Capítulo 6. La victimización en las ciudades intermedias. El caso de Cipolletti (2013-2016)
p. 189-208
Texte intégral
6. 1. Introducción
1En las últimas dos décadas se han hecho cada vez más presentes en la esfera pública de Occidente los temas relacionados a la seguridad ciudadana hasta ocupar hoy una sostenida, y muchas veces frenética, presencia mediática. De todos modos, su innegable actualidad e impacto no siempre (en realidad, casi nunca) generaron la posibilidad de constituir una discusión amplia y profunda sobre el tema. Más bien lo que se instaló es una preocupación estridente sobre su opuesto, la inseguridad: temática difusa que apalancó un imaginario social sobre la ciudad como un territorio de amenazas y temores permanentes (Huertas Diaz y otros, 2011). Así, las calles, en las narrativas sobre la seguridad, dejaron de ser un lugar de encuentro social y se transformaron en vitrinas del horror, según la impactante idea de Rodríguez Alzueta (2014). Frente a toda esta perturbadora manera de adentrarse en los temas de la seguridad ciudadana, por momentos, solo parece quedar lugar para la obsesión securitaria o la demagogia punitivista.
2Poder salir del laberinto de aquella agenda amarillista es, sin dudas, una deuda pendiente por parte de los Estados democráticos latinoamericanos (Dammert y otros, 2010, p. 6), los que se han involucrado en el campo desde una lógica mayormente oportunista, sin un horizonte de construcción de acciones integrales (Cuenca, 2012, p. 12). En cambio, los Estados, incluso los de sesgo progresista, han mostrado una larga serie de respuestas surgidas de cara a los casos resonantes que generaron picos de malestar en la sociedad (Kessler, 2009). De esta manera, la mayoría de los procesos de reformas penales y procesales se han visto muy condicionados por las lógicas melodramáticas de un debate público atravesado por una fuerte desconfianza sobre la eficacia de las agencias estatales (Seghezzo, 2010, p. 51).
3La idea de que las agencias, en general –y las de seguridad, en particular–, deben dar respuestas a problemas de los que cada vez saben menos viene, en nuestro país, desde, mínimo, la crisis del 2001 (Casullo, 2015). Sin embargo, hay que anotarlo, el fenómeno lejos está de circunscribirse a la realidad nacional y a la crisis de representación de la sociedad política acaecida en los tempranos 2000. La insatisfacción con la actividad de los sistemas penales es un fenómeno muy propio de la modernidad tardía y no se limita a nuestro país, ni siquiera a nuestro continente. Como bien mostró David Garland, aquel fenómeno es propio de toda la cultura occidental de las últimas décadas. Según Garland, en dicho período las sociedades occidentales naturalizaron el hecho de convivir con tasas de delito cada vez más altas y agencias estatales cada vez más incapaces para combatirlas (2005, p. 188). De esta manera, cada vez que se ha intentado abordar la temática con seriedad por los actores claves de la vida política, académica o comunitaria, las pasiones despertadas y el tratamiento en clave dramática han aparecido como un obstáculo insalvable. Para cualquier intento de pensar la situación colectivamente más allá del corto plazo y la tapa de los diarios, estarán muchas veces disponibles las etiquetas vergonzantes de sensación de inseguridad, garantista, abolicionista, puerta giratoria de las cárceles o el más local zaffaroniano.
4La conformación de un corpus de información pública sobre las cuestiones de la seguridad también estuvo y está atravesada por aquel contexto minado. Así, observamos también una desconfianza muy fuerte sobre los datos generados por las instituciones vinculadas a la seguridad (Honisch y Kosovsky, 2012, p. 114). Las acusaciones de ocultar bajo un manto de cientificismo y tecnocracia las reales preocupaciones de la gente de a pie se multiplican. Dicho clima de época, vale aclararlo, también se vio agravado por la falta de volumen del trabajo de las instituciones que deben producir los datos sobre estadística criminal. Este problema en la Argentina se vio con claridad en el 2008 con la discontinuidad de la publicación de estadística criminales (Rodríguez Games y Fernández, 2012, p. 18).
5Las cifras oficiales sobre la temática hoy casi nadie las cree: una verdadera tormenta perfecta que ha dado como resultado un clima de opinión tenso y litigioso (Morales, 2013). Más allá de que se han sofisticado (y se seguirán sofisticando) las metodologías de recolección de datos, la desconfianza parece agigantarse. Y, desde hace bastante tiempo, cualquier intento de monitorear las tendencias más objetivas y a largo plazo sobre la seguridad (e inseguridad) se ha visto fuertemente cuestionado (Aniyar de Castro, 1999; Pegoraro, 2003).
6Ahora bien, las ciencias sociales, en general –y las vinculadas a reflexionar sobre el delito, en particular–, tienen una tradición relevante en el uso de metodologías cuantitativas que no caduca con cada un boom mediático (Sozzo, 2003, p. 11). Todo lo contrario, ha sido intención permanente de muchos de quienes conforman el campo generar una base empírica sólida que aporte a la concreción de políticas públicas (Galvani y otros, 2010). Evidencia de esto es el avance casi explosivo, que se dio desde los 90 a nivel mundial, de diferentes observatorios y encuestas sobre seguridad ciudadana, con distintos niveles de desarrollo, pero todos orientados a la intervención pública de la labor académica en áreas referidas a la victimización y la percepción social sobre la seguridad (Aebi y Linde, 2010, p. 212). La Encuesta Internacional de Victimización (icvs, por sus siglas en inglés) es acaso una de las experiencias más sostenidas y destacables a nivel mundial. La icvs comenzó a funcionar en 1965, pero desde 1989 incorporó un número cada vez mayor de países involucrados. Podemos mencionar asimismo las encuestas de victimización de hogares e individuos (icvs, eu ics y estudios piloto para una encuesta europea), de comercios (icbs/iccs), de mujeres (ivaws) y de minorías étnicas (eu-midis), y los Eurobarómetros que incluyeron preguntas sobre victimizaciones. Para Aebi y Linde, tanto la icvs como las encuestas de victimización europeas dan testimonio del interés de la comunidad científica y de las autoridades políticas en disponer de un indicador comparativo de la delincuencia, que no sufra de los conocidos problemas de fiabilidad y validez de las estadísticas oficiales de la delincuencia (Aebi y Linde, 2010, p. 212).
7Es en aquel marco de crecimiento que queremos inscribir a la experiencia institucional que reseñaremos en este capítulo. Nos referimos específicamente al desarrollo por parte de docentes y alumnos de la Universidad Nacional de Río Negro (unrn) de una herramienta que permitiera la recolección, procesamiento y análisis de datos referidos a la victimización y percepción de la seguridad en la ciudad de Cipolletti. En el próximo apartado repasaremos los aspectos centrales de aquella experiencia, pero no en clave autolaudatoria sino como un caso que permita sopesar las vinculaciones entre instituciones de la sociedad civil y el Estado para poder avanzar sobre la cuestión de la seguridad. Luego, describiremos con detalle la herramienta generada a partir del trabajo entre las instituciones involucradas y finalmente compartiremos algunos resultados analíticos obtenidos.
6. 2. La unrn en Cipolletti: síntesis de una experiencia interinstitucional
8La Universidad Nacional de Río Negro, creada por la Ley 26.630 en diciembre de 2007, comenzó sus actividades en el año 2009. En su perfil fundacional, el despliegue territorial y la capacidad de intervención local resultaron activos centrales, reflejados en la aparición de muchas licenciaturas de carreras no tradicionales. La disposición de sus sedes y localizaciones se hizo entonces bajo el criterio de abarcar la mayor cantidad posible de localidades de la provincia de Río Negro (siguiendo sus particularidades regionales). Así, en 2011, empezó a funcionar la Localización Cipolletti inserta en la Sede Alto Valle-Valle Medio. En la misma, desde el comienzo se implementó el dictado de las licenciaturas en Criminología y Ciencias Forenses y en Seguridad Ciudadana (la primera, original; la segunda, replicada de una experiencia en la Sede Atlántica). Posteriormente, se añadió la Tecnicatura Universitaria en Seguridad Ciudadana (que estaba orientada a la formación de oficiales de la policía provincial y también había sido dictada primero en la ciudad de Viedma).
9Como señalamos antes, criminología, ciencias forenses y seguridad ciudadana no fueron disciplinas impulsadas desde una apuesta académica tradicional sino a partir del principio de aportar nuevos saberes a las comunidades locales. De hecho, las carreras se constituyeron a partir de una serie de pedidos de la comunidad local. En efecto, en los meses previos a la apertura de la localización en Cipolletti, sectores de la sociedad civil se reunieron con funcionarios de la unrn y les entregaron un pedido de alentar carreras de grado vinculadas a los temas de seguridad.1 Esto no debería resultar sorprendente, dado que la ciudad acumuló en su historia una serie de casos policiales resonantes que impulsaron una heterogénea participación ciudadana. De alguna manera, puede sostenerse que Cipolletti fue pionera sobre la temática en la provincia tras atravesar procesos muy traumáticos (por ejemplo, dos triples femicidios). Hay miembros de otros consejos de seguridad, como el de Viedma, que de hecho vinculan su propio surgimiento al impacto generado por el primer triple crimen de Cipolletti y la respuesta ciudadana que generó (Herrera, 2015, p. 87). En una comunidad que había atravesado los procesos criminales más complejos de la provincia, era evidente el interés que despertaba en los locales el área de la seguridad (y la socialización de sus saberes).2
10Las expectativas por parte de la comunidad local cuando comenzó el dictado de las carreras de grado eran muchas, pero no estaban exentas de la desconfianza basal que hemos descripto en el anterior apartado. Los prejuicios sobre la (in)seguridad también estuvieron –y están– presentes a la hora de vincularse con las nuevas disciplinas de la criminología, las ciencias forenses y la seguridad ciudadana. La vida académica de la unrn en Cipolletti comenzó así con un evidente impacto, pero fuertemente interpelada –y hasta casi monitoreada– por la sociedad local. Dicho vínculo por momentos epidérmico entre Universidad y comunidad fue generando contactos más o menos formales con el Consejo de Seguridad de Cipolletti (coseci) y otras instituciones intermedias.
11Bajo aquel marco contextual, comenzaron en el transcurso del año 2012 una serie de actividades de extensión para avanzar en la relación entre Universidad y sociedad civil más allá del dictado de una o más carreras. Producto de aquella inquietud nació el proyecto de extensión «Todos Seguros. Una propuesta de socialización de saberes sobre las ciencias forenses, criminológicas y de seguridad ciudadana». En el marco de la interacción entre la unrn y la comunidad generada con la puesta en marcha del proyecto de extensión, se hizo más orgánico el vínculo con el coseci. El Consejo de Seguridad local era (y es) una de las cajas de resonancia de los temas de la seguridad ciudadana en la ciudad (con todos los matices que surgen del caso). El coseci, una organización no gubernamental conformada por distintas instituciones intermedias (Rotary Club, Asociación Israelita, Cáritas, la Cámara de Comercio local, etcétera), se caracterizaba por su fuerte impronta local y de sectores medios (en una ciudad donde las comisiones vecinales como espacio de participación no han sido tan relevantes).
12La intención original del trabajo conjunto entre el coseci y los miembros del proyecto de extensión de la unrn se orientó a la construcción de espacios de capacitación y difusión. Sin embargo, a la brevedad se sumó una requisitoria propia de los miembros del coseci: la necesidad de crear una herramienta para la recolección de la información. En principio, no se planteaba como un interés meramente científico o académico (que, entendemos, fue un sendero que se abrió luego), sino desde una preocupación concreta de la comunidad. Se creó así la Encuesta de Victimización y Percepción de la Seguridad en Cipolletti (evipec).
13La evipec se llevó adelante por primera vez en diciembre del 2013 por un reducido equipo de la unrn liderado por dos profesores y diez alumnos que fueron los que realizaron el trabajo de campo. Para el procesamiento y carga de datos tan solo participaron activamente una alumna y una docente del área de estadística. Una modalidad de trabajo que se enmarcaba en una fase pionera en lo institucional, pero que implicaba cierto techo de cristal para el despliegue de la misma. Por eso mismo, es que el equipo comenzó a presentarse y a ganar distintos financiamientos tanto de extensión como de investigación. Con dichos fondos se adquirieron bienes y se financiaron becas, permitiendo ampliar el equipo de investigación. La evipec se ha convertido en un evento anual de la unrn nutriendo a diversos proyectos de trabajo social y de extensión de la propia casa de altos estudios. El coseci, a lo largo de los años que se llevó adelante la encuesta, participó activamente en la relación con otras instituciones y divulgación de resultados, pero sin formar parte del operativo de campo.
14En los apartados siguientes reseñaremos las posibilidades operativas que brinda un trabajo de vinculación interinstitucional como el descripto. En primer lugar, anotaremos otras experiencias de equipos de investigación abocados a la percepción del delito y, luego, desarrollaremos algunos resultados preliminares surgidos de nuestro propio trabajo.
6. 3. La importancia de las encuestas de victimización y percepción de la seguridad
15La construcción de las estadísticas criminales ha sido una tarea complicada para los estados modernos en todo el siglo xx (Sozzo, 2003, p. 13). Los registros administrativos de la criminalidad tuvieron siempre como primera limitante la dependencia de la voluntad de la víctima para denunciar su situación de victimización y, de esta manera, ingresar al registro estadístico policial o judicial. Esta situación continúa igual al día de la fecha: si el acto de denuncia no se sustancia efectivamente (y operan muchas cuestiones para que esto pase) y no se activan los procedimientos que implica una denuncia, el Estado no alcanza a anoticiarse demasiado sobre la situación. Es, casi con exclusividad, la definición y registro por parte de autoridades estatales lo que oficializa el hecho sufrido por una persona (Sozzo, 2003, p. 14). Las abismales diferencias entre los hechos y las denuncias es uno de los grandes problemas de la seguridad ciudadana en la actualidad.
16Por supuesto, son múltiples las causas del fenómeno de subregistro, el Manual para encuestas de victimización de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito intentó sintetizarlas (onudd, 2010). Según este, las personas no suelen denunciar, mayoritariamente, por los siguientes motivos: por no reconocerse como víctimas, por considerar que el daño fue irrelevante, por no tener confianza en las autoridades, por considerar una pérdida de tiempo tramitar la denuncia, por evitar ser sujetos de chantaje o por corrupción de las autoridades.
17Lo que debe quedar claro es que, si el proceder de la víctima se encuadra dentro de alguno de estos motivos, entonces los delitos, según Sozzo (2003), no son registrados, no son oficializados. Se da de esta manera una situación sistémica de subregistro de la estadística criminal y, por lo tanto, se vuelve difícil dimensionar las tasas reales del delito en una sociedad. Por supuesto, pensar posibles soluciones se hace más complejo y arrancan así los procesos casi seculares de desconfianza social en torno al tema: al no tener una fuerte tradición de uso por parte de agencias estatales, académicas o de organizaciones de la sociedad civil, las estadísticas criminales quedan presas de una puja permanente, muchas veces agravada en los años electorales (Quinteros, 2014).
18El problema de la ausencia de denuncias como fenómeno social sistémico ha sido denominado por la criminología como cifra negra u oculta de la criminalidad. Así, la cifra negra hace referencia a aquellos datos que no son registrados en las estadísticas oficiales que relevan las entidades policiales y judiciales (Zaffaroni, 1988, p. 190; Jiménez Ornelas, 2003, p. 194). Este problema ha sido abordado de diversas maneras, pero en general destacándose la intención de reducirlo como tal. Una alternativa es mejorar los procesos de toma de denuncia por parte de las agencias penales y policiales, aunque este es un proceso de largo aliento. En el entretanto, consideramos que la principal herramienta de medición del fenómeno de la delincuencia son las encuestas de victimización y percepción sobre seguridad pública, ya que estas analizan la perspectiva de la víctima y el delito en sí mismo, de manera que son complementarias a los registros administrativos (inegi, 2016).
19Como fuente estadística de conocimiento de la criminalidad, las encuestas de victimización surgen con el objetivo de iluminar algunos aspectos de la cifra negra del delito. Por otro lado, al igual que las estadísticas oficiales, los datos sobre victimización muestran un cuadro incompleto sobre algunos aspectos de la criminalidad, pues su diseño tampoco permite el conocimiento sobre la totalidad de los hechos ocurridos efectivamente. A continuación, se detallan algunos de los problemas, entre tantos, que puede tener una encuesta de victimización.
20En primer lugar, las encuestas a las personas son realizadas generalmente por desconocidos, en poco tiempo y en contextos poco distendidos (como un intervalo en los quehaceres domésticos o la salida o llegada del encuestado al hogar). Estas situaciones se suman al hecho de que se apela casi exclusivamente a la memoria del encuestado, y a su predisposición a contestar las preguntas, lo que plantea el siguiente problema: no puede referirse como victimización un hecho si el mismo encuestado desconoce que ha sido víctima de un delito. Entonces, a menudo, hechos como fraudes, estafas o los denominados delitos de cuello blanco no suelen ser reflejados de manera proporcional a su efectiva ocurrencia.
21En segundo término, juega un rol subjetivo la naturalidad con la que se desenvuelven las relaciones en determinadas comunidades. Si bien las amenazas o las lesiones son consideradas delitos por el ordenamiento jurídico, y habitualmente se incluyen en las preguntas sobre victimización, el contexto social puede hacer que el encuestado tenga naturalizados o no perciba estos actos y, por lo tanto, no los refiera por considerar que carecen de relevancia como tales.
22En tercer lugar, la escasa confianza que se puede depositar en un encuestador desconocido hace que cierto tipo de delitos no sean mencionados, como pueden ser aquellos casos de delitos intrafamiliares, con las agresiones sexuales como principal omisión.
23En cuarto lugar, se debe atender también al hecho de que muchas veces víctima y agresor conviven en el mismo barrio o, incluso, bajo el mismo techo, de manera que el temor puede producir también omisiones en cuanto al registro en las encuestas.
24La mayoría de este tipo de encuestas es producida por agencias de seguridad o por instituciones académicas públicas o privadas. La diferencia entre ambos tipos de mediciones del delito es el método de recolección de los datos. Las estadísticas reportadas por las agencias de seguridad obtienen los datos de los registros administrativos propios, a nivel acumulado o de microdatos. En contraste, las encuestas realizadas a las víctimas por instituciones académicas recogen información de las personas sobre sus experiencias de victimización a través de formularios, por lo general, estructurados. Para entender un poco más esta diferencia, debe apelarse a la historia misma de las encuestas de victimización, que a continuación describiremos brevemente.
6. 4. La historia de las encuestas de victimización y percepción de la seguridad
25Los primeros trabajos criminológicos en encuestas de victimización, en la década de 1930, se enfocaban en estudiar más a los agresores y menos a las víctimas. Dentro del gobierno, y en gran parte del debate público, la discusión del delito solía hacer uso de la evidencia de las estadísticas oficiales, principalmente aquellas recogidas por la policía. El interés gubernamental en trascender a sus propias fuentes administrativas y hacer encuestas a la población aumentó durante la Segunda Guerra Mundial.
26Durante la década de 1960, los criminólogos comenzaron a comprender las debilidades de las fuentes administrativas y buscaron métodos alternativos que pudieran ofrecer una descripción más precisa e informativa de los problemas delictivos. Las primeras encuestas de victimización se realizaron en las décadas de 1960 y 1970 y estaban diseñadas para examinar lo que se acabó llamando la cifra negra del delito, como hemos visto, los delitos que no se denunciaban o que no eran registrados por la policía.
27En el Reino Unido, la primera encuesta social gubernamental relacionada con el delito no ocurrió sino hasta 1972 tras un rápido y significativo aumento del estudio de la criminología durante la década anterior (Durrant, Thomas y Willcock, 1972). Sin embargo, otros países europeos también habían comenzado a explorar nuevas y mejores maneras para medir el delito por medio de entrevistas al público.
28Probablemente, la innovación más importante e influyente con respecto a las encuestas de victimización fue el lanzamiento, también en 1972, de la Encuesta Nacional sobre Delito (National Crime Victimization Survey, ncvs) en Estados Unidos, desarrollada a partir del trabajo realizado por el Centro Nacional de Investigación de Opinión de la Universidad de Chicago (National Opinion Research Center, norc) y la Comisión presidencial sobre el cumplimiento de la ley y la administración de justicia (President's Commission on Law Enforcement and Administration of Justice). El propósito de esta comisión fue investigar la naturaleza y las causas del delito en Estados Unidos y recomendar políticas para enfrentarlo.
29A medida que las encuestas de victimización fueron adoptadas más ampliamente en todo el mundo, también se hizo posible usarlas para estudios comparativos a nivel internacional. Sin embargo, el mayor problema con los estudios comparativos siguió siendo que existían diferencias en las definiciones del delito de un país a otro. El desarrollo de la ya mencionada icvs tenía la intención de atacar esta debilidad, convirtiéndose en una de las experiencias más sostenidas y destacables a nivel mundial. La misma comenzó a funcionar en 1965, pero desde 1989 incorporó un número cada vez mayor de países en desarrollo. En 2004, la onudd inició los trabajos para documentar las mejores prácticas a nivel internacional en esta materia, dando como resultado el Manual para encuestas de victimización de las Naciones Unidas. Este documento es el primer esfuerzo integral para desarrollar lineamientos metodológicos a nivel internacional en el diseño de encuestas de victimización. En dicho manual se contemplan prácticamente todas las etapas para llevar a cabo una encuesta de esta naturaleza, como planificación, aspectos metodológicos, consideraciones para realizar estimaciones de víctimas y delitos, diseño del cuestionario, aspectos relacionados con la aplicación de entrevistas, control de calidad, procesamiento de los datos, cálculo de estimaciones y difusión de resultados.
30En Latinoamérica, según datos de la onudd correspondientes al año 2010, se habían generado hasta ese momento 27 encuestas de victimización concentradas en 15 países, destacándose Brasil y Perú por el volumen de las mismas. En la Argentina, las primeras encuestas de victimización se llevaron adelante en 1992 en la ciudad de Buenos Aires que formó parte de la International Crime Victims Survey, la primera experiencia de carácter internacional iniciada en 1989 a iniciativa del Ministerio de Justicia de Holanda.
31Este antecedente muestra cómo, más allá de estar instalada la idea de cierto déficit en la materia, se realizan encuestas de este tipo desde hace ya varios años. Por ejemplo, desde 1995 la Dirección Nacional de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha realizado encuestas de victimización en la ciudad de Buenos Aires. En algunos casos, como en 1999 y 2002, se incluyó a otros grandes conglomerados de población como las provincias de Córdoba, Rosario y Mendoza. Y particularmente en el 2017, en el contexto del cambio de gestión, el Ministerio de Seguridad de la Nación, en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (indec), lanzó la Encuesta Nacional de Victimización (env, 2017) que se llevó a cabo de marzo a mayo en 23 provincias del país. Esta experiencia fue la primera realizada con el objetivo más explícito de generar un primer diagnóstico de alcance nacional sobre la seguridad pública. Desde luego que sus resultados y el impacto que estos generen deberán ser analizados a la luz de su carácter reciente.
32Luego de esta breve reseña de las principales experiencias a nivel continental, nacional y provincial de encuestas de victimización, entendemos importante describir la que nosotros comenzamos a realizar desde el 2013.
6. 5. La evipec
33La Encuesta de Victimización y Percepción de Seguridad frente al delito en Cipolletti (evipec) se inició en el año 2013. Su diseño tuvo como base un formulario de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (envipe) que lleva adelante el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (inegi) para evaluar la victimización y los aspectos de percepción de seguridad. La determinación de las categorías conceptuales se realizó partir de las recomendaciones del Manual para encuestas de victimización de las Naciones Unidas (onudd, 2010).
34La evipec se toma a partir de una entrevista personal con una duración aproximada de treinta minutos. En la primera parte se recolectan datos sociodemográficos, luego las secciones correspondientes a la percepción sobre el delito, la victimización y, finalmente, sobre desempeño institucional de las agencias estatales y de la Policía. De las secciones descriptas, se derivan doce categorías conceptuales (detalladas en la tabla 6.1).
35Con la organización de las secciones tal cual hemos descripto, la evipec no solo aborda la experiencia personal de los encuestados con el delito, sino que también representan una oportunidad para capturar las impresiones y expectativas de las personas sobre una gama más de cuestiones relacionadas con la seguridad.
36Es importante recordar que las encuestas de victimización realizadas a hogares miden exclusivamente delitos en contra de la propiedad y no son un instrumento apto para medición de otras formas de violencia contra las personas (como por ejemplo abuso). Como todo instrumento de medición de cualquier fenómeno, tienen un alcance acotado y esto debe tenerse en cuenta a la hora de pensar en su utilidad.
37El primer cuestionario en el año 2013 contó con un total 46 preguntas, pero, con el desarrollo del trabajo ulterior, aquel se fue ajustando tanto a las particularidades de la ciudad de Cipolletti como también a la aparición de nuevas formas de delitos en la agenda pública (por ejemplo, los secuestros virtuales) y nuevas tecnologías utilizadas para la seguridad personal. Bajo la idea de construir un cuestionario que reflejara de manera más ajustada la realidad local, el del año 2016 se conformó con 40 preguntas y el del 2017 tuvo 36. Este ajuste permitió realizar de manera más dinámica las entrevistas, factor clave para conseguir un mejor registro sobre percepciones.
38Compartiremos ahora algunos resultados preliminares surgidos del procesamiento de los datos obtenidos entre 2013 y 2016. En este capítulo, por motivos de espacio, nos concentraremos en la sección de Victimización de la evipec y dejamos para trabajos posteriores el análisis de los datos obtenidos tras el procesamiento de las secciones de Percepción sobre sobre el delito y Desempeño institucional. En dichos trabajos podremos avanzar en algunas hipótesis de trabajo sobre la percepción de la población de Cipolletti frente al delito, las medidas de prevención generadas y el funcionamiento de las instituciones, entre otros.
39El apartado de Victimización se enfoca en las experiencias de las personas que se constituyeron en víctimas de un delito. Mediante filtros se determinan las experiencias de victimización en el período de referencia y, posteriormente, el seguimiento. Asimismo, con varias de las preguntas de las otras secciones también se pretende captar detalles de aquellos delitos así como experiencias al momento de la denuncia.
Tabla 6. 1. Categorías conceptuales de la evipec
Tema | Categorías conceptual | Definiciones adoptadas para la EVIPEC | Preguntas del cuestionario |
Percepción sobre el delito | Sensación de seguridad en problemáticas generales | Es la impresión que tienen la población sobre la situación de seguridad en general construida con base en su experiencia personal y la vulnerabilidad que percibe | 1,2,3 |
Sensación de seguridad frente al delito | Es la impresión que tiene la población sobre la situación de seguridad construida con base en su experiencia personal y la vulnerabilidad que percibe de ser víctima del delito. Además de percibir el problema del delito se evaluó sus tendencias | 4,5,6 | |
Probabilidad de ser víctima de un delito | Identifica posibles causas que le preocupan al encuestado de la ocurrencia de ciertos tipos de delitos | 7,8 | |
Prevención y protección ante el delito | Identifica las repercusiones del temor al delito en forma de comportamientos o cambios de hábitos de las personas, así como las medidas adoptadas en los hogares para protegerse y prevenir el delito | 9,10,11,12 | |
Cohesión social | Identifica la capacidad organizativa de una comunidad para resolver problemas que les afecta. Es un elemento fundamental para que las comunidades consensuen sus propios controles y objetivos de bienestar social. De estos consensos puede o no ser participe la autoridad | 13 | |
Captación indirecta de delitos (medios de comunicación) | Es la impresión que tiene la población sobre la situación de inseguridad construida con base a variables externas, es decir no utilizando su experiencia personal. Influencias de los medios de comunicación | 14,15 | |
Desempeño institucional | Percepción del desempeño de las autoridades | Mide la percepción de la población, independientemente de si ha sido víctima del delito, sobre el trabajo y los resultados de las autoridades gubernamentales en general, y de seguridad pública y justicia en particular | 16,17 |
Victimización | Incidentes delictivos en residentes mayores de 16 años | Es la ocurrencia de un delito que afecta a todos las persona que reporta el delito | 18 |
Contexto de victimización | Se pregunta a los encuestados que han sido victima sobre los detalles e impacto del delito. Se busca ofrecer mayores detalles sobre el contexto del incidente | 19,20,21,22,23,24,25,26,27 | |
Aviso de denuncia a autoridades | Se determina si el delito declarado por el informante fue denunciado ante las autoridades y si se inició una averiguación previa. También se indaga sobre las razones por las que se hizo o no se hizo la denuncia | 28,29,30,31,32,33 | |
Experiencia al denunciar | Se indaga la manera en que la agencia de las autoridades se ocupó de la denuncia, ayuda recibida | 34 | |
Desempeño policial | Actitudes hacia la policía y el sistema de justicia penal | Mide la opinión de la población, independientemente de si ha sido victimad de un delito, sobre el servicio que debe proporcionar la policía y el funcionamiento del sistema de justicia para hacer valer la ley y castigar a los delincuentes | 35,56 |
40En lo que respecta a la metodología del muestreo, se realizó un estudio observacional y transversal en el que la población objeto fueron los residentes mayores de 16 años. Para ello, se considera como unidad de observación las manzanas declaradas en la Dirección de Desarrollo Urbano y Catastro de la ciudad, de las cuales se seleccionaron viviendas particulares y, dentro de cada vivienda, se seleccionó un hogar, hasta llegar a la persona para realizar la encuesta.
41Se utilizó un muestreo probabilístico, estratificado y aleatorio con el fin de garantizar una medición representativa de la realidad del área urbana del municipio de Cipolletti. En el primer año, al no contar con estudios similares en la zona ni un parámetro metodológico para seguir como línea de base en la selección de la muestra, se recurrió al muestreo aleatorio simple (mas), tomando en cuenta el 10 % de las manzanas declaradas en la oficina de catastro municipal para ese año. Como resultado, se tomaron encuestas en 90 manzanas y para garantizar la representatividad de cada manzana seleccionada, se realizaron tres encuestas por cada una de ellas, arrojando un total de 270 casos.
42A partir del 2014, el muestreo se realizó de manera aleatoria, pero considerando los 32 barrios declarados en la Dirección de Catastro como estratos para la selección de la muestra. Tomando en cuenta los resultados del 2013, se obtuvo un valor observado de la proporción estimada de delito, lo que permitió ajustar la muestra y calcular su tamaño para los años posteriores.
43Siguiendo esta metodología se determinó, como se puede ver en la figura 1, el tamaño de muestra y total de encuestas real para cada año.
44En los cuatro años consecutivos que presentamos la encuesta se ha podido calcular las proporciones de delitos observados, lo que nos permitió estimar intervalos de confianza para la proporción de delitos contra la propiedad con un nivel de confianza del 95 %. Para aplicar las proporciones estimadas de los intervalos de confianza de los delitos poblaciones para cada año, fue necesario calcular la población anual de los residentes mayores de 16 años de la ciudad de Cipolletti de cada uno de los años que se realizó la encuesta. Con ese propósito, se utilizaron datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (indec) de los años 2001 y 2010 y se construyó una tasa intercensal anual de crecimiento con un modelo geométrico.
45A continuación, se presentan los intervalos de confianza para estimar las tasas delictivas en porcentaje y cantidad de delitos contra la propiedad para cada uno de los años de medición de la encuesta, como también el porcentaje de la cifra negra detectada.
Tabla 6. 2. Estimación de delitos y cálculo de cifra negra según año
Año | Víctima de Delitos | Tasa Delictiva (%) | Cifra Negra (%) |
2013 | 10904 ± 2822 | 17 ± 4,48 | 64 |
2014 | 11844 ± 987 | 18 ± 1,6 | 52 |
2015 | 9423 ± 1715 | 13,96 ± 2,575 | 44 |
2016 | 11938 ± 1911 | 17,24 ± 2,806 | 45 |
46Como se puede observar, la reducción del intervalo de confianza del año 2014 respecto al 2013 se debe a que se modificó el tipo de muestreo con la finalidad de tener intervalos de confianza más pequeños, lo que impacta directamente en la precisión de la estimación de la tasa delictiva. Por otro lado, una vez ajustado el muestreo lo que se busca es aumentar el número de encuestas para obtener intervalos de confianza más acotados, lo que implica ganar en precisión de las estimaciones siempre y cuando se considere que el desvío estándar poblacional y el nivel de confianza (95 %) de los intervalos son relativamente fijos año a año.
47Ahora bien, intentaremos contrastar los datos que acabamos de describir con las estadísticas oficiales. Consideramos que con ese ejercicio es posible estimar preliminarmente la cifra negra u oculta de la ciudad. Al cuantificar las diferencias en volumen de los resultados de los registros policiales y judiciales y los que pueden recolectarse en una encuesta de victimización, una de las cosas que se busca es demostrar la utilidad y nivel de significación de las estadísticas oficiales de la ciudad. La idea no es adversar ambos resultados sino, justamente, que sean vistos de manera complementaria. Es válido resaltar que generalmente el origen de las fuentes de datos oficiales son registros administrativos de las instituciones policiales y judiciales que se transforman en estadísticas criminales.
48Siguiendo un informe interno proporcionado por la policía de Río Negro, calculamos la tasa delictiva por delitos de hurtos y robos con la misma población que utilizamos para el cálculo de las tasas delictivas arrojadas desde las encuestas (tabla 6.2)
Tabla 6. 3. Número de delitos conforme estadísticas oficiales
Año | Total de delitos | Población mayor a 16 años | Tasa delictiva |
2013 | 2945 | 64147 | 4.59% |
2014 | 2337 | 65805 | 3.55% |
2015 | 1920 | 67505 | 2.84% |
2016 | 1780 | 69250 | 2.57% |
Fuente: La elaboración de las tasas delictivas es de los autores a partir de informes de la Policía de Río Negro
49La figura 6.2 contrasta ambas tasas delictivas de las dos fuentes de información en los años de medición de la evipec.
50La tendencia que surge del análisis de los resultados de la evipec es constante, más allá del valle del año 2015. En cambio, los datos proporcionados por los registros policiales muestran una tendencia de disminución en las tasas registradas: ¿Cuáles son las causas para que se produzca este fenómeno?
51Una primera respuesta tentativa debe, sin dudas, estar vinculada a la necesidad de las agencias estatales de mostrar reducción en la tasa delictiva. El contraargumento de que la encuesta mide victimización, y que finalmente puede verse sesgada por los pánicos urbanos, se contrasta con la constante a lo largo de los años. En todo caso hay una situación basal de percepción sobre la seguridad que va más allá de los registros oficiales. Seguramente, con las próximas mediciones podamos reafirmar esta hipótesis y cruzarla con los datos del apartado de la Percepción de Seguridad.
52Luego de haber realizado el cálculo de la cifra negra, podemos aplicar ese porcentaje a los registros policiales. Este ejercicio nos permite especular con el número de delitos que no se estarían denunciando en los registros oficiales de la ciudad de Cipolletti, como vemos con claridad en la figura 6.3.
53Las cifras que se reflejan en la figura 6.3 son bastante notorias pero no son sorpresivas en la comparación con otros estudios similares. Por caso, la cifra negra en Inglaterra fue calculada en torno al 61 % en el 2013, el 69 % en Canadá en el 2009, el 63.3 % en ee. uu. en el 2013, 92.8 % en México en el 2015, el 75.6 % en Colombia en el 2012, el 56.1 % en Chile en el 2013 (Hoyle y Zedner, 2007). En la Argentina la cifra calculada para el año 2017 fue 70 % (indec, 2017).
54Ahora bien, vale reflexionar sobre las causas que generan estos niveles de cifra negra: ¿Qué motivos encuentran los ciudadanos para no realizar una denuncia cuando es víctima de un delito? Según la evipec las tres principales causas de no denuncia en los 4 años fueron que el trámite lleva demasiado tiempo e ineficiencia, que la policía no puede hacer nada y que la pérdida no fue lo suficientemente seria. Dichos resultados son consistentes con los que de manera más sistemática han publicado las encuestas de victimización de países latinoamericanos citadas anteriormente (onudd, 2010).
6. 6. Algunas reflexiones finales
55Hemos visto a lo largo del capítulo que, más allá de las urgencias y los emergentes, existen chances de trabajo a largo plazo sobre las temáticas locales de seguridad ciudadana. Herramientas como la encuesta de victimización que hemos descrito, pueden generar sinergia en el trabajo conjunto entre las instituciones académicas y aquellas vinculadas a las gestiones de la seguridad ciudadana (policiales, judiciales, carcelarias).
56La posibilidad de contar con estadísticas construidas a partir de un marco metodológico con sustento teórico no debe resultar una amenaza sino todo lo contrario. La posibilidad de contar con una estimación de la cifra negra no debe ser entendida por las instituciones estatales como una interpelación sino, justamente, como un dispositivo para poder abordar mejor las sospechas sociales que de hecho ya están instaladas. No se trata de ver si es verdad o no que baja el delito, lo que en general siempre estará bajo la sospecha de una sociedad en litigio, sino de poder construir mayor confianza sobre los números en los que esa discusión se basa.
57En el renglón de sumar experiencias y ponerlas en valor, el equipo que originariamente constituyó la evipec está realizando actividades similares con otros municipios del Alto Valle y otras autoridades provinciales. Para futuras investigaciones, sería deseable poder avanzar no solo en la presencia de la denuncia, sino en monitorear la trazabilidad de ese primer registro en las diferentes agencias involucradas.
58Asimismo, consideramos que este objetivo, amén de su valor conceptual, tiene una deriva de impacto social muy relevante. Podría así apostarse por comenzar un trabajo conjunto con estas agencias judiciales y policiales, incluso con un horizonte más ambicioso: el de constituir un ente multipartito de estadística delictiva.
Bibliographie
Des DOI sont automatiquement ajoutés aux références bibliographiques par Bilbo, l’outil d’annotation bibliographique d’OpenEdition. Ces références bibliographiques peuvent être téléchargées dans les formats APA, Chicago et MLA.
Format
- APA
- Chicago
- MLA
Aebi, M. y Linde, A. (2010). Las encuestas de victimización en Europa: evolución histórica y situación actual. Revista de Derecho Penal y Criminología, 3(3).
Aniyar de Castro, L. (1999). La participación en la prevención del delito. Antecedentes, debates y experiencias. Los comités de seguridad vecinales. En Hacia un plan Nacional de Política Criminal III. Buenos Aires: Ministerio de Justicia de la Nación, Dirección Nacional de Política Criminal.
Casullo, F. (2015, 17 de diciembre). Civilización o saqueos. El Estadista. http://elestadista.com.ar/?p=9509
Cuenca, D. (2012). Estado débil e inseguridad: Una cuestión a resolver. Voces en el Fénix, 3(15), pp. 12-17.
Dammert, L., Salazar, F., Montt, C. y González, P. (2010). Crimen e inseguridad: Indicadores para las Américas. Santiago de Chile: flacso-Chile, Banco Interamericano de Desarrollo (bid).
Durant, M., Thomas, M. y Willock, H. (1972). Crime, criminals and the law. Londres: hmso.
Ferguson, K. y Mindel, C. (2007). Modeling fear of crime in Dallas neighborhoods: A test of social capital theory. Crime & Delinquency, 53(2), pp. 322-349.
10.1177/0011128705285039 :Galvani, M., Mouzo, K., Ortiz, N., Rangugni, V., Recepter, C., Ríos, A.,... Seghezzo, G. (2010). A la inseguridad la hacemos entre todos. Prácticas policiales, mediáticas y académicas. Buenos Aires: Hekht.
Garland, D. (2005). La cultura del control: Crimen y orden social en la sociedad contemporánea. Barcelona: Gedisa.
Herrera, N. (2015). Seguridad y participación ciudadana en Viedma, Río Negro. Pilquen. Sección Ciencias Sociales, 18(3). http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/Sociales/article/view/1407/html
Honisch, P. y Kosovsky, D. (2012). La producción de conocimiento oficial sobre la seguridad en la Argentina. Voces en el Fénix, 3(15), pp. 112-119.
Hoyle C. y Zedner L. (2007). Victims, victimization and criminal justice. En M. Maguire, R. Morgan y R. Reiner (eds.), The Oxford handbook of criminology (pp. 461-495). Oxford: Oxford University Press.
Huertas Díaz, O., Torres Vásquez, H. y Díaz Pérez N. (2011). El leviatán de los mass media, el peligro de la otredad y el derecho penal: La construcción mediática del enemigo. Revista de Derecho (35), pp. 96-117.
Hunter, A. (1978, noviembre). Symbols of incivility: Social disorder and fear of crime in urban neighborhoods. Ponencia presentada en American Society of Criminology 30th Annual Meeting. Dallas.
Instituto Nacional de Estadística y Censos (indec). (2017). Encuesta Nacional de Victimización 2017. Resultados preliminares y provisorios. Informes Técnicos, 1(116), pp. 1-8.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi). (2010). Marco conceptual del Comité Técnico Especializado de Información de Seguridad Pública. Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad. Pública e Impartición de Justicia, México.
Jiménez Ornelas, R. (2003). La cifra negra de la delincuencia en México: sistema de encuestas sobrevictimización. En S. García Ramírez y L. Vargas Casillas (coord.), Proyectos legislativos y otros temas penales. Segundas Jornadas sobre Justicia Penal. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, unam.
Kessler, G. (2009). El sentimiento de inseguridad. Sociología del temor al delito. Buenos Aires: Siglo xxi.
Morales, S. (2014). Medios de comunicación y sentimiento de inseguridad: Un recorrido por sus abordajes y nuevas preguntas. Delito y Sociedad, 1(37), pp. 113-132. https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.14409/dys.v1i37.5544
10.14409/dys.v1i37.5544 :Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (unodc) y Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (unece). (2010). Manual on Victimization Surveys. Ginebra: Organización de las Naciones Unidas.
Pegoraro, J. (2003). Una reflexión sobre la inseguridad. Argumentos. Revista de Crítica Social (2).
Quinteros, D. (2014). Delitos del espacio público y el problema de la cifra negra: una aproximación a la no-denuncia en Chile. Revista Política Criminal, 9(18). http://0-dx-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4067/S0718-33992014000200012
10.4067/S0718-33992014000200012 :Rodríguez Alzueta, E. (2014). Inseguridad y Periodismo. En Temor y control: La gestión de la inseguridad como forma de gobierno. Buenos Aires: Futuro Anterior.
Rodríguez Games, N. y Fernández, S. (2012). El problema de la inseguridad no existe. Voces en el Fénix, 3(15), pp. 18-23.
Seghezzo, G. (2010). Entre los derechos humanos y la (in)seguridad: Modo de construcción de la violencia policial en las ciencias sociales. En M. Galvani y otros, A la inseguridad la hacemos entre todos. Prácticas policiales, mediáticas y académicas. Buenos Aires: Hekht.
Sozzo, M. (2003). ¿Contando el delito? Análisis crítico y comparativo de las encuestas de victimización en la Argentina. Cartapacio de Derecho (5), pp. 18-23.
Sozzo, M. (2009). ¿Midiendo la inseguridad? Análisis crítico y comparativo de las encuestas de victimización. En F. Carrión y J. Espín (eds.), Un lenguaje colectivo en construcción: el diagnóstico de la violencia (pp. 225-259). Quito: flacso.
Zaffaroni, E. (1988). Criminología. Aproximación desde un margen. Bogotá: Temis.
Notes de bas de page
1 Consultar más información en http://www.rionegro.com.ar/region/la-unrn-llega-a-cipolletti-con-tres-carreras-NTRN_461639
2 La comunidad local hizo un pedido específico de apertura de la carrera de Ciencias Forenses, sostenido en la necesidad por parte de la ciudad refrendo en una ordenanza del Concejo Deliberante Local. Esto debe insertarse en una historia de mucho más largo aliento en la dinámica provincial de puja entre los centros urbanos más importantes. http://www.barilochedigital.com/mas-noticias/4018-piden-sede-de-la-universidad-nacional-de-rio-negro-para-la-ciudad-de-cipolletti.html
Auteurs
Universidad Nacional de Río Negro, Río Negro, Argentina.
Es maestranda en Estadística Aplicada por la Universidad Nacional del Comahue. Profesora adjunta en las áreas de Matemática y Estadística en las universidades nacionales del Comahue y de Río Negro (Sede Alto Valle). Estudia, entre otras temáticas, estadísticas vinculadas a la seguridad ciudadana y a la teoría de Grafos.
Universidad Nacional de Río Negro, Río Negro, Argentina.
Universidad Nacional del Comahue, Argentina.
Es doctorando en Historia por la Universidad de San Andrés. Es profesor adjunto en Historia Social por la Universidad Nacional de Río Negro, donde es director de la Escuela de Estudios Sociales y Económicos de la Sede Alto Valle y Valle Medio. Estudia, entre otras temáticas, el funcionamiento de las agencias del Estado vinculadas a la seguridad ciudadana.
Le texte seul est utilisable sous licence Creative Commons - Attribution - Pas d'Utilisation Commerciale - Pas de Modification 4.0 International - CC BY-NC-ND 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.
Memorias en lucha
Recuerdos y silencios en el contexto de subordinación y alteridad
Ana Ramos, Carolina Crespo et María Alma Tozzini (dir.)
2016
Contribuciones a la Didáctica de la Lengua y la Literatura
La investigación desde el interaccionismo sociodiscursivo
Dora Riestra (dir.)
2016
Lotes sin dueño
Derecho de propiedad y abandono como problema urbano
Jorge Paolinelli, Tomás Guevara, Guillermo Oglietti et al.
2017
Migraciones en la Patagonia
Subjetividades, diversidad y territorialización
Ana Inés Barelli et Patricia Dreidemie (dir.)
2015
Araucanía-Norpatagonia
Discursos y representaciones de la materialidad
María Andrea Nicoletti, Paula Núñez et Andrés Núñez (dir.)
2016
Impuesto a los bienes urbanos ociosos
Una herramienta tributaria contra la especulación inmobiliaria y al servicio de la planificación
Jorge Paolinelli, Tomás Guevara et Guillermo Oglietti
2014
Cómo lograr el Estado de bienestar en el siglo XXI
Pensamiento económico, desarrollo sustentable y economía mundial (1950-2014)
Roberto Kozulj
2017