Objetos múltiples e infinitas preguntas. Consideraciones finales sobre intercambios imprescindibles
p. 103-106
Texte intégral
1Como campo específico de los estudios en comunicación, el periodismo ofrece objetos múltiples e infinitas preguntas.
2A lo largo de su historia, las implicancias sociales y políticas fueron una preocupación que comenzó planteando indicadores de incidencia de la actividad en las conductas electorales, los posicionamientos políticos y las motivaciones culturales de la sociedad.
3Su protagonismo en la acción política, y sus disputas dentro de los grupos que componen el poder, fueron motivo de estudios por más de un siglo. Tal vez, por la consolidación de sus prácticas y la estabilidad de sus objetivos fue materia de análisis de las distintas disciplinas que componen las Ciencias Sociales.
4A medida en que las Ciencias de la Comunicación se fueron fortaleciendo, el periodismo ganó relevancia entre las investigaciones que tratan de explicar los procesos sociales en comunidades mediatizadas.
5En el centro de las mediaciones, los procesos informativos resultaron fundamentales para la construcción de climas de opinión, la generación de acciones concretas y la difusión de saberes vinculados con el conocimiento cotidiano.
6El periodismo, como factor organizador de los saberes y los temas relevantes para los procesos de toma de decisión social, incorporó lenguajes y narrativas vinculados a los procesos tecnológicos que caracterizaron las hegemonías culturales de los distintos momentos, al tiempo que ganó un lugar indiscutible en la sociedad.
7La irrupción del periodismo audiovisual sentó las bases para un cambio cultural considerable. Sin embargo, no rompió con la lógica asimétrica de comunicación radial, que llega a la audiencia apuntada y da cuenta de las competencias que ella tiene desde un lugar de develación de un saber, no ya de los usos y los lenguajes por los que circula la información, sino de los datos propios que constituyen la noticia.
8Puestos en el centro de la escena, los medios informativos audiovisuales no solo establecieron una diferencia de saberes en relación con el público. Su novedad fue la de cambiar la idea de narración cronológica de los hechos, por la de narración inmediata, mientras los acontecimientos suceden. La acción del periodismo audiovisual generó la posibilidad de acercar aquello que era inescrutable: el acceso a los acontecimientos en vivo y en directo.
9A partir de allí, la oferta comenzó a ser cada vez más segmentada. La audiencia adquirió protagonismo. La interpelación comenzó a tener en cuenta sus gustos, sus intereses y su compromiso con la construcción de la realidad social. Sin embargo, y a pesar del acceso inmediato a los acontecimientos, la participación de la audiencia resulta todavía muy acotada.
10En este contexto, la idea del periodista contralor surge con fuerza y mantiene su vigencia durante años. El profesional, munido de una objetividad contrastable con datos precisos y la fuerza de la imagen, rigió la actividad y la percepción que las audiencias mantuvieron sobre ella.
11Es con el surgimiento de la sociedad del conocimiento en que los procedimientos, los posicionamientos, el rigor de lo que se publica y los intereses que representan las empresas y sus profesionales; empieza a ponerse en duda. El periodismo, como agente de mostración de lo que otros quieren ocultar, comienza a perder su lugar.
12Surge aquí una paradoja entre lo que se muestra y lo que se oculta. Si en momentos de ejercicio profesional ligado al distanciamiento de los hechos se creía que los intereses de las empresas y los periodistas debían buscarse en el ámbito de lo no decible; con la sociedad del conocimiento son esos intereses los que dejan en claro qué se tiende a ocultar.
13Con la aparición de las herramientas digitales, el cambio que se produce es verdaderamente profundo. La cultura de la sociedad se adapta a la inmediatez y reclama de sus periodistas que estén a la altura de las nuevas velocidades y saberes compartidos.
14Además, la posibilidad de tomar un rol activo, colaborativo y participativo muda las relaciones y las transforma en otra cosa. La audiencia ya no se limita a recibir información. Comparte, colabora y pone a circular productos que se van gestando de forma participativa.
15Por supuesto que los nuevos roles, tiempos de producción y consumo; y las relaciones que ellos producen generan otro modo de vinculación entre el periodismo y sus audiencias. Estas relaciones no son ajenas al nuevo modo de relacionamiento social.
16De una forma radial de comunicación, en la que el centro está puesto en los productores, la actividad transita hacia una forma reticular, cuyas relaciones son más horizontales respecto de las comunicaciones previas, estipulando nuevos nodos informacionales que descentran al periodismo industrial. A pesar de esto, este escenario todavía no deriva en horizontalidades de otro orden con impacto en las formas organizativas de las sociedades democráticas.
17En la sociedad del conocimiento, los flujos informacionales se democratizan al circular a través de redes. Los nodos ya no establecen las mismas jerarquías de saberes que se imponían con las formas radiales, pero la gestión y la economía de los medios se vuelven concentradas y verticales.
18Situadas en acuerdos corporativos que sostienen la disputa del periodismo como actor político frente al resto de las dirigencias de la sociedad, las empresas no compiten por la agenda, ni por la primicia. La competencia descarnada se produce por la conquista de la audiencia, que es la que –segmentada muy profesionalmente– resulta seductora para las agencias de publicidad y los productores de bienes y servicios de nicho.
19El campo del periodismo, y los estudios que tratan de dar cuenta de su complejidad, sufren una crisis en relación con las categorías tradicionales para el ejercicio de la profesión y las variables para el estudio de los objetos relacionados con su investigación.
20La preocupación que desvela, tanto a periodistas cuanto a investigadores, suele ser metodológica. Si las herramientas de investigación constituyeron un método para organizar el trabajo, relacionarse con las fuentes y garantizar la calidad informativa; el escenario en el que se inscribe la sociedad del conocimiento requiere repensar los modos y las formas de interpelación a unas audiencias, que no pactan credibilidad inmediata con el resto de los actores que componen la red informacional.
21Del lado de los analistas, la reconfiguración de las prácticas y los criterios con los que se construye la información establece la necesidad de recategorizar las variables. Desechar algunas e incorporar a otras. Tratar de comprender el rol, la influencia y el feedback de los productores informativos con sus audiencias dentro de una trama reticular en la que los nodos informacionales no necesariamente son profesionales.
22La credibilidad, máximo insumo del periodismo tradicional, expresa corrimientos desde la producción a los pares. El uso de redes sociales y buscadores como primera fuente informativa hace repensar las prácticas, los consumos y la posibilidad de analizar qué se busca de la información.
23Dicho esto, el desafío hacia el futuro de las investigaciones es vislumbrar las relaciones entre los medios y sus audiencias, la comprensión de los productores respecto de las motivaciones informacionales de sus públicos, la quita de las restricciones participativas que permitan pensar en comunidades y la ampliación de los usos de las nuevas narrativas.
24En relación con los medios, el nuevo escenario requiere inversiones en tecnología y capacitación, en profesionales preparados para las nuevas formas informacionales y una nueva concepción para conservar y acrecentar la rentabilidad de sus productos.
25Las preguntas que guían nuestros próximos pasos tratan de dar cuenta de esto. Cómo impactan las nuevas formas de consumo en la calidad de la producción, de qué modo puede horizontalizarse una comunicación reticular en las formas y vertical en la gestión, de qué manera se redistribuyen las inversiones en un esquema convergente desde el punto de vista tecnológico y concentrado desde la economía. Estas preguntas, y tal vez muchas otras, constituyen algunas de las inquietudes hacia el futuro y nuestros próximos encuentros. Desaprender lo aprendido, elaborar lo investigado y volver sobre nuestros propios pasos son los desafíos que nos esperan a la vuelta de la próxima esquina.
26Viedma, abril de 2016
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