Capítulo 3. Las múltiples dimensiones del fenómeno volcánico en la Patagonia Norte: aportes científicos interdisciplinarios del Grupo gea para el estudio de la erupción del Cordón Caulle
p. 57-96
Texte intégral
A la memoria de Eduardo Alberto Gómez,
amante del agua, a cuyos secretos dedicó su vida
3. 1. Introducción
1A diferencia de los sismos, las erupciones volcánicas comprenden una gran variedad de procesos que tienen efectos diversos, dependiendo de la naturaleza de la erupción, de las condiciones atmosféricas y de la distancia al volcán. Las erupciones explosivas de los volcanes patagónicos inyectan materiales piroclásticos en capas altas de la atmósfera que son transportados hacia el territorio argentino por los vientos dominantes provenientes del o y no, produciendo la depositación de ceniza sobre amplias regiones de la Patagonia. Estos son los procesos volcánicos con capacidad de afectar la mayor cantidad de personas, ya que cubren enormes áreas de manera casi instantánea afectando seriamente la infraestructura (comunicaciones, líneas de energía), el tráfico aéreo, rutas terrestres, sistemas de provisión de agua potable y las economías rurales pudiendo provocar daños a las personas por accidentes, caídas de techos y efectos en la salud por la aspiración prolongada de ceniza.
2Las provincias de Neuquén y Río Negro se extienden unos 650 km sobre la Cordillera de los Andes. Este segmento forma parte del sistema conocido como Anillo de Fuego del Pacífico, en donde se concentra la mayor parte de la actividad volcánica y sísmica del planeta. En esta región, este sistema es el resultado de la subducción de la placa de Nazca (oceánica) por debajo de la placa Sudamericana (continental), donde no solo se producen erupciones volcánicas, sino que además se producen frecuentes sismos de origen tectónico, muchos de ellos de gran magnitud, lo que determina un área de peligrosidad sísmica considerable a lo largo del oeste de las provincias de Neuquén y Río Negro. El mismo origen tiene la Zona Volcánica Sur (zvs), buena parte de la cual coincide con el límite occidental de la provincia de Neuquén, en cuyo territorio existen 8 volcanes activos. Otros 20 se encuentran en sus proximidades inmediatas en territorio chileno, la mayoría de ellos a pocos kilómetros al oeste del límite internacional (figura 3. 1). Esto hace que el territorio de Neuquén sea posiblemente la provincia argentina con mayor exposición a los peligros volcánicos.
3Esta situación ha sido transmitida a las autoridades reiteradamente, dentro del marco de los proyectos de extensión de la Universidad Nacional del Comahue que el grupo viene llevando adelante desde el año 2002 y, muy especialmente, a través del informe solicitado por las autoridades provinciales en 2009, en el que se elevaron una serie de recomendaciones para mejorar la capacidad de previsión, respuesta y disminución de la vulnerabilidad de la provincia frente a estos eventos.
4La percepción del peligro volcánico en la región se ha ido construyendo a partir de experiencias históricas y de los aportes científicos que se iniciaron mucho tiempo antes de la erupción del Cordón Caulle (cc) de 2011. A pesar de ello, recién a partir de las erupciones explosivas de los volcanes Hudson en 1991, del Chaitén en 2008 y finalmente del cc en 2011, se hizo evidente en la región patagónica que la peligrosidad volcánica debía ser tenida en cuenta y que requería de planes de emergencia y de recuperación, y, en última instancia, de estrategias serias de gestión del riesgo volcánico que deben contemplarse, además, en el diseño de políticas de gestión territorial que estén en sintonía con la situación de riesgos naturales de la región.
5El grupo gea estudia desde hace más de dos décadas la historia de eventos volcánicos explosivos y otros fenómenos naturales en la Patagonia. Once proyectos de investigación, tres de extensión y cuatro convenios de asistencia proveyeron desde 1996 el soporte científico para comprender y dimensionar la amenaza volcánica en la región. En el año 2000, una nota periodística sobre una inminente erupción del volcán Osorno puso de manifiesto la deficiente percepción y preparación respecto a la problemática de peligrosidad volcánica que sufría la región. Fue evidente la necesidad de acciones de capacitación y sensibilización que integraran y transmitieran de manera práctica los resultados de las investigaciones en curso. En 2002 se inició una serie de proyectos de extensión que, incluyendo al sistema de Protección Civil y otras instituciones responsables de la gestión de riesgos en la región, difundieron la problemática, produjeron material para la sensibilización del público y aportaron información concreta sobre antecedentes de erupciones y sus potenciales impactos a partir de varias investigaciones en curso (figura 3. 2). La erupción del Volcán Chaitén de 2008 demostró la validez de los escenarios de peligrosidad que se proponían y permitió al grupo adquirir valiosa experiencia al participar del comité científico del Centro Operativo de Emergencias (coe) y de la experiencia de mapeo de sus depósitos y el relevamiento de sus impactos. Al momento de la erupción de 2011 el grupo contaba con experiencia y antecedentes tanto para brindar asistencia en la gestión de la emergencia como para realizar un seguimiento del proceso eruptivo y sus consecuencias adquiriendo valiosa información científica.
6En el marco del convenio de asistencia técnica solicitado en 2011 por la legislatura neuquina a conicet, el grupo organizó, con el apoyo de la Dirección Nacional de Protección Civil y la Regional Andina de Protección Civil del sistema municipal de la provincia de Neuquén, una serie de 12 capacitaciones sobre peligros volcánicos dirigidas a personal del sistema de Protección Civil de municipios andinos de Neuquén, incluyendo técnicos y representantes de otras instituciones provinciales y nacionales con presencia en la región. En ese marco, se prestó asistencia a los municipios de Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Villa Traful y Aluminé conformando el grupo de asesoramiento científico de los coes y a diversas oficinas provinciales que solicitaron asistencia técnica específica durante la erupción del cc en 2011. Se produjeron protocolos para colección de muestras de ceniza volcánica y para el monitoreo de aguas superficiales, se elaboró un instructivo para realizar ensayos de lixiviación y de lixiviados, así como material de divulgación con recomendaciones frente a caídas de ceniza y otros escenarios. Como resultado directo del convenio se elaboraron doce informes técnicos, cinco trabajos publicados en revistas nacionales, dos se difundieron en revistas internacionales y seis más en congresos.
7La tefra resultante de la erupción del cc en 2011 cubrió unos 520 000 km2 en el continente (Villarosa y otros, 2012; Villarosa y Outes, 2013). Se registraron pérdidas totales en el sector turístico en Villa La Angostura y Bariloche, y severos impactos en las comunidades de ambientes áridos extraandinos de las provincias de Río Negro y Chubut.
8Esta erupción, que se extendió por varios meses y afectó fundamentalmente a la localidad de Villa La Angostura y sus comunidades rurales aledañas de la provincia de Neuquén y a San Carlos de Bariloche y la Línea Sur en Río Negro, fue determinante para marcar un antes y un después permitiendo avanzar en la difícil tarea de colocar en la agenda de los tomadores de decisiones la problemática de la gestión de riesgos volcánicos y contribuir para que la gestión de riesgos naturales sea una política de Estado.
3. 2. El Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle
9El Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle (cvpcc) es un sistema volcánico localizado en territorio chileno a unos 54 km de Villa la Angostura y a 75 km de San Carlos de Bariloche (figuras 3. 3 y 3. 4). Está conformado por un conjunto de volcanes de distintas características, siendo los más conspicuos el Volcán Puyehue, estratovolcán de altura superior a los 2200 m s.n.m., la caldera Cordillera Nevada y el Cordón Caulle (cc), un sistema fisural que ha producido todas las erupciones de este complejo durante el último siglo, caracterizadas por su alta explosividad y grandes volúmenes de material emitido. Sus erupciones de 1921-1922, 1960 y 2011 han cubierto con depósitos de tefra extensas superficies de la Patagonia argentina.
10La última erupción del cc comenzó en junio de 2011 y se extendió por varios meses. La emisión de cenizas fue prácticamente continua hasta finales de ese año, por lo que resultó particularmente impactante para la aeronavegación y las actividades turísticas en Patagonia norte. El grupo gea se dedicó desde su inicio al seguimiento del proceso volcánico, de la evolución de la distribución de sus depósitos, la determinación de sus características físicas y químicas, y a la evaluación de sus impactos sobre los ambientes naturales, en la infraestructura y los servicios básicos.
3. 3. Seguimiento de la erupción del Cordón Caulle 2011 y de los depósitos de tefra
11La erupción explosiva del cc se inició el 4 de junio de 2011, luego de que se registrara una intensificación en la sismicidad a partir del 27 de abril. Este primer pulso explosivo produjo grandes volúmenes de material piroclástico que fue inyectado en niveles altos de la atmósfera y rápidamente transportado hacia el este, afectando severamente a las localidades de Villa La Angostura, Villa Traful y Bariloche a solo horas de iniciada la erupción.
12La fase inicial pliniana/subpliniana presentó varios pulsos explosivos con alturas de columna eruptiva que superaron los 15 km y cuyas plumas se desplazaron de acuerdo a las direcciones de los vientos reinantes, alcanzando luego a las poblaciones argentinas de la Línea Sur rionegrina como Perito Moreno, Pichileufú, Pilcaniyeu, Comallo e Ingeniero Jacobacci, entre otras.
13Al igual que en el caso de la erupción del Chaitén en mayo de 2008, investigadores del grupo registraron los espesores del depósito de caída primaria y colectaron muestras frescas y de caída directa desde el primer momento en distintas localidades, y se puso en funcionamiento una red de colección de 20 estaciones de muestreo continuo dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi y en localidades ubicadas en Neuquén y Río Negro siguiendo las recomendaciones de la International Volcanic Hazard and Health Network. Esto permitió disponer de material, obtenido a partir de más de 400 puntos de muestreo, para analizar su composición y tamaño de partículas y para evaluar la evolución de la erupción identificando y caracterizando los distintos pulsos y delimitando la extensión de las áreas de impacto primario. Se elaboró un mapa isopáquico del depósito de caída (figuras 3. 5 y 3. 6) a partir de la diferenciación de los espesores de caída directa y de material removilizado, situación importante dada la rápida influencia de la removilización hídrica y eólica en las regiones andina y extraandina, respectivamente.
14El seguimiento cercano de los diferentes pulsos eruptivos y de la evolución de la dispersión de la pluma volcánica durante la etapa paroxísmica y semanas posteriores permitió elaborar un mapa que representa la distribución de los depósitos en el tiempo, a partir de cuyas muestras fue posible caracterizar geoquímicamente a la fracción vítrea y establecer importantes conclusiones sobre el origen de los magmas involucrados.
15Transcurridos casi dos años y medio de iniciada la erupción se verificó la persistencia y evolución de los depósitos de tefra en varios ambientes. En las zonas urbanas la ceniza volcánica había sido mayormente removida y acopiada en diversos sitios improvisados para tal fin. Mientras que en la vasta extensión del Parque Nacional Nahuel Huapi estos depósitos permanecían, pero con claras señales de haber sido afectados por la acción del viento, las precipitaciones de lluvia y nieve, la removilización fluvial y por fenómenos de remoción en masa.
3. 4. Caracterización geoquímica de la tefra del Cordón Caulle
16Para caracterizar a la ceniza volcánica del cc se realizaron análisis discretos para determinar la geoquímica de elementos mayoritarios sobre 20 muestras de ceniza fresca. Estas muestras fueron colectadas en distintos ambientes representativos de la región afectada por la caída piroclástica durante los primeros 10 días de la erupción que fueron asociados a diferentes pulsos o plumas volcánicas (figura 3. 6). La metodología utilizada fue seleccionada con el fin de obtener resultados de la composición de la fracción vítrea de los piroclastos juveniles de manera de evitar las variaciones que normalmente resultan de analizar muestras del mismo origen y composición original, pero que presentan diferencias en la composición y proporción de la fracción mineral como producto de procesos de fraccionamiento sedimentario. De esta manera es posible detectar verdaderas variaciones composicionales del fluido magmático original que pueden verificarse en el transcurso del proceso eruptivo y que no pueden ser cabalmente evaluadas utilizando métodos de análisis sobre muestra total.
17Las 239 mediciones realizadas arrojaron valores que permitieron clasificar la fracción vítrea de los piroclastos analizados como de composición riolítica, sin que se observen variaciones composicionales significativas entre las muestras colectadas en ambientes proximales, medios y distales (figura 3. 7). La caracterización mediante química de elementos mayoritarios y trazas de cada uno de estos pulsos eruptivos permitió identificar con claridad la participación simultánea de tres fuentes magmáticas cogenéticas diferentes, derivadas de un mismo cuerpo magmático parental, que alimentaron la erupción en forma simultánea (Alloway y otros, 2015, pp.1 y 5). Estos grupos quedaron definidos por valores promedio de SiO2 (% wt) 73.07 ± 0.35, 72.40 ± 0.31 y 71.66 ± 0.27 junto con valores crecientes de CaO (% wt) 1.27± 0.08, 1.45 ± 0.04 y 1.66 ± 0.05, respectivamente. Esta geoquímica de detalle permitió avanzar en la caracterización de los productos volcánicos del cc contribuyendo significativamente con la identificación de tefras de este volcán en el registro geológico y, en definitiva, con la reconstrucción de su historia volcánica.
18También se realizaron ensayos de lixiviación (siguiendo la metodología del ivnhh junio 2011, Durham, U.K) para determinar el contenido de flúor soluble para un conjunto de muestras arrojando valores en el rango <10mg-100mg/kg de ceniza, que son concordantes con los valores obtenidos para otros volcanes calco-alcalinos en el mundo. La posibilidad de que el flúor soluble presente en la tefra impacte negativamente en la salud animal y en la agricultura depende básicamente del espesor de la cubierta de ceniza y de su granulometría (determinando la forma en la que se adhiere a la pastura), la ocurrencia de precipitaciones inmediatamente después de la caída de ceniza, la época del año y el estado de estrés de los animales (Cronin y otros, 2003). Por otro lado, su impacto en ríos, arroyos y lagos depende fuertemente de la relación área/volumen del cuerpo de agua (Stewart y otros, 2016, pp. 565-567), de cuestiones estacionales (régimen de precipitaciones) y de las características de recarga del sistema. La alta variabilidad en las concentraciones de flúor reportadas se relaciona con estos factores. La erupción ocurrió en la temporada húmeda, lo que resultó muy favorable para la dilución de sustancias lixiviadas, que favoreció que la presencia de flúor potencialmente tóxico en concentraciones mayores a 70 mg/kg, disminuyera rápidamente. Estos resultados constituyen un antecedente de referencia para otros eventos volcánicos que involucren caídas de ceniza en la región.
3. 5. Impactos de las caídas piroclásticas
19Al igual que en erupciones previas se abordó junto con un equipo de especialistas internacionales la evaluación de impactos en la infraestructura urbana y rural poniendo el acento sobre la afectación a las fuentes productivas de la región y a su vez evaluando el rol de los distintos actores en el manejo de la emergencia volcánica. El equipo multidisciplinario se integró con investigadores de Nueva Zelandia, Reino Unido y Argentina, y realizó tareas de campo que se extendieron desde 2011 hasta 2013. Los resultados de estas evaluaciones fueron presentados en numerosos informes técnicos que se elevaron a las autoridades municipales y provinciales para contribuir a un mejor manejo de la emergencia. Posteriormente fueron publicados trabajos científicos en colaboración (Wilson y otros 2013; Outes y otros, 2015; Craig y otros, 2016a y b; Stewart y otros, 2016; Delménico y otros, 2018; Salgado y otros, en prensa), se realizaron presentaciones en congresos y se brindaron charlas informativas abiertas a la comunidad.
20Se concentraron los esfuerzos en evaluar los impactos en los centros urbanos como Villa la Angostura, provincia de Neuquén y San Carlos de Bariloche e Ing. Jacobacci, provincia de Río Negro y en las zonas rurales más afectadas por caídas de ceniza en los alrededores de Villa La Angostura y en la Línea Sur y, a su vez, hacer recomendaciones para mitigar los daños e incorporar mejoras para disminuir la vulnerabilidad frente a nuevos eventos volcánicos.
3. 5. 1. En áreas urbanas
21En las primeras horas del domingo 5 de junio de 2011 ya se habían producido eventos de caída de ceniza que cubrieron con aproximadamente 15 a 17 cm de ceniza gruesa a Villa La Angostura, a 54 km ese del volcán. Alrededor de 3 a 4,5 cm de tefra mediana a gruesa (hasta 6 mm de tamaño, de partículas especialmente planas, 3-4 mm de piroclastos más esféricos) cayeron sobre la ciudad de San Carlos de Bariloche ubicada a 100 km se del foco. Mientras que en Jacobacci, que se encuentra a 240 km ese del volcán en la estepa,1 cayeron aproximadamente 5 cm de ceniza fina. Desde el 5 de junio, la Ciudad de Buenos Aires estaba cubierta por una fina capa de ceniza. El Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza permaneció cerrado por más de 15 días, así como los aeropuertos locales de más de 10 ciudades, incluyendo Uruguay y Sur de Brasil. Para el 16 de junio, la difusa pluma de ceniza había circunnavegado el globo.2 La pluma de gas y ceniza continuaron siendo eyectadas desde la fisura con alturas de hasta 13 km reduciéndose a unos pocos kilómetros para principios de julio, causando continuas interrupciones en itinerarios de vuelos en Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, durante ese periodo.
22Para el 7 de junio, la pluma de ceniza se había desplazado hacia el norte depositando hasta 2 cm de ceniza en San Martín de los Andes, ubicada a 80 km al ne. Desde el inicio de la erupción y a medida que se sucedían los episodios de caída de ceniza en Villa La Angostura comenzaban a producirse los inconvenientes esperados: cortes en los servicios eléctricos y cortes en el suministro de agua, interrupción del tránsito en las rutas por disminución de la visibilidad por ceniza en suspensión y por baja adherencia debido a la cantidad de ceniza en la cinta asfáltica, caída de techos por acumulación de ceniza (figuras 3. 8a y 3. 8b) y obturación de desagotes pluviales en plena temporada de lluvias. El suministro eléctrico se vio afectado por la depositación de ceniza húmeda conductora sobre los aislantes y se sumaron inconvenientes producidos por el peso de la ceniza sobre el cableado aéreo. La limpieza se realizó con la colaboración de los bomberos con sus autobombas, pero debido a las reiteradas caídas de ceniza, esta tarea se debía repetir una y otra vez. La situación del sistema eléctrico mejoró a partir del reemplazo de aquellas piezas del sistema de distribución y transmisión que, por su diseño y construcción, eran muy vulnerables a los efectos de la ceniza. Esto disminuyó los cortes de suministro y permitió realizar cortes programados para las tareas de limpieza.
23Se reportaron frecuentes daños de los equipos de bombeo del sistema de provisión de agua, la obstrucción de las tomas de agua, tuberías y filtros. La ceniza volcánica afectó también a las plantas de tratamiento de agua y plantas depuradoras que están a cielo abierto.
24Otro aspecto importante fue la necesidad de mantener las calles céntricas transitables para que el personal abocado al mantenimiento del sistema eléctrico y a la asistencia a pobladores pudiera circular. Se formaron cuadrillas a las que se les encomendó la limpieza y apuntalamiento de viviendas, limpieza y despeje de calles, distribución de agua potable, entre otras tareas (figura 3. 9).
25Otro aporte novedoso desde gea fue la elaboración de mapas y zonificación de vulnerabilidad frente a caída de ceniza en áreas urbanas utilizando datos censales. Los impactos relevados se utilizaron para testear y validar una propuesta metodológica de análisis de vulnerabilidad frente a caída de ceniza tomando como información datos censales sistematizados y disponibles para todo el país. Se seleccionó a la localidad de vla como caso de estudio y los resultados se publicaron en Agustín Delménico y otros (2018) y formaron parte de su tesis doctoral en 2019 (figuras 3. 10a y 3. 10b).
26Una característica notable de las erupciones recientes, y que también se verificó durante la del cc, ha sido la removilización generalizada de los depósitos de tefra por los vientos predominantes en la región. Las localidades en la estepa como Ingeniero Jacobacci y toda la Línea Sur han sido particularmente afectadas, no solo porque fueron cubiertas por ceniza muy fina sino porque la calidad del aire se veía con frecuencia severamente afectada por la cantidad de ceniza resuspendida (figuras 3. 11a y 3 11b). Durante estos frecuentes episodios de vientos fuertes se hacía necesario reforzar las medidas de seguridad para reducir la filtración de ceniza en los hogares y edificios, como las escuelas.
27De los análisis granulométricos de los depósitos de ceniza en la estepa se comprobó que estaban compuestos por un contenido elevado de la fracción PM2.5 lo que hacía que estos depósitos fueran muy persistentes y proclives a la removilización, favoreciendo la elevada exposición a fracciones finas como PM2.5 y PM10 .3 Esto produjo gran preocupación, ya que la exposición frecuente, a largo plazo, puede causar enfermedades respiratorias y exacerbación del asma en adultos y en niños. Wilson y otros (2013) recomendaron implementar un programa de monitoreo de la contaminación aérea del entorno, de los niveles de ceniza dentro de los hogares junto con un estudio epidemiológico y supervisión de enfermedades respiratorias en individuos de grupos de riesgo en la Línea Sur.
3. 5. 2. En áreas rurales
28El estilo de pastoreo y técnicas de producción varían ampliamente en la región afectada por la erupción del Cordón Caulle de 2011, desde pequeñas prácticas dispersas en parcelas del Parque Nacional Nahuel Huapi hasta prácticas de modelo extensivo en la estepa. Es por ello que los impactos producidos por la caída de ceniza, las estrategias de recuperación y las opciones atenuantes resultaron diferentes. La erupción tuvo graves repercusiones en la ganadería extensiva en los mallines desde la región de Comallo hasta Jacobacci, con pérdidas de hacienda de 40-60 %. Las causas de muerte de ganado se debieron a la falta de pastura y en otros casos por daño por abrasión de los dientes (inanición), deshidratación y bloqueos del rumen. Los efectos de la erupción se vieron agravados por las condiciones de sequía preexistentes en la región. La tierra agrícola ganadera entre Jacobacci y Bariloche recibió hasta 5 cm de ceniza fina en las primeras semanas de la erupción. Los productores coincidieron en expresar que la situación ya estaba complicada previo a la caída de ceniza debido a que venían padeciendo una sequía de 6 años con bajo promedio de precipitaciones (<100 mm/año). Esto agravó el impacto de la ceniza aumentando indudablemente la pérdida de ganado. La abrasión dentaria causó estragos con el forrajeo y la alimentación, induciendo a una mayor dependencia del alimento suplementario y el prematuro envejecimiento de los animales. Los impactos se prolongaron debido a que los depósitos de ceniza siguieron removilizándose por la acción eólica por varios años.
29Todos estos factores contribuyeron a la reducción de los ingresos de los productores rurales, la mayoría de los cuales tuvo que depender de la alimentación complementaria aportada por el gobierno nacional, los municipios y el inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Una de las recomendaciones y estrategias para atenuar los daños fue la de vender los animales antes de su deterioro y su consecuente pérdida de valor. También se propuso el traslado de animales a las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Chubut (más de 100 000 animales), que permitió evitar pérdidas aún mayores.
30La actividad agrícola ganadera en el Parque Nacional Nahuel Huapi también sufrió con la erupción. Las pérdidas de animales fueron comparables a las que suelen experimentarse luego de un invierno severo (alrededor del 25 %). Al igual que en Ing. Jacobacci, las pérdidas sufridas fueron por inanición, bloqueos del rumen y el desgaste de los dientes causando dificultades con el forrajeo, más que por alguna toxicidad química de la ceniza.
31La erupción provocó la evacuación o refugio de un gran número de residentes, pobladores rurales y ganado, así como el intenso transporte de suministros para su asistencia, a fin de paliar la emergencia en curso. Las intensas caídas de ceniza pusieron en seria amenaza a los pobladores y ganado del Perilago, un área rural ubicada en las costas del noroeste del Lago Nahuel Huapi a la que puede accederse únicamente a través de medios de transporte lacustre. Esta situación motivó un intento de evacuación por vía lacustre de los pobladores que resultó inconclusa debido al efecto de la ceniza y pómez en suspensión y flotantes (figura 3. 12) en las lanchas comprometidas para el rescate.
32Posteriormente, disminuida la presencia de pómez en flotación sobre el lago e implementando adaptaciones en las embarcaciones (como el uso de materiales de filtración extra en sistemas de refrigeración de motores, para reducir su vulnerabilidad frente a las cenizas), la estrategia de evacuación fue reemplazada por la de asistencia a través de medios lacustres proveyendo a los pobladores de fardos, agua potable y otros suministros y trasladando animales para su venta. La reconstrucción sistematizada de estos procedimientos de evacuación y asistencia lacustre en escenarios de peligrosidad volcánica nos ha permitido identificar factores críticos que influyen sobre estas operaciones (la restringida accesibilidad a sitios remotos, el clima adverso, la gran afluencia turística, las vulnerabilidades específicas de los sistemas de transporte lacustre, etcétera), determinando su alcance, efectividad y seguridad (Salgado y otros, 2022).
33A la fecha no existen evaluaciones previas a nivel global que aborden específicamente los efectos de las caídas piroclásticas sobre el transporte acuático. En este sentido, el grupo gea trabajó en un relevamiento de impactos sobre embarcaciones, puertos y operaciones de navegación lacustre provocados por esta y otras erupciones en la región confeccionando un catálogo de posibles impactos por caídas de ceniza y otros fenómenos asociados (Salgado y otros, en prensa).
3. 6. Evolución de los depósitos de tefra y áreas afectadas
34Durante el invierno y primavera de 2012 se controlaron los espesores de tefra en el área proximal y media de los depósitos, que coincide aproximadamente con el sector central y norte del parque Nacional Nahuel Huapi y sur del Parque Nacional Lanín, de manera de registrar la evolución respecto a la situación relevada durante 2011. Esta quedó representada en el mapa de distribución de los depósitos elaborado en el marco del Convenio con la Legislatura de la provincia de Neuquén (figura 3. 13). Se observó que las lluvias, nevadas y vientos provocan la removilización de los depósitos de tefra, que resulta en la disminución de los espesores de caída original en sectores con pendientes moderadas a altas y en ambientes muy expuestos a vientos y escorrentía, y la consecuente depositación de estos materiales en sectores deprimidos y reparados. La comparación de las curvas de espesores entre estos dos mapas refleja la evolución de los depósitos producto de la depositación de tefras de caída durante los últimos meses de la erupción (desde la última colección de datos volcados en el mapa de la figura 3. 5 a fines de octubre de 2011 hasta marzo de 2012) sumada a los fenómenos de removilización, producto de agentes eólicos, hídricos y a remoción en masa. El mapa resultante (figura 3. 13) permite identificar algunas diferencias notables en la distribución de los depósitos y lo que aparentan ser tendencias de redistribución en sectores específicos.
35En primer término, se destaca la disminución de los espesores de tefra en sectores marginales y facies medias del depósito. Esto es especialmente notable en los alrededores del lago Hermoso-lago Villarino, en los ambientes bajos lindantes al extremo oeste del lago Nahuel Huapi y en la ciudad de Bariloche, donde la curva de 2 cm de espesor retrocede por detrás de la curva original de 2,5 cm. Como contrapartida, en algunos sectores se verifica un avance de las curvas de espesores mayores (6 a 32 cm) por sobre las curvas originales de 5, 15 y 30 cm. Esto se hace evidente en el sector occidental de la cuenca del Nahuel Huapi, al norte del brazo Blest y, más al norte, hacia las cabeceras del lago Traful.
36Estas situaciones aparentemente contradictorias podrían explicarse como resultado de la removilización, principalmente eólica, de los materiales de granulometría más fina dominantes en ambientes topográficamente bajos y con menores precipitaciones, que predominan donde los depósitos de tefra originales no superaron los 5 ó 6 cm, y que explica las disminuciones de espesor especialmente en sectores abiertos y muy expuestos al viento. Los aumentos de espesor en sectores medios del depósito podrían deberse a la acumulación en sectores bajos de materiales removilizados por mecanismos de transporte hídrico y gravitacionales desde los sectores altos y con altas pendientes de las cuencas fluviales situadas en ambientes húmedos con precipitaciones superiores a los 2000 mm anuales.
37Durante el año 2019 se realizaron nuevos relevamientos de los espesores del depósito de tefra a fin de observar la evolución del depósito en referencia a lo observado en años anteriores, permitiéndonos avanzar en el estudio del proceso de incorporación de la tefra a los distintos sistemas naturales alcanzados por la caída original y los factores que la controlan a largo plazo.
3. 7. Un nuevo episodio de emisión de ceniza en 2013
38Luego del evento eruptivo de 2011, el cc mostró actividad fumarólica frecuente y, más allá de los reiterados eventos de removilización de cenizas hacia el este por fuertes vientos, se han podido registrar algunos episodios de emisión de volúmenes considerables de gas y en algunos casos cenizas, cuyos productos se hicieron evidentes en localidades cercanas como Villa La Angostura y Bariloche.
39Uno de estos episodios se registró a principios de julio de 2013, cuando fue posible observar durante buena parte del día 4 una columna de emisión que se elevó por sobre el nivel de nubes. Una columna mucho más baja y de color blanco (dominancia de vapor de agua) fue visible en días posteriores, hasta el 6 de julio (figura 3. 14). Esto fue apreciado localmente por la población, guardaparques y funcionarios del sistema de Protección Civil, quienes consultaron insistentemente sobre la situación del volcán. Siendo la única fuente de información oficial disponible la publicada por el sernageomin chileno a través de los reportes de actividad volcánica y los reportes especiales del ovdas (ravs y reavs) se refirieron las consultas hacia este. No habiendo en este caso informe alguno disponible aún para esas fechas, gea elaboró un breve reporte con la intención de alertar a las autoridades y dejar registro de este tipo de eventos que se repitieron con alguna frecuencia, como el registrado en diciembre de 2013 (Villarosa, 2013; Toyos y otros, 2017).
40La evolución de la pluma puede verse en las imágenes modis Terra y Aqua de los días 4, 5 y 6 de julio de 2013 en color verdadero y, especialmente, en bandas 367 (figuras 3. 15 y 3. 16).
3. 8. Procesos hidrogeomórficos desencadenados a partir de las caídas de ceniza
41La erupción del cc en 2011 presentó una oportunidad excepcional de registrar los procesos hidrogeomórficos que ocurren en los sistemas fluviolacustres afectados por las caídas de ceniza volcánica en la región. Observaciones directas realizadas por integrantes del grupo gea durante las primeras semanas de la erupción en deltas ubicados principalmente en la zona de Villa La Angostura (expuesta a la caída de espesores importantes de ceniza y lapilli) permitieron verificar el abundante aporte fluvial de materiales piroclásticos removilizados desde las cuencas hídricas hacia los deltas lacustres. La acumulación de este material removilizado suele generar depósitos poco compactados, con gran contenido de agua y pendientes abruptas. Previendo altas tasas de sedimentación de materiales de baja densidad en los frentes deltaicos, las que, sumadas a la natural falta de cohesión de los bancos de tefra, podrían determinar una situación de acentuada inestabilidad en estos ambientes, en el marco del Programa Científico-Tecnológico de Emergencia Volcánica (proevo) del mincyt y de proyectos pict, financiados por la anpcyt, se relevaron deltas ubicados en cercanías de Villa La Angostura con equipos de batimetría y sísmica identificando y caracterizando las áreas afectadas por remoción en masa subacuática. Colectores de sedimentos en suspensión, instalados en los deltas con el objeto de monitorear y cuantificar el aporte piroclástico durante los meses de la erupción permitieron detectar un fenómeno de flujo que desplazó y colmató un muestreador de fondo ubicado frente a la desembocadura del arroyo Totoral (febrero-mayo, 2012). Este fenómeno se vinculó a un deslizamiento subacuático que involucró material piroclástico y orgánico depositado en el frente deltaico (Beigt y otros, 2019). Un análisis temporal de imágenes satelitales anteriores y posteriores a la erupción del Cordón Caulle y control de campo con gps permitió cuantificar el área progradada en planicies deltaicas de los arroyos Pireco y Totoral por efecto de la caída y removilización fluvial de material piroclástico hacia los deltas, totalizando unos 256 000 m2 en el año de erupción (2011-2012), de los cuales 200 000 m2 correspondieron solo al mes de junio de 2011 (figura 3. 17).
42En años posteriores a la erupción del cc se relevaron con georradar las planicies deltaicas de estos arroyos y la porción proximal subacuática (para lo cual el grupo debió realizar una serie de adaptaciones a las antenas gpr), a los efectos de analizar las características del depósito y cuantificar los volúmenes de material piroclástico acumulados en estos ambientes. El objetivo es conocer la evolución temporal de sistemas deltaicos de Patagonia norte afectados recurrentemente por caídas de ceniza volcánica y su removilización fluvial hacia los deltas (Beigt y otros, 2019, figura 3. 18).
43Dados los numerosos reportes de pescadores que lamentablemente fueron testigos y víctimas de deslizamientos ocurridos en los depósitos de material piroclástico acumulados en los frentes de delta cercanos a Villa La Angostura a partir de la erupción de cc en 2011, desde hace unos años se trabaja con Protección Civil vla e integrantes de la epsa (Asociación Civil de Guardavidas en Argentina) en tareas de prevención de ahogamiento. A partir de esta interacción, la epsa difunde en su canal de Youtube (epsa Guardavidas) videos donde se incluye información acerca del veril y la importancia de evitar este sector de pendientes pronunciadas.4 Un ejemplo de ello es el deslizamiento subacuático ocurrido en marzo de 2021 en el balneario del camping diurno de Lago Espejo (figura 3. 19). Este movimiento en masa iniciado en la pendiente del veril, donde se acumularon espesores importantes de material piroclástico de cc en 2011, provocó el hundimiento de boyas que delimitan el balneario, por lo que fue rápidamente advertido por los guardavidas que dieron aviso a gea permitiéndonos registrar el fenómeno.
44Mediante el uso de sistemas de información geográfica y el análisis de imágenes satelitales se identificaron los impactos de la erupción sobre las redes de drenaje de las cuencas Pireco y Totoral (Brazo Rincón, Lago Nahuel Huapi; figura 3. 20). Tan solo dos días después de la erupción, el arroyo Totoral experimentó un desborde y posterior desvío de su cauce, lo cual afectó viviendas ubicadas en la terraza baja. La inmensa carga de pómez arrastrada por el arroyo Totoral provocó, además, el desprendimiento de la losa de rodamiento de un puente de madera que se extendía sobre él, desplazándola aguas abajo como se muestra en las imágenes a y b de la figura 3. 20. El nivel que alcanzó el desborde del arroyo Totoral pudo definirse a partir de marcas de agua y ceniza adherida e, incluso, fragmentos de pómez incrustados a unos dos metros de altura sobre las paredes interiores de una cabaña de madera (figura 3. 20. imágenes c y d). Además, se halló colapsada una sección del techo de chapa, como consecuencia de la sobrecarga derivada de la acumulación de tefra.
45Los efectos de la removilización de grandes volúmenes de material piroclástico a lo largo de las redes de drenaje se evidenciaron, entre otras cosas, por un cambio en el diseño de las redes, pasando de un estilo dominantemente meandriforme a fuertemente anastomosado. Uno de los efectos más notables fue la colmatación de un meandro en la parte distal del arroyo Totoral. Este proceso sin y posteruptivo comenzó durante el año de la erupción (2011-2012) y finalizó en 2018, involucrando procesos de estrangulamiento del cauce y abandono de dicho meandro (figura 3. 21). Asimismo, la vegetación riparia se vio severamente afectada durante el año de la erupción, totalizando unas 18 has de bosque nativo muerto (figura 3. 22). Estos impactos evidencian cómo el aporte repentino de grandes volúmenes de tefra altera fuertemente la geomorfología fluvial previa, viéndose afectada también la infraestructura y vegetación colindante. Se trata de procesos que evolucionan durante varios años posteriores a la erupción hasta alcanzar niveles de equilibrio del paisaje equivalentes a la situación preeruptiva.
46Otro aspecto abordado durante la emergencia volcánica fue la evaluación de peligrosidad de lahares secundarios y avalanchas de nieve en Villa La Angostura y la parte norte del Parque Nacional, respectivamente, favorecidos por la presencia de tefra intercalada en el manto níveo. A partir de solicitudes de asistencia técnica se elaboraron rápidamente mapas de susceptibilidad frente a lahares secundarios mediante modelizaciones a partir del programa Titan 2-Phase (figuras 3. 23 y 3. 24) y de zonificación de peligro en el Parque Nacional (figuras 3. 25 y 3. 26). Todo este material e informes fueron puestos a disposición de las autoridades municipales y de Parques Nacionales, y sus resultados fueron presentados posteriormente en congresos y publicaciones (Córdoba y otros, 2011, 2015; Villarosa y otros, 2013). A partir de estos, en Villa La Angostura se elaboraron protocolos para emergencia de lahares e inundaciones y se establecieron estrategias básicas de monitoreo de precipitaciones y cauces que incluyeron la instalación de cartelería específica. Además, fueron relocalizadas las actividades de una escuela en riesgo durante los meses críticos de la temporada húmeda.
3. 9. Consideraciones finales
47A diez años de la erupción del cc, el grupo gea del ipatec continúa con las líneas de trabajo ya consolidadas y avanza con propuestas novedosas a través de la incorporación y formación de nuevos científicos. Así, a la reconstrucción de la historia eruptiva de los volcanes patagónicos, el registro de impactos de erupciones y análisis de vulnerabilidades, el estudio de la evolución de los depósitos de tefra recientes y su relación con procesos hidrogeomórficos, se suman nuevas iniciativas para estudiar aspectos específicos de vulnerabilidad en contextos de cambio climático, la construcción de una estratigrafía de eventos de alcance regional, el diseño de métodos y estrategias de gestión de riesgo, abarcando múltiples dimensiones del proceso volcánico, del ciclo de sus productos y sus impactos.
Bibliographie
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Notes de bas de page
1 Área que recibió acumulaciones de ceniza mayores a las esperadas de acuerdo a su distancia al volcán. Esto se conoce como máximo secundario de distribución de ceniza, habitualmente se produce por la formación de agregados de ceniza transportada a sotavento en la pluma eruptiva.
2 Referencia del rav del Observatorio volcanológico de los Andes del Sur (ovdas), reportes de actividad volcánica 2011/12 (ovdas-sernageomin).
3 Material particulado menor a 2,5 micrones.
4 Para ampliar ver: https://www.youtube.com/watch?v=QxHMo3OVW_E
Auteurs
Universidad Nacional del Comahue, Centro Regional Universitario Bariloche. Río Negro, Argentina.
Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC-CONICET-UNCO), Grupo de Estudios Ambientales (GEA). Río Negro, Argentina.
Es doctor en Ciencias Geológicas (UBA), investigador del CONICET, vicedirector del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC), director del Grupo de Estudios Ambientales (GEA) y profesor adjunto en la Universidad Nacional del Comahue (UNCO). Tiene más de 25 años de experiencia integrando especialidades con un abordaje interdisciplinario. Realizó una especialización en volcanología y limnogeología, geología isotópica y geología ambiental. Dirigió y participó en proyectos nacionales e internacionales y guía becarios en temas estratégicos. Promovió y coordinó convenios y servicios tecnológicos geoambientales en temáticas relacionadas con peligros e impactos volcánicos, procesos tsunamigénicos en lagos, zonificación geoambiental y gestión territorial.
Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC-CONICET-UNCO), Grupo de Estudios Ambientales (GEA). Río Negro, Argentina.
Es licenciada en Ciencias Geológicas (UBA), profesional principal de la carrera del Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo de CONICET e integrante del Grupo de Estudios Ambientales en IPATEC (CONICET-UNCo). Está a cargo del laboratorio de tefrocronología y limnogeología. Se especializó en temáticas vinculadas a reconstrucciones de la historia volcánica Holocena de volcanes que afectaron la Patagonia norte y en evaluaciones de impactos de erupciones explosivas recientes. Participó en proyectos de investigación, de extensión, convenios de asistencia técnica y actividades de divulgación de la ciencia y colabora con la formación de recursos humanos especializados en volcanismo.
Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC-CONICET-UNCO), Grupo de Estudios Ambientales (GEA). Río Negro, Argentina.
Es doctora en Geografía por la Universidad Nacional del Sur (UNS), investigadora de CONICET en el Grupo de Estudios Ambientales, especializada en geografía física. Su línea de investigación es la peligrosidad geológica en áreas costeras de los grandes lagos andinos de Patagonia norte, vinculada a la ocurrencia de procesos de remoción en masa subacuáticos y olas de tsunami. Principalmente, ha enfocado sus estudios en ambientes deltaicos y sus cuencas fluviales. Dirigió y participó de numerosos proyectos con un abordaje interdisciplinario y dirigió becarios en temáticas afines.
Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC-CONICET-UNCO), Grupo de Estudios Ambientales (GEA). Río Negro, Argentina.
Es licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), es becario doctoral de CONICET en temas estratégicos con lugar de trabajo en el Grupo de Estudios Ambientales en IPATEC. Se encuentra realizando el doctorado en Ciencias Geológicas en la UNSJ. Su temática de estudio es el análisis de factores de peligrosidad en sistemas fluvio-lacustres norpatagónicos afectados por caídas piroclásticas, principalmente en cuencas ubicadas en el Parque Nacional Nahuel Huapi.
Universidad Nacional del Comahue, Centro Regional Universitario Bariloche. Río Negro, Argentina.
Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC-CONICET-UNCO), Grupo de Estudios Ambientales (GEA). Río Negro, Argentina.
Es licenciado en Geología en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y doctorando en Ciencias Geología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se desempeña como becario doctoral en temas estratégicos en GEA (IPATEC) y como docente en la Universidad Nacional del Comahue (UNCO). Su temática de investigación consiste en analizar la peligrosidad y vulnerabilidad generada por la caída de ceniza volcánica en ámbitos urbanos de la Patagonia norte en un contexto de proyecciones de cambio climático.
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