La revolución de las provincias
Las diputaciones de Nueva Galicia y Zacatecas hacia el federalismo mexicano
p. 233-259
Texte intégral
1El establecimiento de la república federal en México se ha visto como un eslabón heredado de la diputación provincial creada por la Constitución de 1812. Le debemos a Nettie Lee Benson la explicación de esta idea.463 De una institución gaditana en contexto monárquico surgió una forma de gobierno federal republicana.
2Numerosos estudios se dedicaron a este tránsito, desde aquellos en los que prevaleció la tesis de que la adopción del federalismo en México fue por la copia que se hizo al modelo federal norteamericano, hasta los que cultivaron la de por sí copiosa literatura de corte patriótico liberal que vislumbró a la nación mexicana como el resultado de la guerra de insurgencia de 1810. Esa interpretación patriótica promovida a lo largo de los siglos XIX y XX tuvo en la nación y el nacionalismo su centro y al mismo tiempo su límite, se trató de una explicación debida más a la necesidad de formar una identidad nacional.
3Recupero la idea de Jaime E. Rodríguez, quien a lo largo de su obra sustentó la tesis de que, a partir de la invasión napoleónica en la península ibérica, se promovió una revolución política en el mundo hispano en la que la crisis de 1808, los movimientos autonomistas, las independencias, la Constitución de 1812 y los procesos electorales fueron sus principales protagonistas. Una revolución en el mundo hispano continuada en la república federal en el caso mexicano. En este sentido también recupero de José Antonio Serrano y Manuel Chust la afirmación de que el federalismo mexicano fue parte de esa revolución liberal, a diferencia de las ideas suficientemente asentadas en la propia cultura política mexicana de que revolución con mayúscula era para la francesa de 1789 y para la que inaugurara en México el siglo XX; esas nociones no consideraron lo revolucionario que contuvo y potenció el liberalismo doceañista y el federalismo mexicano. A éstos se les vio como movimientos encapsulados en oligarquías propias del liberalismo que olvidaban el peso e impactos diferenciados del constitucionalismo en otros sectores sociales.464
4La idea de revolución que se discutirá en este documento es la que se dio en las instituciones, en la cultura política de quienes participaron en el ejercicio del poder a nivel de ayuntamientos constitucionales y diputaciones provinciales. Revolución en sentido legal-institucional que en el trayecto de 1808-1823 orilló a nuevas formas de representación política y territorial. En ese tramo se dieron revoluciones municipales y provinciales en el mundo hispano gracias a las nuevas instituciones gaditanas sentando las bases para la formación de una concepción de la soberanía compartida que caracterizó la primera experiencia federal mexicana.
5La escritura sobre la revolución en el mundo hispano descentró la mirada en las influencias norteamericana y francesa para concentrarla en la propia tradición jurídica de la monarquía española reconociendo su heterogeneidad territorial, política, étnica, cultural. La trayectoria propia de la ilustración en Hispanoamérica y del reformismo borbónico constituyeron capítulos articulados que explican la revolución en el mundo hispano a través de la transformación de la cultura política que integró en una nación a los hemisferios de América y España, concretada en procesos de ciudadanización, nuevas prácticas electorales, cultura de la representación territorial con ayuntamientos constitucionales y diputaciones provinciales, soberanía nacional, división de poderes. Desde las discusiones de las Cortes de 1810, la hidra del federalismo estuvo presente y no dejó de presuponer un riesgo con una monarquía que funcionaba en su praxis política, social e institucional de forma policéntrica, confederada.
6La pretensión del reformismo borbónico de centralizar la administración de los territorios para lograr un mayor control y tener mejores resultados en términos de recaudación fiscal, ordenamiento territorial, reorganización de las fuerzas armadas, profesionalización de la vida pública, desencadenó procesos de descentralización donde las intendencias lograron perfilar un nuevo equilibrio político a través de la consolidación de los poderes regionales; este proceso dialéctico centralizador-descentralizador ayudó a consolidar el regionalismo465 que sería uno de los rasgos de continuidad expresado constitucionalmente a través de las diputaciones provinciales o, como lo analiza Pantoja Morán, con las diputaciones se explicitaron constitucionalmente las prácticas regionalistas.466 La prolongación de la crisis financiera y política en la primera década del XIX encontró en aquellos años la posibilidad de poner a prueba de qué estaban hechas sus instituciones municipales y provinciales.
7Con la creación de las diputaciones provinciales para el caso novohispano tardío, el poder terminó por desconcentrarse a nivel regional y esto, en sí mismo, fue revolucionario al provocar “la desaparición de la estructura virreinal en América”.467 De las primeras diputaciones autorizadas por las Cortes, con el restablecimiento de la Constitución en 1820 la tendencia en la cultura de representación fue a multiplicarse, incluso, más allá de septiembre de 1821 en que se consumó la independencia, con la instalación de las últimas diputaciones aprobadas por el gobierno provisional del imperio mexicano.468
8Entre 1812 y 1824 para la Nueva España la trayectoria en las formas de gobierno vivió un ritmo acelerado: de monarquía constitucional hispana, a mexicana; del imperio del Anáhuac a la república popular, representativa y federal. Tres constituciones, un reglamento provisional y la formación de 19 constituciones estatales, en poco más de una década. Como lo sugiere Alicia Hernández, en tiempos de inestabilidad durante estos doce años, y vaya que los hubo, “la diputación provincial funge como supremo poder territorial, los ayuntamientos constitucionales como gobierno local y la Constitución de Cádiz como ley de la nación”.469
9En el trienio liberal las voces de república y confederación fueron cada vez menos contenidas; la trayectoria que siguieron puede observarse a través de las comunicaciones que entablaron las diputaciones provinciales radicalizadas a partir del pronunciamiento de Santa Anna en diciembre de 1822 y del Plan de Casa Mata en febrero de 1823. La revolución liberal que había generado el doceañismo con el paso de soberanía real a nacional fue continuada en contexto republicano federal entre el poder central y los poderes regionales bajo la fórmula de soberanía compartida. La temeraria posición de poner límites al monarca y restituir el poder legislativo a las Cortes fue expresada a través del cuestionamiento de las diputaciones provinciales al ejercicio de poder de Agustín de Iturbide como cabeza del imperio mexicano.
10Mi propósito es mostrar que en la implementación de las instituciones gaditanas como las diputaciones provinciales, se desencadenaron fórmulas no previstas en la Constitución Política de la Monarquía Española como el paso de ser órgano para la administración de la provincia a cuerpo político soberano lo que tendió a la formación de la soberanía compartida entre poder central-poder estatal, tampoco previsto en el código de 1812, pero que logró definir a la soberanía durante los primeros once años que caracterizaran la primera experiencia republicana federal en México atada por un pacto mínimo. La pregunta que guiará nuestra reflexión es por qué las diputaciones de Nueva Galicia y Zacatecas fueron las que encabezaron la república en clave federal.
Interpretaciones sobre las diputaciones provinciales
11El estudio de las diputaciones provinciales desde la década de 1950, ha pasado por distintos momentos. La profesora Nettie Lee Benson, con su libro La diputación provincial y el federalismo mexicano, es quien por primera vez atiende esta institución de manera documentada, alejada de los síndromes de copias y reconociendo el proceso histórico que articuló al virreinato de la Nueva España con el imperio mexicano y la república federal a través de la diputación provincial. Bien sabemos que su contribución poco impacto tuvo en su momento; pasaron décadas para que fuera leída con atención y recuperada para ser considerada un modelo de interpretación en el desarrollo de investigaciones que insistieron en la importancia de reconocer a las instituciones gaditanas locales y regionales como formulantes del federalismo en México. Algunos de los exponentes más representativos fueron Jaime Rodríguez, Marcello Carmagnani, Josefina Vázquez, José Barragán, Hira de Gortari.
12La interpretación de la profesora Benson abrió la posibilidad de interpretar la transición política como parte de un proceso histórico de disolución de la monarquía hispana y formación de nuevas naciones en América donde el capítulo gaditano fue el eslabón que buscó recomponer el orbe monárquico y al mismo tiempo consolidar los procesos autonómicos provinciales.470
13Quien continuó y profundizó la propuesta de la profesora Benson, fue su alumno Jaime E. Rodríguez. Sus estudios sobre la América española, en particular Nueva España y Quito, tuvieron como base el reconocimiento del constitucionalismo gaditano. Para el caso novohispano-mexicano, desmanteló tanto la versión nacionalista como la periodización de la historia oficial que ayudaron a la creación del mito nacional. A partir de lo que llama la “ley de continuidad”, explicó la transición de forma secuencial y no por saltos: “No ganaremos mucho si continuamos con las divisiones tradicionales: la época colonial, de 1521 a 1810; la independencia, de 1810 a 1821, y el periodo nacional de 1821 en adelante”.471 En esa secuencia histórica las Cortes de Cádiz, la Constitución de 1812 y su entrada en vigencia en los dos periodos representaron, desde su perspectiva, una revolución en el mundo Atlántico. Reparó en lo que significó que un novohispano propusiera la creación de una institución denominada diputación provincial generando en las Cortes un fuerte debate entre quienes vieron que podría fragmentarse la nación al considerar la consolidación de los poderes locales. Destaco el análisis de Rodríguez sobre la diputación de Guadalajara, su injerencia en la vida municipal, en la salud pública y en la distribución de tierras; sus planes para aumentar sus finanzas, reestructurar los partidos y formar estadísticas. Se detuvo en los procesos electorales que, en su opinión, representaron el mejor instrumento para politizar a sus habitantes.472
14A partir de la década de 1990 se llevaron a cabo investigaciones que llamaron la atención sobre la participación de los diputados novohispanos en las Cortes instaladas en septiembre de 1810, como Miguel Ramos Arizpe, José María Guridi y Alcocer, Mariano Michelena, José María Fagoaga, Pablo de la Llave, Lorenzo de Zavala, José Miguel Gordoa y Barrios. Los temas analizados se centraron en la lucha por la igualdad de representación ante las Cortes, en la ciudadanía, en las propuestas hacia la federalización con la creación de diputaciones provinciales y la descentralización económica relativa a que en cada provincia hubiera un contador y tesorero para la administración de los caudales de la nación (proyecto de Ramos, Michelena, Couto, Fagoaga, Cortázar). Manuel Chust, en mi opinión, es quien de manera más clara ha mostrado el peso que tuvieron los diputados americanos en la revolución liberal y es quien a la fecha ha promovido la exigencia de reunir la dimensión americana para la explicación del Trienio Liberal en su conjunto.473
15Bajo la coordinación de Luis Jáuregui desde el Instituto Mora en México, se emprendió un ambicioso proyecto relativo a la transcripción de las actas de las diputaciones provinciales. Este esfuerzo colectivo ha puesto a la luz una valiosa documentación que viene a complementar el esfuerzo iniciado por la profesora Benson en la década de 1950. Los estudios introductorios de las actas dan cuenta de los ramos de la administración a través de las atribuciones que le permitió la Constitución, sus procesos electorales y rituales cívicos que ayudaron a legitimarse como las autoridades rectoras de sus provincias estableciendo una nueva jerarquía institucional y consolidando la trayectoria autonómica de las provincias.
16Recientes investigaciones han ampliado la tesis de Benson. Rafael Diego-Fernández planteó dos preguntas: la primera radica en si permanece incuestionable la tesis de Benson de ser las diputaciones el origen del federalismo mexicano y la segunda por qué razones fue que desde la diputación provincial de la Nueva Galicia se propuso el movimiento federalista.474 Su tesis parte del análisis de los vocablos diputación y provincial, el primero asociado a juntas de gobierno evitando el uso de la palabra junta frente al riesgo que representaba su posible conversión en instituciones legislativas. La voz provincia, en cambio, fue la que más discusión generó por la disparidad semántica dados los distintos modelos de organización político-territorial: mientras que en España por el régimen de intendencias se asentó la estructura de provincias, en Ultramar la organización dependió de virreinatos, audiencias, capitanías y comandancias generales, por tanto para el virreinato de Nueva España se reconocieron como diputaciones las tres audiencias de Nueva España, Guatemala y Nueva Galicia, la capitanía de Yucatán y la comandancia de las Provincias Internas.475 De aquí partió la desigualdad de representación ante las Cortes y las exigencias de los diputados americanos de que cada intendencia fuera reconocida como provincia. Diego-Fernández sostiene que el marco normativo gaditano no termina por explicar del todo la relación diputación-federalismo; “el surgimiento del federalismo en México proviene del esquema de intendencias”, lo que exigiría atender las Ordenanzas de Intendentes.
17La jurisdicción de la Audiencia neogallega alcanzó un extenso territorio integrando ocho reinos: Nueva Galicia y Nueva Vizcaya, Nueva Toledo y Nueva Andalucía, Nueva Extremadura y Nuevo Reino de León y Nuevas Filipinas y las Californias.476 Con el régimen de intendencias no se cancelaron las Reales Audiencias Indianas, para el caso del virreinato novohispano, la Audiencia asentada en la ciudad de México tuvo jurisdicción sobre las intendencias de México, Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Mérida, Nuevo Santander y Nuevo Reino de León; en tanto que bajo la jurisdicción de la Audiencia neogallega estuvieron las intendencias de Guadalajara, Zacatecas, Durango, Arispe, una parte de San Luis Potosí, la comandancia general de las Provincias Internas. Las dos Audiencias con el poder que lograron concentrar, entraron en permanente conflicto. Para la Audiencia de México se nombró un regente, intermediario con el virrey y la de Nueva Galicia su intendente asumió la presidencia de la Audiencia y la regencia.477 Con la Constitución de 1812 el virrey fue sustituido por el Jefe Político Superior, asignado a la Ciudad de México, pero otro se asignó a Guadalajara; con el regreso de Fernando, el comandante José de la Cruz se mantuvo al frente de la Nueva Galicia, mientras que no pudieron hacerlo los virreyes Venegas, Calleja y Apodaca.
18Hacia la segunda mitad del siglo XVIII en Guadalajara -explica Diego-Fernández- se estableció su universidad, consulado, tribunal de la hermandad, casa de moneda y las corporaciones no cejaron en insistir en que se convirtiera en capitanía general, arzobispado y virreinato independiente. “La firme postura federalista del estado de Jalisco, se encuentra mucho más ligada a esa tradición cultural que se conformó por el hecho de haber sido cabecera de una de las provincias mayores de los Austrias, así como por el fortalecimiento que recibieron a partir de las reformas borbónicas, que a la mera coincidencia de haber surgido una institución del tipo de las diputaciones provinciales”.478
19Este conjunto de investigaciones ha mostrado la importancia de estudiar la institución intermedia provincial; la Carta gaditana constitucionalizó una realidad administrativa- territorial preexistente. El debate planteado por Diego-Fernández no cancela la tesis de Benson; la ruta seguida por los diputados novohispanos ante las Cortes no sólo vinculó las intendencias con las diputaciones, sino que exigió su aumento incluso en territorios que no fueron intendencia. Su importancia radica en su potencia al administrar a su provincia, en sobreponerse frente a los ayuntamientos y en declararse con capacidad soberana.
El Plan de Iguala y las otras independencias
20Entre las primeras siete diputaciones provinciales en el virreinato novohispano, se estableció la de Nueva Galicia el 20 de septiembre de 1813. La intendencia de Zacatecas formó parte de aquel órgano; con cuatro representantes de Guadalajara y tres de la segunda inició sus actividades.479 El diputado por la provincia de Zacatecas, el clérigo José Miguel Gordoa y Barrios ante las Cortes defendió que se aprobara su propio órgano provincial desde 1813; sin embargo, fue hasta una vez consumada la independencia, en marzo de 1822, cuando se le reconoció. Un doble proceso se anunciaba: por una parte, la separación respecto a la Audiencia de Guadalajara y por otro el reconocimiento de ambas instituciones como promotoras de la administración de la vida pública de sus territorios. En 1820 se reinstalaron las diputaciones de Nueva Galicia (20 de agosto), Yucatán (agosto), Nueva España (18 de septiembre), San Luis Potosí (18 de septiembre), Provincias Internas de Oriente (3 de octubre) y Provincias Internas de Occidente (7 de noviembre).480
21En octubre de 1820 Miguel Ramos Arizpe y Mariano Michelena presentaron solicitudes ante las Cortes para el reconocimiento de otras diputaciones: una con sede en la ciudad de Arispe y otra en Valladolid, en tanto que la de San Luis tendría jurisdicción sobre la intendencia de Zacatecas a partir del 6 de noviembre.481 La oposición entre el primer emperador, Agustín de Iturbide con el congreso mexicano que terminó por disolverlo, ha sido uno de los temas más estudiados por la historiografía de aquellos años. La tensión entre ambos poderes se dio por demostrar quién detentaba la soberanía. Sin embargo, como recientes contribuciones lo han analizado, hay una continuidad entre el constitucionalismo gaditano con el iturbidismo en términos de terminar por reconocer que toda intendencia podría contar con diputación provincial.482 Los reclamos de los diputados de Michoacán, Puebla, Veracruz y Guanajuato fueron en ese sentido: establecer su propia diputación y separarse de la de Nueva España. Después de discusiones, se publicó el decreto del 8 de mayo de 1821 donde se instruía que en toda intendencia donde no hubiera diputación, se instalara tomando como residencia la capital de la intendencia.
22Entre el restablecimiento de la Constitución de 1812, la consumación de la independencia y el primer imperio mexicano se prosiguió la instalación de diputaciones provinciales ante el reclamo de varios diputados para hacer efectivo el artículo 325 del código gaditano. Además del Plan de Iguala que declaraba la independencia de Nueva España respecto de la corona española, se fueron dando las otras independencias a nivel regional: Puebla, Oaxaca, Veracruz, Guanajuato y Michoacán respecto a la diputación de Nueva España; Chiapas de la diputación de Guatemala; Zacatecas de la diputación de Nueva Galicia.
23Distintas estrategias se promovieron para asegurar su incremento: la correspondencia entre diputaciones fue clave para el intercambio y circulación de planes, manifiestos, proclamas; las exigencias de los diputados como Michelena y Ramos Arizpe ante las Cortes para ampliar y desmenuzar la representación provincial; la continuidad de diputaciones autorizadas por la Junta Provisional e Iturbide y su incremento a 23 órganos provinciales respaldado por el congreso constituyente mexicano. En este maremágnum provincialista, papel protagónico lo tuvieron algunos ayuntamientos de las capitales de intendencia para hacer efectiva su diputación como fue el caso de Zacatecas. El proceso por el cual las diputaciones lograron ser la autoridad de sus provincias no fue uniforme; según se ha analizado, se dieron fuertes competencias entre los ayuntamientos capitales con las diputaciones por el control político de sus territorios como los casos de Puebla, San Luis Potosí y Guanajuato; en otras regiones como la Nueva Galicia, fueron los integrantes de la Audiencia quienes se empeñaron en no reconocer a la diputación; en este caso, el ayuntamiento no fue obstáculo para la junta provincial, pues fue el primero en reconocer que aquel órgano era la máxima autoridad política por encima de la Audiencia a la que consideró como tribunal de apelaciones.483
24El escenario de estas otras independencias en contexto regional impuso un nuevo rompecabezas al territorio del imperio mexicano que, aunque basado en la estructura territorial y administrativa de la Ordenanza de intendentes, el rostro provincialista marcó el carácter policéntrico y confederado con que iniciaría la república federal mexicana.
25Estaba claro el capítulo VI Del gobierno interior de las provincias y de los pueblos de la Constitución de 1812 que prescribió que la diputación tendría noventa días de sesiones al año para tratar temas exclusivos de la administración; bajo su vigilancia estaría la administración municipal en lo relativo a instalación de ayuntamientos, escuelas de primeras letras, obras públicas. En el nivel provincial fue de su competencia levantar informes estadísticos, atender los límites entre partidos, impulsar los ramos de agricultura, industria, artes, comercio e informar a las Cortes sobre las infracciones que se cometieren. Los representantes de las diputaciones no tuvieron duda de que, si abusaran de sus facultades, las diputaciones podrían disolverse y los suplentes entrarían en funciones, según lo marcaba el artículo 336.
26Gracias al esfuerzo por rescatar y transcribir las actas de sesiones de las diputaciones provinciales que mencioné líneas arriba, podemos darnos una idea no sólo del conjunto de actividades que estuvieron bajo su control, sino de los derroteros no previstos por la Constitución de 1812, en su artículo 336, en los que se pasó de órgano administrativo, a cuerpo político soberano.
27El 12 de septiembre de 1820 la diputación de Guadalajara juró observar la Constitución de 1812 enviando a los pueblos de su jurisdicción la proclama de su instalación. Desde sus primeros días se enfrentó con temas diversos: dietas para diputados, préstamos diversos, aprobación de gastos de los pueblos, imposición de contribuciones, propuestas de construcción de obra pública, distribución de ejemplares de la Constitución. Fue la diputación provincial la que controló la instalación de nuevos ayuntamientos constitucionales; bajo su autoridad se dio continuidad a los decretos de las Cortes en materia de reparto y distribución de tierras; la que veló sobre el establecimiento de escuelas de primeras letras y la que formó la estadística de la provincia.
28A su salón de sesiones llegaron 300 ejemplares de la Constitución para distribuirlos entre los ayuntamientos,484 instrucciones para celebrar elecciones, “e incluso una exhortación del rey en apoyo de la Constitución”, en tanto que otros cuerpos municipales y provinciales de México, Veracruz y Puebla le hicieron llegar informes sobre su organización y actividades.485 El ayuntamiento constitucional de Zacatecas esperó para mostrar su beneplácito ante el restablecimiento de la Constitución al hacer llegar a la sala de la diputación de Guadalajara un “plan del monumento erigido en honor de la Constitución como testimonio del cordial amor que le profesa a aquella corporación”.486
29Se dio un proceso de comunicación horizontal entre diputaciones que después sería clave para explicar el trayecto del Plan de Iguala (1821), el Plan de Casa Mata (1823) y las declaraciones provinciales de adoptar la república federal como forma de gobierno.
30El Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), dirigido a los americanos “bajo cuyo nombre comprende no sólo a los nacidos en América, sino europeos, africanos y asiáticos”,487 sustenta su exposición de motivos en el reconocimiento de la propia historia del dominio de unas naciones sobre otras, donde el mejor ejemplo fueron las naciones europeas esclavas de la romana, la evolución natural de la rama hizo que se convirtiesen en tronco; en la uniformidad de la opinión pública; en la unión de todos los grupos sociales como base de la felicidad de la nación y la cadena dulcísima que los hace comunes “todos descienden de español”; es en los lazos de amistad, intereses, propiedades, comercio, residencia, dependencias, educación idioma y religión lo que hace una sola voz. Esa voz así asumida llamó a la independencia total de España.488
31A semejanza de la Constitución de 1812 se establecía un gobierno monárquico templado por una constitución, pero marcó una diferencia sustancial: “todos los habitantes de él, sin otra distinción que su mérito y virtudes, son ciudadanos idóneos para optar por cualquier empleo”.489 Se diseñaría una constitución del imperio mexicano, pero ante todo, el imperio sería resguardado por el ejército de las tres garantías, encarnación de la soberanía nacional. No sería el Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad, sino el Dios de los ejércitos, Dios de la paz; ese nuevo imperio fue un cuerpo de fuerzas combinadas, cuerpo armado por Iturbide “obra grandiosa que hoy he trazado”. En ese sentido, el Plan de Iguala fue diseñado no por las provincias o pueblos, sino por el héroe.
32Unos cuantos meses en ejercicio de sus funciones, la diputación de Guadalajara conoció del Plan de Iguala. Agustín de Iturbide se encargó de enviar a varios de los principales del ejército con el fin de ganar adhesiones a su causa. Dio instrucciones a Antonio Terán para reunirse con el jefe político de Guadalajara, el comandante José de la Cruz, el obispo Ruiz de Cabañas y el brigadier Pedro Celestino Negrete. El jefe político rechazó la propuesta, terminó huyendo al saber la adhesión de Negrete. La huida de José de la Cruz aceleró el proceso por el cual sería a partir de entonces en consideración del ayuntamiento capitular, la diputación provincial en quien se reconocería el control político y no solo administrativo de la provincia.490
33Distintas corporaciones y autoridades civiles, eclesiásticas y militares apoyaron el plan; autonomistas e insurgentes lo reconocieron. En Guadalajara el propio obispo Cabañas lo aceptó y ofreció recursos económicos.491 En otras partes del virreinato se dieron muestras de adhesión para terminar con el conflicto, declarar la independencia del reino, garantizar las propiedades, asegurar la preservación de la religión católica. Con abiertas manifestaciones de reconocimiento y otras con resistencias, el Plan de Iguala terminó por representar la principal bandera que abría la posibilidad de formar un imperio mexicano.
34Sin embargo, tal como lo explicó Edmundo O´Gorman, el dejar abierta la posibilidad de que “Fernando VII y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho y precaver los atentados de la ambición”, tal como se indicaba en el artículo 4 del Plan de Iguala, representó uno de los más importantes nudos de la crisis política del primer imperio mexicano. La intención de los Tratados de Córdoba fue “desatar sin romper los vínculos que unieron a los continentes”:492 reconocer al imperio monárquico constitucional moderado como nación soberana e independiente bajo el reinado en primer lugar de Fernando VII, de no admitir o renunciar, el infante Francisco de Paula, de no admitir o renunciar Carlos Luis, infante de España y de no admitir o renunciar, “el que las Cortes del Imperio designaren”.493 Como los Tratados de Córdoba no fueron reconocidos por la corona, no quedó más que investir a Iturbide como Agustín I, sin dinastía que arropara su legitimidad.
35Para Edmundo O´Gorman, la consumación de la independencia contuvo dos posibilidades: el republicanismo americano derivado del Decreto constitucional de 1814 o el monarquismo europeo como trayectoria histórica viable que bien podría continuar, sin justificarse a sí misma, a la monarquía constitucional de la nación española. 1821 contuvo las dos posibilidades. Optar por el imperio mexicano elevando como persona “sagrada e inviolable” a quien podía ser como otro cualquiera, no canceló la posibilidad republicana; por la propia ambición de un emperador sin dinastía, la voz república fue pronunciada y defendida como “la posibilidad”.
36Fue en el nivel provincial donde esas mismas voces de imperio y república fueron pronunciadas para prolongar el imperio, observar la conducta del ejecutivo respecto al congreso o frente a las propias diputaciones provinciales, o para impedir que la voz república lograra trascender y fuera adoptada por las juntas provinciales. Agustín de Iturbide fue coronado como emperador, aclamado por los congresistas, reputado por los pueblos. Los regimientos de infantería y caballería del ejército imperial “con absoluta uniformidad” hicieron llegar un manifiesto al congreso mexicano proclamando al serenísimo Agustín de Iturbide, emperador de la América Mexicana. Entre las firmas se encontraban las de Pedro Celestino Negrete, Anastasio Bustamante, Luis Quintanar, José Antonio de Echávarri. Iturbide, dirigiéndose a los mexicanos, valoró la sabia decisión tomada por el “ejército y el pueblo”. Afuera del recinto “un inmenso pueblo que gritaba ¡Viva el emperador! y deseaba penetrar en las galerías”.494 Iturbide entró al recinto acompañado de sus generales. Se esperaba la sanción del congreso.
37Fue José Guridi y Alcocer quien llamó a la prudencia y ante todo a la espera para reunir la mayoría de los diputados, de lo contrario, tal coronación sería considerada nula. Las proposiciones presentadas por José Ignacio Gutiérrez, José de San Martín, Manuel Terán, José Mariano Anzorena y Francisco Rivas recordaron que la “soberanía reside radicalmente en el pueblo americano, que éste no se compone de solo los habitantes de México y que de los representantes de las otras provincias tenemos unos poderes limitados”.495 Habría que esperar hasta que las dos terceras partes de las provincias hubiesen ampliado sus poderes. El momento no permitía la espera. Las proposiciones no fueron aprobadas y en cambio el diputado por Zacatecas, Valentín Gómez Farías, presentó su proposición avalada por cuarenta y seis señores, de los cuales ocho eran diputados por Guadalajara y tres más de Zacatecas:
“Si la soberbia España hubiera aceptado nuestra oferta, si Fernando VII no hubiera despreciado los Tratados de Córdoba, si no nos hiciera la guerra, si no hubiera provocado a otras naciones a que no reconociesen nuestra emancipación, entonces, fieles al juramento y consecuentes a nuestras promesas, ceñiríamos las sienes del monarca español con la corona del Imperio de México; pero rotos ya el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba como es bien constante por documentos indubitables, yo me creo con poder, conforme al artículo 3 de los mismos Tratados, para votar porque se corone el grande Iturbide […] Señor, confirmemos con nuestros votos las aclamaciones del pueblo mexicano, de los valientes generales y de los oficiales y soldados beneméritos del Ejército Trigarante”.496
38La intención de Gómez Farías se explica por la urgencia de lograr un imperio en funciones con autoridades mexicanas que aseguraran la independencia de España; el diputado por Zacatecas cedió la palabra al diputado por Guadalajara, Antonio J. Valdez, quien primero reconoció su afecto a los borbones, y después manifestó la nulidad de los Tratados de Córdoba que hicieron las Cortes:
“[…] consecuente con los expresados acuerdos, la nación mexicana queda desobligada respecto de la española en el contenido del artículo 3 de los Tratados de Córdoba, que llama a reinar en el imperio mexicano la familia reinante en España, y por consiguiente, queda libre y expedita para resolver en este grave negocio, lo que convenga a su decoro, tranquilidad e intereses, ya sea con la misma dinastía por medio de un nuevo pacto, o de otro modo conforme a nuestras bases fundamentales”.497
39La diputación provincial de Guadalajara y el ayuntamiento constitucional de Zacatecas celebraron la noticia de la coronación de Agustín de Iturbide porque con ello se garantizaba la independencia. Salvas de artillería, repiques de campanas, paseos públicos, colgaduras en los balcones y ventanas de la ciudad fueron algunas expresiones de júbilo en Guadalajara. Ya instalada la diputación provincial de Zacatecas junto con el ayuntamiento de la ciudad se unieron a los festejos haciendo llegar circulares para que los ayuntamientos de aquella provincia hicieran lo propio.
40Las salas de ambas diputaciones conocieron de distintos anónimos que atacaban al imperio y al emperador, “esta diputación no puede dejar de ver con el mayor horror y con toda la indignación que corresponde dichos papeles manuscritos cuyo objetivo no es otro más que perturbar el orden y tranquilidad pública y volver a la patria en la más desastrosa anarquía”.498 Varios fueron los focos de donde emergía la tendencia hacia la república: el grupo de los “antiguos patriotas” que se reunían en el congreso constituyente, las reuniones secretas como la realizada en casa del antiguo corregidor de Querétaro, con la presencia de Miguel Domínguez, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Miguel Barragán, Antonio López Matoso, Juan B. Morales.499 Fue Pedro Celestino Negrete invitado a aquella reunión secreta, quien la delató. El emperador vio con claridad los grupos que se estaban formando en el congreso con dos partidos: los republicanos y los borbonistas.500
41Vuelvo a la reflexión de Edmundo O´Gorman: 1821 contuvo dos posibilidades, la monárquica y la republicana, donde aparentemente una quedaba excluida por la otra. Sin embargo fue la diputación provincial la institución que aglutinó la aparente exclusión. Una institución creada en contexto monárquico constitucional representó en plena crisis del imperio mexicano, la posibilidad de transitar a la república confederada. De ahí la potencia revolucionaria del liberalismo gaditano.
42El tipo de relación que estableció Agustín de Iturbide con el congreso fue lo que detonó su abdicación en marzo de 1823. La fractura de la relación se debió al tema de la soberanía: mientras que el congreso constituyente se asumía soberano, Iturbide sostenía que por voluntad nacional, él era el soberano. El emperador mandó el arresto de los diputados y la disolución del congreso en octubre de 1822. En diciembre el general Antonio López de Santa Anna lanzó una proclama donde manifestaba que el soberano cuerpo legislativo que había gozado de la confianza de los pueblos, había sucumbido ante el emperador, “mas el voto general de la misma nación, recobrando su libertad, ha unido los sufragios de todas sus provincias y ha proclamado en todas ellas el sistema de república, que fija el del gobierno en la voluntad de todos y en cada uno de sus miembros, sin vincularlo en una sola autoridad absoluta”.501 La propuesta de Santa Anna con el llamado de diciembre de 1822 condensó la contradicción del primer imperio mexicano que no solo contuvo las dos posibilidades a través de la elección de prolongar el imperio o instalar la república; su llamado no fue oponer el ejecutivo al legislativo, sino poner en primer lugar el voto de las provincias: fueron las provincias alentadas por la guarnición militar de Veracruz, las que se decidieron por la república.
Casa Mata y la revolución de las provincias
43Desde que se planteó en las Cortes generales la posibilidad de la representación provincial a través de las diputaciones, se reconoció que podría traer la fragmentación de la monarquía en clave federal.502 Y esa posibilidad se concretó en México entre 1823 y 1824; en 1823 quedaron establecidas 23 diputaciones provinciales bajo el empuje y exigencia de independizarse algunas provincias de las diputaciones a las que primero fueron adscritas y lograr el derecho de su propia representación política y territorial.
44La disolución del congreso fue severamente criticada por las diputaciones provinciales que a partir de la publicación del Plan de Casa Mata, se decidieron por exigir una nueva convocatoria para elegir diputados al congreso constituyente. Ese fue el tema central del Plan de Casa Mata publicado el 1 de febrero de 1823 lo que dio margen al desconocimiento del emperador. Una vez reunidos los representantes de las provincias, las corporaciones que lanzaron aquel plan ratificarían en solemne juramento “sostener a toda costa a la representación y todas sus decisiones fundamentales”.503 El Plan de Casa Mata exigió una nueva convocatoria donde las provincias decidirían si los diputados del congreso anterior permanecerían “por sus ideas liberales y firmeza de carácter” o elegirían a otros porque “no correspondieron debidamente a la confianza que en ellos se depositó”.504
45El Plan de Casa Mata dio cauce al movimiento provincialista promovido por el liberalismo doceañista; la diferencia específica del carácter que tuvieron las diputaciones provinciales entre los dos periodos de vigencia de la Constitución de 1812, fue que en el Trienio Liberal algunas rebasaron las facultades atribuidas por el código y dejaron de asumirse como instituciones de carácter administrativo. Recientes estudios han explicado que el hecho de que la diputación provincial hubiera sido la institución que alcanzara el control político y administrativo de su territorio por encima de otras instituciones, representó distintas formas de conflicto con los ayuntamientos capitales, como los casos de San Luis, Nueva España y Guanajuato;505 la diputación de Nueva Galicia no entró en conflicto con el ayuntamiento de Guadalajara, por el contrario, se destacaron mutuos intereses frente a su principal opositor reconocido en la audiencia.506 Para el caso de Zacatecas, fue la diputación en la que se integraron como representantes algunos miembros que habían participado en el ayuntamiento capital, los que presionaron a la intendencia que terminó por quedar supeditada a la diputación.507
46El Plan de Casa Mata declaró que la soberanía residía en la nación, dando continuidad a la Constitución de 1812, pero no solo eso, impulsó la revolución de algunas de ellas al declararse órganos soberanos respecto a sus provincias como fueron los casos de Jalisco y Zacatecas. El Plan de Casa Mata fue firmado en poco mas de un mes por Oaxaca (7 de febrero), Puebla (8 de febrero), Guanajuato (entre el 23 y 26 de febrero), Jalisco (26 de febrero), Querétaro (26 de febrero), Michoacán (1 de marzo), Zacatecas (2 de marzo), San Luis Potosí (2 de marzo) Yucatán (4 de marzo), Durango (5 de marzo), Saltillo (14 de marzo), Nuevo Santander (9 de abril), Provincias Internas de Oriente (9 de abril) y Texas (15 de abril). La diputación de Nueva España decidió no sumarse, actitud que fuera severamente criticada por su “despotismo”.508
47En tanto que la provincia de Jalisco encabezada por el jefe político Luis Quintanar, reconocía y se adhería en todas sus partes al Plan de Casa Mata advirtiendo no obedecer órdenes del emperador o decretos de la junta instituyente haciendo circular “violentamente a todos los pueblos de la provincia” dichos acuerdos,509 la provincia de Zacatecas después de una acalorada discusión y siguiendo el ejemplo de Jalisco, terminó por unirse a Casa Mata. El tema de la soberanía cobró entonces vigor insospechado cuando algunas diputaciones como las aludidas se declararon provincias soberanas asumiendo el ejercicio de la administración en el interior de sus territorios, aunque reconocieron, esto no podría confundirse con la soberanía de la nación, por lo que la opción federalista con esa clave que evidenciaba la existencia de dos soberanías para mantener la unidad nacional,510 sería la fórmula viable que tendrían en su horizonte con el objetivo de fincar las bases de una república. En la folletería que circuló en 1823 entre las provincias se destaca que fueron las que armaron la nación. La república representó la posibilidad de alcanzar “la felicidad de la nación”. Desde la diputación de Guadalajara fortalecida por su conciencia regional, lanzó distintos exhortos a otras diputaciones para dejar clara su revolución:
“[…] sufrimos a un intruso unos meses y al tiempo que han ido aumentando rehacieron las provincias con la violencia del rayo, pues desde el momento en que se vieron en éstas los tratados del Sr. Echávarri los adoptaron todas, excepto la capital como centro del despotismo en menos de mes y medio, y logramos ver consolidada la opinión por el bien de la patria ¿Y a vista de todo esto, aún se atreven a llamarnos ignorantes?”.511
Las diputaciones provinciales, “el órgano de la voz de la nación”
48Si el espíritu integracionista del Plan de Iguala había permitido la unión entre las provincias, con la abdicación de Iturbide y el llamado de Casa Mata algunas provincias no encontraron más el lazo que pudiera unirlas a un todo mayor. Esto dio pie a que se asumieran en estado natural para constituirse en el modo que las acercara a alcanzar “la felicidad de la nación” sin dejar de manifestar su voto por la formación de una confederación.
49Provincias como Guadalajara sin mayores lazos de dependencia con el centro de México, podían arrogarse su soberanía debido a su fuerte tradición regionalista afianzada por la existencia de una Audiencia, un consulado, al impulso de sus actividades productivas y mercantiles, a la consolidación de su espacio regional, al liderazgo de sus elites políticas y militares. 1823 representó para Guadalajara y Zacatecas la posibilidad de concretar la soberanía de determinar el control político y administrativo de sus territorios con la definición de la forma de gobierno y las leyes que darían cuerpo a las nuevas entidades libres y federadas.
50Es revelador que en el caso de Guadalajara, se formara no sólo su primer congreso constituyente el 14 de septiembre de 1823512 integrado, entre otros, por Prisciliano Sánchez dentro de la comisión de hacienda, sino que en ese año salieran a la luz desde esa capital dos proyectos constitucionales republicanos para la nación: Francisco Severo Maldonado513 elaboró el Contrato de Asociación para la República de los Estados Unidos del Anahuac y Prisciliano Sánchez514 El Pacto Federal del Anahuac, que representa el proyecto de constitución redactado desde el Occidente mexicano que de manera más directa expresó la revolución de las provincias.
51Los principios rectores del Pacto Federal fueron que se trataba de una revolución encabezada no por líderes visionarios o héroes como en el caso del Plan de Iguala, sino por las provincias que regresaban a su estado natural para constituirse en la mejor forma de gobierno alejadas del fracasado imperio y del centralismo “despótico” asociado a la ciudad de México. Esas provincias decidieron pronunciarse por una república federada, “invento feliz” que debía tener la misma oportunidad que tuvo la Constitución de 1812 para establecerse en “gran parte de América” a pesar de sus opositores.
52El pacto estaría basado en un sistema de gobierno federado que diera forma a una nación integrada no por corporaciones, hemisferios o ciudadanos, sino por estados pequeños e independientes entre sí. Sánchez advirtió en su exposición de motivos que ninguno de esos estados podría independizarse y dar cuerpo a otra nación. El pacto consistía en formar nación a partir de la reunión de los estados; este fue el principio en el que sustentó la idea de pacto federal.
53En opinión de Sánchez, lo que podría juzgarse de anticipado, intempestivo, peligroso y expuesto como la idea de que algunos estados decidieran constituirse antes que la nación, estaba plenamente justificado por las copiosas muestras de vacilación con que se había caracterizado el congreso general. El sentir común de las provincias era su voto por la república federal, la diferencia entre unas y otras se encontraba en los tiempos: mientras que algunas como Guadalajara, Zacatecas, Oaxaca y Yucatán se anticiparon a constituirse en entidades libres y federadas, otras prefirieron esperar la decisión del congreso general. Para el autor del Pacto Federal el motor que desencadenó la revolución de las provincias, su estado natural para constituirse y la justificación de hacerlo sin la aprobación del congreso, estuvo en la centralidad y potencia que demostró la diputación provincial
“que desde el grito de Casa Mata y en virtud de la revolución, tomaron por necesidad y conveniencia pública para hacer la salud de la patria (ley superior a todas las escritas), un carácter muy distinto de aquel con que se hallaban investidas por la Constitución española, sin las que han dirigido la opinión de las provincias y puestas todas de acuerdo, han sido el órgano de la voz de la nación”.515
54Los principios dogmáticos y la estructura orgánica de la división del poder estuvo centrado en las provincias; fueron ellas las que integraron la nación del Anahuac, aquellas provincias reconocidas en la inmediata forma de gobierno. Toda población que alcanzara los 200 mil habitantes podrá erigirse en nuevo estado. Por lo que correspondía a la “autoridad central”, descansaría en los tres poderes, pero la vocación de cada uno estaría definida por la preservación, equilibrio y tranquilidad entre las provincias, de tal manera que el poder legislativo además de favorecer la seguridad y el bien de la nación en cuanto a sus relaciones exteriores, tendría la obligación de conservar la unión federal de todos los estados, mantener su separación e independencia, preservar el equilibrio entre la igualdad de derechos y obligaciones de unos estados con otros para garantizar la tranquilidad. Sería atribución del poder ejecutivo velar sobre la observancia de la constitución para proteger, en primer lugar, el orden de la federación que no es más que la independencia recíproca entre los estados. Sería del conocimiento del poder judicial los negocios contenciosos entre estados, entre particulares contra un estado o viceversa; se ocuparía de dirimir competencias de tribunales de un estado con otro.
55En junio de 1823, las diputaciones de Guadalajara y Zacatecas declararon ser entidades libres y federadas, con el apoyo de los ayuntamientos capitales. Ambos organismos provinciales se disolvieron para dar paso a los primeros congresos constituyentes provinciales, antes de haberse firmado el Acta Constitutiva de los Estados Unidos Mexicanos (enero de 1824). Desde Guadalajara se publicaron numerosos manifiestos propagando las ventajas de una república federal; esos manifiestos circularon en diputaciones aledañas como la zacatecana en la que fue leído el Manifiesto de los liberales de Guadalajara a sus conciudadanos y República federada le conviene al Anahuac.
56La conversión de las diputaciones a entidades libres, federadas y soberanas fue criticada por las autoridades centrales por anticiparse a la definición tomada por la representación nacional. Desde Guadalajara se promovió un pronunciamiento pro federalista encabezado por Luis Quintanar y Prisciliano Sánchez bajo la idea de que a diferencia de una república central en la que las provincias le rindiesen obediencia a la metrópoli, una república federal colocaría el derecho de cada provincia a regirse por sí misma bajo los lazos de fraternidad que vincularían a la confederación; en ese sentido, las provincias dictarían sus propias leyes, recaudarían sus contribuciones y promoverían todos sus ramos, en tanto que el gobierno central se ocuparía de la defensa de la soberanía nacional y la protección del territorio. El movimiento pro federalista de Guadalajara aclaró que no pretendía la desmembración del territorio nacional, sino establecer la separación del gobierno de México, que para las autoridades de aquella provincia, dejaba de verse como la metrópoli y se convertía en una provincia como el resto.516
57Quedaba claro que el problema no era elegir como forma de gobierno una república representativa y popular, el problema consistió en si debía ser central o federal. La radicalización de ambas posturas se reflejó en la prensa, en la publicación de folletos y proclamas, en los debates del congreso general y de las diputaciones provinciales. La tensión aumentó cuando se conoció la noticia de que el Supremo Poder Ejecutivo planeaba organizar una expedición militar a Guadalajara, asunto que se interpretó como un atentado a la soberanía de aquella provincia que no tardó en comunicarse con la junta provincial de milicias Zacatecas para prepararse y hacer un frente común. Luis Quintanar emprendió varias acciones urgentes como solicitar a los ayuntamientos testimonios que probaran el apoyo a la causa del federalismo y formar su milicia cívica.517 La diputación dio a conocer su posición: “Tome, en horabuena, México, el partido que más le acomoda, pero si insiste en querer sostener un derecho de dominación universal sobre las provincias, sepa desde ahora que el Estado libre de Xalisco concentrando su valor y sus luces en el Valle de Atemajac renovará con ventajas los tiempos heroicos de la república de Tlaxcala”.518
58Los Tratados de Lagos, firmados el 14 de agosto de 1823 sintetizan la definición de soberanía que se fue construyendo desde las reformas borbónicas con el ejercicio autonómico de las intendencias, constitucionalizado en 1812 con las diputaciones provinciales y radicalizado durante el trienio liberal. En la villa de Lagos se reunieron el gobernador de Jalisco, Luis Quintanar, los comisionados del general Nicolás Bravo, dos representantes de la diputación de Guadalajara, Pedro Vélez y Juan Cayetano Portugal, el coronel Pedro Iriarte, comandante general de Zacatecas y dos comisionados de su diputación, Juan José Román y Santos Vélez. La diplomacia política con la que inician los Tratados buscó eliminar a toda costa la notoria rispidez de las posiciones de ambas provincias frente al gobierno central, al ponderar el acuerdo general y la coincidencia entre las partes en el impulso al bien general de la nación. Esas “pequeñas diferencias que todavía aparecen, no tienen otro origen más que algunas equivocaciones que se han padecido en el asunto, y que creen quedar desvanecidas”, con los Tratados firmados en la villa de Lagos.
59Los estados de Jalisco y Zacatecas reconocieron la autoridad del congreso y ejecutivo nacional “como centro de unión de todos los estados del Anahuac”, por lo que suscribieron su obediencia a las órdenes y decretos que de aquel centro emanasen dirigidas a la “felicidad de la nación”, siempre y cuando no entraran en pugna con el sistema de república federada. Acordaron contribuir con los gastos generales para sostener la independencia. Se estableció que los diputados del congreso mexicano no podrían constituir a la nación de otra forma más que la republicana federada. El congreso mexicano acataría el artículo 5 sobre “la ratificación de las bases de federación y constitución de los estados federados”, y los congresos provinciales diseñarían sus constituciones particulares para el arreglo de su gobierno interior. El ejército permanente, en el que se encontraban las divisiones de Nicolás Bravo y Luis Quintanar no entrarían en oposición o “actitud hostil” y se retirarían. Por último se determinó no hacer cargo a los que “creyeren equivocadamente que estaban en oposición las ideas del Supremo Gobierno con las de los estados de Jalisco y Zacatecas”.519
60Los Tratados de Lagos se reflejaron en las constituciones particulares de ambas entidades en sus primeros artículos, al establecer su condición de libertad e independencia de los demás estados y respecto a cualquier otra nación, preservando las relaciones de la “confederación” y al asumir el ejercicio de la soberanía para el gobierno y administración interior. Todo lo que correspondiera a los temas generales de la federación, serían tratados por sus representantes en el congreso general.
61Los primeros once años de república federal en México tuvieron en el tema de la soberanía compartida uno de los más controvertidos en la agenda nacional: qué institución era soberana en qué territorio fue parte de los debates y más allá, de los conflictos que terminaron por tender hacia nuevos derroteros por los que debiera transitar la república, menos federal y mucho más centralizada. La revolución de las provincias se explica por la revolución que provocó el liberalismo gaditano al convertir en clave constitucional el regionalismo acentuado desde las reformas borbónicas. Hacia 1823 y 1824 dos de esas provincias, Jalisco y Zacatecas, se dispusieron a formar sus constituciones particulares. En la exposición de motivos de la zacatecana se explicó que la labor de los legisladores era similar a la de quien se atrevía a bosquejar un inmenso cuadro, con imperfecciones, con acercamientos, y aun con problemas de indefiniciones, pero ahí estaba un bosquejo que lograba formar la organización política de una entidad:
“Estimad el precio exorbitante, aunque preciso, a que habéis comprado vuestra libertad: no deis ocasión a que el trono que ocupa esta diosa, lo manche el despiadado y negro despotismo. Unión, respeto a las autoridades y obediencia a la ley, os harán escoger el primer extremo de esta terrible, pero inevitable disyuntiva: Constitución o muerte”.520
Notes de bas de page
463 Benson, Nettie Lee, La diputación provincial y el federalismo mexicano, El Colegio de México, México, 1955, 2012.
464 Chust, Manuel y Serrano, José Antonio, Tras la guerra, la tempestad. Reformismo borbónico, liberalismo doceañista y federalismo revolucionario en México (1780-1835), Universidad de Alcalá / Marcial Pons, Madrid, 2019.
465 Carmagnani, Marcello, “Del territorio a la región. Líneas de un proceso en la primera mitad del siglo XIX”, en Carmagnani, Marcello, Antología. Economía y política. México y América Latina en la contemporaneidad, El Colegio de México, México, 1993, 59-80.
466 Pantoja, David, Bases del constitucionalismo mexicano. La Constitución de 1824 y la teoría constitucional, Fondo de Cultura Económica, México, 2017, 35-36.
467 Chust, Manuel, La cuestión nacional americana en las Cortes de Cádiz, Centro Francisco Tomás y Valiente / Universidad Nacional Autónoma de México, Valencia, 1999, 221.
468 Arroyo, Israel, La arquitectura del Estado mexicano: formas de gobierno, representación política y ciudadanía, 1821-1857, Instituto Mora, México, 2011, 52.
469 Hernández, “La constitución de la nación mexicana”, en Hernández, Alicia, et.al., La Constitución de 1824. La consolidación de un pacto mínimo, El Colegio de México, México, 2008, 21.
470 Rodríguez, Jaime E., La independencia de la América española, Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México / Fideicomiso Historia de las Américas, México, 1996.
471 Rodríguez, Jaime E., “Lo político” en el mundo hispánico, El Colegio de Michoacán / Universidad de California-Irvine, México, 2015: 47.
472 Rodríguez, Jaime E., Rey, religión, yndependencia y unión: el proceso político de la independencia de Guadalajara, Cuadernos Secuencia, Instituto Mora, México, 2003.
473 Chust, Manuel, La cuestión nacional; Rújula, Pedro y Chust, Manuel, El Trienio Liberal. Revolución e independencia (1820-1823), Catarata, Madrid, 2020; Frasquet, Ivana, Las caras del águila. Del liberalismo gaditano a la república federal mexicana (1820-1824), Universitàt Jaume I / Instituto Mora / Universidad Autónoma de México, Castelló de la Plana, 2008.
474 Diego-Fernández, Rafael, “El federalismo en México planteado desde la perspectiva de la Nueva Galicia”, en Agüero, Alejandro, Slemain, Andréa y Diego-Fernández, Rafael, coords., Jurisdicciones, soberanías, administraciones. Configuración de los espacios políticos en la construcción de los Estados nacionales en Iberoamérica, Universidad Nacional de Córdoba / El Colegio de Michoacán, Argentina, 2018, 62.
475 Ibid., 64. Chust, Manuel, La cuestión nacional, 222. Rodríguez, Jaime E., La independencia de la América española, 115.
476 Diego-Fernández, Rafael, “El federalismo en México”, 69-70.
477 Ibid., 72.
478 Ibid., 75.
479 Olveda, Jaime, “Estudio introductorio”, en Rojas, Beatriz ed., La diputación provincial de Nueva Galicia. Actas de sesiones, 1820-1822, Instituto Mora, México, 2004.
480 Benson, Nettie Lee, La diputación provincial y el federalismo mexicano, 47.
481 Ibid., 49-50. El decreto LXXVI publicado el 6 de noviembre de 1820 estableció que la provincia de Zacatecas quedaría integrada a la diputación de San Luis, pero no tuvo vigencia.
482 Arroyo, Israel, La arquitectura del Estado mexicano, 50-55.
483 Rodríguez, Jaime E., Rey, religión, yndependencia y unión, 44.
484 Sesión del 15 de enero de 1821, Rojas, Beatriz, La diputación provincial de Nueva Galicia, 97.
485 Rodríguez, Jaime E., Rey, religión, yndependencia y unión, 58.
486 Sesión del 25 de septiembre de 1820, ibid., 76.
487 Plan de Iguala, 24 de febrero de 1821.
488 Ibid.
489 Artículo 12, ibid.
490 Según lo ha analizado José Antonio Serrano, las diputaciones provinciales fueron consideradas instituciones artificiales a diferencia de los ayuntamientos reconocidos como instituciones naturales; para las primeras se contaba con la nueva legitimidad derivada del constitucionalismo gaditano, para las segundas se trataba de repúblicas con autogobierno asentadas en la tradición, “Instituciones artificiales, instituciones naturales. Diputaciones provinciales, ayuntamientos capitales y audiencias. Nueva España y México, 1820-1822”, Historia Mexicana, México, LXVII-1, 2017, 173-174.
491 Rodríguez, Jaime E., Rey, religión, yndependencia y unión, 69.
492 O´Gorman, La supervivencia política novohispana. Reflexiones sobre el monarquismo mexicano, UNAM, México, 1969, 2018, 46-55.
493 Artículo 4. Tratados de Córdoba, 24 de agosto de 1821.
494 Sesión del 19 de mayo de 1822, en Barragán, José comp., Actas constitucionales mexicanas, vol. II, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1980, 282.
495 “Proposición presentada por los diputados José Ignacio Gutiérrez, José de San Martín, Manuel Terán, José Mariano Anzorena y Francisco Rivas”, ibid., 283.
496 “Discurso de Valentín Gómez Farías”, ibid., 284-285.
497 “Discurso de Antonio J. Valdez”, ibid., 289.
498 “La diputación provincial de Nueva Galicia recibe anónimos críticos al imperio”, 5 de septiembre de 1822, Rojas, Beatriz, La diputación provincial de Nueva Galicia, 201.
499 Soberanes, José Luis, “El primer congreso constituyente mexicano”, Cuestiones constitucionales, México, 27, 2012, 320.
500 Ibid., 321.
501 Proclama del general Santa Anna, 2 de diciembre de 1822.
502 Chust, Manuel, La cuestión nacional americana en las Cortes de Cádiz, 208-231.
503 Acta de Casa Mata, 1 de febrero de 1823.
504 Ibid.
505 José Antonio Serrano explica la serie de confrontaciones entre la diputación provincial con el ayuntamiento de Guanajuato. Discute la tesis de Antonio Annino relativa a la revolución territorial de los pueblos y al fortalecimiento de su autonomía; fueron las autoridades provinciales y después estatales las que limitaron a los pueblos; en sus palabras: “fue esta institución gaditana la que inició la contrarrevolución municipal”, “Sobre la revolución territorial de los pueblos. Diputación provincial y ayuntamientos en Guanajuato, 1822-1824”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, México, 147, 2016, 155-159.
506 Serrano, José Antonio, “Instituciones artificiales, instituciones naturales”, Historia Mexicana, México, LXVII-1, 2017, 209-215.
507 Terán, Mariana, “De cántaros y juramentos. El trienio liberal en Zacatecas”, en prensa.
508 Benson, Neetie Lee, La diputación provincial y el federalismo mexicano, 163- 177.
509 Acta de Jalisco, 26 de febrero de 1823.
510 Pantoja, David, Bases del constitucionalismo mexicano, 45.
511 “República federada le conviene al Anáhuac”, Guadalajara, Imprenta libre del ciudadano Ignacio Erámbila, 1823, Biblioteca Nacional de México, Fondo reservado, Colección Lafragua.
512 Olveda, Jaime, “Estudio introductorio”, 21. La primera constitución del estado de Xalisco fue firmada por Pedro Vélez, Prisciliano Sánchez, José María Gil y Méndez, José Antonio Méndez, José María Gil y Bravo, Esteban Huerta, José María Castillo Portugal, Vicente Ríos, José Manuel Cervantes, Santiago Guzmán, Ignacio Navarrete, José Ignacio Cañedo, José Esteban de Aréchiga, Rafael Mendoza, Urbano Sanromán y José Justo Corro, “Constitución política del estado libre de Xalisco”, en Galván, Mariano, Colección de constituciones de los Estados Unidos Mexicanos, Imprenta de Galván, México, tomo III, 1828, 260-327.
513 Francisco Severo Maldonado fue el redactor del periódico insurgente El Despertador Americano, miembro de la Junta Provisional Gubernativa durante el primer imperio, preparó el proyecto El nuevo pacto social propuesto a la nación española para su discusión en las Cortes de 1822-1823, fue diputado al primer congreso constituyente mexicano y redactor del periódico El Fanal del Imperio. Noriega, Alfonso, “El Contrato de Asociación para la República de los Estados Unidos del Anahuac” de Francisco Severo Maldonado, Revista de la Facultad de Derecho de México, XXIII-91/92, 1973, 519-559.
514 Prisciliano Sánchez escribió una “Relación de lo ocurrido en Guadalajara el 11 de noviembre de 1810”, fue electo diputado por la provincia de Nueva Galicia al congreso del imperio mexicano, diputado al primer congreso constituyente, participó en la redacción de la Constitución del Estado de Xalisco promulgada el 18 de noviembre de 1824. Murió en 1826 y el discurso de honras fúnebres fue pronunciado por el zacatecano Luis de la Rosa Oteiza.
515 Sánchez, Prisciliano, “El Pacto Federal del Anahuac”, en Derechos del pueblo mexicano a través de sus constituciones. Historia constitucional 1808-1827, Cámara de Diputados / Suprema Corte de Justicia de la Nación / Senado de la República / Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación / Instituto Nacional Electoral / Comisión Nacional de los Derechos Humanos, México, (1966), 2016, 398.
516 Olveda, Jaime, Autonomía, soberanía y federalismo, El Colegio de Jalisco, Jalisco, 2014, 111-112.
517 Ibid., 119-120.
518 Citado por Olveda, ibid., 121.
519 Tratados de Lagos, 14 de agosto de 1823.
520 “Exposición de motivos de la Constitución política del estado libre de Zacatecas”, en Galván Mariano, Colección de constituciones de los Estados Unidos Mexicanos, tomo III, 416.
Le texte seul est utilisable sous licence Licence OpenEdition Books. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.
¡Con la Razón y la Fuerza, Venceremos!
La Rebelión Popular y la Subjetividad Comunista en los ‘80
Viviana Bravo Vargas
2010
El siglo de los comunistas chilenos 1912 - 2012
Olga Ulianova, Manuel Loyola Tapia et Rolando Álvarez Vallejos (dir.)
2012
Un trébol de cuatro hojas
Las Juventudes Comunistas de Chile en el siglo XX
Manuel Loyola Tapia et Rolando Álvarez Vallejos (dir.)
2014
El ojo del cíclope
Comentarios críticos a propósito del proceso de globalización
Jaime Massardo
2008
¿Qué hacer con los pobres?
Elites y sectores populares en Santiago de Chile 1840-1895
Luis Alberto Romero
2007
El modo de ser aristocrático
El caso de la oligarquía chilena hacia 1900
Ximena Vergara Johnson et Luis Barros Lezaeta
2007