Genealogía y tiranía de Clístenes de Sición a partir de un fragmento de Nicolás de Damasco (FGH, 61)
p. 179-193
Texte intégral
Nicolás de Damasco y el FGH, 61 de Jacoby
1El estudio de la tiranía en el panorama político de la antigua Grecia cuenta con una larga y completa tradición historiográfica1. La mayoría de los trabajos publicados hasta la fecha sobre la tiranía en Sición se han centrado en los datos numéricos de los cien años (c. 676-575 a.C.) de duración que se mantuvo este tipo de régimen político en el poder. Alrededor de este argumento principal se han sucedido las interpretaciones en cuanto a la fecha exacta de los distintos tiranos que gobernaron en Sición. Utilizaremos una fuente literaria poco tratada para intentar establecer la evolución de la tiranía sicionia y sus connotaciones familiares, con el propósito de la reconstrucción de la tiranía bajo criterios crono-familiares2.
2Como recientemente ha señalado con acierto Sierra Martín “resulta complejo establecer un modelo de tiranía o un proceso global y sin fisuras que explique el teórico tránsito de la aristocracia a los gobiernos constitucionales, a la luz de las fuentes que tenemos”3. La emergencia de la figura del tirano, y su régimen político asociado, la tiranía, ya despertó el interés erudito de los grigos antiguos. Así, Aristóteles, dedica a esta forma de gobierno varios capítulos de su Athenaion Politeia. La comparación de la idea aristotélica de tiranía puede chocar con el concepto que el hombre moderno puede tener de esta figura. Los estudios eruditos contemporáneos no han desenfocado la perpectiva, pero sí quizás la divulgación histórica. Con independencia de la forma abrupta en que los tiranos de entonces y ahora acceden al poder, ambos son sustancialmente distintos4. Entre los muchos ejemplos que sirven para ilustrar las consecuencias, causas y estrategias de poder de las póleis que estuvieron bajo el dominio de una tiranía, Sición es un caso paradigmático por muchos motivos5. De los tiranos que ejercieron el poder en Sición, Clístenes es el más que presenta mayores matices en cuanto a su personalidad en las fuentes antiguas6.
3El hecho de que la tiranía más longeva se estableciese en Sición sugiere que las grandes ciudades pudiesen ser más favorables para el desarrollo de la tiranía no es del todo correcta7. Entre los datos de que disponemos es difícil establecer claramente la cronología de los tiranos de Sición: se admite que, en conjunto, y de forma continuada, duró cien años, pero se proponen dos fechas para la llegada al poder de Ortágoras, 655 a.C. o 610 a.C.8. Aristóteles (Pol., 1315b11-21) sostuvo que la tiranía de Ortágoras y sus hijos en Sición fue la más duradera9. Según el filósofo, y en este caso también estudioso de las constituciones griegas, este hecho se debe a la política moderada de los tiranos de Sición con respecto a sus súbditos – manteniendo sus actuaciones dentro de la ley –, ello unido al éxito en la guerra, y al cuidado general dispensado al pueblo10. El estagirita (Pol., 1310b7-31) cita la tiranía de los Orthagóridas de Sición como la más longeva de las conocidas en territorio griego, seguida a cierta distancia de los Cipsélidas de Corinto11, o los Pisistrátidas de Atenas. En el primer caso, Aristóteles se limita a indicar los datos genéricos de su mandato de cien años de duración, siguiendo una tradición del siglo iv a.C. que consideraba esta cronología fuera de toda duda. A partir de mediados del siglo iv a.C., esta tradición se consolidó en las versiones dadas por Menecmo12, Teopompo o el propio Aristóteles, mientras que en la versión de Nicolás de Damasco – como veremos más adelante – se le atribuye una actitud modera respecto a las tradiciones anteriores13.
4Nicolás de Damasco (FGH, 61), tres siglos después que Aristóteles, nos ha dejado un interesante testimonio sobre la relación de poder en la dinastía Ortagórida que nos ayuda a reconstruir el contexto genealógico de la tiranía en Sición. La importancia del damasceno como historiador no ha sido lo suficientemente reinvidicada por la historiografía contemporánea14. La microhistoria que se narra en el fragmento citado, y los rasgos con que son descritos los tiranos, muestran actitudes claramente inmorales. Así, Mirón II es es un violador de mujeres – entre ellas la esposa de su hermano Isodemo15 –, y Clístenes el más mentiroso, violento y cruel de los tiranos16. Actualmente tenemos una cantidad de información parecida de los primeros cuatro tiranos que dominaron Sición, pero el quinto (Clístenes) parece haber dejado una profunda impresión en sus contemporáneos gracias a la cantidad de información que nos aportan las fuentes. A continuación presento la traducción del FGH, 61 de Jacoby, seguida del texto en griego17:
“Mirón, rey de los sicionios, descendiente de Ortágoras, estaba descontrolado en muchos aspectos y, en particular, en sus relaciones con las mujeres. Él las violó no sólo en secreto, sino también abiertamente. En este sentido, tuvo un romance adúltero con la esposa de su hermano Isodemo. Éste se dio cuenta de lo ocurrido, y al principio guardó silencio, pero, dado que estaba preocupado por ella, se lo dijo a su otro hermano (Clístenes) cuando regresó de Libia. Isodemo tenía, dicen, un carácter simple y sin maldad, pero Clístenes era mentiroso. En esta ocasión, dándose cuenta de lo que tenía que hacer, dijo que no iba a soportar ser tratado de esta manera ni un solo día más, y que iba a castigar al autor con sus propias manos. Diciendo esto, incitado Isodemo, conspiró (Clístenes) para la tiranía en la sucesión de Mirón, una vez que su hermano (Mirón) estaba muerto, y el otro (Isodemo) no podía sacrificar a los dioses, porque había sangre de su hermano en sus manos. Esto quedó claro cuando Isodemo mató a Mirón después de haber sido tirano durante siete años, habiéndolo encontrado en la cama con su esposa, e informó del hecho a Clístenes con un gran lamento. Clístenes dijo que se sentía preocupado por los dos hermanos: por el muerto porque había sufrido la muerte a manos de su hermano, y por Isodemo porque, desde que había sangre de su hermano en sus manos, no sería capaz de sacrificar a los dioses, siendo necesario que otro hiciera esto. Pero Isodemo, persuadido a decir la verdad y, con el fin de que no pudiera ser expulsado del poder por esto, después de un año eligió a Clístenes como socio en el poder. Clístenes logró lo que buscaba a causa de la simpleza de Isodemo, y ambos gobernaron Sición. Sin embargo, los individuos vigilaron mucho más de cerca a Clístenes, porque era temible y emprendedor. También los amigos de aquél vigilaron a éste. Finalmente, y después de haber apartado a Isodemo del poder, uno de estos empleó la astucia. Era un tal varón llamado Querodemo, amigo de los compratiotas de Isodemo. Viendo que Clístenes tenía más poder y repercusión, se le acercó y le ofreció su amistad. Como el mísmo Querodemo había realizado muchas promesas, Clístenes propuso añadir más compromisos a sus palabras, y le aconsejo a Isodemo el exilio durante un año por el asesinato. Hizo esto con el fin de tener acceso a la tiranía una vez purificado, a los sacrificios, y a los objetos sagrados para permitir a su hijo gobernar. Si éste no lo hacía, se exponía a un castigo, tendría grandes problemas para mantenerse en la tiranía, y dificultad en transmitir el poder a sus descendientes. Querodemo aprobó esta propuesta y recomendó a Isodemo partir durante un año. Este último, al ser un hombre sin malicia, estaba convencido de que le dió este consejo por benevolencia y se fue a Corinto confiando la tiranía a Clístenes. Una vez de que se había ido Isodemo, Clístenes lanzó calumnias contra él, diciendo que conspiraba contra él con los Cipsélidas para ejercer el poder él de manera única. Y, con este pretexto, se armó durante un año, hizo fuerte sus defensas, se esforzó en superar la tiranía de sus predecesores en violencia y crueldad, y en el envío de tropas auxiliares a muchos pueblos, con la finalidad de hacer aliados. Murió después de haber retenido el poder treinta y un años”.
Ὅτι Μύρων ὁ Σικυωνίων βασιλεὺς, ἀπὸ Ὀρθαγόρου κατάγων τὸ γένος, ἦν περί τε τὰ ἄλλα καὶ περὶ τὰς γυναῖκας ἀκόλαστος· [ἅς] οὐ λάθρα µόνον, ἀλλὰ καὶ φανερῶς βιασάµενος ᾔσχυνεν· τελευτῶν δὲ καὶ τοῦ Ἰσοδήµου τοῦ ἀδελφοῦ γυναῖκα ἐµοίχευσεν. Ὁ δὲ ᾐσθηµένος, πρότερον µὲν ἡσύχαζεν, ἐλθόντι δὲ ἐκ Λιβύης τῷ ἑτέρῳ ἀδελφῷ ἔφρασεν ἀδηµονῶν. Ἦν δ᾽, ὥς φασιν, αὐτὸς µὲν ἁπλοῦς τὸ ἦθος καὶ ἄκακος, ὁ δὲ Κλεισθένης δόλιος. Καί ποτε πυνθανοµένου τί χρὴ ποιεῖν, αὐτὸς µὲν εἶπεν οὐδ᾽ ἂν µίαν ἡµέραν ἀνασχέσθαι τοιαῦτα παθὼν, ἀλλὰ δι᾽ αὐτοχειρίας αὐτὸν τὸν δράσαντα τιµωρήσασθαι. Ἔλεγε δὲ ταῦτα καὶ παρώξυνε τὸν Ἰσόδηµον ἐπὶ τὸν Μύρωνα, ἐπιβουλεύων τῇ τυραννίδι, τοῦ µὲν ἀποθανόντος, τοῦ δὲ θύειν τοῖς θεοῖς οὐκ ἂν ἔτι δυναµένου διὰ τὸ αἷµα τοῦ ἀδελφοῦ. Ὅπερ ἐδήλωσεν. Ὡς γὰρ ὁ Ἰσόδηµος ἔκτεινε τὸν Μύρωνα ζʹ ἔτη τυραννεύσαντα, εὑρὼν ἐπὶ τῇ γυναικὶ, καὶ πρὸς τὸν Κλεισθένη ἔφρασε µέγα στενάξας, ἐκεῖνος συνάχθεσθαι ἀµφοτέροις ἔφη, τῷ µὲν θανόντι, ὅτι ὑπὸ τἀδελφοῦ πάθοι ταῦτα, ἐκείνῳ δ᾽ αὖ, ὅτι τὸν ἀδελφὸν κτείνας, οὐκ ἂν ἔτι δύναιτο τοῖς θεοῖς θύειν, ἀλλὰ δεῖν ἕτερον τοῦτο ποιεῖν. Ὁ δ᾽ ἵνα µὴ τῆς ἀρχῆς διὰ τοῦτ᾽ ἐκπέσοι, πεισθεὶς ἀληθῆ λέγειν αὐτὸν, ἐνιαυτὸν διαλιπὼν προσείλετο κοινωνόν. Καὶ ὁ µὲν τοῦθ᾽ ὅπερ ἐτέχναζεν κατειργάσατο διὰ τὴν εὐήθειαν ἐκείνου, καὶ ἀµφότεροι Σικυῶνος ἦρχον. Πολὺ µέντοι µᾶλλον Κλεισθένει προσεῖχον οἱ ἄνθρωποι, ἅτε φοβερῷ ὄντι καὶ δραστηρίῳ, καὶ οἱ ἐκείνου φίλοι τούτῳ προσεχώρουν. Τελευτῶν δὲ καὶ τῆς ἀρχῆς τὸν Ἰσόδηµον ἀπεστέρησε τοιόνδε τι τεχνάσας. Ἦν τις Χαιρέδηµος, ἀνὴρ τῶν ἀστῶν Ἰσοδήµου φίλος. Οὗτος ὁρῶν τὸν Κλεισθένη ἐργασιµώτερον, προσιὼν περὶ φιλίας διελέγετο. Πολλὰ δὲ ὑπισχνουµένου, Κλεισθένης ἐκέλευσεν αὐτὸν εἰς πίστιν ὧν ἔφη παρελθόντα Ἰσοδήµῳ παραινεῖν ἀπενιαυτίσαι διὰ τὸν φόνον, ὅπερ ἔθος ἦν ποιεῖν, ὡς καὶ θύειν αὐτῷ (καὶ) τὰ ἱερὰ ἐξέσται κεκαθαρµένῳ, καὶ τοῖς ἐκείνου παισὶν ἄρχειν· εἰ δὲ µὴ, ἔνοχον ὄντα χαλεπῶς µὲν αὐτὸν ἐµµενεῖν τῇ τυραννίδι, χαλεπῶς δὲ ἐγγόνοις λείψειν. Ταῦτα λέγοντα ὁ Χαρίδηµος ἐδέξατο, καὶ τῷ Ἰσοδήµῳ συνεβούλευε, µεταστῆναι ἐπ᾽ ἐνιαυτόν. Ὁ δὲ οἷα ἀνὴρ ἄκακος, πεισθεὶς ἐπ᾽ εὐνοίᾳ λέγειν αὐτὸν, ἀπεχώρησεν εἰς Κόρινθον, παραδοὺς Κλεισθένει τὴν τυραννίδα. Ὁ δὲ παραχρῆµα ἐξελθόντος διέβαλλεν ὡς µετὰ τῶν Κυψελιδῶν οἱ ἐπιβουλεύοντα, ὅπως ἂν µόνος ἄρχοι. Καὶ διὰ τοῦτο στράτευµα ὁπλίσας ἐξεῖργε κατιόντα, καὶ αὐτὸς ἐτυράννει, βιαιότατος ὢν τῶν πρὸ αὐτοῦ καὶ ὠµότατος, καὶ βοηθείας πολλοῖς ἐκπέµπων, ὡς ἂν ἔχοι συµµάχους. Κατασχὼν δὲ τὴν ἀρχὴν ἓν καὶ λʹ ἔτη ἐτελεύτησεν.
La tiranía en Sición según Nicolás de Damasco
5Las fuentes griegas, y los estudios modernos basados en ellas, nos permiten reconstruir con mucha verosimitidud el mandato, la personalidad, la cronología y la relevancia de la tiranía de Clístenes en Sición. La información que nos ofrece Nicolás de Damasco sobre Clístenes atiende especialmente a dos aspectos fundamentales de la vida del tirano: su vida privada (comportamiento, carácter, toma de decisiones, chantajes y pactos), y su vida familiar (ubica su posición en relación al resto de miembros de su familia). La tiranía de Clístenes aparece descrita con rasgos muy negativos, por oposición a la mesura que caracteriza la visión de los Ortagóridas aportada por Aristóteles. Después del asesinato de Mirón II, Clístenes confesó a Isodemo que estaba vetado por realizar sacrificios a los dioses y, por tanto, se encontraba en grave peligro de perder su hegemonía. De esta manera, gobernarían juntos el primer año (600 a.C.), pero, posteriormente, Isodemo marchó a Corinto, de donde nunca volvió, y fue acusado por Clístenes de haberse unido al enemigo.
6Antes de poner en contexto la información que aporta Nicolás de Damasco sobre Clístenes, debemos exponer brevemente algunos datos característicos de la tiranía en Sición. Uno de los principales es el relativo al oráculo délfico narrado por Diodoro de Sicilia (8.24)18. A través del oráculo, Apolo Délfico aprobó la instalación de un régimen tiránico en Sicón, que debía durar cien años19. El oráculo anunciaba que el primero de los integrantes de la embajada en Delfos que al regresar oyera que le había nacido un hijo, tal niño sería el primer tirano. En la expedición figuraba un cocinero llamado Andreas, que había escuchado la predicción de la Pitia, e hizo que se cumpliera en su persona, siendo el padre de Ortágoras, fundador de la dinastía20. Éste pertenecía a una facción oligárquica desde la cual accedió al gobierno unipersonal gracias al respaldo de la clase hoplítica, como ocurrió con otros muchos tiranos. Según M. Grant, la tiranía en Sición bajo el dominio de Ortágoras fue “mild and almost constitutional government”21.
7La versión de Nicolás de Damasco – que tiene su origen en la obra de Éforo22 – se caracteriza porque al lado de Mirón II y Clístenes aparece un tercer hermano, Isodemo (tabla 1).
8La personalidad de Isodemo aparece descrita de manera positiva, como víctima de la crueldad de sus hermanos. En cuanto a la constitución política de Sición, en el relato que nos ofrece Nicolás, me gustaría llamar la atención sobre un hecho diferencial. En la primera línea del fragmento podemos leer que Mirón II fue rey de los sicionios (ὁ Σικυωνίων βασιλεὺς), y más adelante puntualiza que ejerció la tiranía durante siete años (ζʹ ἔτη τυραννεύσαντα). Sin embargo, cuando cita a Clístenes ya se refiere a su mandato directamente en términos de tiranía (ἐµµενεῖν τῇ τυραννίδι). La evolución política que supone la utilización de dos conceptos como “rey” y “tirano” por parte del historiador indican la naturaleza particular de cada uno de los mandatos de Mirón II y Clístenes23. La ὕβρις que parece caracterizar el mandato de Mirón II en la narración de Nicolás justificaría la utilización de βασιλεὺς, y se identificaría con los “devoradores de regalos” (δωροφάγοι), a los que Hesíodo (Op., 219-220) describe como reyes que interpretan las leyes en beneficio propio24.
9Según el fragmento de Nicolás de Damasco, los años atribuidos de gobierno a Clístenes en Sición abarcan desde 600-595 a.C. a 572 a.C., tomando como premisa que su victoria olímpica se produjo en los últimos años de su vida, el año 572 a.C. es considerado el más probable. En el contexto de los acontecimientos históricos que marcaron la vida de Clístenes, pueden existir ciertas dudas acerca de la fiabilidad de las fechas de la Primera Guerra Sagrada (595-585 a.C. parece ser la fecha más aceptada)25, por no hablar de su historicidad, pero en general es necesario admitir dos cosas: que la reunión de las tradiciones en torno a Clístenes asegura que su gobierno fue duradero; y que, en cualquier caso, está situado cronológicamente dos generaciones antes de su homónimo nieto Clístenes de Atenas (c. 570-507 a.C.)
10La tradición derivada del fragmento del damasceno plantea serias dudas sobre la generación de los tres hermanos que fueron tiranos en Sición (Mirón II, Isodemo y Clístenes), haciendo intentos inciertos y especulativos sobre su reconstrucción genealógica. El tono general del fragmento nos hace dudar acerca de su veracidad, pues resulta muy dudoso que se pueda conservar estos datos. Sin embargo, hay un elemento especialmente trascendente: la indicación precisa de la duración de la tiranía de cada uno de los tres hermanos; siete años el primero (Mirón II), uno el segundo (Isodemo), y treinta y uno el tercero (Clístenes); un total de treinta y nueve años. Los cerca de cuarenta años de gestión del poder por los tres hermanos dan, si se añade la cifra de sesenta que aporta Heródoto (5.92) sucesivos a Clístenes, cerca de los cien años de tiranía anticipados por el oráculo26. Además, no podía ignorar la novedad de la figura de Ortágoras, que lo define como antepasado de Mirón II y de su hermano Clístenes. Por tanto, esta tradición de Nicolás de Damasco respetó los sesenta años que propone Heródoto, probablemente porque sus cálculos tuvieron que ser obvios, ya que la caída de la tiranía se sitúa sin incertidumbres a finales del siglo vi a.C., dos generaciones después de Clístenes27.
Los “látigos de Sición”: fuentes y tradiciones
11Las noticias posteriores a la desaparición de la tiranía en Sición, a partir del siglo v a.C., nos ofrecen a veces visiones contradictorias. Heródoto, que utilizó elementos aprendidos en Atenas en el contexto de su investigación sobre la fortuna de la familia de los Alcmeónidas, ofrece una genealogía altamente fiable haciendo del tirano Clístenes la tercera generación descendiente de Andreas (tabla 2). A pesar de que los datos nos han llegado sólo a través de la tradición del siglo iv a.C. – en muchos aspectos innovadores – el oráculo predijo que los sicionios serían gobernados por el látigo durante cien años, después de situar el origen de la tiranía en la generación del hijo de Andreas, Ortágoras. Este acontecimiento marcó la duración de sus términos en la cultura arcaica: cien años equivalentes a tres generaciones. Como la lectura de las fuentes no contaminadas por el sesgo muestra ineludiblemente que la tiranía no se detuvo después de un siglo, y duró tres generaciones, hemos de suponer que el oráculo no fue creado después de los hechos, sino que, con toda probabilidad, fue durante la tercera generación: la de Clístenes (tabla 2).
12En Diodoro (8.24) podemos leer la noticia de la consulta al oráculo del oráculo délfico anteriormente citado, que había profetizado que durante cien años Sición se regiría con el látigo28. La tradición, de la que se hace eco un papiro encontrado en Oxyrrinco, cuanta que Andreas acompañó como carnicero/cocinero en la realización de los sacrificios a los sicionios, tal y como encontramos descrito en un papiro de Oxirrinco ublicado en 1915 (P.Oxy., XI 1365 = FGH, 105 F 2)29. El hijo de Andreas que se convirtió posteriormente en tirano había recibido el nombre de Ortágoras, y creció de una manera adecuada a su condición social, convirtiéndose más tarde en oficial de guardia para vigilar las zonas fronterizas. En este pasaje Ortágoras es un simple soldado, aunque de noble nacimiento, que destacó en las luchas fronterizas contra los vecinos aqueos de Palene, ganó el apoyo del pueblo y consiguió llegar al polemarcado, magistratura que indica funciones militares. La victoria de su hermano y sucesor Mirón I en los Juegos Olímpicos (648 a.C.) nos lleva a dudar de los orígenes modestos atribuidos a los tiranos de Sición.
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14Después de la muerte de Ortágoras, su hermano Mirón I se hizo cargo de la tiranía en Sición. Aristónomo, hijo de Mirón I, tuvo tres hijos: Mirón II, Isodemo y Clístenes (ambos citados por Nicolás de Damasco), que aprovechó la oportunidad ofrecida por los conflictos entre sus dos hermanos mayores para convertirse en tirano en el primer tercio del siglo vi a.C.30. Sin embargo, esta hipótesis no es la única relativa a la genealogía y cronología de la tiranía en Sición31. Según la tradición transmitida por Heródoto (el tema es tratado de manera detallada en sus libros 5-6), Andreas aparece como primer represante de la tiranía en Sición, seguido de Mirón I, Aristónimo y Clístenes, cada uno hijo del anterior según la tradición establecida por las generaciones dictadas por el oráculo32. Heródoto (6.126) recuerda que la fama de la familia de los Alcmeónidas atenienses había aumentado considerablemente gracias a la buena reputación de Clístenes de Sición que, entre los muchos pretendientes de su hija Agarista33, había elegido como esposo a Megacles, hijo del Alcmeón ateniense34. Para nuestros propósitos, en esta ocasión se ofrece la genealogía de Clístenes: se dice que es hijo de Aristónimo, el hijo de Mirón I, a su vez hijo de Andreas. Esta genealogía, resultante de un autor que, además de ser la fuente más antigua para nosotros, es también un experto de la historia familiar de los Alcmeónidas, resulta sin duda creíble.
15La aparición de Ortágoras como una de las figuras claves en la estructura familiar de la tiranía de Sición se produjo en el siglo iv a.C. En una serie de textos posteriores, la tradición de los tiranos de Sición comienzan a articularse en torno a esta figura, ausente en Heródoto, de Ortágoras. Estos textos son los de Aristóteles y Plutarco (tabla 3). El estagitira llamó la atención sobre la naturaleza de la tiranía sicionia en la transferencia de poder de Mirón II a Clístenes (Arstt., Pol., 1316a29-31), ya que la propia tiranía tiene la capacidad de evolucionar o cambiar a tiranía, como ocurrió en Sición (µεταβάλλει καὶ εἰς τυραννίδα τυραννίς). En cuanto a Plutarco, la información que nos ha legado se basa en el oráculo que predijo que Sición se regiría con la aparición de un látigo, en un pasaje del De sera numinis uindicta (Mor., 553a-b)35, en la que la dureza de la tiranía es considerada como la consecuencia necesaria de la intemperancia de los tiranos de Sición36. En cuanto a la relación entre las distinas fuentes, vale la pena señalar que, en la medida en que se refieren a diferentes momentos de la dinastía de los Ortagóridas, no son incompatibles entre sí; no por casualidad, la adicción del damasceno se cita a menudo en relación con el texto de Diodoro.
Cronologías de la tiranía en Sición
16Frente a estas evidencias aumenta la dificultad para construir un marco único de interpretación. Sin embargo, la búsqueda de una solución que combina diferentes tradiciones – admitiendo a Heródoto (6.66-70) como fuente vertebradora del discurso – han dominado la historiografía, aunque A. Momigliano había advertido, con poco éxito a juzgar por la posterior bibliografía, los riesgos del método combinatorio: más peligroso si se considera que nuestros diversos elementos de prueba son piezas de diferentes puzzles, de diferentes épocas y con diferentes niveles de dificultad37. Después de la publicación del P. Oxy., XI, 1365 en 1915, y en particular, tras el estudio de los siguientes años de M. Denicolai, finalmente ha prevalecido una communis opinio de que se basa en dos principios aparentemente obvios38: que de los dos personajes llamado Mirón, uno (Miron I, el citado por Heródoto) es el abuelo paterno de Clístenes, mientras que el otro (Mirón II, el de la tradición del siglo iv a.C., citado por Nicolás de Damasco) es su hermano, y que – tal y como hemos hecho en este artículo – por simplicidad se utiliza para referirse a ellos Mirón I y Mirón II.
17Desde la citada fecha de 1915, cuando se publicó un fragmento de papiro, que hemos visto antes, relativo a la tiranía de Ortágoras39, la genealogía de los tiranos de Sición ha sido objeto de mucha controversia40. Se puede datar el inicio de esta tiranía en la primera mitad del siglo vii a.C., manteniéndose en el poder hasta después del 570 a.C. El primer tirano presente en algunas fuentes fue Ortágoras, cuya existencia es rechazada por algunos en favor de Andreas, que la tradición posterior deriva de los estratos sociales más bajos41. Según N. Hammond42, la cronología exacta de la dinastía de los Ortagóridas sitúa el mandato de Mirón II en siete años (608-601 a.C.), el de Isodemo en uno (601-600), y, por tanto, el nacimiento de Clístenes en la década del 620 a.C. La fecha 600-572 a.C. es la más verosímil para el gobierno de Clístenes en Sición, aunque no hay unanimidad en estos límites cronologicos. Para M. Mac Gregor, sin embargo, el comienzo del poder de Clístenes (hijo de Aristónimo, nieto de Mirón I, y bisnieto de Andreas) comenzó en 596 a.C., al encontrar una oportunidad única de convertirse en jefe con plenos poderes militares43.
18Tras haber examinado este conjunto de documentos y fuentes, llegamos a la conclusión de que hubo en Sición tres generaciones de tiranos: la primera generación de Ortagóridas estaría representada por Ortágoras y Mirón I (al que Pausanias también denominó “tirano”)44, la segunda por Aristónimo – conocido a través de la genealogía de Heródoto –, y la tercera por los tres hermanos Mirón II, Isodemo y Clístenes. A la muerte de Clístenes la dinastía continuaría a lo largo de unas líneas desconocidas para nosotros, ya que sólo conocemos una hija de Clístenes: Agarista45, que conduce al último miembro de la familia que estuvo en el poder, Esquines.
19El mandato de los Ortagóridas coincide con la profunda revolución en casi todos los estados de Grecia46: aristocracias atacadas por la clase media se convirtieron en agentes fundamentales del cambio. Como ocurrió en innumerables estados griegos en la época arcaica, el conflicto entre la vieja aristocracia que fundamentaba su poder en el control político y económico de las tribus, en choque con los nuevos movimientos populares que reivindicaban sus derechos en una nueva época de cambios sociales, así también en Sición este choque de intereses se solventó con un régimen tiránico, que venía dar estabilidad a los conflictos sociales. El viejo sistema de los gene, ahora era sutituido por un nuevo modelo político basado en la “castas” familiares (los tiranos), que pretendieron siempre, mediantes lazos familiares, matrimonios o pactos, perpetuarse en el poder, mientras la situación lo permitiese. Los clanes que afloran en Sición son un ejemplo claro, dada su compleja red de relaciones familiares, de cómo el mundo griego se adapta en cada pólis, en razón de su situación geográfica, su composición social, su economía, o sus relaciones internacionales, a la forma política que ellos oconsideran “óptima” para sus póleis. La ausencia de revoluciones, y la estabilidad de las tiranías, denotan una adaptación de los ciudadanos a un sistema político no demócratico, y no elegido por ellos, pero que les permite vivir con bastante libertad y casi siempre con bonanza económica.
20Según Heródoto, los sicionios mantuvieron los nuevos nombres tribales adoptados por Clístenes durante sesenta años después de la muerte del tirano, lo que sugiere que los nombres no se adoptaron desde la inmediatez (5.67-68). Sición fue uno de los centros de acción en los que la revolución fue más profunda y radical47. La nueva tiranía hizo especial hincapié en la distinción racial en su lucha con Argos48. Clístenes perteneció a una familia jonia en su origen, pero eso no explica su crueldad contra los dorios y el hecho de que hiciera lo más profunda posible la división entre dorios y jonios49. El prejuicio étnico fue su principal arma en el poder, y se presentó a sí mismo como el líder de los no-dorios en Sición. Durante su mandato, la presencia de Sición en los santuarios de Olimpia y de Delfos fue fundamental50.
21Las cualidades guerreras de Clístenes se manifestaron en las luchas contra Crisa (590 a.C.), y contra Argos, lugar de exilio de los nobles de Sición51. Con el botín de la Primera Guerra Sagrada (Paus. 2.9.6) hizo espléndidas ofrendas a los santuarios panhelénicos. Su hija se casó con el Alcmeónida Megacles, y fue abuelo de Clístenes, reformador de la constitución ateniense (Arstt., Athen. Pol., 20; Hdt. 5.67-69; 6.126-129). Alrededor del 565 a.C. Clístenes falleció, pero hasta sesenta años después se mantuvieron algunas de sus reformas en Sición (Hdt. 5.68.2), puesto que la caída del último ortagórida52, Esquines de Sición, se sitúa sobre el 510 a.C.53.
22El fragmento presentado de Nicolás de Damasco ofrece novedades en la reconstrucción de la cronología y la genealogía de la tiranía en Sición. Si tenemos en cuenta que la gran mayoría de la obra histórica del damasceno se ha perdido, la traducción y análisis de este fragmento enriquece nuestro conocimiento de su personalidad como historiador. Sabemos que Nicolás era un experto orador, instruido en retórica, con capacidad literaria y creativadad para adaptar su estilo en la representación de cada escena. Tenía tendencia a embellecer sus relatos, rasgo que no debe ser ignorado cuando se trata de analizar sus fragmentos con el fin de señalar las posibles fuentes. Un análisis de su estilo en los fragmentos más largos destaca la importancia en sus escritos del detallismo en la descripción de los personajes y las anécdotas. Una fuerte tendencia moralizante está presente en este fragmento sobre Clístenes y Sición. Gracias a la información recogida de Éforo y de la tradición historiográfica sicionia, los datos aportados por Nicolás forman la tercera hipótesis fundamental de reconstrucción de la tiranía en Sición, junto a la de Heródoto y a la posterior afianzada en el siglo iv a.C. a partir de la obra de Aristóteles. La tiranía de Clístenes, a partir de la información transmitida por Nicolás, no puede considerarse ya sea como un tipo de dictadura militar o como un renacimiento de la antigua monarquía (βασιλεία).
23Los nuevos datos del fragmento afectan a tres aspectos particulares de la tiranía en Sición: la sucesión de tres hermanos en el poder de la ciudad, la duración de cada uno de los mandatos, y la descripción de sus conductas personales. Tres hermanos (Mirón II, Isodemo y Clístenes) se suceden la tiranía en Sición durante casi 39 años (7, 1, 31 respectivamente). Clístenes, según Nicolás, compartió temporalmente el gobierno de Sición (ἀµφότεροι Σικυῶνος ἦρχον) con Isodemo, para posteriormente liderar la tiranía en solitario durante treinta y un años (Κατασχὼν δὲ τὴν ἀρχὴν ἓν καὶ λʹ ἔτη ἐτελεύτησεν).
24Según presenta el fragmento, los desencadenantes de la sucesión en la tiranía se deben a actuaciones personales encuadradas en la trama familiar de los Ortagóridas: Clístenes aprovechó la oportunidad ofrecida por los conflictos entre sus dos hermanos mayores para convertirese en tirano en el primer tercio del siglo vi a.C. Así, la lucha por el poder entre los diferentes grupos de aristócratas también parece haber jugado un papel decisivo en el desarrollo de la tiranía sicionia. Los detalles de carácter personal que introduce Nicolás sobre los tres hermanos tienen una clara finalidad adoctrinante: Mirón II era un hombre descontrolado en su relación con las mujeres (ἦν περὶ τὰς γυναῖκας ἀκόλαστος), tuvo un romance adúltero con la mujer de su hermano Isodemo (τοῦ Ἰσοδήµου τοῦ ἀδελφοῦ γυναῖκα ἐµοίχευσεν), que tenía un carácter simple y sin maldad (ἁπλοῦς τὸ ἦθος καὶ ἄκακος), en marcada oposición a su otro hermano Clístenes, mentiroso (δόλιος), temible y emprendedor (φοβερῷ ὄντι καὶ δραστηρίῳ). Gracias a este fragmento podemos conocer con mayor exactitud la visión del damasceno sobre la tiranía en la Grecia arcaica, sobre los motivos, las causas y los consecuencias de esta forma de gobierno. La imagen política y personal de Clístenes de Sición y su interrelación con sus hermanos es descrita con detallismo y esmero. La interpretación de este fragmento junto a los textos de Aristóteles, Heródoto, Plutarco o al P. Oxy., XI, 1365, es la única vía posible para reconstruir de la manera más detallada posible la tiranía en Sición y la figura de Clístenes como político, tirano y miembro de la dinastía Ortagórida.
Notes de bas de page
1 Este artículo no pretende aportar detalles significativos en el estudio general de la tiranía como sistema político, por este motivo no citaré la amplísima bibliografía existente sobre este tema. Simplemente me centraré en las referencias relativas a la cronología y genealogía de Clístenes de Sición.
2 Una extraordinaria actualización del tema la encontramos en Lupi 2008.
3 Sierra Martín 2014, 72. Es evidente que las tiranías suponen, a pesar de esta dificultad para trazar categorías comunes de interpretación, un hito fundamental en la evolución de las póleis arcaicas, cf. Anderson 2005, 174-175.
4 Lewis 2006, 6.
5 La monografía de referencia sobre Sición desde el punto de vista histórico y arqueológico es la de Lolos 2011. Los datos históricos más relevantes en la historia de Sición y su relación con la tiranía fueron los expuestos por Mac Gregor 1941, que establece la siguiente sucesión de hechos: 591 a.C. Guerra Sagrada - 590 a.C. poder naval de Clístenes sobre Cirra - 584 a.C. final de la guerra en Cirra - 582 a.C. Juegos Píticos con victoria de Clístenes - 582/576 a.C. deterioro relación Corinto-Sición - 576 a.C. invitación de los pretendientes a la boda de Agarista - 575 a.C. boda de Agarista - 574 a.C. Sición en guerra contra Argos.
6 Arstt., Pol., 1310b3-5: “En cambio, el tirano sale del pueblo y de la masa contra los notables, para que el pueblo no sufra ninguna injusticia por parte de aquéllos. Se ve claro por los hechos: casi la mayoría de los tiranos, por así decir, han surgido de demagogos que se han ganado la confianza calumniando a los notables” (trad. García Valdés 2000). Resumen de la posición aristotélica en Stein-Hölkeskamp 2009, 101. Para Platón la naturaleza del hombre tiránico estaba bien clara (Rep., 498d-e): es un personaje embriagado de poder, enloquecido y alienado, y que no sólo intenta gobernar a los hombres sino también a los dioses. Por ello, sea por naturaleza o por hábito, el hombre enloquece, borracho y erótico, véase Vernant 1991, 235. Este tipo de hombre gasta los ingresos rápidamente, y no escatima en festines y celebraciones, muy en relación con la actitud de Clístenes en la boda de su hija Agarista. Cuando todos estos recursos le fallan se vuelve violento y avaro, mentiroso y envidioso. Para acceder al poder no le importará prevalecer sobre su padre o su madre, y apropiarse de sus bienes si fuese necesario. El carácter de Clístenes de Sición narrado por Nicolás de Damasco se ajusta a algunas de las presmisas platónicas. La desavencia de Platón con el sistema político de cualquier tiranía parece ya evidente, pero llega a su máximo punto cuando afirma que el hombre tiránico es reflejo del Estado tiránico, así como el hombre democrático es reflejo del Estado democrátrico (Rep., 573d).
7 Según Snodgrass 1980, 112, todos los tiranos arcaicos en Grecia accedieron al poder ente el 675-640 a.C. En el mismo sentido es importante el testimonio de Plutarco (De Herod. Malig., 859d), en el que se puede leer que los lacedemonios no pueden ser superados en bajeza o estupidez en todo lo relativo al régimen de la tiranía. En lo relativo a la opinión de Heródoto sobre los regímenes tiránicos las principales referencias es Waters 1971; Cássola 1985; Gammie 1986; Forsdyke 2006.
8 Las hipótesis y detalles de la cronología están en Parker 1992.
9 En el mismo sentido Heródoto (6.126), Plutarco (Mor., 553b) y Diodoro de Sicilia (8.24).
10 Todas ellas características arquetípicas del tirano en la Grecia arcaica. Como apunta Plácido Suárez 2007, 148, en la obra de Jenofonte aparece definida la figura del tirano individual como la de quien apoya su poder personal en el pueblo. El tirano es filópolis (Xen., Hier., 5.3), en el mismo sentido en que es filódemos. Una aportación más completo sobre el diálogo Hierón se plantea en Vela Tejada 2006. La obra de Jenofonte es una reflexión política sobre las nuevas formas de tiranía, régimen que, en las primeras décadas del siglo iv a.C., estaba alcanzando especial relevancia ante el declive de la polis de corte democrático, al tiempo que se anticipa el predominio de la idea monárquica de época helenística. Ya en Memorables (en el diálogo entre Sócrates y Aristarco en 2.7.1 sq.) y en el Económico (en las reflexiones de Iscómaco sobre las leyes de Dracón y Solón en 14.4 y 6) se pueden entrever sus ideas de corte socrático sobre el tirano, figura que está igualmente presente en la República de Platón (9) y en el Sobre la paz y el Nicocles de Isócrates.
11 En Corinto la fundación de la tiranía se atribuye al triunfo de un miembro de la familia aristocrática de los Cipsélidas, Cípselo, de madre Baquíada, frente a la oligarquía de los Baquíadas. Aristóteles (Pol., 1310b7-31), al definir las formas de monarquía, y distinguir entre basileía y tiranía sobre la base del apoyo recibido de los ilustres o del pueblo, sitúa la de Cípselo entre las tiranías.
12 El nombre del historiador Menecmo (FGH, 131), ausente en los textos antiguos sobre los Ortagóridas, fue puesto en valor en este debate por de Gubernatis 1915-1916. Más allá de algunas dudas acerca de su persona, es razonable suponer que, como autor de Sikyonika, en su obra fluyeran tradiciones locales.
13 Un fragmento de Teopompo (FGH, 115) especifica ciertos datos locales relativos a Sición, como la obligación de llevar un tipo de manto por sus tiranos, que tomó el nombre katonakophoroi. Así es probable que exista una convergencia en la reconstrucción de la historia arcaica de Sición entre Teopompo y Aristóteles, deudores a través del historiador local Menecmo.
14 En los últimos años ha sido Perea Yébenes 2011, el encargado de revitalizar esta figura, y de presentar la traducción de la Vida de Augusto, 2006. Para las fuentes utilizadas por Nicolas ver Wacholder 1962, 81-86. El estilo de Nicolás de Damasco como historiador ha sido analizado por Toher 1989.
15 A lo largo del artículo me referiré a Mirón II como al Mirón que cita Nicolás de Damasco como hermano de Clístenes, mientras que cuando cite a Mirón I me estaré refiriendo a un posible antepasado de Clístenes.
16 La importancia de los aspectos personales y las relaciones interfamiliares en las dinastías arcaicas griegas es un tema capital para de estudio, véase Dopico Caínzos 1998.
17 La versión española que presentamos aquí se basa en la de Osborne 1996, 265. El texto griego es el editado por en “Teil 2, Zeitgeschichte. - A. Universalgeschichte und Hellenika”, 1961, 358, de la colección de Jacoby.
18 Una de las cuestiones latentes en este punto es identificar las fuentes que pudo utilizar Diodoro de Sicilia. Parece claro que una de ellas pudo ser Teopompo (FGH, 115 F 176), que menciona los siervos de la Sición rural, denominado παρὰ Σικυωνίοις κατωνακοφόρους, formando un grupo de esclavos liberados. Para Atenas algunas fuentes revelan la presencia de guardas personales de Pisístrato durante su primer período de gobierno que eran denominados κορυνηφόροι (Hdt. 1.59; Ath. Pol., 14.1; Plu., Sol., 30; Diog. Laert. 1.66). Ateneo nos ha transmitido uno de estos fragmentos (FGH, 115 F 176), en el que precisa que incluso Menecmo en sus Sikyoniaka dijo cosas similares (FGH, 131 F 1). Parece inevitable que Ateneo – familiarizado con el trabajo de Teopompo – pero que difícilemente pudo haber leído la historiografía sicionia local, se encontró con la referencia al texto de Menecmo en Teopompo.
19 Fornis 1991 es la referencia indispensable sobre este asunto.
20 Para Fornis 1991, 66, estamos ante un cuento folklórico del mismo tipo que el referido a Cípselo de Corinto, que trata de explicar el origen popular de la tiranía sicionia, pero que no resulta creíble por la costumbre de atribuir un nacimiento bajo a los oponentes políticos; probablemente Andreas era un aristócrata ya que era el encargado de los sacrificios en Delfos como sacerdote, función reservada a individuos de origen preclaro.
21 Grant 1987, 101; Fontana 2010, 76.
22 La dependencia de Éforo de los fragmentos de Nicolás de Damasco sobre la tiranía es reconocida desde el siglo xix: véase FHG, III, 346-394; FGH, IIC [Kommentar], 248. Sobre Nicolás de Damasco como historiador Parmentier-Morin 1998.
23 Como apunta Plácido Suárez 2014, 15, en Hesíodo la basileía, término traducido normalmente como “realeza”, todavía funciona como en tiempos heroicos, de manera similar a jefaturas con poblaciones dependientes. Hesíodo (Op., 39, 221, 264) utiliza el concepto con connotación negativa, a pesar de que se usa frecuentemente de modo laudatorio en la literatura épica para alabar el poder de los basileîs que viven de los tributos ofrecidos por el pueblo.
24 Estoy de acuerdo con Sierra Martín 2014, 59, ya que Grecia no se hallaba dominada en los siglos vii-vi a.C. por los que “devoraban regalos”. Heródoto convierte a la caracterización de la ὔβρις en los malos gobernantes como uno de los temas centrales de su obra, lo que no quiere decir que toda Grecia se rigiera por este tipo de mandatarios.
25 Así, en 595 a.C., Sición tomó parte en la Primera Guerra Sagrada (595-583 a.C.) contra la ciudad de Crisa, cerca de Delfos, como bien relatan Parke & Boardman 1957; Davies 1994. En general, todas las certezas sobre estos temas se redujeron después de la negación de la historicidad de la guerra por Robertson 1978. Para Sordi 1979, 8, el ataque fue liderado por el tesalio Euriloco, por Clístenes, y por un contingente llegado de Atenas bajo el mando de Alcmeón. El resultado de la guerra fue que Crisa cayó tomada en 590 a.C. Este hecho demuestra la importancia de Clístenes en el panorama político del momento, ya que la Anfictionía confió en él para llevar el mando de las operaciones contra la impía ciudad (Paus. 10.37.6), en la que Clístenes triunfó gracias a su dominio naval. Posteriormente, los poetas tomaron la historia de la Guerra Sagrada y representaron la batalla entre Hércules y Apolo por el trípode de Delfos, tal y como nos dice Pausanias (10.13.8).
26 Según Sordi 1979, 5-10, el oráculo de Delfos es una expresión de la hostilidad del clero délfico hacia los anfictiones liderado por Clístenes.
27 La presencia de más de dos generaciones de tiranos en Sición supone una anormalidad dentro de la norma general de los regímenes tiránicos en Grecia, en palabras de Raaflaub & Wallace 2007, 42: “tyrannies typically lasted no more than two generations”.
28 Según Plutarco, la llamada al oráculo que predice que los sicionios se regirían por el látigo, aparece en un pasaje de De sera numinis uindicta (Mor., 553a-b).
29 Coincide con Diodoro (8.24) en que Andreas es padre de Ortágoras y Mirón I. El fragmento continúa la historia del oráculo de Diodoro, resolviendo la cuestión relativa a Andreas, que resulta ser el padre de Ortágoras. Por desgracia, el papiro en la que esta información se encuentra está en un estado muy fragmentario en este punto. El P.Oxy., XI 1365 = FGH, 105 F 2 se centra en el origen y en la subida al poder de Ortágoras. Comienza la narración afirmando que Andreas educó a Ortágoras hasta que alcanzó la madurez. Después de haber pasado los años de juventud, llegó a ser uno de los patrones y de los personajes más destacados de Sición. Participó en el estallido de la guerra entre Sición y Pella de manera activa, y se le reconoció un gran coraje militar. A la vuelta de la batalla, los sicionios le reconocieron como jefe de los cabecillas de la ciudad. Le condecoraron con el título de polemarca, por sus actos de guerra. Durante su mandato luchó valientemente y defendió la ciudad de ataques foráneos. Por estos motivos, Sición era muy respetada por sus ciudades enemigas.
30 Arstt., Pol., 1305a6; 1308a19; 1310b12; distingue qué tipos de tiranía existen, y cómo se hicieron con el poder, estableciendo cuatro categorías: el tirano que surge como demagogo, el que se alza con la tiranía desde un cargo público tras aprovechar algún disturbio, el que aprovecha el deterioro de la realeza y el que se escinde de la oligarquía. Si bien la tiranía de Clístenes parece no adaptarse completamente a ninguna de estas categorías de Aristóteles, podríamos pensar que el hecho fundamental que le facilitó el acceso al poder a Clístenes fue el enfrentamiento entre sus dos hermanos, es decir, el aprovechamiento de algún disturbio según Aristóteles.
31 Lupi 2008, 135 presenta los detalles de cada una de estas tradiciones.
32 Esta es la línea de descendencia que nos ofrece Heródoto (6.126): Andreas-Mirón-Aristónimo-Clístenes. Por su parte, Pausanias (2.8.1) coincide con Heródoto en ofrecer la misma genealogía. Isodemo tan sólo es citado por Nicolás de Damasco.
33 Para Fornis 1992, 85-86, los tiranos muchas veces trataban de reforzar su prestigio mediante alianzas matrimoniales con los principales gene aristocráticos.
34 Del matrimonio de Megacles y Agarista, hija del tirano de Sición, nació Clístenes de Atenas y, según Heródoto (6.131) de este modo los Alcmeónidas se hicieron célebres en Grecia, que cobraron protagonismo en la vida ateniense en tiempos de la tiranía de Pisístrato (Hdt. 1.59-61). Esta relación entre los Alcmeónidas y la tiranía en Atenas está expuesta en Plácido Suárez 2014.
35 Plu., Mor., 553a-b: Σικυωνίοις δὲ καὶ διαρρήδην ὁ θεὸς προεῖπε µαστιγονόµων δεῖσθαι τὴν πόλιν, ὅτι Τελητίαν παῖδα στεφανούµενον ἐν Πυθίοις ἀφαιρούµενοι Κλεωναίων, ὡς ἴδιον πολίτην διέσπασαν. ἀλλὰ Σικυωνίοις µὲν Ὀρθαγόρας γενόµενος τύραννος καὶ µετ᾽ ἐκεῖνον οἱ περὶ Μύρωνα καὶ Κλεισθένη τὴν ἀκολασίαν ἔπαυσαν, “A los sicionios Dios les declaró abiertamente que la ciudad necesitaba azotadores públicos, cuando por arrebatar a los cleoneos al joven Teletias, coronado en los juegos Píticos, a quien considereban su conciudadano, lo despedazaron. Pero Ortágoras, al convertirese en tirano, después de él, Mirón y Clístenes, hicieron cesar los desórdenes de los sicionios” (trad. de R. M. Aguilar, Plutarco. Obras morales y de costumbres (Moralia). VIII, Madrid, 1996, 128-129).
36 El texto de Diodoro parece indicar que iba a gobernar con un látigo durante cien años el padre Andreas, y no el hijo Ortágoras. La violencia también estuvo presente durante la tiranía de Clístenes. Mac Glew 1996, 78, considera verosímil la existencia de maceros al servicio de Clístenes en Sición (Hdt. 1.59; Arstt., Ath., 15). Además, cita el caso de Cleómenes de Esparta, que golpeaba a sus ciudadanos con el cetro y de los Pentílidas en Mitilene, que hacían lo mismo con sus conciudadanos (Arstt., Pol., 1311b26-28). En este mismo sentido apunta Mossé 1969, 63-64: “Pisitrate l´a recrutée non parmi les jeunes aristocrates porte-lances, mais parmi les gens du peuple armés de vulgaires massues de bois, imitant peut-être en cela son contemporain le tyran de Sicyone”. El estudio reciente de Teegarden 2014 señala que la violencia aceptada y consentida en marcos legales concretos fue una de las causas fundamentales para derrotar a las tiranías en época de Solón de Atenas.
37 Momigliano 1975c. Relevantes son las conclusiones sobre los contenidos de Hérodoto dedicados a la tiranía de Asheri et al. 2007. Ciertos estudios advierten que en la Historia se dan tanto imágenes positivas como negativas de monarcas y tiranos véase Gray 1996; Forsdyke 2006, 236.
38 Leahy 1968.
39 Grenfell & Hunt 1915, 1365; Rudolph 1971, hizo un intento de resolver el problema de la genealogía de los tiranos de Sición. Se supone que hubo dos dinastías distintas y sucesivas de tiranos gobernantes: la aristocracia doria de los Ortagóridas, seguido por su hijo Mirón II; y Clístenes, quien era de origen pre dorio y cuyos antepasados, Aristónimo y Mirón, no fueron tiranos. Lamentablemente esta hipótesis entra en conflicto con las fuentes, ya que Ortágoras es conocido como el hijo de Andreas que, según Heródoto (6.126), fue el bisabuelo de Clístenes. Todas estas hipótesis son recogidas por Oliva 1982, 375.
40 Beloch 1912, realiza el siguiente cuadro genealógico: Andreas-Mirón I-Ortágoras y Aristónimo (hermanos), Mirón II e Isodemo, como hijos de Ortágoras, y Clístenes, como hijo de Aristónimo. Mientras que Jardé 1923, difería en algunos aspectos con Beloch y ofrecía la siguiente alternativa: Andreas-Ortágoras-Mirón I-Aristónimo, y posteriormente Mirón II, Isodemo y Clístenes, como hermanos e hijos de Aristónimo. Por último, para Mossé 1969, Mirón I y Ortágoras son hijos de Andreas, y Mirón II e Isodemo hijos a su vez de Ortágoras, mientras que Aristónimo fue hijo de Mirón I, y Clístenes hijo de Aristónimo. Además, para Mossé, Heródoto al establecer su genealogía se está haciendo eco de la tradición antitiránica en su libro v.
41 Gitti 1929, 56; Mossé 1969, 37; Parker 2007, 15-16.
42 Hammond 1956, 45-53, establece como evidencias claves para fijar la correcta cronología de la tiranía en Sición los siguientes hitos: 648 a.C. Mirón I vencedor en Olimpia – 582 a.C. Clístenes vencedor en los Juegos Píticos – 576 a.C. Clístenes vencedor en los Juegos Olímpicos – 575 a.C. matrimonio entre Megacles y Agarista.
43 Mac Gregor 1941, 266.
44 Según White 1958, Pausanias (6.19.1) es el único que habla de Mirón I como tirano en el poder, cuando ganó en la Olimpiada del 648 a.C. Pero para White, Pausanias pudo confundir a Mirón I con II, hermano de Clístenes. El autor se decanta por fijar las fechas de la tiranía en Sición desde 615-610 hasta 515-510 a.C., de manera que fija la tiranía de Mirón II durante 7 años, la de Isodemo en un año, mientras que Clístenes abarcaría 31 años, desde el 600 hasta el 570 a.C. aproximadamente.
45 Heródoto es la principal fuente para conocer el episodio de Agarista y sus pretendientes (6.126-131). La especial relevancia que puso Clístenes en el matrimonio de su hija se puede deber a que se trataba de su hija única. La fecha más aceptada para los historiadores es la del 575 a.C. En efecto, anunció Clístenes por toda Grecia, después de haber cosechado la victoria en Olimpia (576 a.C.), que buscaba marido para su hija, y acogió en su territorio a todos los pretendientes con hospitalidad durante un año. En este tiempo los pretendientes tendrían que verse expuestos a entrenamientos gimnásticos y exámenes de sus cualidades sociales. Es curioso el caso particular que cuenta Diodoro de Sicilia (8.19) sobre uno de los pretendientes en concreto, un tal Mindírides de Síbaris, que superaba en lujo al resto de los habían llegado para conseguir la mano de Agarista. En este punto Diodoro difiere de Heródoto ya que afirma que Agarista es la hermana de Clístenes (τὴν αὐτοῦ θυγατέρα). Al final, el tirano se decidió por el ateniense Megacles, de los Alcmeónidas. Así fue como la fama de los Alcmeónidas se extendió por Grecia. La unión de estos dos estados, Atenas y Sición, que ya lucharon juntos en la Guerra Sagrada, se vió fortalecida por este matrimonio, véase Andrewes 1971, 12; Murray 1980, 148; Finley 1983, 115; Duplouy 2006, 39-53. En las tiranías más antiguas, Sición y Corinto, existieron estrategias matrimoniales contrapuestas pero con un mismo fin: asegurar la gobernabilidad de la tiranía, véase Sierra Martín 2014, 72. La magnificencia de los preparativos de Clístenes han despertado sospechas sobre la verosimilitud de la noticia histórica por su gran parecido con la boda de la legendaria Helena, aunque lo más aceptado es que el tirano de Sición lo hizo de esta manera para ser comparado con los grandes héroes y ver aumentado así su carácter megalómano. Morris & Powell 2006, 162 analiza muy bien las posteriores consecuencias políticas de esta elección.
46 Andrewes 1956, 65 concluye que, aunque no tenemos pruebas de que Ortágoras hubiese explotado la tensión racial con el fin de hacerse tirano de Sición, esto resultó ser un factor secundario en varias revoluciones del Peloponeso.
47 De Nicolai 1916, 1219.
48 Argos también estuvo presente en el matrimonio de Agarista. La datación de la tiranía de Fidón de Argos, figura central de la historia griega arcaica según las fuentes (Hdt. 6.27; Paus. 6.22.2), ha sido durante mucho tiempo una cuestión controvertida. La razón es obvia – incluso en la Antigüedad existía consenso en este punto –, ya que según Heródoto (6.127), el hijo de Fidón era Leónidas, que figuraba entre los pretendientes de Agarista, la hija de Clístenes. Dado que la boda debe estar fechada hacia el 570 a.C., esto sugiere que Fidón debió haber vivido más o menos al final del siglo vii a.C. y el comienzo del vi a.C. (FGH, 70 F 115).
49 Heródoto es la principal fuente para analizar el principio etnocéntrico de la tiranía de Clístenes (5.68). Efectivamente, para evitar que los sicionios tuviesen exactamente las mismas tribus que los argivos, les cambió los nombres por otros nuevos . Esta medida tenía una clara finalidad antiargiva y antiaristocrática. Modificó las denominaciones de las tribus por las de “cerdo”, “asno” y “lechón”, a las que simplemente añadió las desinencias propias de los gentilicios, y sólo exceptuó a su propia tribu, ya que el nombre que le impuso aludía al cargo que ocupaba. A partir de entonces, los miembros de su tribu se denominaron arquelaos, etimológicamente “los caudillos del pueblo”, mientras que los de las demás recibieron, respectivamente, los nombres de hiatas, oneatas y quereatas, “los cerdos”, “los asnos” y “los lechones”, Bicknell 1982, 196. Aunque la verosimilitud de esta noticia fue puesta en duda por Will 1956, 39, ya que estos nombres podían proceder de un origen totémico ligado al pasado predórico. Una visión más general del tema se encuentra en Vilatte 1990. Heródoto pone fin a la noticia señalando que los sicionios utilizaron estos nombres no sólo durante el mandato de Clístenes, sino también a su muerte, por espacio de sesenta años más, como bien describe Crawford & Whitehead 1983, 78. Igualmente Clístenes quiso acabar con el culto a Adrasto, héroe argivo honrado en Sición, sacando sus huesos de la ciudad, véase Elayi 1979, 225.
50 Antonetti 1996.
51 Skalet 1928, 32-45.
52 Leahy 1968.
53 Según Plutarco (De Herod. Malign., 11.859), y un extracto del papiro Rylands (I = 18 FGH, 105 F 1), el final de la dinastía de Ortágoras coincidió con el de un hombre llamado Esquines, a quien los espartanos derrocaron y reemplazaron con una oligarquía.
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