, y no doy aquí la razón cómo, porque espero convençer la pregunta que en esto vuesa merced me hiziere. Demás, que honrra me ha causado hazerme obscuro a los ignorantes, que essa es la distinción de los hombres doctos, hablar de manera que a ellos les paresca griego, pues no se han de dar las perlas preciosas a animales de cerda. Y bien dize griego, locución exquisita que viene de poeses, verbo de aquella lengua madre de las ciencias, como Andrés de Mendoça en el segundo punto de sus corolarios (que así los llama vuesa merced) trató tan corta como agudamente.
45 causarme ha (ha om. Gor)] causarame BP || siendo] y praem. Gor 46 perfeción] prefection BP 47 parece] le praem. β, BP, Paz || essos] a praem. β, BP, Paz || escusádolos] escusandolos BV, Ir 48 eran] om. β, BV, Paz || gustaría] querría β gustare Paz gustara BP, BV || dixese en] dixera en BP dixessen β || dellas] de ella Paz 49 del] om. BV, Paz 50 entenderlo] entendella BV || de] om. β, BP, Paz || construírselo] construírsela Paz || no] om. β 51 espero] es (om. Gor) para β, BP, Paz 53 es] om. Paz 53-54 de los hombres doctos] om. Gor de los ignorantes Ir 54 perlas] piedras β, BP, Paz 5 5 animales] los praem. β || de cerda] om. Ir || dize] dixo Gor digo Ir dixe BP, Paz 56 poeses] poetas BP, BV || Mendoça] + trata tan corta como agudamente β 57 sus corolarios] su corolario α || los] le α 57-58 trató... agudamente] om. β
45 para: se esperaría por; tal vez haya que trasladar la coma de doctos a entendida. 46 a quien: el antecedente, aunque algo lejano, es nuestra lengua. Góngora ha devuelto la acusación en lín. 17-18. 47 escusádolos: lect. diff. 48 eran: BP podría haber interpolado el verbo para eliminar la braquilogía. gustaría: la var. de β aparece en lín. 75; la de Paz no respeta la consecutio temporum. dixese: en todo momento el interlocutor es vuesa merced, no el plural impersonal que implica la variante, dellas: aunque el antecedente es esta poesía, hay que sobreentender las Soledades, mencionadas poco antes, por concordancia ad sensum. 49 del: haplogr. en BV, Paz. 50 de: régimen usual de holgar en el sentido de ‘tener gusto en’. construírselo: aquí, con su propio sentido gramatical, que presenta el sustantivo en el anónimo: «mereze alabanza por inventor de diffícultar la construción del romance» (lín. 36-37). no poder: tanto esta lectura como la var. son enigmáticas, pues nada hay en la carta anónima que justifique esta negativa. El pasaje parece dar a entender que sí se puede suplir, de alguna forma, en castellano la flexión casual que permitía los hipérbata del latín. También, que el autor estaba dispuesto a seguir la polémica, lo que se niega al fin de la carta. 51 espero: mejora algo el sentido de la var., aunque debería ir seguida de la prep. a. 54-55 perlas preciosas: el adjetivo no añade gran cosa al sustantivo, pero este es preferible a las var. por ceñirse a la fuente evangélica. 55 de cerda: «Bien pudiera v. m. no meter animales de cerda ni otras vozes inmundas en papeles tan graves, pues en ellos vuelve por sí v. m. sobre el caso de su mayor reputación en la facultad que profesa», censura la segunda carta, recordando a Góngora que su letrilla sobre el Esgueva dio lugar a una sátira que lo dejó malparado, dize: es dudoso si se refiere al anónimo, lín. 15, o a la respuesta, lín. 54; en este caso habría que adoptar una var. en 1a persona. 56 poeses: lect. confirmada por la 2e carta. verbo: ‘palabra’.
46De delectable tiene lo que en los dos puntos de arriba queda explicado; pues si deleytar el entendimiento es darle razones que le concluyan y le midan con su concepto, descubierto lo que está debaxo de esos tropos, por fuerça el entendimiento ha de quedar convencido, y convencido, satisfecho. Demás que, como el fin del entendimiento es hazer presa en verdades, que por esso no le satisfaze nada si no es la primera verdad, conforme a aquella sentencia de san Augustin: Inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te, en tanto quedará más deleytado en quanto, obligándole a la especulación por la obscuridad de la obra, fuere hallando debaxo de las sombras de la obscuridad assimilaciones a su concepto. Pienso que queda bastantemente respondido a lo que constituye una acción en raçón de bien.
47Al ramalaço de la desdicha de Babel, aunque el símil es umilde, quiero descubrir un secreto no entendido de vuesa merced al escreuirme: no los confundió Dios a ellos con darles lenguaje confuso, sino en el mismo suyo ellos se confundieron, tomando tierra por agua y agua por piedra, que essa fue la grandeza de la sabiduría del que confundió aquel soberuio intento. Yo no embío confusas las Soledades, sino la malicia de las voluntades en su mismo lenguage halla confussión por parte del sujeto inficionado con ella.
48A la gracia de Pentecostés querría obuiar el responder, que no quiero a vuesa merced tan aficionado a las cosas del Testamento Viejo, y a mí me corren muchas obligaciones de saber poco dél por naturaleza y por oficio. Y assí, solo digo que, si no pa reci ere a vuesa merced lo contrario, y a essos discípulos ocultos como Nicodemus, no van en más que vna lengua las Soledades, aunque pudiera, quedándome el brazo sano, hazer vna miscelánea de griego, latino y toscano con mi lengua natural, y creo no fuera condenable; que el mundo está satisfecho que los años de estudio que he gastado en varias lenguas han aprouechado algo a mi corto talento. Y porque la alabanza propria siempre fue aborrecida, corto el hilo en esta parte.
59 De] om. Paz || delectable] deleytable BP, Paz || arriba] atras β 60 deleytar] del praem. Ir delectar BV || le midan] se midan Paz || concepto] contento BP, Paz 61 lo que está] om. BV 62 y convencido] om. BV 63 es] om. β 63-64 conforme a (om. Gor) aquella sentencia de] como dize Ir 64 san] sancto BP || est... in te] &c. Gor 65 en quanto] quanto β, BP, Paz 66 fuere] fuera Paz 67 que] om. α || bastantemente] medianamente Paz 67-68 Pienso... de bien] om. BP, BV 70 no entendido de vuesa merced al escreuirme] om. BP, BV 70-71 con darles (darle BV)] dandoles β 71 tierra] piedra α, Gor 72-73 de la sabiduría... intento] del milagro β 73 Yo] y BV II confusas las Soledades] las Soledades confussas β || la malicia] las malicias Paz 74 halla] hallan Paz || con] om. Gor || ella] om. Gor ellas Paz ello Ir 75 querría] quería BP, BV II obuiar] escusar BP || el responder] la respuesta BV 76 Viejo] Nuevo Paz. Nota marginal: Disparate ageno de erudicion christiana, pues la gracia de Pentecostés en la variedad de las lenguas no toca nada de el Testamento viejo, por ser beneficio tan proprio de la ley de gracia como cantan hasta los niños y las viejas Gor 77 pareciere] le parece β, BP, Paz
59 delectable: aún hoy se tolera mejor el cultismo en el adjetivo que en el verbo. 60 concluyan: «concluyr a uno es convencerle y atarle con razones» (Covarr.). 61 lo que está: la om. de BV hace menos universal la validez de la definición. La siguiente, del mismo ms., es clara haplogr. 67 No es segura aquí la haplogr. de α, ya que Góngora a veces evita las repeticiones cacofónicas. 71 tierra: lect. singularis de Ir, que marca mejor la idea de confusión. 74 ella: lect. más lógica que el plural, que habría de referirse a las voluntades. 75 obuiar: cultismo también usado por Lope de Vega. Cf. Fernández Gómez, Vocabulario. 76 Viejo: lect. acreditada, frente a Paz, por la 2a carta anónima, y por el sentido de la frase que sigue. 76-77 me corren muchas obligaciones: Fdez. Gómez cita un ejemplo de Lope donde usa la expresión (El valiente Juan de Heredia, II, ed. Acad. N., II, p. 644a). 77 pareciere: lect. diff.
49Préciome de muy amigo de los míos, y así quisiera responder a vuesa merced por Andrés de Mendoça; porque, demás de hauer siempre confessádome por padre (que ese nombre tienen los maestros en las diuinas y humanas letras), le he conocido con agudo ingenio. Y porque creo dél se sabrá bien defender en qualesquiera conversaciones, teniéndole de aquí adelante en mayor estima, solo digo a vuesa merced que ya mi edad más está para veras que para burlas. Procuraré ser amigo de quien lo quisiere ser mío; y quien no, Córdoua y tres mil ducados de renta en mi patinejo, mis fuentes, mi breviario, mi barbero y mi mula harán contrapeso a los émulos que tengo granjeados, más de entender yo sus obras y corregirlas que no de entender ellos las mías. Córdoua y setiembre, 30, de 1613.
78 en] om. β, BP 79 vna lengua] en praem. β, BP 80 latino] latin Paz 81 que los años] que los años repite Paz || he] ha Paz 82 algo] om. BV 83 aborrecida] aborrecido BV aborrecible Paz 84 de muy] muy BV muy de β, BP, Paz || a vuesa merced] om. p 85 hauer] auerme Paz || confessádome] confessado Paz 87 bien] om. BV, Paz || qualesquiera] qualesquier Gor 89 más está] esta mas BP || lo] om. BV || quisiere] quiera Paz 90 en] y Gor || patinejo, mis fuentes] portinejo con fuente BV 92 yo] om. Paz || no de] de no (no om. BP) α || ellos las mías] las mias ellos BP, Paz 92-93 Córdoua y setiembre] om. BV 93 30 de 1613] om. BV etc. Paz 30 de 1617 BP del 615 Gor, que añade la firma.
79 «I kedarle el brazo sano. Es dezir ke uno podrá hazer gasto sin menguar la hazienda. Podrálo hazer i kedarle el brazo sano. Metáfora de los ke tiran piedra o dardo, i les keda el brazo sano, porke a vezes suele kebrarse kon el rrodeo i fuerza, o doler i deskonzertarse; tirando sobre brazo i azertando el tiro dizen kedar dulze la mano i deskansado el brazo» (Correas, p. 639. Cf. también p. 705a). 82 algo: haplogr. de BV. 82-83 Laus propria vilescit. 84 de muy: la falta de preposición en BV se explica por haplogr., lo que nos hace restaurarla en su lugar, frente a las var. Cf. «Me precio de buen monacillo de mis amigos» (carta n° 10, ed. Millé, p. 968). 88 mi edad: 52 años. 90 patinejo: de este doble diminutivo da otro ejemplo el dicc. Aut.; Alcalá Venceslada recoge patiejo como andalucismo. Confirma esta lect. la 2e carta anónima; la echadiza menciona el patio, sin sufijos. 92 no: elemento redundante tras que comparativo (Keniston, 6.744). La var. de BP se justifica mejor que la de los otros mss. de su familia. 93 30 de 1613: gráficamente es más fácil la confusión del 3 con el 5 que entre cualquiera de ellos y el 7. Pero además, una polémica acerca de las Soledades que carga las tintas sobre la persona de Almansa, su comentarista y difusor por la corte en 1613, tendría poco sentido en 1615, ninguno en 1617. El anónimo dice del poema que «se ha aparecido en esta corte», lo que solo se puede referir a los meses transcurridos entre junio (cuando escribe su primera carta Pedro de Valencia) y septiembre de 1613.
50En el mencionado catálogo de documentos concernientes a las Soledades expone R. Jammes sus razones para considerar espuria al menos parte de la respuesta de Góngora al papel anónimo. En síntesis, son cuatro los puntos extraños: 1) que Góngora accediera a contestar a una petición destinada a ponerlo en ridículo. 2) que defienda la poesía difícil porque sirve para avivar el ingenio de los estudiantes. 3) que un clérigo atribuya el Pentecostés al Antiguo Testamento. Y 4) que distinga dos estilos contrapuestos en Ovidio quien presume de poder escribir poemas en latín mezclado con otras lenguas. Los citados reparos hacen suspectos los párrafos cuarto al octavo de la carta, líneas 32 a 83 de nuestra edición, es decir, algo más de la mitad del texto, o su parte canónica, que, a juicio de Jammes, podría haber sido interpolada por algún admirador, entre párrafos esbozados por el poeta.
51En favor de tal hipótesis puede aun alegarse la carta escrita por don Antonio de las Infantas, cuyo comienzo, bien leído y puntuado, dice: «De las del señor don Luis de Góngora llegó a mis manos una que no sé si llame carta, y la raçón de dificultar si lo es reservo apuntársela a vuesa merced llegando la ocasión. Encarguéme de responder a ella por no coartar el tiempo al ingenio superior, y que él le gaste en niñerías» (ms. Gor, f. 166). De esa forma, el discípulo liberaba al maestro de la tarea, exhibiendo su nombre al final con aire desafiante, por obligar al adversario a dar la cara. Todo ello muy en la línea erudito-caballeresca en que se van a manifestar otros polemistas.
52Quedan, sin embargo, algunos elementos que impiden zanjar tan pronto la cuestión. La fecha de la carta de don Antonio parece ser quince días posterior a la de Góngora. Esto favorecería la conjetura de Jammes, si se admite que el poeta guardó el borrador de su carta, aunque fechado, mientras que su amigo despachó la suya a la corte, acaso a nombre del propio Mendoza, por ignorar el del verdadero destinatario. De haberse producido así los hechos, hay que preguntarse si don Antonio escribió su réplica con o sin anuencia de Góngora: por más lógico que sea lo primero, la torpeza con que la lleva a cabo hace pensar en lo segundo, tanto más cuanto que del exordio transcrito parece inferirse que según Góngora no valía la pena de perder el tiempo en contestar. En tal caso no se explica bien la forma cómo el borrador se llegaría después a difundir, y de qué manera se habría efectuado en él la interpolación, pues no es razonable que Góngora lo conservara y dejara copiar si no quería enviarlo; menos aún si conocía la respuesta de don Antonio.
53Mejor será, pues, respetar la secuencia tal como se nos presenta: Góngora recibe en Córdoba una carta fechada en Madrid el 13 de septiembre de 1613; termina su réplica el día 30, pero, antes de enviarla a su correveidile, comunica el anónimo a don Antonio de las Infantas, quien, movido por santa indignación, decide responder por su cuenta, tal vez sin conocimiento del poeta, y lo hace el 15 de octubre, enviando su escrito al mismo personaje. La siguiente carta de Madrid, igualmente sin firma, y debida a un supuesto amigo del primer corresponsal, a quien designa como el soldado, o el ausente, lleva fecha de 16 de enero, y, bien pertrechada con anécdotas de Plutarco, responde por junto a don Luis y a don Antonio, o, para ser exactos, se burla de don Luis por haber «metido obreros» en la faena de replicar al primer papel, a la vez que delata una indiscreción de Almansa y Mendoza, «que no es de los más callados secretarios. Y assí en algunas partes, bien que encargando el secreto a los oyentes, a dicho que, como vuesa merced no quedó con satisfación de su primera respuesta, a hecho la segunda en testa de ferro del señor don Antonio; mas no lo creo, porque la carta más parece suya que de vuesa merced» (ms. Gor, f. 192v). Como se ve, el anónimo corresponsal distingue bien entre el erizado estilo de Góngora, y el más deslavazado de don Antonio, cuyo escrito le llegó más tarde: «El segundo valedor de vuesa merced da mayores muestras del conocimiento que tuvo desta flaqueça, pues aviendo recibido vuesa merced la carta del ausente y respondido a ella tantos días ha, aora lo haze su merced [i. e., don Antonio] de nuevo» (ms. Gor, f. 192). Al mismo tiempo, el autor de esta carta, que no es nada lerdo, pretende involucrar al poeta en la inesperada respuesta del discípulo. El pasaje, hasta aquí mal leído, dice lo siguiente: «Vuesa merced me dará licencia para creer que el señor don Antonio no se movió a escrivir en virtud solamente suya, que amigos tales no se encubrirían acto que tanta travaçón tiene entre los dos» (ms. Gor, f. 192v).
54En cuanto a la carta de Góngora, es correcto, a nuestro juicio, distinguir en ella los párrafos iniciales y finales de los centrales, mucho menos ágiles y más pedantes. El tono del comienzo está próximo al de las réplicas en verso, altaneras y humorísticas, que señala Jammes. Sin embargo, aun en clave moderada, la defensa que el poeta hace de sus Soledades no es en absoluto desdeñable. Dámaso Alonso, que cita cuatro pasajes precisamente de su parte central, la considera excelente y de validez actual, porque «Góngora... contestó a la acusación de oscuro con conceptos tan netos y claros que demuestran cuán meditado tema el asunto y cuán decidida era su posición... La dificultad de sus poemas es un acicate para la inteligencia y la sensibilidad»30. Esto último ha sido objeto de diversos comentarios, que no vamos a acrecentar31.
55Hay, además, unos pasajes de la carta de Góngora que aparecen antes y después de ella: «A subido nuestra lengua por el señor don Luis a la alteça de la latina», decía Almansa y Mendoza en sus Advertencias; «siendo lance forzoso venerar que nuestra lengua a costa de mi trabajo aya llegado a la perfeción y alteça de la latina», escribe el poeta (lín. 45-46). «San Hierónimo, en el prólogo de Job, dando la definición de poesía, dixo que venía de poeses, nombre griego que quiere decir locuciones exquisitas» (Almansa); «y bien dize griego, locución exquisita que viene de poeses, verbo de aquella lengua madre de las ciencias, como Andrés de Mendoça...» (Góngora, lín. 55-56). La segunda carta de Madrid reprocha socarronamente tal reiteración: «quanto a la lengua griega, buen principio le an dado vuesa merced y sus comentadores declarándonos lo que quiere decir aforismo, y el poeses tan repetido en sus escritos; que quien esto alcança no lo ignora todo» (ms. Gor, f. 186v)32. No siendo posible que el poeta haya extraído de las Advertencias argumentos para su propia defensa33, solo cabe pensar o que Almansa los injirió en el texto firmado por don Luis, o que, como dice la segunda carta de Madrid, «antes que saliessen en público las Soledades se apercibieron de comento, no enseñando ni repartiendo un papel sin otro» (ms. Gor, f. 192). Según esto, varios lugares que cita Almansa en apoyo de sus explicaciones no serían de su minerva, sino que se habrían fraguado en la tertulia cordobesa, y así pudieron luego ser reutilizados por el poeta. Por su parte, Alfonso Reyes señaló otra notable coincidencia entre un pasaje de la carta de Góngora (lín. 69-74) y una de las Epístolas satisfatorias en que Angulo y Pulgar responde a Cáscales34. «Las semejanzas verbales no pueden ser mayores», concluye A. Reyes35. Y tanto; como que Angulo no hace sino glosar frases de la carta, en versión muy próxima al ms. Gor, aunque sin descubrir de dónde le viene el secreto de la desdicha de Babel36. Las citas similares indican que el arsenal de argumentos era limitado, y que cada cual, en un aprieto, echaba mano de lo que podía.
56En resumen, la carta de Góngora es ambigua, porque lo era también la recibida. Empieza con amagos («no corto la pluma en estilo satírico, que yo le escarmentara, semejantes osadías», lín. 10; «no he querido sea a coplas», lín. 22-23; «entonces me será fuerça averme de valer de pluma más aguda y menos cuerda», lín. 30-31), pero acaba por entrar en el juego de su adversario al proponerse demostrar lo que él mismo creía: que las Soledades eran poesía útil, honrosa y deleitable. Y lo hace con los argumentos a su alcance, de naturaleza escolástica, únicos que en una discusión de ese tipo tenían validez: de ahí el descenso de estilo, por más que se esmalte con latines implícitos (lín. 7-8, 54-55,78) y explícitos, o apele al sentido común («está condenado por la cordura», lín. 29). Al mismo tiempo intenta retrucar ciertas ironías del anónimo (la desdicha de Babel, la gracia de Pentecostés), pero en la segunda cometió un lapsus que fue a dar en el dedo malo, con rechifla de su ignoto adversario: «No era fuera de propósito este memento homo para no levantar testimonio a la fiesta de Pentecostés haziéndola del Testamento viejo, que me ha pesado porque no falta quien diga que por ser del nuevo se le a olvidado a vuesa merced» (ms. Gor, f. 184). En el aparato crítico queda constancia de cómo el escriba del ms. Paz quiso arreglar el desliz, estropeándolo más todavía al no tener en cuenta el contexto. Sin embargo, a nuestro juicio, el lapsus más grave no fue el de Pentecostés, sino el haber cedido a la tentación de responder a un anónimo. Por mucho que Góngora quisiera, no podía hacerlo en estilo satírico, pues no sabía a quién atacar ni por tanto sus puntos débiles, mientras que sus corresponsales lo tenían bien enfilado: nótese, por ejemplo, la malicia con que la segunda carta de Madrid inserta «la ama» entre las demás «savandijas» que el poeta enumeraba con orgullo al final de su escrito: «sin duda deven ser muy para goçarse el patinejo, la ama y mula, y las demás savandijas en quien libra vuesa merced el consuelo del aprieto en que le puso la carta del soldado» (ms. Gor, f. 189). Góngora llevaba las de perder, y aun así, supo defenderse muy airosamente, pero pronto hubo de apartarse, asqueado, de la polémica. No es nada probable que haya escrito la segunda carta que se le atribuye, con palos de ciego que alcanzaron a Lope de Vega37.
57«Y si fue conclusión de la Philosophía que el atreuimiento era vna acción inconsiderada expuesta al peligro», reconoceremos que supone audacia, y quizá también poco favor de la fortuna, llevar la contraria a Robert Jammes mostrando nuestra convicción de que la carta, restaurada según permite la transmisión textual, es no solo auténtica, sino la que Góngora nunca debería haber escrito. Si se hubiera reído del papel anónimo, como luego hizo del Antídoto, tendríamos unas páginas menos de dudosa teoría literaria, pero acaso estarían completas las Soledades.
Notes de bas de page
1 Madrid, Castalia, 1994, pp. 607-719.
2 Autoridades como Rodríguez-Moñino, Montesinos y otros cuyas palabras cuesta menos citar que seguir, han insistido en que la escasa tarea desarrollada en España durante la época positivista será sensible en tanto no se complete con el debido rigor. La situación no la van a remediar las modas que convierten de pronto a los filólogos en teóricos de la literatura, cuando no en glosadores de lo que otros han teorizado.
3 Donde señaló su presencia Vítor Manuel Pires de Aguiar e Silva (Maneirismo e Barroco na Poesía Lírica Portuguesa, Coimbra, 1971, p. 458). Más tarde, trató del poema Francis Cerdan: «Un Polifemo retrouvé: O Cíclope Namorado, de Cristóvão Alão de Morais», en Mélanges à la mémoire dAndré JouclaRuau, Aix-en Provence, 1978, pp. 541-557. Por lo demás, aparte otra mención de J. Ares Montes (Góngora y la poesía portuguesa del siglo xvii , Madrid, 1956), no hemos encontrado referencias a Aláo en estudiosos como T. Braga, J. de Sena, A. J. Saraiva y O. Lopes. Conste aquí nuestro agradecimiento a Da Maria Adelaide Meireles, bibliotecaria de Porto, que atendió con exquisita amabilidad nuestras demandas.
4 De ellos hemos aprovechado datos útiles en Nuevos poemas atribuidos a Góngora (Barcelona, Sirmio-Quadems Crema, 1994).
5 Aristóteles, Poética, 1460A.
6 Sol. I 1.
7 Sol. I 212.
8 Sol. I 366.
9 Buc., II 6.
10 Sol. I 463-4.
11 Sol. I 496-8.
12 Sol. I 333-4.
13 V. 89
14 V. 92.
15 Sol. I 473.
16 Sol. II 66.
17 Inst., VIII 3, 5.
18 Sic en el ms. Horacio (H Sat., V 41) sustituye Iuppiter por Furius en un verso del poeta Furius Bibaculus, para ridiculizarlo.
19 V. 448.
20 Vv. 52-53.
21 Sol. I 1019.
22 Sales Españolas, o agudezas del ingenio nacional (2a serie) (Madrid, 1902), pp. 299-307.
23 Un códice de la Biblioteca Vaticana con poesías de Góngora (Roma, 1931).
24 D. Alonso, Góngora y el Polifemo (Madrid, 1967), 5a ed., II, p. 105.
25 Nuestro libro cit. en nota 4 reproduce los poemas publicados y omitidos en el opúsculo de fr. Gijón.
26 Aunque no tiene mayor importancia precisarlo, Orozco, en su primer libro, dice siempre que el ms. es el 65 de Gor, lo que repiten quienes hablan de oídas. En Lope y Góngora frente a frente (Madrid, 1973), p. 174, rectifica el dato. Sus transcripciones dejan que desear, de forma imprevisible, en los distintos lugares donde se publicaron. Hemos consultado este y otros códices en la Fundación B. March, a la que agradecemos también el permiso para reproducirlos.
27 «Riesgo corre de quedar opinado por versificador quien interpreta agenos versos, mas si no se aventurasse algo, sería menos estimable esta fineza, y como estoy empeñado en mayores demostraciones, no rehúso esta inferior. He entendido que muchos ingenios nobles difficultan la inteligencia del tercero y quarto verso de la instancia [sic] antepenúltima del Polyphemo de don Luys de Góngora, que después de tantos días aún hallan qué dudar en él. Y por reservarle del desacrédito [sic] que se le sigue de no ser intelegible, determiné exponerlos, para que se conosca que el defecto no está en el ingenio del autor. La estancia es esta:
Viendo el fiero jayán con passo mudo
correr al mar la fugitiva meve,
que a tanta vista el Lybico desnudo
registra el campo de su adarga breve,
y el garçón viendo, quantas mover pudo
furioso trueno, antiguas hayas mueve,
tal (antes que la opaca nube rompa)
previene rayo fulminante trompa.
Las dos antecedentes a esta, descrive que el gigante despidió tantas piedras con su honda desde la roca alta en que estava sobre el campo, que Acys y Galathea huyeron por reservarse del peligro, y prosigue que viendo huyr la nimpha al mar desde la altura en que estava, porque el Lybico (que es el Polyphemo) a tanta vista, id est, con tanta vista (del modo que vsualmente dezimos ver a tanta luz, para significar con tanta, o con mucha luz) de su adarga breve, que es el admirable ojo de su frente, a quien por hypérbole llama breve adarga, significando su grandeza, como en el verso de la estancia 4, donde dixo émulo vn ojo del mayor luzero, y tomándolo expressamente de Virgilio en el lib. 3 de la Eneyda, 181 versos antes del fin, donde hablando del mismo Polyphemo escrive:
quod torva solum sub fronte latebat
Argolici Clypei aut Phebea lampadis instar
Assí que le assimila a vna adarga, o pabés, lo qual moderó don Luys con la cortapisa breve, o pequeña, que no añadió Virgilio. Dize, pues, que con la mucha vista de su luziente ojo registrava el campo desnudo, que es el mar, a quien llama assí con toda propiedad y primor, según lo qual ha de leerse: qu'el lybico a tanta vista de su adarga breve registra el campo desnudo. No ay secreto que más aya desseado alcançar que saber el ánimo con que se determinan tantos hombres de ingenios confiados a publicar que no entienden los escriptos vulgares que los modernos escriven. Porque si es modestia y manifestación de que lo ignoran, es vna viciosa diligencia, que solo sirve de desacreditarlos, y sería mejor acuerdo no tratar las materias que no saben ni hablar en lo que no alcançan ni comprehenden, pues con esto escusarían su desestimación y passaría en silencio su ignorancia. Mas si es ostentar vanamente que está defectuoso o errado lo que no entienden, y quererlo deslustrar por este camino, atribuyendo a los que escriven el defecto y solemnizando su presunción a costa del honor ageno, es vna sobervia desvanecida, muy digna de reprehensión y aborrecimiento, porque se atribuyen tanta capacidad y sciencia que juzgan de sí que otros no podrán escrivir de modo que ellos no lo comprehendan, y que sin tener defectos pueda serles occulto, por la profundidad de los conceptos, por la grandeza del lenguaje, por lo remoto de las imitaciones, por la continuación de las figuras rethóricas, por la alusión a las costumbres y antiguas historias, y porque no todos piensan ni discurren igualmente de que se puede resultar ser obscuro y diffícil (aun para los que alçan más que los autores) lo que ellos escrivieron con moderado estudio. Y assí he juzgado siempre por acertado consejo el que siguen los que miran con veneración lo que no alcançan, y discurren con modestia en lo que entienden, que lo que excede a esto es hazerse odiosos a los que saben y inferiores a los que ignoran y callan» [Sigue transcripción de Aen., III 633-638].
El anónimo aficionado, que bien pudo ser el colector de las cartas, escritas con igual letra, está ufano por haber hallado un lugar de la Eneida omitido en los comentarios ya impresos, de Salcedo Coronel (1629 y 1636) y Pellicer (1630), lo que permite dar un terminus a quo a este ms. Otra cosa es que acierte en su interpretación del problema. Si bien es verdad que Aqueménides, al relatar el episodio de Ulises y el cíclope, comparaba el ojo de este con una adarga, deja sin explicar por qué había de llamarse Lybico a Polifemo, y tampoco se ocupa de la otra dificultad de la estrofa, vv. 7-8, que es donde confesaron ignorancia los comentaristas contra los que arremete su diatriba. En cualquier caso, esta reflexión, aun pretenciosa y errónea, y el parecer desconocido antes transcrito, nos permiten vislumbrar que la actividad desplegada en tomo a la poesía gongorina, a lo largo de todo el siglo xvii, hubo de ser aún mayor de lo que sospechábamos.
28 Tampoco es del todo seguro que la carta recibida por Góngora haya sido la original, pues en la segunda se le acusa de replicar a cosas que no constaban en la primera. Nada tendría de extraño que llegara a sus manos copia de un anónimo que hubiese rodado previamente por la corte.
29 Góngora, Antología poética (Madrid, Castalia, 1986), p. 340.
30 Góngora y el Polifemo, ed. cit., I, pp. 134-5.
31 En especial F. Rico, «El gongorismo de Ovidio», en Primera cuarentena (Barcelona, 1982), pp. 107-110 (en la citada Antología poética de Góngora, p. 342, alegamos como posible respuesta la explicación de U. Mölk, «Góngora und der dunkle Ovid», Archiv f. das Studium der neueren Sprachen CCIII, 1966-67, pp. 415-427), y A. Vilanova, «Góngora y su defensa de la oscuridad como factor estético», Homenaje a José Manuel Blecua (Madrid, 1983), pp. 657-672. Recientemente han vuelto sobre ello J. L. Aguirre, «La oscuridad poética defendida por Góngora», Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura LXVI (1990), pp. 371-380, y J. Domínguez Caparrós, «Razones para la oscuridad poética», Rev. de Literatura n° 108 (1992), pp. 553-573. Algo aparte queda la «Carta inédita de don Juan de Espinosa cerca de la poesía oscura, a don Juan de Arguijo», dada a conocer por M. Cobos en Con dados de Niebla 4 (octubre de 1985), pp. 47-50.
32 Lo curioso es que la misma carta, como la de Góngora, repite, o anticipa, ejemplos usados por el Abad de Rute en su parecer, que Jammes fecha hacia enero o febrero de 1614.
33 En confidencia a su amigo Paravicino se trasluce que no era tan alto el aprecio en que tenía la actividad gaceteril de Mendoza: «Mucho holgaría que el Carpio y Córdoua vbiesen cumplido con sus obligaçiones en el seruiçio y festejo de Su Magestad. Depáreme Dios un Andrés de Mendoza que lo refiera sin tantos testimonios de santos» (carta de 20-II-1624, ed. Millé, n° 111; transcrita del autógrafo). La frase, sin embargo, se presta a la interpretación inversa.
34 «El símil de Babel agradezco mucho a v. m., porque aunque le trae para prueba de la confusión que juzga en el estilo de D. Luys, es muy ajustado a mi intento, sabido el secreto del milagro; y es que Dios confundió a los de aquella torre, no con darles lenguaje confuso, sino haziendo que en el mismo suyo ellos se confundiessen, tomando piedra por agua y agua por piedra; y esta fue la grandeza del milagro: que no lo fuera tanto confundirse hablando en lengua que no sabían. Aplico el símil: las Soledades de D. Luys y el Polifemo no están confusos ni hablan en lenguas diferentes, sino en la suya materna, sino que la embidia o malicia de los que les pesa de su lauro... los ha confundido en la misma suya, por parte del sugeto inficionado» (Granada, Blas Martínez, 1635, ff. 3v-4).
35 Obras completas, VII (México, 1958), p. 109.
36 No es imposible que el propio ms. Gor haya pertenecido al gongorista de Loja, aunque su letra es distinta. El ms. Angulo y Pulgar existente en la Fundación B. March no contiene los documentos de la polémica.
37 Cf. el catálogo de Jammes, n° XVII.
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Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Madrid
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