La historia natural en la segunda mitad del siglo XVI: Hernández, Recchi y las relaciones de Indias1
L’Histoire naturelle dans la seconde moitié du XVIème siècle : Hernandez, Recchi et les relations des Indes
p. 85-96
Résumé
Cet article évoque d'abord les premiers témoignages et les efforts de la Couronne d'Espagne au XVIème siècle pour connaître ses nouvelles possessions, spécialement la fameuse mission en Nouvelle-Espagne du médecin Francisco Hernández : 1571-1577. Il traite surtout de l'œuvre du médecin napolitain Nardo Antonio Recchi de Montecorvino, chargé par Philippe II d'utiliser l'énorme information rapportée par Hernández, ce qui donne seize tomes illustrés écrits en latin, consacrés principalement aux vertus médicinales des plantes, des minéraux, etc. Le manuscrit inédit fut utilisé après la mort de l'auteur par l'Accademia dei Lincei : Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus.
Enfin les relations... révèlent un contenu très riche, en particulier sur la Nouvelle-Espagne, en madère de noms indiens, changements dans les habitudes alimentaires, etc
Texte intégral
1La realidad del Nuevo Mundo descubierto promueve la curiosidad de muchos de los europeos, saciada escasamente por las noticias de viajeros y expedicionarios —el mismo Colon, Miguel de Cuneo, Simón Verde, Las Casas ο tray Ramón Pané entre muchos otros— y por las crónicas y relatos de curiosos, interesados ο funcionarios, como los tan conocidos Gonzalo Fernandez de Oviedo, curioso y con gran capacidad de descripción y funcionario, ο Pedro Martir de Angleria, curioso y excelente escritor y cortesano.
2También la Corona española se interesó, inevitablemente, desde un comienzo, por sus posesiones, en un proceso que se puede constatar y comprobar estudiando las multiples Provisiones, Instrucciones y Reaies Cédulas que se emitieron a lo largo de los diversos reinados que se sucedieron desde finales del siglo XV y durante el siglo XVI1. Concurren, sin embargo, en las primeras décadas del gobierno de Felipe II, en los años sesenta y setenta fundamentalmente, una serie de actuaciones de reorganizacion de la administración y gobierno de las Indias, en las que se incluye el interés por los productos naturales y por la Naturaleza americana. Este interés por la naturaleza americana se manifiesta en muchos documentos, y, esencialmente, en el cuestionario de doscientas preguntas que suponemos, por las respuestas, que son las que han permanecido, que se utilizaba ο utilizaban algunos intégrantes del Consejo de Indias —probablemente Juan Lopez de Velasco ο el mismo Juan de Ovando—; en la Instrucción que se da a Francisco Hernandez para que pase a las Indias y estudie, en primer lugar, las plantas médicinales, y, en general su naturaleza; y, algo posteriormente, en el cuestionario de cincuenta preguntas sobre todos los aspectos de las tierras americanas, que fue enviado en 1577 a todos los Alcaldes mayores y Corregidores de las Indias, y cuyas respuestas dieron lugar a las llamadas Relaciones de Indias. Todo este interés por conocer y por explotar las posesiones occidentales tuvo como resultado, desde el punto de vista de la historia natural, y de los conocimientos europeos sobre la naturaleza americana y sobre la Naturaleza con mayusculas, la elaboración de una serie de escritos que, desgraciadamente, tienen como punto en comun la no publicación ο la publicación y difusión tardía. Nos referiremos a continuation, en forma mas concreta, aunque muy resumida, a estos escritos a los que dio lugar ese impulso de conocimiento de las posesiones ultramarinas que se produjo en las décadas de la segunda mitad del siglo XVI, cuyos efectos se prolongaron e influyeron en los conocimientos del siglo XVII.
3Es bien conocido por todos las vicisitudes del viaje ο expedición científica de Francisco Hernàndez, con su permanencia en Nueva España desde 1571 hasta 1577, así como el poco estimulante recibimiento que sufrió al llegar a España, si atendemos a las quejas que expresa en su poema a su amigo Arias Montano, e incluso a las palabras del propio Recchi en los comienzos de su manuscrito-compendio2, refiriéndose a la longitud y falta de orden de la obra del toledano, que deben haber dolido mucho a éste, que, sin citar el nombre, se refiere a él y a su inevitable desconocimiento de la flora y fauna americanas, en el poema antes citado. Nardo Antonio Recchi de Montecorvino, médico napolitano al servicio de Felipe II, fue encargado por éste de realizar el libro de medicinas utiles que en realidad habia pedido el rey a Hernàndez, pero que éste, con su espíritu de cientifico y naturalista, habia sobrepasado con creces, admirado y entusiasmado ante la gran cantidad de especies que observaba en el Nuevo Mundo.
4Francisco Hernández envió y trajo consigo una serie de volúmenes, escritos en latín, con las descripciones de las especies animales, vegetales y minerales de la Nueva España, así como gran numéro de láminas que incluían cerca de cinco mil especies de las descritas, herbarios y plantas vivas. Su trabajo y sus colec ciones fueron entregadas al rey y al Consejo de Indias, y se sabe que los volumenes esenciales se depositaron en la biblioteca del Escorial, la biblioteca del rey. En el relato de su visita a esta biblioteca, en 1626 y como parte del séquito del Cardenal Barberini, nos dice Cassiano Dal Pozzo —que por ser intégrante de la Accademia dei Lincei estaba bien al tanto del interés de la obra de Hernandez, y conocía el manuscrito de Recchi— que, entre libros de figuras y comentarios, «si videro tra libri di figuri e di comento d'essi, sedici tomi lefati infoglio maggiori dell'ordinario, quasi pò meno di reale ordinario, di cuoio stampato...», con el titulo Historia plantarum novae Hispaniae Francisco Hernando medico primario atque historico authore, agregándose en algunos et totius Novi Orbis medico primario ad Philippum Secundum Regem Hispaniorum et Indianum optima. Dice también Dal Pozzo que entre los tomos habia uno con el titulo "De historii animalium Novae Hispaniae", compuesto por seis tratados, seis “historias”, las de los quadrupedum, avium, reptilium, insectorum, acquatilium, y, además, mineralium. Éste sera el tomo que, segun los Lincei, Cassiano hizo copiar y llevó a Roma, aunque tarde para que fuera utilizado por el Lincei Terrenzio en sus estudio sobre los animales présentes en el compendio de Recchi. Sin embargo esta parte de la obra si aparece publicada en una de las ediciones romanas del Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, la de 1651. En definitiva, la parte esencial de la obra descriptiva de Hernandez parece que comprendia tres volumenes sobre las plantas, en veinticuatro libros, y un volumen sobre los animales y minérales, en seis tratados, así como un indice para las plantas y otro para animales y minérales, que aparece publicado junto con la historia de los animales y minérales en la edición que hemos dicho. Dice Nardo Antonio Recchi, refiriéndose a la obra de Hernandez, que éste «agrupó la Historia Natural del Nuevo Mundo en veinticuatro libros, las imágenes en diez tomos y las de los animales en un solo libro». El, a su vez, realizará, por encargo de Felipe II, un compendio, una selección de plantas médicinales, basàndose en criterios de utilidad y de integración en las caracteristicas de la medicina galénica. Esta obra se divide en una Introducción general, en la que explica sus criterios de clasificación ο agrupamiento de las especies, que se basaran fundamentalmente en la obra de Dioscórides, como él mismo indica, asi como lo que piensa sobre la importancia de la nomenclatura, con indicaciones sobre la indigena; très libros sobre plantas médicinales, y un libro sobre los animales y sus partes y los minérales utiles para la medicina. Se convertirán, como aparece publicado en el Rerum medicarum, en diez libros. Y, nos dice Recchi, «Las plantas no se describiran de acuerdo con la ordenacion de sus elementos, pues de este modo se disociarían las clases y sus efectos, sino uniéndolas por su género y por la afinidad de sus cualidades, principalmente de sabor, siguiendo muy de cerca los pasos de Dioscorides e incluso conservando su orden.»
5Como también es sabido, Recchi se llevó a Nápoles una copia de su manuscrito, asi como un tomo ο un grupo de laminas que lo ilustraban, esperando infructuosamente que fuese editado por Felipe II. Juan de Herrera habia insistido ante el rey para que la obra viera la luz, y se habia encargado personalmente de buscar grabadores que volvieran a tallar las laminas correspondientes a las especies descritas, tal como indica en carta al secretario de Felipe II, carta que se acompaña de dos muestras de la impresion de una misma especie, una en bianco y negro y otra en color3. La copia del manuscrito y las láminas, que a la muerte de Nardo Antonio Recchi pasaron a su sobrino, fueron utilizadas por la Accademia dei Lincei para realizar su obra editorial mas importante, en realidad la unica como trabajo de conjunto, el Tesoro Messicano, como ellos le llamaban. En esta obra, que se llamó Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, participaron varios de los intégrantes de la institución. Fue impulsada por el Principe Cesi, su fundador y alma mater, —quien además desarrolló, como parte del volumen, sus 20 Tablas Fitosóficas, su concepcion de la organizacion de la naturaleza— y completada y anotada, segun las partes y en diversa extension y profundidad por el Terrenzio (Johannes Schreck), Johannes Faber y Fabio Colonna, ademas de la colaboración de Francesco Stelluti en los indices. La edición estaba preparada ya en 1628, y así se llevó a la imprenta, pero en definitiva solo se hicieron escasos ο un unico ejemplar, extremo que no esta afin muy claro. Lo mismo sucedió muy posteriormente, ya muerto el Principe Cesi, en 1648, hasta que por fin se realizó la impresión definitiva en 1651. No podemos entrar en detalles sobre el contenido de esta interesantísima obra, que analizaremos en la introducción a la edición del manuscrito de Recchi que estamos preparando, ni sobre los avatares de su publicación, que fue finanaciada y promovida, por fin, segùn dice Gabrieli4, por el gentilhombre español Alfonso de las Torres. Podemos decir que la parte de la obra correspondiente a las Tabulae Phytosophicae de Federico Cesi tiene una dedicatoria al EXCELLmo DOMINO D. RODERICO DE MENDOZA, DUCI DE INFANTADO, firmada por quien llevaba en esos momentos lo que quedaba de la periclitada Accademia dei Lincei, Franceso Stelluti. Se refiere al embajador español en Roma, séptimo Duque del Infantado, Rodrigo Diaz de Vivar Hurtado de Mendoza (1614-1657), que no sabemos aun qué papel jugó en la edición definitiva de obra que había sido tan deseada y preparada, y que, desgraciadamente, apareció muy tarde. El volumen estaba dedicado, en esta última y definitiva edición al rey de España, Felipe IV. Libro inspirado, indudablemente en la obra de Hernández, como se reconoce siempre en su portada, pero enriquecido por la colaboración de los Linceos participantes, Terrenzio, encours Cesi y fundamentalmente la parte dedicada a los animales elaborada por Joahnnes Faber, que hace aportaciones a la historia natural que aun no han sido debidamente estudiadas. Es enorme la profusion de descripciones y grabados que aparecen en el volumen, que utilizó German Somolinos D'Ardois5 para preparar su edición de las obras de Hernandez, aunque sin aclarar de dónde tomaba sus descripciones, ο las distintas partes tanto las escritas como las graficas, y sin dar idea clara de lo que correspondía a unas obras u otras. Lo cierto es que la llamada edición romana fue muy utilizada por los botánicos por lo menos hasta fines del siglo XVIII. Es bien conocido el intento de rehacer la obra completa de Hernandez que realizó Casimiro Gomez Ortega en la segunda mitad de ese siglo, esfuerzo que tampoco se logró en su totalidad, pues ni se pudo publicar toda la obra, ni, y esto es lo más grave, se pudo ilustrar convenientemente. Pero es indudable que quien pudo conseguir un ejemplar del Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus seu Plantarum Animalium Mineralium Mexicanorum Historia ex Francisci Hernandez, lo utilizó ampliamente, como es el caso de John Ray, que en su obra cita a Hernandez en todos los casos en que se refiere a plantas mexicanas.
6Hemos señalado más arriba que el envío de Francisco Hernández a Nueva España no fue un hecho aislado totalmente, sino que, además, se recababa información sobre la naturaleza americana de diversas formas; y así como fue un hito el envío de un estudioso, de una “expedición científica” si así queremos llamar al viaje de Hernández, también lo fue el envió del cuestionario de cincuenta preguntas en 1577 a todos los confines de las Indias occidentales. El análisis de las respuestas, las Relaciones de Indias —Relaciones Geográficas de Indias les llamó el naturalista y estudioso Marcos Jiménez de la Espada— nos aporta una abundante información sobre las especies vegetales y animales americanas, pero con un carácter menos cientifico y más general. Quienes contestaban los cuestionarios no eran estudiosos, sino indígenas conocedores ο funcionarios españoles más ο menos afincados en las diversas zonas. De todas maneras las especies citadas, en la mayor parte de los casos con sus nombres en náhuatl, ο incluso en alguna de las otras lenguas indigenas, son abundantísimas y variadas, aunque las descripciones no suelen ser esmeradas. Hay algunos casos en los que las explicaciones son mas explicitas ο mas amplias, como cuando, en algunas relaciones, se refieren al maguey, al cacao, al tabaco o, por ejemplo, al cultivo de la grana cochinilla. En otros casos sólo aparecen listas de plantas ο de animales. El cuerpo documental mas importante es el correspondiente a Nueva España, y nos aporta una riquisima informacion no solo sobre las especies existentes, sino sobre la relacion de los hombres, tanto indigenas como españoles con esa naturaleza. No puedo entrar en detalles minuciosos sobre el contenido de estos documentos, y a quien le interese, le remito a La conquista de la naturaleza americana, que ya he citado. Sin embargo creo que puede ser interesante transcribir alguna de las descripciones —muy variadas y desiguales en cuanto al interés de la informacion, como ya he dicho— que transmiten mas directamente el encanto de algunos de estos relatos. Veamos, por ejemplo, la respuesta que se da en la Relacion de Querétaro a la pregunta veinticuatro —sobre granos, semillas, hortalizas y verduras— del cuestionario mas arriba citado:
Cuanto al capitulo veinticuatro, danse en el pueblo de Querétaro, como digo, todas cuantas cosas se ponen los naturales. No se han dado a poner granos ni semillas de Castilla, màs de lo que queda dicho en el capitulo pasado, y trigo. Los religiosos de la Orden de San Francisco, de este pueblo, ponen en su huerta garbanzos, pepinos, y todo género de verdura dase muy bien, y, de su huerta, proveen a todos los vecinos. Los naturales, para sus sustento, usan de maiz, que es su trigo; de frijoles, que es como nuestros garbanzos o, hablando mis propiamente, habas pequenas; su chile, de muchas maneras, que es su pimienta. Siembran otra semilla, que llaman en lengua mexicana CHIAN, que es como el alpiste de la Andalucia; es semilla muy fria, y della hacen un brebaje para tiempo de calor. Siembran otra semilla, llamada en lengua mexicana AHUAUHTLI, que lo comen los españoles cocido, con aceite y vinagre, y sabe bien; los indios lo comen con su chile, cocido, y de la semilla hacen unos panes. Siembran unas calabazas grandes, que en nuestra españa llaman 'romana' y, en lengua mexicana AYOTL: es buena comida cocida con miel. Siembran otras dos semillas, que llaman TOMATL, que es pequeno, del tamano de avellanas, y casi es como agraz, y el otro, XITOMATL, que es grande, y amarillo y Colorado. Sirvenles estas frutas que de estas semillas nacen de echar en el chile, con las cuales templan la fortaleza dél.6
7Como es évidente, es un texto que nos informa de muchisimas cosas; cual era la alimentación básica de los indígenas de la zona, el uso del chile y el tomate como elementos esenciales en su cocina, las variedades, o, por lo menos la existencia de variedades de algunos de los productos, la asimilación por los españoles de algunos de ellos, etc. También nos indica la presión que ejercía sobre los indigenas para que produjeran alimentos europeos, y la resistencia de estos a la alteración de sus costumbres y de su cultura. Indudablemente, y no podemos tampoco entrar aquí en este tema esencial, esa desestructuración cultural, con todas las altera ciones que trajo consigo, fue una de las causas coadyuvantes al desarrollo de la enorme mortalidad indigena que se produjo a lo largo del siglo XVII, pues no solo se alteró la alimentacion, el ritmo de vida, con las secuelas de cansancio y debilidad, y la facilidad que estas circunstancias daban al desarrollo de las nuevas enfermedades y de su transformación en epidemias, sino que se alteró también profundamente la medicina indigena. Las Relaciones nos dan múltiples pruebas de todas esas circunstancias que condicionaron ese tremendo fenómeno de despoblación. Y nos indican claramente que uno de los elementos claves que produjo la ruptura Cultural fue la evangelización, que buscaba, justamente, la alteración de las normas y creencias en sus aspectos mas profundos.
8Como ejemplo de una descripción en respuesta a la pregunta sobre la existencia de animales, utilizaré una de las Relaciones de la Diócesis de México. Se trata de la Relación de las minas de Temazcaltepeque, en la que participé un tal Francisco Gómez, «natural de esta tierra», que seguramente aportó mucha de la información que aquí aparece:
Los animales bravos que tienen, y hay en los montes de Texcaltidan, son los leoncillos pardos y coyotes, que son como lobillos de Castilla, y unos animalejos que se dicen oztotl, que son como zorros y que comen gallinas; hay tejones, y hay otros animalejos monteses que llaman AYOTOCHTLI, que son “armadillos”, que tienen unas cubiertas por todo el cuerpo a manera de coracinas: cómenlo los indios, y es buena comida y sabrosa, porque algunos españoles la han comido. Es desta figura: (aquí aparece un dibujo muy ingenuo, pero que representa perfectamente la figura del armadillo). Susténtanse de hormigas y hozan como puercos en el lodo y, cuando le siguen, encoge la cabeza y queda metido debajo de las conchas, y déjase caer por cualquier cerro ο pena rodando sin hacerse dano. Crianse otros animalejos que se dicen TLAQUATZIN, que significa “comedor” porque come gallinas. Anda por los montes. Tiene, a los lados del pecho, unos senos donde tiene seis ο siete tetas con que cría a sus hijos. Y, cuando siente algún ruido, ο que le quieren coger, abre las boisas que son aquellos senos y, con un chillido que da, acuden los hijuelos y se meten dentro dellas y, con todos, huye. Suele parir, de ordinario, cuatro ο cinco. Tiene la cola larga y, secándola, es muy medicinal y se curan de algunas enfermedades (dicen ser buena para el mal de madré), que es desta figura: (otro dibujo, de estilo semejante al anterior, representando una zarigueya). Y hay otros animalejos que se llaman TLACOMIZTLI, que quiere decir “gato montés”, que el pellejo es muy galano para el forro de ropas. Hay todo género de aves de rapiña, y faisanes y otras aves.7
9El texto demuestra un amplio conocimiento, no solo de las caracteristicas anatómicas de las especies descritas, sino también de las costumbres y de la biología de los animales. Por otra parte, cuando hay ocasión, y como era normal y natural, se explican las utilidades ο daños que pueden causar. Sin embargo, cuando se trata de animales, es mucho mis frecuente encontrar descripciones de especies que no son utiles ni tampoco especialmente daninas, y que se describen por que son llamativas ο curiosas.
10Las Relaciones de Indias, aunque, como indicamos antes, no tienen la calidad de las descripciones que nos aporta Hernandez en su obra, no son las observaciones de un naturalista que ha ido especialmente a estudiar especies vegetales, animales y minérales y su utilidad médica, nos proporcionan una visión en muchos casos más viva y rica de la fauna y la flora de cada región. Y, en algunas ocasiones, nos transmiten algunos de los conocimientos indigenas así como lo que los españoles más ο menos afincados en las nuevas tierras no tenían mas remedio que aprender. Hay algunas relaciones, escasas ciertamente, en que quien redacta el documento demuestra ser un buen conocedor de la zona en la que habita —suelen ser hacendados y no simplemente corregidores ο alcaldes mayores— explicando incluso las experiencias que realiza para la adaptación de cultivos.
11Como he dicho antes, no es este el lugar para profundizar en los contenidos de toda esta abundante documentación, tanto la que tiene su origen en Francisco Hernandez como la proveniente de las Relaciones. Pero sí he querido senalar como, en la década de los años setenta del siglo XVI, se produjo una abundante information sobre la naturaleza americana que, desgraciadamente, no llegó a difundirse en su momento de forma amplia, perdiendo Europa, ο por lo menos los estudiosos europeos, la posibilidad de obtener unos conocimientos y, mas que eso, un estímulo importante para el desarrollo de la ciencia.
Notes de bas de page
1 Si se quiere más información sobre este proceso, pueden consultarse, de R. álvarez, (1988), "El cuestionario de 1577. La Instrucción y memoria de las relaciones que se han de hacer para la descripción de las Indias". En: Cuestionarios para la formación de las Relaciones Geográficas de Indias. Siglos XVI-XIX. Ed. F. Solano, pp XCIII-CVI; (1989) "Etnografía e Historia Natural en los Cuestionarios Oficiales del Siglo XVI", Asclepio, 41 (2), 103-126; (1993), La conquista de la naturaleza americana, C.S.I.C.
2 La Editorial Doce Calles, contando con Florentino Fernández como traductor y con la autora de este trabajo y el Departamento de Historia de la Ciencia, está preparando la edición bilingüe del manuscrito de Nardo Antonio Recchi, que aparecerá dentro de este año.
3 El primero en dar a luz la carta de Juan de Herrera y en publicar incluso los grabados —en blanco y negro— fue Francisco Iñiguez Almech, en su obra de 1952 Casas Reales y Jardines de Felipe II, Cuadernos de Trabajo de la Escuela española de Historia y Arqueología, n° 1.
4 Gabrieli, G. (1989), Contributi alla Storia della Accademia dei Lincei. Roma. 2 vols.
5 Francisco Hernández, Obras completas, edición preparada por Germán Somolinos D'Ardois, que comenzó a publicarse en 1960. — En la presente colección se ha publicado un interesante trabajo sobre la historia natural en Hernández: Durand-Forest, J. de (1986), "Aperçu de l'Histoire naturelle de la Nouvelle-Espagne d'après Hernández. Les informateurs indigènes de Sahagún et les auteurs du Codex Bodianus", Nouveau Monde et Renouveaiu de l'Histoire naturelle. Paris, CIAEC.
6 Acuña, René (1987) Editor, Relaciones Geográficas del siglo XVI: Michoacán, pp. 243-244.
7 Acuña, R. (1986), Editor, Relaciones Geográficas del siglo XVI: México, vol. II, pp 150-151.
Notes de fin
1 Proyecto de la DGICYT PB 91-0068
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