Construcción y legitimación de la polis como agente de la enunciación legal
p. 143-166
Résumés
Au cours des dernières années, les études sur les origines de la cité grecque se sont largement multipliées. Dans cet article, à partir de la première attestation conservée d’une écriture publique au service de la cité, les lois de Dréros (Crète) Nomina I. 81 et Nomina I. 64 datées entre 650-600 av. J.-C., j’analyse la configuration discursive que prend une entité représentative appelée πόλις pour se constituer en agent social du moment de l’énonciation, avec sa capacité propre à sanctionner et à écrire des lois à l’époque archaïque.
Over the past few years, the studies on the origins of the Greek city have increased enormously. In this article, using the earliest known evidence of public writing to the service of the city, the laws of Dreros (Crete) Nomima I. 81 and Nomima I. 64, dating between 650 and 600 BCE, I analyze the discursive shaping that takes a representative entity called πόλις in order to establish itself as a social agent at the moment of the enunciation with its own faculty to pass and to write down the laws in the archaic age.
Entrées d’index
Mots-clés : polis, Dréros, droit de décision, analyse du discours, inscriptions juridiques
Keywords : polis, Dreros, law-making, discourse analysis, legal inscriptions
Texte intégral
1Existe un acuerdo más o menos generalizado de que, a partir de finales del siglo IX a.C. y comienzos del VIII a.C., comienza la evolución de algunos asentamientos griegos, hecho que desembocará en la formación de lo que se denomina comúnmente polis, la ciudad-estado griega1. Luego de que en algunas regiones de Grecia se viviera una época difícil de transición desde la edad micénica-minoica caracterizada por una política y una economía palaciega centralizada que terminó con una escasez de alimentos a causa de una merma en la agricultura, una migración atestiguada por los descubrimientos arqueológicos, una dramática caída en la tasa de población y un sistema de escritura silábico que terminó por desaparecer2, la población en el siglo VIII a.C. creció rápidamente como lo testimonia la gran cantidad de nuevos asentamientos que aparecen en esa época y la densidad poblacional de cada una de estas urbanizaciones, según puede observarse por los terrenos reservados para la sepultura de cadáveres. La polis no surgió de manera abrupta como producto de una voluntad manifiesta y determinante producida en un momento dado en el curso del siglo VIII a.C., que pasó por encima de lo que existía para crear algo nuevo, sino que la transformación y la urbanización de las poleis, tanto de la Grecia continental como de las islas, fue un proceso gradual que tuvo lugar durante el período arcaico y en el que parecen haber cumplido un papel importante los santuarios y los templos monumentales de la temprana Grecia3.
2La conformación espacial de la polis se produjo por medio de una progresiva determinación territorial de la misma: se delimitaron las diferentes áreas, se separaron los espacios públicos de los privados, el espacio de los vivos del destinado a los muertos, se distinguió entre polis y chora, y se diferenciaron los edificios públicos respecto de los privados, los sagrados de los profanos. Este proceso, que Karl Hölkeskamp denomina « institucionalización », implica, además de la demarcación territorial de la polis hacia fuera, la demarcación espacial hacia adentro de la misma. Dicha « espacialización » se encuentra íntimamente ligada tanto a la práctica de rituales colectivos, a procesiones, al culto de los héroes y a otros rituales que reproducen y fortifican la identidad de la comunidad como a los procedimientos y reglas de toma de decisiones de manera colectiva y de su implementación efectiva en la sociedad4. A la par de este proceso se desarrolla en Grecia un nuevo sistema de escritura alfabética5, que hizo posible que la polis misma se construyese también dentro del discurso. Mi interés es, por un lado, mostrar cómo, a partir del primer testimonio conservado de una escritura pública al servicio de la ciudad, la polis se construye dentro del discurso legal y legitima su autoridad como agente del momento de la enunciación con la facultad propia de sancionar y escribir leyes, y, por otro lado, sugerir qué institución se autodenomina con el término πόλις en las primeras inscripciones legales. Para esto, mi atención se concentrará en la antigua ciudad de Drero en Creta y, en especial, en parte del material epigráfico que allí se encontró en los años 306.
3Drero estaba situada en la región noreste de la isla, región actualmente denominada Mirabello, distrito del departamento de Lassiti, en la colina de Agios Antonios, cerca de Neápolis, capital de dicho departamento. Esta población mantiene ciertas tradiciones minoicas en la arquitectura y la disposición espacial del interior del templo (algo que parece bastante común en los santuarios de Creta)7. En este pequeño recinto urbano reservado a lo sagrado se encuentra el edificio de época geométrica identificado por Marinatos en 1936 como el templo de Apolo Delfinio8. Por las características de su construcción y por la cerámica hallada en su interior, se ha podido establecer que este templo se hallaba construido ya hacia el año 750 a.C.9. Dicho templo estaba comunicado a través de una pequeña explanada con el ágora del centro urbano10, ubicada en una suave hondonada entre los dos promontorios o colinas de Drero y de construcción contemporánea a la del templo. Los restos de este ágora son los más antiguos que se conocen, lo que convierte a esta polis en un lugar privilegiado para los estudios de urbanística y de ciudadanía. Este espacio rectangular de ca. 23 × 40 m. está limitado en su esquina sudoeste por unos siete escalones, construidos sobre una pendiente natural del terreno, que recorren todo el lado sur de la construcción y continúan, a modo de cierre, unos pocos metros en cada uno de los extremos. Estos escalones funcionaban indudablemente como gradas en las que se ubicarían los ciudadanos para discutir los asuntos políticos de la comunidad, pero también para presenciar las ceremonias religiosas que se llevaban a cabo fuera del Delfinio11. Así, el ágora aparece unida al templo no sólo espacialmente, sino que, como institución, está puesta bajo la protección divina, aunque claramente reservada para propósitos políticos o comunitarios. El ágora de Drero es una de las primeras manifestaciones de un espacio público destinado a la discusión y el debate de temas políticos en Grecia y no es sorprendente que a todo esto se encuentren unidas las primeras inscripciones legales de Grecia. Finalmente, hacia el lado sur del templo de Apolo y del ágora se encuentran otras edificaciones entre las que se ha creído identificar el Pritaneo con su hogar común y la sala de deliberaciones de los magistrados12.
4Durante las excavaciones realizadas por la École Française d’Athènes se hallaron, dentro de una cisterna de época helenística junto al templo de Apolo, trece bloques de piedra con inscripciones13. Tomando como base su contigüidad respecto de la cisterna, parece muy probable que estos bloques hayan pertenecido al muro este del templo y que hayan caído en ella cuando el muro se derrumbó14. Al parecer, estas piedras forman ocho regulaciones legales separadas entre sí y no son parte de una legislación unificada15.
5Estas inscripciones legales halladas en Drero tienen la virtud de ser tal vez las más antiguas que una ciudad griega haya grabado en piedra y reflejan la edificación de la polis dentro del discurso político y jurídico. Centraré mi atención solamente en dos de dichas inscripciones, ya que se presentan como fundamentales para mi análisis y para entender la legitimación de la autoridad a partir de la construcción de la polis como el agente de la enunciación, de acuerdo con lo que expresé al comienzo.
6En la más famosa ley de Drero16, fechada aproximadamente hacia el año 650-600 a.C., se regula la iteración de un magistrado (kosmos) en su cargo17:
ἆδ’ἔϝαδε | πόλι · | ἐπεί κα κοσμήσει, | δέκα ϝετίον | τὸν ἀ-←
θιοσόλοιον ←
ϝτὸν | μὴ κόσμεν· | αἰ δὲ κοσμησίε, | ὀ(π)ε δικακσίε, | ἀϝτὸν ὀπῆλεν | διπλεῖ | κἀϝτὸν →
ἄκρηστον | ἦμεν, | ἆς δόοι, | κὄτι κοσμησίε | μηδὲν ἤμην. vac. ←
⧖ ὀμόται δὲ | κόσμος | κοἰ δάμιοι | κοἰ ἴκατι | οἰ τᾶς πόλ[ιο]ς. vac.
7La ciudad decidió así: cuando (uno) ha sido kosmos, por diez años él mismo no podrá ser kosmos. Y si actuara como kosmos, sea cualquier cosa la que juzgue, tendrá que pagar el doble y será maldito para los dioses y privado de los derechos civiles, mientras viva, y lo que él haga como kosmos no tendrá valor. (espacio vacío) [labrys] Los jurantes son el kosmos, los damioi y los veinte de la ciudad (espacio vacío)18.
8La fórmula inicial dice literalmente « así agradó a la ciudad » (ἆδ’ ἔϝαδε πόλι) y luego da paso a las prescripciones acerca de la iteración de los kosmoi. La ley prohibía a los ciudadanos cumplir con un nuevo ejercicio de la magistratura de kosmos antes de que se cumplieran diez años desde su última actuación como tal. La regulación establecía que, en caso de que la norma fuera violada, el kosmos tenía que ser penado con un castigo pecuniario y con un castigo « político », ya que perdería sus derechos civiles19. Además, si es correcta la inserción de θιοσόλοιον después de ἀϝτὸν20, y si es correcto el significado atribuido a este término, se añadiría también una maldición religiosa que pesaría sobre la persona y que podría interpretarse como un tercer castigo en caso de violar la norma dispuesta. La prescripción siguiente no debe entenderse como una pena impuesta al kosmos, sino que trata acerca de la validez jurídica de su resolución. La última regulación, separada de las precedentes por el símbolo ⧖, menciona, a través de un colectivo, el colegio de magistrados y los organismos que juran la ley a manera de adhesión y observación de la norma, puesto que serían los organismos involucrados en la puesta en funcionamiento de la misma.
9Lo fundamental aquí es que la inscripción nombra a su propio creador, a su autor extradiscursivo y, a la vez, lo presenta intradiscursivamente, porque se enuncia en el texto como legislador. La fórmula de sanción de uso común en las inscripciones arcaicas de Creta parece haber sido ἔϝαδε con el cuerpo político que sanciona, esto es, el agente social legislativo, en caso dativo21. El término πόλις cumple la función de objeto indirecto de un verbo en tercera persona del singular en aoristo indicativo, ἔϝαδε, expresión de la voluntad del cuerpo político, que remite al momento mismo de la enunciación, al acto de sanción de la ley. La utilización del verbo ἁνδάνω (tal vez, en un sentido general de « acordar ») hace que este agente abstracto (πόλις), supraindividual, pueda entenderse como personificado, se le asigne una facultad propia del hombre, esto es, sentir placer o agrado por algo, y tomar la resolución voluntaria de imponer normativas a través de una formulación discursiva22; pero también representa, como mostraré más adelante, un distanciamiento respecto de una primera persona creadora (ya sea un rey: « yo, el rey, he decidido… » o incluso de un grupo de hombres: « nosotros, los drerianos,… o los habitantes de Drero » o « nosotros, los ciudadanos, hemos decidido…”)23. Es así que la polis como comunidad política es quien asume la tarea legislativa y, en este sentido, podemos decir que « la polis toma la palabra »24, la pronuncia y la inscribe en una piedra para conservarla ante los ojos de los ciudadanos y la convierte en una palabra efectiva y normativa para la vida en sociedad. De esta manera, la ciudad se posiciona por encima de los involucrados y se establece como el sujeto extratextual autorizado que ordena la acción prescripta por la ley.
10Demargne y van Effenterre (1937b, p. 341-342), los primeros editores de esta inscripción, indicaron que, a partir de las fórmulas de sanción más antiguas de las que se tenga conocimiento, el dativo πόλι (« ciudad ») equivaldría aquí a τοῖς Δρηρίοις y que el decreto grabado en la piedra emanaría de la asamblea de ciudadanos25. Los editores basaron sus conclusiones en dos inscripciones semejantes a ésta, aunque de fecha algo posterior, en las que aparece en caso dativo el étnico, el nombre del pueblo que sanciona la ley: 1) τὰδ’ἔϝαδε τοῖς Γορτυνίοις πσαπίδονσι (« estas cosas decidieron los Gortinianos mediante votación »), de principios o mediados del siglo V a.C. en Gortina (Nomima I.16 = IC IV.78) y 2) [τάδ’ ἔϝαδε] τοῖς Ἐλτυνιοῦσι « decidieron los eltinios », también del siglo V a.C. (Nomina II.80 = IC I.x.2), aunque en este último pasaje paralelo τάδ’ἔϝαδε sea conjetural. Desde la época de publicación de la inscripción se han agregado algunos otros hallazgos que llevan en su comienzo dicha fórmula de sanción. Así, encontramos un bloque cuadrangular con dos caras inscriptas, proveniente de Lito, ciudad enemiga de Drero en época helenística (y tal vez en épocas anteriores), en las que se lee ἔϝαδε Λυκτίοισι « decidieron los Litienses » (Nomima I.12 = SEG 35. 991. A y 991.B)26, y el conocido contrato de trabajo de Espensitio, decreto fechado hacia el 550 a.C., que dice ἔϝαδε Δαταλεῦσι καὶ ἐσπένσαμες πόλις Σπενσιθίωι « decidieron los datalos y nosotros, la polis, hemos prometido a Espensitio » (Nomima I.22 = SEG 27.631). Excepto por esta última inscripción en la que aparece la palabra polis, en sentido de grupo de personas reunidas o representantes de la ciudad, como aposición al sujeto, en los restantes casos volvemos a tener el étnico en dativo.
11Esta identificación de polis y asamblea hecha por Demargne y van Effenterre ha sido aceptada por la mayoría de los estudiosos27, aunque Paula Perlman, en la entrada sobre Drero en el Inventory of Archaic and Classical Poleis realizado por el Copenaghen Polis Center (hasta donde sé, lo último que se ha publicado sobre Drero), afirma que no puede determinarse con seguridad si se refiere a la asamblea o a la comunidad política, como ha sido sostenido y disputado por los investigadores28. Diferentes autores se han pronunciado de diferentes maneras a lo largo de las siete décadas que pasaron desde la publicación de esta inscripción y, al parecer, no sería posible dirimir esta controversia con la evidencia que poseemos. No obstante, un punto debería llamarnos a la reflexión: como he señalado hace un momento, en este documento se utiliza la palabra πόλις en lugar del étnico, término usual en otras inscripciones cretenses arcaicas29, lo que no parece ser simplemente una mera casualidad, sino que tiene que obedecer a una práctica discursiva determinada30.
12Para observar mejor esta característica, veamos una lista de las poleis cretenses cuyas inscripciones legales conservadas pueden datarse entre el 650 y el 500 a.C.31:
131. Axo: Nomima I.28 (= IC II.v.1-4)32; IC II.v.5-14; Nomima I 29 (= Bile 1988, nº 27); SEG 23.565: el comienzo de estas inscripciones es imposible de reconstruir.
2. Eleuterna: Nomima I.10 (= IC II. xii.3); Nomima I.14 (= IC II. xii.11); Nomima I.25 (= IC II. xii.9); Nomima I.26 (= IC II. xii.16 Ab); Nomima I.46 (= IC II. xii.14-15); Nomima I.83 (= IC II. xii.4); IC II. Xii.5; IC II. xii.13; SEG 23.571; Nomima II.98 (= SEG 41.739): el comienzo de estas inscripciones o no posee fórmula de sanción o es imposible de reconstruir.
3. Eltinia: Nomima II.80 (= IC I.x.2): la línea 2 de esta inscripción tal vez contenga una parte de la fórmula de sanción [τάδ’ ἔϝαδε] τοῖς Ἐλτυνιοῦσι; si esto es así, entonces tendríamos el uso de un étnico como agente de la sanción.
4. Cnoso: Nomima II.17 (= IC I. viii.2): el comienzo de esta inscripción es imposible de reconstruir.
5. Lito: Nomima I.11 (= IC I. xviii.2); Nomima I.45 (= IC I. xviii.1); IC I. xviii.3-6; Nomima I.12 (= SEG 35.991): los comienzos de las inscripciones son imposibles de reconstruir excepto en la última inscripción (Nomima I.12), compuesta por dos caras en cuyas primeras líneas es posible leer la fórmula de sanción con uso del étnico ἔϝαδε Λυκτίοισι (« decidieron los litienses ») como agente de sanción.
6. Festo: SEG 32.908 (= Bile 1988, nº 11): el comienzo de esta inscripción está muy mutilado y no permite una reconstrucción cierta, excepto en lo que tal vez pueda ser entendido como parte de la sanción de la norma: ϝ]εῖπαι ἀγορ[ᾶι (« decir en el ágora »).
7. Rizenia (actual Prinias): Nomima I.63 (= IC I. xxviii.7): el comienzo de esta inscripción es imposible de reconstruir.
8. Preso: IC III. vi.1 y 4: estas inscripciones están escritas en alfabeto griego, pero el texto parece ser eteocretense33.
9. Gortina: Nomima I.1 (= IC IV.13); Nomima I.3 (= IC IV.59); Nomima I.15 (= IC IV.58); Nomima I.16 (= IC IV.78): τὰδ’ ἔϝαδε τοῖς Γορτυνίοις πσαπίδονσι (« esto decidieron los gortinianos mediante votación »); Nomima I.59 (= IC IV.63); Nomima I.82 (= IC IV.14); IC IV.1-12; IC IV.15-4034: la mayoría de los comienzos de estas inscripciones están muy deteriorados; sin embargo, en aquellos casos en los que puede conjeturarse algo del encabezamiento, parecen no tener mención del agente en dativo y solamente resulta relevante el caso de Nomima I.16 (aunque esta inscripción sea posterior al 500 a.C.) en el que se menciona el étnico en la fórmula de sanción.
10. Afrati – Datala35: Nomima I.22 (= SEG 27.631): ἔϝαδε Δαταλεῦσι καὶ ἐσπένσαμες πόλις Σπενσιθίωι ἀπὸ πυλᾶν πέντε ἀπ’ἐκάστας (« decidieron los datalos y nosotros, la polis, “a razón de cinco por tribu”36, prometimos a Espensitio »). Esta inscripción grabada en una mitra presenta el uso del étnico Δαταλεῦσι y del término πόλις para referirse a dos instituciones: el étnico para la asamblea de ciudadanos y πόλις para un cuerpo representativo.
11. Drero: Nomima I.81 (= SEG 27.620): ἆδ’ ἔϝαδε πόλι (« así decidió la ciudad »); Nomima I.27: ἔϝαδε τοῖς ἰθυντᾶσι (« los auditores decidieron »); Nomima I.64: πόλι ἔϝαδε διαλήσασι πυλᾶσι (« la ciudad decidió después de consultar (dispersar?) las tribus »); Nomima I.66; Nomima I.68: ἔϝαδε (« se decidió »); van Effenterre1946a, p. 602-603 nº 5; van Effenterre 1946a, p. 603-604 nº 6; van Effenterre 1946b, p. 131-138 (texto eteocretense)37. En estas inscripciones encontramos el uso del término πόλις como agente de sanción y el uso del verbo impersonal ἔϝαδε sin agente en un caso y con agente en dativo.
14Solamente han sobrevivido leyes más o menos contemporáneas a las de Drero en diez poleis cretenses, de las cuales, lamentablemente, unas pocas conservan su fórmula de sanción, y aquellas que lo hacen – o en las que puede conjeturarse tal fórmula – muestran el étnico en dativo junto al verbo, con la única excepción del decreto de Espensitio (Nomima I.22). Allí encontramos también la palabra πόλις, esta vez en nominativo y como aposición de sujeto plural (« nosotros »), expreso a través de la desinencia verbal, que acompaña a un verbo que, claramente, indica una acción humana (σπένδω: « ofrecer », “prometer »38). La fórmula inicial ha sido muy discutida a causa de la identificación de los datalos y de una polis denominada Datala39. En caso de que esta identificación fuese correcta, debemos entender que los datalos tomaron la decisión y ellos mismos prometieron los privilegios, suministro de víveres y excepción de impuestos, al amanuense (poinikastas) Espensitio40. Sin embargo, esta inscripción posee una aclaración interesante. La polis está, en este caso, representada por cinco miembros de cada tribu (ἀπὸ πυλᾶν πέντε ἀπ’ἐκάστας), lo que alentaría a pensar en una especie de consejo o comisión representativa más que en una asamblea. Así, en la mitra de Espensitio tendríamos dos instituciones con poder de decisión diferenciadas a partir del uso de un étnico, que remitiría a una asamblea de ciudadanos, y un término abstracto (πόλις), que remitiría a un organismo representativo formado por algunos miembros de las tribus.
15Si esto pudiese confirmarse como una práctica extendida en la Creta de época arcaica, deberíamos pensar, entonces, que en las leyes de Drero el término πόλις también podría denominar a un conjunto representativo del cuerpo político, aunque no necesariamente un consejo con formación y actuación permanente, como en el caso de la βουλή jónica41, sino un cuerpo representativo de la ciudad, con miembros nombrados o elegidos de cada tribu para decidir sobre ciertos asuntos en determinados momentos. Esta puede haber sido una práctica llevada adelante, posiblemente, para no tener que reunir a todos los ciudadanos en una asamblea o lograr que estuviese presente una cantidad suficiente de ellos como para alcanzar un quórum necesario para sesionar42.
16El término πόλις designa, por lo tanto, a un agente social colectivo que realiza una práctica discursiva. Este agente se construye textualmente en el enunciado mediante una serie de operaciones de selección, jerarquización, enmascaramiento, que tal agente social realiza durante el proceso de producción discursiva43. En primer lugar, este agente colectivo no utiliza el étnico para autodenominarse, sino que lo hace a través del término abstracto πόλις, un término que, en mi opinión, debe entenderse tanto de manera comprensiva como restrictiva, ya que denomina a los miembros elegidos por cada tribu como representantes y también a toda la comunidad de ciudadanos en tanto que es la polis misma la beneficiaria de esta acción legislativa. A partir de esta determinación, la ley no queda atada a una facción política, a una tribu determinada44 o a un hombre soberano, sino que el poder de decisión es detentado por este agente abstracto, que se posiciona por encima de los hombres, que garantiza la fuerza de la ley y la resguarda. La ley puede seguir vigente más allá del paso de los hombres y su permanencia está asegurada porque, precisamente, se desprende de los hombres que la enuncian fácticamente45. Posiblemente, esta práctica discursiva sea producto de una voluntad de acordar acciones solidarias entre los distintos grupos oligárquicos46, o, como me inclino a pensar, entre las distintas tribus dóricas y no dóricas involucradas en el gobierno de la ciudad de Drero, que intentan gobernar con cierta armonía47. Este hecho nos ubicaría, precisamente, en el momento mismo de la conformación de la πόλις como ciudad-estado que intenta, mediante la promulgación de leyes, acordar políticas comunes entre diferentes tribus. Se podría pensar, además, que detrás de esta elección realizada por el agente social colectivo formado por los representantes de las tribus, en caso de que sea correcta mi apreciación sobre estas inscripciones, se encuentra la idea de que la autoridad de la ley emanada de la polis, en beneficio de la polis, no se discute, sino a través de cuerpos colegiados.
17La polis en el texto de Nomima I. 81 se diferencia claramente de sus enunciatarios, aquellos ciudadanos que están comprendidos en la ley. Específicamente, la reglamentación está dirigida a los kosmoi, los magistrados que en el cuerpo de la ley son mencionados por medio de un pronombre indefinido (ἀϝτὸν) y, en las primeras cuatro líneas, por los verbos que designan la actuación en el cargo (κοσμήσει48, κόσμεν, κοσμησίε). Recién en la última línea se los nombra en singular, a través del sustantivo que designa al colegio de magistrados. La función específica de tales autoridades se enuncia en la inscripción a través del verbo « juzgar » (δικακσίε)49, mientras que la polis tiene la tarea de decidir (ἔϝαδε). La polis, para decidir sobre su organización institucional, a través de sus representantes, se diferencia de este grupo de magistrados y le impone restricciones para evitar, según la opinión tradicional, ciertos abusos del sistema legal o abusos de poder que derivan de la ocupación por tiempo indeterminado del cargo y de la función de dictar sentencia en disputas50. No obstante esta interpretación, Koerner, con razón a mi entender, piensa que la ley no tiene la intención de prevenir la tiranía, puesto que las penas son bastante leves, si se quiere, ya que no se dispone exilio ni quita de bienes ni pena de muerte, sino que, más bien, pretende que cada miembro de los startoi pueda actuar como kosmos al menos una vez y, de esta manera, impone la igualdad de posibilidades de los ciudadanos51. En mi opinión, es indudable que, en el fondo, se encuentra la prevención de la monopolización del poder en manos de un grupo o una familia, puesto que con esa forma de actuar se pondría en riesgo la salud de la comunidad; es una manera de recordar que el cargo no se posee sino que se ejerce en representación de la polis. Asimismo, puede pensarse que la regulación se dirige hacia el interior de las tribus o de los startoi, aunque nada sabemos de la elección de ciudadanos para cubrir el cargo de kosmos. Esta interpretación encuentra fundamento, también, en que no son necesarias definiciones de facultades específicas de quienes pueden ocupar las magistraturas, porque eso es algo que tanto el enunciador como el enunciatario conocen sobradamente. De todos modos, está claro que la regulación es una manera de garantizar y asegurar la institución del kosmos, esto es, evitar que se ponga en riesgo el sistema político y jurídico de la ciudad y permitir que los ciudadanos con posibilidades de actuar como magistrados puedan hacerlo en algún momento. Esta garantía jurídica dispuesta para el buen funcionamiento de las instituciones se encuentra en una legislación de similares características en Gortina (Nomima I.82 = IC IV.14g-p, s. VI a.C.). Allí se regula la iteración del kosmos, de los gnomones (única vez que estos funcionarios, cuya función es discutida, son nombrados)52 y del kosmos ksenios (encargado de los casos de extranjeros y libertos): τρι[õ]ν ϝετίον τὸν ἀϝτὸν μὴ ϙοσμεν, | δέκα μὲν γνόμονας, | πέντε [δὲ κσ]ενίος, « el mismo no será kosmos después de tres años, los gnomones después de diez y los (kosmoi) xenioi después de cinco ».
18La hipótesis de que el término πόλις se referiría a una comisión de representantes de las tribus (no sabemos qué cantidad por tribu) puede ser sostenida por medio de otra inscripción de Drero: Nomima I. 64. Esta inscripción, fechada también hacia finales dels. VII a.C., presenta la misma práctica discursiva que Nomima I.81:
πόλι ἔϝαδε διαλήσασι πυλᾶσι | ὄστις προ. [– – – ←
– – –] πολε [– – –]ειε, μὴ τίν<τ>εσθα(ι) τὸν ἀγρέταν. vac. →
La ciudad decidió después de haber consultado (o dispersado?) a las tribus que aquel
que – – – guerra (?), – – – que el agretas no castigará53.
19La fórmula de sanción es la misma que la observada en los documentos precedentes: πόλι ἔϝαδε « la ciudad decidió » y, aunque el estado de la inscripción vuelve su interpretación bastante conjetural, se puede apreciar la existencia de un oficial, el ἀγρέτας, que bien puede ser un heraldo que reúne a los ciudadanos en el ágora o un oficial militar que reúne las tropas, pero cuya función parece ser también coercitiva sobre aquellos que se negaran a concurrir. Esta ley tendría la función de restringir los poderes de actuación de dicho heraldo54. Ahora bien, el texto indica la presencia de tribus (πυλᾶσι) involucradas en algún momento de la discusión o sanción de la ley. Si bien la interpretación y traducción de διαλήσασι es problemática y en cierto sentido conjetural55, puede aventurarse la idea de que existe una consulta previa a las tribus56 y que cada tribu ha enviado miembros representativos, como en el caso del decreto de Espensitio visto hace un momento, para formar parte de la comisión legislativa denominada πόλις en el encabezado de la ley. A pesar del carácter presumible, esta interpretación se ajustaría a lo que he postulado acerca del modo de legislar, al menos, en algunas poblaciones cretenses. La πόλις, nuevamente, se diferencia de las estructuras sociales y jurídicas, ubicándose por encima de las tribus (aunque posiblemente los representantes concurrieran a formar parte de la comisión con un mandato de la tribu) y del oficial para emitir una regulación legal57. Puede pensarse así en una delimitación jerárquica de las instituciones y una conciencia de la polis como el poder supremo legislativo por sobre todos los magistrados.
20Otra vez, la forma verbal ἔϝαδε, en aoristo, remite al momento de la enunciación de la ley y esta vez no está acompañada por el adverbio ἆδε, como en Nomima I.81, que es tanto referencia intradiscursiva, porque remite a aquello que será mencionado después, es decir, el texto de la decisión de la polis, como referencia extradiscursiva, porque también remite al momento de la enunciación cuando el agente social acordó la regulación de la ley. En este caso de Nomima I.64, la separación entre fórmula de sanción y prescripción se encuentra claramente señalada mediante un trazo vertical muy común en las inscripciones cretenses58. El participio pasivo διαλήσασι cumpliría función apositiva acompañando al dativo instrumental πυλᾶσι. Una posible traducción sería « mediante las tribus que han sido consultadas » o « que han sido dispersadas », según el sentido de la preposición δια-que compone el participio. Cualquiera de estas traducciones no afectaría la interpretación que he realizado del proceso de sanción de la ley, puesto que de todas maneras supondría, muy posiblemente, una consulta o una sesión previa de las tribus antes de que se reúnan los representantes de cada una de ellas en la institución que se hace llamar πόλις en el texto.
21En consecuencia, esta inscripción podría servir de apoyo a mi aseveración de que existió en Drero, en los comienzos de la polis, una institución formada por miembros representativos de las diferentes tribus que se constituyera con la tarea de sancionar leyes. Este organismo legislativo, en una operación de selección propia de todo agente social, se autodenominó πόλις dentro de los enunciados legales que emitió e inscribió en los muros del templo de Apolo Delfinio, junto al espacio político del ágora. De tal manera, se diferenció de otros organismos e instituciones estatales como así también de otras ciudades que, eventualmente, ya hayan utilizado el étnico en esa misma época, como lo atestiguan inscripciones apenas posteriores a las de Drero59, como término inclusivo que denomina a la asamblea de ciudadanos y crea, a la vez, un tipo de conciencia cívica o identidad política. Además, se diferencia de aquellos que aparecen al final de Nomima I.81 como los organismos que juran la ley. Tales entidades prestan juramento, muy posiblemente, a manera de adhesión y aplicación de la norma porque serían los organismos involucrados en ella: el colegio de kosmoi, los damioi y « los veinte de la ciudad »60. El texto sustancial del juramento no aparece en la inscripción; sin embargo, tal acto de adhesión, mencionado en la piedra, encerraría una idea de comunidad y de preservación de la memoria cívica para las generaciones futuras de ciudadanos de aquellas instituciones encargadas de velar por la salud de la ciudad61.
22Hay discusión sobre el sentido exacto de estas últimas dos autoridades mencionadas en el texto. Los editores de la inscripción entendieron que la institución de los damioi equivalía a los τίται de Gortina, es decir, a funcionarios encargados de los controles financieros62. Van Effenterre, luego, sugirió que se trataba de ciudadanos terratenientes que constituirían la contrapartida de « los veinte de la ciudad » y, de esta manera, en el texto se encontrarían representados todos los candidatos con posibilidades de acceder al cargo de κόσμος63. Respecto de « los veinte de la ciudad », se ha sugerido su identificación con los tesoreros de la ciudad64; luego, con dirigentes políticos de la acrópolis (en oposición a los dirigentes rurales)65, como así también con el Consejo mismo de Drero66. Koerner sugirió que « los veinte de la ciudad » era un organismo representativo de la ciudad, una especie de consejo que con el correr de los años puede haberse constituido en tal67. Tal vez, pueda pensarse que se trate de una comisión de vigilancia68 producto de un desprendimiento o selección de miembros del mismo organismo representativo que sanciona la ley, denominado πόλις en el texto. Esta especulación brindaría una imagen congruente con lo establecido en el cuerpo de la ley en cuanto a las instituciones involucradas: el grupo de magistrados, κόσμος, cuyo accionar es regulado; la comisión, ἴκατι οἰ τᾶς πόλιος, que debe vigilar que un kosmos no sea puesto en el cargo antes del tiempo estipulado o que actúe sin haber sido nombrado como tal y, quizá, tenga la tarea de procesarlos; los δάμιοι que deben exigir o imponer la pena económica prescripta en la regulación para aquellos que contravinieran la ley de la ciudad69.
23Por último, el agente social, además de diferenciarse dentro del sistema de relaciones de instituciones políticas, hace uso de recursos especiales para legitimar su autoridad y su posición: sus decisiones son escritas y ubicadas en los muros del templo de Apolo. La pared este del templo de Drero reunía diferentes condiciones que, al parecer, hicieron que el agente social πόλις decidiera registrar sus leyes allí. Esta pared podía ser vista desde el ágora que se encontraba en una posición algo inferior por las características propias del terreno70. Asimismo, la pared del templo de Apolo brindaba al escrito un refuerzo de autoridad e inviolabilidad ya que ponía la decisión tomada bajo la tutela del espacio sagrado del templo; aunque también puede pensarse que la escasez de edificios públicos en la polis en ciernes convertía al templo en el lugar más indicado para la publicación de la ley. El estado y sus instituciones hicieron uso de la escritura desde un principio y ésta, claramente, significó un poder que no todos detentaban. Aunque no es segura la existencia de una especie de casta de escribas, como ha pretendido Whitley71, es relevante la importancia que se le concede al amanuense Espensitio (Nomima I.22) homologando su tarea con la de un kosmos. En estos siglos de la época arcaica en Creta tiene que haber existido una valoración importante de la escritura y de la instalación pública de la ley, porque éstas se vuelven una herramienta y una práctica de comunicación efectiva. Tal vez se lograba de esta manera un reconocimiento mayor de lo prescripto por la ley. También se ha explicado la escritura de leyes en los muros de los templos en términos de coerción divina72, esto es, los dioses son los únicos que tienen la suficiente autoridad como para dar fuerza de ley o garantizar la aplicación de la ley73. Aunque no podemos asegurar que no exista otra institución en la ciudad – aparte de los auditores (ἰθυντᾶσι) – que tenga la posibilidad de hacer uso de la escritura, el agente πόλις la toma para conferirle monumentalidad a su decisión, garantizar su irrevocabilidad y su validez duradera74, puesto que la simple presencia de la inscripción como monumento garantiza la continuidad de la fuerza de la decisión que transmite con su escritura, e ideológicamente representa la voluntad de la comunidad; estos atributos demostrarían la soberanía de la ley e indicarían su vigencia. Rosalind Thomas ha señalado recientemente, con razón, que, además de su carácter simbólico75, no debe dejarse de lado su carácter de texto escrito que podía ser leído o invocado por aquel que pudiera controlar que su normativa fuese observada76.
24A manera de conclusión, me interesa reforzar la idea de que, en la época arcaica, existió en Drero un agente social colectivo que se autodenominó πόλις y se diferenció de otras instituciones políticas y jurídicas del gobierno de la propia ciudad y también de otras comunidades que eligieron el étnico para denominar al agente social legislativo. A partir de la lectura de los testimonios, podemos observar que este agente del momento de la enunciación de la ley elige, como estrategia discursiva, el uso de este sustantivo abstracto en dativo, es decir, no como sujeto textual, con un verbo en tercera persona, para marcar así un distanciamiento entre ley y legisladores77. Ese enmascaramiento provoca la identificación de una entidad superior y distinta de los individuos. El decreto de Espensitio, puesto en relación con una inscripción algo mutilada de Drero, alienta, además, a pensar que ese agente social πόλις sería un comité representativo, con mandato de cada una de las tribus, más que una asamblea con la totalidad de los ciudadanos. Las tribus aparecerían como las destinadoras de una tarea y la πόλις, en cuanto órgano de representación, como la que ha llevado a cabo la tarea. La elección del término πόλις no es banal, sino que obedece a una práctica consciente para representar a toda la comunidad de ciudadanos en cuanto que la polis, entendida como comunidad política, es la beneficiaria de la acción especificada en la ley, lo que llevaría a una legitimación del agente sobre la base del sentimiento de participación e inclusión que experimentarían los ciudadanos de Drero.
25A mi entender, es necesario destacar, por último, que, aunque parte de mi interpretación puede parecer especulativa, como gran cantidad de trabajos que se dedican al derecho griego arcaico y la configuración política de la ciudad griega, que parten del testimonio que brindan las inscripciones supérstites, los aportes de la sociología y del análisis del discurso permiten avanzar en la dilucidación de los orígenes de la polis griega y la conformación discursiva de las instituciones – y en especial de la polis griega arcaica – así como de los procesos legislativos que se produjeron en el derecho griego antiguo78.
Bibliographie
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Notes de bas de page
1 Para una distinción detallada del significado de polis como ciudad-estado y sus características, ver Hansen 2004 y 2006; Anderson 2009.
2 Sobre el sistema de escritura denominado Lineal B, escritura creto-micénica, ver Chadwick 1962. Para un breve panorama de esta época, ver de Polignac 1995, p. 4-9; para uno más detallado, ver Osborne 1998, p. 34-70. Lefkandi en Eubea es una región que parece afectada por la llamada « Edad Oscura », Osborne 1998, p. 59-65; Whitley 2001 p. 86-88.
3 Snodgrass 1991, Morris 1991, de Polignac 1995, Whitley 2001, Hansen 2006; para la opinión de un cambio abrupto, ver Ehrenberg 1937.
4 En la descripción de esta conformación espacial he seguido principalmente a Hölkeskamp 2004, que hace una revisión de los estudios más recientes sobre el tema consigna una profusa cantidad de referencias bibliográficas a las que, por supuesto, remito; para los procesos en juego, ver Hölkeskamp 2004, p. 31-32. Ver también Nenci y Whitley 2001, p. 168-174. Para la formación de las poleis cretenses con análisis de bibliografía anterior y hallazgos en diferentes regiones, ver Prent 2005, p.
5 Ver Jeffery 1961, p. 1-21 y 1982, p. 832; Osborne 1998, p. 133-138.
6 De hecho, no se han realizado nuevas excavaciones y nuevos descubrimientos desde esa época en el lugar. Ahora, A. Farnoux y V. Zographaki están realizando diversas campañas al sitio con el fin de producir mapas y planos, y examinar nuevamente monumentos ya excavados, según informan Whitelaw & Morgan 2009, p. 83.
7 Coldstream 1979, p. 288; de Polignac 1995, p. 18-19 con n. 20.
8 Kirsten 1940, p. 137, postuló que el templo era en honor de Apolo Pitio, ver al respecto Prent 2005, p. 463 con otros argumentos para esta identificación
9 Marinatos 1936, p. 234-238, propuso una tradición ininterrumpida entre la micénica tardía y la geométrica en la población de Drero; sin embargo, de Polignac 1995, p. 27-28, expresa su cautela indicando que la mayoría de los asentamientos muestran una interrupción o una discontinuidad entre la Edad Oscura y el Período Geométrico. Este templo dedicado a Apolo atestigua el movimiento general que se produce durante el siglo VIII a.C. hacia formas de santuarios y templos más desarrollados y monumentales.
10 Ver Marinatos 1936, pl. xxvi-xxvii y xxxi y Demargne & van Effenterre 1937a, pl. i.
11 Demargne & van Effenterre 1937a, p. 10-11 con figs. 4 y 5; Martin 1951, p. 226-227; Coldstream 1979, p. 278-279.
12 Demargne & van Effenterre 1937a, p. 15-18 con pl. i. En la colina occidental, Marinatos 1936, p. 254, ha creído reconocer el andreion de Drero; ver, al respecto, Prent 2005, p. 463 y 631. Todos estos edificios parecen ser posteriores al templo de Apolo.
13 Esta cisterna, una de las tantas halladas en Drero y en muchas ciudades de Creta, servía para recolectar agua que ayudaría a paliar la aridez del terreno; para un detalle de sus características, ver Demargne & van Effenterre 1937a.
14 Esta inferencia de los excavadores se desarrolló a partir de un paralelo con el templo de Apolo Pitio en Gortina, ciudad de la Creta central.
15 Ver Perlman 2004a. Osborne 1997, p. 78-79, sostiene, razonablemente (en de Hölkeskamp 1992a, p. 91), que las leyes arcaicas, aunque parezcan ser prescripciones aisladas, son parte de una estructura legal mayor y presuponen otras medidas legislativas.
16 El texto, escrito en dialecto dórico cretense con un cincel sobre una gran piedra de sideropetra gris oscuro (especie de piedra caliza), fue publicado por primera vez por Demargne & van Effenterre en 1937b, con una corrección en Demargne & van Effenterre en 1938. De allí, el texto fue publicado en diferentes colecciones de inscripciones griegas: Buck n° 116, Jeffery 1961, p. 311, n° 1 (pl. 59), Meiggs & Lewis n° 2, Koerner n° 90 y Nomima I.81 (esta última es la denominación que usaré para referirme en adelante a esta inscripción).
17 La orientación de la escritura es bustrofédica; cada paráfrago comienza con una línea en sentido retrógrado (de derecha a izquierda) y como la última línea pertenece al segundo parágrafo, escrita en sentido retrógado, entonces, resultan dos líneas contiguas con igual orientación; ver Jeffery 1961, p. 311, Gagarin 2008, p. 47.
18 La línea intercalada entre la primera y la segunda línea con ΘΙΟΣΟΛOΙΟΝ parece la continuación de la segunda más que la inserción de un elemento olvidado al comienzo del texto. Todavía no se ha encontrado ninguna solución satisfactoria a la ubicación ni a su sentido y algunos investigadores piensan que es, prácticamente, un locus desperatus. Margherita Guarducci sostiene que las palabras θιὸς ὀ λοίον (« dios sea propicio ») fueron inscriptas antes de la segunda línea y pertenecen al comienzo de la primera línea como una invocación (apud Meiggs & Lewis 1988, p. 2). Aunque la mayor parte de los estudiosos están de acuerdo con la ubicación de esta línea al comienzo de la ley y acuerdan, además, en el sentido general de la fórmula, a partir de otras invocaciones a los dioses preservadas al comienzo de otras leyes, me parece más adecuado pensar en un acusativo que concuerda con ἀϝτὸν y ἄκρηστον de las líneas 2 y 3 respectivamente. Así lo consignan van Effenterre & Ruzé 1994, p. 307, de manera coincidente con Demargne & van Effenterre 1937b. En cierto sentido, los editores fueron seguidos por Buck 2001, p. 313-314, que lee θιὸς ὄλοι ὄν (« god destroy him ») en dicha ubicación, aunque no con una función predicativa (« il será maudit »), sino como una imprecación. Ver comentario en Meiggs & Lewis 1988, p. 2. En la última línea κόσμος puede ser entendido como el colegio de kosmoi (Demargne & van Effenterre 1937b, p. 334) o, en singular, como un kosmos individual (Gagarin 1986 p. 83-84) en casos de violación a la norma. Gagarin, además, sostiene que el signo de puntuación indica una separación entre las dos prescripciones y que la segunda indicaría el momento del juramento en el juicio al kosmos contraventor; esta interpretación ha sido apoyada por Perlman 1992, p. 197.
19 Ehrenberg 1943, p. 16.
20 Ver antes n. 18.
21 Ver Perlman 2004a, p. 188.
22 Hansen 2002, p. 24-25, señala al respecto: « the use of what I have called “abstract pesonification” is really worth noting and illustrates the ancient Greeks’capacity for seeing the polis as an abstract power distinguishable from its politai »; en contra de la idea de un estado abstracto, Manville 1994, p. 24. Mientras se concretaba la de este artículo, luego de su evaluación y aceptación, llegó a mis manos el estimulante trabajo de Greg Anderson, que también sostiene que el término polis refiere a un constructo discursivo para denominar al estado, el cual, a su vez, es construido por los miembros de la comunidad como una personificación o como dotado de « personalidad » (Anderson 2009, p. 17-18 y n. 92).
23 Para ejemplos de esto en la misma Creta (Gortina, Litos, Datala), ver más adelante el detalle de inscripciones correspondientes a cada ciudad. Para un procedimiento similar en la poesía griega, ver Calame 2004, p. 22-23 y 37.
24 Detienne 1988b, p. 48
25 Demargne & van Effenterre 1937b, p. 342. Ver más adelante n. 57.
26 Ambas publicadas por primera vez en van Effenterre & van Effenterre 1985.
27 Ehrenberg 1943, p. 14 y Hölkeskamp 1992a, p. 96 entre otros
28 Perlman 2004b, p. 1157-1158; ver Gagarin 2008, p. 175, que señala que es ver en las leyes indicios de un grupo mayor con autoridad considerable y que, al menos, algunos miembros que no eran de la elite participaban en el gobierno y en la legislación en la Grecia arcaica.
29 Meiggs & Lewis 1988, p. 3. Estos autores ya habían indicado también la imposibilidad de decidir si la palabra πόλις implicaba la participación de la asamblea o la autoridad de un consejo o los oficiales de la ciudad, como sostenía Ehrenberg 1943, p. 14-15.
30 Hölkeskamp 1992b, p. 72-73: « the sense of identity, of polis-consciousness was unambiguously and emphatically asserting itself ».
31 Para referencias completas y concordancias entre inscripciones legales, ver Fell 1997, SEG 43.1235, SEG 44.1735 y SEG 45.2264.
32 El fragmento IC II.v.2 se encuentra en van Effenterre & Ruzé 1994, p. 125, a continuación de las notas críticas a IC II.v.1; mientras que los fragmentos IC II.v.3 y 4 se encuentran referidos en la misma página solamente a partir de los pocos términos legibles.
33 Ver Whitley 1997, p. 653.
34 Para un detalle sistematizado de estas inscripciones, ver Perlman 2002, fig. 1 con n. 129, reproducido en Perlman 2004a, p. 183-184
35 Para la identificación de Datala como el antiguo nombre de Afrati, ver Viviers 1994, p. 240-249 y Perlman 2004b, p. 1155-1157.
36 Sigo aquí la traducción de van Effenterre & Ruzé 1994.
37 Dejo de lado IC I. ix.1,137-164 (= Nomima I.48) porque es una referencia a antiguos documentos de Drero dentro de una inscripción del siglo III a.C. y en las líneas en las que se citaría el antiguo documento no hay ninguna fórmula de sanción. Se puede hallar información muy útil sobre estas inscripciones en Perlman 2004a, p. 193-194 fig. 13.4 y fig. 13.5.
38 Cf. Willetts 1967, p. 21 con n. 40.
39 Ver Viviers 1994; van Effenterre & Ruzé 1994, p. 106; Perlman 2004b, p. 1156.
40 Para una identificación de los datalos y la polis con la asamblea, ver Perlman p. 1156. Allí mismo, la autora piensa, además, que la asamblea, identificada por el étnico colectivo y por el término πόλις, junto a un consejo formado por cinco personas de cada tribu, eran los responsables de ratificar las sanciones públicas de la comunidad.
41 El primer testimonio del Consejo en Drero es del siglo III-II a.C., ver Marinatos 1936, p. 280-283.
42 Van Effenterre 1946a, p. 595 con n. 5
43 Costa & Mozejko 2002. A grandes rasgos, la teoría de estos autores habla del discurso como una práctica social, esto es, como un proceso de producción de sentidos que supone un agente social construido a partir de los conceptos de lugar y competencia. Los autores definen « lugar » como un conjunto de propiedades eficientes, es decir, diferenciadoras, dentro de un sistema de relaciones; mientras que « competencia » tiene que ver con el controlposesión de sus propiedades diferenciadoras. Estos dos conceptos pueden ser visualizados a través de marcas en el enunciado. Es por estas marcas que accedemos al momento de la enunciación, entendido como el proceso de trabajo que lleva a cabo el agente al producir el discurso. Aunque en el texto no utilizo esta terminología técnica, la teoría de estos autores ha resultado muy útil para reflexionar acerca de la producción legal en Drero.
44 Para la existencia de tribus en la organización social y política de Drero, ver Perlman 2004b, p. 1157.
45 Ver Hölkeskamp 1992a.
46 Thomas 2005, p. 56.
47 En Drero también se encontraron, dentro de la cisterna, inscripciones bilingües con texto griego y eteocretense, lo que podría mostrar la intención de integrar diferentes pueblos dóricos y no dóricos, griegos y no griegos. Cf. van Effenterre 1946a, p. 602-603 y 1946b, Willetts 1967, p. 5-6 y Perlman 1992, p. 196. Perlman 2000, p. 64-65, observa que los kosmoi mencionados en las inscripciones tardías de muchas ciudades cretenses pertenecen tanto a tribus dorias como no dorias.
48 En Nomima I.81, van Effenterre & Ruzé (1994) escriben κοσμησίε en optativo en la primera línea; no obstante, asumo que se trata de una errata y retengo la lectura del subjuntivo tal como apareció en Demargne & van Effenterre 1937b.
49 Perlman 2004b, p. 1158, indica que los kosmoi tienen también función ejecutiva en la época arcaica, pero esto no puede sostenerse a partir de estas leyes arcaicas de Drero, cf. Gagarin 1986, p. 84-85 y Hölkeskamp 1999, p. 91. Dicha función ejecutiva puede observarse en el juramento de los efebos de Drero (IC I. ix.1) de época helenística.
50 Gagarin 1986, p. 86; Hölkeskamp 1992a, p. 93 y 1994, p. 136; Osborne 1997, p. 76; Perlman 2002, p. 210. Es relevante recordar la historia de Deioces en Herodoto I, 96-98 (ver Gagarin 1986, p. 20-24) en donde se relaciona la idea de impartir justicia con la tiranía y la toma del poder político. Las últimas manifestaciones de esta posición más tradicional de las que tengo noticia son Papakonstantinou 2004, p. 15, quien indica, con razón, que este tipo de provisiones sugiere una lucha interna entre grupos aristocráticos por una dominación política o por evitar posibles levantamientos populares ante los abusos de poder o ambas cosas a la vez, y Fröhlich 2004, p. 445; contra Gagarin 2008, p. 87 con n. 31-33. La tesis tradicional deriva, posiblemente, de la lectura de Aristóteles, Pol., 1031 b, que, precisamente, sostenía que la tiranía era un peligro cuando el magistrado permanecía mucho tiempo en el cargo.
51 Koerner 1993, p. 226.
52 Para las diferentes posibilidades de interpretación, ver van Effenterre & Ruzé 1994, p. 310. Es muy tentadora la sugerencia de Ruzé 1988, p. 85-86, que los relaciona con los mnemones, « recordadores ».
53 En la segunda línea del texto sigo la edición de Koerner 1993, nº 91, ya que van Effenterre & Ruzé 1994, p. 271 escriben ἐμ] πολέ[μοι] εἴε a partir de una conjetura de van Effenterre 1946a, p. 593.
54 Van Effenterre 1946a, p. 595-596. Para el agretas, ver además Martínez 1999, p. 226.
55 Ver discusión en van Effenterre 1946a, p. 592.
56 Van Effenterre 1946a, p. 592, traduce « ayant été consultées ».
57 Ruzé 1983, p. 303, entiende en esta inscripción la participación entera de la ciudad en la decisión y, por lo tanto, ve el término polis como asamblea de ciudadanos; Bile 1988, p. 30 nº 4, traduce « Il a paru bon à la cité, c’est-à-dire aux tribus rassemblées (?) » porque entiende que polis equivale a la reunión de las tribus en asamblea. Así también van Effenterre & Ruzé 1994, p. 270: « la cité, polis, sans doute l’assemblée civique, réunie sur l’agora, et qui peut prendre les vrais décisions; les tribus, phulai, principales articulations sociales de la population, dont on peut supposer qu’elles sont appelées à donner un premier avis ou plutôt qu’elles sont spécialement convoquées à cette occasion ».
58 Gagarin 2008, p. 49.
59 El testimonio más antiguo del uso del étnico en Drero, Δρήριος, se encuentra en una inscripción fechada en el siglo III o II a.C., cf. Marinatos 1936, p. 280-283.
60 Ver Hölkeskamp 1994, p. 136.
61 Cf. Calame 2006, p. 222-223, sobre la inscripción de Cirene (Nomima I.41).
62 Demargne & van Effenterre 1937, p. 346-347; Ehrenberg 1943, p. 18; Hölkeskamp 1999, p. 91. Para un análisis reciente de los τίται de Gortina, ver Fröhlich 2004, p. 235-240.
63 Van Effenterre & Ruzé 1994, p. 308.
64 Demargne & van Effenterre 1937, p. 347.
65 Van Effenterre & Ruzé 1994, p. 308.
66 Ehrenberg 1943, p. 17; Hölkeskamp 1992b, p. 73.
67 Koerner 1987, p. 454, cf. también Koerner 1993, p. 335-336; Hölkeskamp 1999, p. 91.
68 Así ya había sugerido Martínez 1999, p. 226-227.
69 En esta especulación ingresarían también las autoridades mencionadas en Nomima I.27: ἰθυντάς (auditor), que van Effenterre deriva de ἰθύνειν (ático εὐθύνειν) « rendir cuentas ». Estos controladores serían los encargados de auditar a los magistrados después de dejar su cargo y, por lo tanto, su función no se superpone con la de los damioi. Para la función de los auditores en Grecia, ver Fröhlich 2004, aunque el autor no menciona esta inscripción.
70 Detienne 1988a hizo una defensa importante de la relación entre visibilidad y publicidad, que fue puesta en duda por van Effenterre & van Effenterre 1994.
71 Whitley 1997; cf. Gagarin 2008, p. 71 y p. 119-121, que está en contra de la idea de llamar « escriba » a Espensitio y a otros amanuenses en Grecia, ya que estos no tenían los deberes generalmente asociados a los antiguos escribas de oriente.
72 Hölkeskamp 1992a, p. 101; Thomas 1995, p. 72-74.
73 van Effenterre & van Effenterre 1994, p. 92-94, sugieren que la razón para escribir las leyes en los muros de los templos puede haber sido un principio más primitivo que el manifestado por los estudiosos modernos y ésta podría ser la idea, casi mágica, de hacer hablar al dios en la ley.
74 Hölkeskamp 1994, p. 137, indica que a partir de su escritura la ley extiende su efecto hacia el futuro.
75 Whitley 1997, p. 660.
76 Thomas 2005, p. 58; Gagarin 2008, passim.
77 Calame 2006, p. 226, señala, de manera muy perceptiva, respecto de la inscripción de Cirene (Nomima I.41), que « dans leur formulation même a la troisième personne, ces énoncés traditionnels assument par rapport au texte inscrit sur la stèle de sphragís, la fonction de “signature”… ». Estas palabras pueden aplicarse, por supuesto, a otras inscripciones con enunciados semejantes.
78 Este artículo es el resultado de mi investigación dentro del Proyecto I & D « Prácticas discursivas y competencia social en la Antigüedad Grecorromana » (años 2006-2007), dirigido por la Dra. Cecilia Ames y codirigido por el Dr. Guillermo De Santis, evaluado y subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba (Res. Secyt 162/06). Fue presentado como ponencia en una versión más breve durante las « Segundas Jornadas de Historia Antigua y Primeras Jornadas Internacionales de Historia Antigua », organizadas por la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Córdoba (22-24 de mayo de 2007). Agradezco a los asistentes a dichas Jornadas sus comentarios y observaciones, como así también a Claude Calame, Marcos Carmignani, Julián Aubrit, Guillermo De Santis, Gustavo Cosacov y Ángel Martínez Fernández por sus comentarios, sugerencias y desinteresada ayuda en las diferentes etapas por las que pasó este artículo. Por supuesto, las opiniones sostenidas y cualquier error que pudiese existir son de mi exclusiva responsabilidad. El artículo de Gunnar Seelentag, « Regeln für den Kosmos. Prominenzrollen und Institutionen im archaischen Kreta », Chiron 39, 2009, p. 65-99, llegó a mis manos cuando este artículo estaba en la etapa de pruebas de galera, motivo por el cual no pudo ser incorporado a la discusión.
Auteur
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
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