El secreto en la comedia de Calderón y en la vida cortesana
p. 705-712
Texte intégral
1Sería interesante elaborar una lista de temas que no se tratan en la literatura del siglo xvii, sea porque remiten a zonas del tabú, crímenes, prácticas consideradas vergonzantes, heréticas y de brujas o que causarían el enojo de los poderosos presentes entre el público. Tal vez no sean muchos los asuntos que se callan; ni crímenes y venganzas horribles, ni amores prohibidos y tentaciones terribles. El hombre del Siglo de Oro, como bien apunta Bennassar, se sabe pecador, sabe que la santidad está reservada a unos pocos elegidos1.
2Hay diferencias de género y lo que es explícito y tema principal en el entremés, sólo se insinúa en el drama. Los relaciones homosexuales por ejemplo. Según el gracioso de Los cabellos de Absalón, el ser «sodomita» es lo que más se tarda en confesar, más aun que estar enamorado de la propia hermana2. Y nótese que lo dice uno que puede decir verdades ya que se toman por burlas. También importa el rango social. Cuando una criada o una señora mal reputada finge estar preñada o da a luz a un hijo natural, el asunto se reserva para el entremés o para la comedia stricto sensu: Entremés de don Pegote3, Dar tiempo al tiempo4. En el mundo de los nobles o de los seres mitológicos, estos partos están cargados de tintes dramáticos o trágicos: En esta vida todo es verdad y todo mentira, La hija del aire, Las tres justicias en una, La púrpura de la rosa.
3Si es cierto, que la literatura áurea presenta una gama amplísima de posibilidades de vida humana, también es cierta otra cosa: dentro de sus mundos ficticios dicha literatura de continuo elabora la frontera entre lo que saben todos y lo que queda reservado para algunos, entre la información trivial y aquella de alto riesgo, que lleva el sello del secreto y por lo tanto sólo debe fluir por conductos privilegiados. En palabras de Alexander Parker, la comedia investiga «las vicisitudes del secreto»5. En lo que sigue exploraré el mismo terreno. Intentaré, primero, elaborar una tipología del secreto del teatro aurisecular — de modo provisional y con énfasis en la obra de Calderón. Segundo, trataré la relación entre el destino del secreto teatral y la evolución de la trama hacia un final feliz o funesto. Tercero, señalaré algunas relaciones entre el secreto del teatro y la historia cultural del siglo xvii.
4La semántica en torno al secreto es riquísima: guardarle un secreto a alguien, jurar el secreto, examinar secretos, romper el secreto, descubrir el secreto, avisar con secreto, faltar al secreto etc. El cronista Matías de Novoa comenta la poca habilidad de unos conspiradores que quieren «meter la mano en los secretos» del Rey6. «El secreto importa»7 —la fórmula suele cerrar las cartas— así por ejemplo en Agradecer y no amar — que comunican cosas reservadas a pocos ojos. Hay secretos públicos, secretos a voces y Calderón no duda en elevar el secreto al rango de santo, invocado por el gracioso Clarín en trance de perder la vida por saber cosas que no debería saber8. Según mis datos, este San Secreto aparece en seis comedias de Calderón, pero no figura en los calendarios de Lope, Tirso, Vélez de Guevara o Moreto, una prueba más de que el gran especialista para asuntos secretos era Calderón.
5Son muchos los asuntos que se comunican en secreto: que se ha escondido al amante en un cuarto secreto, que habrá cita nocturna en el jardín de palacio, que existe un túnel que comunica un jardín con otro, que la hija de tal amigo está escondida en casa, que los amantes secretos tienen caballos preparados para huir de noche... Todos los secretos y subsecretos derivan de tres secretos principales: el secreto amoroso (o erótico)9, el secreto de un crímen y el misterio del parentesco no revelado. Los dos últimos casi siempre están relacionados con el primero ya que son amores y pasiones que desembocan en crimenes. Son crimenes que impiden que alguien pueda vivir su amor al descubierto y en público. El hecho de que una figura de comedia no conozca a sus verdaderos padres o hermanos suele remontarse a uniones carnales prohibidas o al delito paterno de apartar al hijo para evitar profecías nefastas.
6El secreto amoroso está, pues, primero ubicado en el pecho de los enamorados, en situación de prisionero y condenado a pena de larga duración. La vigilancia es de la más severa. Escuchemos a Doña María, heroina de El astrólogo fingido, acto I:
María
Don Juan, espera, detente
mientras procuro romper
las prisiones a un secreto
que tantos años guardé;
pero es tanta la vergüenza
que tengo que al parecer
un lazo la lengua oprime
y la garganta un cordel.
Muda la voz, torpe el labio,
temo y dudo, mas ¿por qué
temo y dudo, si al fin somos
él secreto y yo mujer?
[…]
Mas hoy que amor en mi pecho
mina de pólvora es,
que mientras más oprimida
revienta con más poder,
por la boca y por los ojos
sale, por que ya no estés
de mi ingratitud quejoso
ni dudoso de mi fe10.
7Pero es prisionero indómito con unas ansias tremendas de salir en libertad. En algún momento se le concede la libertad al secreto prisionero, libertad condicional por cierto porque pocas veces se revela en la plaza pública, sino a unos confidentes — mal escogidos la mayoría de las veces porque o ceden a sobornos y amenazas o se entregan al dulce gozo de saberse dueño de un secreto y de poder venderlo o simplemente decirlo para vengarse de su amo. Por lo tanto son figuras utilísimas para enredar la acción de una comedia. El astrólogo fingido sería un ejemplo entre tantos11.
8Cabe preguntarse: ¿Para qué tanto secreto, tanta prisión, tanta vigilancia, tanta disimulación y tanta pólvora? No parece difícil ponerse de acuerdo sobre la respuesta: son casos que atañen a la honra, no sólo de aquel que encubre sino también la honra del padre tirano o del hermano extrañamente celoso: La dama duende, Casa con dos puertas mala es de guardar, La desdicha de la voz. Muy frecuente es el caso del galán cuyas manos están o parecen estar manchadas de sangre y es frecuente el caso en que la sangre proviene de un deudo de la novia: Marta la piadosa, Peor está que estaba, Agradecer y no amar…
9Otras comedias exigen el secreto porque el amor le pone al enamorado en situación de competencia con un poderoso: Nadie fíe su secreto, Amigo, amante y leal, El galán fantasma, El secreto a voces y tantas otras. Estos casos, según pide la convención, se solucionan con la renuncia magnánime del príncipe, del duque o de la duquesa hasta que en La hija del aire, segundo acto, el rey Nino, harto de tanta magnanimidad, le dice a Menón: «cansado está/ el mundo de ver en farsas/ la competencia de un Rey, de un valido y de una dama», que «el fin desto siempre ha sido […] vencerse el que hace el monarca» y harto de «pasos tantas veces vistos»12 en esta ocasión él se va a quedar con la dama.
10Una vez puesto en circulación, el secreto desata toda la tramoya barroca. Se trata de proteger el secreto, de distraer a los adversarios, con disfraces, máscaras, cambios de nombre o también con el uso de un lenguaje secreto. Se acuerdan encuentros ocultos en lugares secretos como en el jardín nocturno, en el cuarto secreto debajo de una escalera, detrás de una alacena o en casa de una amiga. Pero siempre el secreto vive expuesto a grandes riesgos. Peligra por su extraña manía de emitir señales incluso desde los lugares más recónditos —como lo sería el pecho de una dama; expuesto al escrutinio de un padre receloso o un amante celoso, éste se convierte en «pecho» que es «de cristal» (Dicha y desdicha del nombre)13. Los reflejos y expresiones involuntarias del cuerpo traicionan lo que debería permanecer guardado detrás de muros impenetrables14. No es buen cómplice un rostro que muda de color en el momento menos oportuno o una voz que se altera cuando un amante celoso se interesa por el contenido de una carta secreta.15 La observación de estas señales puede ser encargada a otros y así criadas, criados, amigos o parientes quedan convertidos en espías. Los criados a cambio de remuneración pecuniaria, los amigos, deudos y cortesanos porque deben finezas o lealtad. También entra en el juego Fortuna, siempre caprichosa, que dispone coincidencias peligrosas, entradas imprevistas, encuentros azarosos, malentendidos. Los encubridores corren el riesgo de quedar atrapados en sus propias redes y si no fuera por una puerta clandestina, por una vela que se extingue a tiempo, por el ingenio femenino…
11Se aconseja mucha prudencia y precaución, y lo que más es de cuidar es la propia lengua. Ella puede perder al encubridor si no está muy alerta a la hora de entrar en conversación con el padre inquisitivo, el galán celoso, la duquesa recelosa. La vida cortesana es un permanente duelo que también se conduce con palabras. Suelen recurrir los adversarios del secreto a todo tipo de sofisterías discursivas, nada más que para lograr que el que lo proteje baje la guardia y descorra el velo del misterio. En El amor médico de Tirso se comenta el recurso del sacasecretos o sea una estrategia retórica que sólo se emplea para tirarle de la lengua a alguien que se supone guardián de un secreto16.
12Son estos momentos, en que el secreto se salva por los pelos, también los momentos de gran efectividad dramática. Piénsese en el segundo acto de El secreto a voces donde una intervención rapidísima de Laura que cambia su retrato por otro de Federico sin que la duquesa se de cuenta, asegura que el nombre de la amada secreta —el suyo propio— permanezca sin ser revelado. El secreto es un magnífico recurso para crear tensión, sorpresa y giros abruptos sobre el escenario. Nada más tenso o más divertido que el parlamento entre una que sabe y otra que no sabe e intenta astutamente sonsacar un secreto; o el diálogo entre uno que sabe y otra que sabe pero finge no saber; o más complicado aún: entre uno que inventa una mentira para sacar una verdad o una que dice una verdad que parece tan absurda que la otra la toma por mentira…
13Para comprender la dinámica de la comedia de secreto también debemos fijarnos en los límites entre el espacio patente y el espacio latente del escenario: límites marcados por puertas, ventanas, rejas, celosías, balcones, alacenas. Es allí donde se concentra la atención en los momentos de máximo dramatismo. Toda ausencia de persona involucrada en el enredo, contribuye a esta atmósfera de tensión, de expectativa temorosa y de inminencia del peligro. El peligro al que se expone un secreto que se negocia sobre un escenario y cuyas peripecias se desarrollan delante de tantos ojos. Escribe Felipe Pedraza en su libro Calderón. Vida y teatro: «En las comedias amatorias (urbanas o palatinas) es el apremio temporal el que da sentido dramático a las rápidas entradas y salidas de los personajes, a la coincidencia inconveniente en una misma sala... Segundos separan en estas piezas el saber y el no saber»17. Entonces, no es de sorprender que ya los títulos de algunas comedias se obsesionen con las características y peligros de las casas: Casa con dos puertas, mala es de guardar, Por el sótano y por el torno, Las paredes oyen. Una puerta puede anunciar la entrada impetuosa del padre o facilitar la huida providencial del amante escondido.
14Teniendo en cuenta los esfuerzos que se hacen para sacar el secreto de su madriguera, los resultados son pobres. Una y otra vez no son los trabajos humanos los que desencadenan la revelación sino Fortuna todopoderosa que hace lo que le viene en gana y pocas veces lo que desean damas, galanes y duquesas. O para ser más precisos: los esfuerzos humanos no bastarían si Fortuna no preparase las coincidencias en el espacio y el tiempo que llevan al destape del secreto amoroso, aunque no de todos los secretos18.
15También hay casos que tratan del secreto de la virginidad robada bajo falsa promesa de matrimonio o simplemente usando de la violencia: La vida es sueño, No hay cosa como callar. Allí, la revelación no resulta aconsejable y a veces termina la comedia sin haberse revelado el secreto principal; que sin embargo guía todas las acciones de heroínas como Rosaura o doña Leonor. También se complica mucho la cosa y está destinada al desenlace trágico si el secreto encubre un amor que de ningún modo puede alumbrar el altar de Himeneo: Tal es el caso de la pasión de Amón por su hermana Tamar. Tampoco puede haber final feliz en aquellos casos que tratan secretos del pasado que estorban la buena marcha de un matrimonio. Son las historias trágicas del amante dado por muerto y que vuelve de improviso: Don Enrique en El médico de su honra, Don Alvaro en El pintor de su deshonra.
16La comedia «ligera» no pone tanta pega al matrimonio feliz. Lo que impide las bodas de Laura y el secretario Federico, de sangre limpia e ilustre, son los delirios amorosos de la duquesa Flérida. Cuando ésta pronuncia el famoso «soy quien soy»19, ya no hay más impedimentos. En estas comedias de solución feliz se perdona incluso el acto de violencia u homicidio cometido por el protagonista que, recordémoslo, puede haber sido la causa de su actuación clandestina en el transcurso de la comedia.
17Tres observaciones finales: resulta fascinante el cotejo de los casos de comedia con aquellos de la supuesta vida real, siempre que tengamos en cuenta que el teatro no es espejo de cosas reales o si lo es, siempre asimila las realidades a sus leyes, manteniendo, esto sí, las resonancias emotivas. Así parece cierto que el miedo a que se revelen los secretos no fue menor en la vida real de la España de la contrarreforma que sobre el escenario. Tanto los que pecaban y encubrían como los que castigaban sabían perfectamente: no importaba siempre el hecho en sí sino el grado de publicidad. Algunas fuentes que heredamos de la época lo expresan sin ambages y lo hace el mayordomo mayor de la casa real en su Memorial dirigido a la reina viuda Mariana de Austria en 1666:
Débese castigar, y con gran rigor, a la mujer que parió en la enfermería, porque hecho ya público el caso con el estruendo de la camarera, no hay que encubrir y necesita escarmiento por no quedarnos con todos los inconvenientes. El castigo lo cumplirá o en la galera de la Corte o en la de Úbeda o Baeza, donde se pudiere encerrar a esta mala hembra por dos años.20
18Segunda observación: debajo de los temas archiconocidos de la comedia como serían el amor, los celos, el poder y el honor, se halla toda una gama de posibilidades de relaciones humanas y se comentan las obligaciones sociales que implican y suscitan. Para investigarlas hace falta entrar en el micro-tejido de los textos. El secreto es un marcador excelente ya que indica el grado de confianza o intimidad. El secreto también pone a prueba la fe y la lealtad que un cortesano debe al Rey, un secretario a su duquesa etc. Para proteger secretos se crean alianzas entre amigos y amigas que mutuamente se deben favores y «finezas» y que en nombre de esta amistad guardan la calle, ceden su casa para un encuentro clandestino o acogen a la hija fugitiva del amigo en su casa como ocurre en La desdicha de la voz. Frecuente es el diálogo en que el acto de confiar un secreto puede crear o confirmar un lazo de amistad. La desconfianza, en cambio, el no querer compartir un secreto con determinada persona, ofende y agravia. Algunos títulos son significativos ya de por sí: Sin secreto no hay amor (Lope de Vega), El secreto entre dos amigos (Agustín Moreto). También tenemos el personaje que se debate entre dos lealtades, aquella hacia el señor y aquella hacia el amigo. Arias en Nadie fíe su secreto es personaje de esta talla, se encuentra «de dos secretos cargado / aunque uno mismo en rigor, / obligado de un señor, / y de un amigo obligado»21. Él es el único que sabe que ambos hechos encubiertos apuntan hacia la misma meta amorosa. Estas comedias brindan datos interesantísimos para una historia de la vida privada o de las mentalidades. Habría que relacionarlos con las normas, modos comunicativos y cambios en los espacios urbanos y cortesanos del tiempo. Habría que insertar nuestras observaciones sueltas en las lineas de corta, media y larga duración en la evolución de normas y mentalidades.
19Tercero: quería indicar un area de investigación todavía no aprovechado — el reflejo de los asuntos públicos en las comedias presuntamente ligeras y exclusivamente amorosas. Federico, secretario en la corte de Flérida, duquesa de Parma, se debate entre su amor por Laura, dama de palacio y las insinuaciones de la duquesa enamorada a las que no quiere ceder. En un momento crucial se le acusa de tener trato con el peor amigo de Flérida, el duque de Florencia y de conspirar contra su propia duquesa. Lo político y la vida privada están estrechamente enlazados. Tal vez la existencia de tantos secretarios de comedia no sólo refleje el hecho de que los poetas se ganaron la vida haciendo de secretario de un noble. Podría ser reflejo de su importancia en la vida administrativa, diplomática, militar de la primera potencia mundial que todavía era España.
20Otro paralelo entre la comedia y la vida política se halla en el motivo de la criptografía: En El secreto a voces, Laura y Federico echan mano de cifras, contracifras y acrósticos para comunicar sus secretos amorosos. Estamos en 1642, año en que España lucha en contra de sublevados catalanes, portugueses, contra las provincias rebeldes en Flandes y tiene su peor enemigo en París con el cardenal Richelieu, que tiene a sueldo a los mejores criptógrafos de toda Europa22. Los secretarios se encargaron de tareas como aquella que anotó Matías de Novoa en sus Memorias en el año 1639:
Veíase luego al rey de Francia tan pegado a nuestras fronteras, que parecía que era buscar la ruina de España para proseguir en Italia y apoderarse de ella. También se discurría que ésto no se podía hacer sin dinero y sin auxilios; y fue sin embargo atrevimiento [...] ponerse a investigar los secretos mayores y más graves del mayor pretendiente y más celoso interesado. Pues procuróse y túvose traza de buscar o valerse de un clérigo italiano que entraba, o que entrase, en la casa del Nuncio del Papa, Monseñor Don Lorenzo Campeli: con éste, pues, se tuvo tal traza, que se le procuró con promesas que se introdujese en su casa y en lo secreto de ella, con los más familiares criados y con el Secretario, para que reconociendo dónde guardaba los papeles y despachos de Roma y de la Nunciatura, los cogiese […] El Papa dio a sentir el enojo y los agravios que se le habían hecho en este caso, de suerte que amenazaban nuevas alteraciones de Italia. Sin embargo, el Papa disimuló y las cosas se compusieron...23
21Ante casos como éste cabe preguntarse: ¿Facilitó la comedia alivio emocional al llevar los peligros y absurdos de la vida a un escenario organizado por la creatividad poética? ¿O más bien, se inspiró la vida en las trazas de la vida exaltada y exagerada que siempre es la comedia?
Bibliographie
Referencias bibliográficas
Bennassar, Bartolomé, Histoire des Espagnols, I. vie- xviie siècle, Paris, Armand Colin, 1985.
Calderón de la Barca, Pedro, Comedias, II, ed. Santiago Fernández Mosquera, Madrid, Castro, 2007.
—, Obras completas, I. Dramas, ed. Angel Valbuena Briones, Madrid, Aguilar, 1959.
—, Obras completas, II. Comedias, ed. Angel Valbuena Briones, Madrid, Aguilar, 1960.
—, Teatro cómico breve, ed. María-Luisa Lobato, Kassel, Reichenberger, 1989.
Cruickshank, Don W., Don Pedro Calderón, Cambridge, Cambridge Univ. Press, 2009.
García Barranco, Margarita, Antropología histórica de una élite de poder: las Reinas de España, Granada, Tesis Univ. Granada, 2007.
García Gómez, Ángel María, «Poder, secreto y violencia en Nadíe fíe su secreto y No hay cosa como callar», en XVI Coloquio Anglogermano sobre Calderón: Calderón y la violencia, Utrecht and Amsterdam, 18th-22nd of July 2011 (en prensa).
Navarro, Diego, ¡Espías! Tres mil años de información y secreto!, Madrid, Plaza y Valdés, 2009.
Novoa, Matías de, Memorias, tomo III, Madrid, Miguel Ginesta (Colección de documentos inéditos para la historia de España, tomo 80), 1883.
—, Memorias, tomo IV, Madrid, Miguel Ginesta (Colección de documentos inéditos para la historia de España, tomo 86), 1886.
Parker, Alexander A., La imaginación y el arte de Calderón. Ensayos sobre las comedias, ed. Deborah Kong, Madrid, Cátedra, 1991.
Pedraza Jiménez, Felipe B., Calderón. Vida y teatro, Madrid, Alianza, 2000.
Rodríguez de la Flor, Fernando, Pasiones frías: secreto y disimulación en el Barroco hispano, Madrid, Marcial Pons, 2005.
Tirso de Molina, Comedias, II. El amor médico. Averíguelo Vargas, ed. Alonso Zamora Vicente, Madrid, Espasa Calpe, 1969.
Notes de bas de page
1 Bennassar, 1985, p. 346.
2 Calderón, Obras completes, I, p. 669.
3 Calderón, Teatro cómico breve, pp. 81-84.
4 Calderón, Obras completas, II, p. 1335.
5 Parker, 1991, p. 186.
6 Novoa, Memorias, t. 4, p. 163.
7 Calderón, Obras completas, II, p. 1381.
8 Calderón, Obras completas, I, p. 387.
9 Ojo con los censores que no toleran que se mezclen misterios de amor con secretos de la fe católica. Calderón lo intentó a la hora de brindarle el primer chiste al gracioso Fabio en El secreto a voces. Éste se da cuenta de que hay un huésped en casa que oculta su verdadero nombre y que es protegido por su amo; un huésped «que nos ha venido haciendo/misterios sin ser rosario,/sin ser cura sacramentos» (Calderón, Obras completas
2, p. 1206). El censor no permitió que se recitaran estos versos sobre el tablado, allá por el año 1642 (Cruickshank, 2009, p. 265)
10 Calderón, Obras completas, II, pp. 827-828.
11 Calderón, Obras completas, II, p. 138.
12 Calderón, Obras completes, I, p. 1031.
13 Calderón, Obras completas, II, p. 1804.
14 Rodríguez de la Flor, 2005.
15 Calderón, Obras completas, II, p. 1222.
16 Tirso de Molina, Comedias, II, p. 132, v. 3416.
17 Pedraza 2000, p. 85.
18 Opina Ángel García que la originalidad de Calderón está en el hecho de concluir este tipo de comedias sin que se revele el secreto del poderoso ante las demás figuras presentes sobre el escenario (García, 2011).
19 Calderón, Obras completes, II, p. 1244.
20 García Barranco, 2007, pp. 359-361.
21 Calderón, Obras completas 2, p. 99.
22 Navarro, 2009, pp. 365-368.
23 Novoa, Memorias, t. 3, pp. 171-173.
Auteur
Universidad de Viena
Le texte seul est utilisable sous licence Licence OpenEdition Books. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.
L’individu face à la société
Quelques aspects des peurs sociales dans l’Espagne du Siècle d’or
Augustin Redondo et Marc Vitse (dir.)
1994
El Diálogo de Lactancio y un arcidiano de Alfonso de Valdés : obra de circunstancias y diálogo literario
Roma en el banquillo de Dios
Ana Vian Herrero
1994
Autour des Solitudes. En torno a las Soledades de Luis de Góngora
Francis Cerdan et Marc Vitse (dir.)
1995
Mañanas de abril y mayo / El amor al uso
Pedro Calderón De La Barca et Antonio de Solís y Rivadeneyra Ignacio Arellano et Frédéric Serralta (éd.)
1996
Don Juan Tenorio « El refugiao »
Drama cómico en cinco actos nada más para no cansar el público
Juan Mateu Frédéric Serralta (éd.)
2003
La loi du duel
Le code du point d'honneur dans l'Espagne des XVIe-XVIIe siècles
Claude Chauchadis
1997
Trece por docena
Valentín de Céspedes et Juan de la Encina Francis Cerdan et José Enrique Laplana Gil (éd.)
1998