Anexo. La cocina de la investigación
Diálogo entre investigadores/as sobre problemas conceptuales y metodológicos involucrados en la investigación en comunicación
p. 241-254
Texte intégral
1Sandra Poliszuk. —La propuesta es que ustedes se presenten y cuenten brevemente su trayectoria y posicionamiento dentro del campo de comunicación en el que vienen investigando. Lo pueden hacer en forma individual o en representación del grupo de investigación con el que trabajan.
2Luis Sandoval. —Bueno, empiezo. Yo formo parte del Grupo de Trabajo sobre Internet, Tecnología y Cultura de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (unpsjb), en el que venimos trabajando hace diez años. En la Universidad hay una normativa de institutos y de grupos de investigación, y el hecho de que nosotros quisiéramos llamarnos Grupo de Trabajo generó también algún tipo de cortocircuito, de discrepancia, pero en la denominación, nuestra idea siempre fue combinar la investigación con el trabajo en el territorio y la experimentación. No siempre lo logramos de forma armónica. En estos diez años hemos trabajado cuestiones de investigación que han estado vinculadas inicialmente con una preocupación más por la formación de comunidades en la virtualidad, ese ha sido un tema inicial. Y después por usos y apropiaciones de tecnologías. Hace dos años confluimos en un programa de investigación más general donde estamos tratando de tener un diálogo con otras disciplinas, más que nada con la lingüística y el análisis del discurso; hay cosas que funcionan y otras que cuesta que funcionen. Y, en paralelo, en este período, hemos intervenido en algunas propuestas: por ejemplo, en su momento, en forma previa al programa Conectar Igualdad, hubo un programa local de acceso a las tecnologías en espacios educativos y comunitarios en Comodoro Rivadavia y, como grupo de trabajo, hubo una participación importante en las capacitaciones, la implementación y, más que nada, en el trabajo comunitario. Participamos en programas de capacitación para organizaciones, entre otras intervenciones. Ese es más o menos el recorrido. En este momento tenemos tres proyectos de investigación, uno es general sobre apropiaciones, otro es sobre la relación entre los teléfonos celulares y los conflictos familiares y el otro es el que presentó Daniel ayer, sobre conflictos sociales petroleros, específicamente, la agenda de diarios digitales de la región patagónica austral en torno a esos temas.
3Luciano Beccaría. —Yo formo parte de la Dirección de Análisis, Investigación y Monitoreo de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Es un organismo público dependiente de una comisión bicameral del Congreso pero de funcionamiento autónomo, federal y con la misión de recibir los reclamos y las consultas de las audiencias de la radio y la televisión. Desde el área de Análisis, Investigación y Monitoreo, además de realizar el análisis sociosemiótico de las piezas audiovisuales objeto de reclamos, llevamos adelante los proyectos de investigación de la Defensoría, que brindan insumos al organismo para desarrollar sus líneas de trabajo. En particular, yo estoy cocoordinando el de monitoreo de noticieros de televisión en la ciudad de Buenos Aires: es un proyecto que llevamos adelante hace cinco años, desde que se inició la Defensoría. En el equipo del área hay un grupo de colegas de Comunicación y compañeros y compañeras de carreras humanísticas, bastante multidisciplinario, lo cual le da también una perspectiva diversa a la hora de realizar los informes, de plantear distintas ideas para llevar adelante. Ahora estamos trabajando en un observatorio de salud desde esta perspectiva multidisciplinar. El 2018 se declaró el año de la Protección de la Salud en la Defensoría del Público, entonces, estamos intentando darle énfasis a observar cómo es el abordaje de la salud; por ejemplo, en los noticieros de televisión, en las publicidades de alimentos, en las señales dirigidas a niños, niñas y adolescentes o en los canales de televisión abierta durante la programación infantil. Tenemos distintas líneas de trabajo que tienen que ver con monitoreos y también otras que tienen que ver con el diseño y la elaboración de guías para el tratamiento periodístico responsable en distintas temáticas, por ejemplo, sobre el tratamiento de violencia institucional, o sobre noticias policiales, sobre salud mental, niñez y adolescencia. Son dos tipos de trabajos que realizamos también en conjunto con distintos actores, distintas organizaciones de la sociedad civil y ámbitos académicos. Intentamos que haya una participación bien abierta, bien plural. Esa es una de las tareas fundamentales del organismo.
4Natalia Aruguete. —Yo dirijo un proyecto de investigación, en la Universidad de Quilmes, que está relacionado con el trabajo que llevamos a cabo en el Proyecto de Investigación Orientado (pio). Los pio son proyectos de investigación orientados que financian el conicet y la Defensoría del Público de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (lsca). En ese pio soy codirectora. Me quiero centrar en ese proyecto porque intenta ser federal en la medida en que incorpora investigadores de cuatro ciudades de distintas provincias de la Argentina y es interdisciplinario, ya que el propio recorte del objeto que hicimos lo requiere: estamos analizando todo el circuito productivo de la noticia que va desde la estructura de propiedad de los medios que conforman nuestro corpus: los dos canales de televisión de mayor alcance en la ciudad de Mendoza, en la ciudad de Rosario, en el amba y en la ciudad de Córdoba.1 Iniciamos el proyecto con la estructura de propiedad, estamos analizando también las rutinas productivas de los periodistas y de todos los trabajadores que forman parte de esos canales. Estamos realizando un análisis de las noticias de delito propiamente, triangulando desde distintas perspectivas teóricas, como el framing, el análisis del discurso y también incorporamos la dimensión de la narrativa audiovisual. Entonces, al interior del análisis de las noticias también hay una convergencia y un diálogo entre teorías. Además, nos encontramos analizando, desde la recepción de esas noticias, cómo se da ese diálogo. Allí converge no solamente el diálogo entre distintas teorías sino también entre distintas herramientas metodológicas.
5Esteban Zunino. —Como en la mayoría de los casos, supongo, hay una yuxtaposición de proyectos que en algún punto convergen y en otros no, pero me voy a referir básicamente al Observatorio de Medios, Democracia y Ciudadanía, que es un proyecto que dirijo en Mendoza, en la Universidad Maza, y que tiene algunos puntos de contacto con otro observatorio en el cual participo en la uncuyo. Básicamente, el objetivo que nos habíamos trazado, al empezar, era analizar las agendas periodísticas de los principales medios digitales de la provincia de Mendoza. En primer lugar, porque nos interesaba conocerlas, nos parecía un insumo necesario y no desarrollado, a partir de una concepción amplia de la comunicación que la entienda como un derecho fundamental y a la calidad informativa como un insumo necesario para el ejercicio de la ciudadanía. En segundo lugar, porque creíamos que era necesario también, y ahí viene la segunda parte del observatorio, retomar la relación que a veces se percibe como de divorcio entre la universidad y las empresas periodísticas. Entonces empezamos a trabajar fuertemente, además del análisis de los contenidos, el análisis de las rutinas productivas. La primera estrategia fue entrevistar a todos los directores de los diarios digitales que observamos. Primero, para decirles que hay un observatorio que los iba a estar mirando y, segundo, porque necesitábamos insumos que surgieran de esas entrevistas para pensar una matriz de análisis que, por ser los diarios online fenómenos relativamente cercanos en el tiempo, no están demasiado abordados metodológicamente. Entonces, en la propia definición de algunas variables teníamos que conocer cómo hacen ellos su laburo cotidiano. Sorpresivamente para lo que esperábamos, fuimos muy bien recibidos en todos los medios. Es más, nos dieron muchísima cobertura. El proyecto después se expandió y ese fue otro dilema, ya que los que hacemos investigación en las provincias necesitamos una pata en lo local pero, a veces, esa pata vuelve a las investigaciones un tanto endogámicas y, por ahí, poco relevantes o interesantes para discutir nacionalmente. Entonces, la decisión que tomamos fue observar los medios digitales más destacados de las principales provincias del país: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Tomamos más medios de Mendoza como para poder hacer diferentes análisis centrados en lo local pero comparables con los medios nacionales y de las provincias más importantes. Y la idea es seguir en ese camino. Ya hicimos una presentación preliminar de resultados, el año pasado, con los directores de los medios. Fue una especie de instancia de devolución, algunos se enojaron, otros se fueron contentos, pero por lo menos todos vieron que también esa otra parte, la devolución, estuvo buena, sentir que no fue solo ir a preguntarles qué hacen sino también devolverles un insumo que ellos podrán tirar a la basura o podrán leer.
6Alejandro Rost. —Yo soy director de un proyecto de investigación en la Universidad Nacional del Comahue, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de General Roca. El grupo de investigación del que participo viene trabajando desde el año 2000, se constituye formalmente en el 2001 con el primer proyecto de investigación, dirigido en ese momento por Juan Carlos Bergonzi. Ese grupo es la base, que se mantiene hasta el momento, y está integrado por docentes de comunicación, de diseño, periodismo, de diseño y nuevos medios, una confluencia de distintas perspectivas. En el grupo también hay becarias y estudiantes. El tema que nos ha cruzado durante todo este tiempo ha sido el periodismo digital y, sobre todo, la participación de los usuarios en la construcción de la actualidad. Si bien empezamos con un proyecto que tenía más que ver con el periodismo impreso, ya desde el principio fue tomando forma la investigación del periodismo en Internet. Y el último proyecto, justamente, aborda la cuestión del periodismo en Internet en cuanto a las rutinas de trabajo, las nuevas narrativas y la interactividad. El proyecto, además de la investigación, está unido a otras dos patas que son importantes: una es el laboratorio, al que llamamos Laboratorio Transmedia de la Patagonia,2 donde se trasladan los resultados de las investigaciones, todas nuestras publicaciones y las producciones periodísticas que realizamos con medios pequeños de la región y también con los estudiantes en el ámbito de las aulas. Y la otra pata es el posgrado que también es importante: tenemos una especialización en Comunicación y Culturas Contemporáneas, donde estas investigaciones también se van aplicando en los trabajos finales y los trabajos que se van haciendo en los cursos.
7Sandra Poliszuk. —Hay una diversidad no solamente de tipos de proyectos sino también enfoques teórico-metodológicos, por un lado, y los cruces entre los distintos proyectos y entre docencia, intervención e investigación, por otro. El primer disparador para poder seguir pensando desde la mirada de las trayectorias dentro de sus equipos de investigación, dentro de sus trabajos, es pensar cómo se están renovando temáticamente, metodológicamente, los enfoques de la comunicación, si es que hay una renovación o no; cómo, de algún modo, se viene recreando el campo de la comunicación. ¿Ustedes ven algún tipo de renovación metodológica o algún tipo de cruces de nuevas perspectivas con las que se venían trabajando años atrás?
8Luis Sandoval. —Yo lo plantearía con una especie de anécdota. El otro día conversaba con un colega que es especialista en análisis del discurso. Y en la mirada de él, el análisis crítico del discurso, que es donde él está enmarcado, hace años que no tiene capacidad de generación de teoría, de categorías teóricas nuevas, pero ha desarrollado una metodología de análisis que funciona. Entonces, él dice: «terminamos haciendo más o menos lo mismo todo el tiempo, funciona, pero se vuelve un poco aburrido a la larga». Me parece que nosotros estamos en el extremo opuesto. O sea: no tenemos tan definidas las cuestiones teórico-metodológicas, porque hay una situación de innovación permanente. Y de hecho me da esa impresión, a partir de los recorridos de cada uno: que el cambio, en parte de objeto, en parte de búsquedas teóricas, es una constante, en el sentido de ajustar más el objeto a las preguntas de hoy
9Esteban Zunino. —Puedo también responder a partir de algunas anécdotas. Obviamente, el esquema canónico en un proyecto de investigación es que uno tiene que relevar un estado del arte, tomar bibliografía para definir variables, entre otros aspectos. Nosotros hicimos ese esfuerzo trabajando sobre medios digitales y es cierto que ya hay algo trabajado, o sea, ya no son tan nuevos los nuevos medios, pero sí son muy dinámicos. Entonces, la relación, por ejemplo, de los medios digitales con las redes sociales es algo que se va redefiniendo todo el tiempo y que las propias redacciones todavía no saben bien cómo abordar. Algunos tienen community managers, otros te dicen que no, que en realidad nadie conoce la nota como el periodista y lo mejor es que la viralice él. Y ahí a nosotros nos surgió un desafío: conocer las redacciones. Estos son medios que no tienen definido su plan de negocio, que también están tanteando todo el tiempo qué les funciona y qué no les funciona; y esas pruebas se traslucen continuamente al nivel del contenido. Esos cambios, que a veces son cambios de diseño, o en los criterios de jerarquización de la información, los vamos rastreando en los diferentes cortes de observación que son cada tres meses. Y eso implica ir redefiniendo todo el tiempo las estrategias metodológicas. Si bien nosotros hacemos análisis de contenido cuantitativo, la redefinición constante de las variables de análisis, el enriquecimiento de nuestra matriz es permanente, o sea, de una observación a otra vamos agregando o redefiniendo variables. Y la interpretación de los resultados también requiere de ese diálogo con las empresas periodísticas; por ejemplo, hay diarios que tienen como norte la inmediatez y otros diarios que dejan temas del día más firmes en la portada del digital. ¿Eso responde a que ese día no tuvieron información o a una decisión editorial de ir generando un público más fiel? Cuando lo empezamos a ver al nivel del contenido en algunos medios y fuimos a preguntarles, nos dimos cuenta de que ellos también están redefiniendo cuál es el diálogo y el contrato de lectura que establecen con sus públicos. Así que nos enfrentamos a un objeto muy dinámico. Nosotros, como decía Luis, no tenemos un método seguro que funcione siempre. Hay que estar reelaborando todo el tiempo en función de los objetivos y de las propias dinámicas del objeto.
10Alejandro Rost. —En nuestro caso también, o sea, el objeto de estudio es totalmente cambiante, en estos diecisiete años han cambiado muchas cosas: se han creado las redes sociales, se han consolidado los móviles como dispositivos de producción y recepción de contenidos. Así que también han surgido nuevos conceptos que hemos puesto en juego en las investigaciones, como la interactividad, convergencia, nuevas narrativas, transmedialidad; son todos conceptos que fueron surgiendo sobre la marcha de estos años de investigación, que fuimos incorporando en las investigaciones. Con lo cual no solamente el objeto es dinámico sino que, además, las categorías con las cuales lo analizamos, también. En cuanto a las metodologías, también hemos tratado de ir modificando, de ir abordándolo desde distintas perspectivas. Yo creo que tenemos un desafío bastante interesante en tratar de mostrar resultados de formas distintas, de formas más creativas, así como estudiamos nuevas narrativas, creo que tenemos que contar lo que estamos investigando en formas más atractivas, con mayor posibilidad de visibilización y de visualización de los datos, que no sea solamente un paper tradicional, lleno de texto, sino que haya otras formas de visibilización. Y también es necesario utilizar, justamente, las redes sociales, los repositorios académicos, en fin, ampliar ese espectro de difusión e interacción de la producción académica. Me parece que, desde ese punto de vista, tenemos un desafío.
11Natalia Aruguete. —En nuestro trabajo, la transformación que yo puedo notar, si me alejo un poco de la labor y lo miro desde la vereda de enfrente, no tiene que ver con lo que reclama el objeto, porque nosotros estamos analizando televisión y canales de aire, cuyos discursos tienen cierta estabilidad. Es decir que no se trata de que el objeto nos pida un cambio de perspectiva teórica o metodológica. En realidad, nuestra transformación se inicia en la discusión teórica, por eso señalaba lo interesante de este proyecto. Me refiero, fundamentalmente, a la matriz que elaboramos para el análisis de noticieros, que contiene setenta y tres variables. La triangulación teórica de esa matriz no tiene que ver tanto con una complementación de teorías, en el sentido de usar una teoría para determinado momento de la investigación y otras teorías para otro momento. La discusión que se dio desde esas teorías nos permitió redefinir algunas variables, considerando que en algunos casos se trata de variables y dimensiones que ya vienen dadas. Quiero decir que no tomamos las variables acríticamente sino que las redefinimos. Nos ocurría que, quizá, un miembro del equipo que viene del análisis discursivo dijera: «en realidad deberíamos buscar marcas acá, que den cuenta de huellas…». Y tal vez un analista del framing no busque marcas y huellas, sino explicitaciones que den cuenta de esas variables. En definitiva, esa discusión nos hizo armar una matriz que nos parece que tiene sus singularidades respecto de lo que hay en el campo del análisis de este tipo de producciones noticiosas. Pero, insisto, no tiene que ver con lo que nos pedía el objeto sino con lo que nos propusimos teóricamente.
12Ariel Barbieri. —Quiero hacer una acotación: este año estuve con Lorenzo Vilches en Barcelona y él publicó un diccionario de teoría narrativa. Una de las cuestiones que veía a partir de su lectura es que él empieza a establecer definiciones, y veo que hay definiciones que chocan; hizo un diccionario, porque las definiciones que, por ejemplo, para enunciado, estaban desarrollando cuestiones vinculadas con el discurso y con lo literario, también aparecían en lo transmedia. Recién alguien planteaba el tema de la conceptualización, o estas cuestiones más acríticas de poder recuperar determinados suelos epistémicos distintos con respecto a cómo ingresa convergencia, transmedia, entre otros, dentro de la reflexión teórica. ¿Cuál es el proceso que ustedes llevan adelante para tomar esos conceptos, mirarlos y que no sean irreflexivos y que no los tomen acríticamente?, ¿cuál es ese momento en el cual ustedes se encuentran con el concepto, están mirándolo y dicen «bueno, lo reviso, lo utilizo, cómo me paro, desde qué lugar lo estoy planteando»?
13Alejandro Rost. —Sí, bueno, ni hablar. O sea, hay conceptos que van surgiendo y que, por lo menos nosotros, los revisamos, los trabajamos como grupo. Generalmente trabajamos todo como grupo. Y por ahí son conceptos que son más prestados de otros lados como, por ejemplo, transmedialidad que viene más del cine, de la industria del entretenimiento. Entonces la idea era ¿este concepto se puede aplicar al periodismo que es lo que nos interesa a nosotros? Y bueno, ahí era también cuestión de probarlo y de ver si se podía operacionalizar, si tenía aplicación en el campo y ver si el concepto soportaba las preguntas que nosotros teníamos y realmente respondía lo que nosotros queríamos saber.
14Luciano Beccaría. —Retomando un poco hacia atrás, sobre lo que nos fuimos encontrando a la hora de elaborar nuestro proyecto, nuestra forma de ir construyendo la herramienta, por un lado, o sea la base sobre la que volcamos los datos, la metodología y el marco teórico de lo que es el monitoreo de noticieros, nos fue encontrando con un rediseño también constante, como les pasó a todos ustedes, según nos fueron contando, y, sobre todo en los últimos años, nos encuentra también en una especie de encrucijada que estamos observando y que tiene que ver con la necesidad de ampliar la definición del audiovisual. Vuelvo también a lo normativo y, haciendo referencia al organismo, a la Defensoría en sí misma, que necesita también una redefinición del audiovisual para poder indagar en cuestiones como las plataformas y servicios ott. Pero lo interesante que estuvimos observando, sobre todo de los noticieros audiovisuales en estos últimos años, es esta reconversión o reconfiguración, esta hibridación o esta necesidad de competir con Internet, con las redes sociales, que está cambiando completamente la forma de construir noticias; no sé si completamente pero en alguna medida está cambiando la organización de la información, la jerarquización de las noticias dentro de los programas noticiosos, y eso lo observamos solo con contabilizar la cantidad de noticias desde 2013 a 2017. En 2013, analizando seis semanas todo el año de los cinco canales de televisión abierta de las cuatro franjas horarias, contabilizamos alrededor de 13 000 noticias y, en 2017, ese número aumentó a más de 19 000. Lo que observamos es que hay noticias cada vez más cortas también, que tiene que ver con cómo cada canal configura sus noticieros; pero, sobre todo, esas noticias más cortas tienen la dinámica de la pastilla y la información tomada de algún sitio, de algún portal de noticias de Internet o de alguna red social, una necesidad de mostrar la mayor cantidad de noticias en el menor tiempo posible. De hecho, hay un noticiero que se toma un minuto para informar o para comentar cinco noticias y al conductor lo cronometran, y juega con la producción a ver si llega a contar las cinco noticias antes de un timbre que suena. Así que también nos vemos en esa necesidad de probar estas reconceptualizaciones dentro de lo que es nuestro objeto, que son los noticieros de televisión, en particular, en lo que hace a la investigación del monitoreo, pero también en otras investigaciones que llevamos adelante. Y bueno, sobre todo esta necesidad, adelantándome a la última pregunta, de pensar estos cruces que se plantean en la realidad pero que todavía, en la letra de una norma, no están bien definidos.
15Sandra Poliszuk. —¿Alguien quiere contestar lo que fue surgiendo en esta ronda? ¿Quieren decir algo de cómo piensan o proyectan las investigaciones en comunicación hacia el futuro?
16Luis Sandoval. —Yo quisiera hacer una observación. No se lo dije a Natalia, pero una cosa que a mí me parece muy interesante del proyecto que ustedes están haciendo es la ambición de abordar el proceso comunicacional integralmente. Eso, por más que todos lo declamamos, pocas veces hay proyectos concretos que tratan de analizarlo de punta a punta. Y una cuestión que me parece que sí es una necesidad, no voy a decir un déficit, es incorporar más claramente en todas las visiones los resultados o la perspectiva de la economía política. La economía política de la comunicación se ha desarrollado tal vez con limitaciones, tal vez demasiado enfocada en la estructura de propiedad, para mi gusto. Me parece que hay otra agenda que está entre sus tareas desarrollar, que es más complicada pero que sería importante hacerlo, pero ese desarrollo de la economía política está muy enquistado, me parece. Por lo tanto, al resto del proceso es como que le falta sustento explicativo. Entonces, lo que ustedes están haciendo me parece muy interesante en ese sentido. Ahora, lo que aparece como un problema de esto, nosotros lo vamos viendo, es lo que yo llamo, usando el término de la logística, la trazabilidad. Uno analiza los distintos momentos, pero lo que es difícil es ver cómo efectivamente un condicionante, después, va constriñendo las fases posteriores del proceso. No sé cómo, eso, lo están viendo ustedes.
17Natalia Aruguete. —Nuestra hipótesis vertebradora, la hipótesis que funciona como disparador y como justificación para analizar esos cuatro momentos —también definidos a partir de la perspectiva teórica que tenemos—, es que cada uno de los momentos deja marcas en la siguiente etapa y, al mismo tiempo, los momentos que parecieran analíticamente sucesivos influyen en el anterior o se ponen en diálogo con el anterior. Entendemos que los movimientos que se dan en la estructura de propiedad, fundamentalmente lo que tiene que ver con la centralización de la producción de contenidos en el amba y la fuerte concentración de la propiedad, tienen implicancias en las rutinas de los trabajadores. El otro día estuve en Canal 13, estábamos en un cubículo arriba y, desde arriba, se veía un gran garaje donde había mesitas y todos se miraban con todos, eso tiene implicancias en la propia lógica rutinaria de los periodistas. Esa rutina deja huellas en los discursos noticiosos. Nuestro proyecto se centra en delito, y agrego la importancia que está teniendo el delito como noticia que atrae, porque quienes están trabajando en esas producciones de manera convergente y, al mismo tiempo, compartimentada –no entienden la lógica narrativa de todo el producto–, eso lo están haciendo también pensando qué está ocurriendo a nivel social. Y cuando nosotros hacemos los grupos focales, vemos que hay muchísima coherencia entre el tipo de producciones y el diálogo que ese tipo de producciones mantiene con lo que está pasando en los esquemas de percepción de la sociedad argentina, o ante la sociedad argentina, con las diferencias que tiene según las provincias. Entonces, entendemos esta influencia desde distintas teorías, pero asumimos algo que dice la teoría del framing: que los esquemas de percepción atraviesan todo el proceso comunicacional. Entonces, no es que los esquemas de percepción están en la audiencia que recibe un producto que les es inyectado, sino que esos mismos esquemas de percepción de la realidad argentina, de la realidad del delito en la Argentina, son coincidentes con los esquemas de percepción que tienen esos periodistas. Porque cuando uno entrevista a los periodistas y después hace los grupos focales ve muchos puntos de coincidencia y de convergencia respecto de las huellas que ambos dejan como encuadres en ese producto. Es un diálogo entre ambos para que el producto, o para que el discurso, tenga esos encuadres o esas lógicas narrativas. Estamos intentando probar que hay un eje vertebrador en todo eso, esa es nuestra hipótesis y nuestro desafío. Sí, es cierto que nos quedaron por fuera las nuevas tecnologías y esto tiene que ver con que nosotros desarrollamos este proyecto de investigación para presentarlo a la convocatoria que se abrió en 2014. En 2014 teníamos otra percepción respecto de las nuevas tecnologías.
18Esteban Zunino. —Bueno, un poco en el mismo sentido de lo que planteaba Natalia, a mí, particularmente por estar laburando en ese proyecto,3 se me despertó el bichito de la necesidad de la triangulación, es decir, no quedarse solo en el contenido, no quedarse solo en las rutinas, por lo menos, poner en diálogo algo de lo que se pueda. Después, hay limitaciones objetivas para los proyectos de investigación, como cuánto tiempo tenés, con cuánta gente contás y cuál es tu presupuesto. Para hacer un proyecto como el del pio necesitás un equipo grande, financiamiento. El Observatorio es más modesto pero no queríamos quedarnos sin triangular. Y, pensando en cómo aparecen algunos conceptos y la necesidad de apropiártelos, a mí me pasa que cuando me meto demasiado en la zona de confort me suelo aburrir rápido. Se me ocurre una anécdota: yendo a una redacción, uno de los directores de los diarios me dice «nosotros tenemos bots para interactuar con la audiencia». Y para mí fue una novedad que me llevaba a hacerme preguntas: ¿cómo usa un diario un bot para monetizar su contenido? ¿En qué lógica se inserta y desde qué perspectiva teórica puedo recuperarlo para poder problematizarlo en la escritura de mi informe de avance, aunque sea? Y, la verdad, creo que eso es parte de lo más rico que me está pasando a mí con el proyecto, y es que me desafía todo el tiempo a tener que incorporar marcos teóricos que no son los que me son cómodos. Por suerte, a diferencia de lo que planteaba Natalia con el audiovisual, este objeto todo el tiempo te saca del lugar de confort. A veces, eso tiene un problema que es que, cuando uno puede profundizar mucho sobre una misma teoría, los resultados pueden ser más consistentes. Pero bueno, acá la dinámica del propio objeto todo el tiempo te está sacando de teorías y métodos.
19Ariel Barbieri. —En cuanto a este vínculo entre la dimensión epistemológica y política, esta idea de recuperar determinados conceptos o tomar la decisión de utilizarlos o no, también tiene una dimensión política que tiene que ver con cómo ustedes se están parando ante determinado objeto. A partir de lo que Natalia comentaba recién, que dentro del equipo una de las cuestiones fue ver teóricamente cómo reconceptualizamos y cómo triangulamos, qué es esta cuestión vinculada con las percepciones que se cruzan, desde qué marco teórico, por qué recupero el análisis crítico del discurso, por qué recupero el cognitivismo (el cognitivismo, para muchos, no es una teoría que pueda estar enmarcada en determinados ámbitos políticos pero sí en otros es utilizada). Son discusiones que tienen implicancias también políticas y económicas porque fueron financiadas, en algunos casos, para inteligencia artificial, por el gobierno de Estados Unidos, para desarrollar bots. Yo, en lo personal, cuando estoy pensando una teoría, también pienso por qué forman parte como de esta dimensión macro. ¿Cómo lo ven ustedes?
20Natalia Aruguete. —Nosotros siempre asumimos que cualquier decisión académica es una decisión político-académica. Es así tanto en la elaboración teórica como en el recorte de nuestro objeto de estudio y en las interacciones que vamos forjando con otros investigadores del país, gracias a contar con ese financiamiento público que, para nosotros, es invalorable. El hecho de analizar delito, para nosotros, es una decisión política que tiene que ver con un interés particular en el discurso que hay alrededor del delito, que tiene una fuerte impronta punitivista. Nos inquieta comprender cómo la narrativa que se construye alrededor del delito habilita determinados discursos políticos en la Argentina y más allá de las fronteras nacionales. No solo nos interesa discutirlas con las audiencias sino discutirlas a nivel discursivo y también pensarlas con los periodistas. A veces, los periodistas, durante las entrevistas, reflexionan sobre lo que están diciendo y, cuando ponen en palabras algo que está totalmente rutinizado, es una instancia de reflexión que para nosotros también es una apuesta política. Y luego también apostamos mucho a mover este proyecto de investigación institucionalmente, ir a distintos lugares; ahora ya hemos pasado por Comodoro, por Mendoza, hemos pasado por muchos lugares en los que intentamos interactuar con los investigadores para enriquecer este proyecto y para poder contar qué estamos viendo, nuestros procedimientos analíticos. Pero estamos convencidos de que detrás de eso hay una decisión política, desde el momento cero.
21Alejandro Rost. —Para nosotros siempre fue interesante trabajar con los medios pequeños de la región para tratar de reflexionar sobre las prácticas de trabajo que tienen, sobre las rutinas de trabajo, sobre los contenidos, y también para hacer prácticas de coberturas colaborativas, como hemos hecho durante un par de elecciones legislativas en 2013. Dijimos: «bueno, a ver, juntémonos todos los medios»; nos organizamos con once o doce medios de Río Negro y Neuquén para hacer una cobertura que trate de aprovechar los recursos narrativos e interactivos que nos ofrece Internet. Fue una experiencia que hicimos dos veces y fue muy rica para, justamente, interactuar y probar herramientas y procesos que, en definitiva, puedan redundar en un beneficio para estos medios pequeños que tienen que competir con otros medios que tienen otros recursos y otras capacidades.
22Esteban Zunino. —Para mí, uno de los principales desafíos era el diálogo con los trabajadores y trabajadoras de prensa, y eso sí fue una decisión política. Cuando yo hablo de este divorcio de la academia, denunciando con el dedo acusador a los medios, por ahí, a veces se pierde la dimensión de que, por lo general, las redacciones están llenas de estudiantes de nuestras carreras que son trabajadores superexplotados y que mucha de esa superexplotación de las empresas mediáticas generan todo eso que nosotros, luego, criticamos en nuestros papers. Entonces, para mí, ir a trabajar con ellos, a tomar un café… no sé, no estoy tan al tanto de las entrevistas que hicieron en Buenos Aires, pero en Mendoza estaban contentos de que vayamos a preguntarles qué hacen, o sea, de contarnos cómo laburan, cómo es su cotidianidad, hasta era un espacio catártico en el que te decían: «bueno, no llego a escribir porque no me pagan los remises para ir a ver a las fuentes» o «para cubrir una noticia necesito saber, no alejarme de la estación de servicio que es la única en la que puedo cargar nafta». Bueno, cosas así que fueron surgiendo de esos espacios y que la decisión política nuestra es devolverles a esos periodistas lo que nosotros vemos para que sea un insumo real, yo sé que no van a poder cambiar las lógicas productivas de las empresas en las que laburan, pero sí pensar si titulan crimen pasional o femicidio, ¿no? Decir, si algo de eso les sirve a ellos para repensar o reflexionar sobre su práctica, me parece que es como el desafío del observatorio.
23Luciano Beccaría. —A nosotros nos pasa algo similar. En 2014, hicimos la presentación del monitoreo de ese año y, además de ofrecer los datos al público y a quienes se acercaron a esa presentación, habíamos invitado a los productores generales de los noticieros de los cinco canales de televisión abierta de caba. Vinieron de cuatro canales y se dio una dinámica muy interesante porque, después de la presentación de los datos, se habilitó una mesa donde ellos hablaron y se sintieron un poco interpelados. Nosotros, cuando mostramos esos datos, obviamente, no pretendemos señalar con el dedo acusador y decir qué es lo que está mal, qué es lo que está bien, ni mucho menos, porque somos un organismo del Estado y la libertad de expresión está garantizada por la ley. Pero, más que nada, nosotros nos enfocamos en la responsabilidad social de los medios y sus trabajadores de no vulnerar derechos. Cuando queremos mostrar de alguna manera la influencia, por ejemplo, de la información policial, la proporción de información policial que hay en todos los noticieros, estamos mostrando un número. Pero después hay un abordaje más cuali, anclado en esta cuestión de observar las prácticas que pueden ser inconvenientes y vulneratorias de derechos, en el sentido de que, por ejemplo, pueden estar afectando el derecho a la intimidad, pueden estar siendo emitidas en el horario apto todo público, entre otros asuntos. Entonces se dio este diálogo interesante porque, en un primer momento, los productores se atajaron en relación con los datos del monitoreo, pero en el diálogo, esa aparente tensión se fue alivianando un poco y la verdad es que la respuesta que ellos daban era completamente atendible también; incluso, la daban los mismos productores, y es la que tenía que ver con las rutinas productivas, con la inmediatez de la información, con la necesidad de estar ahí al tanto de lo que dictaba el rating. No pudimos repetir esa dinámica, lamentablemente, pero fue muy rica en su momento y a nosotros también nos sirvió para encarar el trabajo subsiguiente de otra manera.
Notes de bas de page
1 Una parte de los resultados del proyecto al que se hace referencia ha sido publicada en este libro bajo el título «La tv insegura. Estudio del circuito productivo de las noticias sobre delito, violencia e inseguridad en noticieros de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza» con la autoría de Martín Becerra, Gabriel Kessler, Natalia Raimondo Anselmino, Natalia Aruguete, Brenda Focás, Lorena Retegui, Ornela Carboni y Carla Rodríguez Miranda.
2 Laboratorio Transmedia de la Patagonia: http://medialabpatagonia.org/
3 Investigación del pio-Defensoría y del pict titulado «De la propiedad a la recepción. Estudio integral del circuito productivo de las noticias sobre delito e inseguridad en los noticieros televisivos de mayor audiencia de la Argentina», bajo la dirección de Gabriel Kessler.
Auteurs
Universidad Nacional del Comahue, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Argentina.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conicet), Argentina.
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina.
Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Argentina.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conicet), Argentina.
Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
Universidad Nacional de Río Negro, Río Negro, Argentina.
Universidad Nacional del Comahue, Argentina.
Universidad Nacional de Río Negro, Río Negro, Argentina.
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Cómo lograr el Estado de bienestar en el siglo XXI
Pensamiento económico, desarrollo sustentable y economía mundial (1950-2014)
Roberto Kozulj
2017