Algunas consideraciones a propósito de las respuestas mínimas1
p. 451-472
Résumé
Ce travail est centré sur l’étude de trois particules en espagnol: sí, ya, humh. Les particules de ce type sont souvent appelées réponses minimales, continuateurs, “back channels”, etc. Il s’agit d’éléments qui visent le caractére interactif de la structure du discours. Elles sont généralement émises par l’auditeur – mais pas d’une façon exclusive – au cours de l’intervention du locuteur, pour indiquer compréhension, attention, accord, etc. La caractérisation que nous présentons ici inclut des aspects en relation avec leur distribution dans le discours, leur motivation et leur signifié.
Texte intégral
Introducción
1El estudio del discurso se ha abordado desde diferentes campos y desde diferentes disciplinas: Sociología, Antropología, Lingüística, etc. En cada caso se hace hincapié sobre determinados aspectos de la actividad discursiva. Dentro del ámbito de la Lingüística, el estudio del discurso ha supuesto una ampliación de sus horizontes. No cabe duda de que los resultados que obtenemos si nos centramos sólo en el código son a todas luces insatisfactorios. La descripción de los fenómenos propiamente lingüísticos necesita complementarse con la observación del contexto en el que tiene lugar el proceso de interacción.
2En este trabajo, aunque no de manera exclusiva, vamos a dirigir nuestra atención a la figura del oyente y observar su comportamiento verbal durante la conversación. Nos ocuparemos de una serie de partículas que aparecen con mucha frecuencia en los intercambios conversacionales: sí (sí), ya, y humh (humh). En la bibliografía sobre el tema se han empleado diferentes denominaciones para hacer referencia a la participación verbal o no verbal del oyente en el curso de la interacción2: “back channels” (V. Yngve, 1970), “gambits that signal a person’s State of consciousness” (E. Keller, 1979), «marqueurs confirmatifs» (N. de Spengler, 1980), «marques de prise en compte» (A. Auchlin, 1981), “minimal responses” (M. Bennet y J. Jarvis, 1990), “signs of attention and agreement” (G. de Oliveira e Silva e A. Tavares de Macedo, 1992). Como vemos, muchas de estas denominaciones orientan sobre su valor, sobre sus empleos discursivos. Hemos seleccionado el término «respuestas mínimas» porque es el que nos ha parecido más apropiado, ya que, por un lado, reducimos la clase de señales que son índice de la participación del oyente en la interacción3; y, por otro, evitamos cualquier referencia a sus empleos discursivos. Además, aquí no sólo se tendrán en cuenta los testimonios en que estos elementos aparecen en el curso de la intervención del hablante, sino que también incluiremos los casos en que introducen un nuevo turno. En última instancia, se trata de las dos acciones a las que se circunscribe la actividad del oyente en el sistema de toma de turnos: reclamar el turno de habla, cambiando, pues, al estado de hablante; y comunicar a través de una respuesta mínima, algún tipo de contenido que no suponga un cambio de estado4.
3En esta exposición, en primer lugar, nos acercaremos a las posibles causas que pueden explicar la escasez de referencias a estos elementos en los estudios de Lingüística dentro del ámbito hispano. En segundo lugar, mostraremos cómo la aparición de estas partículas en los intercambios conversacionales nos lleva a considerar al oyente como un ente activo en la conversación, y a reconsiderar la conveniencia de emplear el propio término de «oyente». Por último, en tercer lugar, presentaremos una caracterización de humh, sí y ya teniendo en cuenta distintos aspectos (características distribucionales, motivación y significado discursivo).
1. ¿Elementos superfluos?
4A la vista de las escasas, por no decir nulas, refencias a estos elementos en las gramáticas, manuales de Lingüística y obras lexicográficas dentro del ámbito hispano, cabe preguntarse si la presencia de estas partículas es pertinente, o dicho de otro modo, si realizan algún tipo de actividad dentro del discurso. En realidad, es muy probable que los estudios cuyos datos proceden de Corpus de lengua escrita no se hayan percatado de su existencia. Sólo cuando utilizamos datos de algún Corpus de lengua oral advertimos una presencia abrumadora de estas unidades. Precisamente, el retraso con que en España han empezado a aparecer los corpus de lengua oral de distinta procedencia explica, en parte, la poca atención que se le ha prestado a estos elementos. Y si digo en parte es porque trabajar con corpus de lengua oral transcritos no garantiza la aparición de estas partículas. Así, según E. Schegloff (1982: 74), a menudo se han eliminado de las transcripciones ya que se consideraban un estorbo:
These, as well as other, bits of talk and behavior produced by other than the “main speaker” are regularly discarted when discourses – the stories, the arguments, etc. – are extracted from the tangle of detail which composed their actual occurrence. “The story” is purified of them in the course of its extraction, both by lay recounters and by professional analysts. It is this separation of bits of talk, otherwise intercalated with each other and contingent on one another, into two distinct classes, of which one is the “real talk” (the story, the “what-was-being-said”) and the other conversational “detritus” (apparently lacking semantic content, and seemingly not contributing to the substance of what the discourse ends up having said), which makes possible the notion of “discourse” as a single speaker’s, and a single mind’s product.
5Pero no es éste el único problema que surge al intentar estudiar estas partículas. De hecho este problema se podría solventar sin demasiado esfuerzo, bastaría simplemente con acudir a las cintas. Sin duda, surgen complicaciones más serias cuando manejamos corpus orales de determinadas características. No sería extraño que encontrásemos una cinta en la que se emite un número considerable de estas unidades, frente a otra en la que prácticamente no aparecen. Por ejemplo, cuando como en este caso se maneja un corpus de conversación semidirigida5, existe la posibilidad, especialmente si se da la circunstancia de que el entrevistador sea el encargado no sólo de revisar sus cintas sino también de transcribirlas, de que conscientemente procure evitar la emisión de estas unidades, porque su presencia supone una dificultad añadida a la ya de por sí lenta tarea de transcripción. No obstante, este motivo no invalida la utilización de un Corpus de estas características. Si escuchamos los primeros minutos de una cinta ya podemos saber si el entrevistador ha estado condicionado de alguna manera. Por consiguiente, es muy importante conocer la procedencia de los datos que manejamos, puesto que la frecuencia y la clase de partículas emitidas pueden variar dependiendo del tipo de interacción6. Así, y esto es algo que debemos tener en cuenta en este trabajo, en la conversación semidirigida la toma de turnos no se produce de igual forma que en la conversación espontánea, y éste es un factor que puede7 influir en la aparición de las respuestas mínimas.
6Consideramos que los motivos anteriormente examinados pueden ayudar a entender por qué la mirada de los lingüistas no se ha detenido en estos elementos. No son necesarias demasiadas horas de investigación para darse cuenta de que no se trata de elementos superfluos, porque prácticamente nada de lo que se dice o hace en una conversación es superfluo. Independientemente del corpus que manejemos, se trata de unidades que dan muestra del carácter interactivo de la conversación y que, por tanto, permiten ver la conversación como un proceso negociador entre los interlocutores.
2. Los participantes de la conversación: hablante y oyente
7En la introducción de este trabajo, decíamos que nos íbamos a ocupar principalmente de la figura del oyente. Éste es, sin duda, uno de los «olvidados» del proceso de comunicación, consecuencia lógica de la consideración del discurso como algo dado, como producto y no como proceso, o como dice E. Schegloff (1982: 74), como producto de una sola mente y de un solo hablante.
8A poco que observemos el comportamiento de estas unidades en el discurso, veremos que el oyente no es un ente pasivo. El oyente, al igual que el hablante, participa de manera activa en la conversación8 pero, como señala E. Keller (1979: 229), es necesario que uno de ellos esté en “receive mode” y el otro en “transmit mode”, para que un mensaje pueda pasar de uno a otro. La producción de un fragmento de habla por el hablante es algo que implica colaboración con las otras partes presentes, y la colaboración tiene un carácter interactivo, es algo que se produce sobre la marcha y no algo pactado desde el principio. G. Reyes (1990: 19) en su manual de pragmática, dice que en el estudio del uso del lenguaje,
(...) está apuntando en los últimos años una tendencia nueva: el interés por cómo los hablantes, más que hablantes y oyentes son participantes, es decir, participan en una actividad que consiste en producir significados mediante el lenguaje, incluso cuando la expresión es incoherente, e incluso en el caso extremo de que el lenguaje de que se vale un hablante no le sea conocido del todo.
9Durante la conversación el hablante está interactuando con una o más personas, y su discurso es susceptible de ser modificado en cualquier punto, y no sólo porque decida en un momento determinado darle una orientación diferente; esa modificación puede producirse a raíz de un gesto de su interlocutor, de algún comentario, etc. Por ejemplo, si el hablante está contando lo que le pasó hoy en el supermercado y observa que su interlocutor se levanta y se dirige a otro lugar de la habitación, sin emitir ningún tipo de señal que pueda informar al hablante de que está siguiendo su discurso de manera más o menos interesada, es posible que cambie el tópico conversacional, o que presente su historia de forma más atractiva. O, por ejemplo, si el hablante está argumentando en contra de la construcción de un embalse en una zona, y su interlocutor no se pronuncia a través de un gesto o de alguna señal verbalizada ni a favor ni en contra de sus argumentos, puede detenerse y preguntarle: « ¿Me sigues?», « ¿Es que no estás de acuerdo?». La ausencia, pues, de estas señales puede producir en el hablante cierta desorientación.
10Con esto no debe entenderse que dudemos de los resultados a los que han llegado aquellos trabajos que parten de una concepción más estática del discurso, que consideran el discurso como algo ya dado. Teniendo en cuenta los dos tipos de unidades (interrelacionadas) que S. Duncan (1973: 43) estableció para la conversación diádica ( “units within individual messages” y “units of interaction”9), podemos decir que para llevar a cabo un estudio de las primeras (unidades dentro de mensajes individuales), probablemente se puede llegar a obtener resultados satisfactorios con la simple observación de determinados fragmentos discursivos aislados, si queremos, del contexto en el que se han producido. No es posible, en cambio, utilizar el mismo procedimiento para analizar las llamadas por S. Duncan «unidades de interacción».
11El análisis de estas unidades no nos lleva únicamente al oyente, pero como a su figura se le ha prestado menos atención, nos hemos detenido un poco más a la hora de presentarlo. También el hablante, esto es, la persona que toma el turno de palabra, emite estos elementos. Hay ocasiones en el que el hablante finaliza su turno de palabra, y tras una pausa más o menos larga, su interlocutor decide intervenir y antecede su intervención – que puede ser de distinto carácter (pregunta, comentario, etc.) – con una de estas partículas, cuyo significado estará estrechamente ligado al contexto anterior. De esta manera, marca un cambio de estado: de oyente a hablante.
12La observación de cualquiera de los dos casos es igualmente interesante. Sin embargo, el dirigir nuestra atención al oyente-hablante nos lleva a revisar algunas cuestiones. Así, el que estos elementos aparezcan en boca del «oyente», sin que su aparición suponga intención de producir un cambio de turno de habla, nos lleva a revisar el mismo concepto de turno de habla. Señala V. Yngve (1970: 568) que la distinción entre tener el turno y no tenerlo no es la misma que la distinción tradicional de hablante y oyente; por esto es posible hablar fuera de turno y es incluso frecuente que los que participan en una conversación lo hagan:
In fact, both the person who has the turn and his partner are simultaneously engaged in both speaking and listening. This is because of the existence of what I call the back channel, over which the person who has the turn receives short messages such as “yes” and “uh-huh” without relinquishing the turn.
13Por tanto, el oyente no está sólo oyendo sino que habla ocasionalmente enviando mensajes cortos. En estos casos V. Yngve (1970: 575-576) habla de “having the turn”, que diferencia de “having the floor”. Se podría traducir por «tener el turno» o «tener el espacio conversacional»:
We have confirmed that speaking and listening activities go on simultaneously and that it is a normal and usual occurrence for messages to flow simultaneously in both directions between the participants in a dialog. We have found that not only is there a difference between roles of speaker and hearer and the roles of having the turn or not, but there is a further distinction of having the floor or not.
14Las definiciones que propone S. Duncan (1974: 164-165) de hablante y oyente también apuntan a esa diferenciación. Según este autor, existen dos estados opuestos para cada participante en la conversación diádica. El hablante se define como el participante que reclama el turno de habla en un momento dado, y el oyente (auditor, toma el término de Kendon 1967) es el que no reclama el turno de habla en un momento determinado. El que no reclame el turno de habla no es incompatible con el hecho de que realice algún tipo de comentario en el curso de la intervención del hablante. Nosotros, intentando mantener esta distinción, utilizaremos el término de «hablante principal», para hacer referencia a la persona que tiene el espacio conversacional (having the floor, en palabras de V. Yngve) y el de «hablante ocasional» para hacer referencia a la persona que realiza una intervención esporádica (having the turn)10.
15No obstante, y teniendo en cuenta que hemos utilizado un corpus de conversación semidirigida, o, utilizando un término más abarcador, un corpus de entrevistas, en buena parte de los casos el hablante ocasional será el entrevistador, y el principal el entrevistado. Este tipo de conversación11 se caracteriza por poseer una estructura básica, el par de adyacencia pregunta-respuesta12; y por la presencia de dos roles discursivos que se establecen desde el principio, los de entrevistador y entrevistado. La situación normal es que el entrevistador realice las preguntas y que el entrevistado responda. Por tanto, siempre y cuando el tipo de discurso que se produzca en esta situación se pueda inscribir dentro del concepto «entrevista» ( «buena entrevista»), el tamaño de los turnos será desigual. Evidentemente, es al entrevistado al que le corresponden los turnos más amplios, los turnos del entrevistador son más breves; se reducen a la formulación de preguntas y a realizar algún comentario de refuerzo. Por otra parte, dada la formalidad del encuentro, las muestras de solapamiento de voces son escasas; se tiene especial cuidado en marcar el final de un turno tanto por parte del entrevistador, como del entrevistado.
16Al examinar los testimonios del corpus, y teniendo en cuenta que las intervenciones del entrevistador son normalmente muy breves, nos han surgido no pocas dudas a propósito de algunas de ellas. En ocasiones la participación del entrevistador no se reduce a la emisión de una de estas partículas, sino que a continuación añade algún comentario. Pero muchas veces ante la emisión de un segmento de habla por parte de entrevistador más o menos breve, el entrevistado no rompe la línea discursiva que estaba siguiendo. De ahí que sólo en el caso en que la intervención del oyente produzca una variación en la línea discursiva que está manteniendo el hablante, consideraremos que se ha producido un cambio de turno. Esto es, si el entrevistador introduce una respuesta mínima más un comentario y el hablante no modifica su discurso, no se habrá producido un cambio de turno de palabra; éste se producirá sólo en el caso de que modifique su discurso.
3. Hacia una caracterización de sí (sí), ya (ya) y humh (humh)
17Con el propósito de caracterizar estas partículas, tanto en el caso de que su aparición no lleve aparejado un cambio de turno como en el caso de que sí se produzca, hemos observado: sus características distribucionales (tras una peque ña pausa, tras pausa fuerte, iniciando un turno, etc.); su motivación (la existencia o no en el contexto anterior de alguna señal que requiera su presencia); y, por último, su significado discursivo. La conjunción de estos factores nos indicará cuál es el empleo discursivo de estas partículas en un contexto dado13.
a. Características distribucionales
18La posición en la que se encuentren dentro de la cadena hablada nos puede proporcionar información relevante.
a. 1. Sin cambio de turno de habla
19Dentro de este apartado estableceremos una diferenciación entre dos grandes grupos, según aparezcan tras pausa o de manera solapada con el discurso del hablante principal.
a. 1.1. Tras pausa [trás pausa débil (1), tras pausa fuerte (2)]:
201.
H. (...) Y nada. Eh, también era curioso que el señor se cambió de religión, también, porque los tres...; al casarse con esta señora, se cambió de religión. Lo que pasa es que allí lo de las funerarias, donde yo estaba, funcionaba por..., los católicos tenían una y los protestantes tenían otra, =
E. Humh
H. = y el señor era el funerario de los protestantes, a pesar de ser católico; entonces tenía que hacer muchas relaciones sociales y lo de la misa era muy importante. También lo invitaban a muchas bodas y a mí me llevaba... (A, -25, H).
212.
H. (...) Y yo, como de repente les decía que no, que tenía dudas de fe, y que no creía en Dios, y esas cosas, creían que era un caso muy interesante, y me llamaban cada dos por tres, y estaba hasta las narices. Como además yo era muy criticón.
E. Humh.
H. Ah, otra cosa que les fas-, fastidiaba bastante, era los de la Teología de la Liberación, y todo esto.
E. Sí.
H. Y yo los defendía, bueno, los defendía por llevarles la contraria, bueno, los defendía porque pienso que está bien, pero para llevarles la contraria (A, -25, H).
22Cuando se produce tras una pausa fuerte, ese lugar sería un punto en el que podría haberse producido un cambio de hablante, en palabras de H. Sacks et alii (1974), un lugar pertinente de transición (transition-relevance place). Así por ejemplo, en (2) el entrevistador pronuncia la partícula humh una vez que el hablante terminó con un tópico (o subtópico). Después de esta pausa el entrevistador podría haber intervenido, formulando, pongamos por caso, otra pregunta; el no hacerlo, supone que cede el espacio conversacional al entrevistado.
a. 1.2. Intercalados en el discurso del hablante principal:
23A menudo estas partículas aparecen intercaladas en el discurso del hablante principal. Es interesante mencionar la distinción que hace S. Duncan (1973: 33) entre «turno simultáneo» y «habla simultánea»:
“Simultaneous turns” is used here instead of the more usual term “simultaneous talking”. Within the turn system there may be instances of simultaneous talking not considered to be simultaneous turns (...) An auditor back-channel response, when it overlaps with the speaker’s verbalizing, would therefore be a case of simultaneous talking by the two participants, but not of simultaneous turns.
24Los que veremos son testimonios de habla simultánea. El hecho de que la emisión de uno de estos elementos se produzca de manera solapada con el discurso del hablante principal no lleva aparejado ningún tipo de ruptura:
253.
H. Pero a m-, no sé, pues yo tengo dos amigas que están allí estudiando y se lo pasan bomba, ¿eh?, pero, pss, salen, y bueno, hombre, si un día no te apetece sal
pues no sales;
E.
H. y se lo pasan. No sé, y es conocer a otra gente, no estar ahí con papá y mamá, es estar ahí (...) (A, -25, M).
26Es interesante observar el momento en el que se produce el solapamiento, ya que dependiendo de su localización, puede transmitir información importante sobre el curso de la interacción. Así por ejemplo, en el caso de que un hablante empiece a contar una anécdota, y en los detalles introductorios describa una situación ya conocida por su interlocutor, la emisión de una respuesta mínima a los pocos instantes de introducir su preámbulo puede ser un modo de indicar al hablante que prescinda de los detalles porque es algo que ya se conoce.
a.2. Cambio de turno de habla
27Puede preceder una pregunta o un comentario del entrevistador o del entrevistado. En los ejemplos que presentaremos a continuación, dada la distribución de la toma de turnos en las entrevistas, preceden siempre la intervención del entrevistador. De ahí que habitualmente antecedan a una pregunta.
а.2.1. Al comienzo del turno:
284.
H. Pues mira, yo con... con mi hermana me relacio... me llevo muy bien, muy bien, lo que pasa es que como ella vive en Francia... pues nos vemos poco, nos llamamos, nos escribimos alguna vez, y pasamos el verano juntas (...).
E. Humh, humh. Y, ¿por qué motivos se trasladó tu hermana a... a Francia? (A, 41-59, M).
295.
E. ¿Y cómo fue tu experiencia allí?
H. Ah, muy bien, muy poco estudio. No aprendí; bueno, de inglés sí, de inglés sí que aprendí bastante. Pero allí es una coña marinera lo, los estudios. Son bastante vagos los americanos.
E. Ya. ¿Y cómo era un día normal allí?, por ejemplo, ¿qué hacíais? (A, -25, M).
306.
H. Y, nada, y este año, que mi madre [imitando]: «Pero vete al Náutico, mujer, que va fulanita y menganita, no sé qué, lo vas a pasar bárbaro». Y nada, pero al final, al final, o sea, iba a ir al Náutico, pero después, nada, cambié todo y me fui a..., allí, pues me lo pasé muy bien, la verdad.
E. Sí. ¿Qué, te hiciste algún traje, o algo? (A, -25, M).
a.2.2. Al final de una intervención:
317.
H. (...) Y una cosa que es verdad, porque les habla, aunque con otro acento y con otro idioma, les habla como habla la gente de verdad. Como yo creo que no deben de tener mucho guión, salen allí...
E. Y dicen lo que sea, humh.
H. Y dicen lo que sea, eso la gente, también como...
E. Y despu-...
H. Pero no, yo lo veo, lo paso mal, ¿eh?, me pongo colorado. Me da vergüenza, pero lo tengo que ver (A, -25, H).
32Este humh final puede interpretarse como una señal que indica que la intervención ha finalizado.
b. Motivación
33El hablante principal a medida que va elaborando su discurso puede dirigirse a su interlocutor para obtener de éste alguna clase de respuesta a propósito de lo que está exponiendo. En ocasiones, a través de una tag question o de un marcador con función fática intenta asegurarse de que lo que está transmitiendo en ese momento está siendo comprendido14. Un marcador con función fática puede indicar la finalización de un turno de palabra15 y, por tanto, dar pie a que intervenga el interlocutor, produciéndose así un cambio de turno de palabra. En el caso de que el interlocutor decida no intervenir puede responder a través de una respuesta mínima. Para G. M. de Oliveira y A. Tavares (1992: 241), los marcadores con función fática muestran “an inverse relation to backchannel activity on the part of the interviewer”.
34Aunque no se produzca una petición explícita por parte del hablante principal, hemos observado que con cierta frecuencia la aparición de una respuesta mínima tiene que ver con un contexto anterior en el que éste utiliza algún tipo de fórmula de resumen, realiza una corrección o rectificación, etc. Llegado un momento, considera que los datos que ha proporcionado son suficientes para que su interlocutor pueda comprender la situación, y éste emite una de estas partículas para indicar que no es necesario que especifique más; o después de unos instantes de vacilación en los que el hablante tiene dificultades para continuar, la aparición de una respuesta mínima una vez que se reanuda el discurso, indica que el interlocutor no ha tenido ningún problema para seguir su línea de argumentación.
b.1. Sin cambio de turno
b.1.1. Responden a una petición explícita del hablante principal:
35En (8) y (9) encontramos las partículas humh y ya como respuesta a
36un ¿no?:
378.
H. En los otros colegios eso es normal, o sea, que vayas de juerga, y en mi colegio, de los retiros era algo sagradísimo. Otra anécdota también que tengo, que una vez... eh, además en mi colegio eso era como lo peor que se podía hacer. Que una vez me echaron de misa, en una misa solemne. Que par ó el cura y me echó de misa. Porque estábamos en los bancos y los bancos resbalaban mucho, ¿no?, =
E. Humh
H. = y entonces, eso, empezamos a empujar [risas E, F] a los de enfrente, los empezamos a empujar. Y de repente, el banco, que va así, atravesado (atravesao), y entonces: «Ja ja ja ja ja» (A, -25, H).
389.
H. Bueno, éramos compañeros, y entonces él también iba a ser piloto y su padre decía que estábamos los dos locos. Y él se rajó porque... en COU, salió la noticia de que pedían inglés, en las oposiciones, y nosotros habíamos hecho todo, la maldita... el bachille... el bachillerato a base de francés, ¿no?
E. Ya
H. Y... entonces él ya, aparte de que no estaba muy convencido. Y yo, claro, que sí, ya había, estaba aficionado al aeromodelismo y... ya empezaba a comprar revistas de aviación, ya me veía con el uniforme, que sí que sí que sí que... (A, 26-40, H).
39La presencia de un marcador con función fática está con cierta frecuencia íntimamente relacionada con la aparición en el discurso inmediatamente anterior de una rectificación, o una especificación (subrayado):
4010.
H. No [risas], mi padre es un poco como Ramón [risas]. Es, ehhh, muy simpático, ehhh... pero... yo creo que es muy, muy encerrado en su mundo, en sus ideas y en sus cosas =
E. Ya
H. = o sea, no... no es una persona con la que se dialogue bien. ¿no?.(3) para mi gusto.
E. O sea que no...
H. eh. para otros no sé. Y mi madre, todo lo... lo contrario, o sea, es más... más abierta, más dialogante (A, 26-40, H).
41Otras veces, la emisión de una respuesta mínima es requerida por la aparición en el discurso del hablante principal de una partícula, cuya función es resaltar un elemento de la historia:
4211.
H. Cuando éramos pequeños... era, vamos a ver, los pequeños siempre... en peña, o sea los dos pequeños, David y Julián. Mi hermana... yo yo creo que bastante individualistas todos, eh.
E. Sí.
H. Mi hermana... cambiaba de bando, unas veces con, con los dos pequeños y otras veces con los dos mayores. Pero es que después los dos mayores, mi hermano tiene un carácter mucho más fuerte que el mío, ¿no? (A, -25, M).
b.1.2. En el discurso del hablante principal no hay petición explícita:
4312.
E. Muy bien. ¿Y siempre viviste aquí, en Coruña?
H. Eh..., sí, bueno, menos un año, que estuve estudiando fuera.
E. Y ¿siempre en esta zona?
H. Sí. En el piso octavo =
E. Ya
H. = y otras en el piso sexto.
E. Ya. Y ¿cuándo..., durante cuánto tiempo estuviste?, ¿un año?, en esta..., ¿en dónde estuviste? (A, -25, H).
4413.
H. Y claro, sentarme al lado de un niño es que me parecía la cosa más, más tal del mundo, y después, eh, no sé, y que, tutear a los profesores y no tener que levantarte cuando entraba uno, ni..., y poder hablar sin tener que levantar la mano y cosas así, pues claro, al principio pues yo trataba de usted (usté) a todo el mundo, y ya había algunos que me decían: «Oye, mira, me puedes tratar de tú». Y levantar la mano, y levantarme, y tal, o sea, a veces me tomaban por el pito del sereno, vamos.
E. Sí.
H. Pero, pero genial. Sobre todo desde que fui a Andorra [risas E], geni-, sí, porque empecé a conocer a, a esta gente, y como era un grupo dentro del instituto pues nos lo pasábamos bárbaro.
E. Es que es distinto; yo creo que son más divertidas las clases con niños, ¿verdad?
H. Que sí, de..., todo el mundo dice: «Pues no hay diferencia», pero sí que...
E. Sí.
H. Sí. No sé, y además, era todo pues más agradable, o trabajábamos en grupo así muy bien, y... No sé, y conoces a gente diferente (A, -25, M).
45Como mencionábamos más arriba, también puede aparecer después de una corrección, rectificación16 o vacilación del hablante principal:
14.
H. La verdad (verdá) es que no, porque, no sé, que no puedas pasarte a las doce de la noche sola por la Calle Real, pues a mí la verdad (verdá) me da un poco de... pena; y que, yo qué sé, desde, desde el cine Avenida a mi casa que no pueda venir a la a las once y media..., hombre, sí lo puedo venir, pero, vamos, a las once y media ya pasas por ahí xxxx siempre te suelen..., aunque no sea atracar, pues siempre vienen a decirte algo, no sé qué, y co
E. s
H. así, y la verdad (verdá), no... (A, -25, M).
b.2. Cambio de turno
b.2.1. Responden a una petición explícita:
15.
E. ¿Ah sí? ¿Y dónde está?
H. On es el antiguo Pirámide. ¿Sabes dónde está?
E. Humh, al lado de La Galería.
H. Eh, sí, entonces ahora abre de o-, de diez y media a, a, a dos, o así, y se llama On y es
E. Betty?
H. Sí, es que, es que es de siete a once Betty, =
E. Ah.
H. = de once y media a no sé qué, On, y después, a partir de las tres y media o así, es Pirámide, pero es la.
E. cambia el nombre (A, – 25, M).
b.2.2. No está motivado por una petición explícita:
16.
H. Y después leimos Valle Inclán, «Luces de Bohemia», que según todo el mundo es una obra maestra, no sé que, y no sé si es porque la trabajamos fatal, de esto (d’esto) que, bueno (buá), a toda, a toda prisa, yo qué sé, en quince días la, la..., tal, y no me, no me, no me gustó; o sea, es que no me gusta el teatro, además.
E. Sí. Me dices que la profesora esa que es mala, ¿no? ¿Cuál es la mejor profesora que, que recuerdes que has tenido? (A, -25, M).
c. Significado discursivo
46Hemos diferenciado dos tipos principales de significado discursivo, según se refieran al propio discurso o a los acontecimientos que se están relatando. Encontramos también casos intermedios en los que la aparición de una de estas partículas indica a la vez que se sigue el hilo del discurso y que se está de acuerdo con los razonamientos expuestos. Son ejemplos en los que resulta muy difícil delimitar con claridad qué tipo de empleo discursivo prevalece.
c. 1. Sin cambio de turno
c.1.1. Significado metalingüístico:
47Se refieren al propio discurso del hablante principal, a la organización de la actividad discursiva. Indican que se está siguiendo el hilo discursivo17:
4817.
E. ¿Y recuerdas así algún profesor que, que te haya gustado mucho? O sea, cómo daba las clases.
H. ¡Ah !
E. [risas E, F] ¡Hombre, claro!
H. Estuve enamorado de un profesor [risas E, F], =
E. No, digo yo de,
H. loporque tenía bigote y rascaba.
E. [risas] No, hombre, me refiero a que te gustase mucho la manera de dar las clases, y que..., no sé. Que tengas un buen recuerdo de él, quiero decir.
H. Sí, el profesor de literatura de octavo de EGB; =
E. Humh
H. = y organizaba debates; y entonces eso me gustaba. Y además eran un desastre siempre los debates. Más que debates eran mesas redondas, o, o de repente teníamos que exponer un tema, o algo así. Y en los debates siempre acabábamos insultándonos (A, -25, H).
4918.
H. Ah, pues hacemos el, el, un recorrido
depende así de las modas =
E.
H. = y tal. Normalmente vamos primero a las, a la tasca, y vamos así de, de bares y de copas, =
E. Humh [ruido].
H. =
así, así, cutres y tal, así a tomar pues una taza de =
E.
H. = ribeiro y tal, después vamos a, a Juan Flórez, a un sitio que se llama Caruso, que es así ya más tal, pero, pero bah, a-, antes íbamos mucho, ahora ya nos gusta menos porque es así un poco, un poco rollo (A, -25, M).
5019.
H. Tienen amigos, pero no van a las discotecas ni a los pubs (pafs) ni nada porque está..., o sea, tienen que tener dieciocho años y es super estricto y tal ; =
E. Sí
H. = y, después así, nada, tienen otro, otro modo de vida, así las casas más guarras y tal [risas E]. Y, y nada, y, nada, pero en general es así muy, muy parecido (A, -25, M).
51A menudo aparecen cuando el hablante está introduciendo una enumeración, se emiten detrás de cada elemento de la misma:
5220.
E. [risa] Y ¿qué más ves, aparte?, a ver, ¿qué, qué ves?
H. Veo el programa «La Clave», =
E. Humh
H. = el programa de Hermida (3) =
E. Humh
F. = umm (4).
E. Películas.
H. «Rubí», si puedo (A, -25, H).
c.1.2. Referidas al contenido del discurso:
53Pueden utilizarse para mostrar que se comparten las opiniones que enuncia el hablante principal, esto es, para mostrar acuerdo (21), o para señalar que se conoce la situación (22):
5421.
H. (...) Pero es que el Ayuntamiento hace política cultural de pandereta, mucho concierto, mucho tal, las bibliotecas son una mierda, no dan becas para (pa) nada, los colegios, los institutos son una basura, las instalaciones de la Universidad, aunque mejoran, podían estar bastante mejor. Me parece una coña marinera, la verdad; =
E. Humh
H. = que le importa un huevo, en definitiva, al alcalde lo de la cultura. Se cree que hace una Plaza del humor, con una estatua de Castelao, y de Risco, y de tal, y ya cumple (A, -25, H).
5522.
E. Ya estás decidida.
H. Sííí, sí, sí, sí, sí. Bah, este año me.... sí, me entró un poco la vena de hacer Periodismo, porque tengo una amiga que, que está haciendo Periodismo; además como hay que hacerlo en Santiago, =
E. Sí
H. = pues me tenía que ir y me hacía ilusión lo de estudiar fuera de casa, en Santiago [risas E] (A, -25, M).
56En cualquiera de estos dos casos (c.1.1 y c.1.2), existe una tarea discursiva subyacente que es la de continuadores. Según E. Schegloff (1982: 81):
Perhaps the most common usage of “uh huh”, etc. is to exhibit on the part of its producer an understanding that an extended unit of talk is underway by another, and that it is not yet, or may not yet be (even ought not yet be), complete.
c.2. Cambio de turno
c.2.1. Significado metalingüístico:
5723.
H. (...) Bueno, y había, justo había hecho el mismo, hecho el mismo comentario del mismo poema. Entonces, me coincidió que lo sabía. Pero no, no, no es más fácil. Hay los mismos suspensos más o menos.
E. Humh. ¿Y a qué colegio ibas, allí?
H. A Peñarredonda (A, -25, H).
58En (24) encontramos un ya al que sigue una conclusión que extrae el entrevistador de las palabras pronunciadas por el entrevistado:
5924.
H. (...) Pero así, o sea, lo general y tal, así, lo que tal, se lo cuento; y después, bah, mi padre, también, lo que pasa que [clic] a mi padre, o sea, no le digo: «Eh, te, te conté que no sé qué», sino que cuando estoy con mi madre pues también está mi padre y así se lo, se lo, se lo cuento y tal. Pero, bah, así, o sea, conocen, así, mis amigos y no sé cuánto, y, y me preguntan: «Oye, ¿y aquél que está saliendo con no sé quién y tal?»; o sea, que más o menos se acuerdan.
E. Ya, te controlan mucho.
H. Umm, no, no; tienen confianza en mí según me dicen, entonces, pues [risas F, E], pues no, no me controlan, o sea, me controlan lo que es la hora, sobre todo; o sea (o sá), si por ejemplo, o sea, me dicen a las dos, y mi madre, si a las dos y media no estoy aquí, se empieza a poner nerviosísima (A, -25, M).
c.2.2. Referidas al contenido del discurso:
60En (25) y (26) se utilizan para mostrar acuerdo:
6125.
H. (...) Y una cosa que es verdad, porque les habla, aunque con otro acento y con otro idioma, les habla como habla la gente de verdad. Como yo creo que no deben de tener mucho guión, salen allí...
E. Y dicen lo que sea, humh.
H. Y dicen lo que sea, eso la gente, también como... (A, -25, H).
6226.
E. ¿“Pretty Woman” la fuiste a ver? [risas F, E] Sí [risas]. ¿Y, y qué opinas de la película?
H. Hombre, está bien para pasar el rato.
E. Es entretenida,
H. S, está, está bien. Umm, la... o sea la... LO que pasa es que a mí, esas películas, hombre, me gustan, pero como ya sabes el final no es emocionante, como siempre pasa lo mismo (A, -25, M).
4. Reflexión final
63A la vista de las escasas referencias que dentro del ámbito hispano encontramos a propósito de estas partículas, podríamos pensar que estamos ante una serie de elementos superfluos dentro del discurso. A lo largo de estas líneas, hemos intentado mostrar que la consideración de estas partículas como algo marginal en la conversación no es acertada. Se trata de unidades cuya presencia en los intercambios conversacionales es fundamental, ya que la conversación es un proceso negociador entre hablante y oyente. El hablante no construye su discurso para un interlocutor pasivo, que se limita a escuchar y a intervenir una vez que se le cede el turno de palabra. Por el contrario, el hablante espera que su interlocutor reaccione de alguna manera ante lo que está transmitiendo, ya sea asintiendo, interrumpiendo, marchándose, etc. Tanto el hablante como el oyente son participantes en la conversación y a través del estudio de las respuestas mínimas podemos conocer mejor su comportamiento: no sólo podemos observar el importante papel que juega el oyente en el curso de la interacción, sino que también hemos aprendido algo más sobre el estado de mente del usuario de la lengua, cómo cambia y cómo interactúa con la actividad comunicativa.
64En este trabajo hemos presentado únicamente una caracterización general de sí, ya y humh, queda por hacer un estudio de las diferencias que existen entre estas unidades. Para ello sería conveniente contrastar datos de distinta procedencia, puesto que las características específicas de cada tipo de interacción condicionan la actividad discursiva de los participantes. Desde nuestro punto de vista, resultaría especialmente interesante detenerse en aquellos casos en que el hablante secundario (oyente) emplea diferentes tipos de respuestas mínimas en el curso de la intervención del hablante principal. A menudo se indica que el oyente varía la clase de respuestas mínimas emitidas porque, de no hacerlo así, cabe la posibilidad de que se interprete como una muestra de desinterés: ¿explicaría esto algún tipo de neutralización en el empleo de estas partículas? Por último, y en relación con los usos discursivos de estos elementos, cabría preguntarse si las diferencias de sexo pueden influir en su utilización.
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Referencias bibliográficas
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Notes de bas de page
1 En esta comunicación pretendemos únicamente mostrar los primeros resultados a los que nos ha llevado nuestro trabajo de investigación sobre las respuestas mínimas. Nuestro propósito es ofrecer en un futuro próximo una visión más completa de este tema. Quiero agradecer a los participantes de esta reunión, y especialmente al prof. B. Pottier, las sugerencias que han hecho a propósito de este trabajo.
2 Excepto el término “back channels”, que puede hacer referencia tanto a señales verbalizadas como a señales de carácter paralingüístico – S. Duncan (1974: 167), por ejemplo, distingue entre “vocal back channels” y “visual back channels" –, el resto se refiere únicamente a señales vocalizadas.
3 El término back channels, por ejemplo, tiene un sentido más amplio. S. Duncan (1974: 166-167) bajo el término “auditor back-channel signal” incluye los siguientes fenómenos: “m-mh, sentence completions, request for clarification, brief restatement, head nods and shakes”. Vid. también V. Yngve (1970: 574).
4 Vid. S. Duncan (1974: 76).
5 Los datos que hemos utilizado en este trabajo proceden del corpus de conversación semidirigida que se ha formado en la Universidad de A Coruña. Este corpus de lengua hablada es el resultado de un proyecto de investigación, dirigido por el prof. Mauro Fernández Rodríguez, titulado «Formación de un corpus de lengua hablada en la ciudad de A Coruña». Ha sido financiado por la Universidad de A Coruña, la Xunta de Galicia (XUGA10402A90) y la DGICYT (PB90-0324).
Las convenciones de transcripción utilizadas son las siguientes:
E entrevistador/a
H hablante
indican pausa o vacilación, no superior a 2 segundos. Si es superior, se apunta dentro de un paréntesis el número de segundos transcurridos.
= señalan la intercalación de otro hablante
xxxx fragmento de habla ininteligible
[] comentario no lingüístico o paralingüístico
() forma pronunciada
[] solapamiento de voces
6 Según J. Heritage (1985: 98-99), existe una presencia mucho mayor de respuestas mínimas en la conversación ordinaria que en las entrevistas de los medios de comunicación y que en los interrogatorios que tienen lugar en los tribunales.
7 Vid. Sack et alii (1974: 701).
8 Así lo señala S. Duncan (1974: 162):
Speaker-auditor interaction may also be encountered during the course of a speaking turn. In dyadic, face-to-face conversations, as the speakers continues bis turn, the auditor does not typically remain mute and motionless. Rather, he may frequently nod or shake his head and utter a variety of vocalizations, such as “m-hm”, and “yeah”.
9 A propósito de estas unidades dice S. Duncan (1973: 43):
Units within individual messages are marked by only one participant. In this sense, individual turn-system units are comparable to traditional linguistic units on a given level, in that they require the action of only one individual for their segmental structure. The individual turn-system units differ from traditional linguistic units, of course, in that the turn-system units use behaviors from paralanguage and body motion as markers. In contrast, units of interaction cannot be marked by one participant. These units require for their marking the appropriate, coordinated action of both participants.
10 B. Gallardo-Paúls (1993: 19) distingue entre «turnos sin intervención» e «intervenciones». Dentro de los primeros incluye los «turnos de paso» y las «aportaciones» (señales de atención, continuadores y refuerzos).
11 Utilizamos «conversación» en sentido amplio, tal como utiliza el término E. Schegloff (1972: 349-350):
I use “conversation” in an inclusive way. I do not intend to restrkt its reference to the “civilized art of talk” or to “cultured interchange” (...) to insist on its casual character thereby exduding Service contacts (...), or to require sociable joint action, identity related, etc. (...) I mean to inelude chats as well as Service contacts, therapy sessions as well as asking for and getting the time of day, press conferences as well as exchanged whispers of “sweet nothings”. I have used “conversation” with this general reference in mind, occasionally borrowing the still more general term “state of talk” from Erving Goffman.
12 Para la noción de par de adyacencia, véase E. Schegloffy H. Sacks (1972).
13 Este trabajo está limitado a un Corpus y a unas horas de grabación; por tanto, en ningún momento pretendemos mostrar de manera exhaustiva el comportamiento de estos elementos.
14 E. Keller (1979: 229) las denomina «señales de control de la comunicación»:
The focus of state-of-consciousness signals is what the speaker is ready to do, say, think, and the like; communication control signals on the other hand serve to assure that the listener is in a State of consciousness permitting the reception of the message.
15 En este sentido, es muy importante tener en cuenta la entonación. Para A. Briz (1993: 12):
El valor comunicativo de estos marcadores viene determinado por su valor léxico, por su posición y, sobre todo, por la entonación. En función de tales marcas, otras formas de control de contacto como ¿no? y ¿eh? presentan tambi én lecturas diferentes, sobre todo referidas al grado de implicación del oyente y, por supuesto, consecuencias conversacionales también distintas (...) Mientras en posición interior de enunciado con tonema no marcado (no siempre ascendente), ¿no? y ¿eh? son fórmulas de reafirmación con una función expresivo-fática y, en consecuencia, permiten continuar la intervención, en posición final y con un tonema marcadamente ascendente (...) presentan una función apelativa, implican al oyente, subrayan su carácter de preguntas y favorecen, por tanto, el cierre de la intervención y la cesión del turno.
16 Según A. Cadiot et alii (1985: 229), respondería a esa propiedad conversacional «en vertu de laquelle la plupart des interventions se présentent comme répliquant á un discours réel ou possible de l’autre».
17 Para S. Duncan (1974: 166), “the auditor back-channel signal does not constitute a speaking turn or a claim of the turn. It appears, however, to be a way that the auditor may provide the speaker with useful information as the turn progresses”.
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