1 Cf. Giraldi Cinzio, Discorsi intorno al comporre de i romanzi, delle comedie e tragedie e di altre maniere di poesie, pp. 12,68 y 83. Hay edición moderna de Susanna Villari (2002). Véase asimismo Cioranescu [1966: 79]. Este trabajo se enmarca en los proyectos de investigación MINECO FFI2012-32383 y PAIDI HUM-7875.
2 Además del texto de Bonciani en Trattati di poetica e retorica del Cinquecento (1972), véase Borsellino, 1989; Segre, 989; Vega Ramos, 1992 y 1993; Garrido Domínguez, 2007, pp. 36-38 y Zoppi, 2014, pp. 80-82. Ojeda Calvo (2007, p. 38) ha subrayado el uso que hace Bonciani del término comedia, basándose en el modelo aristotélico, frente al sentido que la voz tuvo en la práctica teatral hispánica.
3 Montero Reguera, 2006, p. 80.
4 Lida de Malkiel, 1962, pp. 50-73.
5 Gracián Dantisco, Galateo español, p. 78. Incluso en 1607, Juan Arce Solórzano dio el título de Tragedias de amor a su novela pastoril. Sobre la pervivencia del tópico en la literatura áurea hispánica, véase Morínigo, 1957; Yudin, 1968 y 1969; Brownlee Scordilis, 1981; Baquero Goyanes, 1983; Florit Durán, 1984; Yllera, 1986; Gutiérrez Hermosa, 1997; Vila, 2000; Sánchez Jiménez, 2002; Rabell, 2003; Ojeda Calvo, 2007 o Arcos Prado, 2009, pp. 31-40.
6 Syverson, 1986, p. 15. Véase asimismo Reed, 1991, p. 68.
7 Sobre los elementos teatrales en la prosa cervantina, véase Menéndez Pelayo, 1941, p. 339; Close, 1981; Vilches de Frutos, 1985; Hernández Araico, 1998; Montero Reguera, 2003 y 2006; y Zoppi, 2014, p. 93.
8 Cf. Asensio, 1971, p. 99; Herrero García, 1950; Ynduráin, 1969; Ynduráin, 1966; Montero Reguera, 2006, pp. 72-73 y Martín Morán, 1990, pp. 93-95.
9 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 7. Sin especificar mucho más, Florence Yudin (1969, pp. 585,594) opuso el modelo cervantino de novela a otro surgido después de 1613 y basado la adaptación de recursos propiamente dramáticos.
10 Tirso de Molina, Amar por señas, p. 481.
11 Salas Barbadillo, El sagaz Estacio, «A don Agustín Fiesco». Icaza (1980, II, p. 167) calificó el uso de los género en Salas Barbadillo de «verdadero libertinaje».
12 Arcos Prado, 2009, p. 58.
13 Vega, Novelas a Marcia Leonarda, pp. 28 y 61.
14 Vega, Novelas a Marcia Leonarda, p. 111.
15 Vega, Novelas a Marcia Leonarda, pp. 74 y 105.
16 Cf. Juliá y Martínez, 1947, p. 46.
17 Quevedo, La Perinola, p. 192.
18 Vega, La Dorotea, p. 86. Cf. Moll, 1979, pp. 9-10.
19 Cf. Marrapodi, 1998.
20 Sobre la confluencia de ambos géneros en la Francia del XVII y la influencia española, véase Crooks, 1931; Hainsworth, 1933; Cioranescu, 1966; Ruiz Álvarez, 1991 y 1995; Hautcoeur, 1999 y Merino García, 2005.
21 Cf. Gutiérrez Hermosa, 1997, pp. 161-171.
22 Cf. Close, 1982 y 1994; Jurado Santos, 2000, pp. 68-69; y Zoppi, 2014, pp. 21-67.
23 Gutiérrez Hermosa, 1997, p. 168. Véase asimismo Morínigo, 1957, p. 61; Baquero Goyanes, 1983; y Florit Durán, 1984, pp. 73-75.
24 En torno a la hibridez, véase Riley, 1966, p. 11; Yudin, 1969, p. 585; Pereira, 1989, p. 192 y Gutiérrez Hermosa, 1997, pp. 167-168; sobre la prioridad de la acción, Zimic, 1975, p. 215 y Sánchez Jiménez, 2002, p. 112; y en cuanto al diálogo en las novelas, Close, 1992.
25 García López, 2005, p. XCVII.
26 Marrast, 1957, p. 136.
27 Cf. Gómez Canseco, 2012, pp. 857-864 y Rodríguez y Schlumbom, 1990.
28 Todas las citas de los textos dramáticos cervantinos corresponden a la edición de sus Comedias y tragedias (2015).
29 Cervantes, Viaje del Parnaso, p. 313.
30 Cf. Canavaggio, 1977, pp. 246-247.
31 Arte nuevo de hacer comedias, p. 244, vv. 274-276. Para la función de soliloquios y relaciones en la comedia nueva, véase Ruggerio, 1972-1973.
32 Novelas ejemplares, p. 110.
33 Sobre estas indicaciones de montaje en Cervantes, véase Granja, 1989, p. 109; Moner, 1995; Karageorgou, 1997; Gónzalez Pérez, 2003 y 2006; y Profeti, 2012, p. 556. Hay alguna acotación extraña como la de El rufián dichoso: «Entra un corista llamado Fray Ángel. Señálase con sola la A» (v. 1412Acot), que González Pérez (1997) interpreta como dirigida al impresor.
34 Véanse asimismo los vv. 1643Acot, 1743Acot, 2266Acot y 2427Acot de El rufián dichoso.
35 Moner, 1995, p. 145.
36 Vega, El último godo, p. 376. Moner, 1995, p. 151. Véase asimismo Kirschner, 1998, p. 52; Cantero, 2006, p. 159; y Rodríguez García, 2014, p. 714. A su vez, José Montero Reguera (2006, p. 73) subraya el carácter de acotación teatral de algunos episodios de las Novelas ejemplares y lo ejemplifica con La española inglesa.
37 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 7.
38 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 7.
39 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 8.
40 Cervantes, Novelas ejemplares, p. 19.
41 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 30.
42 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 316.
43 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 335
44 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, p. 335 y 356.
45 Véase, al respecto, Gómez Canseco, 2000, pp. 49-50 y Rodríguez López-Vázquez, 2010.
46 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, pp. 232-233.
47 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, pp. 36-37.
48 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, pp. 72-73.
49 Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo, pp. 142-143.