Genero, ajuste estructural y trabajo en el Perú, Lima Metropolitana, 1986-1993
El Banco Mundial en la mira de las Mujeres latinoamericanas
p. 149-165
Texte intégral
"Es necesario afirmar con fuerza que no habrá jamás desarrollo social digno de este nombre si se mantiene la dicotomía actualmente admitida entre lo económico y lo social, siendo lo económico intocable hasta en sus abusos y estando lo social encargado solamente de compensar sus desgastes juzgados inevitables"1
1No creemos que la economía sea neutra. No creemos que un programa económico pueda ser neutro respecto a los campesinos o citadinos, a los jóvenes o viejos, ricos o pobres, respecto a los hombres o las mujeres, sino que asumimos el supuesto de que todo programa económico conlleva en sí una propuesta social. Porque ¿qué es la economía sino la expresión de una serie de actividades humanas de esos jóvenes y de esos adultos, de esos campesinos y citadinos, de esos hombres y mujeres? Esto es bueno esclaracerlo porque sólo sí dejaremos de ver a los indicadores económicos – PBI, balanza comercial, deuda externa, crecimiento económico, etc. – como datos aparentemente abstractos cuando en realidad reflejan procesos sociales en los que los seres humanos estamos comprometidos.
2En consecuencia, no aceptamos que se presente a los Programas de Ajuste Estructural (PAE) como programas neutros en lo que lo que al género respecta. Quienes así lo afirman sostienen que sus objetivos son fundamentalmente dirigidos hacia los niveles macro-económicos y no hacia las personas. Quisiéramos preguntarles entonces, ¿cómo se pueden aumentar las exportaciones sin el trabajo de los seres humanos? ¿cómo y quién paga el aumento del precio de los combustibles y de los servicios públicos? ¿cómo se compensa la eliminación de subsidios? ¿no son los seres humanos quienes pierden su trabajo cuando las fábricas locales cierran por no poder ser competitivas internacionalmente? ¿No somos los seres humanos quienes estamos a la base de cada una de estas medidas? La economía no existe sin las personas y nuestras actividades.
3Si lo que quiere decir cuando se habla de neutralidad es que dichos programas no tienen indicaciones precisas para beneficiar o perjudicar ya sea a los hombres o las mujeres estaríamos de acuerdo, porque en efecto no existe disposición cargada de género en ese sentido. Pero es justamente eso lo que los hace no neutrales. Tales programas serían imparciales si se los aplicara a un grupo social donde los seres humanos estuvieran en igualdad de condiciones y tuvieran similares oportunidades para beneficiarse o sufrir sus efectos. Pero ese no es el caso. Las mujeres tenemos todavía muchas desventajas respecto a los varones para acceder a la formación profesional, al trabajo formal, calificado, remunerado, tenemos problemas para descargarnos del trabajo doméstico, sufrimos agresiones que los hombres no sufren, nuestro acceso a los recursos productivos no es igual, somos discriminadas de las instancias de toma de decisiones, etc. En esas condiciones tenemos que presentarnos al mercado para buscar trabajo, producir, vender o comprar, exportar o importar, etc. ¿Cómo puede esperarse que tanto hombres como mujeres respondamos de manera similar ante determinados cambios estructurales si nuestra vida es tan diferente? ¿Cómo pueden pasarse por alto las diferencias de género cuando se van implementar este tipo de medidas? Eso es aceptar la actual situación de desigualdad, eso es no ser neutro, o lo que es lo mismo eso es apoyar un sistema social donde los hombres siguen siendo especialmente favorecidos. A esto le llamamos nosotras "sesgo de género". Hemos atacado estos sesgos de género desde muchos ángulos : la educación, la familia, los medios de comunicación, entre otros, pero no hemos tocado a la sagrada economía : a los PAE, al comercio, a las transnacionales, al Banco Mundial, etc. He ahí la importancia de esto nuevo movimiento que se atreve a cuestionar el sesgo de género en el sistema económico en sí y en sus más grandes representantes.
4Veamos ahora de qué manera ha afectado el PAE a cada uno de los géneros. He centrado la investigación en el área del trabajo en la ciudad de Lima desde el año 1986 a 1993. Divido este periodo en dos etapas : 1986-1989 que corresponde a la etapa previa al ajuste estructural y la etapa de 1990-1993 que corresponde a la época en que se implementa el PAE en el Perú. He procurado dividir todos los indicadores según la variable género, esto es : indicadores para los hombres e indicadores para las mujeres. La población de la ciudad de Lima alcanzaba los 6549,815 habitantes en 1992, siendo su distribución de 51.3% para los hombres y de 48% para las mujeres.
5Debo decir antes de presentar los resultados que justamente antes de la aplicación del PAE el Perú vivió una de sus más grandes crisis económicas, sino la más grande de su historia. Esto quiere decir que habíamos llegado a situaciones muy críticas y que éstas difícilmente podrían empeorarse. La expectativa en todo caso era la de la recuperación y el crecimiento ya que esa era la promesa del PAE. Si presentáramos las cifras de crecimiento económico en abstracto el Perú sería un buen ejemplo del éxito del PAE, porque en efecto el crecimiento se dio hasta en más del 6% en 1993 y más del 10% en 1994. Si vamos más allá de estos indicadores nos encontramos con que los sectores donde se dio ese crecimiento fueron : el sector minero, la manufactura en los sectores vinculados a la extracción, la pesca, la construcción y el sector agropecuario ; sectores todos donde los trabajadores son fundamentalmente varones. Y más allá aún, ni siquiera los hombres empleados u obreros salieron favorecidos con este crecimiento porque en estas actividades no generaron empleo sino que fueron actividades intensas en capital. Respondieron a esta demanda las grandes empresas, los monopolios, como la Southern, Norte Pacasmayo, el Banco de Crédito, La Fabril y Cementos Lima, etc.
6Pero veamos qué pasó a nivel de las trabajadoras. Hemos recopilado datos estadísticos los cuales son presentados en los gráficos que se encuentran al final de este artículo. Estos datos nos merecen los siguientes comentarios.
Gráfico 1
7A nivel de la PEA (población económicamente activa) si bien no se encuentran cambios muy notorios puede verse que la curva de la PEA masculina tiende al aumento mientras que la de las mujeres tiende al descenso, de modo que la brecha entre unos y otros aumenta en una media de dos puntos si se comparan las cifras anteriores al PAE y las posteriores a éste. Podría decirse que la diferencia no es significativa pero no hay que olvidar que en América Latina la participación femenina en la economía había ido en aumento en las últimas décadas creciendo más que la PEA masculina ; bastaría que esta tendencia haya sido frenada para concluir que las mujeres han sido perjudicadas por el PAE en este sentido.
Gráfico 2
8Otra manera de ver esta participación es comparar la actividad de las mujeres con respecto a la población total de las mujeres y asimismo con los varones. Así se aprecian más fácilmente los efectos del PAE. En ambos casos hay un descenso y una recuperación de la tasa de participación económica luego de aplicado el PAE, pero la recuperación en los hombres alcanza y hasta supera sus niveles previos y no así la de las mujeres.
Gráfico 3
9Si observamos estas consecuencias en función de la edad no encontramos cambios muy importantes en función del PAE, pero sí podemos hacer dos afirmaciones : que los hombres mayores de 55 años han sufrido el impacto del PAE y que las mujeres lo han sufrido más fuertemente y no sólo después de los 55 años sino incluso desde los 25 años.
Gráfico 4
10En relación con el estado civil tampoco se encuentran impactos muy fuertes aunque es evidente que las mujeres en estado de matrimonio o convivencia participan en la vida económica notablemente menos que los hombres en comparación con las mujeres de otro estado civil y puede verse también que la influencia del PAE ha acentuado aún más estas diferencias.
Gráfico 5
11El gráfico según niveles de educación es el único que muestra impactos más desfavorables para los varones cuando estos tienen un nivel de educación bajo (sin educación secundaria). Desde este punto de vista las mujeres han sufrido menos las consecuencias del PAE aunque las sufrido a través de toda la escala de nivel educativo.
Gráfico 6
12Si los gráficos previos no muestran transformaciones muy notables, no sucede lo mismo con los cambios en los niveles de empleo. En el Perú los niveles de empleo se clasifican en : empleo adecuado, sub-empleo y desempleo. La población empleada adecuadamente desciende brutalmente a partir de 1989 tanto para los hombres como para las mujeres, esto quiere decir antes del PAE. Lo que logra el PAE en términos de recuperación es nulo. Al contrario, hunde aún más a estas trabajadoras que continúan perdiendo sus empleos en los años siguientes. Son 150000 las personas expulsadas del sector industrial privado y 365000 del sector público, sumando más de medio millón de trabajadores quienes han perdido su trabajo en el sector formal de la economía.
13Evidentemente, el grueso de estos individuos ha pasado a formar parte de las subempleadas cuyas curvas siguen movimientos justamente opuestos a las curvas de empleo adecuado, con lo que esto significa: menos horas de trabajo, salarios bajos e inestables, horarios fluctuantes, etc.
14A juzgar por estos gráficos, hombres y mujeres estarían compartiendo esta situación extremadamente crítica ya que en ambos casos más del 80% de la población se encuentra en situación de desempleo o sub-empleo aunque los promedios más precisos son de 82% para los varones y de 88% para las mujeres ; esto significa 6% de diferencia entre unos y otros. Pero no es este 6% lo que marca la diferencia fundamental. Veamos en el siguiente gráfico la composición interna de estas cifras.
Gráfico 7
15Es este gráfico el desempleo ha sido sub-clasificado en : severo, moderado y ligero. El primer hecho que salta a la vista es la gran concentración de mujeres en el desempleo severo y el aumento de este problema con la aplicación del PAE. Los hombres sufren un problema similar pero en menor medida. Las brechas entre hombres y mujeres han aumentado. En el otro extremo las mujeres también tienen peor posición que los hombres, es decir, que ella no ocupan sino un mínimo porcentaje del desempleo ligero.
16¡He ahí lo que puede hacer un programa económico que no vigila sus decisiones en términos de género!
Gráfico 8
17A nivel de salarios la comparación también es terriblemente desventajosa para las mujeres. La concentración de hombres es cada vez mayor a medida que los salarios aumentan ; al contrario, las mujeres están más concentradas en los grupos de menores salarios. El PAE no reduce en nada estas dife rencias e incluso las aumenta.
Gráfico 9
18Si analizamos la evolución del poder adquisitivo real de las trabajadoras, seremos capaces de apreciar no sólo lo crítico de su situación sino cómo ésta ha sido alterada bruscamente con la implementación del PAE. Durante los años anteriores al PAE un promedio de más de 76% de las mujeres ganaban menos de dos salarios mínimos vitales. A partir de 1990 – año en que se lanza el PAE – estos porcentajes descienden, hecho que no se explica por el aumento de los salarios sino por la disminución de la capacidad de adquisición. Véase por ejemplo que en abril de 1991, el sueldo mínimo era de S/. 38.00 nuevos soles pero éste no cubría más que el 27.6% del costo de la Canasta Básica que entonces alcanzaba los S/. 137.60 nuevos soles ; de donde se requeriría más de tres sueldos mínimos para cubrirla. Lo que habría podido interpretarse como una mejoría constituye, al contrario, una agudización de la pobreza.
Gráfico 10
19La misma política macro-económica no genera los mismos efectos para el caso de los varones. Véase estas diferencias en el Gráfico 10, donde no sólo se reitera que los hombres ganan mejores sueldos que las mujeres2 sino que éstos se ven menos afectados con el PAE.
Gráfico 11
20Está claro que el sector que constituye la proporción más alta en las actividades económicas de las mujeres es el de comercio, siendo el comercio al por menor el que cubre casi la totalidad de éste3 y constituyendo a la vez el único sector donde se advierte un aumento claro de la PEA femenina después del PAE. Son también significativos los porcentajes de la PEA en los sectores de servicios y en los de la industria de consumo. Dentro de éstos es el servicio doméstico el que concentra la mayor parte de trabajadoras. Se ha explicado la concentración de mujeres en el trabajo de comercio al por menor por lo permisivo de sus horarios y lo flexible de sus requerimientos económicos, a veces mínimos cuando se trata del trabajo informal. A su vez, la presencia de mujeres en los sectores de servicio y la industria de consumo se explica por la identificación existente entre las actividades requeridas en estos empleos y las ocupaciones tradicionales de las mujeres.
21Estos son sin duda datos muy generales y todavía deberíamos ahondar en una serie de procesos que se han presentado en los diferentes sectores de la industria, el trabajo informal, etc. a raíz de los procesos de flexibilización de las relaciones de trabajo. Estos procesos han sido reportados por varios autoras pero la evidencia de sus consecuencias a nivel de género no está muy bien documentada en términos estadísticos, que es uno de los retos que tenemos las mujeres.
22Otros de nuestros desafíos es lograr que el trabajo doméstico y comunitario sea considerado como parte de la economía y concebir una alternativa para que estos trabajos sean redistribuidos equitativamente entre hombres y mujeres. Porque si llegara el día en que se pudiera probar que en efecto los hombres y mujeres acceden a los trabajos de una manera igualitaria, que tienen las mismas calificaciones y oportunidades, que ganan los mismos sueldos, etc. ; las mujeres seguiríamos luchando por la igualdad en el ámbito de lo que ha dado no suele reconocerse como trabajo porque no es trabajo remunerado o "productivo" en los términos que la actual concepción económica quiere comprender lo que es productivo. Esto a pesar de que el trabajo productivo que sí les interesa no podría hacerse sin la reproducción y el mantenimiento de los recursos humanos. Las Naciones Unidas ha hecho cálculos de lo que estos trabajos llamados reproductivos aportarían al PBI de un país, concluyendo que éste aumentaría de 25 a 30%4, siendo esta producción adjudicada principalmente a las mujeres. En el Perú se ha calculado que por cada 6 horas que el hombre dedica a estas labores, la mujer dedica 405. Ésta es una de las razones por la cual decimos que la economía tiene un sesgo de género a favor de los hombres. La economía prefiere cerrar los ojos frente a la existencia del trabajo reproductivo, y eso ¿a quién favorece?…
23Se puede aplicar la misma lógica a las actividades comunitarias impulsadas especialmente por mujeres a través de los comedores populares, clubes de madres, grupos de salud, el Vaso de leche, grupos legales, etc. buscando la sobrevivencia a nivel alimentario y de salud. Estas actividades tampoco se consideran como trabajo ; sin embargo el PAE y la economía en general, descansa muy bien sobre ellas. Como ejemplo veamos cómo aumenta la creación de comedores populares después de la aplicación del PAE (Gráfico 12).
Graphico 12
24Ante esta realidad y mirando siempre a la economía, nos dirigimos al BM, institución de donde se originan los PAE, para saber cuál es el lugar que se le da allí al enfoque de género. Y en efecto, encontramos que esta institución ha hecho diversos esfuerzos por desarrollar este enfoque, aunque estos esfuerzos son todavía muy débiles y adolecen de una serie de problemas conceptuales que quisiéramos resumir aquí, para establecer los puntos sobre los que debemos trabajar para crear una visión económica alternativa que sea equitativa desde el punto de vista de género.
25Los esfuerzos que constatamos son : algunas publicaciones sobre la realidad de la mujer y el lugar que ésta debería jugaren el desarrollo económico, la creación de una División MED, el aumento de proyectos con contenido de género, la presencia de coordinadoras de género en los departamentos regionales e incluso la creación de Unidades de género en algunas regiones y la consideración de género en algunas de las llamadas "Estrategia de asistencia a los países" que es el marco de referencia de los programas y proyectos que aprueba el BM. Y éste es un gran progreso si se mira al BM de la década del 60, donde el tema de la mujer recién comienza a parecer, o aún a 1989 cuando recién se crea la División MED.
26Pero es un progreso totalmente insuficiente. Y voy a demostrarles por qué. Por ejemplo, existen Unidades de género en las regiones de Asia, Africa y Europa pero no en la región de América Latina y el Caribe donde para colmo la coordinadora no es de origen latinoamericano y no habla español. La consideración de género en las "Estrategia de asistencia a los países" se limita a nueve países, de los cuales sólo uno es latinoamericano. En lo que respecta a publicaciones sólo hay una de ellas – publicada en 1994 – que se considera documento oficial del BM, es decir, que ha sido aprobada por el Comité de los Directores Ejecutivos.
27Respecto al número de proyectos, el BM ha señalado que el 90% de los proyectos de salud y nutrición y que el 83% de los proyectos de empleo consideran como beneficiarias a las mujeres. Lo que no dice es que los proyectos donde se tiene en cuenta el análisis de género conforma una tercera o cuarta parte del total de los proyectos. Y por añadidura se sabe que es México quien cuenta con más de la mitad de los recursos invertidos en la región de América Latina.
28Pero más aún, preguntémonos cómo se evalúa si un proyecto tiene una aproximación de género o no. El proceso no es complicado. Los proyectos, la División de género del BM6 clasifica los proyectos de acuerdo a una escala de tres puntos :
290 quiere decir que el componente de género no existe ; 1 significa que los asuntos de mujeres son mencionados y las mujeres son benefactoras directas o indirectas ; 2 supone que hay un componente substancial de género y que hay fondos directos para beneficiar a las mujeres. Esto quiere decir que el simple hecho de incorporar a las mujeres en un proyecto es indicador suficiente para que el BM lo califique como proyecto con algún aspecto de género.
30Ahora bien, ¿de qué manera se evalúa si el PAE contiene un componente de género? Es aún más simple que para los proyectos : no se evalúa y ni siquiera se permite que sea revisado y discutido en las conversaciones oficiales que el BM lleva hoy en día con el grupo mundial de mujeres que hacen el seguimiento y monitoreo a esta institución para garantizar que atienda las necesidades de las mujeres. En este sentido el BM ha sido muy claro : ellos dicen que la posibilidad de las conversaciones se limita a los proyectos ; pero no así a las Estrategias de Asistencia al País ni a los PAE.
31La propuesta económica liberal tiene alarmantes supuestos : supone que el progreso técnico y la producción están por encima del progreso de los hombres o mujeres y supone que el crecimiento beneficiará finalmente a todos pero no explica cómo se van a dar esas transformaciones. La propuesta económica aparece así como si fueran palabras mágicas y que éstas se encargarán, con su arte, de que el cuento tenga un final feliz.
32En este contexto no es extraña la explicación utilitaria del BM sobre el por qué busca mejorar la participación de la mujer : para que ella contribuya al desarrollo económico. La política económica no busca mejorar la vida de las mujeres sino ponerla a éstas al servicio de las políticas económicas.
33Esta percepción utilitaria de la mujer asume, además, que ésta no participa suficientemente en la vida económica y, por tanto, que hay que "despertar este potencial dormido"7. La visión de la economía que se maneja, como lo hemos dicho antes, no considera que el trabajo doméstico aporte a la vida económica porque la teoría macroeconómica define la economía como las actividades que conllevan intercambio de dinero. Con este supuesto, lo que se consigue al promover la incorporación de la mujer al trabajo "productivo" es sobrecargarla de tareas. De tal modo, cuando el BM se ocupa de reducir las barreras de la educación no plantea no plantea modificar el contenido de la educación que se imparte, de modo que se cuestione la repartición de los roles diferenciados otorgados socialmente a hombres y mujeres, por ejemplo, sino que plantea – y aquí cito textualmente el documento oficial del BM – : "horarios flexibles para permitir a las chicas completar las jornadas domésticas antes o después de la escuela […]. Proyectos que mejoren las tecnologías y reduzcan el tiempo requerido para proveer al hogar con agua o combustible…"8.
34Otra de las limitaciones conceptuales de la economía respecto al género es que asume que los hogares son lugares de cooperación e igualdad exclusivamente, y no de conflicto y desigualdad, como normalmente lo son. Es por esta desigualdad de poder de decisión que los recursos económicos del hogar quedan muchas veces en disposición de los varones. La economía no quiere introducirse a los hogares bajo el argumento del respecto a la vida privada. Nosotras nos preguntamos ¿qué tiene de privado la obediencia de una mujer ante su marido hasta el punto de tener que entregarle el dinero que ella gana con su trabajo o de no trabajar si él se lo prohibe? ¿qué tiene de privado que este hombre recurra a los golpes para conseguir la sumisión de su mujer?… Evidentemente estamos hablando de justicia y de respeto a los derechos humanos, un debate que el BM mantiene a distancia como si fueran temas completamente ajenos a la economía.
35Esta actitud de encerrarse en ciertos ámbitos de trabajo los protege de asumir ciertas responsibilades, incluso en ámbitos que le son mucho más cercanos. Por ejemplo – refiriéndose a las desigualdades de género – el BM dice : "las barreras empiezan con la comparativamente baja inversión en educación y salud para la mujer, ellas continúan con el acceso restringido a los servicios y recursos"9. Lo que plantean es una realidad, de acuerdo, pero se ubican a ellos mismos como ajenos a sus causas. Las preguntas que se eluden son : ¿quién no invierte? ¿por qué?, no asumen que son hechos que el mismo BM ha agravado con su política de ajuste estructural. Esta actitud de no hablar claramente se encuentra aún en la misma División MED quien acepta de manera muy tímida que los "programas de reajuste puedan tener efectos desfavorables a corto término. Estos efectos negativos podrían ser más pronunciados en las mujeres que en los hombres"10 y su sola propuesta es que ellos sean mitigados con programas compensatorios de corto término, esperando que los beneficios de un crecimiento económico les alcance…
36¿Qué perspectivas existen de propiciar un cambio en el BM? No seré yo quién responda esta pregunta, es un trabajo que tiene que construirse entre muchos actores. Por lo pronto en Pekín-1995 un grupo de mujeres, organizado a nivel internacional, lanzó la campaña "El BM en la Mira de las Mujeres". Escribieron al presidente del BM pidiendo que extendiera la participación de las ONG y de las organizaciones de base de mujeres en las actividades del BM, petición que fue aceptada.
37En América Latina, es México quien ha tomado la responsabilidad de lanzar la campaña en la región, con la conformación del "Comité impulsor de la Campaña en América Latina"11, constituido por : la Coordinación Nacional de ONGs de Mujeres en México, Red de Género, Cooperación y Desarrollo entre Mujeres, Comité México y la Red de Género y Economía. Este grupo ha realizado actividades de investigación e información en las ONGs de mujeres y en otras organizaciones sociales de la región. Ha escrito también una carta al Vicepresidente Regional de América Latina por el BM, Sr. Shahid Javed Burki, "con el objetivo de instarlo para que el Banco cree una unidad de género propiamente dicha en las instalaciones del departamento de la región"12. Para septiembre de 1996 estaba previsto un encuentro de este grupo con el Sr. Burki, éste se llevó a cabo y sabemos que allí se elevó el petitorio de los cuatro objetivos trazados en Pekín por el grupo de la campaña "El Banco Mundial en la Mira de las Mujeres". Asimismo se ha acordado con él evaluar los avances de género en la región cada seis meses. El primer semestre ha pasado y, en efecto, la reunión se ha llevado a cabo13 estando presentes nueve representantes mujeres de la América Latina. Los acuerdos alcanzados fueron seis14 :
La revisión de los proyectos que se están diseñando actualmente salud, población, nutrición y educación con el objetivo de proponer la inclusión de una perspectiva de género que pudiera mejorarlos. En marzo de este año deberá conducirse un encuentro con los gerentes de proyectos, sea a nivel regional o subregional.
La revisión de los proyectos sociales y de medio ambiente con los mismos objetivos señalados antes. La reunión se llevaría a cabo en octubre de 1997 con los gerentes de proyectos.
La elaboración de un plan de trabajo para la revisión de los proyectos y la inclusión de la perspectiva de género en cada área temática, con la participación del Sr. Burki, los Directores de los siete Departamentos y los cuatro Jefes de Sector. Se proyecta la próxima reunión para noviembre del 1997.
El Jefe del Sector de Macroeconomía y Pobreza se comprometió a elaborar una herramienta de evaluación de proyectos que incluyera la perspectiva de género.
Las especialistas de género se comprometieron a contactar con las organizaciones de mujeres de los países donde realizarán actividades de importancia para la mujer como talleres de políticas públicas y género ; proyectos que involucran especialmente a la mujer, etc.
El Jefe del Sector Medioambiente dijo que abriría la participación de la sociedad civil en el proceso de Evaluación de la Pobreza.
38A nivel de país, México viene estableciendo una serie de relaciones directas para abordar la posible incorporación de una perspectiva de género en los programas que el BM aplica en su país.
39En general, el comportamiento del BM es, calificado hasta hoy como de muy positivo, no sólo por haber mostrado disposición a dialogar, haber concretado diversas reuniones y haberse planteado posibles acuerdos, sino porque el presidente del BM, Sr. James Wolfensohn, llevó a cabo una serie de acciones específicas que hacen pensar que existe realmente esa tal apertura. Una de estas decisiones fue nombrar un grupo consultivo de género formado por catorce mujeres del mundo, trabajadoras de ONGs (las representantes de América Latina son : Virginia Vargas y Jocelyn Daw ; Eugenia Pisa entró por Europa).15 Asimismo, dispuso que en cada región se elaboraran planes de acción de género. No obstante, este balance positivo no debe excederse en optimismo porque ahora las mujeres debemos probar que estamos a la altura de estas nuevas circunstancias, no sólo en el proceso de denuncia y apertura de diálogo sino en la construcción de una propuesta alternativa. No será fácil.
Bibliographie
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Notes de bas de page
1 COMELIAU Christian, Les défis de la globalisation, Separata, Genève, IUED, 1996.
2 Para una comparación más precisa póngase atención a la diferencia de escalas entre los grá-
3 En los años 1986 a 1992 (salvo 1988) la distribución de porcentajes entre el comercio al por mayor y menor han sido : 1.1 y 28.2 ; 1.2 y 29.5 ; 1.3 y 30.8 ; 0.7 y 35.0 ; 1.7 y 33.6 y 0.6 y 34.0 respectivamente.
4 Estos estudios han sido efectuados tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo y sus resultados pueden ser vistos en el libro : ORGANISATION DE NATIONS UNIES, Les femmes dans le monde, New York, 1992, p. 92.
5 Idem, p. 103.
6 Este proceso no se cumple en la región de América Latina dado que allí no se cuenta con una Unidad de género.
7 OSCHNER Gertrud, Politique du Genre de la Banque Mondiale : changement de strategie ou politique du "sparadrap" ?, artículo de ECODOC : DOC, FILIGRANE, 1996, p. 2.
8 Idem, p. 11.
9 THE WORLD BANK, 1994, p. 7.
10 OCHSNER Gertrud, 1996, p. 9.
11 Mucha documentación de este Comité está escrita por Laura Frade, quien es una de sus representantes y es considerada "punto focal en América Latina".
12 COMITE IMPULSOR DE LA CAMPAÑA EN AMERICA LATINA, 1996b, p. 1.
13 Además, antes de esta reunión se realizaron otras con funcionarios de diversos cargos, desde especialistas de género para la región hasta los jefes de los sectores temáticos del BM e incluso con un asistente del Director Ejecutivo para México y Centro América, quien prometió que pondría a disposición los proyectos sociales (incluidos : salud, educación, medio ambiente y pobreza) para que sean revisados desde el punto de vista de género.
14 FRADE, L., 1997.
15 Aunque se dice que los planes hechos en América Latina no han sido muy buenos. FRADE, L., 1997
Auteur
Psychologue sociale, diplômée IUED.
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