Soberanía alimentaria. Experiencia de resistencia de las mujeres campesinas de Inzá Tierradento, Colombia
p. 331-340
Texte intégral
“Un pueblo subsistirá la peor de las guerras y las circunstancias si tiene la capacidad de producir y transformar sus alimentos”
Jhoana Saavedra Comité de mujeres de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro
Inicio de nuestra historia
1En abril del año 2001 un grupo de mujeres campesinas nos reunimos en la comunidad de San Isidro, preocupadas de ver solamente cafetales y no tener ni un tomate, una cebolla o una gallina para alimentar a nuestras familias. Mientras esperábamos a otras compañeras, doña Gladys, una mujer madura, cabello negro y ojos grandes, le decía a don Lorenzo, su marido:
Mijo, queda el almuerzo hecho, cuando lleguen los niños de la escuela les sirve y luego les ayudas a hacer las tareas, se los recomiendo. Yo estaré en el salón comunal con las demás mujeres porque queremos planear como producir nuestra propia comida y no tener que estar comprando todo en las tiendas.
2La deficiencia de alimentos en una zona campesina es una circunstancia irónica, por esta razón nos planteamos la siguiente interrogante ¿Qué podemos hacer las mujeres campesinas, desde nuestros territorios para enfrentar las políticas impuestas por el sistema capitalista que atenta contra nuestro modo de vida y nuestra soberanía alimentaria?
3Para dar respuesta a este enunciado es importante que todas y todos nos ubiquemos en el contexto.
Inzá Tierradento
4Inzá es un territorio pequeño, distante de la ciudad y olvidado por el Estado Colombiano. Está ubicado en la región de Tierradentro, nororiente del departamento del Cauca. Su población es de 29,000 habitantes, indígenas y campesinos. Su extensión es de 700 km2, de los cuales el 70% son páramos y bosques andinos.
5La actividad económica es la agricultura, principalmente el café; sin embargo, la producción de alimentos es poca debido a la prioridad dada al café y al limitado acceso a la tierra, pues el 95% de las familias vivimos en minifundios de menos de tres hectáreas.
6La tenencia de la tierra no es el único problema del campesinado del municipio. El derecho a la salud es vulnerado, evidenciado en la falta de acceso a los servicios de atención médica, y los altos niveles de desnutrición en niños, niñas y adultos mayores. Esta situación empeora con el deficiente saneamiento básico (agua potable y alcantarillado), que es la causa principal de otros problemas de salud pública como las enfermedades gastrointestinales y de la piel, entre otras.
7En el sector educativo, las dificultades son alarmantes; se destaca la mala calidad de la educación, la ausencia constante de profesores, la deserción escolar, debido a la incorporación temprana de los niños y niñas a la vida laboral y a las pocas oportunidades para ingresar a la educación superior.
8Además, nos vemos enfrentadas a un grave problema social, revelado en los altos índices de violencia intrafamiliar y de género, que afectan de manera directa la vida y la integridad de las mujeres del municipio.
9Por otro lado, es pertinente aclarar que Inzá es un territorio donde la organización social tiene un gran avance, pues la mayor parte de la población se encuentran agrupada de acuerdo a su identidad o a sus convicciones. Los indígenas integrados en la Asociación de cabildos indígenas Juan Tama, los y las campesinas en la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro, ACIT, y dentro de esta última, el Comité de Mujeres, CM. El Comité de Mujeres tiene un promedio de 350 mujeres, con un gran reconocimiento en el nivel regional y nacional por su capacidad de convocatoria y movilización social.
Qué es soberanía alimentaria para las mujeres campesinas
10Con estos antecedentes y buscando dar respuesta a la pregunta inicial, empezamos a conversar entre nosotras, en el Comité de mujeres, sobre nuestras diferentes opiniones frente a lo que para cada una es la soberanía alimentaria. Doña Lucinda, lideresa del Comité de mujeres, de forma muy acertada dijo:
Nosotras aquí todo lo que hacemos va encaminado a defender nuestro territorio y nuestros productos. Desde mantener el terreno, producir y consumir lo nuestro, son acciones de soberanía alimentaria, hacemos resistencia a los productos industrialisados que traen tanto químico, mantenemos las familias unidas y la organización sale adelante, aquí las mujeres somos importantes por hacer lo que hacemos.
11Teniendo en cuenta diversos conceptos como este, nuestra experiencia de resistencia puede comprender y discutir la propuesta de soberanía alimentaria expresada por Vía Campesina, según la cual la soberanía alimentaria es “el derecho de los pueblos para definir con autonomía su política alimentaria y agraria, la necesidad de asegurar la satisfacción interna de la demanda de alimentos con producción nacional y el papel protagónico de los campesinos y campesinas en la producción de los alimentos”. Este concepto, a diferencia de la seguridad alimentaria, sobrepasa la simple necesidad de suplir el acceso físico y económico a alimento suficiente, seguro y nutritivo, para satisfacer necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana (FAO 1996).
12La soberanía alimentaria está sustentada en cuatro pilares fundamentales (Vía Campesina):
el derecho a la alimentación y el acceso a los recursos productivos;
la promoción de una producción agroecológica;
la promoción y protección de los mercados locales;
el cambio de las reglas del mercado internacional.
13Nos identificamos con esta propuesta porque además de hacer oposición a los actuales acuerdos comerciales, sustentados en las teorías neoliberales donde los alimentos son vistos como una mercancía generadora de ingresos, es una propuesta promovida por organizaciones sociales con una visión alternativa a la de los gobiernos de la región, orientada por el principio de la agro-ecología.
14A partir de esta aclaración describiré la experiencia de resistencia de las mujeres campesinas de Inzá.
La experiencia de resistencia de las campesinas en Inzá
15Para las mujeres campesinas, la complejidad de la soberanía alimentaria nos puso en actitud de defender la producción de alimentos, recuperar los productos nativos, las semillas, los saberes, los sabores y hacer memoria histórica para reencontrarnos con nuestra identidad y nuestro territorio. Por lo tanto, iniciamos un trabajo de formación-concientización, abordando el tema de soberanía alimentaria desde nuestro contexto, intentando una metodología que dé cuenta de nuestra realidad social, integrando lo económico, lo cultural, lo político y la pertinente mirada de género.
16Hemos desarrollado esta experiencia la por medio de escuelas de formación, talleres de capacitación y espacios prácticos como las huertas, las cocinas, los restaurantes escolares y los lugares de trabajo. Hemos implemento estas actividades, progresando de forma constante y progresiva a medida que nos cualificamos, apoyandonos en diferentes experiencias, haciendo investigación y participando en espacios de intercambios con organizaciones de nivel nacional e internacional.
Pensamos que para las mujeres el camino de la dignidad pasa porque todos y todas escuchen nuestra propia voz, respetando la autonomía de nuestras organizaciones, tejiendo relaciones honestas, amorosas, equitativas y respetuosas basadas en la libertad y en el apoyo mutuo… Porque mientras los gobiernos y el Estado trabajan para los intereses de los más ricos, nosotras, las mujeres, campesinas, indígenas, negras, trabajadoras del hogar, obreras, maestras, profesionales, empleadas, nosotras todas, vamos a seguir trabajando y caminando paso a paso hacia la dignidad. (Comité de Mujeres de la ACIT y Colectivo Feminista Proyecto Pasos 2008, 38)
17Estas razones son el punto de partida para poner en marcha la estrategia de soberanía alimentaria desde nuestras posturas y nuestros escenarios.
Motivaciones
Desde lo personal
18Partimos de la preocupación por solucionar el déficit de alimentos, por la necesidad de crear espacios para nosotras, para aprender cosas nuevas y compartir lo que sabemos con las otras. Partimos tambien de la necesidad de independencia; esta es entonces una propuesta libertaria y emancipadora donde las mujeres nos empoderamos de nuestros propios asuntos.
Desde el ser madres y campesinas
19La soberanía alimentaria va ligada al concepto de territorio y desde nuestra cotidianidad en espacios de discusión se logró hacer un concepto del territorio de las mujeres campesinas.
El territorio… es nuestro cuerpo, es el lugar donde habitamos, con el que nos identificamos. Es donde están nuestros recuerdos, donde construimos presente y proyectamos nuestros sueños, es el lugar en que se comparte, se cultiva, se saca el alimento, se trabaja de acuerdo a nuestras costumbres campesinas, es el lugar que protegemos, donde está nuestra familia, el que nos despierta emociones y sentimientos, donde construimos relaciones con la naturaleza con la comunidad y conmigo misma: Porque el territorio es memoria y la memoria soy yo.1
Como parte de un colectivo
20Esta propuesta del Comité de mujeres despierta bastante interés entre las otras mujeres. Los resultados del trabajo del Comité facilitan la gestión de proyectos productivos, motivando a otras mujeres a organizarse. Esto permite ganar espacios de incidencia política en las comunidades y en el municipio. Al mismo tiempo abre las puertas en espacios de formación desde la participación en diferentes eventos a nivel regional, nacional e internacional, donde nos cualificamos y apropriamos de las prácticas y los discursos.
21Para poner en marcha la estrategia desarrollamos gran cantidad de actividades, que nos arraiga al territorio desde nuestra identidad campesina y nos obliga a tomar posición, desde nuestra vida privada hasta en lo público y frente a las políticas impuestas por el gobierno, con los acuerdos de libre mercado y la poliítica de apertura económica.
Nuestras actividades
22Todas las actividades desarrolladas dentro de la estrategia de soberanía alimentaría nos llevan a resistir en el territorio y a defender las formas de producción. Además, estando ligadas a la siembra y la cosecha, nos permite defender, desde nuestra identidad campesina, la única opción de mantener alimentos en todo tiempo, garantizándonos sobrevivir en tiempos de guerras, bloqueos y hambrunas.
23Estas actividades son:
Construcción de huertas
24Las huertas, tanto individuales como colectivas, son espacios donde se cultiva una variedad de productos para la alimentación tanto de las familias como para el mercado local. Son también espacios políticos de encuentro, para compartir saberes, para soñar y tejer redes de solidaridad.
25De igual forma se organiza la crianza de animales o de especies menores como cerdos, gallinas, conejos, curíes, etc. que complementan la alimentación aportando las proteínas necesarias.
El cuidado y la preservación de las semillas
26Últimamente se había dejado la selección de semillas en manos de los abuelos y abuelas quienes guardan, preservan, escoden de sus cosechas los mejores granos en condiciones específicas. Ahora estas semillas también están en nuestras manos, para mantenerlas, preservarlas y recuperar algunas que ya se creían desaparecidas. Doña Gladys Mulcue, lideresa del Comité de mujeres, dice:
Cuando cultivo dejo los mejores granos para volver a sembrar: el sistema para mantener las semillas es muy sencillo, yo siempre acostumbro echar los granos seleccionados en un tarro o un frasco con tapa, les echo aceite para que no les caiga polilla. Desde niña veía a mi abuela y mi mamá hacer todo este proceso. Desde ellas tengo semillas nativas, muy buenas, por eso dan cosechas abundantes.
Transformación de los productos
27Cambiar o recuperar los hábitos alimenticios y mantenerlos a pesar de la insistencia de los medios masivos de comunicación con la comercialización de productos transformados, es una ardua tarea, realizada por el Comité de Mujeres. Por esta razón es muy normal escuchar de las mujeres que
la variedad de cultivos que producimos y las diversas formas de utilizarlos hacen que se puedan alimentar nuestras familias con tranquilidad, gracias a la gran cantidad de preparativos que hacemos entre los que se pueden contar: tortas, pan, dulce, natilla, sopas, ensaladas, jugos, cremas etc. Algunas personas dicen tener entre 40 o 50 recetas de cocina.
La formación o capacitación
28Para las mujeres, producir su comida es algo natural, es una actividad del cotidiano de su identidad campesina, pero tener conciencia de la importancia que tienen las formas de producción, el manejo de las semillas, los suelos, los recursos naturales y las formas de transformar sus alimentos tiene un valor político importante.
29Este valor tiene su anclaje en nuestra identidad de campesinas que hemos ido adquiriendo y fortaleciendo en la ACIT y en el Comité de Mujeres, a lo largo de diferentes espacios de formación que han permitido concientizarnos.
30Esta formación ha sido integral y recíproca desde las técnicas y las prácticas apoyadas con algunas mujeres o compañeros que se han capacitado. Hemos logrado recuperar, a través de las historias de vida de los abuelos y las abuelas, los saberes y costumbres compartidos que para el Comité de mujeres tienen un valor relevante y significativo. Por eso algunas de ellas dicen: “…yo en el Comité, he podido compartir lo que sé… He enseñado muchas cosas a las cuales antes no les daba importancia. Es bonito saber cosas para compartir. También he aprendido técnicas, recetas y trucos de producción para preparar abonos orgánicos y formas de sembrar”2.
Eventos de visibilización
31Hemos realizado Campañas por la soberanía alimentaria del 2004 al 2005, con espacios de formación sobre el TLC (Tratado de libre comercio), el ALCA (Area de libre comercio de las Américas), los transgénicos, los valores nutricionales de los productos nativos, etc., y talleres prácticos de preparación de alimentos y cuidado de las semillas.
32Hemos organizado eventos políticos de intercambio de saberes y sabores, ferias agro alimentaria, intercambio de semillas, con participación de mujeres campesinas e indígenas de Inzá y de otros municipios de la región.
33Luego de realizar por mucho tiempo actividades como éstas, es pertinente relacionar la incidencia política teniendo en cuenta los diferentes escenarios y las posturas donde nos ubicamos las mujeres campesinas.
Incidencia política desde la soberanía alimentaria
Incidencia en lo personal
34Se refleja en la autonomía de nuestras vidas, mejorando la autoestima desde el conocimiento y reconocimiento de nuestros derechos; en el empoderamiento, utilizado para tomar decisiones sobre nuestro cuerpo, los espacios y los tiempos; en la independencia económica, desde donde podemos obtener un poco de recursos para nosotras y decidir qué cultivar y cómo hacerlo; en el equilibrio en las labores domésticas, encontrando apoyo en nuestros compañeros, hijos e hijas; en la disminución relativa del machismo en nuestras familias.
Incidencia en lo comunitario y lo colectivo
35Hemos logrado empoderamiento, participación y reconocimiento, que nos ha permitido llegar a las juntas de acción comunal, donde se construyen las bases para las políticas públicas, la construcción de los planes de desarrollo. Frente a la organización campesina hemos logrado incidir en la junta directiva y los espacios de decisión política.
Incidencia en lo productivo
36Hemos incidido en la alimentación, mejorando la nutrición y la salud de de las familias, en los mercados locales, en las formas de siembra, de cosecha, en los menús de los restaurantes escolares y los diferentes espacios colectivos.
Incidencia en los espacios de formación
37La incidencia es desde el punto de vista del crecimiento personal, cualificándonos y empoderándonos. Este conocimiento nos ha convertido en sujetas de derechos. La participación se ha realizado haciendo aportes políticos en los debates internos de nuestra organización y posicionándonos en espacios participativos en los niveles regional y nacional.
A manera de conclusión
38Primero, es importante reconocer que la estrategia de soberanía alimentaria desarrollada por las mujeres campesinas ha sido la base fundamental del proceso político organizativo de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro, ACIT.
39Ahora, con las múltiples actividades que realizamos las mujeres hemos logrado desde la estrategia de soberanía alimentaria afectar los espacios privados, posicionando nuestro trabajo de madres y compañeras como un trabajo político, de diálogo y negociación, de discusión permanente y de reproducción de saberes, donde la división del trabajo ha mejorado en el sentido que nuestros hijos e hijas y compañeros nos apoyan en las labores domesticas. Estos espacios ganados dentro de nuestros hogares se reflejan en el desempeño de las mujeres en actividades comunitarias y sociales en diversos espacios y niveles, reivindicando el papel de las mujeres en la ruralidad, reforzando nuestra identidad y creando vínculos directos con el territorio. Por otro lado, nos ha servido de derrotero en la construcción de propuestas políticas de resistencia en el territorio, con gran incidencia en lo regional y lo nacional, enfocada desde el respeto por los recursos naturales, el rescate de las semillas y los productos nativos, generando amplios espacios de discusión sobre el tema.
40Otra forma de demostrar el liderazgo de las mujeres del sector campesino es por medio de la capacidad de convocatoria. Cuando realizamos eventos del nivel municipal o regional la participación de las mujeres es amplia y activa; cualquier mujer de base tiene la capacidad de expresarse sobre los temas trabajados.
41Cabe destacar que en el transcurso de los diez años de trabajo, el Comité de Mujeres ha realizado cinco eventos representativos con participación de más de mil quinientas mujeres en cada uno de ellos. Es importante mencionar que a estos eventos les precedieron campañas de formación y prácticas comunitarias o regionales sobre los temas de interés de las mujeres. Para clausurar cada una de estas campañas, se realizó un evento o un acto político.
42Estas manifestaciones garantizan un real aprendizaje de las mujeres y los hombres del sector campesino que participan en las campañas.
43La estrategia de soberanía alimentaria, a través de la formación en derechos, ha hecho que las mujeres nos transformemos en sujetas políticas con capacidad de discernir sobre las políticas del Estado y los programas sociales nacionales ejecutados por el municipio, utilizados como herramientas para adquirir votos y mantener un gobierno populista y que no se preocupa de la población rural del país. Desde este punto de vista, a partir de la soberanía alimentaria el Comité de Mujeres ha logrado incidir en espacios políticos de decisión, a través de la integración en los comités locales de veeduría y seguimiento, en las juntas de acción comunal, en la coordinación de los programas sociales. Cada uno de estos espacios afecta decisiones locales y comunitarias donde las mujeres desde el conocimiento de los derechos y el reconocimiento de la violación de éstos, intervienen e inciden. Para las mujeres del sector campesino el objetivo no está dirigido a ocupar cargos de poder en el nivel local, pero sí es claro que es un movimiento social que está en pie de lucha por la defensa de sus derechos, su territorio y por permanecer en él (Morales 2009, 54-55).
44Finalmente, hago una invitación a todas las mujeres del mundo para que soñemos desde nuestra complicidad, juntándonos, empoderándonos, ejerciendo nuestro estatus de sujetas de derecho y tejiendo redes universales, retomando nuestro ser como mujeres y madres. Teniendo claro que “las transformaciones se construyen con propuestas de mujeres” podremos transformar desde nuestra cotidianidad este universo por uno más justo y equitativo donde podamos juntarnos y vivir dignamente todas y todos, porque “un pueblo subsistirá la peor de las guerras y las circunstancias si tiene la capacidad de producir y transformar sus alimentos” (Morales 2009).
Bibliographie
Comité de Mujeres de la ACIT y Colectivo Feminista Proyecto Pasos. 2008. Juntando Pasos hacia la Dignidad.
FAO. 1996. Informe de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. WFS 96/REP.
Morales, M. A. 2009. Mujeres campesinas, soberanía alimentaria e incidencia política desde Inzá Tierradentro Colombia: ¿Un proceso de resistencia alterglobal o una opción de vida?. Trabajo de investigación. IMAS 2008-2009. Ginebra: IHEID.
Vía Campesina. http://www.viacampesina.org/sp/
Notes de bas de page
Auteur
Dirigente campesina, Asociación de mujeres campesinas de Inza, Tierradentro Colombia. Alix Morales Marin is a rural community leader in the Cauca region, in Colombia. She has been working as a community organiser and social worker for more than 10 years, with a special emphasis on food sovereignty with a gender perspective. She sees processes of production and transformation of local products as means of resistance and of permanency on the land. She was one of the founders of the women’s committee of the Asociacion campesina de Inza Tierradentro, where she initiated trainings and awareness-raising activities, as well as campaigns to prevent and eliminate the multiple forms of violence against women. The committee has existed since 2000, and was born out of women’s preoccupations with regards to the impossibility of accessing paid work, formal and informal work, political positions, and more generally by the systematic non-recognition of their human rights. The committee works towards gender equality and women’s empowerment, through the promotion of their rights, the improvement of their quality of life, the elimination of violence against women, and the recognition of the political, productive and reproductive work.
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