4. Tensiones en el conocimiento y el sistema de salud intercultural, basado en el rol asumido por la mirada occidental en La Araucanía
p. 409-431
Texte intégral
1En este artículo se presenta un estudio basado en la sociología del conocimiento, el cual se enfoca en aquellas tensiones epistemológicas entre las formas de entender la salud mapuche y la mirada occidental, dando a conocer la tensión que se produce entre estos conocimientos, en medio de la pandemia, y cómo la medicina occidental se impone frente a los conocimientos ancestrales, excluyendo al pueblo mapuche y desorientándolo en cuanto a sus prácticas frente a esta problemática, quienes, por otra parte, han sufrido otras veces este tipo de discriminación como violencia simbólica, a través de las pandemias traídas de territorios externos, exterminándolos y despojándolos de su cultura y tradición.
2En el contexto en el que nos encontramos, nos hemos visto enfrentados a un sinfín de problemáticas que parecían haber quedado atrás pero, luego de un estallido social y el desarrollo de una pandemia, hemos tenido que visualizar eventos negativos que nos afectan, de una u otra manera, sobre todo a aquellas minorías como, por ejemplo, el pueblo mapuche.
3La represión ha vuelto a aflorar en territorios mapuche, donde el tema principal del 2020 ha sido el de los presos políticos y el caso del machi Celestino Córdova, como también los conocidos conflictos con latifundistas y la quema de camiones, por el tema de la usurpación de tierras, las forestales y la tala de bosques nativos, etcétera, que sigue en marcha, con una propuesta de militarización en La Araucanía. Por otra parte, el Estado ha obviado aquella cosmovisión y visualización de ciertos temas dentro de los pueblos indígenas, como es el caso del pueblo mapuche, donde existe el “kume mogen”, que significa buen vivir, lo que incluye bastantes áreas que deben mantenerse en equilibrio para que este buen vivir prevalezca en el territorio, como lo es su espacio comunitario, donde se desarrolla lo social y lo económico. La valoración de la biodiversidad, el lazo entre la naturaleza y lo espiritual, ya que dentro de ella existe vida propia, a través de fuerzas que cada elemento tiene, la interpretación de los sueños y de las señales que emana la misma naturaleza, ser sabio y respetar a los ancestros, entre otras cosas. Por lo tanto, la problemática actual ha sido sumamente desfavorable para ellos/as, sobre todo porque aquellas costumbres se basan en reuniones de diferentes comunidades, los y las ancianas son fuente de sabiduría, y son quienes más están en riesgo; por lo tanto, es una angustia constante.
4Para lograr llegar al propósito de esta investigación, se realizaron cinco entrevistas semi estructuradas. Las personas a las cuales se entrevistaron fueron Andrés Cuyul, José Quidel, Natalia Caniguán, Gonzalo Bustamante y Yolanda Nahuelcheo.
5La pandemia ha develado carencias jamás subsanadas y demandas que aún están pendientes, sobre todo para el territorio mapuche, que ha atravesado una represión inexplicable, racismo y persecución tanto de parte de latifundistas como del actual gobierno. A la crisis que este pueblo enfrenta, se le agrega, además, la incertidumbre y la falta de información y protocolos de sanidad para prevenir y sobrellevar la pandemia. El Estado los dejó en el olvido, perdió de vista al pueblo mapuche y dejó de lado las necesidades de aquellas personas, sobre todo de quienes viven en sectores rurales, ancianos/as con enfermedades de base, optando por establecer protocolos occidentales y monoculturales, que no representan la totalidad del territorio chileno y que afectan directamente al pueblo mapuche. Por esto, evidenciaremos las principales tensiones existentes tanto en conocimiento como medicina en medio de esta crisis sanitaria en La Araucanía, relacionadas directamente con la naturaleza y el territorio.
6Los protocolos existentes el día de hoy se construyen, básicamente, desde la realidad de las poblaciones céntricas, con prácticas absolutamente occidentales, vulnerando los derechos de los pueblos indígenas. Por tanto, los efectos de la crisis sanitaria repercuten con mayor intensidad en ciertos sectores de Chile, afectando a todos de manera diversa, ya sea en ámbitos económicos, físicos, culturales, territoriales, etcétera.
1. La respuesta del sistema de salud ante la falta de protocolo y discriminación
7Podemos inferir que los planes de prevención contra la pandemia del COVID-19 han dejado de lado la multiculturalidad existente en nuestro país, dando un enfoque hegemónico monocultural y céntrico, en donde no solo salen perjudicados los pueblos indígenas, sino que también las regiones y los sectores rurales. No existe una perspectiva que complemente con los conocimientos; sabemos que no existe tampoco dentro este sistema de salud que se aplica en los centros médicos de la región. Lo poco que se ha avanzado en cuanto a políticas de reconocimiento e inclusión de los pueblos indígenas, con esta crisis sanitaria, se ha retrocedido por completo, por lo cual centros y organizaciones independientes del gobierno han tenido que tomar sus escasas herramientas para poner en la palestra la visión del pueblo mapuche, a través de su propia lengua y de forma en que las comunidades logren entender, además, aquellos protocolos de prevención que van en contra de sus propias tradiciones, como lo es la visita, las reuniones, los abrazos, y la estrecha relación tanto física como social que existe en las comunidades mapuche. Así lo indica la siguiente respuesta que nos entrega Gonzalo:
(…) yo diría sumamente cuestionable lo que ha estado haciendo el gobierno, todo lo avanzado aquí se ha olvidado, se ha ido atrás y yo lo que pienso, a ver, en un contexto como este, que realmente ha presionado a los servicios de salud en general, al ministerio, uno puede entender que quedan con capacidad limitada para responder, pero yo creo que, por último, si desde el ministerio se hiciera un diálogo para que las propias comunidades desarrollen sus propias campañas con apoyo del ministerio ahí sería distinto (…)
Gonzalo Bustamante, psicólogo.
8Respecto a lo anterior, simplemente el gobierno no ha reconocido la multiculturalidad existente en lo largo y ancho de Chile. Sabemos que las prácticas de los pueblos indígenas se basan en una cosmovisión bastante alejada del conocimiento occidental, donde las relaciones sociales son sumamente fuertes.
9No existen detalles, solo aquellos estudios recabados por centros de investigación, como lo es el Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales de la Universidad de la Frontera, con la ayuda de los municipios comprometidos con sus comunidades. Natalia nos da a entender que, si esto se tomara en cuenta, las cosas podrían ser un poco más favorables para los territorios:
Lo primero es generar datos, porque si no generas datos, no puedes tomar ningún tipo de medidas. Entonces lo primero es saber cómo los está afectando, porque en base a eso, uno puede saber si es que es necesario focalizar ciertos mensajes, medidas, apoyo, etcétera. Lo segundo, la forma de transmitir los mensajes y qué mensajes y cómo se están transmitiendo, o sea, cómo hago que se entienda, cuál es el sentido del distanciamiento, cómo hago que se entienda (…)
Natalia Caniguán, antropóloga.
10Este es el claro ejemplo de lo que se debiese hacer en general, pero las acciones que ha tomado este gobierno se han enfocado en salir adelante en la economía, dejando atrás la vida de las personas y el reconocimiento de los pueblos indígenas, quienes se basan en lo social y lo espiritual sobre todo para el pueblo mapuche que, además, en el contexto actual, ha sido fuertemente reprimido por agentes del Estado.
2. Las tensiones existentes: la autonomía, territorialidad, reciprocidad y conocimiento
11Por otro lado, mediante estas entrevistas, logramos entender que aquellas tensiones existentes no son solo de hoy, sino que se vienen desarrollando por muchos años pero que, actualmente, se intensificaron y fueron más notorias en medio de esta crisis sanitaria. Por otra parte, estamos más conectados, existe más información dentro de este mundo globalizado. Por esto, estas tensiones son más claras de ver, como lo es la propia influencia del conocimiento occidental, dentro de las comunidades en diferentes aspectos de su desarrollo. José nos relata lo siguiente:
(…) Existe un proceso de colonización permanente, ¿ya? A través de la educación, la educación es un instrumento de colonización a la cual hemos sido sometidos los pueblos indígenas y la cual, eso no ha terminado, ¿no? La educación que existe actualmente es absolutamente monocultural y desorganizadora (…) Hay una influencia, tremenda, permanente, incluso forzada que lo que hace es anular el conocimiento indígena. Lo que hace es invisibilizar el conocimiento indígena, ridiculizar el conocimiento indígena, desaparecerlo. Entonces, no solamente hay una influencia, sino que hay una imposición absoluta hegemónica de ese conocimiento. No existe ningún diálogo con el conocimiento indígena, no se permite diálogo, no se permite ningún tipo de reflexión que pueda ir en ayuda a generar otro tipo de conocimiento que no sea el occidental
José Quidel, antropólogo.
12El conocimiento occidental existente en nuestro país ha sido sumamente egoísta en el hecho de poder reconocer a los pueblos indígenas, quienes habitaban estas tierras mucho antes de llamarse Chile así como, durante todo este trayecto de historia, fueron víctimas de la imposición de conocimientos y prácticas provenientes de otros lugares que, con el tiempo, han hecho extinguir ciertas acciones tradicionales. Asimismo, las deficiencias por parte del Estado, en cuanto al sistema de salud, el respeto por el medio ambiente y la falta de reconocimiento y complementariedad, donde se niega incluir otras perspectivas y los reconocimientos que se muestran, son netamente folclorizados o mercantilizados. Por otra parte, el respeto a la naturaleza es lo principal, no solo para los y las mapuche, sino para nuestra sociedad en general. Son los pueblos indígenas quienes nos han enseñado esto y es necesario aplicarlo. Así lo demuestra la cosmovisión mapuche en el hecho de la reciprocidad y el respeto a los seres que habitan la tierra, junto con su espiritualidad, ya que, si existe una alteración en estas relaciones, comienzan a aparecer y desarrollarse estas crisis, las cuales actualmente se habían previsto a través de señales, como el eclipse, la aparición de plagas, el que haya florecido la quila, etcétera.
13Yolanda nos explica estas situaciones:
(…) Hay toda una situación de reconocer el proceso histórico, pero también de reconocer su situación de relación con los ancestros, y también con el medio ambiente. Las señales que nos da el medio ambiente, los fetakeche, las personas viejitas (…) tenemos la posibilidad de interpretar los sueños que nada más que la relación con nuestros antepasados, que ellos nos dan mensajes y señales de los acontecimientos, pero también el medio ambiente nos da señales, a través de lo que pasa en las aguas, a través de lo que pasa en los árboles, a través de los que pasa en los animales. Entonces todo eso, ¿ya?, la naturaleza estaba diciendo que iba a venir un proceso serio y calamitoso, ¿no? El problema de salud del pewen, de la araucaria, que es un árbol milenario. El acceso o la bajada que le decimos nosotros, de todos los roedores a las casas, el florecimiento de la quila. Lo mismo que pasó con el eclipse solar, eso para nosotros fue una señal muy potente, porque se habla de la muerte del sol (…)
Yolanda Nahuelcheo, trabajadora social.
14Son señales que hasta quienes no son parte del pueblo mapuche, han podido ver estos episodios, pero que ciertamente no se les da importancia; tampoco existe una reciprocidad respecto a la explicación de estos fenómenos para lograr un entendimiento.
15Todos y todas vivimos diferentes realidades, tenemos diferentes culturas, las que nos hacen tener diferentes tradiciones y prácticas en nuestra vida cotidiana que nos forman como persona y comunidad. Por otra parte, el pueblo mapuche no ha dejado de resistir desde la invasión europea, hasta el día de hoy, donde los conflictos con el Estado se intensifican, los actos de racismo se vuelven a ver en diferentes comunas. Respecto a lo anterior, nuestros/as participantes dieron variados ejemplos de las tensiones que podemos encontrar entre el conocimiento del pueblo mapuche y el conocimiento occidental.
Las tensiones tienen que ver, por ejemplo, con las preocupaciones de la vida. Todo lo que se hace en la comunidad es en torno a la vida, es asumir que yo, todo lo que haga, repercute en mí también, todo lo que haga repercute en otras vidas. En el agua, en los árboles, en el vecino, todo lo que yo haga tiene una repercusión y yo lo vivo, ¿sí?, y todo ser vivo tiene newen, tiene una fuerza, por tanto, toda esa fuerza, tengo que convivir con eso. Desde un punto de vista occidental, no existe eso, no hay otro que el ser humano, es muy antropocéntrico el conocimiento y todo tiene que ser en beneficio del ser humano (…) .
Andrés Cuyul, trabajador social
16Por otra parte, también existe otro punto de vista respecto a estas tensiones; así nos la explica el siguiente relato:
Las tensiones las generan los individuos, porque en realidad en los sistemas no tienen ninguna tensión, porque desde el momento que el sistema hegemónico no reconoce la existencia del conocimiento indígena, no puede existir tensión. La tensión la generamos nosotros, los sujetos que tenemos que convivir en los dos mundos, entonces el conflicto se genera en los individuos que sustentan como tal, no tienen ninguna tensión porque el sistema winka no tiene ninguna obligación, no tienen ninguna, ni de tipo moral ni ética para cuestionarse ni siquiera un segundo cuál sería su problemática frente al conocimiento indígena, no se lo plantean porque para ellos no existe (…) Yo creo que sienten más tensión con el tema de fe, ¿no?, del cristianismo que con los pueblos indígenas, con la tensión, no la ven ellos. Quienes sufren estas tensiones son las personas que son indígenas generalmente y que, al enfrentar al mundo, al conocimiento occidental, entran en una dimensión de conocimiento que es, ¿verdad?, que tiene una hegemonía, que tiene un horizonte absolutamente distinto al que el mundo indígena intenta demostrar (…)
José Quidel.
17Por otra parte, en otro contexto:
(…) Quizá la tensión mayor es esta tensión existente entre la tierra y el territorio y que, para algunos, la tierra es simplemente espacio productivo y versus la noción de territorio como un espacio vivo, en el cual uno se desenvuelve más allá de la vida productiva y económica que desarrolle, incluso puede no tener un fin económico, creo que esa es como la principal tensión que se puede observar hoy en día en estas naciones. No sé, quizá, en ciertos espacios, en ciertas situaciones claro, podemos ver, por ejemplo, esta tensión respecto a la lengua y la necesidad de que, por ejemplo, se oficialice el mapuzungun, y que todos la tengan que aprender como lengua obligatoria. Pero para otros no, eso también es un debate que incluso dentro del pueblo mapuche no está zanjado
Natalia Caniguán.
18Tenemos también, lo que nos dice Gonzalo, respecto a este tipo de tensiones existentes:
(…) La diferencia, por ejemplo, a nivel de estas ontologías relacionales indígenas, es decir, la manera de definir qué es lo humano de lo no humano, ya ahí tienes uno de los elementos centrales, ... para algunos ahí se funda todo, a partir de ahí, es donde viene todo lo demás, en el sentido de que cuando tienes una ontología relacional, concibe las relaciones al interior de lo humano, de una determinada manera y, por otro lado, una relación con lo no humano, más de reciprocidad, más de respeto, a pesar de las diferencias enormes que hay entre pueblos (…) Entonces, tú ves otra manera muy distinta, pero que coinciden con que finalmente lo humano no es algo radicalmente distinto a lo no humano, no están esas distinciones binarias (…) el tema del pensamiento dualista, es el pensamiento binario nuestro, el pensamiento occidental es binario por oposición, es una cosa contra la otra (…) Y el mundo indígena es más pluralista, más de complementariedad
Gonzalo Bustamante.
19Existen diferencias claras respecto a las prácticas del mundo occidental, en relación al mundo mapuche, en donde estos últimos se basan en un pensamiento mucho más complejo, sobre todo en la existencia de no solo el ser humano, sino que también los seres que habitan la tierra, que son parte de este mundo y que nos hacen complementarnos y que se genere la reciprocidad, fundamental en la cultura mapuche.
20En el siguiente relato, se nos explica respecto de la visión que el mundo occidental da a conocer y las diferencias que podemos encontrar entre el conocimiento mapuche:
Yo creo que las ansias de poder del mundo occidental y de dominar al otro, y de no reconocer al otro en su esencia, en sus derechos, en el ejercicio de esos derechos y desconocer una cultura tan rica y milenaria y que, día a día, uno tiene que ir mostrando científicamente que es válida (…) Recién nos están dando validez cuando tenemos un conocimiento milenario
Yolanda Nahuelcheo.
21Este es el claro ejemplo de que nuestro conocimiento, que solo se basa en lo científico, deja de lado aquellas culturas, prácticas y tradiciones que se basan en lo espiritual, en lo social, en lo humano y en la naturaleza. La hegemonía occidental opaca y duda de estos, sin dejar espacio para su desarrollo.
22El choque existente entre los conocimientos alopáticos repercute de manera negativa en la contención de esta pandemia en cuanto al pueblo mapuche, mientras que las decisiones del gobierno han sido nefastas para el país. La invisibilización de la cultura ha sido continua, desde el comienzo de esta pandemia. Este fenómeno ha contribuido a la develación de la precariedad sociocultural, que viene de años en esta sociedad hegemónica, donde los derechos indígenas se han ido destruyendo:
(…) Lamentablemente por el poder de la sociedad occidental siempre se tiende a imponer esa mirada de mundo en el campo educativo, donde más fuerte lo podemos ver, pero creo que efectivamente lo que hay que pensar es, entonces, cómo se hace la estrategia para exigir el otro conocimiento como un igual. Finalmente ese es el gran desafío, cómo los conocimientos indígenas, uno los sitúa a la par del conocimiento occidental; entonces, el discurso no es que uno sea mejor que el otro, sino es un tema que lo podemos entender desde dos miradas, donde ninguna opaca necesariamente a la otra, donde puedan o no complementarse, pero donde generalmente el trasfondo es entender que pueden existir dos formas de comprender fenómenos, situaciones, acciones y, en eso, sí rescato algo que tiene el pueblo mapuche, que lo encuentro súper valorable. Que es lo que siempre se expresa en medicina, que es cuando la gente de salud mapuche, no puede curar una enfermedad, porque no está dentro del campo de la enfermedad mapuche; ellos, por así decirlo, dicen hasta aquí llego yo, y ahora le toca actuar a la otra medicina. (…)
Natalia Caniguán.
23La pandemia vuelve a reproducir, pero esta vez en forma más explícita, las tensiones políticas y de conocimiento que niegan las diferencias culturales y sociales que han existido desde hace años en Chile; es así como se comporta la cultura occidental, con una mirada invisibilizadora y hegemónica, una realidad establecida como la oficial, por medio de la “violencia epistémica y ética”, en lo académico e institucional:
(…) Todas las medidas que realiza el Ministerio de Salud, las que uno conoce, son medidas que están enfocadas a la población no indígena; no he visto absolutamente nada que trate de tener una especificidad en relación al mundo indígena, por ejemplo, campañas de difusión, campañas de información que vayan dirigidas a las comunidades para explicarles en su lenguaje, no solo en su lengua, sino que además, de una manera que paras las comunidades sea comprensible, qué es esta enfermedad, cómo afecta, qué puede pasar, cómo prevenir, etcétera. Entonces, por un lado, esa es una práctica sumamente monocultural por parte del gobierno y completamente desconocedora de la realidad indígena, lo que a mí me parece especialmente preocupante, cuestionable, porque el ministerio y los órganos incluso internacionales como la OPS, saben que los pueblos indígenas tienen mayores o peores indicadores de salud, tienen historias de pandemias, epidemias también, que los han exterminado, (…). Por lo tanto, sería parte de la población vulnerable, no, más que vulnerable, en riesgo y que, además, es una de las poblaciones del país que confluye justamente en lo que se sabe son los factores de riesgo de esta enfermedad y, a pesar de saber eso, o de tener todos los elementos para saber eso, no han hecho nada (…)
Gonzalo Bustamante.
24No existe una responsabilidad estatal, ni tampoco se les da las herramientas para actuar con autonomía; simplemente la mercantilización de las tierras y el despojo de estas es lo que está presente. Pero, en cuanto a leyes de empoderamiento, reconocimiento y participación indígena, es completamente nula. En el contexto actual, era el momento de responsabilizarse respecto a las diferentes culturas y abordar, desde la interculturalidad, la prevención y contención de la pandemia, pero no existen datos, no existe información, ni ayuda clara para las comunidades. Respecto al gobierno, Andrés nos dice que:
(…) si en un año normal sin pandemia, lo que se hacía era financiar atenciones de machi, mercantilizar la atención indígena y todas las cuestiones que tienen que ver con la apropiación cultural de parte del Estado, del patrimonio cultural y médico mapuche. Pero en el momento de pandemia, cuando tienen que trabajar por la salud del pueblo mapuche, ha sido la gran ausencia. La política de pueblos indígenas, sobre todo su atención en la red asistencial, ausencia de mensajes, muchas veces nosotros mismos como organización mapuche nos encargamos de promover mensajes, pero ha habido una ausencia de la responsabilidad estatal de los servicios. También mucha gente que trabaja en los servicios de salud, que trabaja con pueblos indígenas, estaba atada de manos, porque no se le permitía actuar (…)
Andrés Cuyul.
25La poca tolerancia que existe en nuestro país, el creernos superiores ante cualquier conocimiento diferente, sobre todo para con aquellas prácticas indígenas que se basan en la espiritualidad, en lo que va más allá de lo terrenal, logra que se provoquen estas tensiones descritas en los párrafos anteriores, generando un conflicto innato entre sociedades. Yolanda nos describe un poco la perspectiva mapuche:
el tema de lo mapuche es muy diferente, se está en armonía y este equilibrio que yo hablo, tiene que ver con la formación de personas, cómo uno primero se concibe como persona con valores, de reciprocidad en las relaciones, de solidaridad y choca con este otro mundo, que es un mundo individualista, que es un mundo competitivo, que es un mundo consumista, que es un mundo que impone ideología, impone todo (…)
Yolanda Nahuelcheo.
26Se opacan las culturas, y las políticas que debiesen ir en pro de los pueblos, son estructuradas bajo una lógica occidental, con perspectiva urbana, forzando una interculturalidad débil, que solo beneficia al Estado, manteniendo el control de prácticas y territorios, como los antiguos protocolos de colonización en La Araucanía.
27El enfoque principal es mantener el modelo neoliberal, como nos decían algunos/as de nuestros/as entrevistados/as, y acaparar de cierta forma a aquellas familias mapuche vulnerables, para despojar sus tierras, dejando la interculturalidad como la excusa perfecta para lograr sus objetivos, mediante la construcción de caminos, de la electrificación de comunidades aisladas, y así acercando las forestales y represas, lo cual repercute de manera negativa en el territorio, el cual tiene un componente espiritual, que influye directamente en el buen vivir de las comunidades aledañas. Como también, aquellas empresas de turismo que se adueñan de tierras ancestrales y que, además, les quitan sustento a los/as propios lugareños que sobreviven por el turismo. Por otra parte, también ha traído consigo la militarización de La Araucanía, y la criminalización del actuar de ciertas organizaciones territoriales. Como nos comenta Gonzalo:
(…) Chile está lejos de tener un buen abordaje del tema, o sea, para empezar Chile, todavía no se les reconoce a las comunidades indígenas, su capacidad de autogobierno, su capacidad de ellos poder decidir sobre sus territorios (…)
Gonzalo Bustamante.
28La resistencia juega un papel fundamental dentro de las comunidades mapuche, que siguen en desvelo por seguir sus tradiciones y su cultura, a través de sus propias organizaciones y formas de trabajo, para conseguir el avance de la autodeterminación y reivindicación, mientras tanto el Estado los desprende de su espiritualidad y su tierra.
29Además, se recogieron textos, los cuales nos relatan las dificultades en las cuales se ha visto inmerso el pueblo mapuche, cómo se ha tenido que fortalecer por medio de las precarias herramientas de su territorio y el vacío existente por parte del gobierno.
30En el artículo “La política de salud chilena y el pueblo mapuche. Entre el multiculturalismo y la autonomía mapuche en salud”, se relata cómo funciona este supuesto sistema de salud intercultural y cómo, en realidad, es una imposición que mercantiliza y que folcloriza la medicina mapuche y el rol de los agentes de salud de pueblos indígenas. Nos da a entender que el Estado ha intentado promover un sistema de salud, con pertinencia intercultural, con algunas señaléticas y traducciones en lengua mapuche y la inclusión de agentes espirituales en la atención médica pero, a pesar de esto, el sistema no cumple a cabalidad las necesidades del pueblo indígena, en donde la cosmovisión de salud/enfermedad va más allá de un diagnóstico; lo abarca como un proceso social. El pueblo mapuche mantiene una memoria histórica, que se caracteriza por el temor de la colonización, lo cual genera una detenida identidad entre la sociedad histórica. Cito textual lo que nos describe respecto a las tensiones:
este complejo continuidad/tensión evidencia una cultura parida y transformada en el territorio histórico reivindicado y que en su conjunto configura a dicha formación social vinculada a un sistema de parentesco e identidad compartida, encarnada y referenciada en el wallmapuche o territorio mapuche, por lo que dicha identidad está presente también en el fenómeno de diáspora que hoy en día reconoce “múltiples identidades”.
31Por otro lado, nos describe el significado de salud en el pueblo mapuche, lo que entendemos por el “buen vivir”, que acapara diferentes dimensiones de la vida. Es la manera de entender el mundo, que los distingue de otros/as a través de su cosmovisión, fundamental para la formación de lazos con la naturaleza y la sociedad en sí, donde entran, además, aquellas relaciones con sus pares y cómo se identifican por sí mismos/as. Estos van cambiando según el contexto social en el que se encuentren y el intercambio existente con la sociedad chilena. Las prácticas de las comunidades mapuche se describen de tal forma dentro de este mismo texto:
reproduce prácticas en salud propias basadas en la autoatención en sus dimensiones familiares y colectivas, una continuidad histórica de ejercicio sanitario vehiculizado mediante conocimientos y prácticas que son propias, devenidas de la interacción histórica con el territorio, así como otros conocimientos populares, igualmente subalternos, transmitidos de manera tradicional/oral y también invisibilizados por el sistema de salud oficial (…).
32Por otra parte, nos habla del despojo que se mantiene hasta el día de hoy, frente a su cultura y territorio, a través de la invasión y las reducciones económicas, pero también la llegada de enfermedades epidémicas, traídas del extranjero, que cambiaron drásticamente el estilo de vida de aquellos grupos de personas indígenas. Estos actos hicieron que se redujeran drásticamente en su población; se tuvieran que reorganizar sus prácticas económicas, de sobrevivencia y salud. Por otra parte, el Estado sigue, hasta el día de hoy, invisibilizando constantemente a los pueblos indígenas, reproduciendo el negacionismo, el racismo y el extractivismo. Y aquellas políticas construidas y disfrazadas de interculturalidad, son un mecanismo de favorecimiento para el propio Estado, dejando de lado las verdaderas necesidades de inclusión en el sistema de salud existente.
33En la columna de opinión de CIPER el 19 de mayo de 2020, respecto a “Pandemia, pueblos indígenas y reconocimiento de derechos” y una encuesta realizada por el CIIR, se relata el proceso de las demandas propias del pueblo mapuche, que desencadenan en un mismo fin, donde el reconocimiento de sus derechos no ha tenido un gran avance en nuestro país y, recién en los años 90, estos temas fueron tocados, firmando algunos acuerdos. Cito textual: “La Ley Nº 19.253 de 1993 es la única ley que regula, en términos amplios, algunos derechos. Ella creó la institucionalidad vigente, pero no reconoce la existencia de pueblos sino de “etnias”, lo que concede un estatus jurídico limitado. Esto se ha convertido en un argumento para negar el avance hacia un mayor reconocimiento”, lo que nos hace entender el porqué de la resistencia actual del pueblo mapuche y aquellos pactos que no acogen todas las demandas. Es aquí donde la creación de la nueva Constitución toma un papel fundamental para avanzar en estos procesos de reconocimiento y participación donde, actualmente, se han visto amedrentados. Así lo describe Verónica Figueroa en esta columna:
(…) enfrentan la imposibilidad de ejercer derechos individuales y colectivos fundamentales. El extractivismo, la explotación desmedida de recursos naturales, los niveles de consumo que no respetan los ciclos propios de la tierra, entre otros, han generado desequilibrios que, desde la perspectiva del conocimiento mapuche, tienen directa relación con esta pandemia: La ÑukeMapu se ha visto afectada y exige un cambio en nuestras formas de convivencia.
34Podemos notar que siempre la prioridad ha sido lo económico por sobre los derechos indígenas, desde la invasión territorial, provocando una marginación constante. Por otra parte, no se pueden negar aquellos pequeños avances que se han logrado gracias a la resistencia y organización mapuche. Esta encuesta, de la cual hace referencia esta columna de opinión, da a conocer que un gran porcentaje de encuestados “está de acuerdo o muy de acuerdo con que el Estado debe proteger la generación y difusión del conocimiento de los pueblos indígenas”, por lo que se concluye que puede haber un gran avance en cuanto a la integración del conocimiento y prácticas indígenas en materia de políticas públicas con apoyo de la sociedad. Pero nos enfrentamos a la hegemonía del Estado chileno que, en las circunstancias actuales, nos hace notar que el reconocimiento no ha sido efectivo, donde tampoco existe la voluntad de realizar estos proyectos, de parte del gobierno y de las élites de nuestro país. Como nos lo dice el pueblo mapuche, es necesario mantener relaciones de equilibrio y reciprocidad; estas palabras son los pilares fundamentales para trazar el camino de reconocimiento dentro de todos los sistemas. Cito desde la columna:
Las desigualdades estructurales provocadas por la pandemia han dejado en evidencia (una vez más), la necesidad de que los recursos naturales no solo estén en manos del Estado, sino también de una redefinición de nuestro modelo de relación con nuestros territorios, lo que beneficiará no solo a los pueblos indígenas sino también a toda la sociedad.
35Por otra parte, la esencia de racionalidad que compone el conocimiento occidental, muchas veces no permite los avances efectivos y no logramos visualizar aquellas inequidades existentes en otras realidades, fuera de la ciudad, y que constituye a los pueblos indígenas. Es necesario, por otra parte, dar respuesta a las demandas del pueblo mapuche, así como la reivindicación de su territorio y el reconocimiento. El apoyo de la sociedad está y se demuestra en que el 77 % de las personas está de acuerdo con que el Estado devuelva las tierras a los pueblos indígenas, ya que gran parte de estas se encuentra en manos de forestales y latifundistas. Por otra parte, este texto nos dice que:
La pandemia ha mostrado la cara más dura de las múltiples desigualdades que existen en Chile y pone de manifiesto las brechas que aún persisten en el reconocimiento de derechos fundamentales. Para los pueblos indígenas, esas brechas tienen, además, una dimensión étnica de negación histórica. La falta de información desagregada en torno a los pueblos indígenas, las políticas definidas solo desde una perspectiva sanitaria monocultural, la preeminencia de una mirada biológica de los efectos del COVID sin considerar las dimensiones de la persona: espíritu, pensamiento, ecosistema, entre otros, no solo tendrá consecuencias en las condiciones de vida de los pueblos indígenas. También las tendrá para el resto de la población, quienes podrían acceder a otras formas de prevención y atención desde el conocimiento de los pueblos indígenas. Es momento de cambiar, de asumir las múltiples identidades que existen en nuestro territorio, de buscar nuevas respuestas, y de representar a los pueblos indígenas en la toma de decisiones.
36Es tiempo de hacer un cambio y el cambio es ahora; es necesario que el Estado avance en temas concretos de interculturalidad.
37Tenemos, también, el artículo “Coronavirus y monoculturalidad. Las pandemias para los pueblos indígenas”. En este texto, se describe la situación actual respecto a la pandemia y cómo esta se ha relacionado con la vida dentro del pueblo mapuche, dejando en evidencia las inequidades atravesadas en estos territorios. Nos da a entender, además, cómo se comporta el Estado chileno frente a las problemáticas indígenas, en donde nuevamente triunfa el robo de recursos naturales y la apropiación de territorios y cultura, mediante el modelo neoliberal. La monoculturalidad occidental se vuelve hegemónica y ejerce dominación por sobre las comunidades, dejando como último eslabón las demandas y necesidades de los pueblos, sobre todo durante esta crisis sanitaria; así lo describe en el texto:
ha ignorado toda otra forma distinta de concebir la corporalidad y los procesos vitales de salud-enfermedad-atención, el nacimiento y la muerte. Hoy en día ante la pandemia del Coronavirus, esta invisibilización ha quedado en evidencia en la información y acciones preventivas sobre el mismo fenómeno hacia la población indígena, toda vez que se ignora la existencia de pueblos con formas propias de sociabilidad y vinculación frente a procesos vitales.
38Por su parte, el gobierno no ha generado las estrategias necesarias para abordar, a través de la interculturalidad, la contención de la pandemia en territorios rurales, ni mucho menos indígenas. La comunicación es la herramienta fundamental para crear protocolos de entendimiento con los pueblos indígenas, a través de códigos, información, etcétera. Por otro lado, nos dice que:
se pueden observar las prácticas concretas del Estado expresadas en su política sanitaria, mediante la cual los pueblos indígenas no figuran como poblaciones a quienes informar, colaborar o accionar directa o específicamente sobre esta catástrofe y así evitar sobre morbimortalidad o bien estigmatizaciones que pueden derivar de un abordaje inequitativo e impertinente.
39Las familias mapuche no han logrado entender del todo de lo que se trata esta pandemia, y siguen con su comportamiento cotidiano dentro de sus tradiciones, las visitas, la interacción social, etcétera.
40En el artículo “Emergencia sanitaria en el contexto de la pandemia por COVID-19 en Chile y su impacto en los derechos de los pueblos originarios”, se describe la situación actual de la pandemia en la región y la vulnerabilidad presente en las comunidades mapuche, por la pobreza y aquellas enfermedades de base que un gran número de habitantes posee. Por otra parte, nos da a conocer que existe un desconocimiento de lo que es realmente el COVID-19; a su vez, el abandono que el gobierno ha tenido con la región, siendo que, en los primeros meses de la pandemia, el territorio tuvo el más alto porcentaje de contagios, sobre todo en sectores rurales con un gran número de habitantes de comunidades mapuche. Da a conocer, además, las medidas necesarias para prevenir que esto siga avanzando y tener presente, para un futuro, el trabajo en conjunto con las comunidades. Es necesario establecer políticas públicas y estrategias interculturales que sean diferenciadas y focalizadas, que cumplan con una estrategia de reconocimiento y autonomía de parte del Estado. No obstante, las actuales estrategias sanitarias, como es el sistema de salud intercultural presente, no cumplen a cabalidad con las necesidades propias de los pueblos indígenas, dejando de lado su conocimiento y provocando grandes tensiones. Claro ejemplo es la demanda del machi Celestino Córdova. Por otra parte, la intervención territorial ha seguido en marcha en medio de la crisis sanitaria, pasando a llevar los recursos naturales y las tierras donde habitan comunidades, dejando en claro la vulnerabilidad en la que se encuentra. Este texto nos dice:
se hace necesario el respeto y promoción de los conocimientos tradicionales, formas y concepciones de vida de los pueblos indígenas en los territorios, el respeto al ejercicio de su autonomía y autogobierno, que les permita gestionar sus territorios y recursos, así como implementar medidas que permitan el desarrollo de la vida colectiva. Si bien en los territorios, actualmente, hay cierta seguridad alimentaria, considerando la capacidad de producir sus alimentos, se requiere valorar, revalorizar y promocionar la continuidad de esta soberanía alimentaria, ya que el encierro y el confinamiento no permiten el desarrollo de cultivos y de siembras.
41En el siguiente artículo, “Fey ga akuy ti aht´ü. Entonces el día llegó. Una lectura de la pandemia desde un mapuche rakizuam”, se desarrolla la idea de lo que es la enfermedad del coronavirus, vista desde una mirada occidental y cómo su avance ha afectado directamente a los territorios indígenas. La interpretación de esta pandemia va mutando respecto al conocimiento propio de los territorios; es así como la cultura mapuche lo entiende, de una manera específica, comprendiendo, además, que era algo esperando, ya que hubo señales que la misma naturaleza dio, e interpretando el origen de una manera diferenciada. Así se explica en la columna:
en ese contexto situaremos la pandemia del Covid 19, ya no como un fenómeno en sí mismo, sino como una resultante de una serie de acontecimientos de la (mala) relación entre las especies que habitamos la gran casa, nuestro planeta.
42Por esto, el rol de las y los agentes espirituales del mapuche es fundamental para la sanación, tanto colectiva como individual, como también el comportamiento y la relación de reciprocidad que el ser humano tiene con su entorno.
43En la siguiente columna de opinión, “Las comunidades indígenas de Chile enfrentan nuevos desafíos en medio de una pandemia”, de John Bartlett, nuevamente se deja en la palestra el actuar del gobierno, el cual mediante estrategias monoculturales y hegemónicas, ha ignorado la realidad de las regiones, sobre todo de quienes viven en sectores rurales, con una realidad empobrecida. Por otra parte, la Región de La Araucanía no solo se vio afectada respecto a la enfermedad, sino que, también, en cuanto a la economía en los sectores rurales, en donde sobreviven por medio del turismo y las mujeres hortaliceras, quienes se desplazan a la capital regional para vender sus productos.
44Según el texto “Las pandemias y el pueblo mapuche”, las pandemias sufridas dentro del pueblo mapuche han sido enfermedades traídas del extranjero; por esto, las estrategias tomadas por las comunidades no muchas veces son las óptimas para enfrentar estos acontecimientos, ya que su realidad es diferenciada, sobre todo en su estilo de vida y sus tradiciones. La sanación por medio de un/a machi va más allá de la sanación física y trasciende a distintos planos, pero estas acciones no son reconocidas a cabalidad por las estrategias interculturales del Estado chileno, imponiendo la racionalidad occidental para enfrentar las enfermedades, a pesar de que el conocimiento mapuche había previsto eventos dramáticos para el país. Cito textual:
desde un punto de vista cultural mapuche, esta pandemia se inscribe en una crisis civilizatoria enorme anunciada por nuestros mayores y agentes espirituales. Desde el año pasado, con el florecimiento del coligüe como indicador de catástrofes, se presentaba la crisis social desatada en Chile, la que junto a la desoladora sequía y la inminente plaga de roedores hizo comprender que esta pandemia es un efecto más de dicha crisis, para la cual en muchas comunidades y familias la preparación continúa junto con un replanteamiento de las relaciones que mantenemos como personas con la pluralidad de vidas con las que convivimos.
45En “Los mapuche y el coronavirus a través de sus medios informativos”, se puede analizar cómo ha sido la realidad mapuche a través de la información entregada, por diferentes medios, ya sea artículos o medios de comunicación, donde prácticamente se centran en la resistencia de los pueblos y de los protocolos promovidos por el gobierno. Por otra parte, aquellas interpretaciones que los/as más ancianos/as ya sabían que se aproximaba; por otra, dejar en claro que esto es una enfermedad winka, por lo tanto, el cómo ellos lo interpretan y les afecta será de manera diferente a cómo lo sobrelleva la otra parte del territorio, que se rige por conocimientos occidentales. Cito textual desde esta columna:
todas estas paradojas son las que suscitan desconfianza respecto a la repentina preocupación que muestran las autoridades por la salud de los mapuche. Por otra parte, los sectores más beligerantes con las forestales observan las medidas de confinamiento y distanciamiento social dentro de la dialéctica del conflicto de las estrategias represivas e inmovilizadoras que el Gobierno ejerce contra ellos.
46En el informe llamado “Los efectos socioeconómicos y culturales de la pandemia Covid-19 y del aislamiento social, preventivo y obligatorio en los pueblos indígenas y afrodescendientes en Chile”, se da a conocer el cómo se ha comportado en territorios indígenas y afrodescendientes la pandemia, la cual afecta a todo el mundo. Se evidencia una organización de los territorios en cuanto a la prevención a través de sus propios conocimientos, incluso un inminente control de los contagios en ciertos sectores de habitantes indígenas. Por otra parte, nos manifiesta los diferentes cambios que se han desarrollado mediante esta crisis sanitaria, respecto a la alimentación, las relaciones sociales y sus actos rutinarios, como también a sus actividades productivas y económicas, viéndose afectados negativamente en esta última. También se vuelve a poner el tema de cómo el gobierno no ha dado cabida a una inclusión por medio de protocolos interculturales, dejando a los sectores indígenas a la deriva. Nos dice que “ no han existido en todos estos meses políticas públicas específicas dirigidas hacia los pueblos indígenas o el pueblo tribal afrodescendiente.
47En la columna de opinión “Desde la filosofía mapuche: guerra, batalla, proteger: Weychan y la protección de hábitat espirituales”, se hace referencia a la interpretación mapuche de la pandemia del coronavirus, como también aquellos desafíos que ha traído consigo, así como también los trajeron siglos atrás los invasores. La interpretación de los sueños de las señales ha sido constante antes de que aconteciera este hecho; es una realidad que consta en territorios indígenas. Se aproximaba una catástrofe y es así como los territorios indígenas se fueron preparando para lo peor, de mano del estallido social. Las esperanzas y las rogativas son fundamentales para salir adelante dentro de las comunidades.
48En el texto “Mapuches aislados resisten al coronavirus en el lugar con más muertes de Chile”, nos dan a conocer el papel que ha jugado el tema del autocuidado, en donde la organización para la prevención de contagios ha sido fundamental, forjando sus propios cordones sanitarios y restricciones para la no entrada de desconocidos/as o de winkas. Por otra parte, las ceremonias no dejaron de realizarse, ya que son importantes dentro de sus protocolos de reciprocidad con la tierra; por esto, se celebraron de igual manera, en familia y con precaución. Por otra parte, deja ver aquellos sectores vulnerables, hundidos en una pobreza muchas veces desconocida para los sectores urbanos que, por lo demás, el gobierno nubla la mirada para este tipo de problemáticas. Extraemos la siguiente cita:
49“si la desigualdad ha aflorado más con la pandemia, en la población mapuche el estrago es peor”. Seguimos evidenciando la pobreza en la que se encuentran las comunidades mapuche, y que el paso del coronavirus ha ido dejando aún más pérdidas económicas, ya que no han podido ejercer sus trabajos de hortalicería, como también afectan aquellos protocolos con mirada biológica de la enfermedad, dejando de lado el efecto social y cultural que esto provoca en las comunidades mapuche, siendo que la convivencia y la interacción social son fundamentales para el buen vivir.
50Por último, en el texto “El coronavirus es un vñfitun en lengua mapuche”, se pone en la palestra el significado y la percepción del virus para la cultura mapuche. Nos dice que:
Vñfitun o ünfitun (según alfabeto) se usa cuando hay una acción que daña al otro, ya sea su salud, su entorno, su siembra o los animales; puede ser un veneno que mata a la persona, o una plaga de pájaros que se come el sembrado, plaga de ratones. El concepto koronavñfi nos permite reconocer que el coronavirus es un vñfitun, puede matar, dañar a las personas, a su medio, pone en riesgo de contagio a las personas que salen a diario a trabajar.
51Sabemos y reafirmamos que los datos sobre contagios respecto a comunidades indígenas son desconocidos; por lo mismo, el generar datos autónomos ha sido una herramienta fundamental para estar al tanto de lo que pasa en sectores vulnerables y la organización de estos para que los contagios no sigan proliferando en las comunidades. La economía ha sido lo fundamental para el gobierno, mientras las políticas interculturales no han sido prioridad en esta crisis, a pesar de que el virus ataca a las poblaciones más vulnerables, siendo una de estas el pueblo mapuche. Esto ha provocado aislamiento y más pobreza. Cito:
los mapuche han dispuesto de su capital cultural de conocimientos para prepararse contra lo peor que viene, porque lo peor está por venir lo dicen los kimce o sabios. Antes de que el Covid 19 llegara, la crisis ya había sido leída a través de signos que muestra la naturaleza (no como la pandemia sino como dificultades para continuar la vida) entre ellos, floreció la kila, se secó el koliwe en la mata (arbustos nativos de Chile), hubo un eclipse y viene otro. Cuando la naturaleza muestra estos signos hay que prepararse para lo peor, eso está en la memoria mapuche. En el plano espiritual, los/las machi también han anunciado tiempos difíciles; es decir, todos estos recursos de conocimientos están activos y operando en la sociedad mapuche.
52Es necesario seguir con los protocolos de autoorganización y aumentar los valores colectivos para seguir creando resistencia, frente al abordaje occidental presente en los territorios.
53Por último, en “Mundos y epistemologías en resistencias: el caso del pueblo mapuche”, se nos señala que el pueblo mapuche ha sido víctima de constantes represiones, vulneraciones y despojo, tanto de lo terrenal como de lo espiritual; por esto, es necesario comprender el conocimiento mapuche, y cómo este se desarrolla dentro de las comunidades. A pesar de vivir en mundos distintos, es necesaria la complementariedad de los conocimientos y de las prácticas, aunque este último ha sido constantemente intolerante respecto a los otros conocimientos, generando un tipo de apropiación, invisibilización y control por sobre los y las indígenas, no respetando su territorio, ni su cultura. Esto provoca un conflicto inminente entre los dos mundos. Nos dice:
desde que se instauran los Estados nacionales, comienza un nuevo proceso de relación. Si bien estos Estados heredan toda la maquinaria de explotación, control, prejuicio de la colonia, el mestizo, el criollo, la oligarquía de las élites levantan un nuevo imaginario, es decir, desde nuestra perspectiva un nuevo rakizuam. En donde pasamos a ser un grupo peligroso, indeseado, al que se debe aniquilar desde diferentes ópticas y métodos. Toda la furia, el odio fue descargado hacia nuestro pueblo amparado en aquello que denominan “justicia”, usaron, usan sus aparatos militares, policiales, amparados en sus políticas y sus políticos.
54El reconocimiento a la cosmovisión y prácticas mapuche, sigue en juego, no hay un respeto verdadero de parte del Estado y la vulneración a sus derechos es permanente por parte de todos los sistemas que componen este país. Mientras tanto, el/la mapuche seguirá resistiendo en medio de un complejo camino, como lo vienen haciendo desde la llegada de los/ as españoles/as.
55Estas tensiones solo logran la exclusión y el deterioro cultural; no bastan solo políticas interculturales, sino un plan de acción eficiente, que incluya todas las variables y perspectivas, para que la real interculturalidad no sea impuesta bajo un gobierno hegemónico, sino más bien, construido en base a la cosmovisión indígena, la tolerancia y la complementariedad. Sabemos que los cambios abruptos en las interacciones sociales y culturales traerán, de por sí, fricciones entre los diferentes sistemas de creencias y conocimientos.
56Se puede concluir, por lo tanto que, durante el trayecto de esta crisis sanitaria en la cual nos encontramos, el pueblo mapuche siempre será uno de los grupos más vulnerables ante cualquier circunstancia, siendo afectados por cada problemática existente en nuestro país, ya que el Estado chileno no los considera como prioridad en cuanto a las políticas públicas, ni en el reconocimiento de sujetos políticos autónomos, que tienen sus propias herramientas, sus propios conocimientos y que saben a partir de lo que sus ancestros y su memoria histórica, les han dejado para sobrellevar problemas como el de una pandemia, enfermedad winka, que como otras ocurridas desde la llegada de los invasores al territorio mapuche, han debido resistir, en medio de la precariedad y vulneración de sus derechos. El funcionamiento de programas y proyectos de reconocimiento indígena, finalmente, a pesar del gran paso por las comunidades, no ha logrado concretar las deudas ya expuestas anteriormente en cuanto a la visibilización de las culturas y prácticas en la medicina mapuche, ni en las acciones en general. Más bien, han intentado neutralizar los conflictos y seguir monoculturizando el país, además de sobreexplotar los territorios e implantar el modelo capitalista, que tanto ha dañado a los pueblos indígenas. Si el desarrollo de estas tareas que tanto revuelo han hecho a nivel país, fueran construidas y estructuradas, en conjunto con los pueblos indígenas, facilitarían el trabajo y la integración de estas prácticas culturales dentro del sistema biomédico, eliminando las tensiones que existen entre estos modelos. Se debe promover un fortalecimiento de los compromisos entre los/as involucrados/as en aquellos procesos de reconocimiento cultural, en el contexto de salud, enfermedad y recursos naturales, con modelos impulsados desde el territorio.
57Es necesario que con la posibilidad de la construcción de una nueva Constitución, el reconocimiento del Estado/nación mapuche sea parte de la problemática que se establezca, como sujetos autónomos y de complementariedad en la sociedad chilena, con participación directa de las comunidades indígenas, que den a conocer su cultura y sus problemáticas, ya que si esto no ocurre, se seguirá ignorando al mapuche, despojando su territorio y sus tradiciones, olvidando por completo la resistencia que viene de años y causando la extinción de estos/as.
Bibliographie
Bibliografía
Antona, J. (2020). “Los mapuche y el coronavirus a través de sus medios informativos. Medios indígenas”. http://mediosindigenas.ub.edu/2020/05/22/los-mapuche-y-el-coronavirus-a-traves-de-sus-medios-informativos/
Bravo, F. (2020). “Mapuches aislados resisten al coronavirus en el lugar con más muertes de Chile”. La razón. https://www.larazon.cl/2020/04/07/mapuches-aislados-resisten-al-coronavirus-en-el-lugar-con-mas-muertes-de-chile/
Cuyul, A. (2020. “Covid-19 en la Araucanía: «Si la desigualdad ha aflorado más con la pandemia, en la población mapuche el estrago es peor»”. Interferencia. https://interferencia.cl/articulos/covid-19-en-la-arauca- nia-si-la-desigualdad-ha-aflorado-mas-con-la-pandemia-en-la-poblacion
Cuyul, A. (2020a). “Coronavirus y monoculturalidad. Las pandemias para los pueblos indígenas”. Comunidad de historia mapuche. https://www.comunidadhistoriamapuche.cl/coronavirus-y-monoculturalidad-las-pandemias-para-los-pueblos-indigenas/
Cuyul, A. (2020c). “Las pandemias y el pueblo mapuche. Comunidad de historia mapuche”. https://www.comunidadhistoriamapuche.cl/las-pandemias-y-el-pueblo-mapuche/
Loncón, E. (2020). “El coronavirus es un vñfitun en lengua mapuche”. Departamento de Educación: Universidad de Santiago de Chile. http://www.educacion.usach.cl/index.php/1505-el-coranavirus-es-un-vnfi- tun-en-lengua-mapuche
Auteur
kagurto2016@alu.uct
Licenciada en sociología, de la Universidad Católica de Temuco. Mis líneas de investigación están enfocadas la salud pública y problemáticas relacionadas con la interculturalidad.

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