Chiles, malos aires y perros en Yucuiji, en la Mixteca Alta de Oaxaca
p. 267-270
Texte intégral
1Hace 22 años nací en la comunidad de Yucuiji, perteneciente al municipio de San Esteban Atatlahuca. Yucuiji significa Peña Blanca en mixteco. En este lugar he aprendido y sigo aprendiendo de la gente que día a día tiene contacto con la naturaleza, los bosques, el frío, los animales silvestres, los quelites, el maíz, la tierra, los agaves, los hongos y las hermosas montañas que se hallan alrededor.
2La casa de mis abuelos está dentro del bosque. Desde pequeño viví gran parte de mi infancia con ellos. Mis abuelos siempre me comparten su sabiduría al caminar en busca de los alimentos o al interpretar los sucesos naturales. Ahora, mi interés personal es conservar lo mucho que se conoce acerca de lo que consumimos, colectamos o sanamos en nuestra comunidad. Me gustan mucho los hongos comestibles, en especial la culinaria que gira alrededor de estos organismos. Me gusta también apoyar para mover a otros mercados los productos que tienen nuestras comunidades circunvecinas y revalorar la importancia de los lugares de donde provienen y así lograr una soberanía alimentaria.
3En mi comunidad, mis abuelos (al igual que otras personas de edad) utilizan el chile para calmar los malos aires. El mal aire es una energía negativa que afecta la salud. A veces, cuando vamos por los caminos o pasamos por el panteón, en especial entre 11 y 12 de la noche o a mediodía, sentimos que el mal aire nos pega.
4En cualquier lugar encontramos una energía negativa y nos provoca alguna enfermedad, como tos, dolor en los huesos, dolor de cabeza, vómito, diarrea o nos duele todo el cuerpo. Esto ocurre también cuando nos espantamos.
5Cuando uno se empieza a sentir mal, el mal aire se puede tranquilizar con moler chiles, ajos y yuku tayoko (hierba para el aire, en mixteco). Otras formas de curar el mal aire consisten en recoger la tierra en el lugar donde nos asustamos o limpiarse con huevo, hojas de pirul, capulín, ruda y romero.
6Cuando el aire malo provoca en las personas un “templorín” o un fuerte dolor de cabeza, se les da una bebida especial. La bebida se elabora con la semilla del pipe (Erythrina fusca Loureiro), el baco (una especie de raíz, que es muy aromática), así como ajo y chile seco. Los ingredientes se muelen en el molcajete, pero cuando se prepara para varias personas se utiliza el metate. Esta mezcla se pasa por una coladera y se agrega al pulque. Cuando las personas toman la bebida, hablan con la Virgen y le piden que las componga.
7En los días de “todosantos” o de muertos se utiliza el chile para bloquear las malas energías. Cuando se entierra a una persona o se va al panteón a visitar a los difuntos, para evitar un aire malo se ofrece una salsa picosa en tortillas.
8De acuerdo con lo que cuentan mis abuelos, cuando los elotes ya están en la milpa, fabrican espantapájaros para ahuyentar a las aves y a otros animales que desean llevarse los elotes. Para calmar los “aires” en la milpa, amarran chile seco, ajo y plantas silvestres en la parte superior de una cruz de varas. Esta cruz se ubica en dirección de donde viene el viento y en los lugares en donde la milpa se ha caído por los fuertes aires. Colocan varias cruces en el terreno y así los vientos se calman. Las cruces se colocan a partir del primero de septiembre de cada año y se quitan cuando se junta el rastrojo.
Figura 1. (Izquierda) Molienda de los ingredientes en el molcajete. (Derecha) Pipe (Erythrina fusca L.).

Foto: Osvaldo Sandoval Bautista.
9El chile interviene en el comportamiento de los perros. Cuando las personas salen al campo a trabajar en sus terrenos (las parcelas donde cultivan la milpa, árboles frutales, magueyes o crían a sus animales) llevan consigo a sus perros con la finalidad de que logren cazar o capturar animales silvestres como ardillas, conejos, armadillos, zorros o venados. Cuando los perros son pequeños se les alimenta con tortillas preparadas con masa revuelta con chile seco molido para que comiencen a cazar y para que no se vuelvan “dañeros” (esto es, que no sea mal educado, como cuando entra a la cocina, a la casa de otra familia o que se coma algún pollo de las personas).
Figura 2. (Izquierda) La vara seca después de que se colocó para evitar aire en la milpa. (Derecha) El tío Abel levanta la vara después de recoger el rastrojo, retirando los chiles y ajos.

Foto: Osvaldo Sandoval Bautista.

Auteur
Originario de la comunidad de Yucuiji, San Esteban Atatlahuca, Tlaxiaco, Oaxaca, egresado de la licenciatura en biología en el Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca.
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