Cuando yo me reajusté... Reestructuración económica local y ajustes individuales entre trabajadores manuales
Monclova, Coahuila, década de los noventa
p. 487-506
Texte intégral
1Durante la década de los ochenta, en México se inició la adopción de una serie de medidas tendientes a realizar cambios estructurales cuyo objetivo último era no quedar fuera del juego impuesto por la economía internacional. Una de tales medidas fue el “adelgazamiento” del Estado mediante la privatización o cierre de empresas paraestatales, cuyo principal impulso se observó a fines de la década de los ochenta y principios de los noventa (Rueda, 1994; Dussel, 1995).
2Aunque un análisis más exhaustivo sobre el impacto económico y social de esta política aún está pendiente, existen algunos estudios realizados en diferentes áreas del país. Estas evidencias sugieren que aquellas regiones o localidades, que en su momento crearon una alta dependencia hacia dichas empresas, se vieron severamente afectadas por su privatización o desaparición. Algunos de los casos que se han documentado son el cierre de la refinería 18 de Marzo en la ciudad de México y la reestructuración social y espacial de la cuenca carbonífera del estado de Coahuila (Estrada, 1996; Contreras, 2002). En ambos estudios se muestra que la reestructuración interna de las paraestatales implicó cambios diversos en el modo de vida de la población cuya economía estaba supeditada a tales empresas. De entre las diversas esferas que se vieron afectadas, destacan el trabajo, la organización en el interior del hogar y las percepciones sobre el empleo.
3Si bien los cambios en las condiciones de vida de los trabajadores debido a la globalización económica son parte de un proceso que tendrá consecuencias a mediano y largo plazo, el caso que será presentado en este espacio es el de trabajadores manuales en la ciudad de Monclova, Coahuila, durante la década de los noventa. La reciente transformación de la estructura económica local ha derivado, en lo fundamental, de la privatización y reestructuración interna de la principal empresa de la región, Altos Hornos de México, S.A. (ahmsa), llevada a cabo en 1991. El ajuste interno de ahmsa tuvo múltiples consecuencias que, en general, trastornaron la vida de la localidad. En particular, me interesa documentar cómo un proceso que se llevó a cabo en el contexto macro cambió la vida de los trabajadores manuales. Los ámbitos en los que se enfatizará son las actividades económicas realizadas después de la privatización de ahmsa –partiendo de la premisa de que el trabajo es un eje estructurante de la vida cotidiana– y las percepciones sobre el empleo.
4El presente estudio se basa en una serie de entrevistas a profundidad realizadas a trabajadores manuales, así como a algunos empresarios y funcionarios en periodos de 2000 y 2003. En las dos primeras secciones del capítulo se examina la importancia de ahmsa en la historia reciente de la ciudad de Monclova y los cambios en la estructura productiva local después de la privatización de ahmsa, respectivamente. En el tercer apartado se revisan brevemente algunos rasgos del crecimiento de la ciudad desde la fundación de dicha empresa. La cuarta sección da cuenta de cómo vivieron el reajuste los propios trabajadores y, posteriormente, se discuten algunos cambios en sus percepciones sobre el empleo. Finalmente se presentan las conclusiones.
LA PRESENCIA DE AHMSA EN MONCLOVA
5El Boulevard Harold R. Pape cruza la ciudad de Monclova de norte a sur. Hacia el norte de la calle puede verse la estatua de un obrero que alude a la importancia de esa fuerza de trabajo en la localidad; posteriormente se encuentra la figura del ingeniero Pape, fundador de ahmsa; y llegando al extremo sur de la ciudad se ubica la imponente planta acerera en cuya entrada principal hay un arco con un letrero que reza: “Bienvenidos. Altos Hornos de México, S.A.”. Esta vía de comunicación es importante no sólo porque permite el tránsito por la ciudad sino también porque es una metáfora del peso que históricamente ha tenido ahmsa en la vida de Monclova: la empresa ha sido el eje de la economía desde principios de los años cuarenta y su existencia ha permeado, además, la cultura monclovense.
6La ciudad de Monclova ha sido descrita como “un espejismo industrial bajo la nube rojiza del paisaje desértico” (Yáñez, 1994: 70). Sin embargo, Monclova no fue siempre una ciudad industrial. Antes que ahmsa llegara a establecerse, la localidad era pequeña. Tenía cierto dinamismo por la estación del tren, pero se dedicaba principalmente a las actividades agrícolas. Esta ciudad, ubicada en el centro del estado, floreció a partir de los años cuarenta gracias a la acelerada industrialización basada en la producción de acero.
7Hacia 1942 se inició la construcción de Altos Hornos de México, S.A. La reconstrucción histórica del periodo da cuenta de una serie de dificultades que tuvieron que sortearse a fin de poder echar a andar la empresa. A partir de la compra e instalación de maquinaria de segunda mano, se pudo construir el complejo industrial de ahmsa, impulsado desde el gobierno federal con asesoría técnica y participación financiera parcial de los Estados Unidos (Chávez, 1994; Rueda, 1994; Yáñez, 1994; Minello, 1995; Toledo y Zapata, 1999). Como lo señala Yáñez (1994), si bien la historia de la accidentada fundación de la empresa le imprime un componente casi épico, debe tenerse presente que ahmsa adquirió centralidad en el proyecto de industrialización en virtud de la importancia del acero en la consolidación del capitalismo en el periodo en que fue establecida.1
8La forma en que se desarrolló esta industria convirtió a Monclova, con el paso de las décadas, en un símbolo de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (isi) en México pues “Ola creación de ahmsa constituyó la primera intervención directa del Estado en la industria siderúrgica del país” (Toledo y Zapata, 1999: 176). De acuerdo con los autores, ahmsa fue la primera empresa creada en México con carácter de paraestatal –porque la participación del Estado se dio por una vía diferente al de la nacionalización– y así se mantuvo hasta principios de los noventa.
9Si bien la empresa funcionó inicialmente con capital binacional, hacia 1950 el Estado mexicano se convirtió en el principal socio. Sin embargo, a pesar de ser una empresa paraestatal, ahmsa se administró como una empresa privada. Harold R. Pape2 fue el gerente de ahmsa desde que se fundó hasta 1970. Durante esos años se logró tener muy alta productividad y, además, la ciudad y el nivel vida de los trabajadores se transformaron en virtud de los beneficios sociales obtenidos.
10De mediados de los años setenta a principios de los ochenta coincidieron la administración paraestatal de la empresa a partir de la creación de Sidermex y el control del sindicato por un grupo radical de tendencia izquierdista, la “Línea Proletaria”. El resultado, según diferentes fuentes (Rueda, 1994; Yáñez, 1994; Toledo y Zapata, 1999; e información recabada en campo), fue el despilfarro de recursos y el virtual caos en la ciudad por presiones del sindicato.3 En la primera mitad de los ochenta, se hicieron evidentes una fuerte crisis económica en el país y severos problemas de la industria siderúrgica. Al respecto, destacan por ejemplo, la tecnología anticuada, exceso de personal, endeudamiento y baja productividad. La crisis, por su parte, contrajo en forma muy considerable la demanda de acero en el mercado interno (Cárdenas y Redonnet, 1991).
11En 1986, se cerró Fundidora de Monterrey, empresa que databa de principios del siglo xx y que era parte de Sidermex, igual que ahmsa. ahmsa no cerró pero el gobierno decidió privatizarla. En buena medida, la decisión gubernamental de vender la empresa una vez que se llevara a cabo un proceso de profundo reajuste interno se debió a que si se cerraba, la región perdería la principal fuente económica –y las consecuencias sociales podían ser devastadoras. El gobierno federal tomó diferentes medidas que le permitirían “sanear” la empresa para que pareciera rentable a algún postor (Cárdenas y Redonnet, 1991; Rueda, 1994; Yáñez, 1994).
12Desde 1986, se emprendió un decisivo proceso de reajuste en el interior de ahmsa. Por una parte, se modificó la tecnología disponible y se hicieron cambios en la organización del proceso de trabajo con el fin de que ahmsa fuera más eficiente y mejorara su productividad. Asimismo, se negoció con el sindicato –aunque para algunos se trató de una imposición más que de una negociación– para lograr la disminución del personal ocupado. La más considerable reducción del número de trabajadores –de diferente rango, de todos los departamentos, fueran administrativos u operarios, temporales o de base– tuvo lugar entre 1987 y 1991, periodo en el que la nómina de más de 24 mil trabajadores se redujo aproximadamente a la mitad (Cárdenas y Redonnet, 1991; Rueda, 1994; Yáñez, 1994). A fines de 1991, la empresa ahmsa fue vendida al Grupo Acerero del Norte (gan).
ESTRUCTURA ECONÓMICA DE MONCLOVA DESPUÉS DEL REAJUSTE EN AHMSA
13A la luz de poco más de una década de que AHMSA fuera privatizada, la estructura productiva local y regional se ha modificado. De acuerdo con Rojas (2003), una de las consecuencias de la drástica reducción del personal empleado por ahmsa fue el surgimiento de pequeñas unidades de producción dedicadas a las actividades manufactureras (entre 1988 y 1993 el total de empresas en esa rama creció de 354 a 678, según información de los censos económicos). Los testimonios de ex trabajadores de ahmsa resaltan que la empresa cerró algunos departamentos y licitó esas actividades a contratistas. Ésas eran regularmente empresas pequeñas que no ofrecían condiciones de trabajo (salario, prestaciones, duración de la jornada laboral) tan atractivas como las de ahmsa. Además, señala, algunos talleres cuya producción se destinaba a ahmsa perdieron a su principal cliente y quebraron, de modo que en ese periodo también cerraron muchas pequeñas empresas. Por otra parte, algunos trabajadores liquidados usaron sus indemnizaciones para establecer otras empresas, tratando de aprovechar la experiencia lograda en ahmsa.
14Siguiendo este mismo estudio, otros dos de los rasgos relevantes adquiridos por la estructura económica de la zona metropolitana de Monclova en las últimas dos décadas son, por una parte, la tendencia hacia la mayor “terciarización” en la economía local y, por otra, la llegada de algunas empresas maquiladoras. En relación con la terciarización, cabe destacar que el comercio y los servicios ocupaban una tercera parte de la fuerza de trabajo local antes de la privatización de ahmsa, pero ya en 1993, el sector terciario daba cabida a poco más de la mitad (54%) de los trabajadores de Monclova. Esta transformación es importante no sólo porque las actividades no manufactureras adquirieron un peso considerable, sino también porque el sector terciario es muy heterogéneo respecto a las condiciones de trabajo que ofrece.
15Por otra parte, entre los empresarios y funcionarios de Monclova se reconoce que previamente a la privatización de ahmsa, faltó visión para diversificar la estructura económica local y regional. Dado el efecto devastador que tuvo la privatización –debido a la pérdida de puestos de trabajo directos e indirectos– en la economía del centro de Coahuila, se ha buscado desde entonces atraer capitales dedicados a rubros diferentes a la siderurgia. Funcionarios y algunos empresarios locales han sido los principales actores en esta búsqueda.4 Su éxito ha sido limitado.
16El asentamiento de empresas maquiladoras en la localidad –en su mayoría ubicadas en el municipio conurbado de Frontera– se empezó a dar en la segunda mitad de los años noventa y respondió en buena medida al impulso del gobierno del estado y las autoridades locales. Dichas empresas no obstante tienen algunas características que no satisfacen del todo las expectativas que se tenían antes de su llegada. Por una parte, los promotores habrían preferido que el peso relativo de las ramas en que estas empresas se especializan fuera distribuido de otra forma. Por ejemplo, según algunos informantes, la importancia de los textiles debió haber sido menor y la de autopartes mayor. Las de la rama textil demandan más mano de obra femenina, pero ante la pérdida de empleos el desempleo masculino era más acuciante en Monclova.5
17Otra de las características de estas empresas es su tamaño reducido. Existen opiniones encontradas respecto a la dimensión óptima para las nuevas empresas. Algunos funcionarios y empresarios prefieren que sean muchas empresas y que generen pocos empleos cada una con el fin de que, ante la eventualidad del cierre de la empresa, la economía local no se vea muy afectada. Esta opinión deriva básicamente del aprendizaje dejado por la severa reducción del personal ocupado por ahmsa. Sin embargo, hay quienes señalan que si una empresa genera pocos empleos, no vale la pena el esfuerzo que se realiza para atraer capitales de fuera de la región. El tercer rasgo de estas empresas que ya ha causado cieña desazón en la localidad es su volatilidad. Ante la recesión económica de los Estados Unidos iniciada en 2001, algunas maquiladoras redujeron considerablemente su producción y el personal ocupado, o bien, cerraron. Fue el caso, por ejemplo, de Galey and Lord y de Macrosew, las cuales estuvieron en funciones de dos a tres años.
18Cabe destacar que los promotores de la diversificación económica en la región se encuentran con obstáculos varios en su búsqueda de capitales extrarregionales. Por ejemplo, a pesar de que Monclova ofrece la ventaja de estar en la proximidad de la frontera con los Estados Unidos, se encuentra con la desventaja de que la zona metropolitana de Monterrey –cercana a Monclova y también a la frontera– cuenta con una mejor infraestructura industrial y de servicios, combinación que por lo regular resulta más atractiva a los inversionistas. Asimismo, la competencia intermunicipal en el estado, y entre funcionarios y empresarios de Coahuila con los de otros estados, se ha intensificado, de modo que tratan de ofrecer las mayores ventajas posibles a fin de que los inversionistas potenciales se interesen por instalar su negocio en Monclova.6
19Aproximadamente una década después de que se iniciara esta búsqueda explícita de capitales foráneos, la economía de Monclova y la región centro de Coahuila se ha diversificado. Se calcula que antes de la privatización de ahmsa, por lo menos 80% de la economía local dependía de dicha empresa. Hacia 2003, tal cifra habría descendido a 30%.7 Esto significa que ahmsa sigue siendo preponderante y, sin embargo, la relativa dinámica económica local y regional está lejos de lo que se conoció durante los años dorados de la acerera monclovense.
CRECIMIENTO DE LA CIUDAD
20Cuando el equipo de técnicos estadounidenses de la empresa Rolling Mill Company (armco) propuso al gobierno mexicano la instalación de una empresa que garantizara la producción de acero, Monclova resultó ser un lugar atractivo porque contaba con diversos atributos. Por una parte, su ubicación geográfica y la existencia de una estación de ferrocarril (ubicada en el aledaño municipio de Frontera), permitirían un rápido traslado del producto hacia el vecino país del norte. Asimismo, en la localidad había suficiente suministro de agua y estaba muy cercana a la cuenca carbonífera del estado (en Sabinas y Nueva Rosita) (Toledo y Zapata 1999; Minello et al., 1995).
21De acuerdo con diversas fuentes (Rueda, 1994; Yáñez, 1994; Minello et al., 1995; Toledo y Zapata, 1999), antes que se fundara ahmsa, Monclova era un pequeño pueblo de aproximadamente 6 000 habitantes.8 La mayoría de los monclovenses eran agricultores o pastores, aunque también había cierta actividad comercial. Algunas versiones que reconstruyen la vida en Monclova en ese tiempo añoran “lo que era propiamente ‘un vergel’ con abundante agua y sus nogales”.9 Como lo señalan Minello et al. (1995), existen valoraciones divergentes acerca del cambio causado por la llegada de ahmsa a la localidad. Algunos consideran a la empresa como factor casi único de “progreso”, mientras otros, conservan una visión más bien nostálgica del pueblo en demérito del desarrollo industrial.
22Dado que la población local era reducida y básicamente dedicada a la agricultura, una de las dificultades iniciales fue contar con el personal necesario para echar a andar la empresa siderúrgica. De acuerdo con Toledo y Zapata (1999: 192-199), al principio el personal más altamente calificado provenía del extranjero –de Estados Unidos, Francia y Alemania, principalmente– el cual se encargó de capacitar a jóvenes ingenieros mexicanos, quienes posteriormente estuvieron al frente de los diferentes departamentos de ahmsa. Los obreros, por su parte, estaban divididos en “chileros” y obreros experimentados. Los primeros eran campesinos o pastores de Monclova y municipios aledaños que fueron atraídos por los salarios, pero no tenían experiencia. Aquellos que ya contaban con cierta experiencia venían de la zona carbonífera (hacia el norte de Monclova) o contaban con otro tipo de capacitación industrial. En virtud de que la rotación de este personal fue mínima, los trabajadores se fueron arraigando y ambos grupos de obreros representaron la fuerza de trabajo fundamental para ahmsa.
23Con base en información de los censos de población, se ha reconstruido el crecimiento de la población de Monclova desde 1940 a 2000, presentada en el cuadro 1.
Cuadro 1. Población total y tasas de crecimiento, Monclova, Coahuila, 1940-2000
Año | Población total | Tasa de crecimiento |
1940 | 31 416 | |
1950 | 49 712 | 4.7 |
1960 | 69 822 | 3.46 |
1970 | 13 7269 | 6.99 |
1980 | 18 6074 | 3.09 |
1990 | 263 625 | 3.55 |
2000 | 286 589 | 0.84 |
Nota: Población estimada al 30 de junio de cada año.
Fuentes: De 1940 a 1980, Ruiz y Tepichini (1987: 118, cuadro 4.2); de 1990 a 2000, cálculos propios con base en los Censos de Población y Vivienda (XI y XII).
24Al igual que otras áreas urbanas del país que se expandieron durante la etapa de isi, la acelerada industrialización de Monclova estuvo acompañada del crecimiento de su población. Siguiendo la información del cuadro 1, se puede afirmar que si bien entre 1940 y 1950 la tasa promedio de crecimiento anual fue considerablemente alta (4.7%) y refleja la transformación de Monclova en una ciudad industrial durante ese periodo, el punto máximo se alcanzó durante 1960-1970. En esta última década, el ritmo de crecimiento anual en promedio fue de 6.99%, sólo comparable con la registrada en las grandes urbes del país en periodos de muy rápido crecimiento, (por ejemplo, la ciudad de México, Guadalajara o las ciudades fronterizas).
25Es característico del acelerado crecimiento poblacional que el principal componente sea la migración. Cuando Monclova estaba en desarrollo, la mayor parte de los migrantes, que buscaban trabajo como obreros, llegó de municipios aledaños y el personal técnicamente más capacitado vino de otras ciudades y del extranjero. En cambio, llama la atención en el cuadro 1 la reducida tasa de crecimiento de la última década. Ésta puede estar asociada tanto a la tendencia nacional de crecimiento más pausado de la población, como a la emigración –los monclovenses se han marchado hacia otros municipios del estado, por ejemplo, a Ciudad Acuña, zona maquiladora en expansión, o hacia los Estados Unidos.
26El incremento acelerado de la población radicada en Monclova implicó la demanda de servicios para satisfacer sus diversas necesidades. Al igual que en otras zonas industriales (Bazán, 1999), ahmsa –vía negociación sindical– otorgó facilidades para la construcción de vivienda destinada a los obreros y sus familias, incluyendo la donación de terrenos. Actualmente existen varias colonias construidas para los trabajadores de ahmsa de diversas generaciones. Dos de las colonias más antiguas son La Loma y La Obrera (a ésta después se le agregó el epíteto de “Primer Sector” para diferenciarla de otra colonia Obrera construida posteriormente) y están ubicadas frente a los terrenos de la Planta 1, en la otra acera del Boulevard Pape.
27Dos condiciones hicieron posible el acceso a la vivienda para los trabajadores. Una fue la prevaleciente concepción fordista de la fuerza de trabajo coincidente con el corporativismo del Estado mexicano. Como es sabido, el Estado basó el control político de los obreros en una serie de prerrogativas, entre las que se encontró el acceso a la vivienda y otros beneficios sociales. La otra condición fue la relación paternalista que el ingeniero Pape estableció con la fuerza de trabajo de ahmsa.
28Pero los beneficios obtenidos por los trabajadores de la empresa rebasaban, con mucho, el acceso a la vivienda. De acuerdo con Cárdenas y Redonnet (1990), los trabajadores de ahmsa conformaron un grupo que gozó de empleo estable y salario remunerativo. Según los autores, hasta la primera mitad de los años ochenta, Monclova destacaba por el relativamente alto nivel de vida de su población. Por otra parte, Harold R. Pape promovió la ampliación de la infraestructura urbana de Monclova, con lo cual se benefició la población completa, no sólo los trabajadores de la empresa. Pape impulsó, por ejemplo, la construcción de escuelas, hospitales, áreas recreativas, así como la pavimentación de las vialidades.
29La infraestructura con que cuenta la ciudad la convierten, siguiendo a Yáñez (1994), en un “espejismo” en el desierto coahuilense. Esto no significa, sin embargo, que toda la población tenga resueltas sus necesidades de servicios urbanos o que algunos potenciales inversionistas no consideren que tales servicios dejan mucho que desear en el momento en que evalúan si se establecen en Monclova o en otro lugar. Con todo, la existencia de la infraestructura –vialidades, agua potable (muy escasa en años recientes), vivienda– no resulta un imán suficientemente poderoso para retener a la población cuando lo que no se tiene es un empleo.
PRIVATIZACIÓN DE AHMSA Y AJUSTES INDIVIDUALES
30De la década de los cuarenta a mediados de los ochenta, ahmsa permitió la creación de miles de empleos directos e indirectos. De acuerdo con la Dirección de Comunicación Social de la empresa, en 1987 la nómina incluía un total de 24216 trabajadores. Un cálculo aproximado de la importancia numérica de ahmsa en la generación de empleos directos en Monclova indica que en esas fechas la empresa representaba 84.3% del total de empleos en la manufactura local y 57.2% del total de la pea.10 Cabe destacar que estas cifras no abarcan a aquellos trabajadores de la cadena de proveedores especializados en la manufactura cuyo único o principal cliente era ahmsa. Tampoco incluyen los empleos creados en los sectores de comercio y servicios que pudieron existir gracias a los ingresos estables con que contaba la mayor parte de los trabajadores de la localidad.
31De este modo, el cálculo más grueso de la Dirección de Comunicación de ahmsa de que previamente a la privatización y ajuste de personal, la economía de Monclova dependía al menos en 80% de la empresa debe ser correcto. Es decir, la localidad –y la región centro del estado de Coahuila– estaban supeditadas casi en su totalidad al bienestar de una sola empresa. Además, ésta, a los ojos de los monclovenses de más de una generación, había probado ser garantía de solidez económica.
32En dos estudios realizados en diferente momento se mostró que los habitantes de esta zona no fueron vulnerables a la crisis vivida en el país a mediados de los años setenta (Minello et al., 1995), ni a la llamada crisis “de la deuda” sufrida en la década de los ochenta (Cárdenas y Redonnet, 1990). Para este periodo en particular, los autores efectuaron una encuesta cuyos resultados indicaban que los trabajadores de ahmsa estaban muy satisfechos con su empleo y que esta empresa ofrecía los salarios más altos y mejores prestaciones en la región. Cárdenas y Redonnet (1990) concluyeron en su estudio que el nivel de vida en Monclova en general era alto comparado con otras regiones del estado y del país.
33Cuando en 1986 se supo en Monclova que Fundidora de Monterrey había sido cerrada, privó el temor de que ahmsa correría la misma suerte. En esos años el sindicato había disminuido su beligerancia y, si bien la empresa no fue cerrada, su ajuste interno era inminente. A pesar de que en tales circunstancias el sindicato tuvo escaso margen de participación, logró negociar algunas de las condiciones en que se daría la liquidación de los obreros. Según Cárdenas y Redonnet (1991), el número de trabajadores al que la nómina se redujo como prerrequisito para que la empresa se privatizara fue más allá de lo convenido con el sindicato. Sin embargo, éste logró que los trabajadores despedidos fueran indemnizados decorosamente. Además, de acuerdo con testimonios de trabajadores “reajustados” recabados en campo, el sindicato también logró que aquellos que así lo desearan (por lo menos, los que fueron “reajustados” entre 1987 y 199D pudieran conseguir una permuta. Es decir, los trabajadores que no querían ser despedidos y encontraban con quien intercambiar la permanencia en la empresa (otro trabajador que prefería ser liquidado) pudieron conservar el empleo.
34Desde 1987 se inició la disminución de personal, aunque el mayor recorte se dio en 1991. La drástica reducción de la nómina de ahmsa –aproximadamente a la mitad, como ya se señaló– no causó grandes estragos en Monclova en lo inmediato. Al contrario, durante uno o dos años circuló mucho dinero, pues los ex obreros contaban con la suma recibida por la indemnización. Sin embargo, ante la falta de orientación sobre cómo invertir el capital, en general, no se obtuvo mucha utilidad de ese dinero (Rueda, 1994). Según los entrevistados, el dinero fue utilizado de diferente manera. Existen muchas historias tristes de despilfarro –viajes, mujeres, alcohol– que parcialmente se explican porque los ex obreros nunca habían visto tanto dinero en sus manos y tuvieron una nula previsión.
35Hubo, en cambio, muchas otras historias de uso más moderado –aunque no siempre afortunado– del dinero recibido por la liquidación de ahmsa. Por ejemplo, cuando algunos trabajadores fueron notificados de que iban a ser “reajustados”, antes de decidir si les convenía más buscar una permuta o continuar en el empleo, hicieron sus cálculos. Consideraron que, dada la estabilidad financiera, al depositar la liquidación en un banco, podían recibir intereses que les permitirían vivir mejor que con su salario de obreros si seguían en ahmsa. Sin embargo, no contaban con que la estabilidad financiera era ficticia y, por lo tanto, la crisis de fines de 1994 pulverizó los intereses devengados: “El dinero se esfumó... La crisis del 94 le pegó a todo el país pero a nosotros nos acabó de arruinar” (entrevista con ex obrero de ahmsa, julio de 2003). Otros dos de los usos más comunes de la indemnización fueron el arreglo de la vivienda y el establecimiento de un pequeño negocio.
36Después de que pasó la euforia por las sumas de dinero recibido, la gran mayoría de los trabajadores “reajustados” se dieron cuenta de que, en definitiva, se hallaban fuera de la empresa que había sido el eje de su cotidianidad durante años. Esta revelación les hizo ver que el dinero de su indemnización tenía un límite y que habían perdido, además, una serie de beneficios asociados al empleo formal del que habían gozado en ahmsa. De repente, estos ex trabajadores se vieron desempleados en medio de una economía regional sumamente deprimida.
37Ante la desaparición de las condiciones de antaño, estos ex obreros de ahmsa no tuvieron muchas opciones para obtener un nuevo empleo. Algunos de ellos señalaron en diferentes entrevistas que, puesto que se sabían jóvenes (tenían entre 30 y 40 años en el momento de ser “reajustados”) y tenían experiencia en el trabajo, no dudaron de que podrían conseguir otro empleo en un periodo corto. Sin embargo, perdieron de vista que la reestructuración de ahmsa tuvo repercusiones en la economía monclovense mucho más allá de la empresa en sí. Y, adicionalmente, muchos otros ex obreros de ahmsa estarían igual que ellos: en la búsqueda de un buen empleo.
38En las narraciones de cómo se vivió en Monclova esa situación inédita de severa crisis económica, se percibe que la región estuvo postrada: “Esos años fueron tristes de veras, nomás se veía cómo mucha gente ponía el aviso en su casa de que se vendía, muchos nomás agarraron sus cosas y se fueron... No, la gente no conseguía trabajo...” (entrevista con ex obrero de ahmsa, julio de 2000).
39Para aquellos que se quedaron en Monclova, una de las fuentes de trabajo donde ex obreros de ahmsa se pudieron colocar fue en pequeñas empresas constructoras que básicamente eran subcontratadas por ahmsa. Como ya se señaló, cuando en esta empresa se cerraron departamentos completos, se buscó por fuera quién hiciera esas actividades, pero sin que se estableciera una relación de trabajo con ahmsa. Muchos ex obreros conocían el oficio pues habían adquirido experiencia en la empresa. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que las condiciones de trabajo no iban a ser las mismas que las ofrecidas alguna vez por ahmsa: “Y yo pensaba, ‘¡pero si hago lo mismo que adentro de ahmsa!’ nomás que [en la constructora] tenía que estar por más horas, me pagaban menos y estaba de eventual...” (entrevista con ex obrero de ahmsa, junio de 2000).
40Los trabajadores “reajustados” que decidieron trabajar por cuenta propia establecieron talleres donde podían aplicar los conocimientos adquiridos dentro de ahmsa, o bien, abrieron tiendas de abarrotes. Hubo quienes buscaron suerte en otros giros económicos –por ejemplo, transporte (comprando un taxi o un autobús)– pero no fue lo más frecuente. Un ex obrero entrevistado que estableció una tienda de abarrotes, reconoció que no fue muy buena idea puesto que muchos otros pusieron también su “changarro”. Poco después de la privatización de ahmsa, se volvió común observar más de una tienda de abarrotes en cada cuadra. Así, las posibles ganancias se redujeron considerablemente.
41Pero no sólo quienes habían sido trabajadores de ahmsa vieron afectada su economía doméstica, el ajuste también golpeó a muchas pequeñas empresas que, habiendo dependido siempre del bienestar de ahmsa, tuvieron que cerrar. De igual modo, aquellos trabajadores de los sectores comercio y servicios que, dado el cese del empleo en la empresa rectora de la región, no pudieron hacer frente a la depresión económica.
PERCEPCIONES SOBRE EL EMPLEO ANTES Y DESPUÉS DEL REAJUSTE DE AHMSA
42Con motivo de la inauguración del segundo alto horno de la empresa en 1954, Harold R. Pape afirmaba en su discurso que “[se había establecido] firmemente en Monclova una fuente segura y constante de trabajo, asegurando así una vida mejor para nuestros trabajadores, incrementando constantemente la importancia de nuestro querido ahmsa” (citado por Toledo y Zapata, 1999: 291). Esta visión en general fue compartida por los habitantes de Monclova.
43La alta dependencia económica de una sola empresa que generaba ingresos para el gobierno, empresarios y traba'adores creó cierta inercia en la región. La percepción de que ahmsa seguiría siendo la fuente de riqueza local y regional, a la larga implicó: la nula búsqueda de diversiñcación industrial; la falta de visión a futuro para el desarrollo de la empresa y su mercado; y, entre la población trabajadora, la suposición de que iba a seguir siendo la fuente de empleo para generaciones de monclovenses, como había sido durante varias décadas.
44Tal vez difícilmente podía haber sido de otra manera. La siguiente frase de un empresario entrevistado resume la percepción de lo que ahmsa representó para los habitantes de Monclova –y para muchos otros que desde la administración se beneficiaron, sobre todo, durante el periodo en que ésta fue centralizada–: “En los años en que ahmsa estuvo bien, hubo para todos”. Dado que la instalación de la empresa hizo florecer esta ciudad, tanto trabajadores como empresarios consideraban que si ahmsa había sido el motor de la economía durante décadas, el escenario no tenía por qué cambiar en el futuro.
45Proporcionalmente al tamaño de la fuerza de trabajo de la ciudad, fueron tantos los obreros liquidados por ahmsa que los monclovenses reconocen con facilidad la categoría de “reajustado”. En las entrevistas con los trabajadores de Monclova llamó mucho la atención la frase recurrente “cuando yo me reajusté...”, utilizada en sus relatos para ubicar el momento en que perdieron el empleo en ahmsa. Esta frase dejó ver un proceso mediante el cual los individuos internalizan los cambios macroestructurales y explican su propia situación a pañir de la transformación en la esfera extradoméstica. “Cuando yo me reajusté...” encierra parte de la complejidad del cambio en la concepción sobre el empleo y sobre la perspectiva de vida a la que se podría aspirar en Monclova después de la privatización de ahmsa.
46La mayoría de los trabajadores manuales entrevistados nacieron o llegaron a Monclova durante un periodo de expansión de ahmsa, de modo que lo que ellos conocieron hasta antes del proceso de ajuste era una empresa económicamente fuerte. Hasta fines de los años ochenta, ahmsa ofreció empleo a por lo menos dos generaciones de trabajadores. Varios de los obreros y ex obreros entrevistados indicaron que ellos crecieron con la idea de que, tan pronto cumplieran 18 años, entrarían a trabajar en la empresa. Ésa era la aspiración de la mayoría de los jóvenes monclovenses porque daban por hecho que eso significaba un empleo seguro y buenas condiciones de trabajo. Lograr la entrada a la nómina de ahmsa representaba la garantía de que se podría proveer a la familia durante toda la vida. Esta seguridad daba lugar, además, a adquirir prestigio social: “mi papá nos platicaba que él apenas les decía a las muchachas que trabajaba en ahmsa y no le faltaban novias” (entrevista con ex obrero de ahmsa e hijo de un obrero fundador de la empresa, junio de 2000).
47Pero esta segunda generación de trabajadores de ahmsa no corrió con tan buena suerte como aquéllos que fundaron la empresa, a la que siempre vieron pujante. Cuando la reducción del personal se anunció como parte del ajuste que ahmsa llevaría a cabo, seguramente era muy difícil prever el alcance que tendría entre la población de Monclova. De pronto cambió la perspectiva de que “ahmsa era para siempre”, como señaló un ex obrero.
48En la reconstrucción de la historia del grupo doméstico, el “reajuste” en ahmsa constituye un parteaguas. Hubo, como en el caso de los trabajadores estudiados por Estrada (1996), cambios en la organización familiar y también el truncamiento de proyectos individuales: los obreros tenían tanto perspectivas de ascenso en el escalafón de la empresa como proyectos relativos al bienestar de los miembros de su familia. Es decir, dado que los trabajadores no se desenvuelven en abstracto, el reajuste de la empresa se tradujo en cambios en la vida de los ex trabajadores y de sus familias, dando lugar a lo que González de la Rocha (2000) llama “ajustes privados”.
49Al igual que entre los ex obreros reportados en el estudio de Estrada (1996), el trabajo entre los ex obreros de ahmsa tenía una dimensión objetiva y otra subjetiva. Por una parte, el trabajo manual desempeñado en ahmsa les había permitido lograr los niveles de bienestar material comparativamente superiores a otras regiones del estado de Coahuila o del país todavía en los años ochenta (Cárdenas y Redonnet, 1990). Por otra parte:
[El trabajo) [e]ra la forma de empleo que deseaban, la que les resultaba propia, y en la que se condensaba su historia personal y familiar. Ellos eran hijos de obreros y, a su vez, habían sido obreros desde que empezaron a trabajar. Era el medio que les había permitido alimentarse, vestirse, adquirir una vivienda y enviar a sus hijos a la escuela. Era una labor honrada (Estrada, 1996: 143).
50No obstante, la inercia creada en Monclova por la fuerte dependencia de una sola empresa, impidió que hubiera visión a futuro. Una primera impresión de muchos trabajadores fue que resultaba conveniente ser “reajustado” por ahmsa porque recibirían una fuerte suma de dinero. Un trabajador que buscó la permuta para mantener el empleo en la empresa relató que consiguió con relativa facilidad con quién permutar su salida porque había quienes incluso “pagaban por conseguir el reajuste”. Sin embargo, con el paso del tiempo para la mayoría de los ex trabajadores que habían buscado ser “reajustados”, el espejismo del dinero se vino abajo. Un ex obrero, dedicado posteriormente a atender su tienda de abarrotes, reflexionó que, en retrospectiva, no buscar una permuta había sido la decisión incorrecta:
No pues a lo mejor me hubiera quedado, porque de todos modos tiene uno que trabajar, de todos modos tiene que trabajar porque los gastos van en aumento... pues en ahmsa pues tenías prestaciones, tenías vacaciones, tenías el ahorro y tenías el aguinaldo, entonces eso sí era una gran ventaja para nosotros, ahorita todavía es para los que están trabajando [ahí]... Pues, creo que era mejor cuando estaba en ahmsa [...] (entrevista con ex obrero de ahmsa propietario de una tienda de abarrotes, julio de 2000).
51La reestructuración económica de Monclova iniciada a fines de los años ochenta, reveló que esta ciudad industrial es un caso peculiar en México. A diferencia de otros países, por ejemplo Argentina, donde por décadas prevaleció una “tradición del empleo formal” (Bayón, 2003), en México el sector formal de la economía históricamente ha sido incapaz de absorber a la mayor parte de la fuerza de trabajo (Rendón y Salas, 1992).
52En este contexto, la ciudad de Monclova representó hasta antes de la privatización de ahmsa lo que podría denominarse como islote mexicano del empleo formal. Es decir, la predominancia económica de esta empresa en una ciudad relativamente pequeña permitió que por décadas más de la mitad de la fuerza de trabajo local estuviera plenamente integrada a los beneficios derivados del empleo formal. Si bien no se puede afirmar, como en el estudio de Bayón (2003), que la concepción prevaleciente en Monclova de lo que es un empleo “aceptable” es el formal estándar (estable, bien remunerado y con amplios beneficios sociales), sí se encontraron casos en los que la falta de acceso a un trabajo con las buenas condiciones conocidas antaño, equivalía a no tener empleo en la perspectiva de los ex obreros. El siguiente diálogo tuvo lugar en Monclova, cuando la autora del presente estudio iniciaba una entrevista con un ex obrero de ahmsa y su esposa:
Entrevistadora: Quisiera platicar con usted sobre su familia y su trabajo...
Ex obrero de ahmsa: ¿Trabajo? ¡Yo no tengo trabajo!
Entrevistadora: ¿Y esta tienda? ¿No es usted comerciante?
Ex obrero de ahmsa: Bueno, sí, pero esto no es trabajo...
Esposa del ex obrero: Es que él quiere su seguro, que le paguen sus vacaciones, su aguinaldo... pero yo le digo que [aunque no los tenga] esto sí es un trabajo (entrevista, junio de 2000).
53Esta pareja manifestó que no realizaba una actividad económica que resultara satisfactoria o que les permitiera cubrir sus necesidades básicas. Reconocieron que: “Desde entonces somos comerciantes forzados porque no, no nos gustaba el comercio... pero como quiera, qué hacemos”.
54A raíz de la reestructuración económica en Monclova, surgió entre los ex trabajadores una revalorización de las condiciones de trabajo que alguna vez fueron ofrecidas por ahmsa y sus filiales: “porque antes todos trabajábamos en la planta, trabajábamos en buenos talleres, teníamos buenos empleos, pero del reajuste para acá, todo se vino para abajo” (entrevista con ex obrero de ahmsa, julio de 2003). Asimismo, se tuvo conciencia de que la calidad del empleo que se podría encontrar en el mercado se había deteriorado: “y ésa es la modalidad que tienen las empresas, no quieren pagar terminaciones, no quieren pagar el aguinaldo, todas las prestaciones, rehuyen a eso y el gobierno los solapa” (entrevista con ex obrero de ahmsa y ex delegado sindical, julio de 2003).
55Otra de las preocupaciones surgidas entre los trabajadores que conocieron el esplendor de ahmsa y la economía regional y que sufrieron en carne propia el impacto del reajuste, era relativa al porvenir que podían esperar sus hijos. En algunas entrevistas señalaron que su trabajo como obreros les había permitido hacerse de algún patrimonio –principalmente su vivienda– y que habían podido enviar a sus hijos a la escuela; sin embargo, esto no podía garantizarse a sus nietos, dada la depresión económica de la región.
56Después de que en el periodo de rápida industrialización Monclova fue un imán que atrajo población de diferentes puntos del país y del extranjero, desde la década de los noventa la falta de empleo ha orillado a la migración de trabajadores y sus familias en busca de oportunidades que les permitan vivir en forma mínimamente decorosa.
CONCLUSIÓN
57Las características de la zona metropolitana de Monclova han sido determinadas por los procesos de industrialización que han regido la vida económica de la ciudad en su historia moderna. Si bien tal condición no es privativa de esta ciudad, Monclova –y la región Centro del estado de Coahuila– tiene la peculiaridad de haber estado supeditada durante décadas a una sola empresa. La alta dependencia de la economía regional de Altos Hornos de México, S.A. (ahmsa) tuvo muchos beneficios durante un tiempo pero, a largo plazo, ha representado también costos diversos.
58Monclova se transformó en una ciudad industrial con el establecimiento de ahmsa. Sobre todo entre 1950 y 1970, se multiplicó la población de la ciudad –debido principalmente a la migración nacional y del extranjero– y se expandió la infraestructura urbana. Dichas décadas corresponden también al periodo dorado de ahmsa en virtud de la alta productividad lograda por su fundador, el ingeniero Harold R. Pape, y por la consolidación de la empresa en el mercado nacional e internacional del acero. Ése fue el periodo de mercado protegido toda vez que prevaleció la Industrialización por Sustitución de Importaciones. La crisis observada desde los años ochenta desembocó en la privatización de ahmsa en 1991, hecho que trastocó el funcionamiento de la economía regional y la vida de los trabajadores y sus familias.
59Además de identificar algunos de los rasgos principales de la reestructuración económica en la localidad durante la etapa de la economía abierta, el objetivo de este estudio ha sido documentar el proceso vivido por los trabajadores manuales de Monclova. Los aspectos en que se ha centrado la atención han sido su acceso a las actividades económicas y sus percepciones sobre el empleo después de la privatización de ahmsa.
60De principios de los cuarenta a fines de los ochenta, ahmsa permitió la creación de miles de empleos directos e indirectos que dieron cabida a dos generaciones de trabajadores, de modo que esta empresa no sólo le dio una impronta muy peculiar a la estructura económica local y regional, sino también al imaginario social, especialmente al de la fuerza de trabajo. En general, prevalecía la visión de que ahmsa era la fuente de trabajo por excelencia pues se trataba de una empresa que ofrecía empleos estables, salarios remunerativos y amplios beneficios sociales. Además, ser obrero de dicha empresa implicaba obtener prestigio social derivado de la posibilidad de proveer a la familia de por vida. La certeza de contar con una fuente de trabajo sólida impidió tener la previsión de que el futuro podía ser totalmente diferente.
61Cuando a mediados de los años ochenta se anunció el recorte de personal como parte del ajuste interno de ahmsa, hubo incertidumbre pero se desdibujó con la promesa de que los trabajadores “reajustados” obtendrían indemnizaciones cuantiosas. Si bien el éxito en el uso de la liquidación fue variable, en general, no se obtuvieron grandes utilidades del dinero recibido. De pronto, miles de trabajadores se vieron fuera de la empresa que fue el eje de su cotidianidad durante años y lejos de los beneficios derivados del empleo formal. Durante la etapa de economía abierta, Monclova está lejos del esplendor que conocieron sus habitantes durante el periodo de isi. Con mucho esfuerzo, los promotores locales de la diversificación económica han logrado atraer escasos capitales extrarregionales.
62Se requieren otras investigaciones que permitan evidenciar más ampliamente la serie de cambios en la estructura económica de diversos ámbitos locales y regionales, así como en la organización social que nuestro país ha tenido que experimentar a partir de la globalización. Monclova es un caso peculiar porque la preeminencia de una sola empresa en su estructura económica ofreció condiciones de vida a la población de la localidad que convirtieron a la ciudad en un “islote del empleo formal” en el ámbito nacional. La economía local ofreció a su población trabajadora durante el periodo de isi condiciones decorosas de vida que no se encontraban en forma tan generalizada en ningún otro lugar del país. La depresión económica que se vive en la localidad desde los años noventa a pesar de los esfuerzos por allegarse capitales externos, permite afirmar que si bien el Estado no necesariamente debe volver a ser el rector y ejecutor de proyectos económicos locales, ciudades como Monclova no podrán salir a flote con la mera voluntad de los promotores económicos. Estas iniciativas de empresarios y funcionarios locales convertirán a esos mercados, en el mejor de los casos, en destino de empresas maquiladoras.
Notes de bas de page
1 Véase también Rueda, 1994.
2 La figura del ingeniero Pape es emblemática del periodo dorado de la economía en Monclova. Es un personaje que se convirtió en héroe local por mérito propio. Desde que se instaló ahmsa –y él y su familia– en Monclova, dedicó su vida a la consolidación de la empresa; asimismo, promovió la expansión de la infraestructura urbana. En general, los monclovenses reconocen la importante labor desempeñada por Pape en el desarrollo de la ciudad (Yáñez, 1994; Minello et al., 1995; e información recabada en campo).
3 Las diferentes versiones indican que la administración siguió la política de “dejar hacer”. Esta actitud dio lugar a que la empresa fuera saqueada (“algunos talleres particulares funcionaban con materiales sacados de la planta”); hubiera exceso de personal (“hasta nos tropezábamos entre nosotros [...] en un departamento donde se necesitaban dos para hacer algo, había varios más); y trabajadores sindicalizados recurrieran con frecuencia a las prácticas de “tortuguismo”, hicieran paros o raptaran a los directivos de la empresa en sus oficinas (“el sindicato llegó a paralizar la empresa y la ciudad”).
4 Cabe destacar la activa participación de Promoción y Fomento Económico. Región Centro del Estado de Coahuila, A.C. Esta asociación civil está formada fundamentalmente por empresarios que, apoyados por el gobierno local y estatal, han impulsado el establecimiento de nuevas empresas en la zona metropolitana de Monclova y el resto de la región centro.
5 Entrevista con el licenciado Jorge Williamson Bosque, Presidente de Promoción y Fomento Económico. Región Centro del Estado de Coahuila, A.C., 28 de junio de 2000 (el licenciado Williamson es actualmente presidente municipal de Monclova).
6 Entrevista con el doctor Jesús E. Velarde, presidente de Director de Promoción y Fomento Económico. Región Centro del Estado de Coahuila, A.C., 10 de julio de 2003.
7 Entrevista con el licenciado Francisco Orduña, director de Comunicación Social de ahmsa, 22 de julio de 2003.
8 La discrepancia entre esta cifra y la que se presenta en el cuadro 1 obedece a que en éste aparece el dato correspondiente al municipio completo, no sólo el perímetro que entonces ocupaba la pequeña ciudad.
9 Entrevista con el C.P. José María Luna Lastra, presidente de la Sociedad Monclovense de Historia, 24 de julio de 2003.
10 Véase Rojas (2003). Estos cálculos son aproximados porque se conoce la cifra de empleados en establecimientos de diferentes sectores económicos provenientes de los Censos Económicos de 1988, pero no se dispone del dato del total de trabajadores de ahmsa para tal año (el dato utilizado para el cálculo es el de 1987). No obstante no ser la cifra exacta porque los Censos Económicos sólo captan información de trabajadores en establecimientos y el total de trabajadores de ahmsa pudo ser menor en 1988 puesto que ya se había iniciado el reajuste, estos porcentajes son una buena aproximación.
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ciesas
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