Introducción

“En solo un siglo y medio de desarrollo industrial, la humanidad ha bombeado casi la mitad del crudo explotable en la tierra, cuya evolución geológica ha tardado decenas de millones de años en producirse; al hacerlo, ha alterado las condiciones para el desarrollo de la vida sobre la Tierra a un ritmo sin precedentes y probablemente irreversible en la escala de tiempo de las sociedades humanas” (Auzanneau, 2015).

1El petróleo es un recurso no renovable que indudablemente se ha convertido, en unas pocas décadas, en la matriz de la humanidad y, al mismo tiempo, en su fuerza destructora (Auzanneau, 2015). Mientras que el “oro negro” ha tardado millones de años en formarse, los impactos negativos de su explotación son a menudo irreversibles: tienen un efecto duradero sobre los equilibrios mundiales y ponen en peligro las condiciones de vida de las poblaciones en muchas áreas operadas. A nivel mundial, los volátiles precios del petróleo y las emisiones de CO2 están en el centro de la