A modo de prólogo. Los orígenes de la concepción del diálogo en Lev Jakubinskij
p. 13-25
Texte intégral
1El trabajo de un especialista en historia de las ciencias se parece mucho al de un detective. Tanto en un caso como en el otro, se debe estar en condiciones de reconstituir una situación concreta y exacta por medio de la obtención de testimonios múltiples que son con frecuencia directos, pero a veces también pueden ser indirectos. Tanto en un caso como en el otro, la investigación se realiza a veces en ámbitos muy diferentes del tema principal, y esto se hace para descubrir indicios y minúsculos rastros que sirven para reconstituir el pensamiento de sus «héroes». Se trata, en ambos casos, de trabajos minuciosos que exigen paciencia, exactitud y profundas reflexiones. Como recompensa de sus esfuerzos, el especialista en historia de la lingüística tiene la satisfacción de haber descubierto y compartido una historia oculta o un pensamiento olvidado. Sus acciones tienen como objetivo restablecer el hilo del desarrollo del pensamiento humano. Esto lo lleva a veces a descubrir autores y obras importantes, olvidados en el tiempo, que engendraron obras posteriores más conocidas y cuya gloria se atribuyó de facto a otros autores.1
2Esto fue exactamente lo que sucedió con el lingüista ruso Lev Jakubinskij (1892-1945) y su artículo «Sobre el habla dialogal», publicado en 1923 en la revista Habla rusa (Russkaja rech)2. En este artículo, que es una obra clave para la lingüística rusa de los años 20, por primera vez en lingüística europea, L. Jakubinskij define la noción de diálogo y formula los principios de su estudio. Este artículo influyó en el concepto del diálogo presentado en las obras de V. Voloshinov (sobre todo, Marxismo y filosofía del lenguaje), que Occidente conoce más con referencia a M. Bajtín3. Ciertas ideas de este artículo generaron el concepto del habla interior de L. Vygotskij presentadas en su libro El pensamiento y el habla (Myshlenije i rech’)4. Además, la lingüística occidental redescubrió la mayor parte de las ideas de Jakubinskij a partir de los años 1960-1970. Desgraciadamente, su nombre y sus obras son muy poco conocidos en Occidente y la mayoría de los lingüistas contemporáneos se refieren a M. Bajtín como uno de los fundadores de la teoría del diálogo.
3El primer objetivo de este artículo es analizar la teoría del diálogo de L. Jakubinskij resaltando los aspectos que la lingüística occidental elaboró posteriormente. Al mismo tiempo, se planteará la cuestión de saber cómo pasó un lingüista formado en el enfoque histórico-comparativo a la pragmática lingüística, estableciendo determinados principios de su análisis. Esta cuestión determina el segundo objetivo de nuestra investigación, a saber: cuáles son las fuentes de la teoría de Lev Jakubinskij. En otras palabras, se podría decir cuál es «el espíritu/aire de los tiempos» y «el espíritu/aire del lugar» de esa época. Así, nuestro texto se compone de dos partes: en la primera, presentamos las ideas principales de Jakubinskij, y en la segunda, intentamos encontrar sus filiaciones tanto en la lingüística rusa como en las ciencias occidentales.
1. Los principios de organización del diálogo en Jakubinskij
4Aunque Lev Jakubinskij sea conocido más bien como uno de los fundadores de la opoiaz (Sociedad para el estudio del lenguaje poético) y como autor de artículos sobre la fonética del lenguaje poético, publicó inesperadamente en 1923 un artículo de cien páginas dedicado al análisis del habla dialogal. En ese artículo, L. Jakubinskij desarrolla la idea de diversidad funcional del habla. Esta idea ya había sido formulada en sus artículos anteriores sobre el lenguaje poético. Al tomar la meta como dato esencial, distingue dos tipos principales de habla: el habla cotidiana (practicheskaja rech’) y el habla poética (poeticheskaja rech’)5
5Al mismo tiempo, Jakubinskij se apoya en la forma del enunciado para distinguir dos tipos de habla, considerando que la distinción por la forma debe anteceder a la distinción por la meta, pues esta última está vinculada a factores extralingüísticos. Lo que permite evidenciar el paso de la esfera extralingüística a los fenómenos propiamente lingüísticos es la distinción por la forma y es justamente esto lo que opone el monólogo al diálogo.
6Primeramente, Jakubinskij define el diálogo como una forma directa de la interacción verbal y analiza el papel de la percepción visual y auditiva del interlocutor. Este análisis lo lleva a la idea de la importancia de la mímica, del gesto y de los movimientos del cuerpo humano para la comprensión mutua. Observa que, a veces, la mímica y los gestos reemplazan una contestación en el diálogo (1923, p. 122).
7Luego, Jakubinskij evidencia el papel esencial de la entonación al subrayar que introduce diferentes matices de sentido, que tienen «un significado comunicativo y que determinan la comprensión del habla y del estado de ánimo de un interlocutor mejor que las palabras con su sentido corriente» (1923, p. 125). Para ilustrar esta idea, Jakubinskij da como ejemplo un fragmento del Diario de Dostoievski, en el que se encuentra una conversación de borrachos. En esta conversación, una palabra grosera pronunciada con entonaciones diferentes recibe sentidos completamente diferentes.
8Además del papel significativo de la entonación, Jakubinskij subraya la importancia del tono, del timbre y de la gestualidad para la «energía del habla», en otras palabras, para que un oyente (slushajuschij) tome una actitud respecto del locutor (govorjaschij) y respecto de su enunciado. De este modo, el oyente va a orientar su propio «punto de vista», con el que recibirá la continuación de la conversación.
9Así, el primer fenómeno que llama la atención de Jakubinskij en su análisis del diálogo es la importancia del papel que juegan el gesto, la gestualidad y la entonación para la interacción verbal. Él considera comunicativos a estos medios (pues están cargados de mensaje, de informaciones) y les da el mismo rango que el de la expresión propiamente verbal.
10El segundo principio que elabora Jakubinskij en su artículo es la idea de Lev Scherba sobre la oposición del diálogo y del monólogo como fenómeno natural y como fenómeno artificial. Sin embargo, Jakubinskij utiliza estos términos en un sentido diferente del que les da Scherba.
11En su tesis de doctorado «Un dialecto sorbio oriental» (Vostochnoluzhickoe narechie), Lev Scherba considera que el diálogo es una forma natural del habla y que «una lengua solo manifiesta su existencia en el diálogo» (1915, p. 4). Dicho de otro modo, Scherba conectó directamente el diálogo con el habla cotidiana. Esta opinión de Scherba sirvió como punto de referencia para muchos lingüistas rusos que analizan el habla cotidiana. Contrariamente al diálogo, según Scherba, el monólogo es una «forma artificial de la lengua, que está vinculada con el desarrollo de las normas de la lengua común, con el desarrollo de la sociedad y de los individuos» (1915, p. 4).
12A diferencia de Scherba, Jakubinskij explica las nociones de «natural» y de «artificial» basándose en la naturaleza psicológica del diálogo, considerada como una interacción de estímulos y reacciones. Al indicar el carácter casi reflejo de una reacción verbal, Jakubinskij adopta la posición de los conductistas (1923, p. 134).
13Así se comprende entonces por qué Jakubinskij, al hablar de la naturaleza del diálogo, se concentra más específicamente en la cuestión de la interacción entre «comunicantes» y por qué subraya la importancia de la idea de que «cada interacción es una acción recíproca (inter-acción), que tiende hacia el fenómeno dialogal» (1923, p. 134). Para ilustrar este principio, Jakubinskij analiza una serie de ejemplos en los que hasta una acción monologal provoca una respuesta como reacción. Al elaborar esta idea, introduce la noción de «producción interna de las respuestas» (vnutrennee replicirovanie): en otras palabras, la producción de una respuesta en el habla interior, que sigue, por ejemplo, la audición de una presentación.
14Así, según Jakubinskij, el fenómeno de producción de una respuesta es una característica fundamental de todas las formas de interacción verbal; es de naturaleza psicológica, de tipo reflejo.
15El tercer principio de la teoría del diálogo que formula Jakubinskij se refiere a la alternancia de las respuestas. El intercambio de respuestas se desenvuelve en la forma de un cambio de locutor o bien en forma de interrupción. Jakubinskij vincula este fenómeno de interrupción en el transcurso del diálogo con otra característica fundamental, que es la inconclusión (nezakonchennost’). Muestra que:
Cada enunciado concreto supone una continuación, que será a su vez la prolongación de la contra-respuesta; por lo tanto, cada cambio de una respuesta por la contra-respuesta del otro interlocutor es una pausa hasta la nueva respuesta del primer interlocutor. (Jakubinskij, 1923, p. 140)
16Un poco más adelante, Jakubinskij expresa otra idea importante: cada respuesta está determinada por una respuesta anterior del interlocutor; así, «por un lado es un componente original y, por otro lado, es un componente del enunciado en su totalidad en una situación de diálogo dada» (1923, p. 140). De esta manera, en esta parte de su obra, Jakubinskij plantea el problema de la inconclusión del enunciado y el de la articulación de lo concreto y lo general en el enunciado.
17El análisis de las características del «tempo» del habla llevó a Jakubinskij a la idea de la falta de reflexión en el transcurso de una respuesta espontánea. Esto supone que el interlocutor maneja «componentes habituales» (elementos de automatismo). Esta observación sobre los componentes habituales condujo a Jakubinskij a la idea de la simplicidad de composición del diálogo con respecto a la del monólogo y a la del uso de una cantidad menor de palabras en un enunciado dialogal ocasionada por el componente «inconcluso». Contrariamente al diálogo, el monólogo supone una composición más compleja y la elección de los hechos lenguajeros.
18En el mismo párrafo, Jakubinskij evidencia otra característica importante del diálogo, a saber: que la recepción del habla del otro (del locutor) y la preparación de un contra-enunciado son simultáneas. Este fenómeno hace que el habla dialogal, desde el punto de vista psicológico, sea más compleja en relación con el habla monologal. Esta característica juega un papel determinante en el diálogo.
19Otro principio de la teoría del diálogo de Jakubinskij es la importancia de la apercepción, que está relacionada al mismo tiempo con la percepción y con la comprensión. Jakubinskij utiliza la noción de apercepción, tomada de W. Wundt, para designar la experiencia, tanto interna como externa, y el contenido psíquico de un interlocutor en el momento de la percepción. Define todo esto como «una masa aperceptiva» (1923, p. 147), que incluye tanto componentes permanentes y componentes transitorios como componentes verbales y no-verbales colocados al mismo nivel. Utilizando términos modernos, se puede decir que Jakubinskij fue el primero en la historia de la lingüística que habló del fenómeno de los «saberes comunes compartidos».
20Analizando diferentes casos de utilización de la «conjetura verbal» (jazykovaja dogadka), Jakubinskij muestra que no solo la identidad de las «masas aperceptivas» juega un papel importante para la comprensión mutua, sino que también lo hace el tema-cliché/tema-estereotipo (shablonnost’) del enunciado. Para argumentar este principio, Jakubinskij utiliza ejemplos extraídos de las novelas de L. Tolstoi y de las situaciones de la vida cotidiana.
21Cuando Jakubinskij pasa del análisis de las condiciones generales de la apercepción al estudio de ese fenómeno en una situación de diálogo, hace una observación muy importante referida a la interacción de la base inicial de apercepción con el contenido recibido de las respuestas del interlocutor: «así, cada producción posterior de un enunciado se desenvuelve con el fondo de la masa aperceptiva determinada por la respuesta que acaba de recibirse. Si, luego de una respuesta, el receptor no comprende o no asimila lo que se ha dicho, o bien hará una pregunta sobre el sentido de esas palabras, o bien el diálogo se irá extinguiendo poco a poco. El nivel de comprensión determina también la composición lenguajera del enunciado (1923, p. 145).
22Esta observación de Jakubinskij nos parece muy importante, pues en la lingüística occidental se le atribuye este descubrimiento al lingüista estadounidense H. Sacks, quien evidenció este fenómeno en los años sesenta. A partir de ese momento, la idea se convirtió en la base del análisis etnometodológico del diálogo en Estados Unidos. Ahora bien, como lo vemos en la teoría de Jakubinskij, él ya había presentado esta idea como un principio fundamental de la organización del diálogo. Así, al utilizar los saberes sobre la apercepción que existían en la psicología de su época, Jakubinskij fue el primero en aplicarlos en el análisis de la interacción verbal en lingüística. Utilizó este fenómeno para explicar tanto la organización general del diálogo como la estructura sintáctica de los enunciados y la elección de las palabras.
23Tomando como punto de partida el estudio del fenómeno de la apercepción, Jakubinskij llega a la formulación de otro principio de la teoría del diálogo, a saber: la cuestión del papel de los clichés/estereotipos (shablony) en la interacción. Jakubinskij conecta los clichés/estereotipos (la estereotipia) de la situación cotidiana con los enunciados-clichés/estereotipos. Al analizar el hecho de que las interacciones cotidianas clichés/estereotipos están rodeadas de interacciones verbales clichés/estereotipos, da ejemplos de «respuestas fuera de foco» (otvety nevpopad). Al desarrollar esta idea, Jakubinskij concluye que hay frases-clichés/estereotipos que están automáticamente enganchadas con situaciones-clichés/estereotipos y con temas-clichés/estereotipos. Jakubinskij las considera como «estereotipos sintácticos complejos» que no pueden descomponerse y las opone a las otras frases en las que se pueden identificar componentes para combinarlos. Jakubinskij muestra que las frases del primer tipo son específicas del diálogo.
24En la conclusión de su artículo, Jakubinskij observa que solo ha comenzado el estudio del diálogo y formulado el problema. Y, efectivamente, este artículo no puede ser presentado como una teoría completa del diálogo. Al mismo tiempo, en este artículo, por primera vez en la lingüística rusa y mundial, se encuentra la formulación de los principios de la teoría del diálogo como un fenómeno complejo y heterogéneo en el que se cruzan componentes lenguajeros y extralingüísticos. Entre los principios planteados por Jakubinskij que siguen siendo actuales, se pueden mencionar los siguientes: 1) el diálogo como actividad mutua, es decir como interacción; 2) el fenómeno de «respuesta» de cada enunciado cuya consecuencia es la «producción de respuestas» en el habla interior; 3) el carácter inconcluso de cada enunciado; 4) la simultaneidad de los procesos de la percepción y de la preparación de un nuevo enunciado; 5) la interacción en un diálogo dado entre la experiencia anterior y la respuesta de un interlocutor.
2. Los orígenes de la teoría de Lev Jakubinskij
25Después de nuestra presentación-piloto sobre la concepción del diálogo en Jakubinskij, pasamos a nuestra segunda pregunta, a saber: ¿Por qué un lingüista que se había formado en el marco del enfoque histórico-comparativo y que se ocupaba de cuestiones referidas a la fonética de la lengua poética, se orientó a investigaciones sobre un nuevo objeto para la lingüística? ¿Qué teorías y qué ideas generaron estas investigaciones?
26Para encontrar la respuesta a esta pregunta, debimos orientarnos hacia ámbitos del saber que están alejados de la lingüística y que Jakubinskij menciona en su artículo. Hay que tener en cuenta que los lingüistas rusos de comienzos del siglo xx y, más específicamente, los alumnos de Baudouin de Courtenay, entre ellos Jakubinskij, poseían una cultura enciclopédica. Sus intereses rebasaban los límites de las investigaciones comparadas de las lenguas indoeuropeas y se referían también a la psicología, la sociología, la filosofía, la retórica y la política. Entonces, para comprender las fuentes de la teoría de Jakubinskij, hay que restituir las teorías que nutrieron su pensamiento. Esta búsqueda de las circunstancias que rigieron la fundación de la teoría del diálogo incluye las dos preguntas siguientes: ¿qué teorías influyeron en la concepción de Jakubinskij y qué situación en Rusia provocó la necesidad de buscar un nuevo objeto para la lingüística?
27Para responder a la primera pregunta, hay que orientarse hacia la psicología y la sociología. La elección de los ámbitos puede explicarse, en primer lugar, por las múltiples referencias de Jakubinskij, que subraya constantemente la naturaleza psicosocial del diálogo y, luego, por el lugar que ocuparon las ciencias en la sociedad rusa a fines del siglo xix y comienzos del xx. El análisis del artículo de Jakubinskij muestra que la psicología de W. Wundt, la psicología funcional de W. James y el conductismo de J. Watson ejercían una fuerte influencia en él. Estas tres teorías estaban muy difundidas en la comunidad científica rusa, pues son similares a las investigaciones de los psicólogos y de los fisiólogos rusos Iv. Sechenov, V. Bekhterev, G. Chelpanov e Iv. Pavlov. Además, tanto en las teorías de Wundt, de James y de Watson como en las teorías rusas, el problema de la lengua ocupaba un lugar importante. Todas estas teorías fueron aplicadas por los filólogos a estas investigaciones.
28El análisis de la concepción de Jakubinskij muestra que, en su definición de la naturaleza del diálogo, tomó determinadas nociones que se habían utilizado en la obra de Watson Psicología como ciencia del comportamiento (traducción rusa de 1913, segunda edición de 1923).
29Según la teoría del conductismo, el comportamiento verbal es un componente del comportamiento general del hombre y se considera como una interacción entre estímulos y reacciones. Por lo tanto, las reacciones verbales son idénticas a acciones. Por esta razón, en algunas situaciones, las reacciones verbales pueden reemplazarse con gestos y con acciones. Al analizar las relaciones entre estímulos y reacciones, Watson subraya que una reacción sigue siempre inmediatamente a un estímulo.
30Otra noción clave de la teoría del conductismo es la situación, que se concibe como una suma de condiciones. Para un hombre, es la vida social. Por ello, para explicar el comportamiento de un hombre, hay que observarlo en las situaciones de la vida cotidiana, analizando sus reacciones verbales y sus acciones. El comportamiento verbal es lo que distingue a un ser humano de un animal.
31Al pasar al estudio de las reacciones verbales, Watson muestra que, en función de sus manifestaciones, las reacciones pueden ser internas, estar ocultas, o bien externas y visibles. Las reacciones verbales internas son propias del pensamiento, que define como el habla interior, «no audible». Las reacciones verbales externas se manifiestan en el transcurso de una conversación. Watson define estas reacciones como actividad lenguajera (contrariamente al habla interior –el pensamiento–). Al desarrollar esta idea, Watson dedica un capítulo a los automatismos verbales, tanto externos como internos. Estos automatismos se forman basados en el reflejo y juegan un papel importante en el comportamiento verbal. Watson vincula la noción de automatismo a la noción de hábito, que es una acción individual adquirida.
32Así, al comparar la concepción del diálogo de Jakubinskij y el conductismo de Watson, pueden verse puntos comunes. En primer lugar, Jakubinskij define el diálogo como una forma de comportamiento lenguajero. En segundo lugar, subraya varias veces su naturaleza de reflejo, precisando el papel del estímulo verbal, la necesidad de la respuesta y su sucesión inmediata, la presencia de la reacción oculta en el habla interior en el momento de la audición o de una lectura. Jakubinskij dedica un capítulo a los automatismos verbales, en el que muestra el papel determinante de la estereotipia de una situación y de un tema.
33Pero no hay que pensar por esto que Jakubinskij construye su teoría bajo una influencia total del conductismo. La concepción de Watson tenía sus defectos, entre los cuales se cuenta la eliminación del problema de la conciencia, puesto que se la reduce al punto de que solo consista en habla interior.
34Jakubinskij, que utilizó activamente esta noción para analizar la creación lenguajera, no puede aceptar esta idea. Para su propósito, se apoya en la psicología funcional de James y en su libro Psicología (traducción rusa de 1911). Es interesante notar que muchas ideas de James han sido adoptadas por la psicología cognitiva actual.
35Como Wundt, James se basaba en las posiciones del voluntarismo y se ocupaba de los problemas de la consciencia, la voluntad, la percepción y la atención. Consideraba que la consciencia era un flujo dinámico, integrado, ininterrumpido, que se caracteriza por la selectividad, es decir, por la elección de un estado y la eliminación de los otros. James se ocupó mucho de los procesos perceptivos, que consideraba como «la comprensión de los objetos materiales que se exponen a nuestros sentidos» (1911, p. 211). En este proceso, el papel principal lo juegan la apercepción y la atención. La definición de apercepción en tanto suma de todos los factores psíquicos, a saber: de los hábitos, la memoria, la experiencia anterior y el humor, en otras palabras, la naturaleza y el psiquismo del hombre, coincide con la definición de Jakubinskij.
36Se encuentra la influencia de la teoría de James sobre Jakubinskij en la interpretación de la cuestión de las relaciones entre la voluntad, el hábito o bien el pensamiento estereotípico y la atención consciente. El hecho de que Jakubinskij se haya apoyado en la concepción de James lo ayudó a desarrollar sus ideas sobre los estereotipos verbales, la creación lenguajera y sobre el papel de la conjetura en el diálogo. Vemos así que Jakubinskij se basó en esas reflexiones sobre los datos de la psicología contemporánea.
37La segunda ciencia que jugó un papel importante en estas investigaciones fue la sociología y, más precisamente, la psicología social de Gabriel Tarde. Su teoría era muy popular en Rusia, sobre todo su libro La opinión pública y la multitud, al que se refiere Jakubinskij. Un capítulo de ese libro está enteramente dedicado al estudio de la conversación. Tarde analiza el lugar de los diferentes tipos de conversaciones en la sociedad en diferentes épocas. Y le presta una atención particular a las condiciones sociales que determinan la organización del diálogo, mostrando la influencia recíproca de la conversación en la sociedad. Se puede considerar ese capítulo como una historia del desarrollo del diálogo en función de la evolución de la sociedad. Por otra parte, G. Tarde muestra que la organización de la conversación difiere según las clases sociales y Jakubinskij tomó algunos ejemplos de él.
38Otra idea fructífera de Tarde que inspiró a Jakubinskij está vinculada con el fenómeno de la estereotipia, cuando Tarde analiza las situaciones banales que se repiten todos los días y en las que los participantes intercambian frases banales. Se ve que esta idea es muy cercana de la del automatismo y la estereotipia en Jakubinskij.
39Se puede decir que la aparición de la sociología de G. Tarde, que influyó mucho en el pensamiento ruso y que coincidió con las investigaciones científicas y políticas llevadas a cabo en la sociedad, estimuló las reflexiones de Jakubinskij.
40En cuanto a la segunda pregunta y su respuesta –qué situación en Rusia provocó la necesidad de buscar un nuevo objeto para la lingüística–, podemos identificar cuatro rasgos específicos que determinaron el estado de la lingüística rusa. Las tres primeras especificidades son internas, es decir que están directamente relacionadas con el estado de la ciencia. La cuarta tiene un carácter más bien externo, puesto que está ligada al movimiento sociopolítico.
41En primer lugar, consideramos la crisis del enfoque histórico-comparativo y la del movimiento neogramático como una de las causas principales del cambio de paradigma científico. En Rusia, esta crisis está ligada al nombre de Baudoin de Courtenay y de sus alumnos de San Petersburgo, entre los que se encuentran Lev Jakubinskij, Eugène Polivanov, Lev Scherba, V. Zhirmundskij y Jurij Tynianov. A comienzos del siglo xx, estos lingüistas y filólogos ya han abandonado las investigaciones sobre las leyes fonéticas y la morfología para pasar al análisis del sujeto hablante y de los procesos reales, «vivientes», que se desarrollaron en el lenguaje de esta época. Se interesaron por los siguientes fenómenos: cómo utiliza el lenguaje un sujeto hablante, cómo elige los medios lenguajeros y cómo construye su discurso. Además, cuando estos lingüistas estudiaron al sujeto hablante, no se limitaron solamente al enunciador sino que también estudiaron la personalidad del auditor.
42Así, podemos decir que, en la lingüística rusa, empiezan a formularse en esa época los postulados y los métodos de análisis de la nueva rama que recibirá el nombre de pragmática en la segunda mitad del siglo xx.
43Al mismo tiempo, este interés por el sujeto hablante y su actividad lenguajera fue la esfera común en la que se reunieron las investigaciones de los lingüistas y las de los filólogos. Tanto unos como otros se interesaron en el problema de la creatividad lenguajera, lo que los condujo al estudio de la lengua poética y a fundar la teoría de la poética. Se puede pensar así que en la Rusia de los años veinte, la pragmática lingüística y la poética tuvieron el mismo origen.
44En segundo lugar, pensamos que la crisis en la lingüística histórico-comparativa y el interés por el sujeto hablante determinaron otra especificidad de la lingüística rusa. A comienzos del siglo xx, los lingüistas rusos se orientaron hacia los problemas generales del lenguaje: por ejemplo, los problemas de la lengua y del pensamiento, de lo individual y de lo social en la lengua. En los años 20, la cuestión de la relación entre los procesos internos y externos se volvió un tema de actualidad para la comunidad científica. La psicología y el psicologismo lingüístico se encontraron en el mismo objeto de estudio: el sujeto hablante. Los lingüistas y los psicólogos comenzaron a analizar el habla interna. Unos y otros concentraron sus esfuerzos en los estudios de las reacciones verbales y en el comportamiento lenguajero. Esto creó una atmósfera científica que planteó en lingüística las bases de la teoría de la actividad lenguajera y, en psicología, la de la escuela de L. Vygotski.
45Consideramos que la orientación hacia la sociología es una tercera especificidad de la lingüística rusa. Este enfoque sociológico pertenece también al paradigma científico de la Escuela Lingüística de San Petersburgo. Los alumnos de B. de Courtenay subrayaron en sus obras que las ciencias del lenguaje deben ser ciencias sociales. Los primeros trabajos sociolingüísticos aparecieron como resultado de este enfoque y estaban dedicados a los problemas generales del lenguaje y de la sociedad, así como a los estudios de la lengua de los intelectuales, de los proletarios y de los campesinos. Este enfoque sociológico estaba vinculado con la metodología marxista, que se desarrolló después de la revolución de 1917 y que estaba relacionada con el nuevo paradigma científico. Es interesante observar que a fines de los años veinte, Eugène Polivanov, uno de los alumnos de Baudoin de Courtenay, designaba ya a la lingüística como nueva lingüística pragmática.
46Así, a comienzos del siglo xx, en Rusia, la lingüística fue definida bajo los tres aspectos siguientes, relacionados entre sí: como una ciencia natural –histórica– en sus relaciones con la fisiología y la acústica; como una ciencia psicológica –en sus estudios de la actividad del sujeto hablante–; como una ciencia social –en sus estudios sobre la función de la lengua en la sociedad.
47La cuarta especificidad de la lingüística rusa de este período está relacionada con las condiciones externas sociopolíticas. Baudouin de Courtenay orientó a sus alumnos para emprender investigaciones teóricas que pudieran tener una aplicación práctica. Esta orientación práctica se reforzó con la situación revolucionaria en el país y con el proceso de fundación de una nueva sociedad después de la revolución. Los jóvenes lingüistas participaron activamente en estos procesos sociopolíticos. Los lingüistas y los filólogos afrontaron el deber civilizador que consistía en hacer aprender el arte del habla a un pueblo no educado. Esta tarea adquirió la misma importancia que los objetivos propiamente lingüísticos que consistían en estudiar la práctica lenguajera de las diferentes capas de la sociedad. La fundación de la Duma, que fue uno de los primeros parlamentos rusos, y las dos revoluciones que siguieron, fueron manifestaciones del proceso de democratización de la sociedad rusa. En ese momento, comenzó el proceso de formación de la opinión pública, lo cual estimuló el desarrollo activo de las ciencias sociales.
48En estas circunstancias, la tarea práctica que tiene como objetivo político dar la palabra al pueblo ocupa el primer lugar: había que enseñarle a los obreros y a los campesinos a expresar sus ideas de manera clara y exacta para que pudieran participar en la vida política. Según los testimonios de contemporáneos, «la epidemia» de la palabra pública invadió el país. Esta situación se explicó por la libertad y la democratización, desgraciadamente parcial, de la vida política. Todas las clases sociales recibieron el derecho de hablar abiertamente y esto era manifiesto en las reuniones de la Duma cuando los representantes de las diferentes clases sociales tomaban la palabra.
49La expresión «palabra viviente» (zhivoe slovo) se difundió mucho en la sociedad rusa. Es muy difícil de traducirla al francés, pues el término «discurso» no corresponde enteramente a esta noción. Esta expresión está relacionada al mismo tiempo con la forma oral, con la expresividad de la palabra, con el discurso organizado y destinado a los demás, es decir al público, así como al saber-hacer y al saber-formular las propias ideas. La tarea social común de estudio de la «palabra viviente» reunió a lingüistas, filólogos, fisiólogos, psicólogos y especialistas en retórica y en arte dramático, en un movimiento democrático que marcó esta época.
50Como punto culminante de este movimiento, podemos indicar la fundación del Instituto de la Palabra Viviente en 1918, es decir, un año después de la revolución. Los principales fundadores de este instituto fueron el célebre especialista en arte dramático V. Vsevolodskij-Guerngrosse, el lingüista Lev Scherba –uno de los alumnos de Baudouin de Courtenay–, y el ministro nacional de educación del nuevo gobierno –Anatolij Lunacharskij–. Este instituto tenía como objetivo la enseñanza de las ciencias del lenguaje y el arte del habla. Sus fundadores subrayaban que la retórica había estado accesible solamente para los nobles o para los abogados y que la democracia está directamente relacionada con la palabra viviente. Para formar la cultura de la comunicación, la cultura lenguajera y para darle la palabra al pueblo, había que reunir las ciencias del lenguaje y arte del habla. Así, este instituto apuntaba no solo a la enseñanza sino también a las investigaciones científicas, entre las cuales figuran los estudios de ortoépica rusa, el análisis de la melodía del habla rusa, el estudio de la influencia de la guerra y de la revolución en la lengua rusa, el problema de la palabra y del signo, etcétera. Entre los profesores de este instituto se encuentra a los lingüistas Lev Scherba, Lev Jakubinskij, al poeta Nikolaj Gumilev, los filólogos Nikolaj Engelgardt y Boris Ejkenbaum, así como a los psicólogos y especialistas de las artes escénicas.
51El programa de enseñanza incluía, entre otras disciplinas un curso de semántica, un curso de evolución de la lengua, un curso de sintaxis, un curso de métodos fonéticos, un curso de psicología del habla, así como un curso sobre el desarrollo del lenguaje infantil y la psicología del niño. Este instituto existió hasta 1924 y luego fue cerrado por dificultades financieras. A pesar de su desaparición, las ideas desarrolladas en el marco del Instituto siguieron ocupando a la comunidad científica y fueron objeto de elaboraciones por parte de especialistas que trabajan en otras instituciones científicas y pedagógicas de esa época (por ejemplo: en la Academia de Ciencias, en la Universidad, en dos institutos pedagógicos, en el Instituto de la Cultura del Habla, etcétera).
52Creemos que el panorama que hemos presentado del estado de la lingüística rusa de comienzos del siglo xx explica por qué Lev Jakubinskij se orientó hacia un objeto de estudio no habitual para la lingüística tradicional y por qué escribió este artículo sobre el habla dialogal, en el que trazó los caminos a seguir para una nueva rama de la lingüística: la pragmática. En Europa Occidental, esta rama de la lingüística recién empezó a tomar forma en los años 60.
53El concepto del diálogo de Jakubinskij fue el resultado, por un lado, de la atmósfera de las investigaciones científicas de esa época pero, por otro lado, fue muy avanzado con respecto a su tiempo. Esta concepción formó parte de las investigaciones de un nuevo objeto para la lingüística rusa que provocó la crisis en el enfoque histórico-comparativo. La coincidencia de diferentes factores, tanto sociopolíticos como propiamente científicos creó una situación muy favorable para el desarrollo de esta crisis. Aunque los lingüistas seguían usando este enfoque, muchos jóvenes investigadores intentaron crear ese nuevo objeto. La Revolución rusa de octubre de 1917 puso en escena a la vanguardia de lingüistas y filólogos como Jakubinskij, Scherba, Polivanov, Shklovskiji, Zhirmunskij. Estos investigadores ocuparon un lugar importante en la nueva ciencia soviética. Introdujeron nuevos métodos y nuevos objetos de investigación, modificando así el paradigma científico. Se ve nacer entonces el enfoque por el que apareció la concepción de Jakubinskij en los años 20, época de grandes investigaciones innovadoras en la sociedad ruso-soviética. Lamentablemente, la introducción de la sociología vulgar y de la doctrina del marxismo como ideología oficial interrumpieron bruscamente numerosas investigaciones entre las que se encontraba la del diálogo, lo que provocó un corte en esta rama de la lingüística rusa hasta los años 1960.
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Notes de bas de page
1 Esta comunicación se presentó durante las Segundas Jornadas de Lingüística Suiza, el 8 de noviembre de 2003.
2 La transliteración de los títulos y de las palabras rusas se presenta en letra itálica entre paréntesis.
3 Ivanova I. «The concept of dialogue in the works of L. Jakubinskij and V. Voloshinov» (Koncepcija dialoga v rabotah Jakubinskogo i Voloshinova). En Langue et activité langagière (Jazyk i rechevaja dejatel’nost’), v. 3, cap. 1, pp. 285-305.
4 Friedrich J. «The notion of inner speech in Vygotskij and its context» (Poniatie vnutrennej rechi u Vygotskogo v kontekste ego vremeni). En Lengua y actividad lenguajera (Jazyk i rechevajadejatel’nost’), v.3, cap.1, pp. 275-285.
5 En la lingüística rusa de esta época, no existía una clara distinción entre la lengua y el habla en el sentido que le daba Saussure. Con frecuencia, ambos términos han sido usados como sinónimos. Además, hay solamente dos términos rusos –jazyk y rech’– que corresponden a los tres términos fraceses –lenguaje, lengua y habla–. Así, a comienzos del siglo xx, se encuentra la siguiente correspondencia de los términos lenguaje, lengua y habla:
Auteur
Universidad de San Petersburgo/Universidad de Lausanne, Departamento de Lenguas Eslavas
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