Las migraciones desde Chile y Bolivia a Bahía Blanca. Delimitar un campo e identificar las prácticas en la historia oral (2007-2013)
p. 31-50
Texte intégral
Introducción
1El presente trabajo tiene como objetivo realizar la historia de los procesos migratorios desde países limítrofes (en este caso desde Chile y Bolivia) a Bahía Blanca, una ciudad ubicada en las puertas de la Patagonia argentina. Tales flujos han sido y continúan siendo estigmatizados. El tema que abordamos, con sus genealogías difusas y difíciles de encuadrar, en los pares argentino/ extranjero, indio/blanco, negro/blanco, queda excluido del relato oficial de la constitución del Estado nacional y tiende a hacerse invisible en los lugares en los que se produce.
2Aunque en este breve trabajo prácticamente no transcribiremos entrevistas –las cuales permiten hacer más audibles las voces que narran desde su experiencia y conocimientos las vivencias de las migraciones– queremos señalar que ese es nuestro principal objetivo, pensar la investigación etnográfica desde el concepto de reflexividad que genera un tipo de conexión con la situación de investigación y la impregna desde sus preguntas, la dinámica del trabajo de campo y el análisis de los datos. Pretendemos una aproximación a estos procesos migratorios a partir de trabajos de campo realizados en distintos lugares y con distintas actividades, ya que hemos trabajado en la generación de talleres, publicaciones de circulación interna y sectorial, entrevistas en profundidad y distintas formas de observación participante.
3Partimos de la idea de que la historia oral se realiza sobre el terreno. Es decir, en los propios contextos de producción y reproducción cultural, desde las instituciones, las viviendas particulares hasta los lugares de encuentros ocasionales. Allí se ponen en práctica y se conjugan de distinta manera las técnicas y estrategias propias de la historia oral, como la entrevista etnográfica, que puede dar lugar a historias y relatos de vida, la observación participante en sus distintos formatos y los grupos focales.
4A partir del análisis de nuestras prácticas de investigación, en un trabajo que espera dar cuenta de procesos migratorios específicos (las migraciones desde Chile y Bolivia a Bahía Blanca), proponemos reflexionar acerca de cómo delimitar un campo en tanto espacio construido por el/a investigador/a para hacer etnografía.
5Dentro de la planificación del trabajo en historia oral, al igual que en los trabajos antropológicos, sociológicos y lingüísticos, investigadores e investigadoras deben planificar, tanto temporal como espacialmente, su permanencia y el impacto que ocasionará su presencia en el lugar. Seleccionamos a Rosana Guber (2004) y tomamos sus lineamientos y recomendaciones para pensar esta etapa, tan importante en el armado de la investigación etnográfica.
6Esta autora problematiza y completa la etapa de delimitación de la base empírica. Comienza por preguntarse ¿a qué campo nos dirigimos? ¿Cuáles son sus límites? ¿Dónde?, sin dudas, se trata de un ámbito físico o lugar de estudio que a pesar de su materialidad no es sólo una caracterización geográfica, sino también sociológica. Señala que, muchas veces, el campo puede estar claramente delimitado y constituido por unidades manifiestas, mientras que en muchos casos encontramos unidades latentes, no tan visibles directamente, identificadas a partir de la construcción de un objeto teórico. Las unidades manifiestas son las que detentan claros límites naturales geográficos o políticos definidos por los propios actores, mientras que las unidades latentes son identificadas por el/la investigador/a (2004, p. 109).
7En nuestro caso, debido al armado que hemos realizado, estamos en presencia de una unidad latente que construimos a partir de las prácticas de investigación. No estamos en un espacio, en una unidad de estudio que los protagonistas delimitaron, sino que responde a nuestras prácticas, a nuestra elección de espacios e instituciones en los cuales trabajamos, pensando siempre que nuestra presencia en el lugar no pasará inadvertida y que tenemos que dar cuenta de ello a nuestros interlocutores e interlocutoras.
8Además, la citada autora, preocupada por problematizar las complejidades de delimitar este campo, se pregunta ¿adónde y con quiénes? y analiza lo que considera una etapa preliminar de reformulaciones destinada a la planificación, para la que es necesario delimitar las unidades de estudio, es decir, el ámbito físico en el que se desarrollarán las tareas propias de la investigación y las unidades de análisis o identificación de las personas con las cuales se va a trabajar.
9En este sentido, realizamos una tarea de armado en la que damos cuenta de nuestros estudios de las migraciones desde Chile y Bolivia. Unimos todos los campos que han delimitado los investigadores y las investigadoras del equipo que escribe este capítulo para construir uno que contenga y entrelace en un entramado artesanal las distintas unidades de estudio y las unidades de análisis que dieron lugar a las reflexiones sobre los procesos estudiados. Hablamos de trabajo artesanal porque con mucha frecuencia se ha asociado –entre ellos Lincoln y Denzin– a la investigación cualitativa con las prácticas artesanales del bricoleur, tal como lo definió Lévy-Strauss para explicar el pensamiento salvaje. Esto significa que quienes trabajan con esta metodología resuelven problemas con los elementos disponibles, buscando soluciones con antiguas piezas, con partes en desuso disponibles en derredor. Por su parte, María Cecilia de Souza Minayo habla directamente de la «artesanía de la investigación cualitativa» debido a que entiende que se trata de una modalidad de trabajo intelectual en la cual la inmersión de lo/as cientistas en el campo, con sus equipos de investigación recuerda una actividad artesanal.
10Las estrategias de investigación en historia oral, con las metodologías de la etnografía cualitativa, tienen un gran componente artesanal que requiere de una planificación, un diseño de investigación que suele identificarse como diferente al de las investigaciones cuantitativas. Ruth Sautu (2003) destaca la necesidad de encontrar concordancia entre los objetivos de la investigación y las perspectivas metodológicas y epistemológicas elegidas y señala que no hay metodologías mejores, lo que debe haber es coherencia entre objetivos, métodos y prácticas de investigación. La autora afirma:
El investigador enfoca el mundo desde su propia comunidad científica y desde su práctica, de las cuales extrae reflexiones acerca de su labor, ideas para aproximarse a la realidad y modos y estrategias de producir y/o recoger y analizar la evidencia empírica. En ellos se nutre para definir teorías y especificar los objetivos y los métodos. (p. 73)
11Los vínculos epistemológicos y metodológicos entre historia –no sólo en la historia oral, sino en la historia en general– y metodologías cualitativas conforman un complejo entramado al que trataremos de dilucidar. En primer lugar –salvo en sus variantes económico-sociales en las que se realizan estadísticas y otras estrategias de investigación cuantitativas– la historia es básicamente cualitativa, busca comprender el sentido de las acciones humanas, de los procesos sociales, a partir de datos singulares, generalmente encontrados en fuentes escritas, convertidos en documentos históricos. En segundo lugar, el surgimiento y afianzamiento de la historia oral, que permitió que las voces de distintos sujetos sociales se convirtieran en testimonios y luego en documentos para la historia, ubicó a estos investigadores/as en otros ámbitos de trabajo. En efecto, se dejan por momentos archivos, bibliotecas, gabinetes de investigación, espacios relativamente íntimos y cerrados para ir al campo e interactuar en el lugar en el que se producen los hechos que analizan. Souza Minayo entiende que este tipo de trabajo produce un determinado tipo de investigación a la que denomina investigación social: «Entiendo por investigación social los diversos tipos de investigación que tratan del ser humano en sociedad, de sus relaciones e instituciones, de su historia y de su producción simbólica». (2009, p. 39).
Las migraciones desde Chile
12La ciudad de Bahía Blanca ha sido un importante destino para los migrantes que dejaron Chile para venir a la Argentina. A veces llegaron directamente y otras después de diversos destinos migratorios, generalmente en distintos lugares de la Patagonia argentina y a través de redes armadas por familiares, antiguos vecinos e instituciones como iglesias protestantes y pequeñas iglesias evangélicas pentecostales y neopentecostales que se ubicaron en la periferia de la ciudad.
13Estas migraciones tienen su explicación en profundas razones estratégicas enraizadas en la historia del área, ya que la Cordillera de los Andes no es un límite natural en el sur de América del Sur, sino creado junto con los Estados nacionales, pero que los migrantes, tanto por razones laborales como políticas, han sabido transitar de diferentes modos. Para analizar estos procesos hemos interactuado con los distintos sujetos sociales en talleres en ámbitos de alfabetización, iglesias pentecostales y en trabajos de campo lingüísticos en distintas áreas urbanas.
Los talleres de Historia y Memoria en escuelas primarias de adultos y centros municipales de alfabetización en el área urbana de Bahía Blanca
14Desde el año 1996 comenzamos a realizar talleres de Historia y Memoria en distintas instancias de alfabetización de adultos y aún seguimos con esta tarea, en algunos casos hemos vuelto a los mismos lugares, muchas veces a pedido de las maestras o de las alumnas (el alumnado de las etapas iniciales es mayoritariamente femenino). Las instituciones en las cuales trabajamos son escuelas provinciales de adultos y Centros Municipales de Alfabetización, dependientes de la Municipalidad de Bahía Blanca.1
15El ámbito de realización de estos talleres son los sectores populares urbanos con un pasado rural, la mayoría migrantes llegados desde Chile y desde la Patagonia argentina, muchos salieron de Chile hacia distintos destinos patagónicos y finalmente se radicaron en esta ciudad. En el inicio, nuestro objetivo no era estudiar la migración chilena, sino la cultura mapuche, pero recopilamos mucha información sobre este proceso migratorio que queremos analizar en esta oportunidad.
16Comenzamos con estos talleres en el barrio Noroeste, reconocido por la migración chilena. Este es el lugar donde está radicada la Asociación Chilena de Cultura y donde tradicionalmente se realizan –cada vez más pequeñas– las enramadas por las festividades del 18 de Septiembre; y Villa Rosario, identificado como el primer barrio pobre surgido como producto de la migración chilena en la década del 60 (Bróndolo, 1994, p. 38) y luego seguimos abriendo un gran abanico que permitiera un muestreo de la ciudad, en distintos barrios y zonas.
17Tratamos de incluir testimonios acerca de las valoraciones de su lugar de origen, las causas para migrar y la forma de trasladarse a Bahía Blanca, hasta recopilamos relatos que dan cuenta de traslados a pie a través de la Cordillera.
18En general, en los talleres no insistíamos en que las asistentes contaran las razones por las cuales migraron, ya que esto provocaba mucha angustia; sin dudas, los testimonios que recogimos dan cuenta de que muchas de las asistentes a los talleres dejaron su lugar de origen debido a los cambios económicos producidos en Chile y con la promesa de un futuro brillante en la Argentina. Estamos hablando de los años sesenta y setenta. Recordaron, entre risas y gestos de decepción, que sus esposos les dijeron que cuando llegaran a este país de riqueza no tendrían ni «que lavar la ropa». El desarrollo desigual de América Latina generó estos mitos. En estos talleres nunca nos encontramos con la problemática de la migración por motivos políticos, temática que sí encontramos en otros ámbitos.
19También recopilamos testimonios de mujeres migrantes que llegaron con sus familias cuando eran niñas. Ellas hicieron hincapié en los problemas que tuvieron en la escuela, motivo por el cual la abandonaron y que dio lugar a que ahora se encuentren en establecimientos educacionales para adultos.
20Asimismo, recopilamos los relatos de vida de mujeres que migraron solas, muchas veces escaparon de sus familias, de un esposo violento o de un padre que quería casarlas contra su voluntad. Con el tiempo supimos que varias de las alumnas tenían hijos en Chile, en ocasiones producto de maternidades adolescentes. La migración desde países limítrofes permite a las mujeres migrar solas, simplemente con una referencia de trabajo (por ejemplo en el servicio doméstico), con un dato de un familiar o, simplemente, porque partieron para visitar a un pariente y ya no volvieron.
21Arauco, Lota, Curacautín, Concepción, Valdivia y Osorno son los lugares que se repiten con más frecuencia, los sitios desde donde partieron para llegar a la Argentina y asentarse a las orillas del arroyo Napostá –del que, recuerdan, no estaba contaminado– y en la zona inundable de Noroeste, desde allí se fueron extendiendo a distintos lugares. Recopilamos cómo hicieron sus primeras viviendas de adobe, cómo construyeron sus primeras iglesias (muchas veces hicieron antes la iglesia que su propia casa), que era además lugar para alojar a otros chilenos recién llegados.
22No sólo hablamos de las complicaciones que tuvieron con el sistema educativo, del que se sentían excluidas, sino también del sistema de salud. A la mayoría de nuestras interlocutoras les era familiar consultar a las machis, chamanes mapuches; además, muchas cuestiones que hoy están medicalizadas eran hechos de la vida familiar que se atendían en el ámbito doméstico, especialmente los partos. Los pocos varones asistentes a los talleres también recordaron positivamente a las machis de Chile y añoraban sus atenciones en las tareas de equilibrar la salud e, incluso, contrarrestar daños producto de la brujería.
23En estos talleres dialogamos acerca de las migraciones, los espacios transitados, los recuerdos con valores y datos. Tratamos de profundizar en diversas problemáticas para encontrar elementos que nos permitieran ahondar en los complejos procesos de hibridación cultural. También trabajamos el tema del universo simbólico expresado a través de relatos de antiguas creencias que aún siguen vigentes y que se van re-significando en la ciudad (generalmente en relación con la participación en iglesias evangélicas pentecostales).
Las iglesias evangélicas pentecostales2
24Es más que frecuente observar cómo los recuerdos de la migración y la instalación en el ámbito urbano están muy ligados al origen material de las iglesias. La comunidad religiosa no sólo ofrecía a los que recién llegaban posibilidades de alojamiento temporal, sino también los contactos necesarios para encontrar trabajo. Un gran número de chilenos pasó de trabajar en el área rural a ser empleado de la construcción, en este caso el ingreso de uno de los miembros de una comunidad religiosa posibilitó el de otros hermanos. El aprendizaje en albañilería les fue muy útil para construir sus propios templos.
25Coincidentemente con la expansión pentecostal en Chile se produjo el movimiento migratorio hacia Bahía Blanca, en muchos casos con escalas intermedias en distintas ciudades patagónicas o en la producción fruti-hortícola en los valles de las provincias de Río Negro y Neuquén. Nuestro trabajo en estas iglesias fue una continuación de los talleres y lo realizamos en los barrios Noroeste y Villa Rosario; identificamos todas las instituciones religiosas, entrevistamos a pastores, observamos rituales y reuniones de mujeres (damas o dorcas).
26A través de los testimonios recopilados y de nuestras observaciones de campo sobre las características del entramado de las iglesias evangélicas pentecostales de Chile y Argentina vimos que la ley de migraciones 25871 (sancionada en 2003 y reglamentada por decreto 616/2010) facilita los trámites cuando los motivos son religiosos.
27También realizamos observación participante en rituales, en los que pudimos contemplar las características de los lugares de reunión y de ciertas prácticas pentecostales que nos permitieron ahondar en los vínculos entre religión y migración. En algunos casos, la propia denominación de la congregación religiosa recuerda el origen trasandino, por ejemplo la Misión Ejército Evangélico se llamaba originariamente Misión Ejército Evangélico Chileno y perdió parte de la antigua denominación porque «tenían que hacerse argentinos» aunque aún el himnario que utilizan para el culto conserva el nombre completo. Asimismo, las pinturas, que con muchísima frecuencia encontramos en las paredes de estas iglesias, remiten a un paisaje cordillerano pensado como puente hacia la Argentina, por ejemplo la Primera Iglesia Evangélica Wesleyana tiene un gran fresco en la pared central, en el cual sobre un fondo de cordillera y sol saliente hay una cruz envuelta en una bandera argentina. Nos explicaron que la presencia de la bandera tiene el fin de demostrar que «son argentinos». En cuanto a los rituales propiamente dichos, hemos presenciado con mucha frecuencia que a través de prácticas como la glosolalia –muy frecuente entre los pentecostales– los migrantes sienten que se han comunicado con sus familiares de Chile, supieron de sus problemas y hasta de las catástrofes que se dieron en el vecino país.3
28También las políticas públicas fueron un camino para abordar el tema en cuestión, durante nuestro trabajo de campo pudimos documentar el origen de una ong de base evangélica pentecostal denominada–Acción Bahiense Comunitaria– (abc) dedicada a articular planes sociales y otro tipo de ayudas económicas para enfrentar la crisis del 2000-2001. Vinculamos esta ong –que llegó a ser considerada la Cáritas de protestantes– con el estudio de las migraciones debido a que trabajaron en los sectores más afectados por el aumento de la pobreza, y allí se encontraban muchos migrantes y sus descendientes. abc trabajaba en el ámbito municipal y tuvo un lugar destacado en la distribución y generación de recursos en la periferia de la ciudad. El trabajo con esta ong nos permitió interiorizarnos en el entramado de políticas públicas, religión y migración, dado que vimos convertidos en importantes actores sociales a migrantes chilenos llegados a Bahía Blanca con la dictadura de Augusto Pinochet.
Los estudios lingüísticos
29Desde las teorías del lenguaje, una de las maneras de entender el discurso es como un fenómeno práctico, social y cultural. En este sentido, los usuarios del lenguaje emplean el discurso, por un lado, para realizar actos sociales a través de la interacción social (en la conversación y en otras formas de diálogo anclados en diversos contextos sociales y culturales) y, por el otro, como miembros de categorías sociales, comunidades o culturas a partir del establecimiento de complejas combinaciones de estos roles e identidades sociales y culturales (Van Dijk, 2000, p. 21).
30Uno de los modos de interacción social es el que ocurre en la situación de entrevista que permite al entrevistado construir y mostrar activamente roles e identidades y establecer un lugar nodal según las situaciones particulares. En este caso, cada entrevista realizada a inmigrantes de procedencia chilena presenta una naturaleza simbólica, en tanto su narración se constituye como significante (a la vez que transmite significados) y se convierte en uno de los modos posibles para relevar rasgos identitarios. Para ello, se utilizarán las herramientas analítico-discursivas propuestas por Ruth Wodak (2003), en particular las implicadas en la presentación positiva o negativa de uno mismo o los otros que subyace a la construcción de los discursos de la identidad y la diferencia, atendiendo a dos estrategias discursivas4 para realizar el análisis lingüístico: por un lado, las estrategias de referencia o modos de nombrar que apuntan a la construcción de grupos internos y externos y que responde a la pregunta ¿de qué modo se nombra a las personas? Y, por el otro, las estrategias predicativas a través de las cuales se atribuye una serie de rasgos, características y cualidades a individuos o grupos y responde a la pregunta ¿qué rasgos, características, cualidades y particularidades se les atribuyen?, con el fin de establecer el modo en que construyen su identidad.
31Los inmigrantes de procedencia chilena que entrevistamos inician sus relatos en primera persona del singular («llegué» –y variantes–) en los casos en que viajaron solos o del plural («llegamos» –y variantes–) si migraron acompañados por su familia. Este inicio prefigura, de alguna manera, el relato y la experiencia migratoria. Establece un momento de detención y quiebre, que focaliza el relato en la experiencia migrante y alude a una división temporal entre el antes y el después. Asimismo, prefigura, de alguna manera, dos tipos de experiencias distintas relacionadas, la mayoría de las veces, con las causas que provocaron la inmigración: el inmigrante que es expulsado de su país por una crisis económica y el que decide irse por cuestiones políticas.5 En el primer caso la experiencia migratoria resulta más traumática que en el segundo, ya que a las dificultades económicas y de inserción laboral se agregan las de índole personal: la familia sostenedora, distante. Aun cuando los relatos presentan diferencias originadas en la experiencia personal, los modos de autorreferencia coinciden. Los inmigrantes se inscriben en el discurso a partir del uso de términos de referencia genérica o colectivos de identificación que no admiten fragmentación y remiten a una clase de individuos, son por tanto abarcadores. Este es el caso del inmigrante, la persona inmigrante, seres humanos que emigran–y variantes–. El primer término alude a individuos que emigraron, de una manera si se quiere neutra, en tanto que sólo se explicita un cambio de radicación. Diferente de lo que sucede con los otros dos en los que no se refiere exclusivamente al cambio de un país a otro, sino que puede interpretarse que se agrega y precisa a la condición una adscripción por la cual se señala que los sujetos poseen una característica distintiva, característica en la que subyace la idea de que un inmigrante es una persona o un ser humano. Desde esta primera identificación las estrategias predicativas que pudieron relevarse se relacionan principalmente con campos semánticos relacionados con la sencillez, la humildad, la honestidad, el esfuerzo y el trabajo. Por otro lado, considera que la sociedad receptora los representa con campos semánticos vinculados con la pobreza, la deshonestidad y la desocupación. Se puede apreciar que los rasgos que se atribuyen a sí mismos establecen una oposición con aquellos que consideran que la sociedad receptora les asigna y generan una relación de atenuación o refutación. En este sentido se cree que es a partir de la mirada del otro, en este caso de la sociedad bahiense, la que preestablece esta autopresentación positiva por la tensión existente entre las dos visiones.
Las migraciones desde Bolivia
32Las migraciones desde Bolivia a las provincias del Noroeste Argentino (noa) son de muy larga data, pero nosotros queremos identificar los procesos migratorios de los siglos xx y xxi. Consideramos que hay muchas migraciones bolivianas en distintos tiempos, desde distintos lugares geográficos de Bolivia y hacia distintos nichos productivos. En general, se destaca la importancia que tuvo la zafra del azúcar, la vendimia y las actividades frutihortícolas en Mendoza y para los años 1960-70 y el arribo posterior a nuestra área de estudio, en la zona centro-sur de la Argentina, pero también hay otras donde el destino no fue la producción hortícola en los cinturones verdes de las ciudades, sino que fueron los hornos de ladrillos, los talleres textiles, el trabajo doméstico y los oficios vinculados a la construcción y la petroquímica.
33Nosotros hemos trabajado con talleres en ámbitos escolares en el sector Quintas cercano a Bahía Blanca, en salas médicas próximas a la zona de producción de ladrillos, en las festividades de la Virgen de Urkupiña y en trabajos lingüísticos en espacios urbanos.
Talleres Comer y compartir y Proyecto Puentes en establecimientos escolares rurales en el paraje Alférez San Martín
34Una de las formas de permanecer en el campo y realizar actividades vinculadas con la investigación-acción fue realizar talleres en una de las escuelas y jardín de infantes ubicada en el área de producción hortícola cercana a Bahía Blanca, en la Escuela General Básica n. 41 y el Servicio Educación Inicial Matrícula Mínima (Seimm) n. 3, del paraje Alférez San Martín. Durante el año 2006 trabajamos en el marco del programa ProHuerta del inta y nos sumamos a un proyecto institucional diseñado por el equipo docente con el objetivo de propiciar la interculturalidad. Denominamos a nuestra propuesta taller Comer y compartir, allí intercambiamos relatos de experiencias vividas por los niños y las niñas y sus madres y padres, haciendo hincapié en los alimentos y todas sus connotaciones subjetivas y simbólicas. Mientras tanto, desde el ProHuerta se alentaba y daba información, asesoramiento y los elementos necesarios para realizar una huerta escolar. También se trataron temáticas relacionadas con el uso de fertilizantes y las características del agua de la zona. Trabajamos con un títere llamado Chuñita, una papa conversadora que contaba cuentos y a la que le gustaba escuchar las historias que narraban los niños y las niñas. También tuvimos en cuenta recetas de cocina que nos transmitieron algunas madres y abuelas de los alumnos de la escuela y el jardín y con todo este material confeccionamos cuadernillos.
35Durante los años 2007-2009 seguimos realizando talleres de relatos, en este caso ya en el marco del «Proyecto Puentes de la Universidad con la Comunidad» del Ministerio de Educación. 6 La permanencia en el campo nos permitió conocer este proceso migratorio, en especial nos llamó la atención la gran movilidad poblacional, ésta se reflejaba en la matrícula de la escuela. Con la sequía de los años 2009-2010 muchas familias migraron a Hilario Ascasubi y Pedro Luro. A partir de los relatos del alumnado y de las entrevistas realizadas a sus padres y madres supimos que ha sido frecuente un recorrido por distintos medios rurales hasta la radicación en este espacio. Generalmente el lugar de expulsión de población es el occidente de la República de Bolivia, en especial Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz. También supimos que dos de las familias que actualmente se han convertido en propietarias de sus tierras, durante mucho tiempo vivieron y trabajaron alternativamente en distintos oficios en Ingeniero White y en la cosecha de la fruta en Río Negro, además en varias ocasiones volvieron a Bolivia.
36Pudimos comprender cómo fue la llegada al lugar a través de vínculos parentales, de compadrazgo y por contratos de aparcerías, observar cómo éstos pequeños productores siguen reproduciendo el sistema y emplean a sus connacionales a cambio de alojamiento y comida, las tensiones que esto genera y cómo de este nicho productivo suelen dirigirse a otros, especialmente los hornos de ladrillos y a distintos trabajo urbanos. Las parejas pioneras en ser las propietarias de la tierra ya son mayores y no trabajan la tierra, ellos se dedican a vender verduras en sus negocios, sus hijos –los padres y madres del alumnado-–son quienes producen y tienen puestos en los mercados de la ciudad.
37Además de internarnos a través de nuestra experiencia en las relaciones entre actividades económicas y migración, también pudimos observar y estudiar los vínculos entre religión y migraciones. Cuando llegamos al campo creíamos que nos íbamos a encontrar con fieles de la Virgen de Urkupiña –sobre la que volveremos–, debido a que consideramos a estas festividades como el principal espacio de reunión de los migrantes bolivianos alrededor de Pastoral Migratoria; sin embargo pudimos comprobar que las familias que se han radicado en el área se reconocen a sí mismas como mormonas. Con el tiempo supimos que casi todos los niños y las niñas que asistían a la escuela y al jardín y eran hijos de migrantes bolivianos eran mormones, es decir fieles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; en estas instituciones no se hablaba del tema y además actuaban como si todo el alumnado fuese católico debido a que se rezaba antes del almuerzo a la manera católica.
38Pudimos documentar la conversión del catolicismo al mormonismo y nos parece que en los relatos podemos encontrar datos para analizar estos entramados migratorios. A través de entrevistas a distintos miembros de la comunidad educativa supimos que la conversión a esta religión de origen norteamericano se había producido en Río Negro, en Villa Regina. Desde el momento del ingreso a esta iglesia comenzaron a ocupar lugares en la institución religiosa y tienen profundos lazos con la iglesia mormona de General Cerri, en la cual uno de nuestros entrevistados es el presidente de la rama, y con otra ubicada en Bahía Blanca, en un barrio periférico en el sector noroeste de la ciudad.
Historia de la Cooperativa Eléctrica Colonia La Merced en el partido de Villarino
39La permanencia en el campo en el sector Quintas, nos dio una visibilización particular, tanto para la población migrante como para los no migrantes. Tal es así que, a mediados de 2010, la Cooperativa Eléctrica Colonia La Merced, que se encuentra en los límites del área hortícola de Villarino y Bahía Blanca, próxima a celebrar un nuevo aniversario de su fundación, pide a los integrantes del equipo de investigación que narren la historia de la Cooperativa en un libro conmemorativo.
40Este hecho nos permitió acceder a un tipo de fuentes que hasta el momento no habíamos utilizado, los documentos escritos. Más precisamente las actas y los libros de memoria de la Cooperativa, que cumplía 40 años de sus primeros esbozos de conformación y 38 de concreción definitiva.
41Accedimos entonces a información acerca de las transformaciones del espacio. Desde su demografía y las diferentes corrientes migratorias, hasta sus usos, apropiaciones y vínculos entre los sujetos, las instituciones y la producción.
42De esta manera comprendimos que la zona de la Colonia tuvo dos grandes movimientos migratorios. El primero de ellos, proveniente de Europa, hacia principios del siglo xx; el segundo, durante las últimas décadas, desde países limítrofes.
43En el primer movimiento migratorio llegaron las familias tradicionales de la región, en su mayor parte de origen italiano. Muchas de ellas, que aún habitan la Colonia, fueron las impulsoras de la Cooperativa. Con el seguimiento de los apellidos que figuraban en las actas, intentamos localizarlas para registrar sus recuerdos, visiones del mundo y enmarcarlas en la memoria del lugar.
44Así, accedimos a un «tiempo de los sueños iniciales», donde los narradores y narradoras identificaban como posible la idea de crear una cooperativa que proveyera de corriente eléctrica a la Colonia. El tendido de las primeras líneas fue un hito para todos los que formaron parte de la Cooperativa Eléctrica; al punto que el tiempo de los habitantes de la Colonia (su percepción), se divide en un antes y un después de la llegada de la electricidad. El funcionamiento de la Cooperativa alteró no sólo la vida cotidiana, sino también el sistema productivo de la zona. A su vez, tanto una como el otro, se enmarcaron en transformaciones socioeconómicas globales.
45El segundo movimiento migratorio fue protagonizado por familias provenientes de Bolivia y provincias del Noroeste Argentino (noa) –que, en general, se dio a través de relaciones parentales–. Su llegada fue producto del desarrollo desigual en América Latina, las transformaciones económicas consecuencia de la globalización, y del capitalismo neoliberal que se sirve de la re-significación de tradiciones culturales de larga data, como es la capacidad de traslado de los pueblos andinos hacia distintos nichos productivos, aunque éstos estén alejados del lugar de origen.
46Las transformaciones demográficas en la Colonia marcan instancias específicas en la historia del sistema de acumulación. Esas transformaciones son hitos en la memoria colectiva. Entre todos recordaron que «antes» había muchos pobladores en las quintas, pero después del 2001 cambió todo y «producir ya no fue lo mismo». Después de los años noventa la política cambiaria no favoreció a los pequeños productores, ya que los insumos se multiplicaron por tres y las verduras siguieron vendiéndose al mismo precio. Las experiencias individuales reafirman la memoria compartida.
47Los pequeños productores bolivianos establecen sus vínculos laborales basados en la palabra. Predominan los acuerdos de mediería y, en algunos casos, se establecen contratos de alquiler. En el interior de algunas familias se conservan pautas alimenticias propias del altiplano, como el mote y el chuño. Tales pautas se vinculan, negocian e intercambian con otras, tradicionales de la zona, que son reproducidas por las familias de origen italiano.
48Debido a las características de producción actuales, el riego de las quintas se hace con bombas y para ello se necesita corriente eléctrica. Esta situación produce una fluida relación entre los empleados de la Cooperativa, los miembros de la comisión directiva y los productores.
49A lo largo de los años, el río Sauce Chico se integró al espacio productivo de distintas formas. En efecto, primero fue pensado como proveedor de agua para el frigorífico; luego para las quintas. De esta manera, el espacio sigue cambiando en la medida en que cambian las formas de producir, de vender y de pensar.
50Nuestros entrevistados y entrevistadas nos hicieron ver permanentemente que en estos días los procesos de cambio cultural son muy rápidos y que se manifiestan en todos los órdenes de la vida, desde la forma de trabajar, producir, comercializar, hasta la vida cotidiana en todas sus dimensiones. En estos procesos la migración desde Bolivia ocupa un lugar muy importante.
Las instituciones de salud
51Las instituciones públicas de salud constituyen espacios interesantes desde donde estudiar las migraciones desde Bolivia a Bahía Blanca. Esto se debe a que, si bien el proceso de salud-enfermedad-atención-cuidado es un universal que está presente y opera estructuralmente en todas las sociedades (Menéndez, 1994), las particularidades de las respuestas, las prácticas y significaciones sobre dichos procesos se producen coyunturalmente por los conjuntos sociales determinados, en condiciones siempre relacionales de diversidad y desigualdad. Creemos que emprender un abordaje etnográfico que releve las prácticas concretas y los discursos que transitan en las instituciones de salud, tanto desde la población migrante como desde los profesionales que intervienen sobre ella, es pertinente en el marco de una relectura de los procesos migratorios limítrofes en Bahía Blanca y la región. La síntesis que presentaremos en esta ocasión refiere a un trabajo preliminar de entrevistas en profundidad a diferentes agentes públicos trabajadores del campo de la salud en instituciones por las que transitan, en diferentes condiciones, las/os migrantes.
52El sistema de salud en Bahía Blanca se conforma por diferentes estamentos institucionales privados y públicos. El aspecto público contiene dos hospitales: uno de incumbencia municipal, el Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero. Éste no cuenta con algunos servicios de alta complejidad y, por otro lado, los profesionales de salud entrevistados refieren que la población llegada desde Bolivia no accede al hospital debido a que se les solicita documento de identidad con domicilio en la ciudad. Asimismo, desde las Unidades Sanitarias (us) –que luego retomaremos– se suele derivar directamente al Hospital Interzonal General de Agudos Dr. José Penna, el otro hospital público en el partido. Éste atiende situaciones que requieran de alta complejidad y, al ser de incumbencia provincial7 también recibe migrantes residentes en otras zonas, principalmente aquellos del partido de Villarino, 8 donde las/os migrantes trabajan estacionalmente en el cultivo de la cebolla para el mercado interno y para exportar, principalmente a Brasil.
53El aspecto comunitario del campo de salud bahiense se corresponde con una división en áreas programáticas donde tienen lugar las distintas us, según la división geográfica de la zona, la historia, el barrio, etcétera. Las us constituyen el primer nivel de atención que se caracteriza por la promoción y la prevención de la salud, lo cual posibilita abordajes comunitarios e intervenciones de la institución en los lugares de residencia y desarrollo de actividades cotidianas de la población. Por su parte, las us no poseen equipos de alta complejidad. Generalmente es este primer sector institucional el que las comunidades migrantes transitan y sobre el cual se presupone una actitud «más abierta y predispuesta» desde los profesionales, con posicionamientos menos distantes y asimétricos para con las/os pacientes.
54Localizamos que las us que presentan mayores relaciones con la población llegada desde Bolivia son las ubicadas en los barrios periféricos de Villa Harding Green y General Daniel Cerri. Esto tiene que ver con las características del campo laboral, conformado también como su espacio residencial. En los hornos de ladrillos ubicados en las afueras del barrio periférico de Villa Harging Green, y por otro, en el cultivo de hortalizas, principalmente en la zona de quintas de General Daniel Cerri y en el partido de Villarino. Los relatos relevados en entrevistas semi-estructuradas a agentes de salud destacan que el trabajo que realizan los migrantes es intensivo, con jornadas laborales diarias de 12 horas, por los cuales reciben pagos mínimos y resulta necesaria la presencia de familiares, niñas/os, mujeres, ancianos con su colaboración para cubrir con el trabajo requerido, aún en situaciones de enfermedad.
55La relación entre el trabajo y los procesos de salud/enfermedad de la población migrante refieren a diferentes cuestiones. Por un lado, la exposición a la intemperie y a extremos climáticos produce problemas de deshidratación e insolación, y por otro, las condiciones y demandas laborales producen el desgaste del cuerpo, la columna y problemas respiratorios, entre otros. Asimismo, se refiere que las condiciones habitacionales de residencia producen mayor vulnerabilidad para la emergencia de enfermedades, como la tuberculosis y el Chagas, aunque existen programas municipales de saneamiento ambiental y concientización acerca de dichas enfermedades. La lejanía a las us y la estacionalidad en la migración son señalados como factores que complejizan el seguimiento de los tratamientos, los procesos de curación, o bien la atención de situaciones de emergencia.
56Como ya se describió en la introducción, en las zonas más urbanizadas, las/os migrantes ejercen actividades laborales en verdulerías, negocios, trabajo doméstico, polo petroquímico (Hernández, 2010), o en la construcción (yesería y pintura, principalmente). Sin embargo, profesionales del campo de la salud destacan que existe una diferencia entre «los recién llegados» y los que «ya están hace algún tiempo». Se destaca que, si bien los dueños de los hornos y las quintas son argentinos, con el tiempo las/os migrantes suelen volverse capataces o medieros, contratan a sus paisanos y «renuevan el círculo». Asimismo, esto se releva en los comportamientos en salud, debido a que son mayores las estrategias que los/as migrantes desarrollan para acceder a los servicios públicos de salud, o bien las demandas a éste, como el caso de medicación.
57El trabajo etnográfico realizado hasta el momento releva la existencia de distintos momentos en las relaciones entre el campo de la salud y el campo de las migraciones. En los últimos años se han realizado intervenciones en los hornos de ladrillos, se hicieron censos, chequeos de vacunación, se completó el calendario de vacunas, electrocardiogramas, se evaluó la circulación del bacilo de Koch y se realizó un saneamiento ambiental de la zona. Actualmente, se promociona la educación respecto de las enfermedades y condiciones de salud, se continúa con los chequeos y, así como para la zona de Quintas, se produjo una vinculación con el área de educación en el municipio, lo que posibilitó el transporte de los niños y las niñas a la escuela más cercana.
58Aunque no es objetivo de este trabajo profundizar en los diferentes aspectos que reseñan las complejidades que atraviesa la población migrante llegada desde Bolivia en los diferentes espacios del campo de salud en Bahía Blanca, queremos destacar que la aproximación etnográfica preliminar nos permitió visibilizar la importancia de la labor en el campo de la salud para revisar el proceso migratorio: se evidencian las relaciones entre las condiciones de residencia y trabajo, tanto en los hornos como en el sector de producción hortícola con las probabilidades de contagio de enfermedades, pero a su vez podemos ver como las construcciones de sentido sobre la población migrante limítrofe interpelan las acciones e intervenciones en salud.
Las festividades de la Virgen de Urkupiña
59Las festividades de la Virgen de Urkupiña son un espacio en el cual trabajamos la migración desde Bolivia a la región. Si bien hemos realizado distintos trabajos sobre estas fiestas marianas en las que analizamos las performances rituales, para este trabajo priorizamos la importancia de los relatos de vida como estrategias de investigación en historia oral.
60En términos generales todos coinciden en señalar que el nombre proviene del quechua y significa que la virgen apareció en el cerro, «que está en el cerro», Orkopiña. La tradición señala que la virgen se le había aparecido a una pastorcita en el cerro Orko, en las cercanías de Quillacollo, próximo a la capital de Cochabamba. Existe una leyenda que todos repiten porque la escucharon en su infancia o porque han buscado material édito para tener información sobre el tema. Cuentan que la virgen se le presentó a una niña pastora de ovejas y le dijo: «Levanta unas piedras y llévalas a tu casa», la niña obedeció, llevó las piedras en su llijilla (manto) hasta su casa, allí las piedras se convirtieron en plata. Es difícil precisar el origen de las creencias vinculadas con esta figura, pero sabemos que desde el siglo xvii España impuso el culto de la virgen en el marco de la evangelización agresiva de la Contrarreforma religiosa. En la actualidad las celebraciones se realizan el día 15 de agosto de cada año.
61Más cercano a nuestros días pudimos saber que la Virgen de Urkupiña es considerada la virgen de la integración. El 8 de diciembre de 1998, se declaró «santuario de la integración nacional» a la Basílica de Urkupiña. Podemos asegurar que como símbolo de la integración en las celebraciones que se realizan en Bahía Blanca se ha incluido el uso de la bandera de los pueblos andinos, wiphala, tanto en la iglesia como en la fiesta, en muchos casos la bandera es portada por los grupos de danza, en especial los que bailan tinku.
62Para acercarnos a este proceso migratorio y desentrañar las causas del origen de la festividad nos propusimos focalizar en los relatos de vida de distintos actores sociales, en especial de la pareja de migrantes que fue la que viajó a Bolivia para realizar rituales de agradecimiento a la virgen en cuestión, adquirió una estatua de ésta y la llevaron a Bahía Blanca. Tomamos la idea de relatos de vida tal como la planteó Denzin9 y continuó Daniel Bertaux. Este sociólogo francés trabajó desde una perspectiva etnosociológica en el estudio de fragmentos de la realidad histórico-social. La recopilación de relatos de vida no propone conocer toda la vida de los sujetos, en cambio espera aprehenderlos incorporando la reflexividad de los/as narradores/as. Para Bertaux los relatos de vida se relacionan con las life stories, diferentes de las historias de vida (Bertaux, 1999, p. 61).
63El relato de vida es el fragmento de lo narrado, pero da cuenta de aquellos temas que nos hemos propuesto conocer, y es el tema el que condiciona el carácter de las preguntas que realizamos. Para el caso de las entrevistas en las que el objeto es del tipo relaciones socio-simbólicas se aconseja emplear una escucha atenta y asumir una actitud no directiva, mientras que cuando se indaga para adquirir conocimientos sobre marcos sociales se aconseja una mayor direccionalidad, esto implica mayor número de preguntas y un minucioso estudio de éstas para que no se anulen entre sí (Bertaux, 1999, p. 91). En nuestro caso seguimos el consejo de la no direccionalidad, esto permitió que surgieran aspectos de la problemática que nos eran desconocidos.
64Durante las entrevistas realizadas en el 2007 consultamos a nuestros interlocutores acerca del origen de la fiesta, supimos que tanto ellos como Pastoral Migratoria son los custodios de la virgen. Desde la primera entrevista ya nos habían dado algunos datos sobre el origen de las festividades, pero después de observar y conocer más los hechos que nos preocupaban pudimos dimensionar la importancia de los relatos de vida recopilados; en ellos hay muchos elementos que nos permiten comprender el origen de una fiesta culturalmente muy distante de la del entorno católico bahiense.
65Las entrevistas etnográficas que dieron lugar a la identificación de los relatos de vida nos permitieron comprender la importancia de Pastoral Migratoria en la concreción de estos rituales festivos. Pudimos ver la trascendencia que tuvo el apoyo institucional para que las celebraciones de Urkupiña se realicen de la manera en que se hacen en Bahía Blanca. Pastoral Migratoria pasó a coordinar las fiestas que se realizan en esta ciudad, en Punta Alta y en las localidades de Pedro Luro e Hilario Ascasubi, todas con una importante migración boliviana dedicada mayoritariamente a la producción hortícola en el valle del río Colorado, lugares en los cuales se realizaban fiestas en honor a la Virgen de Copacabana.
66Las festividades de la Virgen de Urkupiña tal como se realizan en Bahía Blanca –diferentes en su organización a las de la vecina ciudad de Punta Alta– buscan recuperar pautas culturales andinas, tratando de revitalizar mecanismos de intercambio a través de la designación de padrinos, pasantes y donantes encargados de asegurar que en los encuentros festivos esté todo previsto, no falte comida, bebida, música, fotos, videos, estandartes, souvenirs y todo lo atinente a la fiesta. También se busca articular estas prácticas con el catolicismo, es así que la novena tiene un lugar muy importante. Cada día de la novena la imagen de la virgen es llevada a la casa de una familia de bolivianos, el novenario se puede realizar en forma bastante independiente de la presencia del sacerdote, ya que cuentan con una publicación de la propia Pastoral Migratoria que sirve de guía para la actividad. Después de la novena se realizan la misa y la fiesta.
67En suma, estas festividades nos permitieron, entre otras cosas, trabajar con los migrantes que llegaron desde Bolivia al ámbito urbano de la ciudad y ver sus conexiones con el medio rural y otras localidades.
Los estudios lingüísticos
68Los inmigrantes bolivianos que pudimos entrevistar inician su narración en primera persona del singular, refiriéndose por medio de descripciones nítidas al modo en que vivían en Bolivia. En la mayoría de los casos, la decisión de inmigrar se presenta en el discurso como un escape de la pobreza y la explotación en un contexto socio-económico que no les presentaba ninguna posibilidad.
69Así, en el desarrollo de las entrevistas, en la mayoría de los casos se puede observar un cambio en las estrategias de referencias, si se excluye la primera persona que focaliza el discurso en la persona migrante. Así ocurren distintas autorreferencias: las que se utilizan para mencionar la vida en Bolivia que pueden ejemplificarse con expresiones como «el indio nada a que aspirar tenía», «un cholo» y, menos frecuente, «los collas» y las utilizadas para el presente, «el inmigrante boliviano»
–y variantes– o «el boliviano». A partir de estas referencias relevadas (similares en la estructura gramatical), se puede inferir que la posibilidad de migrar no sólo representa un cambio económico, sino también un cambio de rasgos identitarios, en tanto la polarización existente entre la denominación peyorativa constituida en campos semánticos relacionados con clase, raza y etnia se modificaría en el país receptor que ignora la conformación y valoración de los distintos grupos al interior de Bolivia. Esta inferencia se corrobora cuando el relato se centra en la vida como inmigrante, donde se utilizan términos de referencia genérica o colectivos de identificación que reemplazan las viejas etiquetas y refieren su condición migrante valorada de manera positiva.
70Asimismo, se puede apreciar que esta valoración se encuentra en las distintas atribuciones autoasignadas. Así, entre las estrategias predicativas se encuentran adscripciones positivas vinculadas principalmente a tres esferas. La primera de ellas relacionada con rasgos personales se constituye por dos características «ser cerrado» en tanto explican que frente a alguien desconocido «cuesta relacionarse». Esta dificultad para la socialización valorada negativamente se encuentra en el discurso asociada y, seguida de manera recurrente, por la segunda característica «ser respetuoso» que funciona como un atenuante de valoración positiva. Esto se puede enunciar en una estructura adversativa «cerrado pero respetuoso» que sustenta la autorrepresentación. La segunda esfera se constituye por atribuciones relacionadas con el trabajo. Generalmente referida al colectivo, se autodefinen «trabajadores» atribuyéndose este rasgo como inherente tanto a la condición migrante como a «la boliviana», sustantivo que se adjetiva por medio de una constelación de calificaciones positivas como «muy», «hábil», «mañoso», «detallista». En este sentido, se puede apreciar la existencia de un valor simbólico atribuido al trabajo que es concordante con el que presenta la sociedad receptora. Finalmente, la tercera esfera se vincula con la educación a la que refieren no como una posibilidad sino en términos de su accesibilidad sea a la educación formal, sea a la de adultos. Así el campo semántico relacionado con la educación es asociado a términos como «importante», «futuro», «progreso», «cultura» y se presenta en emisiones que enaltecen al país receptor no sólo porque allí ven una posibilidad de interacción considerada tan necesaria como «difícil» por etiquetarse como «cerrados», sino también porque consideran que sus hijos tendrán mejores oportunidades de inserción laboral y social.
71En este breve desarrollo puede vislumbrase el complejo entramado de factores que incide en la conformación de rasgos identitarios que implica la posibilidad de radicarse en Argentina y la posibilidad de un cambio en la atribución de nuevos rasgos propios. Entendemos que la polarización entre el allá y antes y el aquí y ahora lo deja traslucir. Así, la construcción discursiva de la identidad se presenta condicionada por la situación previa a la inmigración, a la vez que por el deseo de modificación, de ahí las rupturas y la valoración positiva de ciertos rasgos.
Reflexiones finales
72Pretendimos dar cuenta del armado de un campo para el estudio desde la historia oral de las migraciones desde Chile y Bolivia a Bahía Blanca y la zona. Este campo se construyó con las siguientes prácticas de investigación:
- Abordamos las investigaciones sobre migraciones desde Chile a Bahía Blanca a partir del análisis del material recopilado en:
- Talleres de historia y memoria en escuelas primarias de adultos y centros municipales de alfabetización en el área urbana de Bahía Blanca.
- Trabajo de campo de reconocimiento de las iglesias evangélicas pentecostales e identificación de procesos migratorios.
- Estudios lingüísticos sobre lengua e identidad realizados en el ámbito urbano a través de entrevistas.
- Para conocer y analizar las características de las migraciones desde Bolivia diseñamos e implementamos las siguientes estrategias de investigación:
- Talleres Comer y compartir y Proyecto Puentes en establecimientos escolares rurales en el paraje Alférez San Martín ubicado en el sector hortícola cercano a Bahía Blanca.
- Realización de la historia de la Cooperativa Eléctrica Colonia La Merced en el partido de Villarino, donde evaluamos la importancia de la migración desde Bolivia en el área de producción de vegetales, lugar que tradicionalmente había sido un nicho productivo de los migrantes italianos.
- Trabajo etnográfico-antropológico para analizar los procesos de salud-enfermedad-atención-cuidado, por los que atraviesa la población migrante en la región, en este caso, aquella llegada desde Bolivia.
- Estudio de las festividades de la Virgen de Urkupiña en el ámbito urbano de Bahía Blanca, en tanto espacio de reunión de los migrantes llegados desde Bolivia y de vínculo con Pastoral Migratoria.
- Estudios lingüísticos sobre lengua e identidad realizados en el ámbito urbano a través de entrevistas.
73Tomamos las propuestas teóricas de Guber acerca de la complejidad de delimitar el campo en el cual se va a trabajar, ya que este no es un espacio dado, sino que se trata de una construcción, en este caso planteamos que los distintos lugares en los que trabajamos y en los que realizamos distintas actividades constituyen nuestro campo, aunque se trate de espacios rurales y urbanos. En suma, se trata de un campo que une distintos momentos y espacios que da cuenta de los procesos migratorios estudiados y de nuestras prácticas de investigación.
Bibliographie
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Notes de bas de page
1 Estos centros tienen su origen en el Plan Nacional de Alfabetización del gobierno de Raúl Alfonsín.
2 En América Latina el protestantismo siempre ha sido minoritario, mientras que el catolicismo impregnaba las instituciones civiles surgidas con los movimientos independentistas del siglo xix. En Chile la secularización de la sociedad civil se dio recién en los últimos años de este siglo, aunque a mediados de éste ya habían llegado los primeros cultos protestantes. Se establecieron en América Latina distintas ramas del protestantismo vinculadas a los llamados protestantismos históricos. Mientras en la Argentina se establecieron metodistas, presbiterianos (alrededor de 1870), anglicanos y episcopales (1881), en Chile la ley de colonización de 1845 ofrecía a las familias alemanas la posibilidad de instalarse en su país, al sur del río Bío-Bío. Ante este ofrecimiento llegaron entre 1848 y 1875 los contingentes migratorios de protestantes alemanes. En la década del sesenta surgieron congregaciones evangélicas y se erigieron templos en ciudades como Valparaíso, Osorno y Puerto Montt. Pero en los primeros años del siglo xx se produjo una serie de hechos que cambió el rumbo del movimiento protestante en América Latina. En el seno de la Iglesia Metodista de Valparaíso surgió una manifestación de la nueva expresión religiosa surgida en los Estados Unidos: el pentecostalismo.
3 Para los creyentes pentecostales, la glosolalia es la capacidad de «hablar en lenguas» de manera similar a la descrita en el Nuevo Testamento, consideran que el don de hablar en lenguas les es otorgado por el Espíritu Santo y les permite formas alternativas de conocimiento.
4 Wodak define estrategia como «un plan de prácticas más o menos preciso e intencional (incluyendo las prácticas discursivas) que se adopta con el fin de alcanzar un determinado objetivo social, político, psicológico o lingüístico» y estrategia discursiva como «las formas sistemáticas de uso del lenguaje, se pueden clasificar en diferentes niveles de organización y complejidad lingüística». (Wodak, 2003, p. 115)
5 Si bien relevamos una tercera posibilidad, la del inmigrante que dejó en Chile a su familia para reunirse con ella luego de establecerse y conseguir trabajo, la narración que se presenta posee características similares a las de quienes viajaron solos, motivo por el cual se analizan dentro del mismo grupo.
6 Se trata del proyecto «Desde Bolivia a Bahía Blanca. La Identidad en cuestión» del Programa Promoción de la Universidad Argentina «Un Puente entre la Universidad y la Comunidad», convocado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.
7 El Hospital Penna cubre la Región Sanitaria I que está ubicada en el sur de la provincia de Buenos Aires y contiene 15 partidos; Adolfo Alsina, Adolfo Gonzáles Chávez, Bahía Blanca, Coronel Rosales, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Guaminí, Monte Hermoso, Patagones, Puán, Saavedra, Tornquist, Tres Arroyos y Villarino.
8 Al sur del partido de Bahía Blanca.
9 Este sociólogo norteamericano está ubicado en la tradición interpretativista de la investigación sociológica denominada interaccionismo simbólico. El interaccionismo simbólico es una de las orientaciones de la etnometodología fundada por Harold Garfinkel.
Auteurs
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