Tiempo de lagos, tiempo de humanos
p. 30-31
Texte intégral
1Situado entre las dos cordilleras de los Andes, el altiplano boliviano es una región sembrada de lagos extraordinarios. Entre Perú y Bolivia, al norte del altiplano, se encuentra el lago Titicaca, el cual es a la vez el más extenso, alto y profundo lago de altura1. En tiempos remotos, surgió de las aguas del lago el dios Viracocha, creador de la luz y del tiempo, el padre mítico de las civilizaciones del altiplano.
2Trescientos kilómetros al sur, el lago Poopó apenas logra resistir la evaporación de sus aguas que, un año con otro, cubren hasta 2500 km2 con apenas dos metros de profundidad. Sus orillas son el paraíso para las aves acuáticas y el lazo terrestre de los pueblos Urus, cuya vida de agricultores lacustres hace distinguir netamente de los Quechuas y Aimaras mayoritarios en el resto del altiplano boliviano.
3Al oeste del lago Poopó, justo a los pies de la Cordillera Occidental, se encuentra el pequeño salar de Coipasa, mitad agua mitad sal, como un puesto avanzado del gigante quien, más al sur, cierra el rosario de los grandes lagos bolivianos.
4Ubicado en el extremo sur del altiplano, a unos 3700 msnm, el salar de Uyuni se abre como un inmenso espejo. Este lago salado, tan grande como la cuarta parte del territorio de Suiza, forma la superficie más resplandeciente y más plana de la Tierra. Por eso se lo utiliza como punto de referencia para calibrar los satélites de observación del planeta y los altímetros del sistema GPS. Además, a medida que uno se aproxima, este verdadero monumento natural magnifica toda horizontalidad y toda blancura: al verlo, la respiración, al principio cortada por la falta de aire y la sorpresa del descubrimiento, se calma al detener el paso y al perder la mirada en la curvatura del horizonte.
5Durante la corta temporada de lluvias, de diciembre a marzo, el salar de Uyuni puede quedar sumergido bajo unos centímetros de agua, dando lugar a fantasías especulares donde el cielo y la tierra se unen en todas las direcciones. Pero durante la estación seca, su extensión forma una sola costra de sal de una blancura cegadora. Antiguamente, para atravesar el salar durante la estación seca, las caravanas de llamas se protegían de la intensa reverberación llevando - ¡personas y animales! - gafas de cuero finamente perforadas, similares a las gafas de nieve de los Inuits y Esquimales de los países boreales.
6A partir de 15 cm de profundidad, la corteza blanca y dura del salar de Uyuni se impregna de una salmuera rica en litio cuyo espesor alcanza hasta 11 metros. Esta enorme concentración de sal y minerales proviene de la evaporación, hace diez mil años, de un antiguo lago nombrado por los investigadores lago Tauca. Este fue el último de una decena de otros lagos que se fueron sucediendo en este lugar a merced de las oscilaciones climáticas durante más de dos millones de años.
7Hoy en día, la inundación temporal del salar disuelve la sal y la vuelve a depositar regenerando su superficie que así se mantiene excepcionalmente plana. Después de la inundación, el agua de la salmuera se evapora a través de los intersticios de la corteza quedando como una loza compactada sobre la cual personas y vehículos circulan sin problemas. A medida que la costra deslumbrante se seca, se forma una rejilla de polígonos de miles de kilómetros cuadrados, semejantes a los cristales de la escarcha, que crujen bajo los pies y se disuelven en las próximas lluvias.
8El esplendor del salar de Uyuni no pasó desapercibido para los Incas que establecieron colonias en toda la región. Pero su dominio sobre este territorio duró menos de un siglo pues en 1532 fue interrumpido por la entrada de los conquistadores españoles en Cuzco. Y hay bastantes pruebas que demuestran que, mucho antes de los Incas, otros pueblos habían ocupado las orillas del salar.
9En épocas remotas en que el lago Tauca se secaba, es probable que los cazadores recorrieran la región en busca de guanacos, pumas y mamíferos gigantes extintos ahora. Sin duda, su ocupación era esporádica. Aprovechando la cercanía del altiplano con los valles tropicales al este y el océano Pacífico al oeste, los cazadores nómadas se trasladaban según las estaciones del año, en búsqueda de sal, caza y tubérculos en las tierras altas, madera y frutas en los valles tropicales, pescado y mariscos en las orillas del océano. Esta diversidad excepcional de ambientes forma lo que se denomina a veces “el archipiélago ecológico andino”, un espacio donde los hombres navegan entre montañas, llanura y costa.
10Solamente cinco a seis mil años más tarde los primeros agricultores-ganaderos comenzaron a asentarse en estas tierras altas, domesticando poco a poco llamas, alpacas, papas y quinuas. Ciudadelas o viviendas sencillas, terrazas de cultivo y silos de granos, sepulturas y caminos empedrados son testimonios de su establecimiento duradero en la región. Aparece entonces un modo de vida nuevo y con él nuevas circulaciones de personas y bienes, nuevas maneras de habitar y utilizar los recursos del entorno para la agricultura y la cría de animales así como también para la extracción de la sal y los minerales.
11Las piezas de cerámica y de madera excavadas por los arqueólogos sugieren que los platos utilizados en tiempos antiguos servían para preparar y consumir los mismos potajes, sopas y platos de carne que todavía hoy alimentan a los habitantes de la región. En el ámbito de la construcción también, las técnicas todavía en uso -como las cercas de piedras caladas- probablemente hayan sido desarrolladas por estos agricultores-ganaderos.
12Con el tiempo, la organización social también se hace más compleja. A merced de las alianzas políticas y hegemonías, señoríos y reinos se hacen y deshacen hasta que el Estado de Tiahuanaco, nacido a orillas del lago Titicaca, extiende su poder sobre la región entre los siglos VIII y XI de nuestra era. En el siglo XV, después de un largo periodo de sequía crónica y de inestabilidad política que agitaba varios feudos regionales, es el turno de los Incas, también venidos del norte, de instaurar durante un tiempo su ley en los alrededores del salar de Uyuni.
13Pero a su llegada las tropas de Pizarro derriban la cabeza de la sociedad inca, asesinando a su soberano Atahualpa. Desgarrado por luchas internas, el imperio se derrumba en menos de veinte años. La conquista española provoca en los pueblos andinos un verdadero trauma colectivo, pero no logra erradicar ni sus lenguas ni sus tradiciones. Además, en una región con un clima tan duro como el del sur del altiplano boliviano, el dominio de los colonizadores españoles queda limitado: durante el periodo colonial y luego republicano no hay ninguna hacienda en la región del salar administrada y controlada por derecho consuetudinario por los originarios. Las tierras, según la variación de los lugares y las épocas, siguen perteneciendo a las comunidades donde el usufructo es distribuido entre las familias. Es el principio de uso privado de un recurso colectivo que todavía prevalece para regular el acceso a la tierra en las comunidades de la región.
Notes de bas de page
1 A una altitud de 3 810 m, el lago Titicaca abarca 8560 km2, y una profundidad de hasta 285 m del lado peruano.
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