Capítulo 8. Fotografía, historia y ciudad. La experiencia de creación del archivo fotográfico de la revista de la Cooperativa calf
p. 231-252
Texte intégral
8. 1. Introducción
1El presente trabajo da cuenta del proyecto de extensión universitaria «La ciudad en foco: Neuquén vista por la cámara de La Revista de calf». Este surgió desde una iniciativa que propició la recuperación, selección, digitalización, catalogación y difusión de material fotográfico proveniente de La Revista de calf. Dicha institución es la prestadora del servicio de energía eléctrica, con más de ochenta años de vida en la ciudad de Neuquén. Fue a partir de las pesquisas sobre las transformaciones de la estructura espacial de la ciudad en la década de 1980 que resultó posible acceder a un valioso corpus de fotografías que se encontraban en el área de prensa de la cooperativa y retratan diferentes aspectos de la vida urbana. Luego, y con el objetivo de conservación como horizonte, se conformó un plan de trabajo que vinculó a la Cooperativa calf, a la Universidad Nacional del Comahue (a docentes, no docentes y estudiantes) y a los especialistas de El Obrador Fotográfico, una institución que ofició de socia estratégica en la presente iniciativa.1
2La Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza, de acuerdo con cómo fue llamada por sus fundadores –una centena de vecinos de la ciudad que se organizaron bajo este modelo de la economía social buscando alternativas al servicio eléctrico oneroso y deficiente de la empresa anglo-argentina Usinas Unidas–, es la más antigua y de mayor tamaño de la Patagonia. La cooperativa, además de brindar el servicio eléctrico y de alumbrado público en Neuquén (el que continúa ininterrumpidamente hasta la actualidad), y teniendo en cuenta la acción solidaria que caracteriza a este tipo de organizaciones, fue ampliando su participación en la comunidad al incorporar los servicios de sepelios, telefonía, servicio asistencial, internet y capacitación en oficios;2 de igual manera, desde el año 1979, se ocupaba de la edición de una revista de distribución gratuita al alcance de sus socios. La misma acompañaba la factura de pago del servicio que llegaba a todos los hogares de la ciudad que contaran con un medidor de energía eléctrica, además de circular por instituciones educativas, bibliotecas y diversas dependencias públicas. Se trataba de una publicación de unas 40 páginas, que contaba con una tirada de 35 000 ejemplares mensuales, se puede dimensionar la importancia de esta iniciativa editorial si se tiene en cuenta que realizó unas 120 entregas durante la década de 1980, ocupándose no solo de informar sobre las novedades institucionales y los valores del cooperativismo, sino también de dar cuenta de las problemáticas que marcaban la cotidianeidad de sus asociados, con una marcada impronta barrial. En ese mismo sentido es que se crea en el año 1987, a partir de un convenio con la Universidad Nacional del Comahue, la Radio Universidad-calf (103.7 fm), institución que dio voz a distintos actores y cubrió los principales conflictos sociales de la región, tarea que continúa en la actualidad.
3A partir de la labor periodística de la revista, la institución ha ido acumulando un importante número de fotografías que acompañaban los informes, reportajes y entrevistas, aunque estas no habían sido archivadas de modo tal que pudieran ser consultadas, ni que se evitara su deterioro. Es por ello que, una vez en contacto con las fotografías y motivados por el interés común de su conservación y aprovechamiento, surgió una iniciativa de extensión universitaria que, por medio de la acción conjunta y voluntaria de miembros de organizaciones de la comunidad, estudiantes y docentes universitarios, propició la puesta en valor de esta colección que –dado su volumen, variedad de temas y periodo abordado– es única en el ámbito regional. El objetivo fundamental del proyecto estuvo dado, entonces, por la voluntad de rescatar esas fotografías del olvido y transformarlas en patrimonio cultural de interés público o, lo que es igual, generar buenas condiciones de conservación y permitir su aprovechamiento en tanto bienes portadores de identidad e historia (Benhamou, 2014).
8. 2. El Neuquén de los ochenta y el papel de La Revista de calf dentro del campo periodístico local
4Las fotografías provenientes del sector prensa de la Cooperativa calf constituyen un registro valioso sobre el proceso de expansión urbana y social de Neuquén a lo largo de la década de 1980. Retratan, desde diferentes puntos geográficos de la ciudad, las singularidades de estas transformaciones caracterizadas por el aumento exponencial de la población y su reflejo en el espacio, a partir del desarrollo de la planta urbana y de la infraestructura. De igual manera, expresan otra realidad de este tiempo: que el acondicionamiento de desagües, la construcción de redes cloacales, el acceso a las redes de agua potable y a otras mejoras no alcanzaban con la misma intensidad al conjunto urbano. En los asentamientos que se abrían paso en la periferia, el agua era obtenida a partir de canillas que no siempre funcionaban y de las periódicas visitas de un camión cisterna dispuesto por la Municipalidad, y el transporte público, cuando funcionaba bien, tenía un costo muy alto y difícil de afrontar (Perren, 2010). En el Neuquén de los ochenta comienzan a prefigurarse las características de la estructura socioespacial de la ciudad, que asume en la segregación residencial socioeconómica uno de sus rasgos distintivos. Expresión de este fenómeno es, por caso, el marcado contraste entre un área central –en la que se concentran las actividades comerciales y administrativas, así como la riqueza– y su contrapartida, la periferia –que evidencia la formación de un particular tipo de enclave de pobreza: los asentamientos o, como los inmortalizó la prensa de la época, las villas de emergencia.
5El cambio más significativo de este periodo está relacionado, sin lugar a dudas, con el aumento exponencial de su población, que prácticamente se duplica al pasar de 90 000 habitantes en 1980, a cerca de 170 000 para 1991. Es posible explicar este fenómeno a partir de dos variables: un incremento vegetativo que se mantuvo entre los más altos de la Argentina, en virtud de la implementación de un plan de salud que logra morigerar la tasa de mortandad infantil (Taranda, Perren, Mases, Galucci y Casullo, 2009), y un importante aporte migratorio que posicionó a Neuquén como una de las áreas de mayor recepción durante la segunda mitad del siglo xx. Siguiendo a Joaquín Perren (2010), es posible recuperar las notas distintivas de este notable desplazamiento poblacional, de acuerdo con las características de los recién llegados: se trató principalmente de una población en edad fértil, por lo que, durante la década del ochenta, prácticamente el 40 % de la población tenía menos de 14 años. Con respecto a la composición por origen de la población, destaca la importancia de las migraciones desde diferentes provincias del país como Buenos Aires y Capital Federal, Córdoba y Mendoza. Asimismo, un segundo grupo lo constituyen los migrantes intraprovinciales, particularmente los del norte neuquino (provenientes del Departamento Minas, Ñorquín y Pehuenches), que representaban un sexto de la población. Como tercer afluente del despegue demográfico se encuentran quienes provenían de la ix Región chilena, cuya participación se estima en un 10 % de la población total (Muñoz, 2005 y Perren, 2009).
6Una mirada sobre la estructura económica de la provincia de Neuquén ofrece las pistas necesarias para explicar las transformaciones demográficas mencionadas. Para la década del ochenta ya había tomado forma un perfil económico signado por la provisión de energía derivada principalmente de la explotación de hidrocarburos (Favaro, 2005); al mismo tiempo, esta modalidad de crecimiento implicó la expansión de una amplia gama de actividades, entre las que se destacaban la construcción y la prestación de servicios. También creció el Estado provincial, lo que hizo –junto con el despegue del comercio, la industria y las finanzas– que los asalariados representaran las tres cuartas partes de la población económicamente activa durante el decenio de 1980 (Perren, 2010). Las expectativas de empleo actuaron como un imán para la migración, aunque las políticas estatales de construcción de viviendas no se acomodaron lo suficientemente rápido a la explosión demográfica, lo que generó un aumento de la demanda que propició la suba de los valores de los alquileres.
7Las tensiones y contradicciones propias de aquel crecimiento dispar eran retomadas y desarrolladas por la prensa del Alto Valle de fines de la década del 70 y comienzos de los 80 desde distintos enfoques, y a partir de diferentes líneas editoriales que los medios trazaban, de acuerdo con su vinculación con los diversos protagonistas de la vida política. Aunque una caracterización del campo periodístico local excede a las preocupaciones de este trabajo, resulta interesante realizar un contrapunto entre La Revista de calf y Río Negro (el periódico de mayor tirada en la región), marcando las significativas diferencias a la hora de abordar las problemáticas que preocupaban a los valletanos, de acuerdo con la afirmación de Mario Arias Bucciarelli:
Como productores y mediadores culturales en la política y su relación o distancia con los aparatos estatales o partidarios, los medios intervienen en el campo de poder, difundiendo y tematizando núcleos ideológicos a través de una serie de argumentaciones/valoraciones con la pretensión de incidir en la formación y transformación de las creencias y los modos de imaginar la sociedad ideal a la que aspiran. (2009, p. 9)
8A pesar de ser editado en la ciudad rionegrina de General Roca, Río Negro constituye una referencia ineludible de la prensa neuquina y de la Norpatagonia, ya que es el matutino de mayor circulación y el único que registra una salida ininterrumpida desde el año 1912. De igual manera, el paso del tiempo aparejó un cambio de perfil por el cual pasó de empresa editorial a ser uno de los multimedios más poderosos del interior del país. A comienzos de la década de 1980 –en el ocaso de la dictadura militar más sangrienta de la historia nacional– tenía un perfil de informativo más que de periodismo de explicación. Incluso cuando aceptamos que una línea editorial se manifiesta desde la selección misma de contenidos, resulta llamativa la ausencia de una opinión explícita sobre los temas de actualidad. De acuerdo con Juan Carlos Bergonzi y otros (2004), las temáticas abordadas y la redacción periodística de Río Negro privilegiaban las noticias internacionales sobre las nacionales y regionales, a pesar de tener al valle del Río Negro y Neuquén como zona de influencia. De igual modo, el análisis comparativo de los títulos de tapa les permite afirmar que predominaba el estilo «estrictamente informativo, aséptico y lejano» (2004, p. 85), en detrimento de un periodismo de explicación que ya había dado sus primeros pasos algunas décadas atrás. En la misma dirección, Arias Bucciarelli (2009) encuentra que, en el contexto de la restauración de la democracia, Río Negro prioriza la esfera de la sociedad política y una noción procedimental de la misma, que se expresa a través de la apelación recurrente a ideas que refieren a la normalización institucional, el pluralismo, la liberal y la búsqueda de consensos. Es decir, una mirada que prioriza la concepción liberal de la ciudadanía y la vida democrática.
9Por el contrario, La Revista de calf se erige como uno de los medios que manifiesta las preocupaciones de la sociedad civil, a partir de una perspectiva que explicita el origen complejo de los antagonismos sociales y propone una visión más sustantiva de la democracia, en la que «están presentes las intencionalidades y proyecciones que animan las luchas de los actores colectivos» (Arias Bucciarelli, 2009, p. 12). En este caso, la mirada que nos propone tiene como protagonistas a los vecinos, mientras que el foco está puesto en la denuncia de las carencias y necesidades cotidianas de la periferia neuquina. Es decir, se centra en las desigualdades manifiestas en el espacio urbano, y en la posibilidad de que el reclamo derive en una construcción de sociabilidad política alternativa en la que prime el compromiso, la solidaridad y el contenido ético de las acciones. En tal sentido, merece la pena destacar el origen de esta iniciativa editorial a fines de la década de 1970, como expresión de una participación política que estaba comenzando a reactivarse. Su primer director es Pascual Rodríguez, un excura obrero de alto protagonismo en las huelgas de El Chocón en 1969 (Quintar, 1998), dato que funciona como puntapié inicial para pensar en la imagen de un periodismo militante en la transición democrática.
10En el contexto de los últimos años del gobierno de dictadura militar, e incluso antes de la rehabilitación de los partidos políticos, en Neuquén recobraban fuerza las corrientes militantes que habían dado cuerpo a la dinámica política de los tempranos setenta –la izquierda, el cristianismo, el peronismo de izquierda, la renovación radical– y que habían protagonizado conflictos obreros como el Choconazo o las movilizaciones por la nacionalización de la Universidad del Neuquén, resistiendo la intervención de Remus Tetu (Zambón, 2008; Echenique, 2000). A la presencia de estas organizaciones se sumarían luego los grupos originados como fruto de la resistencia local al terrorismo de Estado: en mayo de 1976 se crea en la ciudad la primera delegación del interior de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, luego, la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos y la Delegación Neuquén de Madres de Plaza de Mayo, conformada en los dos años siguientes (Azconegui, 2014). Este amplio abanico de la militancia progresista de la ciudad tenía, además, una serie de elementos en común: el rechazo a la dictadura militar, la aspiración a una democracia con alto contenido social y un dispar grado de oposición al Movimiento Popular Neuquino (mpn), partido provincial que había comenzado a establecer su hegemonía con el triunfo ante su partido de origen, el peronismo, en las elecciones del año 1973.
11Con ese telón de fondo, La Revista de calf se posicionó como un producto periodístico de contenido social que, en sus primeros años de vida, tenía la intención de comunicar e informar sobre cuestiones institucionales (por ejemplo, cambios de autoridades, instalación de nuevos medidores, avisos de cortes programados), aunque también recogía las preocupaciones y reclamos de un cuerpo de delegados vecinales representantes de los asociados, elegidos por distrito, que periódicamente se reunían en sus asambleas. Es decir,las inquietudes y los problemas de los barrios marcaban la agenda y las temáticas sobre las cuales versaba cada edición. Más adelante nos referiremos a cómo ese carácter se expresa a través de las fotografías que forman parte de la labor periodística de esta publicación.
8. 3. Aspectos metodológicos: principios archivísticos involucrados y complejidad del material abordado
12El acervo de material fotográfico de La Revista de calf consta de 516 imágenes que retratan distintos puntos geográficos, así como diferentes problemáticas de la ciudad de Neuquén. Precisamente, por tratarse de fotografías, su abordaje supuso un desafío adicional para el equipo de trabajo, en tanto su utilización como fuente histórica implica técnicas y métodos diferentes a los que se utilizan habitualmente en la labor con documentos escritos. No en vano, Ivan Gaskell sostiene que:
Aunque el material de fuentes utilizado por los historiadores es de muchos tipos, su preparación les lleva, por lo general, a sentirse mucho más cómodos con los documentos escritos. En consecuencia, suelen estar mal adaptados para tratar el material visual y muchos de ellos utilizan las imágenes de forma meramente ilustrativa, pudiendo parecer ingenuos, triviales o ignorantes a los profesionales que se ocupan de cuestiones visuales. (1999, p. 209)
13De todos modos, y al mismo tiempo, el trabajo con fotografías significó también una posibilidad explicativa novedosa, si tenemos en cuenta que en el lapso de la última década se ha acentuado una tendencia respecto del uso de las imágenes, principalmente fotográficas y fílmicas, en las investigaciones en ciencias sociales. Tal como señala Nicholas Mirzoeff, «ahora la experiencia humana es más visual y está más visualizada que antes» (2003, p. 17), por lo que resulta imposible no reconocer el valor de la imagen como estrategia comunicativa por excelencia en la actualidad. De allí la importancia de aprovechar esta potencialidad de la imagen en interacción con otros medios semióticos para contribuir, en conjunto, a ofrecer una mirada que dé cuenta de un proceso de construcción colectiva de la vida urbana neuquina.
14Respecto a los retos que el trabajo con la colección planteaba, vale la pena mencionar las decisiones teórico-metodológicas tomadas sobre la fotografía, en general, y sobre su análisis como fuente histórica, en particular. En tal sentido, en primer lugar, nos inclinamos por un concepto de fotografía en los términos que propone William John Thomas Mitchell (2002): como objeto concreto, con sus soportes, materiales, factura específica, y que constituye un acto de representación deliberado, es decir, no como mera ilustración que acompaña a un texto o una explicación, sino como lenguaje. Consideramos que existen en las fotografías elementos retóricos que funcionan como mensaje, a partir de lo cual resulta posible abordarlas como fuente, pero no por eso podemos analizarlas como un signo icónico suelto; se trata, en cambio, de una práctica social que se apoya en esa representación icónica. Precisamente, es en tanto práctica social que se inscribe en una red de relaciones que le dan sentido y que ayudan a entender eso que produce cierta imagen:
Lo que aquella [fotografía] produce en mí es lo contrario mismo del entorpecimiento; es más bien una agitación interna, una fiesta, o también una actividad, la presión de lo indecible que quiere ser dicho. ¿Y entonces? ¿Es acaso interés? No, interés es demasiado poco; no tengo necesidad de interrogar mi emoción para enumerar las distintas razones que hacen interesarse por una foto; se puede: ya sea desear el objeto, el paisaje, el cuerpo que la foto representa; ya sea amar o haber amado el ser que nos muestra para que lo reconozcamos; ya sea asombrarse de lo que se ve en ella; ya sea admirar o discutir la técnica empleada por el fotógrafo, etcétera; pero todos esos intereses son flojos, heterogéneos; tal foto puede satisfacer uno de ellos e interesarme débilmente; y si tal otra me interesa fuertemente, quisiera saber qué es lo que en esa foto me hace vibrar. Asimismo, me parecería que la palabra más adecuada para designar (provisionalmente) la atracción que determinadas fotos ejercen sobre mí era aventura. Tal foto me adviene, tal otra no. (Bourdieu, 2014, pp. 48-49)
15Tal como afirmara John Berger (1995), no podemos olvidar que la cámara fotográfica, el positivismo y la sociología crecieron juntos con el siglo xix y compartieron la creencia de que todo hecho observable y cuantificable ofrecería a los seres humanos un conocimiento total y transparente. De esta manera, una primera aproximación a las fotografías en cuestión también implicó tensionar concepciones arraigadas por las cuales se las consideraba como prueba tangible, infalible e innegable de algo que sucedió; valor testimonial de verdad con el que se carga a la imagen y que implica ignorar la subjetividad del fotógrafo y de las condiciones de producción, distribución y consumo del producto de su trabajo. Por el contrario, el objetivo del análisis de las fotografías es, precisamente, recuperar la intención de quienes las toman y de quienes las publican para poder utilizarlas entonces como documento, es decir, como forma de acceso al conocimiento de lo social.
16Por último, cabe destacar que también resultó necesario definir la noción de regímenes visuales –entendida como las configuraciones que hacen tanto a las visualidades (la organización del campo de la visión y la posición que ocupamos en él como espectadores) como a las visibilidades (el campo de lo visible y lo invisible, las imágenes que circulan y las que se marginan o prohíben)– y que contiene elementos éticos y estéticos, pero también políticos (Mitchell, 2002). De aquí la importancia de prestar atención a las reglas y herramientas para transmitir significados, es decir, a cuáles son los códigos visuales vigentes. A modo de ejemplo, pensando en las fotografías que forman parte de los informes periodísticos, es necesario considerar si quienes se encargaban de las tomas formaban parte del equipo estable de prensa o si trabajaban de manera independiente, si las locaciones se correspondían con los lugares sobre los que se escribía, si la labor estaba direccionada o si el fotógrafo tomaba todas las decisiones sobre el producto final de su trabajo.3
8. 4. Procesos involucrados en el tratamiento de las fotografías como fuentes históricas
17Motivados por el objetivo de conservación de las fotografías en cuestión –teniendo en cuenta el proceso continuo y natural de desgaste al que están expuestas con el paso del tiempo (son inestables por definición dada su composición y método de obtención)–, se llevaron adelante una serie de acciones tendientes a extender su esperanza de vida, así como también a permitir su correcta descripción y consulta a partir del formato digital, de fácil acceso. Con respecto a la metodología utilizada, cabe destacar la escasez de bibliografía nacional sobre el tratamiento de archivos fotográficos, por lo que se tomaron como referencia los lineamientos propuestos en la guía de procedimientos a cargo de Mark Roosa (2004), de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, documento editado en el marco del Programa Central de Preservación y Conservación de la Federación Internacional de Asociaciones Bibliotecarias e Institucionales (ifla) así como también las sugerencias del responsable del taller de fotografía El Obrador Fotográfico y del personal del Archivo Histórico Municipal de Neuquén. A partir de dichos aportes y teniendo en cuenta las condiciones del material fotográfico disponible, se determinaron siete procesos principales para el tratamiento de las imágenes –inventario y evaluación, selección y clasificación, digitalización, edición, catalogación, conservación física y difusión– que se detallarán a continuación.
8. 4. 1. Inventario y evaluación
18En primer lugar, y una vez que las fotografías fueron puestas a disposición del equipo de trabajo, se llevó adelante la identificación de la cantidad de imágenes, de los procesos fotográficos involucrados y del estado de conservación de cada una. Las fotografías se encontraban en la sede de la Cooperativa calf en buen estado general, aunque exigían el cuidado inmediato ya que estaban guardadas en cajas de cartón, sin que mediara ningún criterio de organización ni exhibición que hiciera posible su consulta ni que evitara, por ejemplo, la sustracción o pérdida de ejemplares. Afortunadamente, la mayor parte de las fotografías no reportaba deterioro causado por la exposición a humedad, a luz solar directa ni al polvo, mientras que los pocos casos de daño físico encontrados habían sido generados por la utilización inapropiada de cinta adhesiva o bien por la superposición que provoca que la emulsión fotográfica se descascare. Esto facilitó la puesta en valor de las fotografías seleccionadas sin exigir una restauración técnica, lo que hubiera sobrepasado la capacidad y los recursos disponibles de este equipo. En este punto, y como resultado de este primer diagnóstico, fue posible determinar que contábamos con un total de 1292 fotografías analógicas, impresas en soporte papel, al tiempo que se estableció que la prioridad debía estar enfocada en la digitalización y constitución de un archivo a partir de las mismas, para hacer posible su consulta y conservación.
8. 4. 2. Selección y clasificación general del material
19Una vez en conocimiento de las características del corpus de fotografías con las que trabajaríamos, pasamos a una segunda etapa orientada a una selección inicial del material relacionada con los criterios que orientaban el proyecto, lo cual requirió «parcelar la temática» (Lara López, 2005, p. 9) identificando situaciones, actores y espacios fotografiados, y recopilando, luego, solo aquellas fotografías que tenían como nexo común la representación del paisaje urbano y las problemáticas de la ciudad. De acuerdo a referencias –como su publicación en la revista, la presencia de alguna leyenda en el reverso o bien información en las imágenes que permitiera su datación (a partir del bagaje subjetivo que los miembros del equipo poseemos, por ser habitantes de distintas zonas y en diferentes momentos de la ciudad)–, fue posible establecer que las fotografías habían sido tomadas entre los años 1979 y 1994, aunque la mayoría corresponde a la década de 1980, mientras que las coordenadas espaciales están dadas por una mayor repetición de las tomas que testimonian la vida en los barrios, seguida en importancia por las representaciones del área centro. Este paso permitió la exclusión/inclusión del material fotográfico de acuerdo con su pertinencia, arrojando como resultado una primera selección de 516 ejemplares, sobre un total de 1292 que habían sido puestas a nuestra disposición.
8. 4. 3. Digitalización
20En tercer lugar, se procedió al escaneo de las fotografías seleccionadas y clasificadas para obtener una copia de seguridad de cada una de las imágenes y, al mismo tiempo, crear un archivo en soporte digital que permita – mediante la constitución de un sitio donde estén expuestas– democratizar el acceso a este patrimonio. En cuanto a los aspectos técnicos, esta etapa del proyecto se ajustó a las sugerencias y recomendaciones de los especialistas del taller El Obrador Fotográfico así como también a los consejos del personal del Archivo Histórico Municipal. Se utilizó un escáner de resolución fotográfica y se procedió teniendo especial cuidado en la configuración de este dispositivo, en función del tamaño de impresión de la imagen final y de la voluntad de no alterar el sentido de la toma original. Una vez escaneadas las fotografías, se crearon dos tipos de archivos de salida: uno en formato tiff (tagged image file format o formato de archivo de imagen con etiquetas, de acuerdo al significado de su sigla en inglés), que permite una compresión no destructiva de información y resulta adecuado para una posterior edición y optimización al medio específico de impresión; y otro en formato jpeg (joint photographic experts group o grupo conjunto de expertos en fotografía, según la denominación del comité creador de este estándar de compresión), que implica una compresión con pérdida de calidad pero permite un tamaño de archivo menor y resulta más apto para su posterior publicación en sitios web.
8. 4. 4. Edición
21La siguiente etapa fue la de edición de un conjunto de fotografías elegidas sobre el total de la primera selección general para ser expuestas más tarde. Esta acción consistió en el retoque o mejoramiento digital a partir de la cual resultó posible resaltar técnicamente la toma inicial, resolver limitaciones del procesado, teniendo en cuenta el origen de las imágenes, así como también unificar la escala de grises para tener un equilibrio en el flujo de trabajo. Este paso requirió de un especial cuidado en tanto se pretendía corregir marcas del paso del tiempo, pero sin que esta manipulación altere aspectos centrales de la toma, que hacen a la intención original, a la mirada con la que había sido producida la fotografía. A modo de ejemplo la figura 8. 1 presenta una fotografía original y su copia editada, respectivamente.
8. 4. 5. Catalogación
22Como se mencionó anteriormente, al momento de tomar contacto, las fotografías no se encontraban organizadas ni respondían a ningún criterio de ordenamiento, con lo cual, la tarea de catalogación implicó la selección de nomencladores para establecer una disposición de las fotografías dentro de las cajas archivadoras, así como también la creación de una base de datos a partir de una tabla de Excel que se constituyera en herramienta para la captura de la información relativa al archivo. La metodología seguida consistió en la creación de un índice de atributos espaciales, cronológicos y sociales que ocupaban las columnas de la tabla, de acuerdo con la información que resultaba pertinente resaltar y las situaciones cuyo peso representativo interesaba ponderar. A partir de allí, se asignó un número de folio a cada fotografía y se las incorporó una a una en las filas del cuadro, propiciando el cruzamiento de las mismas con las propiedades anteriormente enumeradas. Las fotografías fueron analizadas respecto a la información que la propia imagen ofrecía –dando lugar a la caracterización del lugar, el tema representado e incluso el tono (descripción o denuncia)–, pero también teniendo en cuenta los datos presentes en el reverso, tales como descripciones de fechas, actividades o ubicación en la edición impresa de la revista. Tomando esa referencia se cargó cada una en una base de datos que analiza toda la colección, de manera tal que resulte fácil recuperarlas o agilizar una búsqueda identificando imágenes específicas. Así, se cumplió con uno de los objetivos del proyecto, por el cual se establecía la intención de crear un archivo accesible, bien indexado y con referencias cruzadas.
8. 4. 6. Conservación física
23Una vez cumplidas las etapas anteriores, el grupo de trabajo a cargo del proyecto de extensión acordó el archivo –propiamente dicho– de las fotografías, mejorando las condiciones de guardado y de acceso al material. Las fotografías originales fueron dispuestas en sobres individuales de polipropileno de baja densidad numerados y foliados y se les destinó como soporte contenedor dos cajas con el respectivo sello del proyecto. De igual manera, las copias digitales fueron archivadas en discos compactos que contenían además la información catalogada en las matrices de Excel. Concluye así el trabajo con las fotografías en soporte físico, por lo que estas pueden ser devueltas a la Cooperativa calf para que, en el futuro, se encargue de su custodia.
8. 4. 7. Difusión
24En este punto –y luego de finalizar las tareas de evaluación, selección, digitalización, edición, catalogación y disposición del material fotográfico– llegó el tiempo de la difusión del trabajo realizado. Con este propósito se organizó una exposición de aquellas fotografías que fueron seleccionadas como las más representativas de la colección y fueron mejoradas digitalmente para permitir su ampliación en un tamaño varias veces mayor al original. Un primer grupo de imágenes se exhibió en las instalaciones de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Nacional del Comahue; mientras que se preparó una segunda selección para ser expuesta en el mes de septiembre en dependencias de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Neuquén, con motivo del aniversario de la ciudad. Asimismo, la labor del equipo de investigación/extensión fue retratada por los dos periódicos de mayor tirada de la región, colaborando con la divulgación del trabajo de recuperación y conservación, y de la existencia misma de estas fotografías tan significativas para quienes habitamos este centro urbano.
8. 5. Dimensiones de análisis a partir del material fotográfico de La Revista de calf
25La elaboración de una base de datos permitió no solo el almacenamiento de información, sino también la medición de cuántas veces aparecían representados los atributos que habíamos definido para cada una de las imágenes a partir de la incorporación de una columna de temas a la tabla. En esta desglosamos el hábitat como categoría de análisis, es decir, aquellos factores físicos y geográficos que inciden en el desarrollo de los individuos y de la población, siguiendo la propuesta de Guillermo Velázquez (2007), a partir de la cual incorporamos los siguientes indicadores: provisión de agua, desagües, basura, espacios verdes, transportes, tránsito, vivienda, marginalidad, instituciones, recreación, sociabilidad, alumbrado, electricidad, gas de red, inundabilidad, pavimento, panorámicas, otras. Este ejercicio arrojó datos interesantes, que dieron lugar a las primeras definiciones sobre lo que dimos en llamar la particular mirada de la cámara de calf. Sobre un total de 516 fotografías analizadas, encontramos que prácticamente la mitad (el 47 %) son tomas realizadas en la periferia de la ciudad, mientras que un 18 % son del primer cordón y el 35 % restante, sobre el área centro.
26Para reforzar este punto, y a modo de evidencia de esta concepción de espacio y de lo social, encontramos dos artículos periodísticos de mediados de los ochenta que se referían precisamente a los cambios que, por aquel entonces, estaba experimentando la ciudad. El primero de ellos presentaba la imagen de un Neuquén que avanzaba velozmente hacia la modernidad y le daba voz a un funcionario provincial que sostenía, lleno de confianza, que el proyecto de reorganización del área central –que estaba presentando– iba a «arrastrar la ciudad al futuro» asemejándola a cualquier urbe del primer mundo, obsesión de pertenencia que ha recorrido la historia urbana de Neuquén (Un nuevo corazón para una ciudad ahogada, 1985, p. 6). El segundo, de tono bastante menos optimista, llamaba la atención sobre la falta de planificación del proceso de urbanización de la localidad y sobre las escasas posibilidades de los habitantes de menores recursos para hacerse de una vivienda digna. Con una evidente connotación de denuncia, titulaba esta nota de tapa: «Esto también es Neuquén» (1986, p. 1), y daba cuenta en un informe especial de la necesidad de los sectores populares de «refugiarse en la periferia en situaciones irregulares» y habitar «precarias construcciones de chapas, madera o cualquier otro material que los salve de la intemperie» (Informe especial: villas de emergencia, 1986, pp. 4-5).
27Esta percepción, desde la cual escriben y fotografían en La Revista de calf, se corresponde en la realidad con los datos estadísticos con los que contamos para la época. Es decir, que no es equivocada esta concepción de que la ciudad se organiza a partir de la relación centro-periferia –está demostrado empíricamente que es en el primero donde se concentra la riqueza– y que la apropiación del suelo de esa área como mercancía explica su estructuración socioespacial particular. Sin embargo, y más allá de esta lectura atinada, es posible encontrar en las fotografías algunas valoraciones sobre estos indicadores, que dan cuenta de una línea editorial, y de trabajo, particular. Enmarcada en esa dicotomía centro-barrios, tal como puede apreciarse en las figuras 8. 3 y 8. 4, encontramos en las imágenes una mirada particular sobre los últimos. Ante todo, se destaca el lugar que se le da en la revista a los barrios del oeste capitalino –ya que son mayoritariamente representados en las notas, tal vez, debido a su peso específico real en cuanto a concentración de población y al nivel socioeconómico de la misma–, así como a los asentamientos o villas de emergencia –menos representativos estadísticamente, pero muestra cabal de las disparidades de Neuquén.
28Otra de las conclusiones que arrojó la ponderación de la distribución temática tiene que ver con que el 40 % de las fotografías remiten al hábitat, dentro de esta gran categoría se encuentran subsumidas algunas problemáticas representadas con mucha frecuencia como la falta de vivienda, los desagües y la provisión de agua, y el problema de la basura, en orden de importancia, tal como ilustran las figuras 8. 5 y 8. 6. De la misma manera, establecimos que poco más de la mitad de las imágenes tiene un carácter y una pretensión explícita de denunciar las realidades sobre las que versan las notas (un 51,91 %, sobre un 48,09 % de fotografías descriptivas), por ejemplo, en la medida en que aparece con claridad la distinción entre figura y fondo; cuando las notas son sobre las dificultades de acceder al agua o las condiciones precarias de construcción, la imagen nos lleva inmediatamente a eso que se intenta poner en primer plano: una canilla que apenas gotea (figura 8. 5) o una familia sentada frente a una casilla de chapas y maderas.
29Por último, podemos decir que está presente cierta voluntad de estetización en estas muestras de la pobreza –como es posible observar en las figuras 8. 7 y 8. 8–, lo cual nos pone frente al problema de determinar si esta búsqueda de belleza objeta el mensaje moral, es decir, si se convierte en un obstáculo para la denuncia o –tal como lo enuncia Lourdes Grobet (1981)– la cuestión es definir si este tipo de imágenes son propiamente de denuncia o son folclóricas. Lo que esta fotógrafa propone es que, cuando un cuadro de miseria nos rodea, lo que hace la diferencia es la actitud de quien realiza la toma mientras se enfrenta a ella. Por un lado, una de las reacciones puede ser descripta como folclorismo, en tanto aparece la compasión como válvula inútil de escape que empuja al fotógrafo a localizar lo estéticamente retratable entre los miserables, dando como resultado imágenes que no movilizan ni favorecen la comprensión de las condiciones que generan la explotación y la pobreza. En el otro extremo del arco, también es posible que las fotografías cumplan una acción liberadora al unirse un productor de imágenes responsable a la causa de los miserables, comprometiéndose políticamente a lograr una foto de denuncia documental (Grobet, 1981).
30En relación con lo anterior, a partir de entrevistas realizadas a miembros del sector prensa de la cooperativa, una de las cuestiones que se desprende es que el fotógrafo del período que nos interesa no era profesional, sino que se trataba de un empleado de la cooperativa que tenía cierta afinidad con la fotografía y a quien se le asignaba la tarea. No se trata, entonces, de fotografías de autor ni de una búsqueda por adjudicarse los créditos de una obra con calidad estética. De hecho, las fotografías no tienen referencias (salvo escasas excepciones) y no indican en ningún caso quién las tomó, sino que a esa información arribamos cuando las ubicamos en alguna nota y podemos datarla. Asimismo, frente a la consulta por las condiciones en las que se hacían las tomas, encontramos que el equipo de prensa determinaba un tema a trabajar y que los periodistas salían luego a los barrios a hacer entrevistas acompañados por el fotógrafo, quien participaba de las notas y luego retrataba lo que consideraba más significativo, sin mayores lineamientos o direcciones en su trabajo. También circula con fuerza, a lo largo de la charla, la idea de una tarea hecha con amor y de un posicionamiento claro de acusación y enfrentamiento al partido provincial hegemónico por parte de un equipo de trabajo que tenía una ideología en común.
31Por otro lado, cuando observamos el circuito en el que se consumen estas imágenes, reconocemos que las mismas no circulan en el ámbito artístico, en exposiciones o en libros. Su destino era orientar la lectura de notas periodísticas y, fueran publicadas o no, no recorrían otro camino fuera del sector de prensa de la Cooperativa calf. Tampoco se trataba de una revista que se comprara en los kioscos, sino que llegaba a los hogares, junto con las facturas de pago del servicio eléctrico, en cada rincón de la ciudad donde los vecinos tuvieran un medidor de energía. Además, el punto de partida de los artículos que dan lugar a las fotografías era, precisamente, la acción cooperativa de calf, sus asambleas con los representantes de los socios/vecinos. Es decir, se trataba de una publicación con una orientación social, preocupada por lo que percibían como problemas propios de un crecimiento urbano desordenado y desigual.
32Los valores detrás de las fotografías de las que venimos hablando son claros y se refuerzan cuando las analizamos en conjunto con el texto al que acompañan: el oeste neuquino como reservorio de dignidad frente a un Estado que olvida. Es una mirada que no está exenta de cierto paternalismo, aunque no por ello deba ser considerada folclórica. Buscaba sensibilizar, pero sin dejar de intentar explicaciones y de poner en evidencia la miseria y sus orígenes.
8. 6. Conclusión
33Ante la escasez de experiencias de acciones sistemáticas dirigidas a la recuperación de colecciones fotográficas en la ciudad de Neuquén, el proyecto de extensión «La ciudad en foco: Neuquén vista por la cámara de La Revista de calf» constituyó una iniciativa a partir de la cual se catalogaron, conservaron y digitalizaron más de 500 fotografías que reflejan los cambios propios de un tiempo de expansión social y urbana con el objetivo de volverlas disponibles, ya que no veían la luz hace más de dos décadas. De este modo, las fotografías pasaron a conformar un archivo organizado y con buenas condiciones de conservación que permiten extender su vida útil y ponerlas a disposición para futuras consultas. Asimismo, la creación de una copia digital de cada una de las imágenes provee un reaseguro a esta disponibilidad en el tiempo, así como también posibilita que su difusión tome otra dimensión, si se constituye un sitio donde estas puedan ser consultadas vía internet.
34El trabajo realizado inaugura también una senda para la construcción de catálogos de fotografías históricas en la zona, en la medida en que la labor del equipo tuvo la intencionalidad de ofrecer un modelo metodológico, contrastable y susceptible de mejoras a partir de nuevas iniciativas. Precisamente, en tal sentido es que este recorrido finaliza con el planteo de los desafíos de cara al futuro, particularmente en lo que respecta a la creación de archivos y repositorios fotográficos digitales en línea. Entendemos que allí debe radicar el esfuerzo, dado que este medio permite potencialmente un acceso mayor a los documentos que buscamos divulgar, permitiendo que se transformen en herramienta para investigadores sociales, funcionarios encargados de diseñar políticas públicas y ciudadanos de a pie.
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Notes de bas de page
1 El origen de la experiencia se remonta al relevamiento de fuentes realizado dentro del marco del proyecto de investigación «Segregación residencial en las ciudades intermedias argentinas. El caso de Neuquén (1980-2001)», cuya dirección estuvo a cargo del Dr. Joaquín Perren.
2 Para una historia de la Cooperativa calf se sugiere la consulta de http://www.cooperativacalf.com.ar/institucional/nuestra-historia/
3 Aunque pueda parecer una obviedad, no necesariamente lo es; ya que una práctica corriente de otros medios gráficos de la zona era (y sigue siendo) incluir en los artículos fotografías que formaban parte de un archivo de imágenes, con lo cual encontramos, por ejemplo, que una misma fotografía acompaña distintas publicaciones.
Auteur
Universidad Nacional del Comahue, Argentina.
Es profesora de Historia por la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Se desempeña como docente del área de Historia Económica de la Facultad de Economía y Administración de la UNCo. Realiza su Doctorado en Historia en la misma casa de estudios. Es becaria de iniciación en investigación del proyecto «Segregación residencial en las ciudades intermedias argentinas. El caso de Neuquén (1991-2001)».
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