1 Citaremos aquí por la reciente edición del texto, en traducción española, por Manuel Mañas Núñez (Agrippa 2013), que puede ser considerada la mejor edición crítica disponible (las dos otras son la edición alemana de Gerhardt Güpner, 1993, y la italiana de Tiziana Provvidera, 2004). Para las citas latinas, utilizamos la edición coloniense de 1531. El libro fue publicado por primera vez el año anterior en Amberes, y en 1531 también en París.

2 Barbara Bowen, 1972.

3 Charles G. Nauert, 1965, particularmente cap. 6, «Agrippa and the religious crisis»,

4 Richard Popkin, «Introduction» a las Opera omnia, 1970, y 2003, 28-29.

5 Zambelli, 1966, 102-131, y «Chap. 5. Magic and Radical Reformation in Agrippa of Nettesheim» en Zambelli, 2007, 138-182 (reedicion del Journal of the Warburg and Courtauld Institute, 39, 1976, 69-103).

6 Perrone, 1997, 115-140, y «Ermetismo e Cristianesimo nei primi scritti di Cornelio Agrippa», introducción a Perrone, 2005.

7 Véase también Christopher I. Lehrich, 2003, 73-91.

8 Fundamental para nuestro tema es otro artículo de Paola Zambelli, 1998.

9 Correard, 2008, 196-222.

10 Correard, 2018.

11 Morley, 1856.

12 Prost, 1881.

13 Prost juzgaba que era «le but véritable, bien que déguisé, auquel tend l’ouvrage tout entier» (t. 1, 102).

14 Paulo Giovio, 1546, f^o 63v-64r.

15 Jean Calvin, 1984, 134-135 y 139-140 (es en la versión latina, el De Scandalis, donde se encuentra la noción de Lucianici).

16 Poel, 1997.

17 La reciente y admirable síntesis de Marco Biagoni y Lucia Felici (2012) ni siquiera alude al papel todavía seminal de Agrippa.

18 Agrippa, 2013, cap. 60, p. 192.

19 Poel, 1997, 51.

20 Agrippa, 2013, cap. 58, p. 188. Véase también el cap. 92 («Sobre el derecho canónico»), p. 300: «Cristo puso fin a las ceremonias».

21 Agrippa, 2013, cap. 60, p. 191-192.

22 Agrippa, 2013, cap. 56, p. 184.

23 Se refiere a tesis perdidas.

24 Agrippa, 2013, cap. 59, p. 190.

25 Agrippa, 2013, cap. 60, p. 193.

26 Agrippa, 2013, cap. 93, p. 303.

27 Agrippa, 2013, cap. 62, p. 200.

28 Agrippa, 2013, cap. 92, p. 297.

29 Agrippa, 2013, cap. 92, p. 300.

30 Agrippa, 2013, cap. 17, p. 114.

31 Agrippa, 2013, cap. 54, p. 173.

32 Agrippa, 2013, cap. 52, p. 166-167.

33 Agrippa, 2013, cap. 54, p. 177-178.

34 Agrippa, 2013, cap. 52, p. 168-169.

35 Zambelli, 1976, 141. Cabe recordar que la leyenda negra de Agrippa, que a menudo se mezcló con la de Fausto, fue fabricada por controversistas católicos como el cardenal Giovio y el famoso demonólogo Martín del Río.

36 Agrippa, 2013, cap. 8, p. 102-105.

37 Agrippa, 2013, cap. 3, p. 86.

38 Agrippa, 2013, cap. 99, p. 315-316.

39 Agrippa, 2013, cap. 98, p. 311.

40 Véase por ejemplo Paola Zambelli, 1976, sobre las similitudes de la teología negativa de Agrippa con la Antithesis verbi Dei et inventorum hominum de François Lambert (1524).

41 Ps. 116.11 («todo hombre es mentiroso»).

42 Poel, 1997, 126-152 y 269-272.

43 Agrippa, 2013, cap. 99, p. 317.

44 En su paráfrasis de Pedro, 1 P. 1.25.

45 Agrippa, 2013, cap. 99, p. 315.

46 Agrippa, 2013, cap. 99, p. 316.

47 Agrippa, 2013, cap. 99, p. 318.

48 Agrippa, 2013, cap. 100, p. 318-320.

49 Además del cap. 100, el cap. 99, p. 316.

50 P. Zambelli, 1986, 187-217.

51 Por ejemplo Charles Nauert, 1965, 188-189 (y todo el capítulo 8 sobre la postura de Agrippa frente a la Reforma).

52 Agrippa, 2013, cap. 80, p. 250-256.

53 Agrippa, 2013, cap. 80, p. 253.

54 Agrippa, 2013, cap. 80, p. 256.

55 Agrippa, 2013, cap. 64, p. 216.

56 Agrippa, 2013, cap. 64, p. 210.

57 Agrippa, 2013, cap. 96, p. 304-305.

58 Agrippa, 2013, cap. 3, p. 84.

59 Agrippa, 2013, cap. 61, p. 197.

60 Agrippa, 2013, cap. 61, p. 198.

61 Los pormenores, también comentados por Charles Nauert y Marc van der Poel, pueden encontrarse en Prost, 1881, 283-325.

62 Agrippa, 2013, cap. 62, p. 200.

63 Agrippa, 2013, 66: «Al respectable Señor Agustín Furnario».

64 Diferimos de la interpretación de Manuel Mañas Núñez, 2003, 183-203.

65 Agrippa, 2013, cap. 102, p. 328.

66 Lo de la «mâchoire de l’âne» es ejemplo querido por el maestro de los dobles sentidos insidiosos François La Mothe le Vayer (véase por ejemplo Traité sceptique sur cette commune manière de parler, n’avoir pas le sens commun, 1646, en œuvres, 1757, t. V, 2, y 199-200).

67 Agrippa, 2013, cap. 102, p. 329.

68 Eichel-Lojkine, 2002, 129-134.

69 Ordine, 2005.

70 La cita prosigue con: «[…] recomienda el matrimonio de los sacerdotes, reprueba el uso de las imágenes en todos los casos, atribuye la capucha de los frailes a una invención del diablo, rechaza los escritos de los teólogos más recientes, como Scoto o Tomás de Aquino. En ciertos puntos es poco firme, y no se atreve a decir su opinión». Conrad Gesner, Bibliotheca universalis, 1545, 309: «Hic author in plerisque Romanae Ecclesiae consentit, in multis dissentit, authoritati ipsius derogans, nuptias sacerdotum suadens, imaginum omne usum taxans, cucullam diaboli inventum asserens, recentiorum theologorum, ut Scoti, Thomae de Aquino scripta reiiciens, in quibusdam parum constans, nec ausus animi sententiam proferre» (citado por Paola Zambelli, 1976, 144).

71 Las cartas de Agrippa justifican ampliamente la sospecha, especialmente la epístola a un amigo en la que Agrippa alaba el silencio: «es muy honorable combatir con sus propias armas, pero mucho más seguro esconderse bajo el escudo de otra persona. Y lo más seguro, callar. Pues, como ves ahora, la verdad cristiana no puede ser cuidada con más seguridad que en el silencio y la pasividad, para que los inquisidores no se apoderen de nosotros para forzarnos, por miedo al castigo, a unas palinodias» (Opera II, s. f. [c. 1580], Ep. IV, 44, 863: «honestum est propriis armis decertare, ac tutius forte sub alieno clipeo delitescere; tutissimum autem tacere. Nam hodie, ut vides, Christiana veritas nullo securiori modo colitur quam stupore et silentio, ne forte corripiamur a... inquisitoribus.. qui nos fasciculorum metu cogant ad palinodias»).

72 Erika Rummel, 2000, 50-74: «No room for skeptics».

73 Agradecemos sus sugerencias a Carlos Gilly, quien ha estudiado la herencia sobre ellos de la corriente hermética y mágica que también pasa por Agrippa (Gilly, 1997, 60-77); además, Gilly ha estudiado el tema querido de Agrippa, y de los humanistas más subversivos de su época, en la forma del refrán alemán «lo más docto, lo más necio» (Gilly, 1987, 159-172).

74 Véase también el anterior Dialogo que quedó manuscrito y publicó recientemente Antonio Corsaro 1989.

75 Figorilli, 2008.

76 Agrippa, 1547.

77 Seidel-Menchi, 1987.

78 El único estudio dedicado a este tema es la indagación biográfica de Abel Lefranc (1913) sobre los encuentros entre los dos autores.

79 Anónimo, Cymbalum mundi, 1983, 18.

80 Véase la edicion por Michèle Clément (2003).

81 Tahureau, 1981, 232.

82 Se sabe la deuda importante con el De vanitate de la famosa «Apologia de Raymond Sebond» de Montaigne (Ensayos, II, 12), es decir del núcleo del escepticismo religioso moderno, pero la huella de la declamatio humanista todavía es muy perceptible en los diálogos «Des qualités des asnes de ce temps», «De l’ignorance louable» y «De la divinité» de François La Mothe le Vayer, el más filósofo de todos los libertins érudits del siglo xvii (Dialogues faits à l’imitation des Anciens, 1626).

83 Menéndez y Pelayo, 1891, 346-348.

84 Rico, 1979.

85 Herrera, 1531.

86 Arce de Otálora, 1995, V, 6, 361.

87 Agrippa, 2013, cap. 25, p. 122-123.

88 Ocasar Ariza, 2008, p. 168-169 (y las páginas siguientes, parte 5.3.).

89 Vian, 2015.