Capítulo 4. Cartografía archivada: la importancia de los mapas para la comprensión del pasado y el planeamiento del futuro
p. 101-126
Texte intégral
4. 1. Introducción
La cartografía siempre forma parte de un discurso, de una
administración del saber, de una política del saber, y en muchos
casos, como parte de su naturaleza, representa a instrumentos de
dominación que responden a un saber y un poder determinados.
Michael Foucault
1El 22 de febrero de 2020 Mike Hughes murió al estrellarse con un cohete casero que había construido en el jardín de su casa. Intentaba ascender a una altura suficiente como para observar y demostrar que la tierra es plana. El paracaídas del dispositivo falló y se estrelló en el desierto de California, Estados Unidos.
2Sorprendentemente ya adentrados en el siglo xxi, con tecnologías capaces de fotografiar la tierra en perspectiva o, inclusive, de enviar fotos en alta resolución desde Marte, este movimiento conocido como terraplanistas ha tomado relevancia en los medios de comunicación. The Flat Earth Society cuenta con seguidores en todo el mundo y con muchísima más atención en noticieros y diarios que la mayoría de las investigaciones científicas que hacen progresar el conocimiento.
3Aún más sorprendente es que este movimiento se da en una era donde las aplicaciones móviles son capaces de mostrar detalles de la cartografía mundial a la que algunos años antes muy pocos conocedores hubieran sido capaces de acceder. Google Maps, Google Earth y un sinfín más de recursos muestran no solo nuestra ubicación al instante, sino que pueden incluso detectar patrones de movimiento y anticipar el tiempo que nos llevará hacer un recorrido, el tráfico, la dificultad, las zonas que considera peligrosas.
4Los mapas de papel han quedado en el tiempo. Pedir indicaciones para llegar a un sitio parece una cosa del pasado. Arribar a un lugar nuevo y preguntar dónde se puede comer, descansar o cargar nafta ya no parece una opción si hay señal de celular: el teléfono probablemente lo sepa con más precisión. Incluso, basado en búsquedas anteriores, los resultados pueden anticipar nuestros deseos o necesidades.
5Sin embargo, desde una perspectiva social de la cartografía, Juan Manuel Diez Tetamanti plantea:
jamás los mapas han estado tan desprovistos de la textura social (que pretenden representar) como hoy, a partir del uso intensivo de los sistemas satelitales y las tecnologías digitales. […]. El territorio, como nunca antes, ha sido estandarizado, homogeneizado y sometido al imperio de la cibercartografía. (2018, p. 30)
6Este autor, basándose en la obra de John Brian Harley, añade que vivimos en una era donde se vigila la cartografía desde la «ética de la precisión», que excluye los mapas antiguos como «malos» al ser menos precisos y a los más modernos como «objetivos», ya que se destaca aquel en que los procesos miméticos y la exactitud en la representación gráfica aparenten tener menor incidencia de la subjetividad (Diez Tetamanti, 2018).
7En este contexto la cartografía también es una herramienta muy poderosa para establecer sentencias sobre las personas que habitan el territorio mapeado. Edward Said, en su monumental obra Orientalismo, estableció que cuando un estudioso europeo viajaba al país del cual se especializaba llevaba consigo todos sus prejuicios y valores «civilizados» que lo habían formado. A esto lo denominó «geografía imaginaria», es decir, «la práctica universal de establecer en la mente un espacio familiar que es «nuestro» y un espacio no familiar que es el «suyo» es una manera de hacer distinciones geográficas que pueden ser totalmente arbitrarias» (Said, 1978, p. 87). La palabra «arbitraria» distingue, para el autor, entre «nuestro territorio y el territorio de los bárbaros», sin requerir que los bárbaros reconozcan esta distinción.
8Este método, dice Said, es una manera de controlar sentimentalmente lo que puede percibirse como una amenaza. La mente, al tratar con una forma de vida nueva y radicalmente diferente, tiende a dar una respuesta conservadora y defensiva: «A las fronteras geográficas le siguen las sociales, étnicas y culturales de manera previsible» (Said, 1978, p. 87).
9Analizando esto a la luz de los nacientes Estados latinoamericanos en el siglo xix, la cartografía se vuelve un elemento clave para definir ese territorio nuestro. En el caso de Argentina, y de la Patagonia específicamente, esto tuvo consecuencias muy claras. La cartografía se utilizó para llenar de significaciones emocionales y racionales a espacios lejanos y anónimos.
10En relación con esto, el Instituto Geográfico Militar (img) utilizó como su antecedente directo a la Oficina Topográfica Militar, que fue creada en 1879 con motivo de la campaña militar del general Roca a la Patagonia. A partir de entonces la evolución de los entes encargados de la producción cartográfica fue constante y siempre intentando monopolizarla para lograr un desarrollo integral del país, en consonancia con los requerimientos de las elites gobernantes. Al principio la cartografía estuvo muy ligada con las necesidades castrenses y, una vez consolidado el territorio más dedicada a distintos requerimientos internos. Uno de estos fue la difusión de una idea definida de territorio para asegurar su perduración con las generaciones futuras.
11En base a las premisas mencionadas, este trabajo intentará rastrear las ideas principales del estudio de la cartografía crítica, para contextualizar el rol del archivo cartográfico en la construcción, consolidación y preservación de la nacionalidad en Argentina. También se evaluará el rol del igm en la preservación del archivo cartográfico. Finalmente se investigarán las diferentes posturas en cuanto a la elección de límites de la provincia de Río Negro.
4. 2. Estado de la cuestión de la cartográfica crítica
Los mapas pueden ser considerados desde diferentes aspectos, como reportes científicos, documentos históricos, herramientas de investigación y objetos de arte.
Gerald Roe Crone
12La cartografía puede ser considerada como el antiguo arte de hacer mapas o como la ciencia encargada de estudiar su creación y uso. Esta última definición se ha complejizado y dividido en diferentes ramas, que establecen visiones muy distintas, durante el siglo xx. Es decir que los mapas siempre han sido una herramienta útil para el estudio del pasado, pero su percepción y utilización ha cambiado con el paso del tiempo.
13No es sencillo establecer una fecha concreta para el inicio de la cartografía como ciencia. Puede decirse que ya en el siglo xviii ciertos librotecarios, científicos y profesores comenzaron a interesarse en el estudio de los mapas antiguos. Esta comunidad de académicos, dispersos pero con intereses similares, generaron un consenso general fundacional sobre el estudio de los mapas antiguos, que puede establecerse como la visión empírica de la cartografía establecida en el siglo xix (Edney, 2005).
14Esta perspectiva tradicional planteó una visión que contemplaba a los mapas como no problemáticos, neutros, como documentos científicos de información del espacio geográfico, estrechamente relacionados con el avance tecnológico y cuya importancia recaía en su desarrollo. Así se creó una escala de importancia en base a la precisión de los mapas que fue dejando de lado, e inutilizando, a los considerados imprecisos.
15Esta idea evolutiva del desarrollo cartográfico vio a los mapas antiguos como acientíficos y simples, y a la cartografía como una ciencia que se fue complejizando para llegar a reflejar el espacio geográfico de la manera más exacta posible, en la actualidad. Durante este período comenzaron a escribirse reseñas generales acerca de la historia de los mapas. Estas presentaban a los más recientes como la culminación de un proceso lineal de mejora cualitativa.
16Sin embargo, de manera marginal, surgieron estudios más detallados desde sectores que pueden dividirse en tres grupos interrelacionados: los geógrafos e historiadores, que se interesaron en los mapas antiguos debido a su capacidad como fuentes primarias de información sobre el pasado; los librotecarios y archivistas, que se abocaron a ordenar y dar a conocer los mapas que contienen sus establecimientos de trabajo, y los coleccionistas privados, que privilegiaron los mapas que registraron por primera vez alguna información y, por lo tanto, tenían valor por ser parte del progreso humano (Edney, 2005).
17A medida que avanzó el siglo xx y las ciencias sociales se fueron interrelacionando, la cartografía comenzó a ser abordada desde nuevos ángulos que concibieron a los mapas desde un punto de vista epistemológico; como una forma de conocimiento, de entendimiento de nuestra realidad y de estudio de sociedades pasadas.
18La revista Imago Mundi, publicada por primera vez en 1935, fue la única dedicada enteramente a la historia de la cartografía. De la mano de su creador, Leo Bagrow, se convirtió en un foro donde diversos pensamientos e intereses pudieran interactuar y relacionarse para que la ciencia progrese.
19A partir de la década de 1980 se profundizó el replanteo de la concepción del mapa por algunos cartógrafos que se alejaron aún más de la visión tradicional. Comenzó a pensarse como un reflejo social y cultural del momento en que fue concebido, por lo que no debía ser evaluado solo por su grado de precisión. Pasó a ser una herramienta muy útil para estudiar los cambios en las sociedades, ya que es una evidencia concreta de los intereses, técnicas y capacidades de los hombres.
20Esta nueva corriente de la cartografía académica extendió el tema de investigación para que abarque no solo el estudio de la comprensión de los mapas, sino, además, su diseño. Esto llevó a analizarlo como un sistema de comunicación. Arthur H. Robinson, uno de los geógrafos fundadores de esta nueva corriente, introdujo un aspecto a considerar muy interesante: el diseño gráfico es una de las formas más básicas y antiguas de comunicación entre los humanos y, sin embargo, su historia no se enseña con la misma profundidad que la historia del lenguaje (Robinson, 1965).
21Robinson también planteó que la cartografía sufrió una bifurcación, que puede establecerse alrededor del año 1800, cuando el personal militar y los ingenieros civiles se hicieron cargo del progreso cartográfico para hacer mediciones en base a las necesidades nacionales o coloniales, dejando de lado la estética. En contraste, los científicos sociales se centraron en mapas de escalas más pequeñas a través de las cuales presentaron su visión de cómo funcionaban la tierra y las sociedades (Robinson, 1965).
22Fue la evolución de esta segunda tendencia la que desencadenó la rama más profesional y académica de la cartografía. La que, avanzado el siglo xx, comenzó a considerar el mapa como un lenguaje, como la imagen mediadora entre las diferentes miradas del mundo.
23Brian Harley fue otro de los grandes exponentes de esta corriente de cartografía crítica. Para él, el principal interés de la historia de la cartografía es el estudio del mapa en términos humanos, como mediador entre el mundo mental y el físico. Y los mapas son la herramienta fundamental para ayudarle al ser humano a entender el universo en varias escalas (Harley, 2005).
24Desde este punto de vista, la cartografía puede ser una forma de conocimiento, poder e incluso de dominación. Mapas creados con un propósito pueden ser utilizados para otros bien diferentes. Tal es el caso de los mapas y descripciones confeccionados por el viajero inglés George Musters, que recorrió la Patagonia de sur a norte en 1869 aparentemente por placer, pero luego ellos fueron utilizados por la Compañía de Tierra del Sud Argentino para definir los mejores parajes donde establecer sus estancias. Este es un ejemplo de cómo pueden adquirir relevancia aspectos analíticos que no fueron tenidos en cuenta a la hora de la realización del mapa.
25Por otro lado, siguiendo el pensamiento de Harley, la historia de la cartografía debe tener en cuenta lo que un mapa dice tanto como lo que no dice. La regla básica del método histórico es que solo se pueden interpretar los documentos en su contexto, por lo que esta norma debería aplicarse también a la cartografía (2005). De esta manera estudiar mapas solo teniendo en cuenta su progreso técnico o de precisión sería caer en un anacronismo.
26Harley junto con David Woodward, el tercer pilar de esta nueva construcción del análisis cartográfico, en su monumental obra The History of Cartography, de 1987, pusieron en tela de juicio la neutralidad aparente de los mapas propuesta por la corriente cartográfica tradicional.
27Este enfoque deconstruccionista plantea que la evolución de la cartografía puede considerarse una de las manifestaciones de la imposición de un criterio de visión y división del mundo. Los mapas son una parte de una familia más amplia de imágenes cargadas de valor, y pueden ser vistos como construcciones de realidad, que portan y comunican la información de determinado poder político. Han contribuido a crear algunos de los estereotipos más dominantes de nuestro mundo, y desde esta perspectiva dejan de ser registros inertes de paisajes morfológicos o reflexiones pasivas del mundo de los objetos (Harley, 2005).
28En este sentido, la metodología adoptada por la Cartografía Social va un paso más allá. Esta modalidad plantea la posibilidad de construir un lenguaje a través de la cartografía, que implica una forma nueva de conocer. Desde este punto de vista la Cartografía Social piensa la producción de mapas como una forma de intervenir los espacios, no solo de describirlos o dibujarlos. Al ir más allá de la formalidad del dato empírico construye otras prioridades y formas de resolución de problemas en espacios de interacción desde lo colectivo (Carballeda en Diez Tetamanti, 2018).
29A través de este breve repaso de las formas de pensar la cartografía se puede percibir que en la manera de seleccionar su contenido, sus símbolos y estilos de representación los mapas se convierten en una manera de concebir, articular y estructurar el mundo. A continuación, el trabajo investigará cómo estas características están estrechamente unidas a las necesidades de los modernos Estados nacionales.
4. 3. Cartografía y Estados nacionales
El olvido y, yo diría incluso, el error histórico son un factor esencial de la creación de una nación, y es así como el progreso de los estudios históricos es a menudo un peligro para la nacionalidad.
Ernest Renán, Qu'est que c'est une nation?
30Teniendo en cuenta este contexto teórico, la idea ahora es analizar el mapa como un dispositivo nacionalista y nacionalizante. Como una herramienta que fue utilizada por las burocracias estatales, a nivel mundial y en Argentina, específicamente, para reforzar la ilusión de una base material para el sentimiento de identidad nacional.
31Esta fue una de las premisas que esbozó Benedict Anderson en su trabajo Comunidades imaginadas, de 1983, que fue utilizada en innumerables trabajos sobre cartografía a partir de entonces. Estableció los vínculos entre nacionalismo, territorio y cartografía, profundizando la idea de que el mapa político de un territorio sirve para condensar la identificación de valores nacionales en sus ciudadanos.
32Este historiador planteó la importancia del mapa logotipo, en referencia a la silueta de lo que se quiere establecer como territorio nacional, para la formación de los nacionalismos modernos. En este sentido el mapa se convertiría en una herramienta más para que los ciudadanos de determinada nación se reconozcan y autoidentifiquen como parte de esa comunidad imaginada.
33Anderson dio una definición de nación como «una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana», y dentro de estos tres presupuestos el mapa se establece como la herramienta ideal para darle forma a ese ente imaginado, para marcar los límites de hasta dónde se ejerce la soberanía nacional. Pero, además, el mapa logotipo se impone frente a otros, muestra las fronteras dentro de las cuales se encuentran los compatriotas y fuera los extranjeros. Se transforma, entonces, en una marca que, puesta en circulación a través de todo tipo de publicaciones, oficiales y no oficiales, se impregna en la conciencia de los ciudadanos inconscientemente.
34En este sentido, Marcelo Escolar agrega que la unión entre el Estado moderno y su territorio no es la preexistencia de un área geográfica diferenciada, sino que el Estado se constituye, primero, como propiedad eminente regia y luego, al delimitar sus funciones burocrático-administrativas, define su jurisdicción geográfica (Escolar, 1994). De esta manera el Estado moderno basa su poder en la dominación de los hombres en un área bajo jurisdicción exclusiva: el territorio. Por ello la necesidad de definirlo, cartografiarlo y darlo a conocer es tan importante.
35Escolar plantea que en el caso de las excolonias españolas de América del Sur no hubo siquiera la posibilidad de reivindicar un ámbito geográfico nacional originario, ni una nacionalidad diferente a la del monarca español. Por lo que para formar una Nación excluyente se necesitó imponer coercitivamente la invención ideológica, conquista militar y homogeneización del territorio.
36En diferentes investigaciones Carla Lois (2002) establece que la cartografía, además de contribuir a la representación del territorio dominado, es un instrumento que colaboró con la organización política, administrativa, catastral, impositiva y electoral de Argentina. Junto con el catastro, la estadística y el censo fueron las principales herramientas para la organización de la información territorial.
37Su análisis corrobora la línea de estudio de Arthur Robinson, en cuanto a la militarización de la producción de la cartografía a partir del siglo xix, ya que establece que dicha producción en Argentina está ligada a la profesionalización del ejército y, en el caso de nuestro país, a la ausencia de otras instituciones preparadas para el levantamiento topográfico (Lois, 2002). A su vez, Alberto de Paula (1995) también plantea que en el contexto de centralización política y administrativa de Argentina en el siglo xix, la cartografía quedó estrechamente unida a las actividades militares.
38Este proceso también puede relacionarse con dos puntos que revelan las necesidades cartográficas más importantes de la época: por un lado, la delimitación de las fronteras del territorio nacional argentino para diferenciarse de los Estados vecinos y, por el otro, la planificación de los movimientos del ejército contra los llamados enemigos internos.
39Perla Zusman ha trabajado ampliamente el primer punto, la necesidad de dominación efectiva sobre un espacio geográfico delimitado en la conformación del Estado argentino: «A través de la representación del pretendido espacio de dominación se ha conseguido legitimar la apropiación de determinados territorios que, a través de este instrumento aparentemente neutral, son visualizados como naturalmente pertenecientes a un Estado-Nación» (1997, p. 38).
40Zusman establece que, debido a que este proceso de control del espacio geográfico se dio al mismo tiempo en muchos Estados de la región, fue de gran importancia marcar las fronteras exteriores para conformar una unidad territorial delimitada frente a los vecinos. En este sentido, las fuentes cartográficas antiguas, como las cédulas reales, fueron incluso más importantes que los levantamientos modernos a la hora de presentar antecedentes históricos para justificar los reclamos limítrofes (Zusman y Minvielle, 1995).
41El segundo punto se refiere a la necesidad, para esta construcción del territorio nacional, de incorporar los territorios bajo dominación indígena al imaginario geográfico nacional. Es por eso que durante la segunda mitad de siglo xix Chaco y Patagonia fueron las áreas de interés primordial para cartografiar.
42Pedro Navarro Floria (1999) establece que la apropiación discursiva a través de la metáfora del desierto fue un primer paso en el proceso de invención del territorio nacional. Y a partir de esta idea, las obras cartográficas se dedicaron a vaciar ese espacio y transformarlo en no-desierto, en tierra a colonizar y modernizar.
43Estas tareas, por lo general, estuvieron primero en manos de extranjeros y luego a cargo de oficinas castrenses que las realizaron durante las campañas militares. Sin embargo, no fueron su principal objetivo, sino que a medida que la unidad avanzaba se iban tomando datos para la realización de los mapas, por lo que las limitaciones financieras y técnicas fueron muchas y complicaron su producción.
44Malena Mazzitelli (2008) plantea que este tipo de relevamientos cartográficos in situ no fue la única forma de mapear el territorio. Existió otra técnica que se basó en la recopilación de antecedentes cartográficos de la región deseada, para luego confeccionar el mapa enteramente dentro de un gabinete. Esta era bastante compleja, ya que requería reunir la mayor cantidad de antecedentes posibles, que muchas veces no estaban en la misma escala, para comparar la información y seleccionar aquella que más se ajustara a la realidad. A su vez, las escalas elegidas estaban estrechamente unidas a las necesidades castrenses, si se necesitaba el mapa para un campamento militar, sería muy grande, y si la necesidad era para una región explorada la escala sería más pequeña.
45Para este tipo de producciones es que el Estado argentino utilizó en repetidas ocasiones los servicios de especialistas extranjeros. Lois indica que esta situación, en un primer momento, le dio cierto prestigio a las publicaciones. La participación de eruditos extranjeros de cierto renombre no solo ayudó a superar la carencia de personal local, sino que también elevó el nivel científico de las producciones para mostrarlas en el extranjero, un detalle no menor si se tiene en cuenta el deseo de motivar inversiones extranjeras durante ese periodo.
46Pero hacia fines del siglo xix la situación comenzó a cambiar a raíz de dos factores principales. Por un lado, algunos mapas encargados y financiados por el gobierno nacional fueron utilizados en los conflictos sobre los límites con Brasil y Chile, por estas naciones, en su reclamo por territorio. Es decir que estos mapas no expresaban el deseo de las autoridades argentinas, pero habían sido financiados por ellas. Por el otro, los mapas también describían y mostraban a la Patagonia como territorio poblado por diferentes tribus de indios, un dato que el gobierno nacional quería borrar por completo. La participación de extranjeros entonces pasó a ser puesta en duda frente a la noción de la necesidad de contar con cartografía hecha por técnicos argentinos que sirvieran a la patria y a los intereses de la nación (Lois, 2000).
47Con el cambio de siglo también se dio otra modificación en los intereses de la nación. Una vez que la clase dirigente sintió que los nuevos territorios incorporados se encontraban simbólica y materialmente bajo control, la predilección de la cartografía se movió hacia las ciudades y zonas que se querían desarrollar. Durante la primera década del siglo xx comenzaron a producirse mapas de escala más amplia de espacios cercanos a las ciudades en las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Salta, Entre Ríos y Santa Fe (Mazzitelli, 2017).
48En 1904 se fundó el igm y, con el paso del tiempo, se consolidó como el organismo institucional encargado de controlar la versión oficial de la cartografía nacional para reproducirla a futuro. Este hecho terminó de instalar a las fuerzas armadas al frente de la producción de los mapas oficiales. A su vez el igm se ocupó de recuperar ciertas obras cartográficas como fundacionales y se autoinstaló como el eslabón más adelantado de una evolución técnica y científica de la cartografía nacional.
49Queda establecida, entonces, la gran utilidad de la cartografía para la construcción y consolidación del Estado nacional argentino. La cartografía fue durante el siglo xix una herramienta clave para la incorporación de territorios deseados tanto material como simbólicamente. En el siglo xx su importancia no disminuyó, el igm inauguró una nueva etapa en la realización de mapas en Argentina que, si bien siguió bajo control militar, se convirtió en una práctica independiente de las necesidades militares (Mazzitelli, 2017).
50Esta instaló una visión idealizada de la representación cartográfica para ayudar a preservar y reproducir los ideales nacionales. Esta etapa recuperó determinados mapas, olvidó ciertos otros y se ocupó de crear un relato uniforme, basado en un pasado común y relacionado con determinados organismos, para enseñar, sobre todo, en las instancias de educación primaria y secundaria.
51Lois analiza estas prácticas como un «proceso de invención de la tradición cartográfica argentina dentro del extenso y complejo proceso de formación del Estado y de la nación argentinas» (2004, p. 2). El Estado pasó de subsidiar, avalar y apoyar instituciones científicas durante la segunda mitad del siglo xix a monopolizar su producción a través del igm.
52Oficialmente, el igm establece su primer antecedente en 1879 con la Oficina Topográfica Militar, creada con la intención de cartografiar los territorios por donde avanzaría la denominada Campaña al Desierto de Roca. Pero la misma institución ha remontado sus orígenes inclusive hasta los acontecimientos de 1810 o 1853. Otro antecedente es la conformación de la Mesa de Ingenieros en 1865, como primer organismo especializado en cartografía en directa dependencia de la Comandancia General del Ejército. Esta oficina, que funcionó durante la Guerra del Paraguay, demostró, por su precariedad, la necesidad de un cuerpo profesional.
53En 1879, la Oficina Topográfica Militar nació estrechamente ligada a la campaña militar del general Roca en la Patagonia. Este antecedente es el que muchos años después va a elegir el igm para vincular su creación con un episodio histórico que constituye un hito para la nación (Lois, 2004). La idea fue que este organismo pudiera hacer un reconocimiento del espacio a ser dominado y una recopilación de la información sobre estas tierras para su utilización económica. Esta oficina también tuvo como misión la de producir, reunir y ordenar los trabajos geográficos, topográficos y cartográficos realizados hasta entonces.
54La etapa de profesionalización continuó avanzando cuando en 1885 se formó la primera División Técnica, dentro del recientemente creado Estado Mayor General del Ejército. Esta etapa se caracterizó por buscar una especialización y profesionalización de sus técnicos y del personal responsable de las tareas cartográficas. Dentro de este proceso la cartografía fue percibida como una herramienta neutra, sin intenciones y alejada de la subjetividad de las ciencias sociales. Sin embargo, Navarro Floria (1999) niega esta pretensión de objetividad con que se autodefinieron los creadores de la cartografía de finales del siglo xix. Él plantea que estas construcciones fueron profundamente ideologizadas y permeadas por los objetivos del gobierno que los contrató.
55El surgimiento del igm tuvo uno de sus fundamentos en la necesidad de contar con mapas más rigurosos para tareas importantes por fuera del área militar. Otra de las razones que se esbozó para su creación fue la necesidad de tener mapas precisos para la enseñanza primaria y secundaria. Este punto está muy relacionado con la idea de preservar el Estado, de construir un discurso legítimo que pueda ser reproducido. Se suma a la idea del mapa logotipo, para naturalizar la idea del territorio en las generaciones futuras. El igm fue parte de una intención deliberada de intervenir los mapas del ámbito escolar.
56En 1912 el igm emprendió un proyecto para realizar la Carta de la República Argentina. El fundamento del plan se basó en que la información geográfica y catastral era necesaria para muchas actividades, como el establecimiento de un catastro, el desarrollo de una red de infraestructura, la realización del inventario del territorio, etc.
57A partir de este momento, el igm pasó a concentrar y monopolizar la producción de mapas a través de una batería de leyes a lo largo de los años. En 1935, el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública estableció que los mapas que tuvieran los límites internacionales del país y que estuvieran incluidos en obras educativas debían gozar de la aprobación de la Dirección General del igm (1979, p. 44).
58En 1937 el Decreto 114.428 prohibió cualquier publicación de mapas que no representaran al territorio en su totalidad y obligó a reemplazar todos los que no se ajustaran a esta norma. Tres años después, en 1940, a través de un Boletín Oficial se estableció la obligación de darle una copia al igm de cada mapa publicado y entregado al registro de propiedad intelectual. El Instituto debía aprobar la publicación para que pudiera ser inscripta. Este decreto que garantiza a los mapas como documentos públicos y prohíbe deformaciones perjudiciales para la nación se complementó con la Ley de la Carta (12.696), el 3 de octubre de 1941, que estableció: «el poder Ejecutivo fijará […] el orden y desarrollo de las operaciones geodésicas y topográficas a realizarse conjuntamente con los procedimientos, escala y forma de representación gráfica» (Boletín Oficial 1941, 24/X). Esto le dio autorización al igm para relevar todo el territorio de la nación. Las zonas limítrofes tendrían un tratamiento especial, lo que también hizo que este Instituto terminara de adquirir el monopolio para la producción cartográfica de Argentina.
59En mayo de 2009 el igm fue traspasado al área civil a través del Decreto 554/2009, pasando a denominarse Instituto Geográfico Nacional (ign). Las razones, según el propio ign, se debieron a «posibilitar un sistema de Defensa moderno, eficiente y eficaz que garantice la soberanía argentina» (Decreto 554/2009). Sin embargo, el cambio se dio en el marco de un previo descabezamiento de las cúpulas militares, anulación de las leyes del perdón y de determinados actos simbólicos por parte de los gobiernos kirchneristas, como el retiro del cuadro de Jorge Rafael Videla de la Escuela de Mecánica de la Armada (esma), que debilitaron la posición del Ejército.
60El cambio no fue solo en la denominación de su nombre, sino que representó una redefinición de su perfil y una reconceptualización de sus cometidos. Apuntó a una mayor organización y consolidación de un único sistema científico y tecnológico para desarrollar nuevas vertientes disciplinarias a partir de las necesidades del Estado (Decreto 554/2009). Y estuvo relacionado con la idea de fortalecer la planificación, programación, ejecución, control y fiscalización de la actividad geográfica, a nivel nacional, para satisfacer los objetivos y políticas del Poder Ejecutivo Nacional. La gestión de la información geoespacial, que ha evolucionado la forma de cartografiar los territorios, es un elemento clave en estos cambios.
61Hasta aquí el trabajo ha intentado establecer cómo a partir de la segunda mitad del siglo xix la producción cartográfica fue una cuestión que ganó cada vez más importancia dentro de la óptica del Estado. De producciones por encargo, subsidiadas o apoyadas por el Estado, se pasó a oficinas y organismos cada vez más profesionales y mejor preparados. Asimismo hay muchas investigaciones y fuentes que investigaron y dejaron constancia de sus roles en la producción y monopolización de la cartografía nacional. Pero qué hay de la conservación y el archivo de los mapas que se fueron produciendo.
4. 4. El rol del archivo cartográfico en Argentina
62La consolidación del igm como monopolizador del ámbito cartográfico estuvo direccionada para legitimar la difusión de una idea definida de territorio y asegurar su perduración con las generaciones futuras. Sin embargo, su tarea no se trató solo de producir mapas, sino de aprobar y archivar aquellos producidos en otros lados. Es por eso que el archivo es un elemento clave para analizar la historia de la cartografía a nivel nacional.
63En Argentina no son muchas las fuentes, investigaciones y trabajos académicos relevantes sobre el rol del archivo en la cartografía. Este trabajo busca resaltar los momentos históricos y las organizaciones que los utilizaron, para remarcar su importancia.
64En primer lugar, como se estableció en el apartado anterior, el rol del archivo fue clave a la hora de presentar antecedentes históricos para la delimitación de las fronteras internacionales. Irina Podgorny, en su trabajo «Fronteras de papel: archivos, colecciones y la cuestión de límites en las naciones americanas», estableció que la constitución de nuevos Estados en América necesitó de la reorganización de los archivos coloniales. A través de un análisis del trabajo de bibliófilos y anticuarios dejó ver la importancia de estos documentos y la relevancia que tuvieron a partir de la puesta en marcha del derecho administrativo en las nacientes naciones.
65Podgorny ilustra cómo este corpus ecléctico de mapas, que en muchos casos eran colecciones privadas, fueron reunidos y resignificados para formar parte del corpus fundacional de archivos argentinos. Cédulas reales, mapas de viajeros y todo tipo de cartografía pasaron a tener un valor sagrado.
66La labor de los archivistas en este sentido fue clave a la hora de recopilar, ordenar y detectar aspectos para reforzar los reclamos. Esto puede verse claramente cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Estanislao Zeballos, creó la Oficina de Límites Internacionales en 1891, entre cuyas tareas se encontraba la de compilar todos los datos históricos, geográficos y topográficos relativos a las fronteras. El mismo año se estableció, por decreto, que el ingeniero Carlos Beyer quedaría a cargo de las tareas de ordenar todo el repositorio de mapas, con el fin de reorganizar la mapoteca. Esa organización permitiría tener disponible la información y los antecedentes relacionados con las fronteras del territorio que centralizó todas las comisiones que la precedieron.
67La Oficina de Límites se ocupó de archivar documentación gráfica y discursiva que sirvió como antecedente histórico para justificar las políticas territoriales. Por ejemplo, la Memoria presentada al tribunal nombrado por el Gobierno de su Majestad Británica para «considerar e informar sobre las diferencias suscitadas respecto a la frontera entre las Repúblicas de Argentina y Chile», de 1902, fue una descripción de todos los conflictos limítrofes entre Argentina y Chile que recopiló información desde 1781 hasta esa fecha.
68Hacia fines del siglo xix también se formaron distintas sociedades geográficas que buscaron promover y difundir las cuestiones de apropiación territorial por parte del Estado para contribuir a legitimar el proyecto político vigente y asegurar su reproducción en las escuelas públicas (Zusman y Minvielle, 1995). La sociedad geográfica, que se llamó Instituto Geográfico Argentina (iga), fundada en 1879, tuvo como una de sus premisas más importantes la recopilación de mapas para publicar en un atlas, patrocinado por el gobierno nacional, bajo la dirección del ingeniero y topógrafo prusiano Arthur von Seelstrang.
69El igm desde el principio planteó sus funciones teniendo en cuenta la necesidad de archivar producciones pasadas: «Reunir bajo (su) dirección los trabajos geográficos, topográficos y cartográficos que hasta (entonces) se realizaban en forma aislada» (igm, 1950, p. 4). Esto incluyó la elección de los trabajos a preservar y el descarte de otros. El archivo se convirtió en una pieza clave de la construcción del pasado que quiso reproducirse. Sin embargo, al mismo tiempo, recopilar datos y mapas pasados ya no era suficiente, servía para representar la construcción de la nación en el pasado, pero era momento de modernizarse, de unirse a la metodología científica mundial, para estar a la altura de los estándares de las potencias.
70La modernización de la cartografía comenzó en 1912 con el proyecto Plan de la Carta, que buscaba homogeneizar la cartografía argentina con los estándares mundiales. Los métodos de recopilación dejarían de tener validez y los nuevos mapas geodésicos (aquellos que tienen en cuenta la curvatura de la Tierra y su configuración) contribuirían al desarrollo de la ciencia argentina, serían útiles para la administración estatal y servirían para potencializar el sentimiento nacional en las escuelas.
71En cuanto al archivo de la cartografía, el igm, al ser responsable de la autorización de cualquier mapa editado dentro de Argentina, se ocupó de archivar una copia de todos los que fueran producidos en el país. De esta manera, hasta 2009 cuando el organismo pasó a la esfera civil, toda la producción de mapas y el máximo archivo cartográfico del país quedaron bajo custodia militar.
4. 5. La experiencia de la geógrafa Alicia Pulita
72La contracara de la cartografía que se produjo, recopiló y archivó para su conservación es la que se dejó de lado. Muchas producciones no fueron tenidas en cuenta por diversos motivos, ya sea porque no representaban los límites deseados por las autoridades al momento de archivarlas, porque habían sido producidas por extranjeros en un momento en que se pensaba que la producción cartográfica era una tarea de suma importancia para la Nación y, por lo tanto, debía estar a cargo de patriotas, o por otras razones.
73Lo cierto es que la idea de la cartografía como instrumento para organizar la vida política, administrativa, catastral, impositiva y electoral es posible si desde el Estado se fomenta su producción y archivo. En el anuario de 1979, edición del centenario de su formación, el igm estableció la importancia de la cartografía no solo para establecer los límites internacionales sino para «gobernar y administrar a conciencia el suelo del propio territorio nacional» (igm, 1979, p. 34). Sin embargo, esto se contradice con la experiencia de los territorios nacionales apenas fueron incorporados al imaginario nacional.
74La Patagonia se incluyó como territorio nacional dentro de las fronteras limítrofes, pero no se integró, al menos desde la cartografía, de manera que la información quede disponible y accesible para la ciudadanía. Para 1882 la Ley 1265 (sobre venta de tierras y división de los territorios nacionales) avaló el fraccionamiento de las tierras dividiéndolas entre superficies para el pastoreo y para la agricultura. Sin embargo «la poca información que ofrecía el gobierno sobre los nuevos territorios favoreció su adquisición por parte de capitalistas quienes podían pagar el reconocimiento de las tierras y llegar al remate habiendo individualizado las más convenientes» (Müller, 2017, p. 60).
75Los ciudadanos, pequeños ahorristas o inmigrantes no podían arriesgarse a comprar parcelas en territorios tan alejados e inciertos. Müller contradice la opinión de que esto se debió a que no había información sobre estos territorios, ya que para 1882 existían al menos dos trabajos científicos publicados sobre la zona: por un lado, el relevamiento del Dr. Victor Moussy, publicado entre 1860 y 1865, que incluyó un estudio de la geología, biología, agricultura, meteorología y cartografía de la región, y, por el otro, el Informe oficial de la comisión científica agregada al estado mayor general de la expedición al Río Negro (Patagonia), publicado en 1881.
76De esta manera los mapas se convierten en lo que Harley llamó «territorio jurídico», un elemento que «facilita la medición del terreno y su control [... ] Es un poder externo, con frecuencia centralizado y ejercido de manera burocrática, impuesto desde arriba y manifiesto en actos específicos o en fases de política deliberada» (2005, p. 203). Quien posee la información tiene las herramientas para manejar y distribuir el territorio físico. Y por esto la cartografía genera un alto grado de legitimidad y posibilidades.
77En 1884, la Ley 1532 de Territorios Nacionales estableció la división de la gobernación de la Patagonia en seis territorios nacionales y marcó los límites entre lo que luego fueron las provincias de la Patagonia. La gobernación de Río Negro quedó delimitada de la siguiente manera: al norte, el Río Colorado; al este, el meridiano 5º hasta tocar al río Negro, siguiendo este río y la costa del Atlántico; al sur, el paralelo 42º; y al oeste, la Cordillera de los Andes divisoria con Chile, el curso del Limay, del Neuquén y la prolongación del meridiano 10º hasta el Río Colorado.
78Esta división generó varios reclamos por parte del gobierno de Río Negro a partir de 1955, cuando se crearon las provincias en cada territorio de la Patagonia. Para 1966, debido a la mejora de las técnicas para medir los límites, Río Negro reclamó que la línea divisoria con Neuquén, fijada en 1883 por el meridiano x, debería correrse 12 kilómetros hacia el oeste. Neuquén rechazó el reclamo y en 1969 el gobierno del general Juan Carlos Onganía le dio la razón mediante el decreto-ley 18501, que tiempo después fue rechazado por Río Negro, ya que fue dictado por un gobierno de facto.
79Al redactar su constitución en 1988, la provincia de Río Negro estableció:
Reivindicaciones Provinciales Artículo 8.- El gobierno provincial reivindicará, dentro de los dos años de la sanción de esta Constitución, los límites fijados en la misma, los que son la base de los acuerdos interprovinciales y de la interposición de las acciones. Merecen especial consideración la reivindicación, deslinde y amojonamiento de los territorios afectados por la errónea traza del meridiano diez grados oeste de Buenos Aires, el paralelo cuarenta y dos grados de latitud sur, el dominio sobre el lago Nahuel Huapi, isla Victoria e islas sobre los cursos de los ríos Colorado, Neuquén y Limay. La Provincia desconoce expresamente la existencia de la denominada ley de facto N. 18.501.
80La geógrafa Alicia Pulita trabajó sobre la cartografía de Río Negro por muchos años. Oriunda de Río Colorado, estudió en Bahía Blanca y en 1976 fue convocada para coordinar la elaboración de la geografía de Río Negro. A partir de ese momento formó parte de distintos proyectos que revisaron la cartografía de la provincia. Los mapas que se le encargaron fueron utilizados por las sucesivas comisiones de límites de Río Negro para fundamentar sus reivindicaciones.
81Pulita plantea que la zona más problemática para definir es la que corresponde al lago Nahuel Huapi, por la disparidad de criterios que se han sostenido para el trazado de la línea limítrofe: «El problema comienza con la sanción de la Ley 1851/69 que establece el límite por la antigua línea de navegación a Chile, dejando toda la isla Victoria en el territorio neuquino» (2020) (figura 4. 3).
82En 1976, cuando Pulita comenzó a revisar los archivos disponibles para la elaboración de la cartografía rionegrina, la base que se tomó fue un trabajo publicado por la Secretaría de Planeamiento y cfi titulado Análisis de la actividad económica y la configuración espacial de la provincia de Río Negro, donde el límite en el Nahuel Huapi pasaba por el centro del lago, dejando la isla Victoria en territorio rionegrino. Sin embargo, la escala no permitía diferenciar qué elemento se seguía hasta la cordillera.
83En 1979 la geógrafa consultó distintos archivos y la opinión de agrimensores y encontró que una publicación de la Dirección de Catastro de octubre de 1971 mencionaba que el límite más razonable sería que «la línea atravesara el lago, no sus brazos, desde el nacimiento del río Limay, al extremo del lago en el paraje denominado brazo Machete, incluyendo en su jurisdicción a la isla Victoria, por antecedentes históricos» (Pulita, 2020).
84Los reclamos de Río Negro no fueron convalidados y en 1985 volvieron a convocar a la licenciada Pulita para trabajar con la Comisión de Límites de Río Negro, creada por la Ley 1812/84 para rehacer la cartografía en base a la nueva posición que adoptaría la provincia en base a sus límites. Sin embargo, Pulita recuerda que en esta ocasión el gobierno de la provincia había cambiado nuevamente su parecer con respecto a dónde debería ser el límite provincial en la zona del Nahuel Huapi: «se debía establecerlo en la costa norte del lago, basándose en un documento realizado por el señor Barberis, inspector ocular de la zona en litigio, antes de expedirse la Comisión Nacional de límites Interprovinciales el 24/02/69» (Pulita, 2020) (figura 4. 2). Como puede observarse en la figura 4. 1 los límites reclamados por Río Negro están registrados en el mapa oficial de la provincia. Aunque estos nunca fueron validados por el gobierno nacional.
85La licenciada explica que también se volvió a reclamar por el límite del meridiano Xº, que según la posición de Río Negro debería situarse 12 kilómetros más al oeste de lo que figura en la cartografía oficial, que sigue la línea limítrofe entre las provincias de Mendoza y La Pampa.
86A través de este proceso la licenciada Pulita fue elaborando un mapa de la provincia que se modificó según los requerimientos de las autoridades rionegrinas y que terminó por editarse en 1988. Pero, debido a que los límites diferían de los aceptados a nivel nacional, nunca fueron publicados oficialmente. Por otro lado, Pulita manifiesta que no ha habido coherencia en la postura de Río Negro, principalmente en la sección del lago Nahuel Huapi, especialmente por el desconocimiento sobre el tema de los funcionarios y la disparidad de criterios para elaborar la cartografía provincial.
87El Mapa General de Río Negro-1988, elaborado por Pulita, tiene dos particularidades interesantes para el análisis en este trabajo. Por una parte, su mapa no ha sido superado, en un aspecto que no tiene que ver con los límites provinciales, por algún otro oficial hasta la fecha. Se trata del curso de aguas intermitentes en la zona del Gran Bajo del Gualicho, en el centro-norte de la provincia de Río Negro. Y, por la otra, no se pudo reeditar porque las películas originales necesarias para su reimpresión desaparecieron cuando cerró la Fundación del Banco Provincia de Río Negro.
88En cuanto al primer punto, el curso de aguas intermitentes en la zona del Gran Bajo del Gualicho que aparece en el mapa de Pulita no está marcado en el Mapa Oficial de la Provincia de Río Negro, editado en 2016 por el ign y la oficina de Catastro de Río Negro. Pero sí aparece en el que se encuentra en línea en la página del ign, que permite cargar diferentes capas vectoriales, con los datos de las «corrientes de agua intermitentes». Es decir que los cauces existen, pero el ente encargado de editar el mapa oficial de la provincia no los incluyó en su publicación.
89En cuanto al segundo punto, sobre la desaparición de los originales para reimprimir el mapa de Pulita, en 2012 ella también donó su archivo personal al Centro de Documentación e Información de Río Negro. Este archivo contaba con 132 cartas topográficas y 77 mapas temáticos que la licenciada había adquirido durante su desempeño en el Centro de Investigaciones Científicas (cic), la Secretaría de Planeamiento (sepla) y la Dirección de Estudios Rionegrinos (der) y por el cual expresó que, de crearse un centro geográfico-cartográfico integral en Viedma, su deseo era que el material pasara a esa institución. Sin embargo, hoy en día esta institución no se ha creado y su archivo, si todavía se mantiene, se encuentra perdido entre otros papeles en el Centro de Documentación e Información de Río Negro.
4. 6. Conclusión
90El trabajo ha intentado establecer una base teórica del estudio de la cartografía crítica para entender la importancia y utilidad de archivar mapas. También se intentó exponer la utilización de la cartografía en la conformación del Estado-nación y cómo fueron variando las organizaciones estatales responsables de su producción y archivo. En base a esto, la elaboración del mapa de la geógrafa Alicia Pulita ha servido para pensar las cuestiones estructurales y reflexionar sobre la preservación y utilización del archivo cartográfico de Argentina en la actualidad.
91Los mapas viejos han probado ser de gran importancia a lo largo de la historia del país. Lejos de ser simples objetos decorativos, fueron utilizados para reclamar territorio frente a naciones extranjeras y para incorporar el territorio interno lejano a Buenos Aires, al mundo civilizado. La Patagonia fue apropiada cartográficamente por la nación antes de que fuera habilitado para los nuevos habitantes de la nación. Los mapas sirvieron para delinear posiciones militares primero y, luego, para establecer grandes haciendas que favorecieron intereses cercanos a la elite gobernante (en muchos casos de empresas extranjeras) y que desplazaron a los pueblos originarios.
92Durante el siglo xx la tecnología avanzó al igual que la burocracia, por lo que las mediciones cartográficas se perfeccionaron y el archivo de mapas anteriores fue quedando olvidado en diferentes oficinas. El igm se encargó de decidir qué era apropiado para ser rescatado del pasado y qué era mejor olvidar.
93En la provincia de Río Negro la cartografía tuvo –y sigue teniendo– un rol preponderante. Como parte de los Territorios Nacionales obtuvo su delimitación oficial en 1884 con la Ley 1532. Sin embargo, promediando el siglo xx las autoridades provinciales hicieron diferentes reclamos basados en las nuevas tecnologías de medición, como fue el límite del meridiano xº con Neuquén, pero también contemplando los archivos cartográficos que planteaban diferentes visiones sobre el límite del lago Nahuel Huapi.
94Si bien los reclamos no fueron planteados en base a una línea argumental continua, como lo describe Pulita, y no fueron validados por la Nación, son una prueba de la importancia que puede tener el archivo cartográfico. La cartografía histórica puede tanto revelar detalles importantes para acciones futuras, como mostrar también otros factores del territorio que fueron tenidos en cuenta y que hoy son ignorados o deliberadamente omitidos.
95En este sentido, el mapa de Alicia Pulita sirve para prestarle atención a un detalle que podría pasar desapercibido. Los cauces de aguas intermitentes en la zona central de la provincia, que es una zona con muy poca densidad de población, pueden no parecer importantes, pero siendo Río Negro una provincia minera, actividad que hace uso indiscriminado del agua, no es menor la representación de estos cursos acuíferos intermitentes, porque llegado el caso de que estos desaparecieran y las imágenes satelitales no los representaran más, el mapa de Pulita sería la única prueba de que estuvieron allí, de que existieron.
96Actualmente se está evaluando el desarrollo de una explotación de uranio en Mina Ivana, un sector a 25 km al norte de Valcheta, donde corren algunos de los cauces de agua intermitentes a los que este trabajo se refirió. La empresa Blue Sky Uranim Corporation obtuvo la cesión por parte del gobierno de Río Negro de una superficie de 118 000 hectáreas para explorar y explotar.
97La Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche así como la Asamblea Neyen Mapu desde Valcheta intentan visibilizar la situación frente a la casi nula exposición en los medios, plantean que el proyecto planea instalar una zona inundable con una pileta de relaves (agua contaminada con desechos radiactivos) a 500 metros de la laguna Tres Picos. Esto podría contaminar los cauces intermitentes de la zona, que no están representados en el mapa oficial de la provincia o, incluso, dañar el ecosistema en su totalidad y que estos dejaran de existir. Del mismo modo, cualquier incidente en la explotación podría contaminar los cursos de agua cercanos, que son escasos y tan vitales para los habitantes de esta zona árida. Al ser un área poco habitada, la repercusión a nivel nacional suele ser mínima, por eso todos los recursos que ayuden a difundir la problemática son válidos.
98Alicia Pulita propuso hace ya tiempo la formación de un centro geográfico-cartográfico integral en Viedma, lo que sería clave para preservar el archivo de mapas de la provincia, que ha mostrado ser de gran relevancia. La posibilidad de contar con un lugar seguro y de fácil acceso sería un paso muy importante.
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Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Río Negro, Argentina
Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Río Negro, Argentina.
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